Una mano fuerte me agarró del brazo y me paró el seco, tras dar un par de pasos hacia atrás mi espalda tocó la fría piedra de la pared del laberinto.

- ¿Qué se supone que estás haciendo aquí? - me preguntó Minho muy serio.

- Mi trabajo, igual que tú.

- Creo que te dije que te quedaras en el Claro.

- Y yo creo que te dije que no aceptaba órdenes tuyas.

- Ya sabe lo que pasó la última vez que entramos. No pienso arriesgarme, no contigo.

- ¿Y con el resto sí?

- No lo entiendes.

- Pues explícamelo.

Me soltó el brazo separándose unos centímetros de mí.

- ¿Vas a contestarme o puedo seguir? Todavía me queda un buen camino por recorrer.

Al ver que no respondía me apreté las zapatillas para volver a la carrera.

- Solo quiero que estés a salvo - le escuché susurrar.

Levanté la cabeza para verle mejor.

- Después de lo de Ben.... No podría soportar que te pasara algo, yo..... Me importas mucho _________________.

- Lo sé y tú también a mi. Y por eso mismo tienes que confiar en mí. Puedo cuidar de mi misma, solo necesito una oportunidad para demostrarlo.

Minho asintió levemente sin apartar su mirada de la mía.

- Prométeme que tendrás cuidado.

- Lo tendré.