Alby pesaba demasiado para Minho y para mi. Le arrastrábamos como podíamos esperando que fuera lo suficientemente rápido para volver. Pero al girar la última esquina nos dimos cuenta de que era imposible.

De todas las caras que nos observaban solo pude fijarme en una. En Gally. Me gritaba a pleno pulmón "Déjalo"

Con una mirada comprendió lo que los dos ya sabíamos. No iba a abandonar a mis dos mejores amigos, incluso si eso me dejaba atrapada con los laceradores.

Aún así Gally siguió intentándolo. "Vuelve por favor" leí en sus labios cuando las puertas empezaban a moverse.

"Te quiero" fue lo único que pude decir antes de que las puertas se cerraran con un estruendo y una gruesa lágrima corriera por mi rostro.