Capitulo 25
Los personajes de Naruto no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¿A quien le filtraste información?—la bailarina escupió un poco de sangre, no obstante, Obito continuó con la tortura, tanto física, como psicológica. Sin perder el tiempo, los Uchiha se ocuparon de indagar acerca de los últimos movimientos de la ojiperla y teniendo una gran influencia en el bajo mundo, no les tomó mucho tiempo dar con la bailarina que grabó los incidentes ocurridos en la reunión de los azabaches con los inversionistas rusos, ademas, siguiendo la señal del celular de la joven, dieron con un taxi donde se encontró el bolso perteneciente a Hinata, desafortunadamente, el coche estaba abandonado y no correspondía a ninguna compañía, era un taxi robado y no se pudo obtener pistas del conductor, pero accediendo a los mensajes y al todo el contenido del celular, supieron lo que la hizo salir en medio de la noche.
—Sólo tienes dos opciones y de ti depende cuál de ellas quieras escoger—añadió Itachi—Si confiesas lo que queremos saber, la única en morir serás tu y aunque no lo merezcas, te prometo una muerte rápida, pero si insistes en guardar silencio, yo personalmente me encargaré de desaparecer a todos y cada uno de los miembros de tu familia—la chica se horrorizó al escuchar la advertencia, mientras que Itachi se veía en total control de sus emociones, muy diferente a sus parientes—y puedes estar segura de que ni tu muerte, ni la de ellos serán rápidas.
—¿Me asesinaran?—la fémina se esforzó por hacer la pregunta, a pesar de ya intuir la respuesta.
—Sabías las consecuencias de traicionarnos, incluso se te dio una generosa paga por tu presencia en esa reunión. Obviamente, todas las presentes fueron informadas de las consecuencias que podía tener filtrar información sobre lo sucedido y tu lo hiciste deliberadamente... así que no esperes salir con vida de este lugar—era cierto, ella sabía las consecuencias, sin embargo, Shion le aseguró que nadie sabría sobre su participación, ademas estaba la jugosa paga que recibió por asociarse con ella y la cual no pudo resistir—Ahora te daré un minuto para que me des una respuesta—la chica lo supo tras enfocar las oscuras orbes del menor de los tres azabaches. Izuna y Obito se veían furiosos, sin embargo, a pesar de la supuesta calma mostrada en Itachi, fueron sus ojos los que reflejaron la silenciosa advertencia. Había quedado claro que no estaba mintiendo y se arriesgaba a sacrificar a toda su familia por sus malas decisiones.
—Fue Shion quien me contrató y fue ella a quien le entregué los vídeos recolectados esa noche—aseguró ya habiendo escogido la decisión mas justa, dado que su familia no tenía la culpa de sus actos.
—Excelente decisión—sin más, Itachi le dio un tiro en la frente, acabando instantáneamente con su vida.
—Pero Itachi—refunfuñó Obito al no haberse desquitado por mas tiempo—fuiste demasiado amable con esa maldita.
—Obito tiene razón, ella se merecía sufrir durante días—añadió Izuna.
—No hay tiempo para divertirse—replicó sin mostrar emociones, ya que también él, hubiera querido infligir tortura a esa traidora, no obstante, su prioridad era dar con el paradero del cordero y ya sabían quien estaba tras su secuestro—Hinata esta en un grave peligro, esa mujer la odia y está dispuesta a todo—sus parientes ya no tuvieron argumentos para contrariarlo y optaron por ir en busca de Madara, mientras que el equipo de limpieza se encargaba de deshacerse del cuerpo.
...
—¿Como no se me ocurrió antes?—se lamentó Madara al obtener la información brindada por Itachi—Mi bonita corre un gran peligro en manos de esa desquiciada... Todo es culpa de Indra—aseguró ganando la desaprobadora mirada de Fugaku.
—No creó que debas culparlo, es evidente que él también se ha preocupado por ella—Madara se quedó en silencio, ya que su cuñado tenía razón, Indra la había protegido y de haber sabido que Shion estaba tras el atentado, no hubiese dudado en asesinarla—además, no olvides que gran parte de la culpa es de Mei e indirectamente tuya por dejarte grabar en momentos tan íntimos—reprochó haciéndolo sentir mas culpable.
—De hecho, estoy seguro que fueron esos vídeos lo que no le dejaron dudas al cordero... eres muy descuidado—Sasuke lo miró con molestia dado que siendo tan inteligente, no debió dejarse engañar por Mei.
—Lo mejor será que nos separemos—repuso Shisui, dejando los reproches para otro momento—aquí tengo una lista de los posibles lugares donde pudo llevarla y como pueden ver, son muchos, así que lo mejor es no perder mas tiempo.
Todos avanzaron mientras que Madara maldecía una y mil veces a su ex amante. Si le pasaba algo a su amada, se encargaría personalmente de torturar a Mei, así fuera lo último que hiciera en su vida.
[...]
La ojiluna abrió lentamente sus orbes y lo primero que la recibió fue un fuerte dolor de cabeza. Trató de llevarse las manos a masajearse el área afectada, no obstante, algo le impidió moverlas y sólo bastaron segundos para que enfrentara la realidad. Rápidamente entró en pánico y las lágrimas salieron involuntariamente al sentirse muy temerosa.
—¿Hay alguien ahí?—preguntó con voz queda. Tenía miedo y su corazón latía desenfrenado, causando que quisiera vomitar. Se levantó un poco del viejo y maloliente colchón donde se hallaba acostada intentando aclarar su borrosa mirada. Nadie respondió pero enfocando el entorno, divisó la silueta de alguien al inicio de unas escaleras ubicadas en medio de la habitación—¿Usted puede ayudarme?—tenia la esperanza de que esa persona estuviera allí para llevarla a su hogar, a donde debía estar.
El sonido de los tacones golpeando el piso, le dejó claro que se trataba de una mujer y cuando finalmente se acercó, comprobó su aspecto físico—¿Ayudarte? ¿Hablas en serio?—la fémina le resultó familiar y se esforzó por recordar donde la había visto—Tu eres la única culpable de todas mis desdichas ¿y aún así te atreves a pedirme ayuda? Eres tan patética, ni siquiera sé que fue lo que él miró en ti—cuestionó mirándola desde su altura.
—Pero yo ni siquiera se quien es usted ¿cómo pude dañarla?—la morena continuaba sin entender, aunque algo dentro de ella le gritaba que ya se conocían.
—Te voy a refrescar la memoria—le dijo sonriendo—¿El nombre de Indra te dice algo?—en ese momento, Hinata comenzó a recordar la noche de la subasta donde bailaba con Indra y una furiosa fémina llegó a interrumpir, incluso la insultó sin tener motivos para hacerlo—Tu estupida cara me dice que ya me recordaste ¿no es cierto?
—No entiendo, yo no tengo nada que ver con él—aclaró consternada por la confusión—de hecho, soy la prometida de Madara y pronto nos casaremos, a Indra lo he visto en pocas ocasiones y nunca hemos pasado de simples saludos. Esa noche fue un error, yo aún no estaba con Madara y no sabía nada de ustedes.
—Él me boto desde tu maldita llegada a Konoha y cada vez que mantenemos relaciones sexuales es tu nombre el que involuntariamente sale de sus labios—la Hyuga se avergonzó por lo dicho y después se atemorizó por la actitud de esa mujer, ya que caminaba de un lugar a otro maldiciendo su suerte.
—Por favor déjeme ir, Madara y su familia deben estar muy preocupados por mí, ademas, le juró que nunca he hecho nada para fomentar el interés del señor Otsutsuki—la joven se sentía mal, tenía calambres en el vientre y su cabeza aún dolía por el golpe que recibió a su llegada.
—Eso es, ruega... ruega por tu vida y acostúmbrate hacerlo, porque de aquí no saldrás, al menos no con vida—las carcajadas de Shion resonaron por toda la habitación. Mirar el miedo en esos fantasmales ojos, le provocó una gran satisfacción—Está vez me aseguraré de hacerlo bien, en esta ocasión si sufrirás, porqué sólo tu muerte podrá hacer que mi amado Indra vuelva a mi lado—Hinata la miró con mas horror tras escucharla.
—¿Que dice?—en realidad ella no sabía a que se estaba refiriendo esa mujer.
—¿Te preguntas a que me refiero?—Shion abrió lentamente una brillante navaja y se enfocó en su reflejo sobre el arma—Fui yo quien te disparó tiempo atrás y fue mi hombre quien te salvo la vida ¿aún continuarás negando que no lo has engatusado con tus artimañas?—la ojiperla negaba con la cabeza ¿cómo podía hacerle entender a esa mujer que ella no tenía la culpa de sus problemas con Indra? Y peor aún, fue el golpe de la realidad, fue Shion quien intentó asesinarla, por lo tanto, estaba segura que en esta ocasión, ya no iba salir con vida, no estando a su merced y lejos de las personas que la querían. Fue tan tonta al dejarse engañar tan fácilmente, ahora moriría por su imprudencia y de nada serviría rogar, ella ya lo sabía, puesto que su madre rogó y no fue escuchada.
—¿Me matará hoy?—le preguntó con la esperanza de no sufrir prolongadamente, no obstante, la mirada aunada a la risa desquiciada de Shion, le dejaron muy en claro que ese no era el plan.
—¿Y porque habría de arruinar la diversión?—ahí estaba la respuesta—No niña estupida, tú pagarás con sangre cada una de mis lágrimas ¿entendiste?—el dolor en su vientre se hacía mas intenso a medida que imaginaba lo que esa mujer pensaba hacerle.
—No lo haga, piense en lo que pasará cuando todos se enteren—de nuevo la risa de Shion resonó fuerte.
—Nadie se enterará y ni siquiera lograrán encontrar un sólo rastro de ti—para ese momento ya estaba frente a ella y le sostuvo las mejillas dañándola con sus largas uñas pintadas de rojo—¿Que tal si comenzamos con tu rostro? ¿Me pregunto si le seguirías gustando a Indra con una asquerosa cicatriz?—el filo de la navaja dejo un corte poco profundo desde la barbilla hasta el cuello. La sangre inmediatamente hizo acto de presencia y el ardor llegó acompañado de un adolorido jadeo por parte de la ojiluna, no obstante, eran esos calambres los que mas le ocasionaban dolor. Eso nunca le había sucedido y lo atribuyó al miedo por el que estaba atravesando.
—¡Me duele!—sollozando, llevándose las manos atadas a su vientre, ignorando el ardor del corte.
—Y esto es apenas el principio—Shion se regocijaba mirándola en ese estado, incluso se tomó el tiempo de servirse un trago para hacer mas placentero su entrenamiento y de no ser por su celular sonando lo hubiese disfrutado mucho mas, no obstante, el ceño fruncido desapareció instantáneamente apenas miró quien la llamaba—Tengo que atender esta llamada, pero no te preocupes, en seguida regresó para continuar con lo que no terminamos—Hinata no respondió nada, dado que en ese momento se estaba retorciendo sobre el colchón. Los cólicos se hacían mas y mas fuertes, al punto que veía manchas negras, mientras su consciencia la abandonaba.
...
—¡Shion!—la sensual voz mencionando su nombre desató un desenfrenado anhelo en la fémina—Te extraño mucho ¿que tal si nos vemos?
—Indra mi amor ¿eres tú?—se sintió tan feliz, que ni siquiera asoció la estancia de la Hyuga con su repentina llamada.
—¿Esperabas la llamada de alguien mas? Voy a ponerme celoso, de sobra sabes que no permito a nadie pretender lo que me pertenece—se sintió enfermo por tener que fingir con esa demente, pero haría cualquier cosa por salvar a Hinata. No dejaría que la historia se volviera a repetir.
—Por supuesto que no, tu sabes que eres el único hombre al que amó—se apresuró a aclarar para dejarlo tranquilo.
—Así me gusta, ya sabes de lo que soy capaz cuando alguien se te acerca—la fémina se mordió el labio llena de alegría—Quiero verte, estoy camino a tu apartamento ¿me esperaras como me gusta?—Indra sabía que ella no se hallaba en su hogar ya que uno de sus hombres se había encargado de revisar el lugar.
—No, no yo no estoy ahí—declaró rápidamente.
—¿Entonces donde te veo? De verdad te necesito, necesito de lo que sólo tú puedes darme—de nuevo el Otsutsuki se volvió a asquear, pero el fin justificaba los medios.
—Bueno, en este momento me encuentro cerca de la casa de campo en la que solíamos pasar algunos veranos ¿lo recuerdas?—Indra sonrió con satisfacción, él ya intuía que ese era el sitio donde mantenía a Hinata.
—Claro ¿como podría olvidarlo?—la chica sonrió.
—Tengo unos empleados renovando la propiedad y no esta en condiciones de hospedarnos—sugirió tratando de enmendar su estupides, dado que no podía dejar que nadie se acercara hasta esa propiedad.
—¿Entonces quieres que nos reunamos en mi hogar? Recuerda que todas tus cosas están en nuestra habitación—soltó el anzuelo con la esperanza de que ella aceptara.
—¡Excelente idea cariño!—Shion no era tonta y pronto tuvo un presentimiento—Sólo espera unos minutos mientras doy las últimas indicaciones—el Otsutsuki negó con la cabeza, era evidente que esa bruja había sospechado algo, no obstante, se vio obligado a aceptar.
—Está bien, pero no tardes mucho en avisarme... quiero recibirte como te mereces—luego de terminar la llamada, Indra se acercó un poco a la propiedad y se mantuvo oculto con el teléfono en su mano.
Mientras tanto, Shion llamó a Zetsu para preguntar cómo estaban las cosas en torno al secuestro de la Hyuga. Zetsu le informó que nadie había mencionado nada al respecto y que todo se veía en calma. La fémina sonrió y pronto marcó el número de Indra, quien de inmediato respondió.
—Ya terminé mi amor ¿aún quieres verme?—preguntó con un tono meloso.
—Eso ni se pregunta preciosa—Indra suspiró y esperó hasta que observó que el auto de Shion se fue alejando de la propiedad y haciendo a un lado su orgullo por la mujer que amaba, envió un mensaje dando la ubicación exacta en la que se hallaba.
Bajó del auto con sigilo y logró someter a dos guardias que custodiaban la entrada. No hizo preguntas, simplemente los aniquiló apresuradamente, ya que no sabía en que condiciones se encontraba la niña.
[...]
Madara golpeó el volante de su auto cuando sus familiares le informaron que no habían conseguido nada en las propiedades pertenecientes a Shion. Ashura ya le había dado detalles sobre los descubrimientos, mismos que ellos ya sabían por medio de la bailarina.
—Tranquilo Madara, poniéndote así, no ganas nada—lo reprendió Izuna cuando se volvieron a reunir después de revisar el apartamento donde vivía la mujer.
—¿Y cómo quieres que esté tranquilo? ¿Como? Si ella lleva tanto tiempo desaparecida... yo no puedo siquiera imaginar que algo malo le suceda a mi bonita, yo...—su voz se fue quebrando y su hermano se quedó en silencio. Era evidente que Madara enloquecería si al cordero le ocurría algo. Ellos también estaban muy asustados y ni hablar de Mikoto, quien en ese momento ya se encontraba siendo acompañada de Temari, Ino y Karin, pues los chicos también se habían unido a la búsqueda. Gara incluso se vio obligado a darle la información a Neji.
—Aún hay lugares que no hemos revisado, lo mejor será movernos—sugirió Obito. Madara asintió y justo en ese momento, su celular vibró. Pensando que quizás había noticias, lo revisó antes de encender el motor y de inmediato frunció el ceño sin entender exactamente de que se trataba, dado que no conocía ese número.
—¿Que es?—cuestionó Izuna.
—No estoy seguro... pero alguien me pide que lo alcance y me envió su ubicación.
—Déjame ver—Obito prácticamente le arrebató el celular y en poco tiempo logró entender—esta dirección pertenece a la familia de esa mujer, pero no está registrada con su nombre, a eso se debe que no la ubicáramos... Estoy seguro que alguien dio con ella y te esta dando la pista para que lo alcances—declaró mirando que le llevaría mas de cuarenta minutos en llegar.
—¡Vamos Madara!—Izuna lo palmeó haciéndolo reaccionar.
—Sigue las indicaciones del navegador—ordenó Obito desde el asiento trasero—y yo les enviaré la ubicación a los otros para que nos alcancen allá—finalmente, el mayor encendió el vehículo y se puso en marcha.
—Adviértele a todos que no den información a las autoridades, al menos hasta que compruebe que ella está a salvo. Ya después decidiré que debemos hacer con esa mujer—añadió con enfado.
—Esta bien—Obito se encargó de enviar la dirección de donde creían tener a Hinata y al igual que Madara tampoco él quería que las autoridades se enteraran de nada, ya que con Shion si quería tener un poco mas de diversión.
[...]
—¡Mi pobre niña!—Temari se sintió muy mal cuando escuchó los sollozos de Mikoto. Nadie sabía porqué esa mujer quería desquitarse con Hinata, después de todo, el amor no es algo que se pueda forzar y si Indra ya no la amaba, Hina no tenía culpa de nada.
—Ashura me dijo que están siguiendo todas las pistas y estoy segura que pronto darán con su paradero—repuso Ino tratando de animarse a si misma, mas que a la dama Uchiha, no obstante, ellas sabían que las probabilidades de que Hinata saliera ilesa eran nulas y eso procuró no decirlo.
—Naruto ya se encuentra colocando fotografías con la información de Hinata por toda la cuidad—así era, el rubio y los otros chicos se encargaban de repartir volantes con la fotografía de la Hyuga. Según el rubio, alguien tenía que haberla visto—Él es muy optimista y cree que eso ayudará—añadió Sakura, quien se había unido a ellas cuando terminó su turno en el hospital.
—Gara le avisó a la familia Hyuga y ellos llegarán aquí mañana—tanto Hizashi como Neji y Tenten, se preocuparon mucho con la desaparición de la joven y sin dudarlo, se dirigieron al aeropuerto. Aún cuando Gara les pidió esperar a tener noticias, ellos se negaron a quedarse tan lejos y prefirieron viajar.
—No es justo, ella no tiene porque estar pasando por esa pesadilla... Mi niña ya ha sufrido mucho como para que ahora le pase esto, estoy segura que debe sentirse muy asustada sin nadie de quienes la queremos—entre mas lo pensaba, Mikoto mas mal se ponía. Su Hinata podía resultar herida, o quizás algo aún peor y con ese pensamiento, los ánimos decaían en ella.
[...]
La habitación en donde permanecía la ojiluna se encontraba en penumbras. La joven se había desmayado y cuando abrió los ojos, no sabía cuanto tiempo había transcurrido, lo único que continuaba igual, era el sangrado que todavía escapaba de entre sus muslos. Luego de pensarlo, se percató de que no podía ser su período, ya que el primer día, no solía tener flujo tan abundantemente como lo tenía en ese momento y fue entonces que su preocupación aumentó. Si no se trataba del periodo ¿que la hacía sangrar de esa manera?
De pronto escuchó ruidos a lo lejos y tenues luces se encendieron iluminando un poco la parte de la habitación donde se hallaba el viejo colchón, dejando a oscuras mas de la mitad del entorno. No estaba segura, pero le pareció escuchar un sollozo, no obstante, los fuertes calambres le impedían incorporarse por completo.
Segundos después, su corazón dio un vuelco al escuchar el distintivo sonido del seguro que se retiraba de las armas. Ahora estaba segura, había personas ocultándose en la oscuridad, como si estuvieran listos para cazar a su presa ¿sería que Madara y los chicos la habían encontrado y pensaban emboscarlos? Con sólo pensarlo, le dolió el pecho, prefería pagar su estupides con su vida, pero jamas con la vida de uno de los miembros de su familia.
—¿Q-quien está ahí...?—quiso gritar para que en caso de haber alguien afuera, lograrán escuchar a las personas adentro, pero la pregunta apenas fue un murmullo, el cual ni siquiera los que estaban dentro, hubiesen logrado oír.
Mientras tanto, Indra abrió dos puertas antes de dirigirse a la que conducía al sótano. Cerró los ojos con pena, pensando que seguramente ella estaba en ese horrible sitio. Todo lo sucedido había sido su culpa, nunca debió bajar la guardia con esa desquiciada. Fue tan tonto, que ni siquiera se percató de que las personas en quienes mas creía, lo estaban traicionando.
Sacudió la cabeza, no era hora de ponerse a pensar en eso, ya cuando la rescatara, se encargaría de hacerles pagar a todos quienes se atrevieron a ponerla en peligro, sabiendo lo mucho que ella significaba en su vida. Bajó los escalones sin querer hacer ruido, el lugar estaba iluminado en la parte de abajo, sin embargo, la escalera era muy poco visible y por ende, se obligó a ir lentamente para no caer.
—¡Hinata!—la llamó cuando por fin logró poner los pies en el suelo. Sin pensarlo dos veces corrió hacia ella bajando peligrosamente la guardia, cosa que nunca hacía—¡Mi niña estás herida! ¿Que te hicieron?—la levantó un poco evaluando la situación y lo que veía, fue peor de lo que pensó. El corte en el cuello aún sangraba, pero el sangrado entre sus piernas fue mas alarmante.
—Cu-cuidado... ellos—la joven sintió miedo a pesar del momentáneo alivio que se produjo cuando lo escuchó llamándola.
—No te esfuerces, llamaré a una ambulancia—Indra buscó su celular y estaba por marcar a emergencias, pero en ese instante, algo frío atravesó su larga cabellera colocándose en la nuca. Acostumbrado a lidiar con armas desde su adolescencia, no tenía que ser un genio para saber que le apuntaban con una.
—¿Creíste que era tan fácil engañarme? ¿De verdad pensaste que iba a tragarme la farsa de tu repentino cambio de actitud, precisamente ahora que ella fue secuestrada? Si lo pensaste, es evidente que no me conoces bien amorcito—sin lograr girarse, dos tipos ya lo habían desarmado.
—¿De que se trata todo esto Shion? Tú sabes lo que hacemos con los traidores y aún así tienes las agallas de hacerlo ¿Como puedes retarme?—intentaba ganar tiempo, esperaba que los Uchiha llegaran pronto para salvar a Hinata. Ella no se hallaba bien y sus muecas llenas de dolor, se lo dejaban muy claro.
—TU ME TRAICIONASTE PRIMERO—le gritó pisoteando fuerte sobre el piso con sus altos tacones—Quisiste burlarte de mí sólo para venir en ayuda de esta maldita.
—No es lo que tú crees, ella no puede simplemente desaparecer, Madara enloquecería y por ende, terminará culpándome a mi ¿sabes lo que significa? ¿Sabes la guerra que tus actos pueden provocar?—Indra veía la expresión de Shion y parecía pensarlo, lo que le dio algo de esperanzas. Si lograba convencerla, quizás podía evitar matarla frente a Hinata. Por su culpa, ella fue testigo de la destrucción de su hogar y no quería que volviera a pasar por lo mismo—Piénsalo, los Uchiha, podrían incluso asesinar a tu padre luego de torturarte por largo tiempo—a decir verdad, era lo que él pensaba hacer con ella una vez que lograra poner a la ojiperla a salvo.
—Nada, escúchame bien, no hay nada que haya deseado mas que desaparecer a esta mujer... ella es la única responsable de tú desinterés hacía mí—Indra se preocupó aún más, al percibir la mirada vacía de su ex amante, ella no parecía estar en su sano juicio y cuando una persona esta en ese punto, le es difícil pensar con claridad, dando como resultado, que Hinata resultara herida.
—¡Escucha!—habló calmado poniéndose de pie y a pocos pasos de ella—Si la dejas ir, tú y yo volveremos a estar juntos... incluso podemos irnos de viaje ¿que te parece Bora Bora? ¿O quizás Hawai? No lo se, tú sólo escoge el destino que mas te agrade—la fémina desvió el arma y mostró una mueca, tal como si lo estuviera considerando, no obstante, Indra no podía bajar la guardia—Es mas, como muestra de que es a ti a quien intentó salvar, te propongo que nos casemos ¿te gustaría ser la señora Otsutsuki? ¿Te gustaría ser mi mano derecha en el negocio?—eso era lo que siempre había querido de él, sin embargo, Indra nunca la tomó en serio, por otro lado, uno de los motivos para deshacerse de la mocosa era ser la futura señora Otsutsuki y él se lo estaba ofreciendo... claro, el precio era dejar a la Hyuga en libertad.
—Esa oferta llega muy tarde—afirmó volviendo a apuntarle a la ojiperla—Indra al estar de frente al inicio de las escaleras, vislumbró a sus hombres, quienes buscaban la mejor manera de acceder al sótano sin alertar a los dos guardias de la fémina—además, no confió en ti, estoy segura que esto lo dices sólo para liberarla—el Otsutsuki negó repetidas veces.
—Estoy tratando de protegerte a ti ¿porque no puedes entenderlo?—en ese momento, el sonido de cristales quebrándose se escuchó arriba, al mismo tiempo que dos objetos soltando humo cayeron por las escaleras. El mismo Indra asintió cuando uno de sus hombres se las mostró desde arriba. Era arriesgado, sobre todo por Hinata, sin embargo, no miró otra opción, debía sacarla de ahí lo antes posible.
—¿Que?—Indra aprovechó la confusión y con un simple golpe arrojó a Shion contra la pared y en el proceso, le quitó el arma con la que se deshizo de los dos tipos armados.
—De prisa señor—le gritó uno de sus hombres y él se giró para levantar a la ojiperla. La visibilidad era casi nula y caminó con cuidado para no caer.
—De prisa, salgamos de aquí y llamen a una ambulancia—les ordenó ya casi al final del último escalón y ellos obedecieron.
—¡Indra!—Hinata comenzó a toser, dado que no podía respirar. El dolor parecía haberse aminorado y mientras él la llevaba en brazos, sintió que quizás había esperanzas de poder salir con vida de esa pesadilla. El Otsutsuki miró a la joven en sus brazos y soltó el aire contenido, ella se aferró en sus brazos pareciendo recuperar las fuerzas.
—Tranquila pequeña, la ayuda ya viene en camino, pronto estarás bien y te olvidarás de esta pesadilla—ella asintió y volvió a recostar su rostro en el pecho masculino—Ahhh—la ojiperla no supo lo que había sucedido, en el momento en que sintió su cuerpo sobre el suelo. Los fuertes brazos de Indra amortiguaron la caída y el estruendo del arma que cayó cerca de ella, la puso en alerta. De inmediato volteó a mirar hacia donde se hallaba Indra y se horrorizó.
—¡Mira lo que me hiciste hacer maldita!—le gritó Shion. La ojiluna miró al Otsutsuki sosteniendo su cuello con la mano y la sangre brotaba por encima de ella. No había escuchado el disparo, seguramente por el silenciador que llevaba puesto el arma y lo sabía, porque ahora esa mujer le apuntaba a ella—Yo no quería que él saliera lastimado y por tu culpa—Shion se giró a mirarlo—Lo siento mi amor, pero no podía dejarte ir, te prefiero muerto que en los brazos de esa maldita—ella sabía que el traía chálelo antibalas y si le disparaba en los brazos o las piernas, él podía contraatacar, así que le disparó cerca del cuello, donde nada lo protegía, no obstante, apenas lo hizo y sintió un enorme dolor en el corazón ¿que sentido tenía la vida sin él? ¿De que había servido secuestrar a la Hyuga?
—Esta perdiendo mucha sangre... llamé a una ambulancia—acató a decir Hinata ante el miedo de verlo morir.
—TU CÁLLATE—se acercó a ella dispuesta a darle muerte.
—S-Shion—a costa de su propia seguridad, Indra estiró un poco la mano para tocarle el pie y hablarle, no quería que dañara a Hinata.
—Mi amor... yo no quería que esto pasara—la fémina se llevó las manos al rostro y lloró. La Hyuga aprovechó para acercarse a Indra, quería ayudarlo y cuando logró alcanzarlo se encargó de levantarle un poco la cabeza y acostarla sobre sus piernas—SUÉLTALO—Shion enloqueció al ver a la ojiluna tocando a su amado y levantó el arma dispuesta a darle muerte de una vez por todas, no obstante, la fémina no logró disparar, ya que una bala en el lado derecho de su pecho, la hizo caer. Hinata soltó el arma que disparó, como si le quemara la piel y rápidamente volvió su atención al Otsutsuki.
—Mi niña lo siento tanto—Indra hacía uso de sus últimas fuerzas para hablarle.
—Shhh, no hable—ella le retiró el cabello mojado de sangre y le ayudó a contener el sangrado con su propia mano.
—Se que mi hora ha llegado y quiero pedirte perdón por todo el daño que te he hecho desde que aparecí en tu vida—Hinata negó llorando y le abrazó la cabeza contra su pecho.
—Hace mucho que lo perdone—él hizo una mueca de sonrisa—pero ya no se esfuerce, no quiero que usted muera.
—No estés triste, yo me voy feliz por haber logrado encontrarte y por obtener tu perdón—con la mano manchada de sangre, le acarició la pálida mejilla para limpiarle las lágrimas. Él no mentía, en verdad se sentía feliz de haber podido salvarla y sobre todo, de obtener su perdón. Finalmente podría escapar de la agonía que comenzó el día que cometió el error de querer quedarse con una mujer ajena.
—ALGUIEN AYÚDENME—los guardias de Indra entraron y vieron la grotesca escena. Había sangre por todos lados y la joven que amaba su jefe, lloraba desconsolada con él sobre sus piernas. Se acercaron a ayudarla, pero Indra los detuvo ordenando que no lo movieran—¿Dígame que hago? No puedo dejarlo morir—a pesar de todo, ella nunca llegó a odiarlo y verlo así, la puso muy alterada.
—¿Me darías un beso de despedida?—ambos guardias escucharon ruidos afuera y sabiendo lo que estaba por suceder, optaron por salir. Hinata lo miró preocupada y sin querer pensarlo, se inclinó hasta sus labios y lo besó. Indra le sostenía la nuca disfrutando los mejores momentos de toda su vida. La joven sintió que ya no le correspondía el beso y la mano posada en su nuca, lentamente fue cayendo sin fuerzas.
—¿INDRA?—lo llamó con miedo y ya no hubo respuesta. Sin que ella se percatara, los Uchiha habían presenciado todo—Por favor resista... quédese conmigo—Hinata lloraba y aunque Madara sintió que su pecho se comprimía, no intervino, al menos hasta que la miró con el rostro descompuesto por el dolor. Se palpó el vientre y lo último que miró antes de caer en la oscuridad, fueron los preocupados ojos de su amado a centímetros de ella.
—¿Corderito?—Shisui rompió el silencio, mientras que Madara ya se hallaba a su lado evaluándola. Momentos después, entraron los paramédicos y se llevaron a la ojiperla. También declararon muerto a Indra y nadie dijo nada sobre los otros cuerpos, alrededor de la propiedad.
—Madara quería irse con ella, pero había otro asunto que debía solucionar. Indra estaba muerto y a él le correspondía dar la noticia a Kaguya. La dejaría a ella elegir como proceder. Después de tanto tiempo manteniendo una lucha de poder, Madara sintió respeto hacia Indra, él se había reivindicado con sus actos para ayudar a la mujer que también amaba y como nunca pensó que sucedería, lamentó su muerte.
—¿Quieres que me vaya con ella en la ambulancia?—cuestionó Sasuke sacándolo de sus pensamientos.
—De ninguna manera, no la volveré a dejar sola—en ese momento, Hinata era su única prioridad y lo de más podía esperar.
—Ve con ella, yo personalmente iré con los hombres de Indra, para darle la noticia a Kaguya—aseguró Fugaku—Itachi y Shisui vendrán conmigo... el resto, ya saben lo que deben hacer—Obito, Izuna y Sasuke asintieron.
—¿Como está ella? ¿Porque no reacciona?—Madara veía la palidez en el rostro de su amada, que seguramente fue causada por la pérdida de sangre—¿Porque sangra tanto?—los paramédicos le colocaron la intravenosa a la joven, al igual que una mascara de oxígeno.
—Aún no lo sabemos señor, los médicos ya están esperando por ella en el hospital—respondió uno de ellos, tras monitorear los latidos cardiacos de la paciente. El trayecto hasta el hospital fue eterno para Madara, quien se mantuvo aferrado a la fría y frágil mano de su prometida.
...
La ambulancia aparcó en la zona designada para ellas y pronto bajaron la camilla con la paciente. El líder Uchiha prácticamente corría tras ellos, sin embargo, al cruzar unas puertas que conducían a cuidados intensivos, le impidieron pasar. Como ya se esperaba, se puso muy molesto, dado que no la quería dejar sola.
—Es mi prometida, quiero estar con ella—aseguró al médico de guardia que se vio obligado a intervenir en el altercado.
—Es un sitio restringido señor... su prometida será atendida por los mejores especialistas, traté de conservar la calma—sin lugar a dudas, Madara quería golpear a ese medicucho ¿como podía pedirle conservar la calma? Hinata era su vida, lo era todo para él y si algo le pasaba, no podría resistirlo.
—¿Madara?—el azabache se giró para encontrarse frente a frente con Mikoto—¿Que le paso a mi niña?—Temari y Karin se hallaban con ella, ya que Ino y Sakura se apresuraron a buscar información con sus superiores. El mismo Fugaku llamó a la dama Uchiha y le informó sobre lo sucedido. Contrario a lo que sus hijos creyeron, Mikoto no se molestó con su esposo por ser él quien le diera las malas noticias a Kaguya, mas bien, sintió mucha pena por ella, Indra era como un hijo y no podía imaginar, lo mucho que le iba doler, por otro lado, toda su preocupación se hallaba en Hinata. Ella se había visto obligada a dispararle a Shion y conociéndola, seguramente lo había lamentado desde antes de hacerlo.
—Estos no me dejan pasar, necesito estar con ella—Mikoto se disculpo con el médico, quien no tardó en huir del enfadado Uchiha.
—Ven... vamos a sentarnos hasta que tengan un diagnóstico—conforme pasaba el tiempo, más y más personas se iban uniendo a quienes esperaban. El primero en llegar fue Gaara, él se mostraba serio, pero sus ojos demostraban cuán preocupado estaba por la chica a quien consideraba como su hermana.
—¡No puedo soportar por mas tiempo esta incertidumbre!—soltó Madara poniéndose de pie y sobresaltando a todos con su repentina actitud.
—¿Como esta el cordero?—Obito se apresuró a llegar a la abarrotada sala de espera. Izuna y Sasuke lo seguían de cerca. Ellos terminaron con sus deberes y corrieron al hospital. Era la segunda vez en poco tiempo que se reunían en ese sitio.
—Familiares de la señorita Hinata Uchiha—un apuesto médico de cabello oscuro salió de las puertas por donde ingresaron a la ojiluna horas antes.
—¿Cómo esta ella?—Mikoto fue la primera en adelantarse, ya que Madara estaba muy alterado.
—En este momento se encuentra inconsistente, la herida en el cuello era poco profunda y el golpe que recibió en la nuca, no tuvo consecuencias...—el médico de nombre Utakata, tuvo que guardar silencio ante la intromisión del azabache mayor.
—¿Porque sangraba tanto? ¿Acaso había mas heridas?—Madara no sacaba de su mente, el frágil cuerpo de su amada, manchado de sangre.
—Bueno, la sangre se debió a la amenaza de aborto que se presentó, afortunadamente, logramos contenerlo y su embarazo podrá continuar con los cuidados adecuados—lo cierto fue, que a todos los sorprendió momentáneamente la información del médico, no obstante, quien mas impresionado terminó, fue Madara. Él aún no reaccionaba y de no ser por las palmadas de Izuna sobre su espalda, no sabía por cuanto tiempo se hubiera quedado pasmado.
—¡Embarazada! ¿Mi bonita está embarazada?—cuestionó más para él que para los otros.
—Así es, la señorita tiene siete semanas de embarazo—remarcó el médico—Por el momento esta fuera de peligro y el sangrado posiblemente se debió al estrés de lo que vivió en las últimas horas—Gaara, Kankuro y Temari, sonrieron complacidos. Obito, Sasuke e Izuna miraban a Madara con reproche, mientras que Mikoto se llevó las manos al pecho.
—¿Podemos verla?—preguntó Mikoto.
—En media hora la trasladarán a una habitación fuera de cuidados intensivos y ahí podrán verla—el médico le dio las indicaciones a una de las enfermeras para que les informara a donde la llevarían. Ino y Sakura, se unieron a ellos ya sabiendo las noticias, no obstante, Ino se despidió rápidamente, ya que acababa de enterarse por Toneri, de la muerte de Indra.
Toneri se veía muy triste y sólo saludó asintiendo con la cabeza a todos los presentes. La rubia se marchó con él para reunirse con Ashura. Él los necesitaba a ambos en ese difícil momento.
[...]
Kaguya lo supo, su corazón se lo decía desde que lo miró partir y la presencia de Fugaku se lo dejaba claro.
—Él murió ¿verdad? ¿Asesinaron a mi Indra?—toda la vanidad de la siempre elegante dama, quedó atrás ante los Uchiha, ahora se mostraba una mujer destrozada por la pérdida de un pedazo de su corazón. Aunque ella no lo demostrara, amaba a su familia con toda su alma... Indra, Ashura y Toneri, lo eran todo en su vida.
—Shion lo atacó por la espalda—el grito de la fémina fue de puro dolor. Shisui e Itachi bajaron la mirada y Fugaku por primera vez, observó a la imponente mujer ser quebrada por las circunstancias. Minutos mas tarde en los que nadie dijo nada, la mujer se recompuso y volvió a su habitual comportamiento.
—Tu presencia aquí, significa que hay más ¿no es cierto?—el Uchiha asintió—Entonces díganme absolutamente todo—ellos asintieron y ella apretó los puños conforme escuchaba.
Mas tardé, los azabaches se marcharon y antes que ella terminara de darle las indicaciones a su hombre de confianza, llegó Ashura. Sin decir palabras, ella caminó hacia él y lo envolvió en un maternal abrazo, uno que el castaño no recordaba haber recibido nunca.
Mas tardé, Toneri entró seguido por Ino. La Otsutsuki hizo lo mismo con Toneri y Ashura se aferró a la Yamanaka. A pesar de haber sido todo lo opuesto con Indra, él siempre lo quiso y su muerte había sido un duro golpe.
—Me haré cargo de todos los trámites para el funeral—afirmó Toneri limpiándose las lágrimas. Su tía lo había abrazado y le dolió mucho sentirla temblando como cualquier humana, ya que para él, Kaguya era algo sobrenatural, inalcanzable e incapaz de tener sentimientos y sentirla así, le causó mas dolor.
—Gracias por estar aquí—la fémina inclusive se acercó a Ino y se permitió darle un abrazo—Ashura te necesita a su lado—por ese día, ella se permitió mostrar un poco de vulnerabilidad—¿Saben? Yo no me identificaba mas con Indra por ser mi mano derecha... tampoco lo quería mas que a ustedes, aunque así lo demostrara... Él era quien mas se asemejaba conmigo y por lo tanto...—ella ya no logró hablar, ya que el nudo en la garganta se lo impidió, pero como que se llamaba Kaguya Otsutsuki, se vengaría de los culpables de su dolor y vaya que se desquitaría.
[...]
Hinata abrió los ojos lentamente, se sentía débil y algo mareada. Por el aspecto del lugar donde se hallaba, dedujo de inmediato que estaba en el hospital, acto seguido, las remembranzas de lo sucedido llegaron a su cerebro y de inmediato los ojos se le cristalizaron—¡Indra!—murmuró con tristeza. La mandíbula de Madara se tensó al escucharla, él se hallaba en el fondo de la habitación, ya había anochecido y la escasa iluminación, no lo hizo visible a la ojiluna. Aunque le estaba agradecido a Indra, tampoco era de hierro y verla besarlo le ocasionó una punzada de celos, luego escucharla llamar a Indra primero que a él, lo consternó aún más.
—¡Bonita!—Hinata se incorporó un poco y lloró extendiendo la mano libre de la intravenosa. Sin demora, Madara se acercó hasta ella y le tomó la mano. La ojiluna lloró aún más hundiendo el rostro contra su pecho y él temió que algo le estuviera doliendo.
—Creí que no volvería a verte—el azabache se conmovió—lamentó mucho haber desobedecido tus órdenes, de haberlo hecho, Indra no se hubiese arriesgado por mí y yo no tendría que...—recordar la sensación que le dio el arma una vez que cegó la vida de Shion, le causó escalofríos. Ni en sus mas oscuras pesadillas se imaginó asesinar a una persona y ahora que lo había hecho, no sabía que pensar.
—Tranquila mi vida, en tu estado no debes estresarte... ya habláramos de esto cuando el médico diga que todo está bien—la chica dejó de llorar y lo enfrentó ¿acaso su estado había empeorado? ¿Los terribles dolores en el vientre se trataban de algo malo?
—¿En mi estado?—el Uchiha sonrió y le besó la frente.
—Tienes siete semanas de embarazo bonita... pronto seremos padres—instintivamente, la chica se llevó las manos al plano vientre.
—¿Sere madre? ¿Estoy embarazada?—lentamente, el cerebro de la Hyuga comenzó a entender que los cambios en su salud, no se debían a una intoxicación, o malestar pasajero. No, sus síntomas eran por la vida que llevaba dentro.
—Así es y me has hecho inmensamente feliz—ella sonrió aún con lágrimas sobre sus mejillas. A pesar de ser joven, la ojiluna deseaba tanto convertirse en madre.
—Había mucha sangre y tenía fuertes dolores—ella volvió a llorar pensando en lo peor.
—Shhh, no llores más... el médico dijo que tuviste una amenaza de aborto, pero ya todo fue controlado y con los cuidados adecuados, nuestro bebé continuara creciendo aquí dentro—el azabache le besó el vientre con mucha delicadeza, mientras que ella dejó salir el aire que mantuvo dentro de sus pulmones, era un milagro que luego de lo vivido y de los dolores aunado al sangrado, aún estuviera embarazada—y yo como futuro padre, cumpliré todos y cada uno de tus antojos.
...
La ojiperla se volvió a dormir y Madara pasó la noche acompañándola, velando su sueño, se había prometido no volver a dejarla sola y pensaba cumplir.
Una enfermera entró trayendo con ella el desayuno de la joven y cuando se quedaron a solas, Madara se empeño en ser él quien la alimentará. Ella lucía tan adorable ahora que ganó color en sus mejillas.
—¡Mi niña que alegría verte sana y salva!—Mikoto abrió la puerta sin ceremonias y avanzó hacia ella, sin importarle la presencia de Madara. Hinata dejó lo que hacía y se cobijó en sus maternales brazos—Todos estuvimos tan preocupados por ti, incluso quienes viven lejos—la dama Uchiha sonrió haciéndose a un lado y la morena visualizó a Hizashi y a Neji. A partir de ese momento, le fue imposible contener el llanto.
Madara saludó a los Hyuga y les contó parte de lo sucedido durante el secuestro, luego se acercó a su prometida y la beso en los labios, informando que saldría por unas horas a encargarse de asuntos pendientes. No le hacía gracia dejarla sola, pero la habitación estaba casi llena con toda su familia, los Hyuga, Tenten, Gaara, Karin, Shikamaru, Temari, Kankuro y su novia, mientras el resto, permanecía en la sala de espera.
—¿Nos vamos?—Hashirama estacionó frente al hospital y recogió al Uchiha. Ambos irían al cementerio y acompañarían a Ashura en ese doloroso proceso.
[...]
—Kaguya ¿que significa esto?—cuestionó Danzo, mientras se mantenía amarrado en calabozos de tortura pertenecientes a los Otsutsuki. Ellos no sabían sobre los últimos acontecimientos, dado que Kaguya los mandó encerrar antes y ahí los mantuvo hasta que logró reponerse un poco de la dolorosa pérdida.
—Exijo que nos liberen, esta no es forma de tratar a las personas de confianza... Si el señor Indra se entera, seguramente se molestará mucho—Kaguya caminó hacia ellos y los encaró sin dejar de mostrarles la malvada sonrisa que ellos muy pocas veces miraron.
—Mi Indra fue traicionado y asesinado por culpa de las personas en las que confiaba—ambos tipos se sorprendieron mucho y no daban crédito a esa información—Ustedes dos cometieron el error de asociarse con esa perra.
—No, no es como parece, ella fue quien nos manipuló y...—el grito de dolor proveniente de Zetsu, le impidió continuar con lo que pensaba decir. La fémina le había propinado una descarga eléctrica y parecía bastante satisfecha con el resultado.
—Ustedes dos son tan responsables como lo es ella y por ende, los tres recibirán el mismo trato mientras se hospeden en nuestro hotel cinco estrellas—habló con sarcasmo, al mismo tiempo que hizo una seña a los guardias. Ambos hombres miraron encenderse la luz de otro calabozo. El sitio tenía una camilla rodeada de equipo médico y no fue hasta que elevaron la camilla, que no miraron a la persona recostada. Se trataba nada más y nada menos que de la mismísima Shion... El fatídico día que murió Indra, los paramédicos informaron que él había fallecido, no obstante, tanto Hinata, como Shion se hallaban con vida, fue entonces, que Itachi se hizo cargo del asunto, lo cual no fue un gran problema, dado que los paramédicos trabajaban para los Otsutsuki. En los registros se informó sólo sobre Hinata, dejando fuera a Indra y a Shion. Un equipo médico recogió a la ex amante del líder Otsutsuki y se la llevó a donde se encargarían de tratarle la herida hasta que se decidiera donde iba a permanecer.
Por último, Obito, Izuna y Sasuke, se encargaron del equipo de limpieza, dejando la propiedad sin cuerpos, ni huellas digitales, de ese modo, nadie sabría sobre la participación de Shion.
La visita de Fugaku a la ex líder, no era sólo para dar la noticia, sino también para saber que debían hacer con respecto a Shion. Por supuesto que Madara y toda la familia quería encargarse de ella, sin embargo, dadas las circunstancias, eran los Otsutsuki, quienes mas derechos tenían.
—Señorita Shion—murmuró Danzo.
—La misma—afirmó—y ahora que ya todos estamos reunidos, les dejaré saber, de dónde fue que mi sobrino aprendió a ser tan sanguinario, aunque debo decir que aún con toda su oscuridad, nunca logró superar a su maestra—Shion ya había recobrado el sentido y por primera vez sintió lo que era el verdadero terror, sobre todo, al escuchar los gritos de sus cómplices. Tenía razón, Indra siempre tuvo razón, al asegurar que su tía era decenas de veces mas sanguinaria—pero no teman, no pienso asesinarlos, después de todo, ante el ojo publico, ustedes tres salieron legalmente del país después de asesinar a Indra y nadie sabe su paradero, así que en su lugar, los tendré para volver a entrenar, ya que, tras la muerte de Indra, debo volver a ser la líder.
[...]
Dos meses después del secuestro, la boda de Hinata y Madara se había llevado a cabo, sin ningún contratiempo. Con seis meses de embarazo, Hinata posaba para el nuevo proyecto de Sasori, quien se encargó de convencer a Neji para que se uniera.
La pintura estaba quedando impresionante, puesto que se trataba de Neji como un ángel, protegiendo a la bella joven embarazada. Izuna y Obito habían reído hasta el cansancio, cuando un colega de Sasori llamado Deidara, sugirió que Madara debería aparecer en una esquina como un demonio, pues tenía toda la pinta de serlo. Neji guardó la compostura, aunque quería echarse a reír, mientras que Madara fue retenido por su hermano y sobrino para no asesinar al rubio.
Madara se vio obligado a contarle a su esposa sobre Shion. Le aseguró que no la había matado y que se hallaba presa en una prisión extranjera, de lo contrario, ella no iba a tener paz mental. Por otro lado, quién si se hallaba en una prisión en otro país, era Mei. Tras los sucesos, ellos se las ingeniaron para dar con ella, luego formularon un plan. La policía recibió una llamada anónima informando sobre paquetes de droga y armas en un apartamento de lujo, el cual pertenecía a la pelirroja. Por mas que negó ser la dueña o saber de dónde salió esa mercancía, los agentes no le creyeron y terminó donde se merecía.
Los Hyuga ya se habían mudado a Konoha con Tenten, quien ya era oficialmente la novia de Neji. Hizashi agradecía haberse mudado, pues ahí tenía a su sobrina, como los recuerdos de su hermano, ademas, disfrutaba mucho las reuniones con Minato, Shikaku, Fugaku y sus esposas, mismas que invitaban a la médica que llevaba en control del embarazo de Hinata, su nombre era Yume, una bella mujer de cabello oscuro hasta los hombros. La atracción entre la médica y Hizashi fue casi instantánea, incluso intercambiaron los números telefónicos desde el primer encuentro.
...
—¿Me dirás algún día que hablaron mientras estuvieron juntos en las dos veces que intentaron asesinarte?—Hinata sonrió y colocó las flores en la tumba de Indra. Ella iba a colocarle flores, cada vez que lo hacía con las de sus padres y la mayoría del tiempo, Madara se empeñaba en acompañarla.
—¿Para que quieres saberlo? De todos modos siempre terminas furioso cuando habló de él—respondió ella aceptando la manó del azabache. Su vientre le limitaba un poco la movilidad.
—No puedes juzgarme, él fue quien estuvo contigo en esos momentos y en ambas ocasiones, preguntaste por él al recobrar el conocimiento—el azabache asintió a los guardias de la entrada y continuó hasta estacionar frente a su hogar.
—¿Te quedarías tranquilo si te digo que me pidió perdón?—la chica sonrió y se agachó para recibir a sus dos perros. Ambos habían crecido hasta alcanzar la estatura de perros adultos, no obstante, el ánimo no disminuyó en lo absoluto.
—Hmph—soltó cruzándose de brazos. Odiaba no saber que tanto hablaron y si, sentía celos.
—Espero que no hayan cenado, porque prepare la cena—anunció Chiyo
—No y muero de hambre—Hinata y Chiyo se fueron a la cocina seguidas de los dos perros, dejando a Madara aún con los brazos cruzados y molestó por sentirse ignorado.
La cena transcurrió muy lenta, sobre todo, por la auto invitación de sus sobrinos, hermano, Kisame y Sasori. Hinata y Chiyo se la pasaron riendo de las payasadas que decían sobre Sasuke, ya que finalmente, Sakura se había desanimado con él y le dio el si a Naruto, mientras que él sólo deseaba continuar cuestionando sobre Indra, de lo contrario, no se iba sentir tranquilo.
...
—Por fin se largaron—Hinata salió del baño con una toalla envuelta en su cuerpo y otra sobre el cabello.
—¿Porque estás tan molesto? Desde que regresamos del cementerio estas así y a estas alturas, no creo que debas volver a acompañarme—Hinata intuía el motivo del mal humor y debido a lo sensible que se hallaba por las hormonas, le dieron ganas de llorar recordando como Indra murió en sus brazos. Si era sincera, debía decir que desde el incidente, no había habido un sólo día en el cual no llorará y el único que lo sabía era Gaara, ya que fue su apoyo en muchas ocasiones, aunque Madara también lo intuyó, por lo tanto, aguantó tanto tiempo sin interrogarla.
—¡Bonita!—de inmediato se acercó a ella y la abrazó, acción que le causó mas sentimiento empeorando el llanto—No llores otra vez, sabes que no puedo ver tus lágrimas—no era la primera vez que sus actos la hacían llorar y se odiaba por ser tan impulsivo—Tranquila, te prometo que nunca más volveré a preguntar sobre ese tema.
—Ahhh—Madara se alejó un poco para verla al rostro. Él pensó que la había apretado muy fuerte y se asustó.
—¿Te lastime?
—No es eso—ella sonrió y le tomó la mano para acomodarla en el lado derecho de su vientre—es su cabeza ¿la sientes? Está justo aquí—Madara llevaba tiempo queriendo sentir los movimientos mas fuertes, ya que sólo había estado sintiendo los mas pequeños.
—¿Tu también te molestas con papá?—luego del sobresalto, se llevó a la chica a la cama y apoyo su rostro sobre el vientre, quitando hábilmente la toalla y dejándola expuesta—Tal parece que nuestro Tenchi ya empieza a tomar partido y al igual que todos, te preferirá a ti—dos meses atrás, les confirmaron que el bebé sería un varón y ambos eligieron el nombre Tenchi para él.
Durante largo rato, Madara permaneció con su rostro pegado al vientre, mientras ella permaneció recargada en la cabecera con almohadas en su espalda. Esa noche, la ojiluna le contó todo lo que Indra habló con ella, dejándolo conforme, ya que también él, le tuvo que aclarar sobre los vídeos sexuales donde aparecía con Mei.
—Ya no hay dudas ¿verdad?—inquirió Hinata.
—Ninguna, así que podemos pasar a otra cosa—aprovechando la posición que tenía, se acomodó para prenderse a los tentadores pezones de su esposa. Se veían tan erectos, que parecían clamar por su boca. Desde que el embarazo comenzó a notarse, Hinata se puso mas bella y para el azabache, ella se convirtió en una tentación mucho mas grande que antes.
—Madara—lo llamó para que no succionara tan fuerte, al mismo tiempo que su cuerpo se acomodaba a voluntad del azabache.
—Debemos aprovechar bonita, Mikoto dijo que Tenchi me reemplazará en casi todo lo que me pertenece, incluso tendré que compartir esto—chupo ambos pezones haciéndola gemir de placer—por lo menos esto es sólo es para mí—sin reparos, le lamió la intimidad. Quizás era mas delicado mientras la penetraba, pero cuando la degustaba, él seguía siendo intenso y eso, aunado a lo sensible que se hallaba su esposa, la llevaban hasta el cielo en poco tiempo.
Esos comentarios, sonrojaban a la joven, pero en ese momento, sólo se dedicaba a dejarse hacer lo que el quisiera—Te amo Madara—le confesó al tenerlo sobre ella luego de darle la primera embestida.
—Sabes que yo te amo mucho mas—aseguró Madara ¿y como no hacerlo? Ella le había devuelto la felicidad, la humanidad y los sentimientos que despertó al saber que sería padre, aunque también conoció los celos y la inseguridad, las cosas buenas superaban las malas. A pesar de los malos entendidos, no dejaba de agradecer el heroico acto de Indra, ya que, de no ser por él, ella y su hijo hubieran muerto.
Mas tardé, ella se quedó dormida apoyando su delicada mano sobre su pecho. Sonriendo, le dio un beso en la frente y continuó mirando las fotografías de cunas que le estaban enviando Mikoto y sus sobrinos. Ellos no querían ser superados por Neji y Hizashi, quienes sugirieron la idea de regalársela. Lo mismo sucedió con los otros accesorios y todo porque Gaara le regaló la primer sonaja.
—Y esto apenas comienza—murmuro negando con la cabeza ante los comentarios de Obito.
Fin.
Finalmente después de tanto tiempo, he llegado al final de esta historia, la cual fue la que más tiempo me llevó. Les agradezco mucho a las personas que me acompañaron desde el inicio y no perdieron la confianza en mí, como también a los nuevos lectores. Estaré pendiente con el epílogo, aunque no prometo hacerlo rápido, si prometo hacerlo.
Me disculpo por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notara, apenas las encuentre y las iré corrigiendo 😊💕
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