Capitulo 24
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¿Porque no me dices que es lo que te está preocupado?—Kaguya quiso sonreír ante la suspicacia de Ashura. No cabía duda de que él había nacido para ser un detective—Tú sabes que lo hablado aquí, no se utilizará en mi trabajo, es una conversación entre familia y yo jamás iría en contra de mis principios—añadió dándole la confianza para que ella se liberara de la pesada carga que parecía tener.
—Se trata de algo muy serio y de ser acertadas mis conjeturas, podría desatar la furia de tu hermano mayor... incluso, mas que la última vez—la Otsutsuki sabía que podía confiar en Ashura y lamentablemente ya había confirmado sus sospechas sobre la participación de Shion.
—¿De que se trata? Me estás poniendo nervioso—el castaño sintió que se le erizaba la piel en cuanto escuchó lo dicho. Recordar la masacre de años atrás que desató Indra y pensar en volver a repetirla, no era algo agradable.
—Estoy segura que tenemos traidores entre nosotros y lo peor es que el atentado contra la Hyuga está relacionado con ellos—lo soltó tal como lo había pensado.
—¿Pero que estás diciendo tía?—nadie en su sano juicio sería tan estupido de traicionar a uno de los hombres mas sanguinarios del país y peor aún, se habían atrevido a dañar la mujer que lo enloqueció de amor.
—Lo se, incluso para mí es difícil de creer, pero tengo plena seguridad de lo que digo y no se como decírselo a tu hermano... Indra no perdonará una traición, ademas está loco por esa chiquilla, incluso ofreció una cuantiosa recompensa a quien le traiga a quienes atentaron contra ella ¿te imaginas lo que hará cuando se enteré que esas personas están mas cerca de lo que él cree?—la situación no era favorable y ambos lo sabían.
—Desgraciadamente si puedo imaginarlo—Ashura negó con la cabeza—Pero ahora dime ¿de quienes se trata?—aunque la información que iba recibir no podía ser compartida con nadie, el castaño estaba muy interesado en saber quién fue el autor intelectual del atentado en contra de la futura esposa de Madara, ya que días atrás pensó que su tía era la responsable.
—Danzo, Zetsu y la mente maestra... Shion—Ashura abrió la boca sin poder creerlo, al mismo tiempo que un sinfín de pensamientos iban y venían. Su cerebro recordó el cabello rubio que confundió con el de su tía y sonrió, Shion también tenía ese color, ademas, era ella quien mas ganaba con la muerte de Hinata, ya que desde su llegada a Konoha, su hermano se deshizo de ella, no obstante, el nombre de los otros dos, si lo tomó por sorpresa. Ellos dos eran las personas en quienes mas confiaba su hermano y por ende, la traición se iba sentir mucho mas grande.
—¿Estas completamente segura?—Kaguya asintió, ya que en los últimos días se había encargado de vigilarlos y como ya se lo esperaba, ellos eran culpables—Es increíble, Indra se pondrá furioso ¿como pudieron ser capaces de traicionarlo?—se preguntó mas para él que para ella.
—Estuve igual de sorprenda que tú, pero es evidente que Shion los supo envolver para que terminaran haciendo lo que ella quería, inclusive, temo que no se detenga hasta que logre asesinar a la Hyuga.
—¡Maldicion! Si algo así sucede, se desataría una guerra entre ambos bandos, los Uchiha, acusaran a mi hermano y tendrán razones válidas, ya que Shion lo está haciendo por la enfermiza obsesión que tiene por mi Indra y él por su parte, no podrá pensar con claridad si ella muere... Créeme tía, Indra está muy enamorado de ella, incluso lo veo mas enamorado de lo que estuvo en el pasado—añadió Ashura.
—Es lo que me temo y por supuesto que me he percatado del enamoramiento que Indra siente por la Hyuga, ese fue el motivo principal por el que esos dos se atrevieron a traicionarlo, pues dicen que por culpa de ella, tu hermano se volvió blando—Ashura asintió—y aún sabiendo lo que ocurrirá, ya no puedo continuar ocultando esta información a tu hermano.
—Tienes toda la razón, será mejor que se lo digas lo antes posible... Yo iré contigo para evitar que Indra cometa una locura—la fémina asintió y los dos salieron en busca de Indra, sin embargo, se vieron obligados a esperar por él, debido a que el mencionado, estaba atendiendo a tres empresarios y les pidió un poco de tiempo para terminar.
—¿Que pasa?—preguntó la fémina cuando Ashura respondió una llamada y su semblante cambió por completo, como si le hubieran dado pésimas noticias—¿Son malas noticias?
—Las peores—el castaño negó con la cabeza y desde su lugar, observó en dirección a donde se hallaba su hermano sin saber si interrumpir para informar e irse a cumplir con su deber, o permanecer en el mismo lugar esperando mas información. Sin duda alguna, las noticias harían temblar a varias personas.
[...]
Madara salió a reunirse con el resto de la familia para organizar los preparativos del próximo viaje, mientras que Hinata se dispuso arreglar la habitación de ambos. Luego de la candente noche que habían teniendo, quedo muy desordenada. Cambio las sábanas de la cama por unas limpias y cuando terminó con el baño, miró que había ropa de su prometido sobre el sofá y la llevó junto a las sábanas para también lavarla.
Apenas tomó en sus manos las prendas de Madera, sintió el olor a perfume femenino y humo de cigarros mezclados con el perfume que él usaba. Le pareció extraño, ya que dicho aroma a cigarrillos, es el mismo que se obtiene estando en los antros y en cuanto a la fragancia femenina, no sabía que pensar, sin embargo, lo que le dejó con una sensación de dolor en el pecho, fue la mancha de labial cerca del cuello de la camisa. Él le dijo que saldría con unos socios, ese fue el motivo por el que canceló la cena con ella.
Apretó la prenda con sus manos y trató de pensar con claridad. Madara no podía estarla engañando ¿o si? No, ella no podía dudar de él, ellos estaban comprometidos y en poco tiempo se casarían y aunque trataba de convencerse a si misma, la inseguridad comenzaba a apoderarse de todo su ser. Pérdida entre todas las probabilidades, pensó que quizás ella no era suficiente mujer para un hombre como él.
Las lágrimas no pudieron ser contenidas, ya que no encontraba ninguna explicación para que ese labial estuviera sobre la camisa. Era obvio que su prometido le permitió a una mujer estar muy cerca de él, mientras le mintió a ella dejándola encerrada con engaños.
Se limpió las lágrimas con molestia por ser tan débil y decidió no continuar pensando en diferentes hipótesis, primero debía estar segura de lo sucedido antes de sacar conclusiones aceleradas, después de todo, Madara no estaba solo, los chicos también estuvieron con él y ellos no serían capaces de engañarla.
—¿Pasa algo niña?—Chiyo la miró pensativa y un poco preocupada—¿Estuviste llorando?
—No... claro que no ¿porque lo haría?—preguntó con nerviosismo.
—No lo se, pero me gustaría que me lo dijeras, quizás yo pueda ayudarte—la suspicacia de la anciana le decía que no mostraba señales de dolor físico, por lo tanto, algo mas ocasionó sus lágrimas. Tal vez por la salida que daría su prometido en los próximos días. Esa fue la única razón probable que logró encontrar para dicho enrojecimiento de ojos, no obstante, tampoco era la primera vez que el azabache viajaba y en las ocasiones anteriores, la chica no se puso en ese estado.
—No es nada, no me haga caso—la ojiluna sonrió y se llevó a los perros para distraer la atención de Chiyo. No quería que supieran lo sucedido, prefería hablar con Madara para aclarar las dudas y dependiendo de sus respuestas, sabría cómo proceder.
...
La noche anterior al viaje de Madara con los otros Uchiha, Hinata se dispuso a indagar sobre la salida con los "socios" ya que él no le había dicho nada.
—¿Está todo bien bonita? Te he notado algo ausente estos últimos días—cuestionó Madara, minutos después de hacer el amor. Hinata se encontraba sobre su pecho y agradeció mentalmente que fuera él, quien diera inicio a la conversación.
—Todo bien, sólo me preguntaba sobre tu salida con los socios la noche que te preparé la cena... hasta ahora no te había preguntado nada y tú tampoco hiciste ningún comentario—aunque trató de mostrarse indiferente, ella sintió como los músculos del azabache se tensaron.
—Igual a todas, nada especial—respondió con suspicacia—¿a que viene la repentina pregunta?
—Eres mi prometido y todo lo que haces me interesa ¿acaso te molesta que quiera saber?—la joven se decepcionó, tontamente creyó que él le daría una explicación válida, pero si los dos días atrás no lo hizo ¿que le hacía pensar que de pronto lo haría?
—Que cosas dices bonita, claro que no me molesta, al contrario, tu puedes preguntar cualquier cosa que te de curiosidad y como ya te lo dije, no paso nada importante en esa aburrida reunión.
—Ya veo—soltó soportando el nudo en la garganta. En ningún momento le aclaró nada sobre el labial en la camisa y ese hecho le dolió mas de lo que hubiera imaginado. Madara se quedó en silencio, no quería continuar hablando sobre esa maldita salida y cuando ella no volvió a preguntar, creyó que ya se había quedado dormida. Suspiró frustrado, no le gustaba engañarla, pero tampoco podía decirle que clase de reunión había tenido, al menos, no por el momento.
A las primeras horas de la mañana, la primera en despertar fue Hinata, aunque prácticamente no logró dormir bien debido al sentimiento de dolor que parecía atravesarle el pecho. Los fuertes brazos de Madara la mantenían aprisionada y apenas la sintió moviéndose, el agarre se hizo mas fuerte. Era irónico, sus brazos eran su lugar seguro y en ese momento parecían asfixiarla.
—¡Buenos días!—las manos del azabache comenzaron a recorrerla, ambos estaban desnudos y aunque ella tenía la intención de resistirse, Madara logró seducirla como siempre lo hacía, no obstante, el Uchiha la sintió diferente, como si quisiera resistirse a estar con él. Atribuyéndolo a que se separarían por un par de días, la hizo suya con intensidad, con todo el deseo y amor que tenía por ella—Te amo tanto mi bonita—le confesó cuando ambos alcanzaron el orgasmo.
Diferente a las otras ocasiones, Hinata no le respondió y sólo serró los ojos dejándose llevar por la pasión, mientras las lágrimas mojaban sus mejillas.
En minutos, ella se levantó sin esperarlo y se duchó a toda prisa con la excusa de preparar el desayuno para Izuna, Obito y él. Madara se quedó sin palabras, no entendía bien el repentino comportamiento de Hinata y debido al corto tiempo que tenía antes del viaje, se tuvo que quedar con la duda hasta su regreso. En cuanto estuviera de regreso, haría lo que fuera por saber lo que le molestaba.
Ya con su maleta arreglada, se duchó y en minutos se reunió con su mujer en la cocina. Ella estaba terminando de poner los platos y como era de esperarse, Izuna y Obito ya se hallaban esperando por la comida.
—Eres la mejor corderito—soltó Obito sirviendo una segunda porción de pollo. La ojiperla sonrió y al mismo tiempo se preguntó ¿cómo Obito podía comer tanto sin aumentar de peso?
—Supe que había dangos y no pude evitar venir a comerlos—la voz de Itachi se escuchó desde la entrada y la ojiperla sonrió, ya que fue ella misma quien le envió una fotografía donde se los mostraba.
—¿Y a ti quien te invitó?—cuestionó Obito con fastidio.
—Hina me invitó y es todo lo que debes saber—respondió el mas joven abrazando a la ojiluna antes de sentarse a comer, no obstante, él también la notó melancólica y de inmediato la aparto un poco, bajo el escrutinio de Madara—¿Estás bien?—le preguntó en el oído y ella trató de sonreír al mismo tiempo que asintió.
Continuaron comiendo entre platicas, hasta el momento en que llegó Shisui avisando que ya debían irse. Uno a uno, se fueron despidiendo de Hinata, quedando Madara al final.
—Debo irme bonita... quiero que te cuides mucho en mi ausencia y si necesitas algo, no dudes en pedírselo a los guardias, ellos estarán a tu entera disposición...—el azabache guardó silencio mientras la abrazaba—Sabes que de no ser porque tengo que encargarme yo mismo de esto no me iría, no quiero dejarte sola—Hinata correspondió al abrazo aferrándose a él, tanto como le fue posible. No era que temiera quedarse a solas, su miedo era a perderlo por otra mujer.
—Tranquilo, no pasará nada, yo estaré esperándote, nunca lo olvides—se lo dijo con los ojos brillando debido a las lágrimas, mismas que evitó derramar frente a él.
...
Mas tardé, la ojiperla paseaba por los alrededores con sus perros. Madara le avisó que ya estaban instalados en el hotel que reservaron. Ella trató de olvidar lo sucedido, de igual manera, él no le había dado motivos para dudar, así que a su regreso, aclararía las cosas.
Mikoto se la pasó al pendiente de ella y le informó que esa noche los hermanos Sabaku irían a cenar con ella, acompañados de sus parejas. La noticia alegró a la chica y por el resto de la noche se olvidó del disgusto que tuvo.
—Si te sientes sola en ausencia de tu prometido, no dudes en llamarnos, nosotros estaremos encantados de venir hacerte compañía—soltó Temari hablando por todos.
—Así es, recuerda que no debes exponerte a salir sola, al menos hasta que descubran quien intentó dañarte—añadió Gaara antes de subir a su auto junto a Karin. Shikamaru, Kankuro y su novia estuvieron de acuerdo con Gaara y sin mas que hablar, se despidieron de ella.
—Mi niña, Fugaku y yo, iremos a una reunión de beneficencia ¿te gustaría acompañarnos? No quiero que te sientas sola—la fémina ya había tomado todas las medidas de precaución en caso de que ella aceptara ir con ellos, sin embargo, estaba segura que se negaría.
—Muchas gracias, pero preferiría quedarme y no se preocupe, no me sentiré sola, aquí esta Chiyo, también mis perros y por supuesto los guardias, ademas, Temari me ofreció venir si la necesito—no muy conforme, Mikoto tuvo que desistir. No tenía miedo a dejarla sola, después de todo, nadie sin autorización podía entrar en los terrenos Uchiha, pero hubiera preferido poder negarse a salir.
—Esta bien cariño, pero esta noche te quedas a dormir aquí en tu habitación y no aceptaré un no por respuesta.
Tal cómo le advirtió Mikoto, Hinata durmió en su antigua habitación. Al principio le costó un poco conciliar el sueño debido al cambio y a la ausencia de Madara. Estaba tan acostumbraba a dormir entre sus brazos que cuando no estaba con él, despertaba repetidas veces durante la noche.
...
El día después de dormir en casa de Mikoto, la ojiluna se despidió de ellos luego del desayuno y se fue a la casa que compartía con su prometido. Chiyo se fue a pasar la tarde con Sasori, por lo tanto se dispuso a continuar con el entrenamiento junto a Kisame, quien también le ayudó con las armas de fuego. Aunque había mejorado mucho, no creía posible dispararle a alguien, ni siquiera si su vida dependía de eso, por lo tanto, se enfocaba mas en la defensa personal y en aprender los movimientos básicos sobre artes marciales, después de todo, contaba con la ayuda de un gran maestro.
—Si este entrenamiento hubiese comenzado años atrás, serías un arma mortal pequeña, pero te garantizo que lograré hacer de ti, toda una guerrera—afirmó Kisame entregándole una botella de agua.
—¿De verdad lo cree?—la joven sonrió agradecida con el amigo de Itachi. Para ella era un privilegio tenerlo como maestro y le tenía gran admiración.
—Por supuesto que si, ademas, tienes muchas ventajas a tu favor, por ejemplo tu inocente rostro, con el que todos podrían pensar que eres incapaz de dañar ni a una mosca, aunado a tu estatura baja, misma que resulta perfecta para escabullirse fácilmente, en caso de ser necesario—la chica le mostró una genuina sonrisa y por ende, él también sonrió—El gruñon de tu novio estará muy complacido cuando vea lo mucho que has avanzado... incluso me encantaría que en unos años lograrás sostenerle una batalla cuerpo a cuerpo, aunque dudó que quiera ponerte una mano encima... al menos para lastimarte—la joven se puso seria y optó por cambiar de tema.
—Pensé que no vendría a entrenarme hoy—el varón frunció el ceño al notar como ella cambió de tema apenas le mencionó a Madara.
—Esa era la idea y no porque yo no quisiera hacerlo, sino porque tu prometido es muy posesivo contigo y cuando tiene tiempo libre, lo quiere pasar a tu lado—Hinata sonrió con tristeza. Él siempre fue así, la mayor parte del tiempo se empeñó en demostrarle cuanto la amaba, pero esa mancha de labial, junto a su silencio, lograron agrietar su confianza—y como estos días no estarán aquí, Itachi me llamó para que viniera a verte, por lo tanto, también entrenaremos mañana.
—Ya veo—murmuro pensativa—en ese caso, prepararé una buena comida para usted, Chiyo, Sasori y yo—Kisame asintió y mas tardé se despidió de ella. Las instrucciones de Itachi habían sido pasar la mayor parte del día con ella, de ese modo, no se sentiría sola.
Eran las ocho cuando Mikoto y Fugaku se despidieron para ir a la cena de beneficencia. Madara le estuvo enviando mensajes para decirle lo mucho que ya la extrañaba y también para decirle que al llegar al hotel la llamaría.
Se recostó con los perros en su cama y en ese momento, sonó el celular. Sonrió acariciando el suave pelaje de los dos animales y sin borrar la sonrisa, respondió la llamada entrante.
—Hola—sonrió esperando escuchar la voz de su amado.
—¿Sabes lo que hace tu prometido cuando se va a los bares?—la voz disfrazada con algún tipo de dispositivo, logró desconcertar a la Hyuga.
—¿Quien es usted? ¿Que pretende diciéndome esas cosas?—la joven miró la pantalla del teléfono para saber el número, pero era desconocido.
—Soy una persona que no tolera las injusticias y las infidelidades, por lo tanto, quiero abrirte los ojos. Madara Uchiha te engaña descaradamente. Él se dedica a organizar fiestas, que mas bien parecen urgías, como la que tuvieron un par de noches atrás y de la que te envié pruebas donde lo demuestra. Incluso en este momento, se encuentra reunido con su amante, a la que nunca dejó como te hizo creer, puesto que ella es a quien realmente ama... La única razón por la que está contigo, es por la larga competencia que ha mantenido con Indra Otsutsuki desde que ambos conocieron a tú madre.
—¡ESO ES MENTIRA!—gritó Hinata asustando a los cachorros.
—Lamentó mucho ser yo quien te aclare todo, pero no estoy mintiendo y si no me quieres creer, te envié las pruebas de donde y con quien se encuentra cuando no esta contigo, ademas, ahí tienes la dirección del discreto sitio donde él se reúne con Mei. Si quieres continuar siendo un trofeo en medio de dos competidores, quédate de brazos cruzados y olvida las fotografías, los vídeos y esta llamada, pero si deseas atraparlos mientras se burlan de ti, tienes la oportunidad perfecta para desenmascararlos y demostrarles que no eres la pobre huérfana ingenua, como se refieren a ti cuando están juntos—la Hyuga negó una y otra vez ¿que estaba pasando? ¿Porque ahora que Madara no se encuentra? Primero el labial, luego el silencio de su amado y por último, esa extraña llamada.
—¡Un momento! ¿Que gana usted con esto?—la joven estaba llorando, no quería terminar la llamada por miedo a mirar las supuestas pruebas, aunque algo en su interior se comprimía de dolor.
—No gano absolutamente nada, simplemente soy una espectadora que ha sufrido mucho por las infidelidades de las personas en las que creía y viendo como te hacen lo mismo, no me pude quedar de brazos cruzados observando como se ríen de tu buena voluntad... De verdad, espero haberte ayudado—durante unos segundos todo quedó en silencio, como si ambas estuvieran pensando—y una cosa más... en caso de que vayas a comprobar lo que digo, asegúrate de no ser vista por los guardias o los choferes, es obvio que ellos trabajan para los Uchiha y por ende, le habrán avisado mucho antes de tu llegada, incluso, quizás ni te dejen salir. Como muestra de mi buena fe, un taxi te estará esperando en la cafetería que queda a tres cuadras de donde vives—sin esperar a recibir respuesta, la llamada concluyó y lo que la ojiperla había estado temiendo pronto apareció ante sus orbes.
Lo primero fue un vídeo de pocos minutos donde se apreciaba claramente a Madara, Izuna y Shisui, rodeados de varias mujeres desnudas. La misma camisa con labial que encontró, era la que él llevaba puesta. Sin querer perder ningún detalle, se obligó a mirar todo y aunque él no hizo lo que hicieron los otros, tampoco podía saber lo que sucedió el resto de la noche, no debía ser algo bueno, ya que todos le ayudaron a mentirle.
Dejando el vídeo de lado, dio paso a las fotografías, en ese momento sintió su corazón partiéndose en diferentes partes y como si se tratase de una película, los recuerdos de los años que siguieron al asesinato de su familia, mismos que involucraban a Madara como su verdugo, comenzaron a aparecer. Madara, la persona que se encargó de brindarle un hogar, fue la misma que también se encargó de dejarle claro cuál era su lugar dentro de la familia Uchiha—Pero que tonta fui al creer en alguien como él, alguien que no se inmutó al encerrarme durante años en un internado, era capaz de amarme... ¿Entonces nunca terminó su relación con Mei?—se preguntó con el rostro bañado en lágrimas. Las fotografías no dejaban lugar a las dudas, en todas se podía ver el cuerpo desnudó del azabache. Ella había memorizado todas y cada una de sus cicatrices, mismas que se mostraban ahí. La pelirroja sonreía a la cámara mientras las manos de Madara le sostenían los senos.
Incapaz de continuar presenciando tal crueldad, quiso levantarse de la cama, no obstante, el repentino mareo aunado a las náuseas se lo impidieron. Respiró hondo y apenas se sintió mejor, corrió al baño donde volvió el estómago. Pensó que ese malestar se había producido gracias al asco, el dolor y la desilusión que le causaron las imágenes anteriores.
Se paseaba de un lugar a otro sin saber exactamente que hacer. Había llamado a Itachi en repetidas ocasiones, sin embargo, no obtuvo respuesta. Con mucha mas ansiedad, se dispuso a llamar al mismo Madara, quería gritarle todo lo que pensaba de él, pero tampoco hubo respuesta y eso sólo la descontroló mas de lo que ya estaba, pues según lo que le dijeron, su prometido se hallaba con Mei en esos momentos, por lo tanto, no tenía tiempo de responder las llamadas de la huérfana.
Necesitaba hacer algo o de lo contrario su malestar iría en aumento y lo mejor era ir a encontrarlo, así ya no habría dudas.
Sabía que no iba poder salir sin ser perseguida por los guardias, así que se sumergió en diferentes formas de perderlos, hasta que finalmente la misma programación del televisor que estuvo viendo minutos atrás, le dio una idea. Era algo un poco loco, pero si lo hacía bien, podía funcionar.
Llamó a un salón de belleza y pidió una maquilladora y una manicurista, luego llamó a un lugar de masajes y también pidió a una chica que llegara a la misma hora que las otras. Por último pidió dos pizzas de diferentes pizzerías y un taxi. Tenía dinero en efectivo y les pagaría a todos por sus servicios aún si no los recibía, ya que su intención era irse entre todos esperando no ser vista por los guardias.
Una vez completado su plan inicial, se dispuso a dar aviso a los guardias. Les pidió alejarse un poco para no asustar a quienes llegarían. Ellos accedieron ya que no podían contrariarla, aunque no tenían intención de perderla de vista por nada del mundo.
...
Uno a uno los vehículos fueron arribando frente a la mansión de Madara. Hinata le pagó a todos y les explico a las masajistas y las otras chicas, que por el momento no podía tomar sus servicios debido a una emergencia. También les pidió irse al mismo tiempo y fue así que ella se mezcló con ellos.
Suspiro aliviada creyendo que había engañado a los guardias, no obstante, ellos nunca la perdieron de vista y la seguían de cerca sin ser detectados por ella. Para personas tan experimentadas, el truco de la ojiluna era de principiantes y aunque trataron de comunicarse con Madara o con alguien cercano a él, no obtuvieron respuesta. Sin importarles nada, continuaron tras ella hasta que se detuvo en una cafetería cercana y cambió de taxi.
No sabían cuál era el plan de la chica ni porque trataba de perderlos, pero eso les hizo sospechar, así que estaban por detenerla, cuando dos autos los interceptaron estrellándose contra ellos. Lo siguiente que lograron ver, fue tipos armados dirigiéndose a ellos.
Afortunadamente, los autos eran blindados y no sufrieron pérdidas humanas, no obstante, perdieron a la chica. Las autoridades pronto hicieron acto de presencia y para su sorpresa, era el mejor amigo del jefe quien los interrogó, al parecer, estaba cerca y decidió responder personalmente.
—¿Que ha sucedido?—preguntó mirando el estado de los vehículos.
—Seguíamos a la prometida del jefe, ella quiso escaparse y la seguimos sin ser vistos, pero cuando cambió de un taxi a otro, dos autos se estrellaron contra nosotros... estoy seguro que lo hicieron con la intención de distraernos—relató uno de los guardias.
—¿Hinata está afuera?—cuestionó en pánico—¿Esta sola?
—La señorita hizo hasta lo imposible por engañarnos, en realidad no sabemos porque quería huir sin ser vista y como puede ver, desgraciadamente lo logró—el hombre le contó todo a Hashirama, quien ya había empezado a llamar a Madara para darle las malas noticias.
—¡Oh no!—exclamó el castaño luego de intentar contactar a Madara y no obtener respuesta—Esto esta muy mal, debe haber una razón realmente importante para que Hinata haya salido y el que lo hiciera en secreto, sólo me lo deja mas claro—siendo compañero de Ashura, Hashirama pronto lo puso sobre aviso. La idea era ayudarse mutuamente a movilizar la mayor cantidad de agentes, ya que si a esa mujer le sucedía algo, ambos rivales harían temblar Konoha, especialmente Madara.
[...]
—Como odio estas aburridas reuniones, ni siquiera se porque tengo que asistir, total, ustedes se las pueden arreglar sin mi—soltó Obito masajeándose las cienes luego de haber firmado el contrato empresarial.
—Se necesitaba la presencia de todos para firmar—aclaró Sasuke—además no eres el único a quien no le gusta esto, pero siempre te estás quejando como si fueras un niño malcriado a quien le faltaron muchas nalgadas—Izuna arrojó el licor que había estado bebiendo al no lograr contener la risa, Shisui también se rio de Obito, mientras que Itachi y Madara, se dedicaron a masajearse las cienes sabiendo lo que seguía.
—¿Eso crees?—preguntó Obito de manera retórica.
—Eso creó—le respondió Sasuke de la misma forma.
—¿Y porque no intentas dármelas mocoso? No lo sé, quizás logres acertarme alguna caricia antes de que yo te noquee, como lo he hecho innumerables veces.
—¿En serio piensas que no puedo vencerte?—Sasuke sonrió con arrogancia. Si bien es cierto que en el pasado, Obito y todos los demás, lograban golpearlo y ridiculizarlo por ser el mas pequeño, ahora era perfectamente capaz de darle batalla a todos sin inmutarse, eso sin contar, lo mucho que disfrutaba vengarse de los golpes anteriores.
—No sólo lo pienso, estoy completamente seguro—Obito también se sentía muy seguro de sus habilidades, ademas, necesitaba acción luego del aburrimiento que tuvo que soportar durante la junta—¡Venga!—el mayor se deshizo del saco y se preparó para intercambiar golpes.
—Tu lo pediste—Sasuke se le fue encima dispuesto a darle la golpiza de su vida, sin embargo, antes de que ambos lograran tocarse, Madara se interpuso.
—¡YA BASTA!—la fuerte voz logró atraer las miradas de los curiosos y también logró que ambos menores desistieran de golpearse—¿QUE DEMONIOS LES PASA? PARECEN UNOS NIÑOS ¿COMO PUEDEN ASPIRAR A QUE ALGÚN DÍA LOS PUEDA DEJAR A CARGO DE MI PUESTO?—ambos agacharon la cabeza y no se atrevieron a responder, no obstante, si pudieron apreciar el momento exacto en que Shisui los grababa con su celular mientras permanecía tras Madara.
—El nos está graban...—los dos apuntaron a Shisui.
—CIERREN LA BOCA—Madara los silenció de inmediato y ya no pudieron quejarse. El azabache mayor continuó con la reprimenda y por lo tanto, no puso atención a su celular. Itachi quien se dedicó a observar sin decir nada, pronto sintió la vibración de su teléfono y al ver de quien se trataba, se apresuró a responder.
—Diga—Madara frunció el ceño ante la interrupción, sin embargo, Itachi lo ignoró y continuó con la llamada—¿Hinata?—apenas escuchó el nombre de su amada, el mayor se enfocó por completo en su sobrino—Esta bien... saldremos ahora mismo—la llamada concluyó y todos se acercaron a Itachi en busca de información.
—¿Que pasó con el cordero?—cuestionó Sasuke.
—Ella está bien ¿verdad?—Izuna trataba de creerlo, aunque a juzgar por la expresión de Itachi, eso estaba lejos de ser cierto.
—Habla de una maldita vez Itachi—Madara se acercó a su sobrino y exigió respuestas.
—No lo se, Hinata se escapó y los guardias fueron atacados para que ya no la siguieran.
—¿Como que se escapó?—Obito revisaba su celular en busca de contactos.
—Eso no tiene sentido, el cordero no haría algo así—añadió Shisui.
—No lo sabremos hasta no estar allá, así que será mejor darnos prisa—Itachi se tomó las cienes. Algo en el relato de los guardias le daba muy mala espina, ademas, él notó que ella le estaba ocultando algo y aunque trataba de no pensarlo, temía que el cordero estuviera en grave peligro.
...
Durante el trayecto a Konoha, Madara ya había llamado a Hashirama y su amigo le contó todo lo sucedido. Trataba de encontrar una razón por la cual su mujer se hubiera portado de esa manera tan extraña y no llegaba a ningún lado, su bonita nunca tomaba decisiones impulsivas ¿entonces que la llevó a escapar? Luego recordó lo extraña que la notó la mañana que se despidieron y se le erizó la piel.
—No voy a perdonarme si algo le pasa a mi bonita—afirmó en medio de la desesperación que sentía por no lograr llegar antes—Nunca debi dejarla sola, yo debía estar a su lado.
—Tranquilo hermano, trata de conservar la calma, apenas lleguemos a Konoha y daremos con su paradero—aseguró Izuna—Obito ya está accediendo a las últimas llamadas que recibió en su celular y en minutos sabremos con quién habló para que tomara la decisión de salir a escondidas.
—No tendré piedad con quienes estén tras esto—aseguró Sasuke luego de intentar contactar a Hinata en múltiples ocasiones.
[...]
—Aquí es señorita—Hinata miró el lugar y soltó el aire, había notado que el sitio estaba un poco alejado de la ciudad, no obstante, lo único que le preocupaba era no ser detectada antes de atrapar a Madara con su amante. A esas alturas, ya tenía los ojos hinchados por tantas lágrimas derramadas—¿Necesita que la esperé?—cuestionó el chofer para que se diera prisa. El tipo era uno de los guardias que consiguieron Danzo y Zetsu. Aún sin querer participar en las locuras de esa mujer, ya no tenían otra opción mas que ayudarla en su último capricho, sólo esperaban que Indra nunca lo supiera.
—¿Lo haría?—preguntó antes de bajar.
—Claro que si, después de todo, la señorita que me contrató, me pidió cuidar muy bien de usted—Hinata se limpió el rostro.
—En ese caso, se lo agradezco mucho—sabiendo que iba regresar pronto, la ojiperla ni siquiera bajo su bolso donde llevaba su celular.
El lugar parecía una bonita casa de campo con bellos jardines, en otras palabras, el sitio perfecto para reunirse con la persona que amas. El refugio donde se dedicaban a burlarse de ella. Sacudiendo los pensamientos, abrió la puerta frontal sin hacer ruido para no alertar a nadie. Lo primero que hizo cuando estro, fue llevarse la mano al pecho. Los gemidos femeninos mezclados con los masculinos, lograron hacerla retroceder, sin embargo, la voz de Mei nombrando a Madara le dieron el valor y el coraje de continuar hasta la habitación en la que se revolcaban.
Con furia, abrió la puerta de golpe y dirigió sus orbes hasta la cama esperando verlos perdidos en la lujuria, no obstante, se sorprendió al encontrar la cama vacía. Los gemidos continuaron y pronto se percató de que provenían del televisor.
—¿Pero que significa esto?—ni bien terminó de realizar la pregunta, sintió un fuerte golpe tras la cabeza y todo se oscureció.
[...]
Shion sonrió con satisfacción cuando leyó el mensaje de Mei, diciendo que acababa de llegar a Suiza. La muy tonta no se dio cuenta que a ella no le importaba su suerte y por ende, dejó su rostro a la vista para hacerlo mas creíble ante la mocosa Hyuga, incluso se aseguró de descargar algunos vídeos, mismos que engañaron a su presa para colocarla justo donde la quería.
—Creo que nuestro trabajo aquí está concluido—anunció Zetsu.
—Así es, además debemos regresar, de lo contrario, Indra puede sospechar de nosotros—añadió Danzo.
—Esta bien, por ahora no los necesito aquí... pero no olviden que si yo caigo, me aseguraré de que también ustedes se caigan conmigo—odiando las amenazas de Shion, ambos salieron dejando atrás a la joven inconsciente que fue amarrada a una silla de metal y a la desquiciada captora que no dejaba de verla mientras bebía champaña.
—Sólo esperó que logremos salir de esta—repuso Danzo.
—Lo mejor que nos pudiera ocurrir es que el Uchiha terminé asesinando a Indra luego de creerlo culpable por la muerte de su prometida, de lo contrario, ya estamos muertos—Zetsu pensaba en quitar a Indra del liderazgo, pero no se atrevía a conspirar en su contra y quizás ya había llegado el momento de luchar contra él, aunque era mas fácil decirlo que hacerlo.
[...]
—Pasen—Ashura y Kaguya entraron al despacho de Indra luego de haber esperado alrededor de cinco minutos, los cuales parecieron horas, al menos para el castaño—¿Que los trae por aquí a ambos?—era extraño ver a sus parientes juntos buscando tener una conversación con él.
—Antes que nada, debes tratar de conservar la calma—advirtió Kaguya logrando el efecto contrario en su sobrino mayor.
—¿De que se trata? Hablen de una vez—la paciencia no estaba en las virtudes del Otsutsuki.
—¡Bien...!—Ashura tomó todo el aire que sus pulmones le permitieron—Hashirama me llamó para avisar que Hinata está desaparecida—con una velocidad sobrehumana, Indra se puso de pie y avanzó hasta su hermano.
—¿Que estás diciendo? ¿Cómo que está desaparecida?
—Aparentemente ella salió de los terrenos Uchiha sin querer ser seguida y sin ningún motivo aparente, pero cuando sus guardias la seguían de cerca, fueron interceptados por unos sicarios, logrando que la perdieran—el mayor de los hermanos sintió algo parecido a lo que experimentó en el pasado y no quería que la historia se volviera a repetir. Podía vivir viendo a Hinata con Madara, pero no quería pensar en nunca más volver a verla—y eso no es lo peor—añadió Ashura—al parecer, la responsable del atentado es Shion—Indra dejó de escuchar y apretó los puños ¿como no lo vio venir? Por supuesto, ahora todo tenía sentido, había sido esa maldita mujer y conociéndola como la conocía, no iba detenerse hasta no quitarle la vida a Hinata.
—¡Maldita perra!—gritó arrojando un vaso sobre la pared—Debi encargarme de ella cuando tuve la oportunidad de hacerlo—sin perder el tiempo levantó el teléfono y se disponía a marcar el número de Zetsu.
—Espera—intervino la fémina—hay algo mas que debes saber—luego de lo informado por Kaguya sobre las personas en quienes confiaba, la frustración de Indra se fue en aumento. Se sintió como un imbecil por haber confiado en las personas equivocadas y de no ser por la situación que atravesaba con respecto a Hinata, ya estuviera planeando las mejores maneras de torturarlos, tal como lo hacían con los traidores.
—Tengo que dar inicio a la búsqueda—Indra se puso serio y miró directamente a su hermano—será mejor que te marches, no creo que te guste escuchar lo que haré para encontrarla—Ashura asintió sin sentirse ofendido, pues ya imaginaba lo que haría Indra—¿Podrías averiguarla dirección de todas las propiedades pertenecientes a la familia de Shion?
—Cuenta con ello—respondió Kaguya antes de abandonar el despacho de su sobrino, mismo que ya había realizado distintas llamadas. Debía evitar a cualquier precio que Hinata sufriera algún daño y la mejor manera era tratar de engañar a Shion.
Sin perder el tiempo, fue a su habitación y se cambió de ropa. Colocó todo tipo de armas que acostumbraba portar cuando se enfrentaba a algún peligro y una vez terminó, salió rumbo a su auto, en donde su tía ya lo esperaba con la información que le había pedido.
—Debo irme, te veré luego—con el listado de las propiedades pertenecientes a la familia de Shion, ya se había hecho una idea de donde debía buscar, sólo tenía que llamarla para tratar de ganar tiempo.
—No quiero que vayas solo... deja que los guardias te acompañen—Kaguya no supo explicar la sensación que sintió dentro de su ser al verlo irse tan seguro de si mismo. La ansiedad la invadió y como en muy pocas ocasiones lo hacía, abrazó al varón y le dio un beso en la frente.
—Puedo encargarme de esa demente con mis propias manos, no te preocupes—Indra frunció el ceño ante el repentino acto de su tía—y algo mas... si esos dos traidores se presentan aquí, no los pongas sobre alerta, no les digas que ya lo sabemos todo ¿de acuerdo?—Kaguya asintió y sin importarle el pedido de Indra, envió a un grupo de guardias tras él.
Continuara.
Lamento mucho la gran demora en actualizar esta y las otras historias, lo que pasa es que estuve fuera por casi dos semanas y no tenía buena internet en el lugar donde estuve. Trataré de ir actualizando mas rápido y en cuanto a esta historia, el siguiente capítulo sera el último. Lamentó las faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notara, apenas las encontré y las iré corrigiendo.
Para quienes siguen Acorralada, esa será la siguiente actualización seguida de No quiero ser ella o la que salga primero😊💕
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top