Capitulo 23
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¿Llegaron las pruebas de ADN que solicitamos?—cuestionó Hashirama cuando miró a Ashura ojeando unos papeles provenientes de los laboratorios a donde los habían enviado.
—Si, pero a pesar de obtener resultados, no hay coincidencia con los que ya tenemos registrados en nuestra base de datos—respondió desanimado.
—¿Eso quiere decir que el responsable nunca ha infringido la ley?—Ashura asintió—¡Rayos! Después de todo, estamos como al principio, sin absolutamente ninguna posibilidad de avanzar a menos que esa persona cometa un crimen por el cuál se requiera obtener sus muestras—el Senju sabía que Madara se pondría furioso y lo mismo sucedería con Indra.
—Lo único que puedo deducir es que se trata de una mujer, dada la longitud de los únicos dos cabellos existentes—Ashura leyó la descripción del cabello e inevitablemente frunció el ceño. No podía decir nada, pues no sería ético, pero lo que si haría, era hablar con la persona a quien creía responsable, en cuanto terminará su turno.
...
—¿Que se te ofrece Ashura?—cuestionó Kaguya.
—Necesitó hablar contigo de algo muy serio.
—¿Conmigo?—la mujer se sorprendió, ya que su sobrino casi no buscaba hablar asuntos serios con ella, la mayor parte del tiempo, se iba directamente con Indra.
—Si y se trata del atentado que sufrió Hinata Uchiha—la fémina se llevó los dedos al puente de la nariz. Estaba harta de escuchar ese nombre, puesto que Indra hasta había ofrecido una gran recompensa por obtener el nombre de quien atento contra ella.
—¿Que pasa con ella?
—Encontramos una peluca y unos lentes que dejo el responsable y de los cuales obtuvimos ADN, no obstante, pertenecen a alguien cuyo perfil nunca ha sido tomado por las autoridades...—el castaño lanzó un suspiro—lo que si obtuvimos fue la descripción de los dos cabellos dejados en la peluca.
—¿Y que tengo yo que ver en eso?—ella seguía sin entender, pero al ver la preocupación en el rostro de su sobrino, sintió curiosidad.
—Los cabellos eran largos y rubio claro, muy claro... eran semejantes a los tuyos—aclaró dejándola perpleja—Por favor, dime que no fuiste tú quien atentó contra ella—Kaguya se sorprendió, ahora ya podía entender el motivo por el cual su sobrino se veía tan preocupado.
—¿Yo?—inquirió ofendida—¿Porque haría tal cosa?
—No lo se, mejor dime que tu no lo hiciste y no lo digo por las consecuencias legales, me refiero a la furia de Indra... Tu mejor que nadie sabe de lo que es capaz—por supuesto que lo sabía, después de todo, ella fue quien le enseñó muchas de las sanguinarias técnicas que ejercía Indra.
—Para tu tranquilidad, te diré que yo no lo hice y tampoco mande a nadie para hacerlo. De haberla querido muerta, ya lo estuviera, sabes que no acostumbró tener fallas en mis propósitos—esa respuesta bastó para tranquilizar al castaño, sin embargo, aún tenía sus dudas. Sólo esperaba que en realidad ella no lo hubiera hecho, pues su hermano la asesinaría sin importarle el parentesco.
...
Los días transcurrieron y Kaguya había olvidado la conversación con Ashura, pero al reunirse con Indra para rectificar las cifras de la empresa, llegó uno de sus subordinados a quien él había llamado.
—¿Han encontrado algo?—el tipo negó con la cabeza.
—Aún no hay nada señor, ni siquiera las autoridades lograron saber a quien pertenece el ADN—en ese momento, entraron Zetsu y Danzo, logrando que Kaguya sintiera que la garganta se le secaba ¿podría ser? Se preguntó casi en pánico. Se dedicó a mirar a los recién llegados y notó lo nerviosos que se pusieron al escuchar las preguntas que realizó Indra en torno a la joven Hyuga.
—Esta bien, mantenme informado de cualquier cosa que averigüen—el tipo asintió y se marchó agradecido de no haber enfurecido a su jefe.
—¿Ustedes tampoco han obtenido nada?—les preguntó directamente a los dos tipos, mismos que Indra consideraba de su entera confianza.
—Hasta ahora nada—respondió Zetsu, mientras ella los escudriñaba en silencio. No pasó mucho tiempo para que el lenguaje corporal los delatara... estaba segura que ellos sabían algo. No, no podía ser posible que las dos personas en quienes mas confiaba Indra, se dejaron persuadir por esa desquiciada ¿acaso no sabían de lo que su sobrino era capaz? Ellos mejor que nadie conocían como Indra arreglaba cuentas con los traidores y tratándose de esa chica, las cosas subían de nivel, ni siquiera con la madre, él se miró tan enamorando como se veía en esta ocasión. Los volvió a mirar e intentó negarse a los hechos, no obstante, la sugerencia que lanzó Shion aquella vez, aunado a los dos cabellos, dejaban muy poco margen de equivocación ¿Que iba hacer con esa información? No sabía si debía decirle a Indra y por otro lado, si no lo hacía, era como ser igualmente culpable, ya que tampoco ella toleraba la traición dentro de la organización.
—Mañana continuaremos con esto, por ahora me retiro—se dirigió directamente con Indra y esté asintió, luego se despidió de Danzo y de Zetsu. Necesitaba estar a solas para pensar en lo que debía hacer.
[...]
—¿A donde salió Hinata en mi ausencia? Y ni siquiera se molesten en negarlo porque ya lo se todo, sólo quiero que sean ustedes dos quienes lo confirmen—Izuna y Obito se miraron entre si, mientras Sasuke sonreía en forma de burla por la reprimenda que se llevarían esos idiotas. Ellos estuvieron fuera del país por tres semanas, por lo tanto, ya se habían confiado y creyeron que ese asunto era cosa del pasado.
—Ella, bueno, ya sabes nosotros...—Izuna se enredó con sus palabras sin decir nada coherente.
—¿Si ya lo sabes para que lo preguntas? Tu mejor que nadie debería saber que es muy difícil negarle algo al cordero, ademas ¿que querías que hiciéramos si ella pidió algo tan simple?—Obito prácticamente aceptó que en realidad si salió y Madara ya no tenía dudas sobre sus sospechas. En realidad él no sabía nada, sólo fingió saberlo para obtener respuestas y tal como lo imaginó, ellos cayeron en la trampa.
—Déjense de rodeos y díganme de una maldita vez ¿a donde salió?—Shisui e Itachi negaron con la cabeza al percatarse del plan de Madara y estaban igual de seguros, que ellos caerían en la trampa.
—Nos pidió llevarla a la mansión Hyuga—soltó Izuna.
—Si serán imbeciles, les di sólo un mandato y ustedes no pudieron mantenerse firmes ¿acaso no saben el peligro que corre estando fuera?—les gritó molestó.
—Si ya sabías que no podíamos negarnos a ella ¿para que la dejaste a nuestro cargo? Y aunque te pongas como el ogro que eres, no estamos arrepentidos de haberla complacido y lo volveremos hacer si ella lo pide—repuso Obito sin preocuparse por la creciente molestia del mayor.
—Obito tiene razón, además nosotros mismos la llevamos con los perros y pasamos una excelente reunión con su familia... tampoco somos tan irresponsables para dejarla desprotegida, no olvides que aunque tú seas su futuro esposo y creas quererla mas que nadie, nosotros también la queremos y estaremos dispuestos a protegerla a cualquier costo—añadió Izuna dejando que la ira del mayor fuera disminuyendo en cuanto supo que ellos mismos la acompañaron.
—El cordero estaba muy triste y aburrida, pero luego de pasar unas horas con su familia, su semblante cambió considerablemente, incluso les mostró a los Hyuga las habitaciones que ocupaban sus padres y ella mientras vivían allí, a pesar de los tristes recuerdos, ella se mantuvo serena en la mansión—concluyó Obito.
Madara resopló derrotado, ya que ellos tenían razón. No podía pretender que Hinata se mantuviera encerrada tal como lo estuvo en el internado, por lo tanto, se sintió en deuda con su hermano y sobrino por aminorar la tristeza de su niña mientras él no estaba presente. Desgraciadamente, el continuo encierro tendría que seguir hasta que encontrarán al responsable por el atentado. Prefería verla triste, pero a salvo, que verla en peligro, después de todo, no creía que el responsable pudiera ocultarse por mucho tiempo, debía haber cometido un error y Hashirama aseguró que no descansaría hasta dar con esa persona.
—Ahora dime ¿como fue que te enteraste? Ella nos aseguró que no te diría nada y se que no lo hizo, entonces no logró pensar en algún mas—inquirió Izuna, causando la risa de Sasuke y de Shisui.
—¿Hay algo gracioso?—Obito se molestó al no entender el porqué de las risas.
—Nadie se lo dijo, él obtuvo verdades utilizando mentiras, tal como lo hacemos al momento de obtener información de los infiltrados a quienes atrapamos, para luego interrogarlos—aclaró Itachi y las risas en forma de burla aumentaron—Lo que no me queda claro ¿es como cayeron en algo que ustedes hacen prácticamente a diario y a la perfección?
—Lo que pasa es que tratándose del cordero...—Izuna mejor guardó silencio al saberse atrapado, no obstante, tratándose de Hinata no estaba pensando con claridad y sabía que a Obito le sucedió lo mismo, por lo tanto, ninguno de los dos captó la estrategia de Madara al momento de interrogarlos.
—Lo que ustedes tratan de decir es que ademas de dejarse persuadir por el cordero, también bajaron las defensas hasta el punto de no enterarse del plan que uso el tío Madara—soltó Sasuke, dejándolos sin argumentos para defenderse.
—Llegaron los nuevos inversionistas, así que déjense de provocaciones y pórtense como adultos ¿está claro?—Fugaku estuvo afuera de la sala de juntas, esperando a los cuatro invitados, sin embargo, desde afuera podía escuchar la reprimenda de la que eran víctimas Izuna y Obito. Dejó que continuaran hasta el momento en que le avisaron que los inversionistas tomaron el elevador para encontrarse con ellos, por lo tanto, debía ser inflexible al momento de callarlos.
La junta dio inició y todos los temas fueron cubiertos, en la mayoría por Itachi y en parte por Sasuke, quien cada vez tomaba mas responsabilidades en la empresa. Madara se sintió orgulloso del mocoso, ya que era el menor y ya había superado sus expectativas en ambos mundos. Cuando a él le tocará retirarse tal como lo hizo Fugaku, Itachi sería su sucesor, no obstante, si el mayor declinaba el cargo, Sasuke sería la mejor alternativa. Obviamente, jamás se lo diría directamente, o nadie aguantaría su ya crecido ego.
Finalmente dos horas mas tarde, la junta terminó y Madara estaba por marcharse, no obstante, Itachi lo retuvo.
—Recibimos una llamada de Hong Kong para informarnos que obtuvimos esa plaza—los rostros llenos de satisfacción se reflejaron en los azabaches, sin embargo, Madara soltó un suspiro—ya sabes lo que eso significa ¿verdad?—cuestionó mirando directamente a Madara.
—Si... tendremos que viajar, al menos por un par de días—ese hecho nunca antes fue un problema, pero ahora que estaba Hinata en peligro, las cosas cambiaron drásticamente. No quería dejarla sola, sin embargo, ganar ese negocio sobre los Otsutsuki, fue un gran avance y no podía déjalo de lado—eso significa que la dejaré de nuevo... ¡Maldicion! No creí que esto sucedería ahora, no sin haber atrapado a quien intentó matarla.
—Tomaremos todas las precauciones necesarias, reforzaremos la vigilancia, incluso hablaremos con los hermanos Sabaku para que también nos ayuden en nuestra ausencia—repuso Shisui.
—Recuerda que nunca ha habido intrusos dentro de nuestros dominios y esta no será la primera vez—concluyó Fugaku dejando mas tranquilo al líder de la organización, así que sin más que decir, quiso salir de la empresa dejando a sus sobrinos encargados de los posibles pendientes, él ya no iba poder concentrarse, pues lo único en su mente era ver a Hinata. La partida sería en dos semanas y pensaba disfrutar al máximo el tiempo con ella, incluso le ayudaría a Obito a mostrarle cómo disparar. Cualquier cosa que ayudará a prepararla, no estaba de más.
—Un momento Madara—lo llamó Sasuke antes que lograra irse como lo había planeado—nuestros socios rusos están aquí y quieren una fiesta privada en nuestro club... ya sabes lo excéntricos que son... a ellos les gusta mezclar el placer con los negocios, así que pidieron a las bailarinas desnudistas mas bellas de la cuidad y como el líder de la organización, estás obligado a ser quien los reciba, ya que ellos sólo confían en ti y en papá, pero por obvias razones, él no asistirá.
—Ya lo creó que no—Fugaku comenzó a ahogarse con el agua que bebía y su primogénito se aclaró la garganta ante la lluvia de vergonzosos recuerdos—si la última vez mi hermana terminó afofetando a la bailarina rubia que prácticamente bailaba sin sostén frente a él y no conforme, quebró todas las botellas sobre la mesa, en esta ocasión, estoy seguro que incendiara el bar—soltó Izuna causando las risas de Obito y Shisui.
—Incluso los rusos salieron asustados por la furia de la tía—añadió Obito. Nadie supo como fue que Mikoto se enteró de las "reuniones" que tenían en el bar con los líderes de la organización Rusa, pero como si se tratara de un demonio, ella entró en el mismo momento en que una de las chicas se empeñó en entretener al único azabache que no participaba en los juegos lujuriosos que tenían los otros varones, después de todo, a pesar de ser mayor, el ex líder Uchiha era muy atractivo. La rubia se deshizo de la diminuta blusa quedando sólo en tanga y de un momento a otro, se vio abordada, no por el varón, sino por la esposa de esté. El Uchiha mayor estuvo durmiendo durante dos meses en otra habitación y desde ese vergonzoso día, no volvió a intervenir en dichas reuniones anuales.
—Pero yo ahora estoy con Hinata ¿que pasa si se entera?—la idea de esa reunión no le hizo gracia a Madara por muchas razones y la primera por supuesto, era que tenía que mentirle a su prometida, ella nunca entendería algo tan depravado, aunque no le sería infiel como lo fue cuando salía con Mei, de todos modos no quería asistir.
—Dudó que Hinata haga lo mismo que mi madre, pero...—Sasuke se quedó callado. No, por supuesto que el cordero no haría algo así, el problema era que quizás haría algo peor, no obstante, negocios eran negocios y Madara como el cabecilla principal debía estar presente, aunque fuera por un par de horas—sólo intentemos que no se entere—optó por advertir ante los posibles escenarios que ocurrirían.
—Ya no hay tiempo de que se lo digas, pero te sugiero que apenas te marches, le confieses donde estuviste—sugirió Itachi.
—¿Y porque no la llevas contigo? Después de todo, ella sabe a lo que nos dedicamos y estando ella, nadie se acercara a ti, por lo tanto te podrás marchar apenas termines de hablar con nuestros socios—sugirió Obito.
—¿Estas loco? ¿Cómo crees que la llevaría a una reunión como esa?—reprochó Madara.
—Recuerda que ella será tu esposa y por lo tanto, es mejor que este a tu lado—repuso Fugaku una vez que se recuperó de los recuerdos.
—Esos depravados querrán comérsela con la mirada, incluso estoy seguro que se le insinuarán—el lado posesivo del líder no lo dejó pensar con claridad. Él no iba poner un cordero frente a una hambrienta manada de lobos.
—Entonces te sugiero que lo hagas bien y evites a cualquier precio que ella se entere... conozco a Hinata y se que se molestaría incluso si te encuentra mirando chicas desnudas en televisión—advirtió Sasuke.
—No se enterará y cuando llegue el momento adecuado, yo mismo se lo diré—concluyó Madara con molestia.
—Como quieras, ahora vámonos o llegaremos tarde—advirtió Izuna. Todos subieron a sus respectivos autos que los llevarían al bar donde también realizaban los negocios ilegales, solo Fugaku volvió a su hogar, era mejor continuar con la calma en su matrimonio, que volver a dormir en la dura cama que su mujer se encargó de colocar para él, mientras lo mantuvo alejando sin siquiera dirigirle la palabra.
[...]
—¡Bonita! ¿Cómo estuvo el entrenamiento con Kisame? —el Uchiha la llamó para avisar que no lo esperará despierta.
—Mejor que ayer, él dice que estoy mejorando mucho.
—Me alegró ¿y que estás haciendo ahora?—quería continuar escuchándola.
—Lo estoy esperando—Hinata sonreía mientras hablaba—y le preparé su platillo favorito para la cena—Madara se sintió mal por tener que mentirle y no sabía si era convincente, ya que nunca antes tuvo necesidad de hacerlo, él siempre manejó su vida como le venía en gana y ahora tenía a su ángel, a quien no quería entristecer.
—Lo siento tanto pequeña, pero tengo una reunión con unos inversionistas y nos invitaron a cenar—la risa de la chica se esfumó, no obstante, entendió el motivo.
—Está bien, será para mañana entonces—ella no dejó que él percibiera la decepción en su voz y lo animó a cenar bien. Madara concluyó la llamada con culpabilidad por estarle mintiendo.
La ojiperla se deshizo de toda molestia y regresó a la sala donde la esperaban sus visitas.
—¿Y Madara creyó que no saliste a ningún lado?—cuestionó Mikoto directamente a la ojiperla. Chiyo y ella tenían mucha curiosidad por saber si el líder se había quedado convencido. Había pasado algún tiempo y su hermano aún no hacía un escándalo, lo cuál le resultó extraño.
—Si, él me creyó y ya no hizo mas preguntas, de todos modos no me siento cómoda mintiéndole y cuando esté sin pendientes y mas tranquilo se lo diré—Mikoto ya lo imaginaba, eso era típico de su niña, ella no sabía mentir.
—¿Estás segura? Después de todo, ya pasó tiempo y quizás sea mejor dejarlo así—sugirió Temari, quien llegó de visita acompañada de Karin, Sakura e Ino. Ellas sabían que Hinata no podía salir, por lo tanto, procuraban ir seguido para que no se aburriera tanto. Lamentablemente su tío, Neji y Tenten habían tenido que regresar a Londres, aunque sería por un corto tiempo, ya que oficialmente se mudarían a Japón.
—Se que me ahorraría una reprimenda, pero pronto nos casaremos y no quiero tener ningún secreto con él, a ese acuerdo llegamos cuando formalizamos y se que Madara sería incapaz de ocultarme algo—Mikoto sonrió sintiéndose conmovida por el amor que esa pequeña le tenía a su hermano.
—Ashura y yo, también tenemos ese acuerdo—añadió Ino sonrojada al recordar a su apuesto prometido. La pareja formalizó su relación y pronto se casarían.
—Supongo que así debe de ser, pero yo no le cuento todo a Shikamaru y mucho menos, los sucesos irrelevantes, no obstante, si me entero que él me oculta algo, soy capaz de castrarlo—Chiyo se atragantó al escuchar a la rubia mientras se hallaba en la cocina y en segundos se escucharon las risas de Mikoto, Karin, Ino y Sakura. La ojiperla negaba con la cabeza compadeciendo al pobre Nara.
...
Como a las once de la noche, las chicas se marcharon. Mikoto se fue desde antes y se sorprendió al encontrar a su marido durmiendo. Le pareció extraño que no estuviera con el resto de los miembros ya que Hinata le dijo que tenían una reunión.
Chiyo se retiró a dormir y la Hyuga también se fue a su habitación. Los perros ya se hallaban en sus camas así que se acostó a leer un libro que le regaló Kisame.
Pasada la medianoche, Madara regresó a su mansión. Había querido hacerlo desde antes, pero esos bastardos se embriagaron y les llevó mas tiempo finalizar las negociaciones. Encima estuvo prácticamente toda la noche alejando a las bailarinas que se empeñaban en "entretenerlo" como al resto de los azabaches, incluso Itachi monto un candente espectáculo en el lado mas oscuro del bar. El chico se dejó dar sexo oral por una de las bailarinas, cosa que Obito aún con una manó en los senos de su acompañante, se encargó de grabar en su celular con la mano libre. Eso era un ambiente al que jamás expondría a su inocente niña.
Entró en la habitación y la encontró dormida. Sin querer acercarse por miedo a despertarla, se fue a dar un baño dejando la ropa en una de los sofás.
En minutos regresó vistiendo unos bóxers y se acercó a ella. Su intención era dejarla dormir, pero con sólo abrazarla sintió su ereccion creciendo. Se mantuvo unos minutos queriendo dormir, hasta que finalmente no lo logró. Con el sigilo de un cazador, se fue colocando bajo la fina sabana que cubría el cuerpo de la ojiperla.
Con mucha delicadeza le retiró las bragas, al mismo tiempo que fue abriéndose camino entre sus piernas aún bajo la manta. Hinata vestía con un pequeño camisón de seda y no usaba sostén, lo cual hizo sonreír al azabache. Colocó el rostro entre las piernas de su chica y ayudandose de sus dedos comenzó a lamerla, primero lento, luego mas rápido, mientras los involuntarios movimientos que daba la ojiperla lo animaban a ser mas intenso, como le gustaba ser.
Hinata sintió un increíble placer mientras dormía. Ella creyó que se trataba de un sueño, no obstante, su cuerpo se movía cada vez mas y fue entonces que sus orbes se abrieron de golpe. Tardó unos segundos en comprender que era lo que estaba sucediendo, no fue hasta que no dirigió su visita hacia abajo que notó el bulto moviéndose bajo la manta. Lentamente levantó la tela para encontrarse con la imagen mas erotica que casi la lleva al orgasmo. Madara sonrió sin dejar de verla y retiró por completo la manta, a fin de cuentas, ya había conseguido su objetivo.
—¡Mmm... Madara!—ella quería hablar pero lo único que salió de su boca eran gemidos llenos de placer unidos al nombre de su amado. Aferrandose fuertemente a las almohadas, el cuerpo de la ojiperla convulsionó de placer y sin esperar a recuperarse, el azabache la embistió con rudeza.
—Durante todo el día imaginé este momento—le dijo antes de besarla. La ojiluna sintió su aliento mezclado con alcohol, lo que le dejó claro una cosa... esa noche sería para amarse hasta el amanecer.
...
—¡Buenos días bonita!—la ojiluna abrió los ojos y se encontró a Madara vestido con ropa informal. Él sostenía una bandeja con diferentes platos para ambos—¿Estás cansada después de tu insaciable hombre te tomara durante toda la madrugada?—el sonrojó se apoderó de la chica y buscó el reloj para saber la hora.
—Ya es mediodía—envuelta en una manta se puso de pie—en seguida regresó—corrió hacia el baño y se duchó lo mas rápido posible. En minutos regresó ya vestida y presentable.
—Ahora siéntate—ella obedeció y ambos comieron entre cómplices sonrisas causadas por los indiscretos toques que se daban.
—¡Madara!—lo llamó tomando valor—Tengo algo que confesar—el Uchiha se estremeció pensando en la sugerencia de Itachi sobre contarle donde estuvo la noche anterior—cuando salió de la cuidad dejando a Izuna y a Obito, yo... yo los convencí de llevarme a la mansión Hyuga—evitando verlo por temor a ser reprendida dirigió sus orbes abajo—Se que estuvo mal y nunca debi ponerlos a ellos en ese problema, yo lo siento mucho... ya no podía continuar ocultando lo que hice—el Uchiha la miró sin saber que decir, pues ese era el momento perfecto para confesarle lo que también hizo él, no obstante, ante su silencio, ella creyó que estaba molesto y se levantó para evitar llorar.
—Ven aquí bonita—al notar su error, se levantó y la llamó.
—No—respondió sin girarse a verlo.
—¡Hinata!—la advertencia en la voz del azabache, no la hizo obedecer, así que fue hacia ella y la levantó en brazos—Dije que te acercarás y si no lo haces por las buenas, lo harás por las malas... ahora te daré un castigo—camino con ella y entró en el baño donde se dispuso a llenar la tina—anoche no te tomé aquí, por lo tanto, lo haré ahora mismo—pronto la desvistió dejando atrás la molestia de la chica.
—¿Entonces no estás molesto conmigo?—le preguntó poco antes de sentarse sobre su hinchado miembro.
—Claro que no—le mordió el cuello haciéndole soltar un gemido de dolor y placer—pero si estoy caliente, así que deberás apagar el fuego que iniciaste—sujetándola de la cintura, la bajo hasta lograr introducir su pene en la apretada feminidad de la joven.
Ambos disfrutaron estando juntos, ya que Madara tendría que salir en los próximos días. Él se convenció que no hablaría de lo sucedido hasta que no estuviera de regreso. No quería arruinar los momentos de felicidad que tenia con ella.
[...]
—La verdad, a pesar de no ser enemigas, no encuentro el motivo para esta reunión, recuerda que ya ninguna de las dos estamos con los hombres que amamos, porque ese hecho nunca ha pasado desapercibido para nadie, tu al igual que yo, amas a tu ex amante—concluyó la pelirroja aún renuente a imaginar que ellas dos pudieran tener algo de que hablar.
—Antes que nada debo decir que tienes razón en todo, incluso en lo enamorada que estoy de Indra... y como tú misma lo dijiste, ellos son nuestras ex parejas—Shion se sentó en la sala luego de presentarse en el apartamento de Mei para proponer un trato, cosa que Mei aún no comprendía—ambas fuimos desechadas por la misma mocosa que llegó de pronto a arruinarlo todo.
—En eso tienes razón, puesto que yo siempre fui a quien Madara llevaba a todos lados, incluso creí que pronto formalizaría nuestra relación—soltó con molestia mientras recordaba lo vívido con el Uchiha.
—¡Exacto!—exclamó Shion—Ya estás entendiendo.
—Aunque así fuera ¿en que cambiaria las cosas si nos unimos? Recuerda que nadie en su sano juicio se atreve a desafiar a los hombres mas poderosos y sanguinarios del país...piénsalo ¿que podríamos hacer nosotras?—la pelirroja suspiró derrotada.
—¡Bien!—Shion finalmente se levantó del sofá y se puso seria—Tengo una propuesta para ti.
—Si se trata de desafiar a Madara, olvídalo, no arriesgaré mi vida gritándole insultos a esa estupida, después de todo, ella no creerá nada y él, no dudaría en asesinarme—concluyó dejando claro que no quería ningún percance con ellos.
—Aquí hay suficiente capital, mismo, que nunca has visto reunido en toda tu vida—Shion abrió un maletín llenó de dinero—Como bien sabes, el dinero no es y nunca ha sido un problema para mi y si tú me ayudas, todo esto será tuyo... podrías irte del país, comenzar una nueva vida y sobre todo, tendrías la oportunidad de vengarte de esa tipa—Mei miró asombrada el maletín, ella tenía razón, ni siquiera estando con Madara llegó a tener acceso a esa cantidad y por otro lado, ya había acariciado la idea de mudarse a otro sitio, no obstante, tampoco quería desafiar a Madara, él era capaz de buscarla hasta por debajo de las piedras si se enteraba que hizo algo en contra de la mocosa.
—Sabes que ni doblando esa cantidad lograría escapar de la furia de un Uchiha y más aún, si ese Uchiha es Madara... si se entera que hice algo para dañar a su prometida, me torturara hasta la muerte.
—Tu lo has dicho, si se entera ¿pero que tal si te digo que nunca se enterará que tú tuviste algo que ver con su separación? Piénsalo, quizás cuando ya no estén juntos, hasta podrías volver con él.
—En caso de aceptar ¿que deberá hacer?—la ex amante del Otsutsuki sonrió al ver que Mei había mordido el anzuelo.
—Como toda mujer enamorada, estoy segura que conservas innumerables fotografías del Uchiha sobre tu cama—Mai pensaba negarlo pero la otra fémina continuó hablando—no tiene sentido negarlo, porque yo tengo cientos de ellas mientras Indra se quedaba dormido luego de nuestros apasionados encuentros, incluso tengo vídeos, mismos que él nunca supo que tomé, por lo tanto, estoy completamente segura que tu también los tienes—la pelirroja miró hacia otro lado aceptando que tenía razón, incluso pasaba noches reviviendo sus encuentros que ya no podía tener con él.
—Está bien, si las tengo ¿y que hay con eso?—aun no lograba entender hasta donde quería llegar Shion.
—Todo esto será tuyo, si tú me das algunas de esas fotografías, incluyendo el número de la Hyuga y no me digas que no lo tienes, porque como ya te lo dije, se que tenemos mucho en común y que apenas la consideraste un posible peligro, indagaste en su celular en busca de ese contacto—de nuevo Shion parecía saberlo todo.
—Pero Madara se dará cuenta que fui yo quien exhibió esas fotos—Mei no era tan tonta para exponerse de esa manera.
—Como ya te dije, "si se entera" Verás, durante todo este tiempo me he mantenido en busca de información que conlleve a deshacerme de ese estorbo y el esfuerzo finalmente dio frutos—Shion sonrió al recordar la información que obtuvo sobornando a la bailarina exótica, una de las seleccionadas para estar en el bar de los Uchiha—mis informantes me dijeron que tanto los Uchiha, como los Otsutsuki, estuvieron compitiendo por un contrato empresarial, mismo que obtuvieron los Uchiha, por lo tanto, ellos saldrán del país por un par de días, siendo el momento perfecto para que nosotras actuemos... bueno, para que yo lo haga, ya que tú sólo debes entregarme las fotografías y tomar el pago... del resto me ocuparé yo personalmente—Mei se quedó pensando en la propuesta, sin embargo, todavía tenía dudas al respecto.
—¿Estás segura que no me veré involucrada?—la idea de separar a Madara de esa chica y en un futuro regresar con él, era muy tentadora, por otro lado, Shion le aseguró que su nombre no se vería envuelto en dicha separación.
—Lo estoy, ademas, supongo que en dichas fotografías, tu rostro no es visible ¿o me equivoco?—Mei le dio la razón—Entonces no tienes nada de que preocuparte, pero si tienes dudas, esta misma noche te puedes marchar, así cuando llegue el momento, nadie podrá vincularte.
—Sólo tengo una duda—habló la pelirroja una vez que aceptó el trato y sostuvo el maletín con el dinero—¿que es lo que harás con exactitud? Me refiero al hecho de querer aprovechar la salida de Madara.
—Separarlos querida ¿que otra cosa podría hacer?—respondió rodando los ojos.
—Pero si queda separada de Madara ¿no sería una amenaza mas grande para ti? Estoy segura que Indra no perderá el tiempo y pronto querrá ocupar el lugar de Madara en la vida de esa chica—algo no cuadraba en ese extraño plan y por más deslumbrada que estaba por tantos billetes, aún lograba pensar con racionalidad.
—No te preocupes por ella, si todo sale como lo planeé, esa maldita entrometida regresará a Boston, o quizás a Londres con el resto de la familia Hyuga... te garantizo que no volverá a estorbar en nuestras vidas.
—En ese caso, tenemos un trato—ambas brindaron y Mei accedió a sus archivos privados donde guardaba celosamente las pruebas de sus íntimos encuentros con el hombre que amaba. Shion se encargó de seleccionar las más comprometedoras y edito por completo algunos detalles, tales como las fechas. La estupida Hyuga debía creer que esas imágenes eran recientes, incluso se encargó de colocar en algunas de ellas, las fechas de la última salida que dieron todos los Uchiha. Con las imágenes que obtuvo por medio de la bailarina, la tonta jamás dudaría que las fotografías del azabache eran alteradas.
—¡Perfecto...! Con estas es más que suficiente—soltó Shion guardando el contenido en sus archivos.
—Sólo lamento no poder ver el rostro de esa estupida cuando las vea—añadió Mei.
—Tienes razón y como es de esperarse, correrá a donde Madara no la encuentre, lo cual será con su familia, o en Boston, donde pasó los últimos años antes de regresar a Konoha—Shion finalmente salió del apartamento de Mei. Sonrió con malicia sabiendo que pronto lograría obtener lo que deseaba.
Lo primero en su plan fue enviar las fotografías y los vídeos de la reunión en el bar, a la tonta Hyuga. Una vez sembrada la duda, ella no dudaría en creer en las comprometedoras fotografías que obtuvo de Mei y cuando lo hiciera, estaría completamente en sus manos.
Continuara.
Lamentó mucho la tardanza, como también las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notara, apenas las encuentre y las iré corrigiendo. Sólo le queda un capítulo a la historia para finalizarla, dependiendo de la cantidad de palabras, puede ser dividido en dos, pero ya está en su final. Se que me demoré mucho en lograrlo por algunos percances que me hicieron querer borrarla, pero agradezco no haberlo hecho, ya que desde que la planeé me gustó como se llevaba a cabo y como finalizaba. 😊💕
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