Capitulo 21
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Shion arrojó su bolso contra el sofá y de inmediato se dirigió a servirse un trago del licor más fuerte que encontró. La adrenalina que experimentó al descargar el arma contra esa estupida mocosa, ya la había abandonado y en ese momento intentaba tranquilizarse. Nadie la miró, ademas, se deshizo del arma, el coche y guantes al igual que peluca de cabello oscuro, la cual uso en todo momento, así que no tendrían cómo rastrearla, incluso si alguna cámara de seguridad la captaba, les sería imposible identificarla.
Iba por el segundo trago y aún no lograba calmarse. La sensación en su mano tras disparar esa arma era embriagadora. No estaba segura si se trataba por ser la primera vez en que le disparaba a alguien, o si se trataba de la persona a quien le disparo, lo que fuera de las dos cosas, quería volver a sentir ese excitante sobresalto, sólo esperaba haberla matado, aunque eso significara no mirar el miedo en ella.
Llevaba tiempo siguiéndole los pasos, ya se había percatado de sus costumbres y esa mañana no sería diferente, continuó espiándola y se percató de los dos perros. Sonrió con malicia pensando en atropellarlos antes de asesinarla. Luego lo enfocó a él... era Indra, pero ¿que estaba haciendo él en ese parque? ¿Acaso tenían una cita? Continuó atenta y cuando los miró juntos, su autocontrol desapareció. Tomó el arma con las manos temblorosas debido a la rabia consumiéndole los sentidos. Le resultó difícil pensar con claridad, lo único en su mente era borrarla, eliminarla y apartarla de su amante. No estaba preparada, pues no pensó dispararle ese día, sin embargo, se vio obligada a improvisar dadás las circunstancias.
Lo único que le molestaba era no haber podido disfrutar al máximo de su obra, puesto que se tuvo que ir huyendo, de lo contrario, los hombre de Indra le darían alcance y caer en las vengativas manos de su amado, era algo que jamas estaría dispuesta a enfrentar. Indra podía llegar a ser el peor de los sádicos cuando cobraba las cuentas pendientes y aunque le doliera admitirlo, sería capaz de torturarla personalmente, si llegaba a enterarse que fue ella quien atentó contra la Hyuga.
Ya con el cuarto trago, se puso de pie y se fue a llenar la tina. Tomaría un baño de burbujas y lo disfrutaría al máximo. Lo único que le quedaba por hacer, era esperar noticias sobre el resultado de sus actos.
[...]
—Siento mucho haberlos preocupado—Madara arqueo una ceja al escuchar a su prometida. Ella se sentía mal por haberlos preocupado, mientras ellos se culpaban por no haberla cuidado mejor. Era evidente que debía poner más vigilancia y si de él dependía, no la apartaría de su lado en ningún momento, no obstante, las clases para su defensa personal, tendrían que aplazarse y cuando se sintiera mejor, serían bienvenidas para ella. Esta vez fue una arma de fuego, pero quizás, después la intentarán atacar en combate cuerpo a cuerpo.
—No digas eso, todos estamos felices de saber que estás bien—él quería preguntarle sobre lo que habló con Indra, pero dadas las circunstancias, optó por no hacerlo. Esperaría a que ella estuviera lista para decirle, lo menos que necesitaba en ese momento eran sus celos—De ahora en adelante, te prometo cuidar mejor de ti, no dejaré que nadie te haga daño, no soportaría perderte... ¡Mi bonita!—le besó los labios con necesidad, con amor y trató de trasmitirle sus sentimientos, debía dejarle en claro, lo mucho que la amaba.
—¿Sabe? A pesar de no tener miedo a morir, hoy sentí que no quería hacerlo, hoy por primera vez, tuve mucho miedo a ser llevada por la muerte... pero no temía por mí, después de todo, desde que murieron mis padres mi deseo era que el destino nos volviera a unir. El miedo que sentí ante la muerte, era a dejarlo a usted, a ya nunca más volver a verlo, a no volver a sentirme protegida entre sus brazos... Tenía tantos planes para nuestro futuro juntos. Quería tener hijos lo más pronto posible, dedicarme a amarlos tanto a ellos, como al padre—todo lo decía sin dejar de verlo a los ojos—y en segundos, todo se veía amenazado con desaparecer, todos mis planes para hacerlo feliz estuvieron a punto de no realizarse.
—¡Mi pequeña niña!—con todo el cuidado que pudo, le besó todo el rostro. Ella ni siquiera pudo medir el impacto que sus palabras tuvieron en él. Escucharla decir aquello, calentó su pecho. Pensar en los niños que procrearían, en la amorosa madre y esposa que sería, le dio el sentimiento de infinita felicidad aún en medio del momento que vivían, no obstante, debía sentirse feliz de saberla sana y salva—Si algo te hubiera pasado, créeme que en poco tiempo te hubiera dado alcance, yo no podría vivir sin ti.
—No diga eso, usted tiene familia que lo quiere y dependen de su colaboración. No sería justo...—la silenció con un casto beso.
—¿Cuando te volviste tan madura?—la felicidad era visible en el rostro del Uchiha y la chica sonrió más relajada. Tenerlo con ella era lo mejor que podía pasarle.
—No lo se... supongo que desde que estamos juntos—respondió en automático y con total convicción.
—En ese caso, apenas te pongas bien y haré mi mejor esfuerzo para dejarte embarazada... O quizás ya lo estés bonita, después de todo, no hemos usado protección mientras hacemos el amor—el pálido rostro de la ojiluna se calentó por completo, estaba segura de verse sumamente ruborizada. Madara no se inmutaba al hablar temas tan íntimos en cualquier sitio. A veces pensaba que lo hacía a propósito con la intención de burlarse de ella.
—No diga eso aquí... alguien podría escuchar—lo reprendió sintiendo su corazón latiendo desenfrenado por las sensuales memorias que le vinieron sobre las últimas entregas. No es que sólo se tratase de sexo, estando con él, se sabía amada, convirtiendo esos momentos en el mas puro y placentero acto de amor. Aunque Madara se perdiera en la pasión, siendo un poco rudo, continuaba tratándola con cariño y al final, terminaba preguntando si estaba bien.
—Tu tienes la culpa, mira que yo pensaba esperar un poco, pero sabiendo tus deseos, será mi deber hacerlos realidad—Hinata estaba por responder cuando tocaron la puerta y en seguida entraron dos varones.
—Disculpen la interrupción, pero debemos hacerle unas preguntas a la señorita—tanto Ashura como Hashirama conocían a Hinata, no obstante, estaban realizando una investigación y debían seguir las reglas.
—Dígame ¿notó algo fuera de lo común? No lo sé ¿cómo si alguien la siguiera constantemente?—cuestionó Ashura.
—Lamentó mucho no poder ser de ayuda pero no miré nada extraño... lo único diferente en mi rutina con Sasori, fueron mis perros y no creó que lo sucedido tenga algo que ver con ellos—Madara se mantuvo con ella sin inmutarse por la presencia de sus amigos. No le importaba lo que otros pensaran sobre él, ya que su prioridad era Hinata y nadie más.
—No te preocupes, quizás con los días logres recordar algo y de no ser así, de todos modos, nosotros continuaremos con las averiguaciones para dar con el responsable del atentado—afirmó Hashirama—También falta revisar las cámaras de los comercios cercanos al trayecto del auto y si logramos dar con el número de placas, pronto daremos con el auto.
—Gracias por todo—les dijo a ambos, cuando se disponían a marcharse. Ashura abrió la puerta y se encaminó junto a su compañero por los pasillos del hospital. Antes de llegar a la sala de espera, se encontró de frente con su chica, la cual no estaba sola, ya que varios jóvenes se hallaban con ella en busca de saber el actual estado de la ojiluna.
—¡Ino!—la nombró reprimiendo las emociones y las ganas de tomarla en un abrazo.
—¡Ashura mi amor!—quizás el varón se contuvo, más no ocurrió lo mismo con la Yamanaka, quien saltó a los fuertes brazos masculinos. Ellos tenían un par de días sin verse por motivos laborales y a eso se debía la necesidad de estar juntos.
—¿Cómo está Hina?—cuestionó una rubia de cuatro coletas. La chica se veía muy preocupada y junto a ella se encontraban sus dos hermanos, quienes lucían igual o peor que la rubia.
—Se encuentra mucho mejor, Madara está con ella... ¡Pasen!—sugirió Hashirama con amabilidad y ellos se apresuraron a ir en busca de la persona considerada como hermana. Shikamaru y Karin los seguían de cerca en el momento en que irrumpieron en la habitación de la ojiluna.
—¡Chicos...!—la Hyuga se enterneció al verlos abrir la puerta.
—Nos acabamos de enterar ¿como te sientes?—Gaara fue quien más conmocionado de veía y no le importó la presencia de Madara, simplemente se apresuró hacia ella—¡Uchiha! ¿Cómo está? Disculpe nuestra ansiedad pero nos asustamos mucho cuando nos enteramos—soltó luego de saludar a Madara.
—No se preocupen así mismo reaccionamos todos—pronto los hermanos rodearon a la chica mientras mas lágrimas manchaban los rostros femeninos. Shikamaru sólo le dio unas palmadas, mientras que Karin también se unió a los hermanos.
Ino llegó seguida por Naruto y Kakashi, quienes confirmaron que todo estuviera bien y al rededor de dos horas, la joven fue dada de alta. Indra se quedó en silencio mirándola desde lejos, dado que no tuvo ni una sola oportunidad de entrar en su cuarto para corroborar su estado. Se aseguró de no ser visto por nadie aunque tampoco le importaba ser considerado un patético a causa de su amor por ella.
...
—Vete a descansar tío, como tú mismo lo viste, ella se encuentra bien y las personas a su alrededor cuidarán muy bien de su salud, como de su seguridad—Toneri sintió algo de pena al ver a su imponente y orgulloso tío, observando casi desde las sombras. Él no sabía exactamente que había sucedido entre ellos, lo único cierto, era que las familias se distanciaron a causa de la muerte de los padres de Hinata, o incluso desde antes del fatídico suceso. No se hablaba mucho sobre el delicado tema, sin embargo, a través de los años pudo escuchar que las muertes ocurrieron por mandato de Indra, al menos la del patriarca Hyuga. De ser cierto, ese era un duro castigo, puesto que le era imposible competir con su rival por el amor de la chica.
—Lo haré... de nuevo gracias por salvarla—palmeó el hombro del chico antes de retirarse, dejando a Toneri boquiabierto. En todos los años que tenía de conocer a Indra, jamas le mostró una sola muestra de agradecimiento y mucho menos se mostraba feliz con él, gracias a no querer tomar parte en el negocio familiar. Ahora sin esperarlo, le agradece por atender a Hinata. Definitivamente, su tío había perdido la cabeza por ella.
[...]
Por más que Mikoto pidió que dejaran a Hinata en su casa, Madara se negó. Él no pensaba dejarla en otro sitio y si tenía que hospedar a los hermanos Sabuko lo haría, pero su bonita se quedaba a su lado. Sabiendo que ella no podía moverse por un tiempo, mandó traer a la abuela de Sasori. Itachi le comentó a su amigo sobre lo que su tío planeaba y el pelirrojo a su vez, no dudó en recomendar a la anciana, después de todo, algunos de los Uchihas ya la conocían y le tenían plena confianza. La anciana se había mudado a Suna muchos años atrás y vivía sola.
Como era de esperarse, la ojiperla protestó argumentando que no era necesario, sin embargo, Madara no cedió y se encargó de todos los arreglos para recibir a Chiyo al día siguiente a su salida del hospital.
—Estoy seguro que Chiyo y tú se llevarán muy bien—afirmó Madara mientras se vestía frente a la Hyuga. La chica se hallaba recostada sobre la gran cama. Había dormido toda la noche debido a los medicamentos y muy temprano llegó Ino a cambiarle las vendas, informando que todo estaba bien y que regresaría hasta el siguiente día. El azabache se mantuvo toda la noche un poco alejado por miedo a lastimarla, sin embargo, antes de amanecer, no le quedó otro remedio que acercarse a ella, puesto que la misma Hinata se acurrucó con él, de manera inconsciente en busca de su calor.
—Sigo pensando que no debería tomarse tantas molestias por mí, después de todo, me siento bien y muy pronto seré capaz de regresar a mi rutina—la joven no pudo evitar morderse el labio mientras veía el perfecto cuerpo de su amado. El musculoso pecho parecía cincelado a la perfección y las atrevidas gotas de agua recorriéndolo, sólo aumentaban la incomodidad de la Hyuga. Levantó las perlas y de inmediato esquivó su mirada al darse cuenta que fue pillada mientras lo observaba. Dicho acto infantil, sólo divirtió al azabache.
—¿Te gusta lo que ves bonita?—se acercó peligrosamente a ella y evitó reírse de su nerviosismo.
—Yo, bueno... lo que—Madara la besó impidiendo que continuara con los monosílabos. Terminó con ella sentada sobre su regazo y su ereccion adolorida. No es que no pudieran hacer el amor, pero la noche anterior, prefirió dejarla descansar, aunque sólo fue esa noche. La puerta de la mansión se escuchó y muy a regañadientes, el varón se retiró siguiendo con lo que hacía antes. Terminó de vestirse en poco tiempo y sorprendiendo a su prometida, la levantó en brazos—¡Madara!—el Uchiha la ignoró y la llevó hasta la sala donde recibirían a Chiyo—La herida fue en mi brazo, no en la pierna así que puedo caminar.
—No importa, de todos modos disfrutó tenerte cerca de mí—a pesar de lo mucho que habían compartido, Hinata se sonrojó cuando su amado le guiñó el ojo antes de abrir la puerta. Los dos cachorros corrieron tras el Uchiha y en poco tiempo la ojiluna escuchó diferentes voces. Le pareció extraño, ya que parecían ser más de una persona—Sean bienvenidos, ella se encuentra en la sala—escuchó a Madara dirigiéndose a las personas y en segundos su corazón latió de manera irregular.
—¡Cariño! ¿Te encuentras bien?—Hizashi fue el primero en abalanzarse hacia ella—No sabes cuanto nos asustamos al saber lo que pasó—la joven lo abrazó y dejó correr las lágrimas de alegría. Nunca creyó que al conocer ese hombre tan parecido a su padre, tendría un pedazo de lo que pudo ser él.
—Ustedes vinieron—les dijo entre lágrimas.
—Por supuesto que vinimos—soltó Neji, quien en ese momento era el que la abrazaba y la evaluaba—Gaara nos aviso ayer y apenas lo supimos corrimos al aeropuerto.
—Yo no quería que se preocuparan por mi—Tenten también se acercó y le dio un beso en la mejilla.
—Ellos no hubieran perdonado que no les avisaran algo tan importante como tu seguridad—añadió la castaña.
—Te dejamos claro que siempre podías contar con nosotros y que nunca más volverás a estar sola—de nuevo el corazón de la chica se sintió conmovido y en medio de todo, se sintió muy feliz por haberlos encontrado.
—¿Como sucedió todo?—cuestionó Neji dirigiéndose al Uchiha. Él les relató lo poco que sabían y aseguró que no iban a descansar hasta dar con el responsable. La puerta sonó de nueva cuenta y antes de ir abrirla, entró Mikoto acompañada de Chiyo. La Uchiha no pudo disimular el desconcierto que le causó ver a Hizashi. El Hyuga era igual a Hiashi, aunque con años mas.
—Mikoto, este es Hizashi Hyuga, el tío de Hinata—se apresuró Madara a presentarlos—Hizashi, ella es Mikoto Uchiha, mi hermana.
—Me da mucho gusto conocerla y así agradecerle personalmente lo que hicieron por Hinata, mi hijo y yo, estamos en deuda con su familia.
—Mi niña es como una hija para mí y todos los Uchihas la quieren como a su hermana menor... ¡Claro!—se apresuró aclarar—A excepción de Madara—la ojiperla se sonrojó y Madara permaneció sin expresión—Bueno, quiero que conozcan a Chiyo, ella es quien se encargará de mi niña mientras este convaleciente, ya que mi hermano se negó a dejarla quedarse conmigo—uno a uno, se fueron presentando quedando la morena al último.
—Bienvenida, mi nombre es Hinata y es un placer conocerla—la joven sonrió con amabilidad, ya que la anciana le dio muy buena impresión.
—Eres muy bella, mi nieto tenía razón—Mikoto le dio un codazo a Madara antes de que dijera algo malo sobre Sasori—Sasori me ha hablado mucho sobre ti y sobre la pintura que hizo—Izuna y Obito llegaron cargados de comida del restaurante favorito de la ojiluna. Madara los presentó con los invitados y mandó arreglar la mesa para la comida.
Momentos mas tarde, Fugaku y el resto de la familia se unieron a la comida, donde conocieron al tío de Hinata, como a la abuela de Sasori. Hizashi quedó complacido con el trato que recibía su sobrina por parte de la familia. En realidad, ellos la trataban como a una verdadera Uchiha y el prometido, a pesar de mostrarse apático con todos, era muy diferente con ella.
—¿Ya te comento Hinata lo que le propuso Sasori?—Itachi se dirigió a Neji y al mismo tiempo, sonrió mirando la incomodidad de la Hyuga.
—No ¿a que te refieres?—cuestionó Neji con algo de curiosidad, aunque al mismo tiempo, predijo que no iba a gustarle saber.
—Bueno, creó que debe ser ella quien te lo diga—el azabache veía también a Madara quien frunció el ceño.
—Como ya sabes, posé para un retrato con Sasori—Neji asintió dado que hablaba con ella muy seguido y estaba al tanto de la pintura—Él... él me pidió posar de nuevo, sin embargo, Sasori me dijo que también te quiere a ti a mí lado—Madara casi se atraganto causando la diversión de Izuna y Obito—quiere una pintura de ambos y yo le prometí que trataría de convencerte—Neji sintió que le temblaba una vena sobre la frente ¿como demonios se les ocurrió semejante disparate?
—Eso es genial y estoy seguro que se vería imponente ¿no lo crees hijo?—Hizashi no miró nada malo en dicho pedido y muy por el contrario, la idea le pareció bastante buena, así podría comprar la pintura y tenerla en su hogar.
—¿Y porque sugirió tal cosa?—indagó Madara con molestia.
—Mi nieto es muy observador y seguramente ya predijo el hecho de lo bellos que son ambos y si posan juntos, sera una obra de arte... él nunca se equivoca—soltó Chiyo contagiada por la forma de hablar de Sasori.
—De la forma en que lo veas tío, es evidente que no eres suficientemente atractivo para captar la atención de un afamado pintor—Shisui negó con la cabeza ante la provocación de Obito, quien chocó la mano con Izuna sin dejar de reírse, mientras que Madara enfurecía.
—Entonces ¿que te parece la idea Neji?—se apresuró a cuestionar Hinata percibiendo lo que sucedería si continuaban provocando a su prometido.
—Si eso te complace, lo haré—respondió el muchacho—pero que quedé claro... sólo lo hago por ti—se apresuró aclarar.
—Yo sere el más interesado en adquirir esa pintura apenas esté lista, después de todo, no tenemos ninguna imagen de Hinata en nuestra casa y me gustaría que todos vean lo linda que eres cariño—les dijo Hizashi aplacando la conmoción formada por Obito. El Hyuga mayor se vio obligado a contener la risa en repetidas ocasiones a causa del comportamiento de algunos Uchihas. Ellos parecían no temerle a la bomba de tiempo que parecía ser el prometido de su sobrina y no perdieron oportunidad de atacarlo. Luego de terminar la comida, Fugaku se acercó a él y entablaron una interesante conversación en torno a las empresas de ambos, mientras Tenten, Hinata, Mikoto y Chiyo preparaban el té.
—¿Por cuanto tiempo piensan quedarse?—preguntó Itachi a Neji, ya que ambos parecían llevarse bien.
—Dejamos encargados los negocios a personas de nuestra entera confianza, dado que al tratarse de la salud de Hinata, mi padre no quiso limitar el tiempo, ademas, también quiere visitar la tumba de mis tíos y lo más importante... queremos ponernos a su entera disposición para investigar el atentado en contra de mi prima. En el pasado, no hicimos nada cuando se quedó huérfana y no cometeremos el mismo error—afirmó con seguridad.
—En ese caso, permítame ofrecerles mi casa, la cual también es de Hinata, para que se hospeden en ella—Madara fue quien se adelantó a ofrecer el hospedaje, aunque de antemano sabía que ellos no iban aceptar.
—Se lo agradezco, pero deberé consultarlo con mi padre, después de todo, también Tenten esta con nosotros—Madara asintió y fue a unirse al Hyuga mayor como a Fugaku.
Hinata por su parte cuestionó a Tenten sobre el lugar donde se quedarían y algo se le ocurrió, sólo esperaba que Madara estuviera de acuerdo con ella.
—Nosotros nos retiramos cariño, pero mañana vendremos a verte—se despidió Hizashi dándole un beso en la frente a su sobrina.
—¿Donde piensan quedarse mientras están en Konoha?—preguntó la chica.
—Neji y Tenten dicen que el hotel donde se hospedaron la primera vez que vinieron es bueno, así que ya le pedí a mi secretaria hacer las reservaciones—respondió aún sonriendo hacia la joven.
—La casa que perteneció a mis padres se encuentra en perfecto orden y a decir verdad, nada me haría más feliz que saberlos a ustedes en ella mientras están en Konoha... quizás de ese modo, me resulte más sencillo poder regresar sin derrumbarme.
—Hinata, no se que decir, quizás...—Madara se apresuró a intervenir.
—No permitiré que la familia de mi prometida se quedé en un hotel, ya le ofrecí a Neji esta casa y si no acepta la propuesta de Hinata, entonces se quedan con nosotros—la ojiperla, aunque no tuvo tiempo de consultarlo con Madara, quedó satisfecha al escucharlo respaldarla en su decisión, ya que su familia no iba aceptar quedarse con ellos y por ende, se verían comprometidos a aceptar su ofrecimiento.
—Tu que opinas Neji ¿aceptarán mi ofrecimiento?—todos permanecieron a la espera, mientras padre e hijo se veían entre sí, hasta que finalmente asintieron—En ese caso, ire por las llaves—Mikoto acompañó a la morena por seguridad y en seguida regresaron con el llavero donde colgaban las llaves de la residencia Hyuga.
—Me encargaré personalmente de enviar a dos de mis mejores empleadas para que se encarguen de cocinar y cuidar de sus necesidades... les aseguro que estarán mejor atendidos que en cualquier hotel—añadió Mikoto con amabilidad.
—Gracias por todo y aunque ella ya me lo había dicho, ahora me queda mas claro lo afortunada que fue Hinata de contar con ustedes cuando más los necesitaba—Hizashi les hizo una reverencia al igual que lo hicieron Neji y Tenten, antes de marcharse.
Los Uchihas se fueron retirando dejando a solas a Hinata con Madara, puesto que Shisui se llevó los cachorros con él, mientras ella se recuperaba por completo. Entre los dos, le mostraron a Chiyo cuál sería su habitación y luego de dejarla instalada, ambos se dirigieron a la recámara que compartían.
—¿Como te sientes bonita?—preguntó el azabache mientras la evaluaba.
—Estoy bien, ya casi no me duele nada.
—Estás contenta con la llegada de tu familia ¿no es cierto?—ella asintió sonriendo—Se te nota en tu rostro y les agradezco por hacer que sonrías así—la aprisionó con sus poderosos brazos, sin llegar a ser brusco.
—Mi sonrisa no sólo es por ellos—lo miró hacia arriba de manera tentadora y aspiró el embriagante aroma varonil del corpulento hombre—¿Acaso no doy suficientes señales al demostrar lo feliz que me siento a su lado?—lentamente, Madara comenzó a despojarla de sus prendas. No iba poder resistir otra noche sin hacerle el amor, la necesitaba con él, necesitaba saberla sana y salva a su lado. La mejor manera para él de demostrarle cuando la amaba era en la intimidad, cuando ambos se convertían en un solo ser. Sintió tanto miedo de no volver a verla, que ahora no iba desaprovechar ningún momento juntos.
—¿Tienes idea de lo que tus palabras acaban de lograr?—deliberadamente le tomó la pequeña mano y la colocó justo en su hombría. Hinata se sorprendió al sentir el bulto atrapado tras la ropa—Te ama tanto como te amo yo bonita—la risa que soltó fue audible. Sabía lo que pasaría con esa declaración y no se resistió a sonrojarla—y ahora mismo te lo voy a demostrar.
—¡Madara...!—el sensual gemido acompañado de su nombre, estaba poniendo el autocontrol del azabache en serios apuros, dado que no podía ser rudo con ella.
Asegurandose de que ella no tuviera molestias en la herida, la recostó sobre la cama donde la besó con hambre y deseó. Comenzó por los labios, luego siguió con los senos hasta que finalmente llegó a la feminidad de su mujer. Hinata lo tenía adicto a ella. Sentir sus delicadas manos acariciando sus larga cabellera mientras se retorcía de placer, era lo mejor que podía experimentar antes de culminar embriagados de amor.
—¿Puedes continuar?—preguntó una vez que la hizo llegar al climax.
—Si, po-por favor continúe—estaba pidiendo aún con la respiración entrecortada por el placer que acababa de recibir. Ella también lo necesitaba, sin embargo, no se había atrevido a pedírselo y mucho menos tuvo el valor para tomar la iniciativa.
—Cómo tu lo órdenes bonita—lentamente entró en ella y a medida que pasaban los segundos, las embestidas fueron más profundas. La habitación del Uchiha pronto se inundó entre los jadeos por parte del varón y los gemidos por parte de la chica. La pareja se demostró cuanto se amaban. Hinata quedó exhausta luego de cabalgar sobre Madara y apenas alcanzaron el climax, se desplomó sobre su pecho. Madara sonrió y la abrazó con cuidado de no apretar las vendas. Sabía que se habían excedido durante los apasionados encuentros, puesto que ya era de madrugada, no obstante, su mujer no se quejó y ya podían descansar satisfechos.
[...]
—Estoy aquí personalmente para hacerles un ofrecimiento—soltó Indra frente a sus hombres, a quienes rara vez se dirigía. Zetsu, Danzo y Kaguya, no tenían idea de lo que iba decir, sin embargo, también a ellos les pidió estar presentes—Le dare esta cantidad de dinero, además de una casa en la playa de su preferencia, a la persona que me de información sobre el responsable del atentado de asesinato que sufrió la señorita Hinata Hyuga... Tienen testigos y la mayoría de ustedes saben, que no me retracto de mi palabra.
—¿Intentaron asesinarla? ¿Cuando sucedió?—Kaguya fue consiente de la euforia que causó el tentador ofrecimiento del líder en todos sus hombres. Danzo y Zetsu se miraron entre sí, sintiéndose intimidados, pues con tremenda oferta, cualquiera estaría investigando sobre los responsables y si Shion caía, también lo harían ellos.
—Ayer me encontré con ella por casualidad y mientras hablábamos, alguien le disparo... afortunadamente, Toneri se encargó personalmente de ella y ahora se encuentra mejor, no obstante, estoy dispuesto a mover todas las piedras del planeta con tal de dar con la persona que lo hizo...Ya lo he dicho, traigan al responsable ante mí y lo que ofrecí será suyo—los entusiasmados hombres asintieron antes de regresar a sus puestos.
—Pero señor...—intentó reprochar Zetsu.
—Tranquilos, la oferta también los incluye a ustedes, además no tienen nada de que preocuparse, no pienso descuidar los negocios, a eso se debió mi ofrecimiento, ellos correrán la voz y estoy seguro que aún sin esfuerzo, pronto tendré a ese mal nacido entre mis manos—sin más, les dio una palmada a cada uno y se fue a su despacho seguido por Kaguya, donde ya los esperaban para firmar unos documentos.
Continuara.
Me disculpo mucho por la gran demora, pero esta historia está en los últimos capítulos y como me sucedió con las ya terminadas, me cuesta un poco más actualizar. Me disculpo también por los errores de ortografía que seguramente se me quedaron, en cuanto los encuentre, los iré corrigiendo 😊💕
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