Capitulo 16
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Hinata abrió los ojos lentamente intentando adaptarse al lugar donde se encontraba.
—Buenos días bonita ¿dormiste bien?—la joven se sonrojó debido a la cercanía, como también a la persona con la que durmió. La mitad de su cuerpo estaba literalmente sobre Madara, mientras que los brazos masculinos la rodeaban de manera posesiva. Recordando los sucesos de la noche anterior, se aferró mas a él, en lugar de huir, como lo hizo la última vez que despertó con él. La sola idea de ya no escuchar ese corazón en cual latía tan rápido como el suyo, la ponía en un estado de inseguridad y dolor. No desaprovecharía ningún momento con él, ya no.
—M-mejor q-que nunca—le costó un poco confesarlo, pero no iba a omitir nada, era mil veces mejor perderlo por desamor, que perderlo para siempre y quedar en un mundo sin él.
—¿Aún recuerdas lo que me confesaste anoche?—ella se separó un poco, para verlo y asintió sonrojada, para esconder su rostro de nueva cuenta en su pecho. Madara sonrió y la abrazó mas fuerte.
—Yo no soportaría perderlo, yo lo amo y sólo estando en sus brazos me siento aliviada de los fantasmas del pasado—la felicidad que sintió el azabache fue en aumento. Que ella dijera eso lo llenó de seguridad y de esperanza para un futuro juntos. La dejaría partir pero sólo por esta ocasión, ya que nadie se la arrebataría, porque por voluntad propia ella eligió ser suya.
—Siempre estaré para ti y ahora que se lo que también sientes por mí, no tengo dudas en pedirte que seas mi pareja, la única mujer con la que quiero estar, la única a la que amo, incluso más, que a mi mismo. Dime bonita ¿quieres ser mi novia? ¿Estás dispuesta arriesgarte a ser sólo mía? Piénsalo bien antes de responder, porque una vez que aceptes, no te dejaré ir nunca.
—No tengo nada que pensar—sonrió al verlo tratando de ocultar la gran conmoción que sintió. Ella Hinata Hyuga, se había ganado el corazón del hombre que pasó de ser admirado, luego creyó era odiado, para terminar siendo amando y de esto último, no tenía duda alguna—aceptó su propuesta, p-pero tengo unas condiciones—debía tomar valor para lo que seguía.
—Pídeme lo que quieras y yo lo consideré—respondió dispuesto a cumplir cualquiera de sus deseos.
—He escuchando su f-fama con las mujeres... yo, nunca he estado en una relación con nadie y si ahora vamos a estar juntos, no estoy dispuesta a compartirlo con otras, d-de ser así, todo terminará y aún amándolo, no daré marcha atrás—se armo de valor para verlo directamente, pues quería estudiar todas y cada una de sus reacciones, cuando le dijera sus condiciones. Podía haberse enamorado como loca, pero no soportaría saberlo en brazos de otra, mientras ella se enamoraba mas y mas. No era tonta y sabía que los hombres como él, siempre estaban rodeados de mujeres hermosas, dispuestas a todo por tener la oportunidad de tenerlo con ellas. Lo comprobó las veces que se encontraron en público y las chicas no le quitaban la vista de encima.
—De acuerdo, aunque mi fama, ahora pertenece al pasado, uno en el cual, me sentía vacío, pero contigo a mi lado, estoy completo—la ojiperla sonrió—y yo te diré casi lo mismo, aunque en mi caso, si descubro que estás con alguien más, lo asesinaré y a ti te amarraré a mi cama para amarte hasta que me ames otra vez y si no lo consigo, te lavaré el cerebro para que no puedas vivir sin mí—la cara feliz de Hinata se convirtió en una llena de horror—Estoy bromeando—las carcajadas de Madara resonaron en la habitación y la Hyuga lo empujó molesta por haberse burlado de ella.
—Eso no fue gracioso—se sentó en la cama y se disponía a levantarse, sin embargo, los fuertes brazos del azabache, la anclaron y la regresaron hacia él.
Lentamente la colocó de espaldas al colchón y se posicionó sobre ella para besarla. Era el primer beso que compartirían como una pareja oficial—No bromeaba cuándo dije que no te dejaré ir—musitó cuando se separaron por falta de aire. Hinata se relajó y pronto correspondió a los besos que continuaron. Su cuerpo parecía temblar de emoción y calor, era increíble todas las placenteras sensaciones, que Madara le hacía sentir. Abrió las piernas para acomodarlo mejor, ya que el caliente momento, parecía continuar y ella se dedicó a disfrutar de él.
Madara sabía que tenía que parar en ese momento o de lo contrario, no podría hacerlo. Su intención era sólo darle un beso para disipar la molestia que le causó su broma, pero ella era demasiada tentación. Su ereccion creció a niveles dolorosos y ahora sólo deseaba hacerla suya. Incitado por la respuesta del cuerpo femenino, comenzó acariciandola por todos lados, deteniéndose en los tentadores senos. La escucho gemir y bajo a besarlos aún, por encima de la ropa. Al sentirla tan entregada, recuperó la cordura, ella era demasiado inocente y no era justo que se aprovechara de su experiencia para tomarla en ese momento. No es que no lo fuera hacer muy pronto, pero primero tenía que hacer más proposiciones. Debía hacer algo especial para ella, de manera que siempre lo recordará como la mejor noche de su vida, en la cual ambos se fundirían en un solo ser.
Hinata estaba perdida en la niebla de la pasión. Madara la estaba tocando de manera que todo su interior, parecía estarse quemando. Jadeo impresionada, cuando sintió la dureza en lo que intuyó, era la masculinidad de su novio, no obstante, no tuvo tiempo de pensar en eso, debido a la expectativa de lo que se sentiría si la tela de su ropa, no interfiriera entre sus duros pezones y la boca de su amado. Inconscientemente, deseaba sentirlo besando esa zona de su cuerpo el cual había respondido a sus estrujes y chupeteos, sin embargo, tan pronto como empezó, así terminó.
—¿S-sucede algo?—se reprendió por estar tartamudeando más de la cuenta, pero lo peor sin dudas fue pensar que Madara se decepcionó de ella. Seguramente su falta de experiencia, le resultó patética.
—Nada malo, no comiences a pensar en esa linda cabecita, lo que no es ¿de acuerdo?—por la expresión de su rostro, Madara supo que ella lo estaba entendiendo todo mal.
—Yo creí que nosotros, bueno yo...—mejor se levanto de la cama, pues ni siquiera sabía que decir.
—¿Que haríamos el amor? Es eso ¿verdad?—ella desvió la mirada y su rostro estaba sonrojado—No pienses que no lo deseo, mas que a nada, pero este aún no es el tiempo de hacerlo—la beso en los labios, cuando también él se sentó y le ayudó a ponerse de pie—créeme bonita, pronto lo será y no habrá nada que me detenga... ¡Ahora vamos! Quiero que llames a tu primo para invitarlo a comer en los próximos días—ella estuvo de acuerdo y sus pensamientos negativos se fueron disipando.
[...]
Indra maldijo en voz alta, cuando se enteró que sus enviados no lograron eliminar a Madara. Ese maldito parecía tener mas vidas que un gato y siempre lograba salir bien librado de todos su atentados.
—Aquí tiene los últimos estados de cuenta y adjunto encontrará una lista con todo lo que nos hace falta en las bodegas donde guardamos la mercancía—Danzo permaneció en silencio mientras Indra leía los documentos, sin embargo, su único pensamiento era la niña de ojos perlados y la mirada llena de miedo que le dedicó cuando se encontraron.
—Señor sólo necesitamos su firma para ordenar lo faltante—sugirió Zetsu, al ver que el joven Otsutsuki se perdía en sus pensamientos, como lo había estado haciendo últimamente.
—¿Consiguieron la información que les ordené sobre Hinata?—inquirió luego de dar las firmas.
—Al parecer el joven con quien la miramos, es su primo, pero no hay nada que indique el motivo de su presencia... Quizás fue con el padre de ese joven que ella estuvo durante todos estos años, pero no es información oficial y en cuanto a su dirección actual, comprobamos que efectivamente, ella se queda con los Uchihas—aclaró Zetsu, fastidiado de tener que hablar de ese tema, en vez de ir a algo más importante. Definitivamente el comportamiento de Indra con respecto a esa mujer, no era un buen presagio.
—¡Maldita sea!—Indra golpeó el escritorio y salió llevándose una botella de whiskey, dejando a sus hombres frustrados.
—Si esto continúa así, comenzaremos a recibir pérdidas... creo que es hora de hacer algo—soltó Danzo.
—Estoy totalmente de acuerdo—añadió Zetsu y ambos tuvieron una idea en mente, aunque era muy arriesgada, pero si Kaguya estaba de acuerdo, podían proceder.
[...]
Ocho pares de ojos negros, veían todos y cada uno de los movimientos faciales que hacía el joven frente a ellos, tres de esos pares, lo veían con empatía, luego de escucharlo, no obstante, los otros cinco, continuaron escudriñando con molestia. Querían encontrar una falla, un error, algo, cualquier cosa que les ayudará a negarse a su pedido, sin embargo, no lograron encontrar nada y tampoco consiguieron, intimidar en lo más mínimo al varón. Sasuke chasqueó la lengua, recibiendo un codazo, por cortesía de su hermano mayor. Izuna y Obito se hubieran reído, de no ser porque también ellos querían chasquear la lengua, ante la falta de expresiones del Hyuga.
Las orbes color luna, similares a las del varón, veían con súplica a todas las orbes oscuras, especialmente a un par de ellos. Todo estaba muy tenso y Madara parecía querer desaparecer a Neji. Tenten se veía incómoda, pero trataba de mostrarse amable, con Mikoto y con ella. Para la mayoría de ellos que no conoció al padre de Hinata, ni siquiera Madara lo miró personalmente y cuando Neji entró, se impresionaron al ver los ojos perlados tan exóticos como los del cordero, no obstante, los masculinos, eran fríos y calculadores, mientras que los femeninos, mostraban inocencia y bondad.
—¿Y a que horas saldrá su vuelo?—cuestionó Mikoto, enviando una mirada de advertencia a sus hermanos, hijo y sobrinos, para que dejaran de querer intimidar al Hyuga.
—Mañana a las once del día—respondió Neji con amabilidad hacia la dama Uchiha. El joven y su asistente, fueron invitados a comer en la mansión de Fugaku y Mikoto. La idea era conocerlo, evaluarlo y de ese modo saber con quien se iba Hinata, ya que todavía se sentían renuentes a dejarla.
Hinata los recibió y apenas terminaron con las presentaciones, comenzaron los interrogatorios hacia el recién llegado, sin embargo, lo que mas los irritó, fue la facilidad de palabra que mostraba el Hyuga, sin olvidar el porte soberbio. El joven, no se intimidó ante ellos, ni bajó la mirada, aun pareciendo un pollo en el estanque de los cocodrilos, era obvio, que no tenía la misma personalidad del cordero.
—Nos da mucho gusto que después de todo, Hinata no esté sola—añadió Itachi mirando hacia los dos primos que se habían sentado uno a lado del otro.
—De verdad, no tengo como agradecer, que ustedes se convirtieran en la familia que debió ser la suya propia... Apenas supe de su existencia y sentí que ya la quería, aun sin conocerla—repuso mirándola y ella le sonrió sonrojada, lo que ocasionó, la furia de Madara.
La comida terminó y todos pasaron a la sala para continuar la conversación, o mas bien, el interrogatorio hacia el pobre Neji. Tenten sólo veía los rostros llenos de hostilidad y se sorprendía de lo tranquilo que continuaba Neji.
—Para nosotros ella es como nuestra hermana menor y cómo tal, nos tranquiliza saber que esta a salvo, dados los hechos del pasado—repuso Obito, llamando la atención de todos, por haberse puesto serio—y su repentina llegada, no nos gustó en lo absoluto, sin embargo, si ella cree que debe acompañarlo y le tiene confianza, no nos quedara más que confiar en usted—los dos estrecharon las manos en un fuerte apretón. Uno a uno de los primeros cuatro, fueron dirigiendo unas palabras con el castaño, hasta que fue el turno de Madara.
Tenten conversaba con Fugaku, Miko e Izuna, sobre la situación que se vivía con el abuelo de la ojiperla y los otros chicos hablaban con Hinata de todo, dejando a Neji y a Madara prácticamente a solas en un lado de la sala.
—¡Escuché!—Neji encaró directamente al líder Uchiha—Voy a ser lo más claro posible con respecto a Hinata... Como ya todos lo dijeron, ella es como una hermana pequeña, para ellos y como una hija para mi hermana, sin embargo, para mí, ella es algo más—el castaño permaneció en silencio en espera de que continuara—Hinata es la mujer que amo y la que muy pronto se convertirá en mi esposa—ni siquiera con todos los interrogatorios, las miradas de odio y el ambiente tenso, Neji se permitió perturbarse, pero ahora su semblante había quedado en total impresión. De todos los Uchihas ahí presentes, Madara fue el último que le hubiera pasado por la mente como enamorado de su prima. En un principio, estuvo seguro que estaba con Itachi, luego evaluándolos, optó por Sasuke, incluso Shisui ¿pero Madara?
—¿Ella le corresponde?—debía preguntar aunque sonara incrédulo y en verdad si lo estaba, dado que ellos dos no parecían tener absolutamente nada en común. Ella irradiaba dulzura, serenidad y luz, mientras que él, parecía una tempestad oscura e insegura para cualquiera.
—Si... y ya le dejé claro, que si se demora mas de una semana, yo mismo ire por ella, se lo aclaró, por aquello de que su abuelo intenté persuadirla para que se quede por tiempo indefinido—de nuevo la serenidad de Neji regresó en apariencia, ya que, literalmente, el hombre frente a él, lo estaba amenazando—Quizás le parezca exagerado, pero le aseguro que no es así, Hinata corre muchos riesgos estando lejos de mi protección, ya que los asesinos de sus padres, nunca fueron apresados—aclaró—me temo que estén tras ella... y dado el despreciable comportamiento de su abuelo, durante todos los años que se desentendió de Hinata y sus padres, dudo mucho que pueda garantizar su seguridad—concluyó sin dejar salir más información que la pertinente, pero dejando en claro, que no confiaba en ellos.
—¡Entiendo!—el castaño se sintió aprensivo con la delicada situación y en realidad, no pensó que ella pudiera correr peligro, sin embargo, el Uchiha tenía razón—Yo haré todo lo que este en mis manos para garantizar su seguridad y yo personalmente la traeré de regreso.
—Se lo agradezco, pero de todos modos enviaré algunos de mis hombres para que la cuiden—Neji frunció el ceño y el azabache suspiró—Debido a nuestros negocios en la empresa, con personas importantes de otros países, nos hemos ganado muchos enemigos, también somos blancos de los secuestradores y desde que mis sobrinos eran niños, los guardaespaldas los vigilaban a la distancia sin que ellos los notaran, así mismo lo he estado haciendo con Hinata—el Hyuga entendió y parecía convencido.
—¿Esta todo bien?—Hinata llegó con cautela pensando que esos dos podían estar en medio de un desacuerdo, ya que el semblante de ambos era muy serio.
—¡Todo en orden pequeña!—Madara la tomo de la cintura sin que ella lo esperara—Ya le informe a tu primo, que eres la mujer que amo y que sólo te dejare con ellos durante una semana—las mejillas de Hinata se enrojecieron y el azabache la abrazó contra su pecho, sorprendiendo a Neji, ya que lo dejó ver cómo sonreía por el comportamiento de su prima. No se equivocó con ella, eso fue evidente y el comportamiento que estaba mostrando el más amenazador de todos los Uchihas, lo respaldaba.
Continuaron revisando todos los datos del viaje. Neji y Tenten se despidieron de todos, quedando de verse el el aeropuerto al día siguiente. Fugaku, Mikoto Itachi y Sasuke, tenían una cena de unos amigos, mientras que los otros tres se dispusieron a reforzar la seguridad de las bodegas. Se suponía que Madara también tenía ocupaciones, pero nada ni nadie, lo apartaría de la mujer que amaba.
La pareja llegó a la mansión de Madara y el Uchiha fue por dos copas para brindar dentro de su habitación. Esa iba ser su última noche juntos y pensaba robársela a Mikoto para que durmiera con él y no en la recámara donde estuvo durante los últimos días. La noticia del noviazgo no sorprendió a nadie de los Uchihas. Hinata se sintió apenada con Mikoto, pero ella la tranquilizó, diciendo que le daba mucho gusto y que si ella era feliz, todos lo serían.
—Se acerca tu cumpleaños y será el primero de muchos que pasarás con nosotros, sobre todo conmigo—ella gimió cuando Madara la sentó encima de la mesa que tenía dentro de su habitación—Mañana te irás y quiero que durante el tiempo que no estemos juntos, me recuerdes con esto—el Uchiha sacó una cajita rectangular de un cajón junto a la cama. Al abrirla se apreciaba un dije en forma de abanico, como lo mostraba el logo que posaba en las empresas Uchiha, como en el bar y todo lo perteneciente a ellos. La joya era toda en oro, incluyendo la cadena y por el reverso tenía una pequeña piedra color rubi.
—Es precioso... se parece a la joya que siempre usa Mikoto-san—estaba muy impresionada por el hermoso detalle.
—Fugaku, se lo regalo a mi hermana cuando la eligió como esposa y los chicos también lo harán, cuando encuentren a su compañera, así como la encontré yo—sonrojada y feliz, la chica retiró su cabello para que Madara le colocara la joya—Quiero que la uses todos los días ¿de acuerdo?—la morena asintió sonriendo y lentamente, el Uchiha se posicionó frente a ella para tener acceso directo a sus labios. Hinata abrió las piernas para darle más cercanía, dejando que la falda se elevara mostrando los muslos.
—¡Madara...!—la joven soltó su nombre movida por el calor que ese hombre le propinaba, cada vez que la tocaba. Pronto los besos se tornaron más audaces y atrevidos, al punto de no ser suficiente, sentir los senos por encima de la ropa. Madara comenzó a desabotonar la blusa que ella llevaba puesta y la deslizó por los hombros dejando expuesto el sostén rojo, cegado por el deseo de tener un poco más de ella, desprendió también esa prenda. Sus ojos se nublaron cuando los dos grandes y perfectos pechos se mostraron, adornados por dos botones rosados, simplemente perfectos. Hinata se llevó las manos hasta ellos queriendo cubrirse, pero el Uchiha le detuvo las manos.
—Déjame verte...—el rostro de la chica estaba totalmente sonrojado, mientras que el azabache la veía hipnotizado, como si ella fuera una diosa y él, la persona encargada de adorarla. Pronto los gemidos de la chica inundaron los sentidos de Madara, ya que ahora le besaba y succionaba los pezones, sin ninguna tela de por medio. Hinata le acariciaba el cabello y se arqueaba dándole más acceso. Las manos masculinas, comenzaron acariciar las piernas por debajo de la falda, llegando al inicio de las bragas, las cuales desechó sin ningún reparo, sorprendiendo a la ojiperla, quien de nuevo, intento cerrar las piernas debido al palpitante y enloquecedor temblor dentro de ella.
Pasando sus dedos por los grandes labios vaginales, sintió como su pene pareció sofocarse dentro de la ropa, en un impulso por probarla, pero siguió chupando los pezones, regalando la misma atención a uno y al otro, al mismo tiempo que comenzó a deslizar dos de sus dedos en el clitores en un delicioso masaje, el cual desquició a la joven, que sintió sus piernas debilitadas. Ya no opuso resistencia, cuando él, la tomó de las caderas para acercarse más.
Extasiada y sin saber que más hacer, intento cerrar las piernas de nueva cuenta, pero Madara, no se lo permitió. Consternada lo miró hincarse y sin previo aviso, enterró su rostro en la vagina. Debía probarla, sentirla, tal como deseo hacerlo desde que la conoció. Sin poder soportarlo, Hinata gimió ruidosamente y se aferraba a él, en un intento de calmar las múltiples sensaciones que venían a ella. Su cuerpo quería algo, pero no sabía que era. Madara sonrió y se dedicó a verla por unos momentos, sin dejar de torturarla con sus dedos, sin embargo, también él, necesitaba atención o de lo contrario, terminaría viniendo en su ropa. Con la mano que no acariciaba a su mujer, desprendió el cinturón, seguido por el pantalón, hasta que tuvo acceso a su pene.
Ahora lamía la intimidad de Hinata y se masturbaba. Para ese momento, las cremosas piernas de la Hyuga, se mantenían rodeando su cuello. Su niña no tenía experiencia, pero la forma en que respondía, fue suficiente, para hacerlo llegar al éxtasis, al mismo tiempo que llegó ella y le regaló el más exquisito néctar, el que nadie más tendría el privilegio de probar.
Hinata recobró la cordura que por minutos perdió y se avergonzó cuando se miró a si misma. Lo que hicieron fue algo tan intimo. Aún con la respiración acelerada, bajó las piernas de los hombros masculinos en intento bajar de la mesa, sin embargo, sus piernas estaban débiles y Madara la inmovilizó rodeándole la cintura con sus brazos y descansando la cabeza en su regazo.
—¿U-usted?—cuestiono la joven, cuando miró el viscoso líquido blanquecino sobre el piso. Él continuaba hincado y seguramente, se tuvo que atender a si mismo. Eso la hizo sentir culpable y se encargaría de que no volviera a pasar.
—Esto es un pequeño adelanto, para que me recuerdes durante tu viaje—se acomodó la ropa y le ayudó a Hinata a ponerse de pie—Ahora debemos prepararnos para ir a dormir—la ojiperla asintió y en minutos, ambos se acostaron en la gran cama. El día siguiente se marcharía y debía disfrutar cada minuto juntos.
[...]
Kaguya se masajeaba las cienes intentando disminuir el dolor de cabeza que se hacía cada vez más intenso. Shion no había dejado de estarse quejando y a ella no le quedó mas remedio que escucharla. El padre de Shion era una pieza importante en el negocio y la única debilidad era su malcriada hija. Ella estaba acostumbrada a siempre obtener lo que quería y ahora no la estaba pasando bien con el comportamiento de Indra.
—Lo sabes, no deberías quedarte de brazos cruzados, Indra no es el mismo desde la llegada de esa estupida mocosa—la jaqueca ya se había disparado y como si las cosas no pudieran empeorar, se unieron a ellas Danzo y Zetsu.
—Lamentó mucho esto señora, pero la señorita Shion, tiene razón, Indra era un excelente líder, pero desde la llegada de esa joven, ha hecho varios errores en el negocio, los cuales para él mismo, hubieran sido imperdonables—añadió Danzo.
—¿Me están diciendo que mi sobrino está distraído y cometió errores?—los dos tipos asintieron. La Otsutsuki ya lo sospechaba, pero no había querido intervenir.
—Lo ideal sería desaparecer las distracciones—propuso Shion.
—Indra enloquecería si a esa joven le sucede algo... estoy segura que haría una masacré si alguien la toca—Shion apretó los puños con ira, ella estaba reafirmando, lo mucho que esa mujer le importaba a su amante.
—Quizás sufra un tiempo, pero luego de eso, se volverá más sanguinario y despiadado, al igual que años atrás—repuso Zetsu—sólo recuérdelo—los dos hombres y Shion, comenzaron a exponer las ventajas de quitar de en medio a la Hyuga, incluso Danzo contó el encuentro que tuvieron con ella en el restaurante y como Indra ya no prestó atención a nada relacionado con las entregas. Lo único que hizo fue ordenar aniquilar a Madara, y era evidente que no solo lo hacía por la competencia en los negocios, sino por ganarse a la joven.
—Aunque las ventajas de quitarla de en medio son muy grandes, no aprobaré que hagan nada en contra de esa chica... Mi sobrino enloquecerá, yo nunca antes lo había visto como ahora, ni siquiera cuando ocurrió lo de aquella maestra de piano, la madre de esa joven—escuchar lo dicho por Kaguya, alteró aún mas el estado de Shion. El odio hacia esa tipa se hacía cada vez más grande y no pensaba dejarla quedarse con lo que era suyo. Discretamente, le hizo una seña a los dos varones para que se acercaran mientras Kaguya seguía ocupada con unos documentos que le trajeron a firmar.
—Los esperó mañana a las ocho de la noche en mi apartamento—les dijo despacio para que sólo ellos pudieran escuchar—No falten—les dijo antes de salir del despacho de la Otsutsuki.
Los dos sujetos asintieron. Era claro lo que ella les plantearía y ellos estaban más que dispuestos a escuchar sugerencias. El despiadado jefe, se estaba ablandando gracias a esa mujer y eso era algo que no le convenía al negocio.
[...]
Luego de emotivas despedidas y muchas lágrimas, Hinata se fue con Neji y Tenten. Los nervios estaban a flor de piel, cuando el avión aterrizó luego de tantas horas de vuelo.
—No temas, estaremos contigo durante este proceso—reafirmó Neji, tomándole la mano al verla temblando.
—Gracias a los dos por estar conmigo, incluso les agradezco por acceder a conocer a las personas que quiero, aun cuando ellos... bueno, ya saben—Neji y Tenten le sonrieron recordando como los amigos de la joven, por poco linchan a Neji.
En cuanto dejaron a Tenten, la ojiperla sentía el corazón a punto de salirse de su caja torácica y no tenía nada que ver con la solicitud del abuelo, sino con encontrarse con el gemelo de su padre. Verlo iba ser como ver a su papá, si él estuviera vivo.
—¡Neji! Que bueno que ya están aquí—Hinata se llevó las manos al pecho. Hizashi saludo a su hijo y sus orbes se concentraron por completo en la pequeña joven que lo veía con incredulidad—¿Y tu debes ser Hinata, mi sobrina?—la ojiperla se quedó paralizada sin poder moverse. La sonrisa amable del hombre, anudado al gran parecido físico con su padre, la retrocedieron a los años felices antes de la trágica noche en que los perdió. Pensó que se había quedado sola y ahora resulta que hay mas personas con su misma sangre—¡Perdóname pequeña!—Hizashi la tomó en un fuerte abrazo, como lo hacía con Neji, cuando era niño. La morena comenzó a llorar, mientras el castaño mayor se dedicó a consolarla. La culpa por lo sucedido lo golpeó mas fuerte, cuando la miró y ahora sólo deseaba hacerla olvidar un poco del dolor que vio en sus ojos.
—Se parece tanto a mi padre, que me resulta difícil...—la ojiluna se sintió tan bien en los brazos de su tío.
—Ella quería quedarse en un hotel, pero yo la persuadí de venir aquí—aclaro Neji, intentando distraer a su prima y para su buena suerte, pareció funcionar.
—No es mi intención molestar y las personas con las que vivo, creen que me quedare en un hotel—les aclaro, cuando se limpió el rostro, dejando atrás la humedad causada por las lágrimas. El ambiente en esa enorme mansión, se sentía pesado y no lograba explicar el porqué.
—Tu de ninguna manera molestarías y contrario a lo que piensas, somos nosotros quienes estamos apenados por molestarte y haciéndote venir... Te aseguro que mientras estes aquí, también Neji se quedara para que no te sientas sola. Recuerda que esta, también es tu casa—añadió Hizashi y el joven castaño estuvo de acuerdo.
—¿Y cuando veré a Hiroshi-sama?—la ojiperla sintió curiosidad por el que fue el padre de su papá, el mismo que lo abandonó a su suerte.
—Supongo que todavía no muere—soltó Neji con sarcasmo y su padre negó con la cabeza, enviándole una mirada de reproche, la cual Neji ignoró por completo.
—Lo veras cuando te sientas lista para hacerlo, él no sabe que accediste a venir así que no te espera y puedes tomarte unos días para descansar, después de todo, el viaje fue largo—le respondió Hizashi, aunque ella sabía que no debía esperar y que entre más pronto enfrentara a ese señor, era mejor, así podía regresar a los brazos de Madara.
—¿Te sientes lista ahora?—Neji se acercó a ella y le tomó las manos. También él, era consciente de lo ansiosa que se sentía su prima.
—No, pero dudó que algún día lo esté—en realidad el mismo Hizashi, quería que ellos se vieran lo antes posible. Temía que su padre muriera sin el perdón de Hinata.
—En ese caso, iré avisarle y me aseguraré que esté despierto... Mientras tanto, pediré a los empleados que te muestren tu habitación... también tu hijo, ve a desempacar—Hizashi se retiró y pronto llegaron los empleados para ayudar a la ojiperla, a ir a la habitación que dispusieron para ella.
...
—¡Padre!—Hizashi entro en la habitación del patriarca y lo miró usando la máscara de oxígeno, no dejándole ver si dormía a no, sin embargo, la temblorosa manó del mayor, intentando retirar la máscara, indicando que podían hablar—Neji regresó de Konoha—las perladas orbes del anciano se abrieron y mostraron interrogantes.
—Ella... ¿Mi nieto, pudo encontrarla? ¿Esta con vida?—debido a la agitación, se tuvo que colocar la máscara de nuevo, en espera de una respuesta. Sabía que su nieto le había traído noticias, de lo contrario, no habría regresado, sin embargo, las noticias también podían ser malas.
—La encontró con vida y está aquí con él, en espera de verlo—durante el tiempo en que su nieto se marchó, hubo días más malos que otros incluso llegó a creer que moriría sin obtener el perdón de su nieta y ahora que sabía que accedió a verlo, sólo podía estar agradecido.
—¿C-como es ella?—preguntó con dificultad.
—Es mejor que usted mismo la vea y así pueda evaluarla.
—Entonces dile que venga... y Neji también, quiero agradecerle personalmente por lograr convencerla de venir.
...
La ojiperla notó que los empleados la veían con curiosidad y no les era posible, ocultarlo. Ella se dedicó agradecerles por lo que hacían para ayudarla. Luego de una larga ducha, se vistió y minutos mas tarde Neji, fue por ella para bajar en espera de ver al anciano.
—Que bueno que ya están aquí... Mi padre quiere verlos a ambos.
—¿También a mí?—inquirió el joven Hyuga, recibiendo una afirmación con la cabeza—Entonces vamos Hinata—Neji le tomó la mano y juntos entraron a la habitación. Hinata se sorprendió, por lo que veía. Ese lugar era como estar en un gran cuarto de hospital y el aroma a antiséptico, sólo lo remarcaba. A paso lento se fue acercando hacia la cama y fue en ese momento, que sus orbes se conectaron con otras muy similares a las suyas que la veían sin parpadear. El hombre postrado en esa cama, era el padre de su progenitor y la persona que les dio la espalda, no obstante, no conseguía tenerle rencor, mas bien, sentía lástima, lastima por no haber disfrutado de las maravillosas personas que fueron sus padres.
—G-gracias por venir—enfocó directamente a la joven—y a ti por traerla—ahora se concentró en Neji—¿Puedes acercarte?—Hinata miro a su primo y este le animo a caminar hacia la orilla de la cama. El hombre se veía tan desmejorando, sin embargo, podía apreciar la similitud con su tío, al cual acababa de conocer—Eres igual de bella que tú madre, pero tienes los mismos ojos de Hiashi... mi primogénito—aún en un momento como ese, la ojiperla recordó que Madara le dijo lo mismo.
—Aquí tienes Hinata... siéntate—Neji acercó dos sillas para ambos y la joven le agradeció.
—Mi orgullo y soberbia, fueron los que me cegaron y terminé dándole la espalda a mi propia sangre, sin embargo, esos mismos malos sentimientos, fueron los que se encargaron de hacerme pagar por mis errores—el anciano se colocaba la máscara por momentos para poder continuar—perdí años que nunca más regresaran y la unica que puede darme un poco de luz eres tu... la niña que me negué a conocer o buscar cuando me enteré de lo sucedido—Hinata no lo soporto más y las lágrimas se hicieron presentes. Estar frente a ese hombre le estaba costando más, de lo que creyó.
—¡Tranquila...!—su primo la consoló y ella agradecía que estuviera a su lado, brindándole apoyo.
—Antes de continuar, quiero pedirte perdón... perdóname, porque indirectamente, mis acciones hicieron que ellos se fueran a Konoha, donde fueron asesinados, dejándote sola en el mundo—Hiroshi sabía que su hora estaba cerca y no quería perder ni un solo detalle de su nieta—¿Me concederás tu perdón? ¿Perdonarás a este viejo aún siendo una mala persona?—tanto Neji como el abuelo, miraron a la chica en busca de una respuesta.
—Si con eso su conciencia se siente aliviada, lo tiene, yo sinceramente, lo perdono en el nombre de mis padres y en el mío—gritos de odio y reclamos e insultos, hubieran dolido menos, que el perdón otorgado por su nieta. Sin poder contenerse, Hiroshi derramó amargas lágrimas, al igual que ella.
—Gracias... y abusando de tu amabilidad, quiero pedirte que me cuentes como era mi hijo como padre, dime como fue tu vida hasta que alguien marcó sus destinos.
—Abuelo eso es algo muy doloroso para ella y no creo que deba pedirle algo así—reprochó Neji.
—E-esta bien, no te preocupes por mí. En realidad son muy pocas las personas con las que he hablado sobre mis años con ellos y mucho menos de la noche en que murieron—el joven asintió y al igual que su abuelo, se dedicó a escuchar el relato de Hinata. Para ese momento, también Hizashi se unió a ellos para escuchar todo.
Continuara.
Me disculpo por la demora, se que esta historia es la que mas me toma actualizar, luego de estancarla, pero tratare de continuarla al mismo ritmo que actualizó las otras. También me disculpo por las faltas de ortografía, luego las corregiré 😊💕
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