Capitulo 15
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¿Que le pareció su prima?—preguntó Tenten, cuándo regresaban al hotel donde se hospedaban.
—Demasiado amable para ser parte de una familia, con integrantes tan duros y orgullosos—Neji se quedó impresionado con la actitud que tomo la chica. Ella en ningún momento, maldijo a su abuelo, aunque lo merecía, no lo hizo.
—¿Cree que acepté ir con nosotros a Londres?—el castaño se había estado haciendo la misma pregunta desde que la fueron a dejar. No la conocía bien, para poder afirmar que sí lo haría, pero sus ojos le indicaron, que se había conmovido por la precaria salud del viejo.
—No lo se, pero espero que si lo haga y no por mi abuelo, sino por ella misma... quiero que conozca a mi padre y también me gustaría tratarla para poder conocerla mejor—concluyó el Hyuga con el rostro pensativo.
Los dos se despidieron para ir a sus habitaciones. Neji prendió su celular y marcó el número de su padre, para darle la buena noticia.
—¡Neji!—respondió Hizashi, cuando miró en la pantalla de su dispositivo el nombre de su hijo.
—Tengo noticias padre...—el mayor guardó silencio a la espera de mas información—la encontramos, encontramos a Hinata—el castaño se escuchaba animado al decirlo.
—¿De verdad? ¿Y cuando piensas hablarle? ¿Como es?—Hizashi se lleno de esperanza y no pudo evitar, soltar las preguntas sin pensarlo. Quizás la joven accedía para ir al encuentro con su padre, el cual cada día decaía mas.
—Bueno, antes que nada, ya hablé con ella y le conte el motivo por el cual la estamos buscando—aclaró una de las inquietudes de su padre—y en cuanto a su apariencia... es hermosa por fuera, como también parece serlo por dentro, no me quiero adelantar, pero esa fue la impresión que me dio—concluyó el castaño.
—¿Y como tomó la petición de tu abuelo?—cuestiono con cautela, pues si en verdad su hijo le contó sobre el pasado, la chica no querría verlos y tampoco es que pudieran juzgarla.
—No me lo vas a creer, pero pareció conmovida por el pedido del viejo, ahora que se encuentra en su lecho de muerte, incluso, sabiendo la bajeza que hizo en contra de sus padres, ella no parecía mostrar ni odio, ni rencor, aunque durante todo el tiempo que hablamos, no dejó de llorar, especialmente, cuando le mostré tu foto—el más viejo se enterneció y no pudo evitar sentir culpa por no haber estado cerca de ella, cuando más los necesitaba. Era lógico que hubiera llorado al verlo, después de todo, era la misma imagen de su gemelo. Ahora que sabía donde encontrarla, decidió que si ella, no accedía a ver a su padre, él iría a conocerla y trataría de formar lazos familiares con ella, dado que era lo único que quedaba de su hermano y de Hikari.
Continuaron conversando acerca de lo que Neji averiguó en cuanto a las tumbas, como también, sobre la falta de culpables en los asesinatos, hasta que finalmente la llamada concluyó. Quedaron de llamarse, apenas la volvieran a ver y tal vez, con un poco de suerte, ya les tendría una respuesta positiva.
[...]
Madara apretaba los puños con fuerza debido a la frustración. Primero el supuesto arrepentimiento del abuelo y después, el maldito de Indra. Él quería encerrarse con Hinata y de ese modo, impedir que ella continuara con las dudas acerca de viajar para conocerse con la familia Hyuga. No estaba de acuerdo, sin embargo, tampoco podía interferir en sus decisiones, aunque estás, no le gustaran. Por otro lado, ese viaje sería la oportunidad perfecta para Indra y si quería llevársela, no estarían ellos para protegerla.
—Creo que la única que debe decidir eres tu mi niña—repuso Mikoto, al ver la indecisión en la joven—nosotros te apoyaremos en tu decisión, sea cual sea—Hinata la miró sonriendo. Ella sabía que la iban a entender.
—Mikoto tiene razón, sea cual sea tu decisión, se respetará y té garantizó que el resto de la familia, también estarán de acuerdo con lo que decidas—añadió Fugaku.
—Gracias Fugaku-san—agradeció y se percató del silencio que mantuvo el azabache de cabello largo—¿Y usted no piensa darme su opinión?—la joven estaba muy insegura, ya que Madara, no había opinado nada sobre si debía o no, viajar a Londres.
—¡Vamos!—Fugaku condujo a su mujer a otro sitio, con el fin de darles privacidad, dado que el semblante poco amigable de Madara, no vislumbraba una rápida resolución y lo mejor era que lo discutieran a solas.
Apenas se quedaron a solas, el Uchiha acabó con la distancia entre ambos y la abrazó, sin querer soltarla.
—¿De verdad te interesa mi opinión?—le levanto el rostro para que lo mirara.
—Si y quisiera escucharla—respondió sonrojada por la intensa mirada oscura.
—Antes de dar mi opinión, necesito saber todo sobre tu viaje, por ejemplo ¿cuanto tiempo estarás allá? ¿Donde te hospedarás? ¿Y que día te piensas marchar? Ademas, tendría que hablar personalmente con tu primo y por ultimo, pero no menos importante... deberás contar con guardias, incluso más de los que te cuidaron hoy... Ahora dime ¿todavía te interesa saber mi opinión?—inquirió ya tomándola de la cintura.
—M-me parecen bien, todas su peticiones... yo no pregunté nada sobre eso, necesito reunirme de nuevo con Neji, pero creo que lo más que puedo estar allá, es una semana y la estancia, puede ser en un hotel—Madara sintió molestia al escucharla mencionar el nombre del tal Neji. No sabía si todo se debía a que ese tipo la estaba alejando de él, o sólo a su paranoia, pero maldecía la hora en la que a los Hyugas, se les ocurrió acordarse de ella, cuando durante años, no lo hicieron—¿Ahora si me dará su opinión?
—Al igual que lo dijeron Mikoto y Fugaku, yo apoyaré cualquier decisión que tú tomes, sin embargo, si te tardas un día mas en regresar, yo mismo ire por ti—no mentía, estaba totalmente decidido a cumplir, tanto así, que pensó en ser él, quien la llevara para no soltarla entre todos los peligros, a los que se exponía viajando sola.
—Haré t-todo lo posible por no demorar, no quiero molestarlo teniendo que viajar, solo por mi—aclaró totalmente nerviosa por la forma en que Madara la estaba mirando. Esa mirada tan penetrante, que lograba hacerla temblar.
—No sería ninguna molestia... iría hasta el mismísimo infierno, por traerte de nuevo conmigo ¿Acaso no te das cuenta lo que siento por ti?—preguntó apagándola más hacia él—Por primera vez en mi vida, estoy enamorado mi niña... yo te amo—confesó justo antes de besarla. Hinata abrió mucho los ojos debido a la impresión, pues no esperaba semejante confesión. No obstante, el demandante besó, la hizo cerrar sus orbes, para comenzar a sentir un delicioso calor. Tenía temor de afrontar lo que ella sentía por él. Pensaba que si no lo admitía en voz alta, no le sería tan doloroso, cuando quedará claro, que no eran el uno, para el otro.
—Yo...—ella estaba abrumada luego del beso y lo miraba con los ojos brillantes. Debía admitir, que no supo responder a la confesión.
—Shhh, no digas nada, hasta que no lo sientas—le tocó el labio inferior con sus pulgares, para darle otro rápido beso, dado que se escucharon pasos que se acercaban a ellos.
—¿Te irás?—cuestionó Obito, entrando sin ceremonias, seguido de Izuna. Ambos dirigieron la mirada hacia Madara, en busca de una negativa, sin embargo, él parecía resignado ante el hecho.
La chica les explico lo mejor posible, tratando por todos los medios de que ellos no se molestaran, especialmente con Neji, que sólo era un enviado y no tenía la culpa de nada. Hubiera deseado que Itachi estuviera con ella en esos momentos, ya que él, siempre era muy comprensivo y le ayudaría a dar las explicaciones correctamente.
—¿Y a quien piensas enviar para que cuide de ella?—cuestionó Izuna dirigiéndose directamente a Madara. Para ese momento, también Shisui se unió a ellos.
—Ya lo pensé y enviare a los mismos guardias que ya le puse y quizás a otro mas—respondió con desgano, pues pensar en no tenerla cerca no lo dejaba concentrarse en otra cosa.
—Es curioso—soltó Obito en tono serio—creí que serías tu personalmente quien la llevaría, después de ver como el corderito te trae como perro sin dueño—Hinata enrojeció por lo dicho, mientras que Izuna se carcajeó.
—Lo peor será, que durante ese semana, estará con un humor de los mil demonios y se desquitará con nosotros—añadió Shisui, con diversión al mirar la diferencia entre las reacciones de la pareja. El cordero estaba avergonzada y Madara, por su parte, estaba enfurecido. Para su buena suerte, Mikoto regresó acompañada de sus hijos y eso distrajo a Madara.
La matriarca, ya había puesto al tanto a los muchachos sobre la situación y como era de esperarse, Itachi salió en defensa de cualquier decisión tomada por Hinata, todo lo contrario de Sasuke, quien no guardó su desagrado ante la inminente partida.
[...]
—Se que irás y lo se porque te conozco, pero desde ahora te digo, que ese viejo bastardo, no merece tu perdón—soltó Temari cruzandose de brazos. Hinata llegó al día siguiente para hablar con ellos de todo y para su sorpresa, no se molestaron cuando le dijo que se iba a vivir con los Uchihas, pero cuando les informó sobre el abuelo, no lo tomaron tan bien.
—Ya está bien Temari, se supone que busca nuestro apoyo, no lo contrario—la reprendió Gaara, mientras que Kankuro permaneció en silencio.
—Temari tiene razón, pero aún sabiendo que esa persona, no se merece nada de mi parte, no puedo... simplemente no puedo dejarlo morir sin conceder su último deseo—Gaara sonrió y le dio un abrazo fraternal. Era de esperarse, que ella reaccionará así.
—Me gustaría conocer a tu primo, para sentirnos mas tranquilos... después de todo, es con él, con quien te irás por una semana—le pidió Gaara, siendo respaldado por sus hermanos.
—Pues si, es lo menos que debe hacer, después de venir a perturbar tu paz—Hinata sonrió con lo último dicho por la rubia y de a poco, la tensión que hubo en el inicio, se había disipado.
Madara, la había pasado a dejar ese día por la mañana y le dijo que no se fuera con nadie mas, que con los guardias, ya que él, iba a estar ocupado. Ella supuso que se trataba de los negocios turbios, pero no preguntó. Aún así, quedó de llamarla, para saber donde estaba y si todavía estaba con sus amigos, él pasaría por ella.
Sabiendo que tenía tiempo, paso todo el día con los chicos. Mas tarde llegó Karin, luego Shikamaru y por último también se unió a ellos la novia de Kankuro .
Karin se puso eufórica cuándo supo que se iba de viaje y de inmediato se ofreció para ayudarla con el equipaje. Subieron a la habitación que ocupaba Hinata y en la cual, conservaba la mayoría de sus pertenencias. La ojiperla, se vio forzada a pedir permiso en su trabajo y de todos modos iba tener que renunciar, antes de la vacaciones de invierno, ya que el trayecto desde los terrenos Uchiha, era muy largo y le convenía más, buscar cerca de ellos.
El pelirrojo, negaba con la cabeza, cuando miró a Karin preparando ropa, como para un mes. La morena no se negaba, solo se dejaba ayudar sin protestar.
En cuanto terminaron, ordenaron pizzas para todos y se dedicaron a comer.
—¿Y porque no le llamas a tu primo para que se una a nosotros y de paso, podemos conocerlo?—todas las miradas se dirigieron hacia Shikamaru, que fue quien hizo la pregunta—Después de todo, dijiste que esta en un hotel, solo con su asistente, así que sería buena idea—Hinata sonrió y miro a los tres hermanos, en busca de una respuesta.
—¿Porque no? Así matamos dos pájaros de un tiro, ademas se que te agrado mucho—repuso Temari y la ojiperla se dispuso a llamar. Neji no lo pensó dos veces y de inmediato aceptó, pues eso era lo que había planeado... pasar mas tiempo con ella.
...
Cerca de una hora mas tarde, llegó Neji, acompañado de Tenten. Con la dirección que su prima le dio, no tuvo problemas en acceder al sitio. Hinata ya los esperaba afuera, para presentarlos con sus amigos.
—Que bueno que vinieron—los saludo a ambos—Vengan, los presentaré con los chicos —Los tres entraron a la sala, donde se hallaban todos. Hinata sonreía feliz, por tener a Neji, era como un pequeño oasis en medio del inmenso mar. Luego de creerse completamente sola, Neji, era lo más cercano a su padre.
—¡Bienvenidos!—Kankuro fue el que los recibió, seguido de Gaara. Temari permaneció más hermética, pero también sonrió de medio lado, pues tampoco quería dar la impresión de ser una mala anfitriona—Mi nombre es Kankuro y esté de aquí es mi hermano Gaara.
—Neji Hyuga, para servirles y ella es Tenten—Karin se acercó y al igual que el resto, de los presentes, también saludo, hasta que finalmente terminaron con las presentaciones—Quiero de antemano, darles las gracias por estar cerca de Hinata, cuando mas lo necesitaba y cuando se suponía que debía ser mi familia, la que hubiera cuidado de ella—en verdad el castaño tenía mucho que agradecer a esas personas, las cuales, le dieron una muy buena impresión, aunque la rubia todavía se veía escéptica.
—Tienes razón, tu abuelo se porto como un bastardo al negarse a saber de ella y ahora que ya se ve, a las puertas del infierno, le remuerde la conciencia—Shikamaru presiono la mano de su novia por lo que acababa de decir, sin embargo, el muchacho Hyuga, no se veía ofendido, sino todo lo contrario, él se miraba muy apenado.
—Estoy totalmente de acuerdo con eso y como ya le dije a mi prima, nadie la juzgará si decide no verlo, creó que en lo personal... yo no lo haría—aclaró Neji, dejando a Temari, más relajada, porque tampoco a ella los recién llegados le dieron mala impresión.
—Tendrá la suerte de conocerla con los días y pronto se dará cuenta, que aún sabiendo que clase de persona, es su abuelo, ella lo perdonará... así es nuestra Hina—añadió Gaara, haciendo que la Hyuga se sonrojara.
El ambiente se sintió liviano y pronto, Neji se enfrascó en una conversación con Shikamaru. Tenten, por su parte también se familiarizó con las chicas, mientras que la ojiperla preparaba dangos para todos.
Cuando llegó la noche, Neji agradeció por la hospitalidad y su prima aprovechó para decirle que si, iría con ellos, pero que antes debía tener una conversación con su otra familia, con los Uchihas. El castaño estuvo tan contento que accedió a todo lo que ella pidió y quedaron de llamarse mas tarde para decidir el lugar y la hora.
—¿Con quien regresarás a donde vives?—preguntó Neji, pues se percató de que todos se estaban marchando y ella sólo veía el celular.
—Todavía no lo sé, quedaron de llamarme pero quizás surgieron algunos contratiempos—respondió sin querer aclarar que el auto negro estacionado al otro lado de la calle eran sus guardias y que era con ellos con quien seguramente regresaría.
—Entonces te llevamos—Tenten sonrió y la morena ya no supo cómo negarse. Se despidió de todos y el Hyuga colocó las maletas en el auto.
—Tus amigos son geniales Hinata—soltó Tenten, cuando los tres subieron al vehículo.
—Debo darle la razón a Tenten... me siento mas tranquilo sabiendo que esas personas te quisieron como parte de su familia—agregó Neji. Hinata sonrió feliz. Ese día había sido uno de los mejores y el hecho, de que los chicos aceptarán a su primo, le dio mucha satisfacción, ahora sólo faltaban los Uchihas. Debía de asegurarse que Itachi estuviera presente, de lo contrario, no sabía si las cosas saldrían tan bien, como minutos atrás.
—Hasta luego—Hinata se despidió de Tenten, mientras su primo bajaba el equipaje—Yo te llamo y gracias por todo—Neji la abrazo y se despidieron.
Pronto los guardias vinieron ayudar con el equipaje y la morena se sorprendió por no ver a ninguno de los varones, sobre todo a Madara. Entró en la mansión de Mikoto y la encontró sola, luciendo preocupada.
—Mi niña, que bueno que ya estás aquí—se puso de pie y se dirigió hacia ella, para envolverla en un material abrazo, el cual necesitaba.
—¿Que es lo que esta pasando? ¿Donde están los chicos? ¿Y M-Madara-sama?—algo le decía que las cosas no estaban bien y terminó llamando a Madara como antes.
—Aun no han regresado y Fugaku, me llamó para decirme...—los ruidos afuera impidieron que Mikoto continuara.
—Mikoto-san, su esposo pidió que se dirija a la mansión de Madara-sama—le informó uno de los guardias y ella asintió.
—Será mejor que esperes aquí mi niña—la matriarca estaba segura que algo había salido mal y no quería asustar a la ojiperla.
—Por favor, déjeme ir con usted—le pidió tomándole las manos, a lo que la mayor, no pudo negarse.
—Está bien, pero mires lo que mires, trata de guardar la calma y no te alteres—el corazón de la chica dio un vuelco, ante esas palabras, pero de igual manera asintió.
[...]
—Señor, nos llegó información sobre la entrega de los Uchihas... Será hoy en la fábrica abandonada que esta a las afueras de la cuidad, la misma donde entregaban juntos cuando estaban unidos—le informó Zetsu a Indra. El Otsutsuki no había estado en sus mejores momentos desde que miró a Hinata y ella lo ignoró—Mis fuentes me informaron que será el mismo Madara, quien encabeza la negociación—añadió sonriendo.
—Esta es la oportunidad perfecta para deshacernos del Uchiha... Si logramos aniquilarlo, se quedarán sin líder y los desestabilizáremos—repuso Danzo. Indra lo pensó por un momento y la idea era bastante buena, después de todo, la ojiperla estaba así por las cosas que ese bastardo le había contado y si lograba quitarlo de en medio, la podía convencer de que todo era un engaño. Asesinar a su ex amigo, era lo que mas deseaba, a eso se debía que lo mandó seguir tiempo atrás, sin embargo nunca lo pudieron encontrar con la guardia baja y él, pareció percatarse de que lo seguían.
—Preparen todo para la emboscada, quiero a Madara fuera de mi camino de una vez por todas—los dos hombres sonrieron con satisfacción. Indra era un excelente jefe, pero cuando mezclaba asuntos amorosos, no actuaba de acuerdo a los intereses del negocio y la llegada de esa chica, sólo perturbó la buena racha que estuvo manteniendo después de las muertes de la familia Hyuga—Pero no olviden borrar nuestras huellas, no nos combine tener a Ashura encima de nosotros—lanzó la orden, esperando que esta vez, si funcionara.
Zetsu realizó todos los arreglos y Danzo se encargó de los sobornos. Aunque los motivos para quitar de en medio a Madara, eran diferentes, tanto para Indra como para sus subordinados, ambas partes saldrían ganando, si tenían suerte, ya que los Otsutsukis serían los líderes del negocio, pasando por encima de los Uchihas y la ojiperla finalmente estaría con él, por las buenas. Esta vez lo haría bien, no pensaba forzarla y todo se debía a la tímida personalidad de esa niña, Indra quería conquistarla y saber que lo amaba solo a él.
...
Con las órdenes dadas, los hombres contratados por los Otsutsukis, se colocaron a la espera de los Uchihas. La idea era dejar que terminaran con la entrega y así se confiarán, para atacarlos antes de que se marcharan.
[...]
—Todo está listo tío... los clientes llegarán en una hora, así que debemos irnos ya—informó Shisui, quien al igual que Itachi, eran los encargados de acompañar a Madara. Fugaku y Sasuke, se encargaban de una junta con unos inversionistas en las empresas Uchihas. Izuna y Obito se fueron al bar que les pertenecía para verificar que todo estuviera en orden. Todo iba acorde con lo planeado, sin embargo, Madara no estaba pensando con claridad y todo se debía a cierta ojiluna a la que confesó sus sentimientos y no sabía si ella, sentía los mismo. Y como si las cosas no pudieran ser más complicadas, se acercaba ese maldito viaje.
—Vamos entonces—los tres salieron rumbo al lugar acordado. Los dos jóvenes viajaban en un auto y Madara condujo el suyo, seguidos por las escolta.
Kingin y Kyodai eran dos de los líderes más poderosos, en el Medio Oriente y era a quienes les venderían el cargamento de armas. Ya antes habían hecho tratos con ellos y no hubo ningún contratiempo, aunque Fugaku siempre decía que con esa clase de personas, nunca se debe bajar la guardia, ya que en su territorio, se les conocía como traidores dispuestos a pasar por arriba de quienes fuera, para conseguir más poder. Otro punto en contra, era el gran gusto por llevarse a las mujeres mas bellas, como fue el caso de Indra, pues los hermanos, era con los Otsutsukis, con quienes tenían negocios, pero cuando Shion estuvo presente en una negociación, de inmediato quisieron abordarla, cuando se quedaron a solas con ella, o al menos, eso fue lo que le contó a Indra. Eso ocasionó, un gran enfrentamiento y se rompieron los lazos entre ellos.
—Llegamos justo a tiempo—les dijo Itachi, cuando miró los vehículos de los clientes acercándose hacia el lugar pactado. Los hermanos también llevaban sus escoltas y la entrega se realizó sin ningún problema.
—Ha sido un placer hacer negocios con ustedes, como siempre, la mejor mercancía—los Uchihas estrecharon las manos de sus clientes, cuando se concretó la entrega y el pago por esta.
—Lo mismo digo caballeros y nos mantendremos en contacto—reafirmó Madara. Los clientes subieron a sus vehículos y se marcharon, siendo seguidos por sus escoltas, dejando a los Uchihas para no levantar sospechas, si los veían a todos juntos.
—Les avisaré a todos que ya terminamos—Shisui, levantó el celular y marcó el número de su hermano, cuando una bala rozó su brazo, dejando caer el electrónico—¡Maldita sea! Nos tendieron una emboscada—Itachi desenfundó sus armas y al igual que las escoltas y Madara comenzaron a responder, mientras que Obito escuchaba todo del otro lado de la línea.
—Señor, nos haremos cargo, ustedes escapen en uno de los autos blindados—sugirió uno de los guardias, sin embargo los tres Uchihas, no tenían intención de irse y menos después de haber herido a uno de ellos.
—Gracias... pero creo que nos divertiremos un poco—agradeció Shisui, tomando posesión de su arma de asalto, su metralleta favorita. En segundos, el lugar se convirtió en un campo de batalla.
...
—¿Que pasó?—preguntó Izuna, al ver a Obito quedarse estático en el teléfono, luego de gritar en repetidas ocasiones el nombre de su hermano.
—Los atacaron—sólo eso fue suficiente, para que el mayor se pusiera en alerta. Con avidez, llamaron a los otros guardias y también a Fugaku. Debían encargarse de todo y tener un médico listo en caso de ser necesario.
Fugaku, terminó lo mas rápido que pudo con la reunión y dio aviso a Mikoto. Padre e hijo salieron en el mismo vehículo para ir en ayuda de sus parientes. Izuna y Obito, también ya iban en camino. Solo esperaban, que todos estuviesen bien, incluyendo a los guardias.
...
Madara había enfurecido y lo que era peor, ya tres de sus hombres yacían en el suelo, probablemente sin vida. No podía soportar la ira de ver a su sobrino siendo herido, prefería ser él, antes que uno de los suyos, luego pensó en ella y en lo que podía sentir, si no regresaba sano y salvo. De ser así, el bastardo de Indra, se la llevaría sin ningún problema. Con ese pensamiento, tomó también su arma de asalto y se dispuso a terminar rápido con todos esos sujetos.
Itachi logró reducir a la gran mayoría de los que estaban mas lejos. El joven era el mejor como francotirador y difícilmente, se le escapaba alguien.
El resto de los Uchihas, llegaron para ayudar, sin embargo, ya no había mucho por hacer.
—Por todos los cielos ¿que sucedió?—preguntó Fugaku cuando miró a varios de los hombres heridos, otros muertos y Shisui sangrando de un brazo.
—Alguien nos delató y nos tendieron una trampa—respondió Itachi.
—¿Ustedes están bien?—Sasuke evaluó la situación y pudo ver que la herida en el brazo de Shisui, no era de gravedad. Obito ayudó a su hermano y lo llevó en su auto, mientras los guardias levantaron los cuerpos de los compañeros sin vida y también de los heridos. Dejando a los atacantes tendidos sobre el suelo y así, regresaron a los terrenos Uchiha.
Madara tenía un corte el la frente, ocasionado por por el cuchillo de uno de los atacantes con quien mantuvo una pelea, no era nada grave, pero sangraba. Itachi solo recibió un raspón en el brazo, cuando cayó cerca de los cristales del espejo de su auto. Para suerte de los tres, las heridas no habían sido de gravedad.
Los guardias con mayor probabilidad de muerte, fueron llevados a la clínica que se encargaba de ellos y que le pertenecía a los Uchihas, aunque la mayoría de las personas, no lo sabían.
Uno a uno los autos fueron arribando en los terrenos Uchiha. Izuna y Obito hacían llamadas, con sus contactos tratando de saber quien estaba atrás de todo, aunque para Itachi, como para Madara, era claro que todo era obra de los Otsutsukis.
Entraron en la mansión de Madara y en ese momento, llegaron Hinata y Mikoto.
Lo primero que la ojiperla miró, fue a Shisui con el brazo teñido en rojo y el miedo la invadió de lleno.
—¡Shisui!—lo llamó y corrió hacia él llorando—No mueras por favor, no te vayas—ella olvido por completo, la sugerencia de Mikoto, sobre no alterarse como también las formalidades y se aferró al muchacho temiendo perderlo.
—Tranquila corderito, no me pienso morir, esto no es nada—correspondió al abrazo y la tranquilizó. Mikoto también se acercó antes que el médico comenzara a tratarlo y la ojiperla se levantó lentamente, llevando sus orbes hacia todos los miembros, deteniéndose al ver que faltaba Madara.
—¿Donde está Madara-sama?—preguntó temiendo a la respuesta.
—Fue a su habitación, no debe tardar—respondió Izuna y la chica no dudó en ir a buscarlo. Debía comprobar por ella misma, que él estaba bien.
La ropa del azabache estaba saturada de sangre, debido a los guardias que ayudó a quitar de en medio y sabiendo que la niña iría a verlos, optó por cambiarse antes que ella lo mirará, sin embargo, su plan no funcionó, ya que ella entró en su recámara y lo miro con horror.
Lo único en lo que Hinata, podía pensar, era en su confesión y como no le respondió por miedo a salir lastimada, sin embargo, al verlo así, se dio cuenta cuando lo amaba y el miedo a perderlo, fue mas grande que el miedo a terminar con el corazón roto.
—Esta sangrando—afirmó con el rostro lleno de lágrimas.
—Tranquila, yo estoy bien, es solo un pequeño corte sin importancia—ella negó sin apartar la vista de su pecho, dado que era donde más manchas había—Te demostraré que no tengo nada grave y que esta no es mi sangre—se quitó la camisa exponiendo el bien trabajado y poderoso pecho—Lo vez... te dije que estoy bien—apenas acabo de hablar, cuando la sintió abrazada a él.
—Tuve mucho miedo—le dijo sin querer soltarse de él—Yo lo amo y no quiero perderlo—Madara quedó atónito y lentamente le levantó el rostro por la barbilla.
—Repite lo que acabas de decir—tenía que asegurarse, de haber escuchado bien.
—Lo amo, estoy enamorada de usted y ya no quiero callarlo—Madara quedó eufórico y sin esperar más, tomó sus labios en un apasionado beso. Ella también lo amaba y eso era lo único que importaba en ese momento.
Ella correspondió al beso con mucha necesidad. Lo necesitaba, necesitaba sentir su cuerpo, su calor... todo de él. Sus manos le acariciaban el cuello, luego le palparon el pecho con timidez y por último le retiraron el cabello con restos de sangre del rostro.
Madara se contenía para no subir de tono, las caricias de sus manos, sin embargo, al sentir como ella se estremecía y buscaba más contacto, decidió complacerla. Camino sin dejarse de besar, hasta que se sentó en la cama, donde la subió sobre su regazo para que quedara a horcajadas sobre él.
—Me haces muy feliz pequeña—musitó aún pegado a los labios femeninos. La sensación de tener los grandes senos aprisionados sobre su pecho, lo estaba haciendo perder la cordura y dirigió los besos al níveo cuello de la ojiperla, recibiendo un sensual gemido.
—E-esta herido—finalmente las manos de Hinata, tocaron el corte en la frente de Madara y supo de donde sangraba—rápido, vamos al salon donde están todos... el médico lo tratara—el azabache se frustró, cuando ella freno el acalorado momento, sin embargo, le obedeció, dado que no quería alterarla más de lo que ya estaba. Ellos estaban acostumbrados a esa clase de sucesos, pero su niña, temía perderlos y no podían culparla, luego de lo sucedido a sus padres.
Ambos entraron en el gran salón de juntas, donde colocaron unas camillas improvisadas. El médico ya había terminado de curar el brazo de Shisui y también limpió el raspón de Itachi. Madara se sentó para que lo atendieran, bajo la atenta mirada de Hinata.
—¿Ya estas mejor?—preguntó Itachi y ella se lanzo a sus brazos.
—Creí que los iba a perder—les dijo a todos—No quiero perder a nadie mas de las personas que amo—Sasuke tomó el lugar de su hermano y le acercó un vaso de agua.
El médico terminó y les dio las indicaciones sobre los cuidados que debían tener. Ya con todos más tranquilos incluyendo a Mikoto, Madara se encargó de dejar dormida a su ojiperla y regresó con los otros miembros para realizar los arreglos sobre los guardias asesinados.
Entrada la madrugada, el azabache optó por ir a dormir a su habitación, donde dejó a la ojiperla. Luego de darse un baño, se abrazó a ella y comenzó a relajarse. Le había dolido mucho verla asustada, pero no podía negar lo mucho que disfruto tenerla ahí con ellos, sin juzgarlos por lo que hacían y a todo eso, se unía la confesión de amor. Sin lugar a dudas, el día fue un desastre, pero ella logró hacerlo uno de los mejores. Sonrió de nuevo, cuando ella se giró aún dormida y se abrazó a él, en busca de calor.
A partir de ese día, las cosas no volverían a ser las mismas. Su mas grande sueño se había hecho realidad y ella, lo amaba, como la amaba él y aún sabiendo que no la merecía, no le importaba. La haría su mujer y de nadie más.
Continuara.
Me disculpo por la demora, y los errores de ortografía, luego los corregiré. 💕😊
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