Capitulo 14
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro. Tampoco la imagen me pertenece y los créditos son para su creador.
Shion, permaneció frente a la cama, donde minutos atrás, fue golpeada mentalmente, por el hombre al que amaba. Lo había ido a buscar, debido a los rechazos que recibió mediante las llamadas y mensajes de texto. Ellos se veían a menudo y esta, era la primera vez, que su amante la dejaba de lado durante tanto tiempo. Sin mas opciones, se encaminó hacia la mansión Otsutsuki, donde vivía Indra. Los empleados ya la conocían y no le impidieron el paso, hasta la habitación del moreno.
Lo miró durmiendo, como solía hacerlo. Sin camisa y solo vistiendo bóxers. Luciendo como todo un dios griego y pudo comprobar, que había estado bebiendo hasta quedarse dormido, ya que el olor a alcohol, era fuerte. Sin hacer ruido entró al baño y se vistió con la sexy lencería que compró especialmente para provocarlo.
Subió en la gran cama, gateando hasta llegar a donde estaban los bóxers y los retiró lentamente. Una vez que lo tuvo sin nada de por medio, se dedicó a darle, lo que siempre lograba enloquecerlo. Introdujo el ya semi erecto miembro masculino en su boca y sonrió complacida, cuando lo escuchó jadear. En poco tiempo, las manos masculinas, tomaron la cabeza de la chica, para ayudarla a marcar el paso, justo como le gustaba.
El Otsutsuki, se dejó hacer, mientras permaneció con los ojos cerrados. Su cerebro le jugó una mala pasada y se imaginó a Hinata. Estaba seguro que era ella, o así, lo quiso reproducir debido al alcohol.
La chica se despojó de las prendas que llevaba puesta y se subió sobre él. La hombría del Otsutsuki, estaba lista y ella, ya se hallaba totalmente mojada por la exitasion.
Shion comenzó a moverse, de arriba hacia abajo ayudada por las manos del varón, el cuál no dejó de imaginar a la hermosa ojiperla. Cuando estaba por llegar, se movió con más ímpetu—Ahhh, Hinata así mi amor así... has los que quieras conmigo... yo soy todo tuyo—la chica se tensó y el azabache terminó de expulsar toda su semilla.
—Que soy Shion, maldita sea... ¿como te atreves a llamarme por el nombre de otra?—le lanzó un golpe en el rostro, antes de levantarse muy molesta. Indra, no le prestó atención y se giró quedando de lado. No había pasado un minuto, cuando ya se escuchaba roncando. Durante el tiempo que llevaban juntos, nunca le dijo, lo que acababa de decir, creyéndola otra persona. Indra siempre fue dominante en la cama y a ella le decía que era suyo. Se limpió una lagrima y enfureció más.
Se vistió frente a la cama sin dejar de verlo. Ya sabía que la rechazaba por esa tipa, no obstante, también se enteró que se acostaba con otras mujeres, para evitarla a ella, pero comprobar al cien por ciento, que aunque se acostara con muchas mujeres, a la única que se imaginaba era a la tal Hinata, fue un golpe que dolió en todo su orgullo.
Maldita y mil veces maldita, se dijo con los puños apretados rayando en la ira. Ella pensó que luego de tanto tiempo sin verse, Indra accedería a darle otra oportunidad, pues desde la noche de la subasta, la echo y se negó a volver a verla.
Furiosa con lo acontecido, echó una última mirada a su amante y se dispuso a salir del lugar. Debía hablar con sus contactos, esta vez, no iba a desistir, necesitaba saber absolutamente todo de esa estupida si quería quitarla de en medio. No iba ser, ni la primera, ni la última vez, que se deshiciera de un estorbo y la insípida esa, no sería la excepción. Después de todo, viviendo en medio de muchos lobos, era muy fácil acorralar y ponerle fin a la existencia de un cordero. Esa mocosa se arrepentirá de haberse interpuesto entre Indra y ella. La usaría para desquitarse de la humillación que acababa de tener.
[...]
—Gracias por todo lo que hizo por mi, si no hubiera sido por ustedes, quizás en estos momentos...—la joven se aferró mas a la camisa del azabache. Madara se levantó con ella en brazos para calmarla y convencerla de salir de ahí, no era el mejor momento para enfrentarse al pasado, el estado de ánimo de Hinata no era bueno para el mar de recuerdos que le venían a la mente estando en el lugar donde perdió a sus padres.
—Te llevaré a casa—le dijo, cuando la sintió más tranquila. La condujo al auto y la joven continuó en silencio y cuando llegaron a la puerta del auto ella finalmente lo encaró. Las orbes de ambos quedaron conectadas por unos segundos y las palabras quedaron atoradas dentro de ellos. Hinata quería preguntar sobre lo que sintió por su madre, mientras que Madara quería protegerla, llevándola con él, para que el joven que la buscaba, no la alejará de ellos. No obstante, la mirada perlada, estaba llena de dudas y fue entonces, que el azabache, entendió lo que quería saber.
Se apresuró a llegar a su mansión y con avidez la sostuvo para llevarla a su habitación. Quería que descansara y le dejaría su espacio para que ella estuviera tranquila, después de todo, todavía debía convencerla de quedarse a vivir dentro de los terrenos Uchiha.
—¿La amaba? ¿Amaba a mi madre?—le preguntó con miedo a la respuesta, una vez que la colocó en la cama—¿Es por eso que...?—la ojiperla no supo la forma correcta en que debía preguntar, puesto que el miedo a lo que pensaba, la dejó sin palabras. Mikoto ya le había explicado, pero aún seguía con muchas dudas dentro de su cabeza. No podía descartar la gran atracción que sentía por Madara y saber que él, amo a su madre, la dejó muy insegura.
—No voy a mentir... yo estuve muy enamorado de Hikari—la Hyuga sintió que su corazón se estrujaba, sin embargo, no tenía derecho a sentirse así, ellos no eran nada. Él no dijo quererla, ni gustarle, debía de entender, que un hombre como Madara, no era para alguien como ella y el acercamiento, sólo se debió al parecido físico—Pero fue un amor platónico, unilateral, ella nunca lo intuyo y creo que todo se debió a mi juventud, o quizás la poca experiencia—concluyó el azabache.
—O quizás a la personalidad y físico de mi madre... imagino que de verdad la amo, pues aun sin confesárselo, continua conservando todas sus fotografías—la chica evito la mirada del Uchiha. Su voz no mostró reproches, ni tampoco acusación, la ojiperla sentía dolor, dolor ante la realidad. Esos hombres se acercaron a ella, por su físico, era como volver a tener la oportunidad de quedarse con la mujer por la que rompieron los lazos de amistad.
--No puedo negarlo, cuando la miramos, ya no pudimos ver a otro lado, pero como ya te dije, era la emoción de la juventud, al ver una mujer con su porte—Madara trataba de ser sincero, lo que no intuía, era que todo lo dicho, le dejaba más claro a Hinata, que solo la buscaban por el físico—No obstante... no te comparó con ella y tampoco creo que ese bastardo, lo haga. Se que debes pensar lo contrario, pero no lo es. Tu eres diferente a Hikari en muchos sentidos, incluyendo la personalidad y las fotografías, las conservó porque también tú, estas en ellas—la chica suspiro, quedando más confundida. Por un lado, quería creerle y por el otro, le era muy difícil hacerlo.
—¡Entiendo...!—soltó queriendo dar fin a esa conversación, que ella misma inició—Oh, por poco lo olvido, debo, ir en busca de mi ropa, quede de salir con Sasori y debo ser puntual—trató de sonar convincente, no tenía caso lamentarse por lo sucedido. Ellos no tenían la culpa de haberla comparado con su madre. Lo mejor era encontrarse con Sasori, para distraerse y pensar con más claridad lo que debía hacer. Todavía se sentía turbada por la revelación sobre los asesinatos de sus padres y por ende, no podía tomar las mejores decisiones, incluyendo, la de vivir con ellos en los terrenos Uchiha.
—¿Saldrás con él? ¿No prefieres quedarte y hacer una nueva cita?—Madara no quería que se fuera, no así. Pudo ver decepción en las perlas, aunque trató de ocultarlo y no estaba conforme con dejarla ir con esa impresión. Estaba seguro que no le creyó, cuando le dijo que no la veían como Hikari y no sabía como convencerla de lo contrario.
—Prefiero continuar con mis obligaciones, no tiene ningún sentido reprimirme y abandonar todo—trató de verse fuerte pero estaba totalmente devastada por dentro—No lo hice en el pasado y no lo haré ahora—antes de poder irse, Madara la tomo del brazo, con suavidad.
—No me opondré a que continúes con tus labores, pero pondré guardias para que cuiden de ti—la ojiperla, estuvo a punto de negarse, pero el Uchiha, no la dejó interrumpir—Debes entender, que estas en medio de dos de las organizaciones delictivas, más poderosas de Tokio, como ya te lo dijimos anoche... Se que es muy difícil para ti, después de todo, no hiciste nada para terminar en medio de todo, sin embargo, ya no se puede cambiar—le hablaba con tanto cariño, al mismo tiempo que le limpiaba las lágrimas con sus pulgares—No me perdonaría, si alguno de nuestros muchos enemigos, te hace daño, por saber lo que siento por ti—quizás no debía decirle eso, pero dadas las circunstancias, no omitía nada.
Ella desvió la mirada, no queriendo caer hipnotizada, en sus atrayentes orbes. Se sonrojó de sobre manera, cuando le dijo lo último y en lugar de tener miedo, por ser el blanco de los mafiosos, se sintió acalorada cuando dijo que sentía algo por ella—Hasta ahora, nada malo me ha pasado ¿Porque debería ser diferente? Además, me sería realmente incomodo, estar con personas cerca de mí, en cada paso que doy—el Uchiha, no estaba dispuesto a retroceder. Le pondría guardias, quisiera ella, o no.
—¡Mi niña!—la abrazo contra su pecho—No me lleves la contraria, no podremos estar tranquilos sabiendo que ese desquiciado esta tras de ti, sin olvidar a todos nuestros enemigos—le acaricio el cabello—Nosotros siempre estamos con escoltas y sabemos, como defendernos, somos expertos en artes marciales y en disparar cualquier tipo de armas. Tu estarías indefensa ante toda la maldad que hay afuera, ni siquiera las autoridades podrían protegerte... Te aseguro que no te darás cuenta que ellos están contigo—la chica se quedó absorta entre los latidos pertenecientes al corazón del azabache y por alguna razón, no quiso contrariarlo.
—Esta bien—le respondió, al mismo tiempo que Madara le levantó la barbilla para verla—haré lo que usted me pida—el varón, no pudo más y la beso. La baso lento y suave. El Uchiha, quería trasmitir, todos sus sentimientos a través de ese acto tan personal para ambos. Hinata se había convertido en el centro de su vida y no estaba dispuesto a perderla. Aún en medio de su retorcida y oscura vida, pudo ser capaz de encontrar la luz y el amor. Ahora su meta, era, mostrar que ella le pertenecía, que era toda suya, como también él, lo sería de Hinata.
—En ese caso, le dire a Mikoto, que te mudaras con nosotros—le musito casi en los labios—No tienes que preocuparte por nada, porque el chofer se encargará de llevarte a donde quieras y yo mismo te enseñaré a conducir ¿que te parece?—ella todavía no decidía sobre el cambio de residencia y ahora no tenía el valor para contrariarlo. Se veía genuinamente feliz porque aceptó vivir con ellos y ella temblaba por el beso recibido.
—Esta bien, me mudare con ustedes, luego de comer con Sasori—todavía, tenía que explicarle a los hermanos Sabaku, sobre ese asunto, omitiendo el trabajo de los Uchihas. Solo les contaría sobre sus padres. De todos modos, aunque ya no vivieran juntos, ellos podían visitarla cuando quisieran, la misma Mikoto, se lo aseguro a Temari.
...
Hinata habló con Sasori y le informó que debía recogerla en otra dirección. Madara, ya se había puesto de acuerdo con dos de los más diestros guardias. Les pidió absoluta discreción, para que pasaran desapercibidos tanto por ella, como por las personas que la rodeaban.
Mikoto y los jóvenes, se pusieron muy alegres cuando ella les confirmó que se mudaría a los terrenos Uchiha. Ese mismo día, la matriarca, mandó re decorar la habitación, que pertenecía a Hinata. Estaba tan feliz, que deseaba ponerla igual a ella, para que se sintiera cómoda.
Sasori llegó a donde se hallaba Hinata y apenas lo miraron los varones Uchiha, quisieron ir a su encuentro, para advertirle, especialmente Obito, Shisui y Madara, pero sus intenciones fueron cegadas por Mikoto.
—Arruínenle el día a mi niña y sabrán lo que es verme molesta—los Uchihas se detuvieron y sólo se dedicaron a observar como la chica salía al encuentro con el pelirrojo. No es que le temieran a la fémina, que los amenazó, pero era mejor no provocarla, tentando la suerte.
—No se preocupen, de todos modos, ella aceptó vivir aquí, ahora estará mas segura con nosotros—añadió Itachi—También los guardias que la siguen, pueden informarnos todo lo que suceda—sin decir más, todos se dirigieron a continuar con sus labores.
...
Sasori condujo el corto trayecto. El joven era un hombre de pocas palabras, no obstante, las que decía eran de peso. La ojiperla, no estaba segura de que pensar acerca de la personalidad del joven, pues en la subasta se mostraba más simpático y ahora permaneció conduciendo en silencio. Pero luego, todas sus dudas cayeron, una vez que estacionó. El pelirrojo, le abrió la puerta, luego caminaron juntos hasta adentro.
El joven no conversaba mucho, mientras conducía y ya sentados en una de las mesas, comenzó hablando de todo, incluso le sugirió a la chica, cuáles eran los mejores platillos del restaurante. Luego de ordenar, el joven, le mostró una carpeta con fotografías, sobre sus trabajos. La ojiperla se tapó la boca, maravillada, ante el talento del muchacho. Él parecía palpar, todas las emociones y el entorno de lo que rodeaba la pintura.
—Es muy talentoso—lo felicito la ojiperla, todavía observando las fotografías.
El pelirrojo agradeció y se fue directamente a lo que deseaba—¿Que te parece si preparó todo para dentro de un mes? Creo que es tiempo suficiente, para encontrar tú atuendo, como también el lugar donde se realizará la pintura—la miró directamente esperando por una respuesta.
—Me parece muy bien—los dos estrecharon las manos y Sasori, le indicó a la chica, que no podía posar, para nadie más. No la creía capaz de hacer algo deshonesto, pero no podía decir lo mismo de su colega y rival Deidara. Ese imbecil, era capaz de jugar sucio, si la encontraba, solo por ganarle la partida—Le doy mi palabra—le aseguro con una tímida sonrisa, lo que dejó, más tranquilo y relajado a Sasori. Ahora si se podía dedicar a disfrutar la comida.
[...]
Neji y Tenten, llegaron a comer a un restaurante del centro. El día anterior, se encargaron de ir al cementerio y pudo comprobar, lo bien cuidadas que se mantenían las lápidas, lo que indicaba, que su prima, las visitaba seguido, lo dedujo por el deterioro de las flores.
El día siguiente, debían llamar al Nara, para saber sobre la decisión de conocer a Hinata. Aunque siempre se caracterizó por ser un hombre frío y calculador, debía admitir, que se sentía algo inseguro con el resultado.
—Bienvenidos... ¿están listos para ordenar?—la mesera lo saco de sus pensamientos, en los cuales llevaba un rato perdido.
Neji le indicó a Tenten que ordenará ella primero y la joven lo hizo.
—Me trae lo mismo que a ella—pidió el joven castaño y ambos se dispusieron a esperar. Neji ya había compartido algunos mensajes con su padre, donde le informó, que su sobrina si estaba viva. La felicidad que inundó a Hizashi, fue tal, que en vez de responder con un mensaje de texto, lo llamó, para saber todos y cada uno de los detalles. Sin embargo, Neji, le advirtió, que quizás la chica, no quisiera verlos y en ese caso, no podrían hacer nada.
—¿Pasa algo?—se vio obligado a preguntar el castaño, al ver a su asistente con la mirada puesta en otras mesas. La chica no le respondió y fue entonces, que se giró para ver hacia donde veía Tenten.
—¡Neji...!—el joven asintió y tragó en secó. En el lado contrario del restaurante, donde se dispusieron a comer, se encontraba un hombre de cabello rojizo, con una chica de cabello negro azulado, pero lo más relevante, eran los ojos Hyuga—Tiene que ser ella, debe ser su prima—aseguró la chica, también consternada al haberla encontrado por casualidad.
...
—La pareja, que esta en las mesas frente a nosotros, no ha dejado de mirarte... ¿los conoces?—cuestiono Sasori, algo contrariado por el insistente escrutinio de la pareja, especialmente el varón, quien dicho sea de paso, tenía el mismo tono exótico de ojos, que la musa junto a él. De hecho, como diría el imbecil de Deidara, el joven también era un buen prospecto para plasmar en un lienzo.
—No lo creo—respondió la ojiperla, cuando logró enfocar a Tenten, pero detuvo sus palabras y casi creyó estar,soñando, cuando enfocó al acompañante de la chica. Ese muchacho, hizo que la respiración de Hinata, se volviera más agitada ¿Quien era ese joven? ¿Porque tenía el mismo tono de sus ojos? Su padre nunca le dijo que tuviera más familia ¿Y porque también él, parecía conocerla?
—¿Estas bien?—Sasori, se preocupó, al ver a la chica tan descompuesta.
Tanto, Neji, como la misma Hinata, parecieron quedarse enfrascados. Ninguno de los dos podía mirar a otro sitio y dejando a sus acompañantes con la palabra en la boca, se pusieron de pie. La ojiperla salió del trance cuando el pelirrojo le tomó ligeramente la mano y cuando miró de nuevo, el joven ya venía hacia sus mesa, acompañado de la chica, con la que estaba.
Las manos de la Hyuga sudaban, ante la expectativa de ver a la pareja, cada vez más cerca de ella. Sasori, se puso en alerta, pues todo era muy extraño.
—Disculpen nuestra intromisión—Neji, les hizo una respetuosa reverencia, lo cual dejó a Hinata mas descolocada—Mi nombre es Neji Hyuga y ella es mi acompañante Tenten—la ojiperla comenzó a temblar debido a los nervios—¡Hinata Hyuga...! ¿No es cierto?—pregunto el muchacho, directamente al grano y obteniendo un asentamiento, por parte de la nerviosa joven.
—Esto es muy extraño... ¿de que se trata?—exigió Sasori, con desconfianza.
—No se asusten, esto no se trata de nada malo—se apresuró a intervenir Tenten, al percatarse de como el ambiente se volvía incómodo—Mi jefe y yo vinimos desde Londres, en busca suya señorita.
—¿M-mía?—la ojiperla tartamudeó, sintiéndose cada vez más fuera de lugar.
—Así es—continuó Tenten—mi jefe, aquí presente, es hijo de Hizashi Hyuga, hermano gemelo de Hiashi Hyuga—Hinata se llevó las manos al pecho y encaró a Neji de nueva cuenta.
—Mis padres, nunca me dijeron que tenían más familiares... y-yo, nunca conocí a nadie—confesó la morena, ya con los ojos a punto de derramar las lágrimas.
—Si me permite, yo puedo explicar todo—le pidió Neji, directamente a ella—¿Podría hablar con usted, cuando termine de comer?—la educación que mostraba el castaño, le recordó a la chica, los modales de sus padres y había algo en él, algo mas, que de inmediato, la hizo aceptar la petición del muchacho. Tenía que saber más, después de todo ¿Que podía perder, sólo por escucharlo?
—¿Estas de acuerdo con esto?—cuestionó Sasori evaluando a los extraños, de nueva cuenta y la ojiluna asintió.
—Usted también puede estar presente—le informó Neji al pelirrojo, de quien no tenía idea su identidad, pero seguramente conocía a su prima.
—A decir verdad, dado que ella esta de acuerdo y nuestro contrató quedó aclarado, yo creo que es mejor retirarme—Hinata comprendió que ni iban a lograr terminar el resto de la comida—Esto es un asunto familiar, y prefiero darles privacidad... Hasta luego—se despidió de todos y buscó los ojos de Hinata, antes de marcharse, asegurandose que se quedaba bien.
—También yo, les daré privacidad—Tenten se pensaba retirar, cuando la morena se lo impidió.
—Me gustaría que se quedara con nosotros, después de todo, creo que sabe, lo que me dirá—miró a Neji y esté estuvo de acuerdo. Los tres se sentaron en la misma mesa donde minutos atrás, ocupaban, Hinata y Sasori. Los meseros ya habían retirado todos los platos y cubiertos y ahora los tres tenían un té aumenté frente a ellos.
—Se que esto es muy extraño para usted...—la Hyuga interrumpió a Neji, antes de continuar.
—Es mejor que nos tuteemos ¿que les parece?—miro también a la asistente y los dos estuvieron de acuerdo.
—¡Bien! Como te estaba diciendo, este asunto, también a mí me sorprendió cuando me enteré y sólo para que no desconfíes de mí, te diré que ayer, estuvimos con Shikaku Nara—la morena no pudo evitar sorprenderse por lo que dijo el castaño—Fue él, quien nos confirmó, que estabas con vida.
—¿Porque mis padres no me dijeron? ¿Porque hasta ahora?—Hinata se confundió más.
—Tus padres no te dijeron nada, porque la familia Hyuga, que vive en Londres, donde también vivo yo, le dieron la espalda a tu padre, solo por casarse con tu madre, la cual, según nuestro abuelo, no pertenecía directamente a la familia Hyuga.
—¿Abuelo...?—ya no pudo más y derramó las lágrimas. Dejaron solo a su padre, solo por casarse con la mujer que eligió.
—Así es, tenemos un abuelo y es precisamente por él, que estoy aquí buscándote—el castaño, se sintió desarmado ante la presencia de su prima. Definitivamente, ella no era soberbia, ni despiadada, como lo fue su abuelo y verla tan afectada le dolió—Nuestros padres eran gemelos, como ya te informó mi asistente—el joven le mostró el celular, donde accedió a una fotografía de Hizashi. La morena tomó el teléfono con las manos temblorosas y trató de evitar los jadeos involuntarios que soltó su boca, al pensar que veía a su padre. Tenten se acercó y con cautela, le palmeó el hombro, siendo en ese momento que la ojiperla colapsó abrazándose a la castaña para dar rienda a su llanto.
—Es como mi padre—murmuraba con dolor.
—Creó que esto ha sido demasiado para ella, quizás deberíamos dejarlo para mañana, cuando se sienta mejor—sugirió Tenten, a Neji, ya que, la pobre chica, parecía muy afectada.
—Tienes razón, dejemos esta conversación, para otro momento. Lo que menos quiero es traer más dolor a tu vida...—ella lo detuvo, levantando la mano.
—No, no quiero esperar—les dijo recomponiéndose para que continuaran—de todos modos, no dejará de doler—muy a su pesar, el castaño continuó.
—En cuanto supe, lo que le hicieron a tu padre, me separé de la familia y me abrí camino solo, sin embargo, tiempo atrás, mi abuelo requería mi presencia para hacerme un pedido especial... de no ser porque está muriendo, no hubiera accedido a ir, obedeciendo su llamado—la ojiperla lo miró con preocupación, a pesar de lo que ese anciano había hecho en contra de sus padres—Mi abuelo, me pidió como última voluntad, buscarte y pedirte que viajes a Londres... Necesita tu perdón, como también darte, lo que por derecho le correspondió a tu padre—la ojiperla, no supo que decir—El abuelo, aunque me de pena decirlo, fue un ser despreciable y lleno de soberbia. Créeme entenderé que no quieras ir a darle tu perdón, sin embargo, la herencia de tu padre, ya es tuya y nadie, ni siquiera los lambiscones que permanecieron junto al anciano, te lo podrán quitar—el joven le contó absolutamente todo, tal y como se lo contaron a él. Su prima debía saber a que clase de persona, daría su perdón, en caso de acceder a ir con ellos.
Hinata francamente, no sabía que hacer. Por un lado, su abuelo, nunca se interesó en conocerla y tampoco ayudó a sus padres, dejándolos enfrentarse solos al mundo, solo por no seguir sus reglas y por el otro lado ¿Como podía quedarse con los brazos cruzados, cuando alguien pide como última voluntad su perdón?
—N-no se que responder—le dijo con sinceridad.
—No me tienes que responder ahora y tampoco te debes sentir obligada, de hecho, le dejé claro al abuelo, que si no accedes a ir, no haré nada para persuadirte y tampoco te juzgaremos—le aseguro tomándola de las manos—Independientemente, de la decisión que tomes, quiero que cuentes conmigo, de ahora en adelante... no tienes una idea de lo feliz que me ha hecho saber sobre tu existencia y quiero estar siempre para ti, para cualquier alegría, pena triunfo o dolor, quiero que cuentes conmigo—la morena se conmovió tanto, que sin pensarlo, se lanzó a los protectores brazos de su primo, el cuál minutos atrás, ni siquiera sabía de su existencia. Neji quedó complacido con la aceptación de Hinata, y mientras la abrazaba, se permitió sonreír, como pocas veces lo hacía. Por mas que la hubiera imaginado, nunca la visualizo así. Hinata era todo lo opuesto su despreciable familia, si su abuelo se hubiera permitido, conocerla desde niña, las cosas serían diferentes.
—Has llegado como luz a mi vida—le dijo la ojiperla con sinceridad—Me siento muy feliz de saber, que no estoy completamente sola, como lo creí desde la muerte de mis padres—el muchacho le sonrió y le limpió las lágrimas.
—lo mismo digo Hinata—la conexión entre los primos, fue inmediata, era como si se hubieran conocido siempre. Hinata les contó a los dos castaños, lo que fue de su vida, luego de quedarse sola. También les comento, porque no la encontraban como Hyuga y ellos se dedicaron a escucharla. Tenten, lloró en mas de dos ocasiones, por lo sucedido a la chica y Neji, agradeció mentalmente a los Uchihas, por cuidar de ella, como también a los Sabaku. Era irónico, que otras personas hicieran lo que le correspondía a su familia.
Los tres salieron a pasear por las avenidas de Konoha, intercambiaron números telefónicos y Neji le contó sobre su padre y como lo afectó la muerte de su hermano gemelo. Cuando finalmente volvieron al auto, luego de impedir que la morena llamara un taxi, se encontraron de frente, con Indra, Danzo y Zetsu. Hinata se paralizó cuando el moreno la miró de frente.
—¿Como está Hinata?—le pregunto con amabilidad. Ella instintivamente, se aferró a la camisa de Neji y literalmente se colocó tras él. Desde ese lugar, lo saludo con una reverencia, la cual le costó mucho realizar, debido a los temblores de su cuerpo—¿Se encuentra bien?—cuestionó preocupado al ver el miedo en sus perlas, miedo que era causado por él. Seguramente el bastardo de Madara ya le había contado todo.
—T-todo bien, Otsutsuki-san... hasta luego—movida por el miedo, camino hacia el auto, con Neji y Tenten junto a ella, mientras Indra se quedó parado mirándola huir de él. La tuvo tan cerca y ahora estaba en la misma situación que estuvo en el pasado. Maldito Uchiha y mil veces maldito.
Zetsu y Danzo miraron todo, en silencio intuyendo quien era la chica, que dejó al jefe de ambos, desconcertado y visiblemente triste.
...
—¿Ese hombre hizo algo en tu contra? ¿Te daño de alguna manera?—preguntó Neji, cuando conducía. Le fue imposible, no mirar, el miedo que mostraba su prima.
—No, es sólo, que su novia es muy celosa y yo prefiero no estar cerca—fue lo único que se le ocurrió decir, dado que no podía decirle, lo que le acababan de contar los Uchihas. Si llegaba hacerlo, debía entrar en más detalles y no traicionaría la confianza que toda la familia depositó en ella.
—Parecía muy preocupado por ti—añadió Tenten. De no ser por lo que sabía, estaba segura, que se hubiera detenido a saludarlo, a pesar de lo sucedido en la subasta, no obstante, también ella, miró la preocupación en las orbes del Otsutsuki, cuando se negó a enfrentarlo. Se veía tan sincero, que por unos segundos, se cuestionó, si de verdad, sería capaz de haber mandado matar a su padre, solo para quedarse con su madre.
[...]
Mientras tanto, Madara veía que ya estaba anocheciendo y su ojiperla, aún no regresaba. Trató de concentrarse en los pedidos que tenían pendientes, para la entrega del día siguiente, pero una amarga sensación en el pecho, le indicaba que algo, no andaba bien.
Mikoto también se la pasó ocupada, re decorando la habitación de Hinata y se dio cuenta, que no podría dormir en ella, al menos por esa noche, debido al fuerte olor a pintura. Ese detalle le fascinaría a su hermano, para llevársela con él, a su mansión.
Izuna, Obito, Itachi y Shisui, se habían marchado a una fiesta, mientras que Sasuke, salió con una de sus muchas conquistas.
Mas tarde, el azabache mayor, no soporto más y se dispuso a salir. Estaba por hacerlo, cuando un auto se detuvo en casa de su hermana. Desde su lugar, observó, cómo bajaba un joven castaño, el cuál se dirigió hacia el asiento trasero, para ayudar a que Hinata bajara. Ese tipo definitivamente, no era Sasori, lo supo por el cabello, ya que, con la oscuridad, le fue imposible mirar con claridad los rasgos del varón, sin embargo, el abrazo que le dio a la ojiperla antes de marcharse, lo dejó tensó y muy celoso.
Molesto se aventuró a ir hacia ellos, pero el auto se marchó, antes que él, pudiera llegar, no obstante, la morena continuó parada mirando hacia donde se fue el auto, ignorando por completo su acercamiento.
—¡Hinata...!—la llamó, cuando estuvo muy cerca. Se sentía celoso y molesto por el abrazo de ese desconocido, pero lo que pasó cuando ella lo encaró, lo dejó muy inseguro. Hinata, al escucharlo llamándole, se giró y se arrojó a sus brazos. Fueron muchas emociones, para un solo día y necesitaba de su lugar seguro, necesitaba de Madara, quien se convirtió en eso, en su lugar mas seguro.
—No va creer, todo lo que pasó hoy—le dijo ella escondiendo su rostro en el pecho masculino—¿Podría hablar con Mikoto y usted también?—el azabache, asintió y la condujo adentro de la mansión de su hermana. Minutos mas tarde, ya Fugaku, Madara y Mikoto, esperaban a que Hinata les contara todo.
—Ahora si ¿dinos que fue lo que sucedió para que quisieras hablar con nosotros?—cuestiono la dama Uchiha, tratando de verse fuerte, aunque por dentro, también se sentía insegura, al igual que Madara.
—Hoy, mientras que concretaba el acuerdo con Sasori, me di cuenta de lo equivocada que estaba, pensando que estaba sola, sin ningún familiar de sangre—los Uchihas sabían lo que venía—no era cierto, no estoy sola después de todo... pues conocí a mi primo, su nombre es Neji, Neji Hyuga y es hijo del hermano gemelo de mi padre—les contó intentando sonreír, pero al ver los rostros de Madara y de Mikoto, ya no supo cómo mostrarse.
—¿Fue él, quien te trajo hasta aquí?—preguntó Madara, intentando ocultar su desagrado.
—Si y me contó que su abuelo quiere verme, como su última voluntad—Mikoto apretó la mano de su esposo—Yo, no se que hacer... él, me dijo que es mi decisión y que entenderá si no lo quiero ver, sin embargo, no se si deba dejarlo morir sin verlo, quiero que me aconsejen—los tres Uchihas estaban seguros, que si le pedían no ir, ella los escucharía, pero no estaría cómoda.
Madara se dispuso a decir algo, cuando recibió un mensaje de los guardias, que mandó para cuidar de Hinata. Ellos le narraron todo lo sucedido, como también, el encuentro con Indra. Ese mal nacido, pensó apretando los puños.
Continuara.
Me disculpo por la demora, como por los errores de ortografía, luego los corregiré 💕😊
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