Capitulo 10

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


—¿Me tienen algo?—pregunto Neji, cuando su asistente personal, entró en su oficina, con un sobre amarillo.

—Es muy poco, de hecho casi nada—señaló una chica de cabello castaño amarrado en dos coletas, llamada Tenten—El investigador, solo consiguió fotografías de ellos cuando aún vivían, también la dirección, donde tenían su casa, pero desde el día en que ellos fueron asesinados, nadie sabe nada de la pequeña y no hay registros, sobre ningún Hyuga, fuera de aquí.

—Esta bien, prepara todo, para que partamos hacia Konoha, en cuatro días—ordenó el joven.

—¿También viajaré con usted?—pregunto la chica, sin querer mostrar la felicidad que eso le causaba.

—Si...y asegúrate de llevar suficiente equipaje, porque no se cuánto tiempo estaremos en ese lugar—respondió el castaño. Neji, se frustró ante la falta de información cuando abrió el sobre. Lo único que tenía eran fotografías familiares de lo que parecía una familia feliz. La esposa de su tío, era una mujer muy hermosa, por lo que pudo apreciar y la niña era simplemente adorable. Lo mejor de todo, era que compartía el color de ojos Hyuga y de esa manera, le sería mas fácil dar con ella.

Su padre le dio, la ubicación del lugar exacto donde estaban las tumbas, ya que el si viajo, a espaldas del patriarca, a visitar la última morada, del que fue su gemelo, también recopiló información, acerca del estado de Hikari...al parecer, la esposa de su tío, esperaba otro bebé cuando segaron su vida. Suspiro con nostalgia, pensando en lo triste que terminó la familia de su tío.

Sosteniendo una foto, donde Hiashi cargaba en brazos a Hinata, les prometió, no descansar, hasta lograr dar con ella y sabía que el lugar para empezar, era el ultimo lugar donde vivieron y a su vez, el cementerio donde fueron sepultados. Quizás indagando, con las personas, podía encontrar a alguien que llevara flores, o que las visitara y con un poco de suerte, tal vez la conocían.

—Me ocuparé ahora mismo...con permiso—la chica salió de la oficina, para hacer lo que Neji le ordeno. Estaba muy feliz, de viajar con el, pues desde que lo conoció, quedó deslumbrada por el joven y con el tiempo, se enamoró inevitablemente. Las probabilidades de que el, le hiciera caso, eran nulas, pero aún así, no podía dejar de soñar, con un día tener su amor.

[...]


—Piensa bien lo que haces, no puedes maltratar a Shion...recuerda que su familia, es muy importante para nuestros negocios, ademas desde que la mantienes como tu amante, nunca tuvieron problemas, hasta anoche—señaló Kaguya, su punto de vista al enfurecido sobrino.

—Tu no lo entiendes, por culpa de Shion, se perdió todo lo que logré avanzar con Hinata—habló muy enfadado y no lograba calmarse—El desgraciado de Madara terminó llevándosela—recordó lo bien que se sintió con la chica entre sus brazos. Estuvo a punto de besarla y lo mejor, fue que ella, le estaba correspondiendo hasta el momento en que llegó esa desquiciada arruinando todo. Debió deshacerse de esa mujer apenas encontró a Hinata.

—Te entiendo querido, pero piensa que la chica parecía deslumbrada y muy entusiasmada contigo, no te será difícil atraerla a ti usando todos tus encantos—añadió la Otsutsuki.

Indra no tuvo mas remedio que quedarse quieto. No podía deshacerse de Shion, al menos por el momento. Para su mala suerte, Kaguya tenía razón y no podía descartarla.


[...]

Hinata ya vestía ropa casual, luego de haber tomado un baño. Gaara se había encargado de pagar el taxi y juntos desayunaron, mientras ella le contaba todo lo que le había sucedido, la noche anterior.

—¿Entonces te pidió que lo perdonaras?—cuestiono el joven con incredulidad pues según lo que escuchó, ese hombre no era capaz de tener remordimientos hacia nadie aunque la manera en que actuaba cerca de Hinata, decía algo muy diferente de el.

—Si...y también, se portó muy cariñoso conmigo, como si de verdad yo le importara—respondió la morena.

—¡Escucha Hinata! Quizás, el hombre sea reservado y en el pasado, se desentendió de ti, pero una cosa es cierta—la morena, enfocó a su amigo en busca de lo que diría—La forma en que te veía, es de una persona, a la que le importas y le importas mucho—recalcó Gaara, seguro de lo que decía.

—El me dijo que todo lo que hizo, lo hizo por protegerme, de lo que me rodeaba, pero yo no le creí...eso no tiene sentido ¿de que se supone que debía protegerme?

—¿Tu de verdad piensas que alguien como el, tenga la necesidad de mentirte? Piénsalo Hinata—sugirió el pelirrojo.

Hinata guardó silencio, asimilando lo que dijo Gaara y tuvo que darle la razón. De verdad era muy poco probable, que Madara le mintiera sobre algo tan serio, ademas no tenía sentido, ya que no había nada de ella, que a el, le pudiera interesar como para mentirle. Por otro lado, Itachi le dijo que había muchas cosas, que ella ignoraba ¿quienes son realmente los Uchihas? ¿Porque ellos y los Otsutsukis se odian? Tenía tantas preguntas y no encontraba respuestas.

Ella y Gaara, se despidieron, porqué el joven debía salir. La ojiluna se fue a su habitación, sin dejar de pensar, en todo lo que habló con Madara. En todo el tiempo que vivió con los Uchihas, jamas imagino que el pudiera llegar a calmarla como lo hizo y no solo eso, sino que el logro que sacara toda la frustración y dolor que cargaba desde años atrás.

Sin querer continuar pensando en el Uchiha, se dispuso a ordenar su habitación. Levantó el vestido, que uso en la subasta y al doblarlo, el varonil aroma de Madara, le dio de lleno, haciendo que recordara el calor de sus brazos, mientras la mantenía cobijada en ellos.

Se molestó por pensar en eso dado que si Mei, se enteraba de como la consoló, posiblemente podía malinterpretar las cosas, como le sucedió con la chica que la jaloneo por estar con Indra.

En raras ocasiones, un hombre atraía su atención o mas bien, nunca se interesó por ningún chico, porque Naruto, no se podía contar como algo serio, ya que, fue algo de niños y cuando viajó, dejó de lado todas esas tonterías... pero el Otsutsuki, logró hacerlo, logró que se interesara en un hombre, no solo un chico, sino alguien con mayor experiencia que ella, a tal grado, que los últimos días, solo pensaba en el y hasta estuvo a punto de dejarse besar. Estaba dispuesta a dar su primer beso, a alguien al que no conocía. De pronto, toda la magia se rompió y ahora ya no sabía que pensar de el, puesto que no negó nada de lo que dijo, la exuberante chica

La joven aseguró, que era suyo y que era ella, a quien besaba. Eso lo dejaba como una persona poco honorable, pues si estaba en una relación amorosa, se debía ser fiel con su pareja, de lo contrario esa persona se convertía en alguien con poca credibilidad. Eso era lo que ella pensaba acerca de las relaciones amorosas.

El sonido del timbre la soco de sus pensamientos y bajo para abrir, suponiendo que estaba sola en la casa.

—¿Temari Sabaku?—preguntaron dos hombres vestidos con ropa de repartidores, que sostenían lo que parecía ser un cuadro.

—Ella salió—les respondió rápidamente.

—Nos mandaron las organizadoras de la subasta, a entregar, los cuadros que las personas compraron anoche y esta dirección esta en nuestra ruta—aclaró uno de ellos.

—Pasen por favor—Hinata los hizo pasar y les firmó el recibo para garantizar que ya se había recibido.

—¿Llegó el capricho de Temari?—la voz de Kankuro se escuchó, cuando venía bajando las escaleras.

—Así es, Temari se pondrá feliz—aseguró la ojiperla, después que despidieron a los repartidores.

—Temari aveces se deja llevar por su instinto competitivo—señaló el chico.

—Lo que secede es que le gustó, no creo que...—Hinata mejor guardó silencio, al recordar la acalorada disputa entre Temari y la otra rubia.

—Lo que es peor, es que la otra chica, solo la estaba provocando y ella cayó en el juego.

—¿A que te refieres?—pregunto la Hyuga.

—Escuche comentarios, de las personas, en los que decían, que la otra chica, tenía interés romántico en Shikamaru y a eso se debía el debate—concluyó negando con la cabeza.

—Pero Kankuro, ya conocemos a Temari y estoy segura, que si ella hubiera sabido todo lo que escuchaste, las cosas se habrían puesto peores—añadió Hinata con el rostro lleno de espanto al imaginarlo. Kankuro comenzó a reírse y terminó contagiando a la morena también.

El chico hacía bromas sobre su hermana y las risas de ambos iban en aumento, hasta que la susodicha se hizo presente, preguntando ¿que era tan divertido? Y los dos jóvenes se salvaron, de no dar explicaciones, gracias a que toda la atención de Temari, se dirigió a su compra de la noche anterior.

La chica se disponía a abrir el cuadro cuando su celular sonó.

—¡Diga!—respondió despreocupada.

—¡Temari!—la Sabaku reconoció la voz femenina del otro lado de la línea—¿Hinata esta contigo?—la chica afirmó—Por favor, no digas que soy yo quien llamó...me gustaría hablar contigo a solas ¿te puedo invitar un café mas tarde?—Temari se alejo de Hinata y de su hermano, para responderle mejor a la Uchiha.

—Claro, usted, solo dígame ¿cuando y dónde?—Mikoto le dio las instrucciones de como llegar al lugar donde se encontrarían. La joven, se quedó muy intrigada con el pedido de Mikoto. Sabia de sobra que era algo referente a Hinata, pero la pregunta era ¿que exactamente, debía hablar?


[...]

—Creo que debemos hablar con la amiga de Hinata. Si logramos ganar su confianza, estoy seguro que podemos acceder a ella, con mas facilidad—sugirió Itachi, una vez que logró darle su merecido a los ladrones de dangos.

—Es una buena idea, ademas la chica se ve, muy madura y creo que nos entenderá, si le explicamos bien, todo por lo que a tenido que atravesar  el corderito—añadió Shisui.

Mikoto y Madara se miraron entre sí. La idea de Itachi, era buena. Temari era una chica muy centrada y estaba segura, que no se espantaría cuando le contara parte del pasado de Hinata. Por otro lado, se veía que los tres hermanos, la querían mucho y seguramente, harían todo lo posible, por mantenerla a salvo.

—Estoy de acuerdo, así podemos ganar su confianza y poco a poco, le iremos revelando los detalles acerca de Indra y el porqué, no debe estar cerca de el—Madara también estuvo de acuerdo, con la sugerencia. Si antes estaba ansioso por no tener a Hinata, bajo su protección, ahora se sentía peor. Todavía le dolía el pecho, al recordar, la manera en que la ojiperla, lloró entre sus brazos, llena de dolor y de reproches hacia el.

Necesitaba tenerla cerca para demostrarle, lo mucho que le interesaba y sobre todo, quería su perdón, por haberla alejado de ellos, diciéndole, aquellas duras e hirientes palabras. En ese tiempo, no pensó en el enorme daño que le estaba causando, solo se aseguró de mantenerla lejos, al precio que fuera necesario.

—Esta bien, le llamaré a Temari, para invitarla a tomar algo...guarden silencio—les advirtió a todos y se dispuso a buscar el número de la amiga de Hinata, el cual, obtuvo al ser la ganadora del cuadro. No era muy ético hacer uso de su posición como organizadora, para tratar temas personales, pero esto era de suma importancia, para garantizar la seguridad de su niña y tratándose de ella, era capaz de romper cualquier regla.

—¿Que te dijo? ¿Hinata esta bien? ¿Esta con ella?—preguntó Madara llamando la atención de todos, ya que al no verla esa mañana, su corazón se oprimió. Pensó que había logrado un acercamiento entre ambos, la noche anterior, pero al saberla lejos, supo que sólo fue un desahogo por parte de ella.

—Cálmate, ella esta bien, la escuche riendo con uno de los jóvenes—respondió para tranquilizar a su hermano—Y Temari, aceptó que nos reunamos esta misma tarde—les informo a todos.

Ya más alentados, todos se dirigieron a ocuparse de sus respectivas ocupaciones, aunque Izuna y Obito, fueron prácticamente obligados a usar delantal, junto a las cocineras, para preparar dangos, iguales a los que robaron.

Con manchas de harina por todos lados, llevaron el resultado final, hasta Itachi.

—¡Anda pruébalos!—sugirió Obito fastidiado, mientras sostenía la bandeja.

—Creó que no lo haré... ustedes dos lo harán por mí—Izana y Obito, se miraron entre sí.

—Pero dijiste que esta vez, si los probarías—se quejó Izuna, ante la negativa del joven, pues era la tercera vez, que le ofrecieron y en todas los rechazó, argumentos que no tenían buen aspecto.

—Eso dije, pero ya no tengo apetito y quiero verlos a ustedes comerlos—sin mas palabras, los mayores se dispusieron a comerse el resultado de su trabajo. Itachi sonrió complacido, cuando miró los rostros llenos de disgusto de ambos—Los felicitó caballeros, de ahora en adelante, ya no tendrán que robar mis dangos, porqué ustedes ya saben prepararlos—Shisui, les tomaba vídeo, el no se perdería por nada del mundo, la humillación de sus familiares y pensaba inmortalizarlo para avergonzarlos, siempre que tuviera oportunidad.

Sasuke también se burló de ellos, complacido por lo que Itachi los obligó hacer. Eso y mas, se merecían por sus estupideses.

[...]

Temari, salió de su hogar, por segunda vez, en ese mismo día. Se fue sin decir nada y agradeció, no tener que encontrarse con Hinata, para no mentirle sobre el lugar al que se dirigió.

Llegó y Mikoto, esperaba por ella. Ambas se saludaron y la mayor, la invitó a tomar asiento.

—Grasias por venir—agradeció la morena.

—Le confieso, que estoy realmente intrigada, sobre el tema que quiere tratar conmigo—le soltó, sin rodeos, mientras la Uchiha llamaba al camarero para pedir las órdenes de ambas.

—Lo se y te pido me disculpes por involucrarte en esto, pero en verdad, eres la unica que puede ayudarme con Hinata—confesó, lo que la rubia ya sabía. El motivo de la reunión era para hablar de su amiga—Lo que te voy a contar, es algo muy delicado... se trata de los padres de mi niña y porque fue, que esa fatídica noche terminaron asesinados... pero antes de continuar, quiero saber ¿si cuento con tu discreción?—pregunto antes de seguir.

—La tiene—respondió de inmediato.

—¡Bien! Te voy decir el verdadero motivo, por el cual quiero que Hinata, viva con nosotros, como también, porque Madara la envió fuera del país—la rubia asintió, aún con mas curiosidad.

Mikoto, le contó a Temari la mayor parte de la historia, desde que Hikari llegó, causando un gran revuelo en los que, en aquel entonces, eran mejores amigos

La rubia escuchó todo en silencio, pensando en lo herrada que estaba Hinata, al creer en Indra como buen hombre, aunque siendo sincera consigo misma, ni siquiera ella hubiera podido imaginar algo tan enredado como eso.

—¿Entonces su hermano también estuvo enamorado de la madre de Hina?—pregunto Temari para lograr aclarar sus dudas.

—Si, Madara estaba muy enamorado de ella, anque nunca se lo confesó y en ese tiempo, fue cuando ocurrió el intento de violasion por parte de Indra, ese día ambos supieron que ella era casada y que tenía una hija, por ese motivo no podía corresponder a ninguno de los dos—la joven, se sorprendió por lo ocurrido—Esa fue la última vez, que la miramos, porque el mismo Madara decidió que debía dejarla en paz y lejos de todos—recordó la decepción de su hermano, por las acciones de Indra—Sin embargo, temiendo por la seguridad de Hikari, dada la actitud del que hasta ese día, fue su mejor amigo, mi hermano colocó unos guardias, para garantizar la seguridad de la familia Hyuga y fueron ellos, quienes le informaron acerca de lo sucedido esa fatídica noche, en que mi niña, quedó huérfana—concluyó Mikoto.

—¿Pero porque no lo acusaron? El debió responder por sus actos—inquirió la chica pensando que lo mas acertado, era que el culpable de todo estuviera tras las rejas.

—Nunca hubo pruebas y creemos que se aseguró muy bien de estar fuera del país, en los días previos a los asesinatos y tardó mucho tiempo en regresar a Konoha, después de lo ocurrido—relató la morena.

—¿Entonces no estan cien por ciento seguros, que fue el quien ordenó las muertes?—ahora estaba más confundida que antes.

—Por lo que nos contó Hinata, sabemos que querían llevarse a Hikari junto con ella, pero algo salió mal y terminaron asesinándola y dejando a mi niña sola, que fue como la encontró Madara, sola y llorando aferrada al cuerpo sin vida de su madre...No había nadie más que quisiera semejante disparate que el mismo Indra y también nos enteramos que los sujetos, los cuales asesinaron a sus padres, murieron años mas tarde, en una forma cruel, pues los cuerpos fueron torturados y los encontraron sin cabeza—concluyó Mikoto.

—Por todos los cielos, esto es horrible—señaló la chica—Pobre Hina—murmuro desconcertada y triste.

—Lo se, es por eso que entre Fugaku y Shikaku, decidieron cambiar su nombre y Madara se encargó de mantenerla oculta, lejos de ese desquiciado...pero ahora la tiene a su disposición y no sólo eso, sino que al parecer, ella se siente atraída hacia el, como nunca lo estuvo su madre, quien al poco tiempo de conocerlo, comenzó a sentirse desconfiada ante su cercanía.

—Lo que sucede, es que ella no tiene experiencia en ese tipo de cosas, pero no creo que luego de lo que sucedió anoche, Hina quiera saber mas de ese sujeto—afirmó la joven recordando como la acompañante de Indra le habló a Hinata, como si fuera súperior a ella y el no hizo nada por defenderla.

—¿Entonces me ayudarás con mi niña?—pregunto Mikoto con la esperanza de haber podido convencer a la joven.

—Aunque no me guste, si lo haré, dado que mi único interés es que Hina, se encuentre a salvo y si con ustedes lo esta, mis hermanos y yo, no nos opondremos—afirmó segura de que sus hermanos le darían toda la razón—Sin embargo, no puedo garantizar que Hinata acepte, recuerde que ella esta muy dolida por la forma en que su hermano se portó con ella, ademas la información que la mujer llamada Mei, le dio, no ayudó en nada—añadió Temari.

—Lo se y te confieso que también estoy muy disgustada, con mi hermano y con Mei... ella no tenía derecho a decir nada, pero te aseguro que no dejaré que suceda de nuevo—garantizó Mikoto, pensando en hablar con Madara, para que controlara a su amante.

[...]

—¿Y Gaara, no esta involucrado con nadie?—pregunto Karin a la ojiluna, cuando comían juntas en la hora del almuerzo.

—No, el hasta ahora, no se encuentra en ninguna relación.

—Ya veo—murmuro la pelirroja pensativa y ligeramente sonrojada, pues Gaara le había dado una muy buena impresión, sin dejar de lado, que el pelirrojo logró toda su atención y no se interesó en toda la noche en Sasuke. Eso había sido lo mejor de todo.

—No quiero que pienses, que digo esto, porque el es como mi hermano, pero Gaara es una exelente persona, ademas de ser muy responsable y apuesto, es muy sencillo—afirmó la ojiperla.

—Lo se, con solo tratarlo una sola noche, pude comprobar todo lo que me dices—afirmó sonriendo por la preocupación de la morena—Me sentí muy bien con el y ni siquiera me dolió ver a Sasuke con la odiosa de Sakura... Lo siento, se que es amiga tuya pero...—se silencio al recordar que las miró juntas la noche de la subasta.

—No te preocupes, te entiendo—agregó en el momento en que se terminó la hora del almuerzo.

—Antes de irnos dime ¿que fue lo que sucedió entre Shion, Indra y tu?—pregunto todavía con la duda del espectáculo que montó Shion frente a todos.

—Yo, me siento muy apenada con ese insidente y te aseguro que no sabía que ellos dos tenían una relación, de haberlo sabido, jamas me hubiera acercado a el—la ojiperla todavia se sentía muy avergonzada.

—¡Hinata! No fue tu culpa y no te apenes, si te lo pregunté fue por ti, no por ellos—aseguró Karin, para tranquilizarla—¿Que te parece, si el Viernes salimos a bailar?—Hinata lo pensó por un momento y decidió aceptar, pues seguramente Gaara, también iría con ellas.

[...]

Madara, esperaba en su auto a los sujetos, con quien haría la próxima entrega y mientras esperaba, veía a Izuna, con Obito jugando con sus celulares, en seguida de su coche, también tenía tres vehículos todo terreno, con los guardaespaldas.

No podía distraerse, pues el era el líder, haciendo que la seguridad de todos estuviera bajo su cargó y todo dependía, de las decisiones acertadas que tomara.

El negocio a tratar era simple, pero nunca bajaba la guardia y menos ahora, que se volvía a enfrentar con Indra, por una mujer, por una Hyuga.

Lo único que había hecho, desde la noche que hablo con Hinata, fue pensar en ella. Mikoto le contó, lo que Mei le dijo a la ojiluna, sobre los regalos que envió. Aunque no podía negar que en realidad eso si pasó, lo enfureció que esa mujer, tuviera que interferir diciéndole todo. La ojiperla era muy arisca con el y debido a esa información, su imagen ante ella continuaba en picada.

Mei, se puso histérica y le gritó, que todo lo hacía por estar demasiado interesado en la chiquilla y no de una manera fraternal, sino romántica

Aunque tratará de negarlo, sentía algo por Hinata, no sabía que exactamente, pero desde que la miró en el cementerio por primera vez, después de su regreso, no se la podía sacar del pensamiento. Empezaba los días con la imagen de su dulce rostro y los terminaba, de la misma manera, incluso en los sueños lograba tenerla con el de una manera, no tan inocente...Ahora la pregunta era ¿que sentía por ella?

...

Media hora mas tarde, el negocio se concretó sin inconvenientes. Todo quedó en orden y les dio el día libre a la mayor parte de sus guardias, como también a Izuna y a Obito.

Sin decir nada a nadie, se dirigió a donde trabajaba Hinata. Dias antes pudo averiguar, el lugar donde lo hacía y quería acercarse fingiendo que se tratara de una coincidencia.

Conocía la situación de la ojiperla y era consciente de que ella no tenía auto, así que quizás, podía llevarla a su casa, antes que ese imbecil apareciera primero y lograra engatusarla, con sus argumentos baratos.

Tal y como lo planeó, Hinata estaba saliendo y se disponía a llamar un taxi, cuando la miró. El esperaba en el negocio de ropa masculina que se hallaba, cerca del plantel. Aunque nunca antes estuvo en ese sitio, fingió ser un cliente regular y compro una corbata, para verse más creíble. A decir verdad, ni siquiera sabía ¿porque se estaba portando como un adolescente?

—¿Hinata?—la llamó cuándo se dispuso a caminar por la dirección donde ella esperaba. Para su buena suerte, las orbes perladas, enfocaron su bolsa con el nombre del negocio—Que coincidencia, no sabía que trabajabas aquí—la chica se sobresaltó, pero debido a su ingenuidad, no pensó que todo era planeado, en su lugar, ella si le creía que era una coincidencia.

—¡Madara-sama!—lo saludo, todavía apenada, por lo que paso la última vez, que se miraron—Si, este es el lugar donde doy clases a los niños.

—Soy cliente de la tienda y seguido vengó a comprar algo de ropa—afirmó apuntando el lugar mencionado—¿Es tu hora de salida?—ella afirmó a la pregunta, sin poder sostenerle la mirada, ya que su actitud era diferente, a la de días anteriores—¿Te llevó a tu casa?—pregunto sin atreverse a sugerir ir hacia otro sitio, ya que apenas podía lograr que ella, le dirigiera la palabra y no lo quería arruinarlo.

—No es necesario, estoy a punto de llamar un taxi, no quiero quitarle tiempo—le dijo prácticamente, declinando la invitación, pero de manera cortes.

—No me quitas tiempo, pues yo mismo te estoy haciendo el ofrecimiento, ademas ya estoy aquí y el taxi tardará un rato en llegar ¿que me dices? ¿Me permites llevarte?—la Hyuga no sabía que responder, puesto que, la actitud de Madara, parecía sincera.

—Esta bien—respondió mordiéndose el labio inferior, lo que no pasaba desapercibido por el azabache.

Madara la guió hasta el auto y le abrió la puerta, para que ella ingresara, después subió al asiento del conductor.

Los primeros minutos iban en completo silencio, hasta que el azabache, decidió romper con el mutismo.

—¿Podría saber el motivo de tu repentina partida de mi casa? ¿Te ofendí de alguna manera para que no te despidieras?—la chica se sonrojó y negó con la cabeza—¡Escucha! Se que me he portado muy mal contigo y también me enteré lo que te dijo Mei, pero de verdad quiero que empecemos de nuevo...—ella lo miró directamente haciéndolo callar.

—No tiene porque darme explicaciones, sobre los comentarios de su novia, pues como bien lo dijo, es usted un hombre muy ocupado, como para mandar obsequios a una persona sin importancia—soltó dolida por la mención de Mei y lo que le dijo, esa noche.

—Para empezar, Mei, no es mi novia y nunca lo ha sido. Ella y yo, vivimos juntos por un tiempo, pero no funcionó, ni podrá funcionar, porque nunca la he amado—afirmó la verdad y sin rodeos.

—No es necesario...—el azabache la interrumpió para continuar.

—Aunque me porte muy mal contigo en el pasado, créeme que yo siempre tendré tiempo para ti, tú solo tienes que pedírmelo y yo estaré contigo, sin importar, lo que este haciendo—aseguró mirándola a los ojos, pues debido a la intensa conversación, detuvo el auto a un lado de la carretera.

Hinata también lo veía directamente, a las oscuras orbes, en el momento en que el azabache, le tomó las manos entre las suyas. Al tenerlo tan cerca, no pudo permanecer ignorante a los perfectos y varoniles rasgos de Madara. El era realmente apuesto, pero lo que mas la estaba perturbando, era la forma tan intensa, en que la veía. Su rostro se sonrojó y trató de soltarse del agarre, pero Madara se lo impidió, dándole un casto beso en cada una de las manos.

—Te estoy hablando con el corazón Hinata... solo déjame demostrarte lo mucho que me importas, explicando todo lo que hice en el pasado— la morena no sabía que responder —Por favor no me alejes de ti y dame también a mí, la confianza, que les has dado a mis familiares.

Ambos continuaron mirándose, pareciendo hipnotizados. Ella no sabía que responder, dado que fueron innumerables noches, planeando lo que diría a este hombre, cuando estuvieran frente a frente y ahora que finalmente lo estaban, todos sus diálogos mentales, parecían haberse esfumado. Esas oscuras orbes, le decían que no había mentira en sus palabras y ante ese detalle, se quedó, sin saber que responder.

Continuara.

Siento mucho la demora y también las faltas de ortografía, pero ya las iré corrigiendo, cuando la relea💕😊

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top