Capítulo XIII

Aristóteles estaba confundido ante las palabras de Thiago.

—¿A mi? —cuestionó Aristóteles

—Pues ni modos que a mi, babas —Cervantes le dio un leve golpe en la nuca

—Sí, a ti, Aristóteles —contestó con obviedad.

—¿Po-po-po por qué?

—Vio tus presentaciones en los eventos de Ubaldo y le parecieron... Interesantes, quiere conocerte —explicó con desgano— No sé si tu quieras —lo interrumpió

—Claro que sí, ¿cuándo?

—Mañana, la hora y el lugar esta por confirmarse, yo le pasó los datos a Lota, ¿ok?

—Si, está bien —sonrió— Gracias, supongo

—Yo me tengo que ir, nos vemos guapa —dijo hacia Lota

—Gracias —agradeció Cervantes y se despidieron de un beso en la mejilla.

—Avísame cuando descanses para salir —guiñó el ojo

—Claro, yo te aviso

Thiago salió ignorando a Ari. Al cerrarse la puerta comenzaron a festejar, el rizado estaba muy emocionado.

—¡Wow! ¿Qué pasa? —cuestionó Temo entrando a la casa.

—Es que Tahi pasó algo increíble

—Vino Thiago y —la chica fue interrumpida.

—Ves, te dije que era su auto —comentó Diego extendió su mano

Le dejo una moneda en su mano—¿A qué vino?

—Me dijo que su manager me quería conocer

—¿De verdad? —cuestionó asombrado y su novio asintió— Tahi, felicidades —lo abrazó

—Tampoco me quiero ilusionar, pero si me emociona —se separaron del abrazo— que su representante me quiera conocer, más si es porque le ha gustado mi trabajo

—Vas por buen camino Ari, ya te veo en revistas —coloco su mano en el hombro del mencionado— siendo todo un cantante famoso y ahí si debes tener miedo, Temo

—¿Por qué? —sus roomies preguntaron extrañados.

—Porque si va a poder besarse a Ricky Martin —contestó muy serio

No pasaron ni 5 segundos cuando el Córcega ya andaba persiguiendo por toda la casa a Ortega, mientras Carlota reía y Temo intentaba calmar a su novio.

Después de esa pequeña persecución se alistaron para salir hacia sus trabajos. 

—Mucha suerte, Tahi lo harás increíble

—Gracias, ojala que sí, te amo

—Te amo más —se quedaron viendo por algunos segundos

—Ay ya melosos, no tenemos tiempo —dijeron sus amigos al mismo tiempo

—Envidiosos —expresó el rizado abrazando a Temo

—Pues comen pan enfrente de los pobres, no se pasen —hablo Diego viéndose en el espejo retrovisor.

—Nos vemos en la casa, te amo

—Yo a ti, que tengas un bonito día —Lota lo miró ofendida— Que tengan 

Diego arrancó el auto, el rizado subió y se dirigieron al nuevo trabajo de Aristóteles, como lo había dicho Diego, el rizado fue aceptado al momento y ese mismo día tuvo a su cuidado a 2 perros, uno de raza dalmata y un beagle.

Al llegar a casa Diego estaba sentado en unos de los sofás con su computadora

—¿Cómo te fue?

—Bien, es desestresante

—Te lo dije, aparte no es mucho trabajo y como te dijeron, sólo no debes perderlos y evitar que tengan un daño

El asintió—¿Tú qué haces?

—Edito el vídeo, quiero subirlo este fin de semana, ¿tú cuándo grabaras vídeo?

—Aún no lo sé, no tengo alguna idea

El celular de el de ojos verde sonó avisándole que era un mensaje, lo tomó y se le dibujo una pequeña sonrisa en sus labios,  respondió el mensaje y miró Aristóteles

—No sé que quieras pero la respuesta es no

—Por favor —junto sus manos

—¿Qué quieres?

—Que me ayudes a editar el vídeo, por favor, tengo que salir

—¿A dónde y para qué?

—No creo que quieras saber —guiño su ojo

—Definitivamente no, está bien te voy a ayudar

—Gracias, nos vemos al rato, adiós

Tomó una chamarra y salió de la casa. El rizado tomó la computadora de su amigo y vio lo que llevaba editando, que era un poco más de la mitad y el resultado era bueno, recibió un mensaje de Temo diciéndole que ya iban de regreso a casa y después de media hora ya estaban ahí

—Hola, Tahi —saludó al verlo entrar— Hola Lotso

—¿Lotso? —los 2 chicos estaban confundidos

—Es que estaba pensando en un nuevo apodo, entonces Carlota, Lota... Lotso

—No tiene sentido como tu intentando besar a Ricky Martin —dijo la chica

—¡Ya! Déjenme en paz —se quejó e hizo un puchero

—¿Y Diego? Le dijo a Temo que no iba a salir

—¿Y aún le creen? Se fue como hace 2 horas, alguien le llamó y salió más rápido que la sangre de Temo arruinando nuestro beso

—Menso —rió su novio y se sentó a su lado

—Aún no creo que su primer beso haya sido después de mucho tiempo, pero bueno ¿Tú que haces con la computadora de Diego? 

—Edito su vídeo, me aburre estar sin hacer nada, así que le estoy ayudando un poco ¿quieres verlo? —ella asintió

—Por cierto su cumpleaños ya está muy cerca, ¿qué haremos? —miró a sus amigos.

—Pensábamos en hacerle un pastel —respondió López— ¿Tú tienes algo en mente?

—Lo mismo o salir los 4, aprovechado que Aris ya no llega tarde, pero no sé si su mamá ya le tenga planeado algo

—Deberías llamarle, Tahi para saber que hacer

Él asintió y mientras Lota veía el vídeo de Diego, el toluqueño llamó a la madre de su amigo, quien le comento que le iba a hacer una comida, junto a sus tías, pues también sería el cumpleaños de Nora, pero le prepuso que llegaran ese día de sorpresa, pues sabía que ellos ya eran demasiado importantes en su vida.

Mientras que en otro lado de la ciudad, Diego se encontraba guardando, víveres en la alacena, conocía muy bien aquel departamento aunque lo negara. Habían bolsas de supermercado por toda la cocina. Un chico de ojos azules, piel blanca, labios gruesos, al igual que sus cejas y pestañas largas.

—Ya estamos a 2 días de tu cumpleaños —dijo el chico dándole unas latas de durazno en almíbar.

—Si lo sé —suspiró

—¿Ya tienes un plan? —se quitó el suéter que estaba sobre sus hombros

—Mi mamá quiere que vaya a comer a su casa, supongo que también irán mis tías —alzó los hombros

—¿Tu papá?

—No estará, no sé si agradecer o no

—Mmmmh ¿Qué hay de tus amigos?

—Creo que ni se acuerdan —rió— No los culpo, Lota aún no está bien por lo de su enfermedad, Aristóteles sigue presionado buscando trabajo, ademas anda emocionado porque Santiago lo quiere conocer —el ojiazul lo miró confundido, pero no quiso preguntar sobre eso— Y Temo, mi papá lo tiene algo presionado

—Ya veo...

—Ahora que si me quieres invitar algún lado en la noche —alzó las cejas y ambos sonrieron— Sólo llámame 

—Espero no estar ocupado y lo haré

Siguieron acomodando los alimentos en los lugares que correspondían y antes de que se hiciera más tarde, salió del apartamento. Subió a su auto y manejo hasta la privada, donde sus amigos ya cenaban.

Había comprado pan, así que eso era su cena, estaban platicando del cumpleaños de Diego. Carlota dejó de hablar, una sensación extraña comenzó, iba del estómago a la garganta y cuando sintió que iba a expulsar sus alimentos corrió hacia el baño y detrás de ella, Aristemo. Carlota devolvió todo, lo cual le asustó a ella y sus amigos.

—¿Estás bien? —cuestionó Temo tomando el cabello de Cervantes

—Creo que es más que obvio que —no pudo terminar, pues de nuevo vomitó

—¿Qué hago? —cuestionó Aristóteles

—Ve por un poco de agua, supongo

Aristóteles corrió hacia la cocina. Carlota creía ya no tener más en el estómago, se tranquilizo un poco. Al ponerse de pie sintió que no tenía muchas fuerzas en sus piernas, lo cual la alarmó, respiró profundo, lavo su boca, tanto Ari y Temo le dieron un poco de privacidad y salieron del baño, en ese momento entró Diego con una sonrisa, pero al ver la cara de sus amigos se borró

—¿Qué pasa?

—Carlota acaba de vomitar —contestó Aristóteles

—Ay me espantan, creí que era grave —puso su mano en su pecho 

—Si bueno, te recuerdo que haces unos días también vomitó —dijo Temo

—Tal vez algo le cayó mal, no hay porque alarmarse

—Diego, hemos comido lo mismo, pero está bien, tal vez tienes razón, no hay que preocuparnos 

El de ojos verdes mordió su labio inferior, pues si le preocupaba. Por parte de Carlota estaba parada frente al lavabo, se sentía muy mal, si algo odiaba era vomitar, sentía muchas emociones, pero sobre todo, miedo, sentía como las fuerzas de sus piernas disminuían, intentaba calmarse, se echó agua en la cara, se la secó con una toalla y salió de ahí.

—¿Cómo te sientes? —preguntaron los 3 al mismo tiempo

—Mal, quiero ir a recostarme —tomó agua

—Si, si ve, tranquila, tal vez tienes que descansar

Ella asintió, dio media vuelta, dispuesta para irse a su habitación, pero se mareo un poco y casi cae, Temo actuó más rápido y la sostuvo para que no  cayera, así que con ayuda de Diego la llevaron hacia su cama.

—¿Cuándo es su cita? —preguntó Aristóteles al ver que su novio y amigo volvían al comedor

—La próxima semana, ¿por? —respondió Diego metiéndose un pedazo de pan a su boca.

—Yo creo que deberíamos de llevarla antes, no creo que eso sea normal

—También lo estaba pensando. —dijo Temo y se sentó.

—Pero una cosa es lo que nosotros digamos y otra lo que ella quiera hacer

—No había conocido a una persona tan terca —expresó Ari

—¿No tenías espejos en tu casa? —cuestionó Diego, provocando la risa de Cuauhtémoc

—¡Hey!

—Tú sabes que no miento... Oigan, hoy me hablaron del salón y me dijeron que es nuestro, así que ahora si nada puede salir mal. Deberías de empezar a decirle la idea a tus fans —miró al oaxaqueño.

—¿Si?

—Faltan pocos días, deberías de hacerlo de una vez, además estás más activo —Diego alzó su ceja— No empieces de puerco 

Rieron, Aristóteles ensayó un par de veces lo que diría y cuando tuvo su "discurso" ideal, tomó su celular, abrió sus instagram y comenzó a grabar.

—¡Hola! ¿Cómo va su noche? Oigan, fíjense que como saben ya se acerca Halloween y mi familia y yo, estamos planeando una fiesta en la que yo he pensado en unos invitados especiales. Así que persona que esté viendo esto, si eres de la Ciudad de México, eres mayor de edad y quieres asistir a esta fiesta, estate muy atento que pronto les diré la dinámica para participar. Les amo mucho y les mando muchos besos, adiós.

Un par de minutos después ya había recibido bastantes comentarios mostrando su emoción por saber la dinámica y hasta comentarios Linda, Frida, Yolo y Axel.

Antes de irse a dormir, Carlota le informó de el horario y lugar donde se vería con Santiago, dándose cuenta que la hora que Santiago dio era cuando su clase terminaba, por lo tanto tenía que salir mucho antes, sólo esperaba que su profesora no se molestara. 

A la mañana siguiente, Aristóteles estaba estresado por saber que usaría para la "cita", tenía afuera casi toda su ropa y no se decidía por nada. Sus amigos y novio ya estaban desayunando, Temo se cansó de esperarlo y fue hacia su habitación encontrándose con un Aristóteles aún en pijama

—¿Por qué aun no te vistes? —preguntó viendo todo el desastre que el chico tenía

—Porque aún no sé que me voy a poner —pasó sus manos por su cabello

—Tahi, sé que es algo importante, pero sólo se tú —tomó unas prendas

—Es que quiero dar una buena imagen

—Y la vas a dar, también depende de tu actitud, así que pruébate esto —le extendió una playera azul con adornos blancos, con unos pantalones skinny, un paliacate color blanco y unos tenis blancos.

El Córcega tomo la ropa y comenzó a desvestirse muy rápido, Temo sólo lo miraba con cierta ternura, cuando por fin estuvo cambiado se vio al espejo un par de veces, le dio un par de miradas a su novio y quien le mandaba besos

—Creo que lo único que cambiare, será el paliacate, siempre tiene que ir combinado contigo —sonrió, tomó un paliacate color rojo y se lo puso— Ahora si, estoy listo

—Pues a desayunar, porque no quiero que te me desmayes a media plática —tomó la mano del rizado y caminó hacia la puerta

—Oye —jaló un poco su mano, haciendo que Temo volteara— Gracias, todos los días agradezco tenerte a mi lado, eres increíble Cuauhtémoc

—Ah, pero no eras gay —lo tomó de las mejillas

—¡No arruines el momento, López!

—Tú me arruinaste mi corazón ese día —el oaxaqueño lo miró con "enojo"— No es cierto, corazón, yo también agradezco tenerte a mi lado, te amo hasta el infinito, con todos los colores, Aristóteles

—Con todos los colores, te amo hasta el infinito, Cuauhtémoc

Se dieron un pequeño beso y salieron hacia el comedor para que Aristóteles pudiese desayunar. Podían notar el nerviosismo del rizado, por lo que su plática fue de las próximas festividades-

Minutos más tarde subieron al auto de Diego para salir hacia la universidad, en esa ocasión tenían clases a la misma hora. Al llegar se dirigieron a sus aulas, Aristóteles le aviso a su maestra que saldría un poco antes, con lo cual la profesora Velazquez no tuvo problema.

Las horas pasaron rápido, Aristóteles guardó sus cosas, hizo un poco de mimica con sus amigos quienes le desearon suerte y salió de clase, antes de que cruzara la puerta, Diego le mando un mensaje a Temo, que al momento de llegarle al toluqueño salió de su salón y bajó muy rápido corriendo con suerte de encontrarse a su novio

—¡Tahi! —gritó

—Temo, ¿no tendrías que estar en clase? —cuestionó bastante sorprendido

—Sí, pero no podía dejarte ir sin desearte suerte y no por un simple mensaje

—Eres increíble, te amo como no tienes idea  —le dio un abrazó

—Te amo más, mucha suerte, yo sé que te va a ir muy bien, como ya te dije, relájate, buena actitud, se positivo y ve a conquistar —calló— Ve a convencer a aquel manager de que tú eres una buena opción.

—Gracias, gracias te mantengo al atento, ¿va?

—Por favor... Avísame cuando llegues y cuando ya vayas a la casa

—Tú también... ¡Ay! Mis manos sudan — se las limpió en su pantalón

Temo lo tomó de las mejillas, se paró un poco de puntillas y le dio un beso en la frente

—Tranquilo, si sale mal, ni modo, será por algo y vendrá cosas mejores, recuerda que estoy contigo y yo seré un soporte para ti

Aristóteles tuvo el mismo gesto y le dio un beso en la frente, le volvió a gradecer y se despidieron para que se pudiese ir, no quería llegar tarde. Temo volvió a su clase con un poco de nervios deseando que todo saliera bien con su novio. Llegó a cruzar la mirada con Mateo quien sólo negó con la cabeza y puso su mirada en el pizzarón donde el profesor escribía unas fechas.

El rizado llegó un minuto antes de la hora, entró al restaurante, miró a todos lados

—¿Tienes reservación? —preguntó una chica

—Eh si... Con Santiago —se quedó callado, pues no había preguntado el apellido

—Mmmmm ¿apelli —no pudo terminar

—Aristóteles —escuchó la voz de Thiago.— Viene conmigo, gracias

—Ok... Bienvenido

—Gracias —sonrió y camino detrás de Thiago, llegaron hasta una mesa del final.— Aquí está

Santiago estaba checando unos documentos en su tablet, al escuchar la voz de su hijo, bloqueó aquel aparato y alzó la mirada. Aquel señor, vestía un traje color azul claro, su cabello era adornado con canas

—¡Aristóteles Córcega! Que gusto por fin poder conocerte —se levantó de la silla y extendió su mano.

—Eh, hola... —tomó la mano del señor— No sé su nombre, perdón

—No te preocupes, veo que mi hijo no te dijo mucho, me llamo Santiago Filoteo

—¡Oh! Mucho gusto Santiago, ¿entonces Thiago sólo es nombre artístico y te llamas Santiago?

—No, no, no su nombre si es Thiago, a mi madre le gustaba ese nombre y fue una forma de poder honrarla ya que —su hijo no dejó que continuara

—Papá no hay necesidad de contárselo a desconocidos —dijo un poco harto

—Thiago, por favor. Toma asiento, Aristóteles —tomó asiento y bebió un poco de vino— ¿Quieres algo de tomar?

—Gracias —sonrió e hizo caso— Sólo agua

Santiago pidió la bebida para el rizado —Bueno, ¿qué fue lo que mi hijo te dijo ayer?

—Sólo que su manager me quería conocer, porque vio mis presentaciones con Ubaldo y le gustaron

—Antes, me gustaría que me hablaras de ti, no quise indagar mucho, quise que tú seas quien me hable de ti —mentía la noche anterior, había buscado sus redes sociales y vídeos

—Bueno, como ya sabe me llamo Aristóteles, soy de Oaxaca, en unos semanas cumplo 19 años... Estudio comunicación, no sé que más quiera saber

—¿Qué hay de las canciones? —lo veía muy interesado

—¡Ah! Cierto, son mías y tengo otras 2 en proceso, pero prefiero mantenerlas en anonimato, son... Son para el amor de mi vida —Thiago rodó los ojos, se veía un poco molesto— ¡Oh! Y cuando vivía en Oaxaca, pues si tenía bastantes fans y además, fui modelo de Cklass. También tengo un canal de YouTube, pero lo tengo un poco abandonado, porque no había tenido mucho tiempo para eso, venir a una ciudad nueva, estudiar y trabajar es difícil, pero pues me quede sin trabajo, así que pronto lo voy a retomar

—Yo creo que eso es suerte

—¿Por qué? —miró a ambos

—Mira en tus 2 presentaciones con Ubaldo llegue a la mitad, pero creo no hace falte ver todo el show para darme cuenta que tienes mucho talento y siendo muy honesto —su celular comenzó a sonar, se disculpó, vio de quien se trataba y le extendió su celular a su hijo— Es Armando, toma la llamada, debe ser algo del disco

Thiago aceptó, tomó el celular y salió del restaurante, la bebida de Aristóteles llegó, tenía un poco de nervios por lo que bebió casi toda en un sorbo

—Te decía, me gustó mucho tu trabajo, tienes talento y puedes formar una gran carrera, siempre y cuando sea con la persona indicada, no quiero sonar egocéntrico, pero esa persona soy yo

—¿Cómo? —casi se ahoga con su saliva

—Me gustaría ser tu manager, ¿no te gustaría ser famoso? Mira a mi hijo yo lo lleve al estrellato —explicó con satisfacción— Ambos desde cero, yo no sabía mucho de música, no conocía a la gente indicada, ahora imagínate lo que podría hacer contigo que ya tengo todo el conocimiento y ciertos conectes en este mundo musical

—No, pues claro que me gustaría, pero

—En este mundo, no deben existir los peros, sólo un si o un no, ¿qué te detiene?

—No, no me detiene nada, simplemente que me lo soltó de golpe, que ni se que decir

—¿Tienes novia?

—Mmmm no... Novio, soy gay —dijo orgulloso— De hecho tengo una canción con él

Santiago lo miró fijamente—¿Novio? —el joven asintió— Eres el artista que tanto la disquera y yo estamos buscando, piénsalo, necesitamos artistas frescos, con talento... Lo que tú tienes

—Papá —llegó Thiago— Quiere que vayamos al estudio, hay un problema con una de las canciones, al parecer se tiene que volver a grabar y aparte hay otras que tienes que checar

—Justo hoy —bufó— no te quiero presionar Aristóteles, te daré unas semanas para que lo pienses —le extendió una tarjeta— Cuando tengas una respuesta, que espero que sea positiva llámame y yo estaré encantado de ayudarte

—Así será, muchas gracias señor

—Dime Santiago. Y  bueno, como escuchaste me tengo que ir, me dio mucho gusto conocerte

 —Igualmente

—Salúdame a... tu pareja —pagó la cuenta, se despidieron y padre e hijo salieron de ahí

Aristóteles pudo respirar mas tranquilo, estaba sorprendido por lo que había pasado. Tomó sus cosas y salió del restaurante, no sin antes mandarle un mensaje a Temo para avisarle que ya iba hacia la casa.

Por el lado de Temo, él se encontraba tarareando la canción que escribía para su novio, mientras recogía toda la ropa que en la mañana se había quedado afuera, sus amigos hacían la comida.

—¡Tahi! —entró gritando, provocando que su novio diera un brinco del susto

—¿Qué pasó?

—No puedes venir de una cita e ignorarnos —dijo Carlota junto a Diego, detrás del rizado

—Perdón, pero me interesa que el primero que lo sepa es mi Tahi —lo tomó de los hombros viéndolo fijamente

—Estoy muy ofendido

—Ya están aquí ya lo van a escuchar, ahora cállense... Santiago, me dijo que tengo mucho talento, soy lo que la disquera y él están buscando y quiere ser mi representante

—¿De verdad? ¡Tahi, eso es increíble! —lo abrazó— ¿Aceptaste?

—No supe que responderle

—Really?

—Pues es algo que tengo que pensar muy bien, ni conozco al señor, por mucho que sea papá de Thiago, el cual me odia

—No entiendo porque se cayeron tan mal

—Es muy intenso con Lota

—Poquito —rió

—¿Qué piensas hacer?

—Mejor platícanos eso mientras comamos, que se nos hará tarde.

Salieron de la habitación. Tomaron asiento en sus respectivos lugares, alrededor de la mesa

Diego por fin había publicado su vídeo, tanto, Ari, Temo y Lota le habían ayudado para que tuviera más views, publicándolo en sus redes sociales, a eso también se unió Yolo y la tropa unidos. Había recibido muy buenas respuestas, eso hizo que se emocionara y planeara su siguiente vídeo.

Los días pasaron y con ello el cumpleaños de Diego y Nora llegó

En la farmacia, ya se encontraba Barbara, muy emocionada, después de tanto tiempo iba a poder acompañar a Nora en su cumpleaños, en el bolsillo de su bata se encontraba su regalo.

La puerta fue abierta y por ella entraron las hermanas Ortega

—Buenos días Barbara —saludó Dora

—¡Feliz cumpleaños, Nora! —dijo Barbara con una gran sonrisa al tenerla en frente

—Mu-mu-muchas gracias

—¿Cómo sabías que hoy es su cumpleaños?

—Porque... —volteó a otro lado— Porque lo pusiste en el calendario, para que no se te olvidara

—Ay, es cierto, que distraída

—Te traje un pequeño obsequio, ojala te guste —sacó una cajita y se la entregó

—No tenías que molestarte y menos gastar tu dinero —tomó el obsequio, sus manos sudaban y temblaban. 

—Ábrelo —pidió Dora

Bora se miró, la rubia asintió levemente, Nora abrió la cajita encontrándose con un collar donde colgaba una pequeña bailarina, la cumpleañera sonrió al instante, sintiendo como su corazón latía con fuerza y emoción

—Me habías dicho que te gusta bailar, aunque hace años que ya no lo haces, así que quise darte algo que significara para ti y te animara a volver hacerlo

Lo único que pudo hacer Nora fue darle un abrazó y agradecerle 

—Está muy bonito —dijo la mayor tomando el regalo— espero que no hayas gastado tanto, hay veces que la gente no se lo merece 

—Dora —expresó con tristeza su hermana

—¡A trabajar! —dejó el collar en un estante y se dirigió a la bodega

—Es muy lindo, gracias, te prometo que pronto regresare a bailar

—Eso espero, extraño esos tiempos, en los que bailábamos sin importarnos que pensaran los demás —tomó sus manos— Ojala pronto pase de nuevo y no sólo con el baile

Nora asintió, tuvieron que separarse, pues Dora volvía con un par de cosas para acomodar.

El día para Diego parecía ser muy normal, sus amigos no lo habían felicitado, lo que lo puso un poco triste, además que estaba solo en casa, pues decidió faltar a clases y descansar como él lo merecía, por lo que ellos se llevaron su auto, así que no podía salir. Trato de distraerse grabando un nuevo vídeo. "50 cosas sobre mí".

Más tarde comenzó a arreglarse para la comida que tenía con su mamá, sus tías estaban a pocos minutos de pasar por él. Terminó de echarse loción y el timbre de la casa sonó, tomó su celular, se dio una última mirada en el espejo y salió de casa encontrándose a Nora y otra señora que no conocía 

—Tía, hola

—¿Estás listo?

—Sí, sí ya... —cerró la puerta con llave y dio media vuelta— Feliz cumpleaños —le dio un abrazo

—Feliz cumpleaños a ti también, hijo. Tú has sido uno de mis mejores regalos —Diego sólo sonrió y la apretó un poco más— Por cierto, te presentó a Barbara, ella nos está echando la mano en la farmacia. Barbara, él es mi sobrino Diego

—Mucho gusto, señora —se saludaron tomando sus manos.

—Lo mismo digo, por fin pude conocer al famoso Diego

—Espero que sea famoso por cosas buenas 

—Y una que otra travesurilla

Rieron un poco, Diego notó cierta conexión entre su tía y Barbara, pero no le dio mucha importancia. Dora llegó con ellos con una gelatina, el chofer de Soledad les estaba esperando, no lo hicieron esperar más y subieron a la camioneta. Las señoras iban hablando de sus dolores musculares, mientras Diego recordaba su último cumpleaños feliz. Llegaron a la casa del político, Diego con pocas ganas, tocó el timbre, detrás de él estaban sus tías, segundos después la puerta fue abierta por su madre

—¡Hijo! —lo abrazó

—Hola, má 

—¿Cómo estás? —le dio un beso en la mejilla

—Bien

—Cuñadas, pasen

—Gracias cuñada —habló Nora— Ya conoces a Barbara

—Claro que sí —se dieron un beso en la mejilla—Que bueno que viniste. 

—¿Cómo la conoces? Si desde que ella trabaja con nosotros no has ido a la farmacia —las 3 mujeres se vieron.

—Si... Si fue una vez, cuando no estabas, paso rápido, ¿te acuerdas, cuñada?

—Sí, pase para comprar unas pastillas para el dolor de cabeza

Dora no estaba muy convencida de eso, pero decidió dejarlo pasar. Bora toma asiento en uno de los sofás

—¿Papá no está? —preguntó viendo a todos lados

—No pudo cancelar su junta —pasó su brazo por los hombros

—O no quiso —susurró

—Me dijo que iba a hacer todo lo posible para llegar antes. ¿Quieren algo de tomar? —cuestionó a las señoras.

No paso ni una hora y ya se encontraban ocupando un lugar alrededor de la mesa, sirviendo la comida favorita de Diego. En realidad las únicas personas que hablaban eran las mujeres, Diego andaba metido en sus propios pensamientos. El timbre sonó por aquella casa, Soledad sabía de quien se trataba

—¿Puedes abrir, por favor, Lore? —preguntó la de ojos azules.

—Claro que si, señora —respondió una de las empleadas.

La señora se dirigió hacia la entrada, se escucharon un par de voces, Diego sólo comía, hasta que escuchó las voces más claras y detrás de él

—¡Sorpresaaaaaaa! —gritaron sus amigos. Dora hizo una cara de fastidio, a comparación de Bora que los veían con emoción

—¡Hey! —se paró de su silla— ¡Se acordaron! —sonrió

—Nunca nos olvidamos, sólo queríamos tener un buen detalle contigo

—Trajimos un pastel —habló Temo

—Se ve delicioso, gracias, no se hubiesen molestado

—Aristóteles lo hizo —dijo Carlota

—Con ayuda de ellos —habló Ari entregándoselo a Soledad.

—¿De verdad? —cuestionó Nora— Se ve muy bien

—¿En qué momento? Yo nunca lo vi u olí 

—Ayer en la noche cuando saliste —Soledad miró a su hijo y Carlota habló rápido— a comprar la despensa

—Ah, ya me había espantado, siéntense, ahorita les traen de comer

—Gracias, Sole —dijo Temo

—Por cierto, señora Nora, le trajimos un pequeño obsequio, ojala le guste —se lo entregó Ari

—Ay muchas gracias, niños, no se tenían que molestar

—No es ninguna molestia.

—Esperamos que sea de su agrado. —dijo Temo

—¿Y yo? ¿Estoy pintando o qué?

—Te lo vamos a dar en la casa —respondió Lota

—Es que está un poco grande

Diego asintió intentando imaginar de que se trataba. Platicaron un poco de las clases, Soledad y Bora les hacían preguntas a los jóvenes, estaban pasando un rato agradable, hasta que la puerta fue abierta y por ella entró Ubaldo, algo molesto

—Buenas tardes, provecho

—Ubaldo —su esposa no pudo decir más pues ya se había encerrado en su oficina

—Soledad, buenas tardes —entró Reynoso junto a Mateo

—¿Elsa, qué pasa? —se puso de pie

—Algo no salió bien en la junta, Temo tienes que estar ahí 

—Con permiso, señora, provecho —dijo Mateo siguiendo a Ubaldo

—Temo, por favor —pidió Elsa

—Ya voy —hizo una mueca, se levantó, le dio un beso a Ari y se dirigió a la habitación donde habían entrado

—Feliz cumpleaños, Diego. Ah muchas gracias papá —habló con cierto sarcasmo.

—Entiende a tu padre, él hace todo por el bienestar de ustedes —expresó Dora muy seria

—Mejor dicho por su bienestar

—Diego —trató de reprender su madre. 

—Mejor disfruta tu día, no dejes que nada te lo amargue —habló Lota y acarició su mano

Los jóvenes decidieron irse a sentar a la sala y platicar cosas entre ellos, como el vídeo que había grabado Diego horas atrás y de la buena respuesta que su primer vídeo había recibido, hasta que Carlota volvió a sentir la necesidad de vomitar, lo que dio pauta a que Dora comenzara a hablar mal de la chica, diciendo que estaba embarazada.

La "junta" terminó y Temo fue el primero en salir, quería seguir acompañando a su amigo

—Pensé que nos llevaría más tiempo —habló Temo reuniéndose con sus amigos— ¿Qué pasa? ¿Por qué esas caras?

—Cierta persona que no quiero decir nombres, volvió a vomitar —dijo Lota e hizo una señal de amor y paz

—Ya le dije que mañana mismo nos vamos al doctor y no me importa lo que diga —expresó Diego— Que bueno que esa junta no se extendió

—Diego, Nora, muchas felicidades —habló Elsa— Nosotros nos retiramos

—No, no ¿por qué no se quedan? —dijo Soledad poniéndose de pie

—No queremos ser inoportunos —contestó Mateo

—No lo son, si gustan pueden quedarse —expresó Diego viendo al chico y después a la señora

—Por favor, siéntense, ya vamos a partir el pastel —dijo colocándolo sobre la mesa junto a la gelatina que había llevado Dora

—Se ve muy rico, ¿Dónde lo compraste? —cuestionó la rubia

—Lo hizo el novio de Temo

—¡Wow! Se ve muy bien —dijo mirándolo 

—Ojala sepa igual —rió un poco— Si es así ya me puedo casar —abrazó a Temo

Los demás rieron, a excepción de Dora y Mateo. Diego y Nora se sentaron juntos, frente ellos estaban los "postres" y en medio tenían una velita. Los invitados estaban al otro lado cantaron las mañanitas, Aristóteles grababa un poco para subirlo a redes sociales. 

Barbara estaba muy emocionado, pensaba que nunca más iba a pasar otro cumpleaños con el amor de su vida, unas pequeñas lagrimas se escaparon de sus ojos, pero las limpió al instante, afortunadamente nadie lo había notado.

Los cumpleañeros estaban muy felices, pues los acompañaban las personas que más querían. Aquella melodía terminó haciendo que la casa se llenara de aplausos.

—¡No olviden pedir el deseo! —habló Barbara

 Ambos se quedaron pensando, cerraron los ojos para concentrarse en lo que pedirían, lo primero que se le vino a la mente a Nora fue B, lo que la hizo sonreír, lo tenía claro. 

Por el lado de Diego tenía muchas cosas en mente, abrió los ojos y vio como su papá salía de su oficina, así que supo cual sería su deseo.

—A la cuenta de 3, ¿ok? 1... 2... 3

—"Que pueda ser más valiente, para ser libre con el amor de mi vida" "Poder hacer sentir orgulloso a mi papá y poder ser correspondido en el amor"

Soplaron las velas haciendo que se apagaran y todos aplaudieran. Esperaban pronto saber si los sueños se cumplen.

n/a

YA SE VIENE LA FIESTA DE HALLOWEEN, DE QUE CREEN QUE SE DISFRACEN ARISTEMO? ¿SE IMAGINAN A DIEGO DE DRAG? 

¡Nos leemos en el próximo capítulo, bye!


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