Capítulo XII

Diego entró a la habitación, Carlota no mostraba alguna emoción en su cara

—¿Todo bien? —Lota asintió

Ella tomó el libro y se puso a leerlo, por lo que Ortega optó por subirle a la música e igual leer su libro, en un momento le mando mensaje a Temo para contarle lo que había pasado y que ella no decía nada, López le pidió que lo tuviera al tanto, aunque estaba por entrar a la junta con Ubaldo.

La hora de la comida llegó, era caldo de verduras, 2 piezas de pan tostado y agua de sandia. Carlota le ofreció las piezas de pan tostado, ya que a ella no le gustaban y ademas el polvo que soltaban le hacia toser. En ese momento entró el doctor

—Mira, necesito que le vuelvan a hacer estos análisis —le entregó 2 hojitas al de ojos verdes— Son en diferente laboratorio, sólo es para confirmar, a lo mejor Carlota podría salir mañana, pero no es seguro

—Sss —miró de que eran los análisis— Sí-sí esta bien

—Le comente que puede salir a caminar al patio no tan grande —rió— que tenemos atrás, por si gusta

—Gracias —habló la chica— Más al rato salgo

—Bueno provecho, nos vemos mañana, que pasen buena tarde

Aquel doctor salió, Carlota siguió comiendo, Diego guardó los papeles en medio de su libro, no sin antes tomarles foto y mandárselos a Temo y Aristóteles. Decidió salir a buscar algo de comer y tratar de ordenar sus ideas, pero no lo consiguió, ¿qué se supone que iba a pasar con Carlota? Minutos más tarde, después de haber comido un cóctel de frutas y haber tomado una botella de agua, volvió a la clínica.

Eran las 5 de la tarde y Carlota quiso salir a caminar, como lo había dicho horas atrás quería ver algo más que esas cuatro paredes, con ayuda de un "carrito" como lo llamaban las enfermeras, colgaron el suero, salieron y comenzaron la caminata, iban en silencio, hasta que Diego sacó platica sobre su primer vídeo

—Suena muy interesante, ten por seguro que me voy a suscribir —sonrió

—Eso espero. Si te soy honesto tengo muchos nervios de lo que mi papá piense 

—Sólo no hagas algo que él piense que puedas dañarlo, como cuentas tu primer vídeo será sólo presentándote y diciendo de que tratara el canal y en los próximos vídeos sólo darás noticias

—Pero sabes como es

Carlota hizo una mueca y siguieron caminando hasta que ella paró y miró al cielo, Diego estaba en silencio con los brazos cruzados, también paró su caminata.

—¿Viste de que son los análisis? —susurró Cervantes

—Sí... Bueno, algo no entendí mucho —mentía, lo había leído muy bien, pero no quería incomodarla

—Sí... —pasaron unos segundos y la chica se soltó a llorar

—Hey, hey tranquila — la abrazó, de inmediato, muy raras veces la había visto llorar y de la forma que lo estaba haciendo

—Tengo miedo, Diego —dijo apenas audible, sentía que pronto él se pondría a llorar.

—No, no debes tenerlo, todo va a estar bien —la apretó un poco más—Temo, Ari y yo  ya habíamos hablado de eso y todo va a estar bien, me tienes a mi, a Lina, Thiago, Ari y Temo... Lo que yo les dije a ellos —refieriendose a la pareja— es que esa enfermedad es como la diabetes, con medicamentos y alguna que otra cosa estarás bien. Somos una familia, no te vamos a dejar sola, vamos a estar contigo pase lo que pase.

Carlota asintió y limpió sus lágrimas, se separaron de el abrazo y volvieron a la habitación. Diego no sabía como había aguantado las lágrimas, pero quería mostrarse fuerte, alguien tenía que serlo y era él.

Carlota se acostó, de nuevo todo estaría en silencio sino fuese por la música de la estación de radio. El ambiente era un poco tenso y con cierto nerviosismo. Ortega, pro primera vez no sabía que decir, sentía una sensación muy rara. Hasta que se le ocurrió algo para intentar que olvidaran un poco de lo sucedido.

—¿Y si jugamos basta? 

—¡Va! —sonrió un poco

Diego sacó su cuaderno y se lo entregó a su amiga no sin antes arrancar una hoja. Le dio una pluma azul y el tomo una negra. Empezaron a hacer su tabla

—Empiezo yo... ¡A! —ella dijo "basta"— M

Comenzaron a escribir rápido, pasaron varias letras

—Diego, el color tutti frutti no existe, tienes 0 —rió

—¡Claro que existe! Es como el rojo ¿no has visto el refresco?

—Es rojo, no tutti frutti, cero, dije

Diego no alego más, siguieron jugando, sin darse cuenta hicieron todo el abecedario, Carlota quiso dormir un poco, la ayudo a recostarse y después él se acostó en la cama que había ahí, puso a cargar su celular, se tapó con una cobija que su mamá había dejado. El ambiente se volvió tenso.

Dieron las 7 y la puerta de la habitación fue abierta, era la hora de la cena, pero Carlota no quiso comer, le habían llevado, té verde, un intento de atole de avena, gelatina de limón y galletas.

—¿Segura que no quieres cenar? —negó— Aunque sea la gelatina

—Está bien —vio como su amigo se iba a levantar— pero yo voy por ella

Y así lo hizo, jaló una silla quedando frente a Diego, tomó su gelatina y con nada de ánimos comenzó a comerla, el chico se mensajeaba con alguien.

—Diego —la miró— Gracias

—No tienes nada que agradecer, como te dije somos una familia y eres como la hermana que hubiese deseado tener, todo va a estar bien.

Carlota volvió a llorar con mucho dolor. Diego volvió a abrazarla, comenzó a maldecir al papá de su amiga, ella lo necesitaba y él prefería seguir en un lugar lejos de ella. Sabía que por mucho que él y sus amigos le dieran todo el apoyo y cariño que pudiesen, nada se comparaba a lo que su padre podría darle. La tranquilizó, pues sabía que eso la estaba alterando y si alguna enfermera entraba a tomarle el pulso podría ser más alto a lo que estaba.

La puerta se abrió dejando ver a Temo, entró a la habitación y entrecerró la puerta.

—Hola

—Hola —bajó la mirada

—No estás sola —la abrazó— Lo que se venga vamos a estar contigo —ella asintió y limpió sus lágrimas

—Gracias, Temo

—No te vamos a dejar sola, así que tranquila, porque te tenemos una sorpresa

—¿Qué es? —miró a Diego quien sonrió

—Cierra los ojos —Carlota hizo caso

Una chica vistiendo unos leggins negros, blusa rosa, chamarra negra y tennis blancos. Ojos verdes, labios pintados de color rojo, cabello largo, castaño, adornado por un gorro rosa, entró a la habitación, Diego se levantó de su lugar la saludó con un beso en la mejilla, para después ella sentarse donde el ojos verdes se encontraba

—A la cuenta de tres abres los ojos —dijo Diego— Una... Dos... Y... Dos y medio —Lota rió— ¡Tres!

Carlota los fue abriendo poco a poco, al visualizar quien estaba frente a ella los abrió de golpe

—¡Lina! —expresó muy emocionada

—¡Sorpresa! —la abrazó.

Diego tenía razón, la chica sería un gran apoyo para Cervantes y más como ese momento.

—Pensé que estabas en las olimpiadas —dijo al separarse del abrazo

—Se cancelaron, después te cuento eso, pero gracias a Diego supe que estabas aquí y no podía no venir

—Me gustaría estar un ratito más, pero —Lina no dejó continuar a Temo

—No se preocupen, váyanse con cuidado, la dejan en buenas manos —sonrió

Se despidieron de las chicas y salieron de ahí en silencio, subieron al auto. No tenían mucha información de esa enfermedad, así que de algo estaban seguros, al llegar a casa se pondrían a buscar todo lo relacionado, tenían que ayudarle a su amiga y ser el apoyo que necesitaba.

Y así fue al llegar a casa lo primero que hicieron fue investigar todo lo que pudieron.

Eran casi las 11 de la noche, la luz estaba apagada, según Carlota ya tenia sueño, pero la verdad quería pensar en como su vida iba a cambiar por un error, sentía ganas de gritar, correr, de huir de lo que le estaba pasando, pero sabía que eso no cambiaría nada, en momentos así extrañaba a su mamá y ni se diga a su papá, quería un abrazo que la reconfortara, agradecía el apoyo de su familia elegida, pero no era lo mismo. Carolina ya estaba por dormirse, pero su amiga lo impidió

—¿Caro? —habló Cervantes

—¿Qué pasa? —susurró. Escuchó como su amiga dio un gran suspiró— ¿Todo bien?

Tengo VIH —soltó

Carolina quedó desconcertada ante esa confesión. Sólo se levantó de la cama y la abrazó y le dio un beso en la frente susurrándole un "Todo estará bien"

Los día pasaron, Lota salió de la clínica, donde hubiese deseado nunca haber entrado. Los análisis sólo confirmaron lo que ya sabían, Carlota era portadora de VIH, ella sentía que su vida se acababa, estaba muy triste y enojada por no tomar las decisiones adecuadas y a pesar de que sabía que no servía de nada lamentarse le era inevitable no hacerlo. Estuvo varios días en cama, sin querer salir, apenas y comía, se la pasaba llorando, por más que sus amigos y Lina querían animarla les era imposible, ya no sabían que hacer

Estaban sentados alrededor de la mesa intentando desayunar, Lina llegaba temprano para cuidarla y ellos pudiesen irse a sus clases.

—Tenemos que hablar ya con ella —rompió el silencio Diego— Ponerle las cartas sobre la mesa

—Ya lo he hecho y no me hace caso —dijo Lina tomando un poco de jugo un poco cabizbaja.

—Es que se está dejando enfermar más —siguió Temo

—Que sea la última vez que hablamos, sino funciona ya vemos que hacemos, ¿no? —terminó Aris.

Los demás aceptaron. Se pusieron de pie y caminaron hasta la habitación compartida, dieron un par golpes, pero no escucharon nada, así que entraron, vieron a Cervantes acostada, tapada y con los ojos rojos e hinchados

—Lota —habló su amiga

—Hoy no —susurró

—Ya basta —dijo Diego— Nos vienes diciendo "hoy no" desde que saliste de la clínica

—No solucionas nada, Lota —Aristóteles se sentó a su lado.

—¿Y qué se supone que debo hacer? —los miró

—Salir de esa cama, afrontar lo que está pasando —opinó Caro.

—¿Podrían entenderme? ¡Mi vida está arruinada por ser una estúpida!

—No digas eso, tu vida no está arruinada —dijo Temo tomando su mano

—¿Sabes cuál es tu problema? —expresó Diego— Que no te estás dando cuenta que la vida sigue corriendo y sin ti, que te estás dejando atacar y cuando quieras reaccionar será muy tarde, pero ¿sabes que es lo peor? que no sólo te vas a arrastrar tú, sino que a nosotros también y creo que eso es muy injusto para todos —terminó de hablar muy serio y enojado.

—Tengo miedo, mucho miedo —habló muy bajo, de nuevo llorando. Parecía sorprendente, pero aún seguía teniendo lágrimas. Tal vez era porque por fin estaba sacando todo lo que tenía guardado.

—¿Y crees que nosotros no? —cuestionó Temo

—Carlota, déjanos ayudarte —siguió Ari

—Y ayúdate tú también... Sabes que tenemos que ir a hacerte los estudios para que te canalicen a la clínica que te corresponde para que te suministren las pastillas, la enfermedad sigue avanzando y como dijo Diego, cuando quieras atacar va a ser muy tarde —expresó Lina

Carlota se quedó viendo a un punto fijo procesando todas las palabras de sus amigos, aceptando que tenían razón. Se estaba dando por vencida sin siquiera intentar luchar. Tenía que cambiar eso, por ella y por su familia.

Al día siguiente y aprovechando que sólo Temo tenía que ir a clases, asistieron a la clínica donde la canalizarían a la que le correspondía, había ido acompañada de Diego y Carolina, en aquel lugar había muchas personas, desde adolescentes hasta adultos, pero sin duda habían más jóvenes. Sólo podía pensar que un embarazo era lo menos grave.

Días después Carolina tuvo que volver a sus olimpiadas, pero se iba un poco más tranquila al ver que Carlota ya estaba un poco más animada. Al punto que ya había vuelto a su trabajo y a sus clases.

Eran las 12 de la tarde, Diego estaba en la habitación de Aristóteles frente a la cámara, detrás de esta estaba Aristóteles y Carlota. No grababa en su habitación por sugerencia de Lota, ya que no había mucha luz a comparación de el cuarto de la pareja, ademas que el color de las paredes le agradaba más para que fuese su fondo.

—... Así que espero que les guste el contenido de este canal, que me emociona compartir con ustedes, nos vemos pronto... ¡Adiós! —sonrió

—¡Corte! —anunció Lota y paró la grabación

—Muy bien, Diegochas, ya sólo edítalo y subelo a tu canal

—¿Seguros que quedo bien? ¿No hubo algo que no les gustara o...?

—Pues tú en general, pero eso no lo puedes editar, ni nada —dijo viendo sus uñas

—Ja ja ja ja, que graciosito, deberías ser payaso, yo creo que ganarías más —le aventó una almohada que el rizado pudo esquivar

—No peleen. Te quedó muy bien, Diego

—Gracias —su celular sonó, lo tomó y leyó el mensaje que había llegado— Bueno, me tengo que ir

—Pero tienes que editar el vídeo —el ojiverde se sentó

—Sí, tienes razón —susurró— Lo hago al rato —se puso de pie— Cuídense

—¿A dónde vas?

—Adiós —cerró la puerta de su cuarto

—Ya se me hacia raro que no saliera hoy —habló Carlota— Te toca hacer la comida, adiós —salió de la habitación

—Yo la hice ayer, te toca a ti... ¡Carlota! Por lo menos ayúdame a quitar todo este chilaque —no recibió respuesta y sólo escuchó como la puerta de la otra habitación se cerró— Pero sigue siendo buena onda Aristóteles

Empezó a murmurar enojado mientras recogía todo lo que usaron para grabar, Temo le mandó un mensaje para avisarle que ya iba hacia la casa, así que se apresuró a tener su cuarto limpio. Después salió hacia la cocina donde Carlota ya estaba preparando de comer, así que sólo le ayudo en lo que la chica lo necesitaba, mientras platicaban

—... Pero pues yo creo que sí será algo grande

—Yo diría que hay que ir ahorrando un poco para que no nos agarre las prisas —escucharon como abrían la puerta.

—¡Llegue! —anunció Temo entrando a la casa y aventando su mochila

—¡Tahi! —dejó de cortar cebolla y corrió hacia su novio para darle un beso— ¿Cómo te fue?

—Bien ¿y a ustedes? —caminaron hacia la cocina— ¿Ya grabaron el vídeo de Diego?

—Sí, hace rato... Antes de que se me olvide, hablaba con Lota sobre que ya se acerca el día de muertos y pues pensaba en la ofrenda 

—Es cierto, ya está muy cerca y también la fiesta de Diego... ¿Qué por cierto dónde está?

—En una de sus tantas citas —contestó la chica

Temo negó con la cabeza, se lavó y ayudó a terminar de hacer la comida. Antes de sentarse a comer llegó Diego.

Como era costumbre, Diego llevó a sus amigos a sus respectivos trabajos y volvió a casa para pasear a los perritos que lo necesitaban.

Aristóteles había llegado a una buena hora a su trabajo, guardó sus cosas y salió de ahí para ponerse a trabajar, el día estaba bastante tranquilo. Platicaba con un compañero, cuando un hombre alto, piel apiñonada, ojos azules, vistiendo un traje azul marino y gafas de Sol, entró

—Buenas tardes, bienvenido —habló el compañero de Ari

—Gracias, busco a Leticia

—Sí, dígame —habló la mencionada.

—Soy Felipe García

Todos en el lugar se voltearon a ver, el reemplazo de Lety había llegado. Aprovechando que sólo había 3 mesas ocupadas, con clientes muy calmados, Leticia llamó a casi todos sus empleados. Los llevó a su oficina junto a Felipe, se podía sentir el nerviosismo

—Chicas y chicos, les presento a Felipe, quien ocupara mi lugar desde —lo miró y la respuesta los dejo bastante sorprendidos.

—Hoy —sonrió

—Pe-pero —Benito calló al sentir la mirada de aquel señor

—¿No es muy pronto? —cuestionó Lety

—Nunca es pronto para poner orden —dijo muy serio

Lety asintió, presentó a los trabajadores y el cargo que tenían. Les pidió que volvieran a sus labores mientras ponía al tanto a Felipe y recogía sus pertenencias.

—Algo que deba saber de ellos, que creas que es bueno que sepa

Ella se quedo pensando —Ahora que lo dices... Hay 3 chicos, Lucrecia, Roxana y Aristóteles, son estudiantes, digamos que tienen ciertos permisos para llegar un poco tarde —Felipe la miró con el ceño fruncido— siempre y cuando avisen horas antes, su desempeño es bueno, así que nunca les he puesto peros, aparte, creo que es importante que se apoyen a los jóvenes

—Entiendo... ¿Algo más? —le explicó un poco de cada trabajador

—Y Benito es alguien que tiene ciertos roces con Aristóteles. Se enteró de algo personal y en ocasiones hace que haya ciertos errores en el trabajo de Córcega, pero con un llamado de atención se calma

—¿De qué se enteró?

—Algo personal, no es de importancia —guardó una foto en la caja

—Yo creo que sí, el restaurante se ve afectado por eso, así que quiero saberlo

—Se enteró que... Aristóteles es gay

—Ok... Gracias, ¿es todo? —ella asintió— Pues desde este momento paso a ocupar tu lugar —dijo victorioso

—¿Puedo tener un momento para despedirme?

—Adelante —dijo mientras se sentaba en la silla detrás del escritorio.

Leticia caminó hacia donde estaban los integrantes de trabajo, comenzó a despedirse, estaban algo tristes, ella era muy comprensiva, sin rebasar límites y siempre los animaba para el trabajo cuando algo andaba mal, así como algunos tenían privilegios también tenían obligaciones y sabía que algo iba a cambiar con Felipe. No habían pasado ni 10 minutos de la salida de Lety cuando Aris y 2 compañeras fueron llamadas a la oficina

—Me informó Aguirre que ustedes son estudiantes —ellos asintieron— Y que tienes ciertos permisos, pero quiero que sepan que no tendrán problemas conmigo —los 3 se miraron y sonrieron, eso era lo que más les preocupaba— Porque están despedidos

—¿Qué? —dijeron los 3 al mismo tiempo.

—Sí, yo no estoy dispuesto a tolerar eso, aunque puede que termine contratando a Lucrecia y Roxana —abrió un folder

—¿Por qué Aristóteles no? —cuestionó Roxana.

—Los jotos no dan buena imagen

—¿Perdón? —preguntó Aristóteles con cierta confusión y enojo.

—Aparte de maricón ¿sordo?

—Creo que yo no le he faltado el respeto, así que le pido que usted no lo haga conmigo —trató de sonar tranquilo.

—¿Me vas a venir hablar sobre que mereces respeto por ser un anormal? —alzó una ceja.

—No, merezco respeto por el simple hecho de ser persona y también se lo que si y no merezco, y claramente sus ofensas son algo que no, con permiso.

Salió de la oficina muy enojado, tomó su mochila y salió de ahí no sin antes ver como Benito se reía, estaba por salir hasta que escuchó la voz de su ex-compañero 

—Adiós mariposita —así que se regresó y se paró frente a él

—Agradece que hay gente, que si no ahorita mismo te partía la cara, imbécil... Y no porque me hayas llamado mariposa, sino porque te aguante mucho —le dio un leve empujón— Espero no volverte a ver, porque si eso pasa no dudes que lo haré

Salió del restaurante, escuchó como su compañera Lucrecia corría y lo llamaba, así que paró y la miró

—¿Qué pasó? — trató de calmarse.

—Tu sueter que me prestaste ayer... Gracias —se lo entregó

—Ah si, de nada —lo metió a su mochila— ¿Y ahora que haremos?

—Buscar otro trabajo —alzo los hombros

—Pero tú y Rox lo pueden volver a tener

—No... Si va a ser un ambiente así de irrespetuoso mejor no, se lo dejamos en claro... Tú lo dijiste, merecemos respeto por el simple hecho de ser personas... Me tengo que ir Rox me espera

—Cuídense mucho, espero volverlas a ver

—Ojala. Si consigues un trabajo y ves que estás solicitando a más gente recomiendanos

—Igual —sonrió

Se dieron un abrazo y cada uno se fue a sus respectivos hogares. Al llegar a la privada saludó al vigilante, antes de entrar a casa vio a Nora entrar muy sonriente, hablaron un poco antes de que Dora los interrumpiera.

Entro a casa, se cambió de ropa, se puso un suéter de Temo, quiso llamar a su mamá, pero no quería preocuparla y prefería primero encontrar otro trabajo, tomó la computadora de su novio y se fue a sentar al comedor para buscar un trabajo de medio tiempo. El tiempo pasó muy rápido y Carlota había llegado junto a Temo, observaron que las luces de la casa estaban encendidas y que el auto de Diego no estaba.

—¿Si Diego no está, quién está en la casa?

—¡Nos están robando! —dramatizó el toluqueño.

—No seas menso —rió— Sansón no deja a pasar a nadie desconocido, capaz y Diego dejo encendidas las luces y si es así lo voy a golpear —dijo metiendo la llave a la cerradura

Al abrir la puerta vieron a Aristóteles sentado frente a la laptop de su novio  y con audífonos puestos, mientras cantaba en voz baja. Tanto Lota y Temo estaban confundidos

—¿Amor? —dejó su mochila en el sofá— Tahi —caminó hacia él

—Capaz y está hablando con Bruno —Temo la miró— Era una broma, debe estar escuchando música a todo volumen.

— ¡Ari! —le tocó su hombro

—¡Por Oaxaca y todas las flores! —dijo muy asustado el rizado

—Tranquilo, soy yo —rió y dejó un beso en su mejilla— ¿Qué haces tan temprano aquí?

—Temo ya se estaba imaginando la casa vacía —se recostó en el sillón.

—No me dijiste que saliste temprano

—Lo sé, es que —cerró la laptop— Me... —se puso de pie— Me corrieron

—¡¿Qué?!

Aristóteles les explicó lo sucedido, podían notar la frustración del chico en su voz, Temo lo único que pudo hacer fue abrazarlo y tratar de darle ánimos.

—Vamos a buscar otro trabajo, no te preocupes

—Pues si, pero por lo mientras ¿qué voy a hacer? Hay que pagar renta y —la castaña lo interrumpió

—No te preocupes Ari, tú me lo has repetido... Somos una familia, no pasa nada si este mes y el otro no das nada, nosotros nos acomodamos para los gastos, no tienes porque presionarte por eso

—No, pero tampoco quiero que me mantengan

—Deja de ser tan orgulloso —dijo sin soltarlo— Puede que también en lo que consigues trabajo te dediques un poco más a tu canal, la música, algo puede salir de ahí

—Eso es una buena idea —habló Carlota.

La pareja se sentó en otro sofá. Escucharon como el auto de Diego había entrado, segundos después la puerta se abrió

—The bitch is here! —dijo Diego entrando— ¿Y ahora qué haces aquí, Aristóteles? ¿Te corrieron? —preguntó riendo mientras guardaba las llaves

—Así es

—¡¿Qué?! —su cara cambió a sorprendida

—Ya suplieron a Leticia y por ser estudiante me corrieron ¡ah! Y por ser gay

—¿No tienes alguna idea de dónde puede conseguir un nuevo trabajo? —cuestionó Temo mientras le hacia piojito a Ari

—¿Yo? —dijo Diego y ellos asintieron— ¿Y yo por qué?

—Porque conoces como a media ciudad, no sé, tal vez, se me ocurre —respondió el rizado.

—¡Oye no! Cuando salgo no significa que sea con uno diferente, a veces se permite repetir

—¡Diego! —se quejó Lota

—Es que ponen mi reputación en juego... Pero sólo se me ocurre que ¿por qué no entras a pasear perros? Tengo el contacto y de ley entras desde mañana si quieres —ellos lo miraron— Es que me debe un favor... Y que favor

—¡Compórtate!

Diego le explicó un poco a Aristóteles, su única experiencia con perros era con LAS PERRAS GANAS QUE LE TRAÍA AL TEMISTOCLES CUANDO LLEGÓ A OAXACA y con hermoso, pero acepto, mientras conseguía algo que le gustara, no se quedaría sin dinero y de igual forma, como se lo había dicho Temo, podía enfocarse un poco en su canal y en su música.

Aristóteles ya se encontraba un poco más tranquilo, así que después de cenar decidió llamarle a su mamá y contarle todo.

—Ay mi Aris, dime ¿cómo te ayudo?

—No tranqui, má, ya te dije que ya tengo todo bajo control

—Y aunque no lo tuviera no se dejaría ayudar —habló Temo— Ya sabes como es de necio

—Yo también te amo mucho, Tahi —dijo Aris con sarcasmo y su mamá rió.

—Hijo, admite que Temo tiene razón. La verdad me tranquiliza mucho que estén juntos, porque sé que no se dejan solos

—Nunca suegrita

—Luchamos mucho para estar juntos como para no apoyarnos y la verdad yo no sé que haría sin Temo —miró al mencionado y sonrió.

—¿Ya terminaste amor? —escucharon la voz de Eduardo del otro lado de la pantalla

—¿Eduardo? —dijo la pareja al mismo tiempo. Pudieron ver como Polita se puso nerviosa

—¿Hijo? Ya no te escucho... Ari... Tem...

La videollamada terminó. Aristemo se miró, el rizado tomó su celular y comenzó a grabar una nota de voz

—Mamá, ¿qué hace Eduardo en la casa a tan altas horas de la noche? —mandó el mensaje

—Tampoco exageres Tahi, apenas van a dar las 11 —caminó hacia un mueble para sacar las pijamas

—¿Pero qué hace ahí? Mi mamá ya estaba lista para dormir o ¿Crees que...? —no terminó de hablar

—Dudo que tu abuela y tu papá hayan dejado que Eduardo viva con tu mamá, los conoces bien

—Si, tienes razón

Se pusieron sus pijamas y se acostaron para dormir, afortunadamente al día siguiente no tenían clases, así que podían dormir hasta tarde, pero no fue así, Aristemo despertó gracias a todo el ruido (música y la aspiradora) que provenía de la sala, eran las 9:30 am, querían seguir durmiendo, pero era imposible.

—Buenos días, guapo —habló Aristóteles

—Buenos días —sonrió— Creo que mi parte favorita de despertar es que lo primero que vea es tu preciosa carita y que al dormir sea lo último que vea

Aristóteles se sonrojo y lo abrazó, susurrándole lo mucho que lo amaba

—Tengo sed —habló el oaxaqueño, le dio un beso en la frente y se levantó de la cama— ¿quieres algo de la cocina?

—No, gracias amor —tomó su celular

—Ahorita regreso

Salió de la habitación, la canción "Mala Fama" comenzó y el volumen subió, al llegar a la sala se dio cuenta que Diego era el encargado de aquel "ruideral" siguió hasta la cocina, bebió agua y se quedo viendo como el de ojos verdes cantaba mientras barría, aún no notaba su presencia, así que tomó su celular, abrió instagram y se puso a grabarlo, para después exhibirlo en instagram.

—Yo duermo solo en mi cama y no me preocupa mi mala fama —cantaba mientras aspiraba uno de los sillones.

El oaxaqueño bloqueo su celular y caminó hasta la sala, Ortega al percatarse de su presencia se avergonzó un poco, Aristóteles rió un poco y se unió a Diego, cantando

—Yo hago lo que quiero si me da la gana, no busco un Romeo de fin de semana, que me venda las estrellas sin llevarme al cielo las promesas falsas se las lleva el viento —se dieron la espalda. las pegaron y comenzaron a bajar—Vuela que vuela que se perdió, si hay un culpable ese no soy yo, si digo que no es porque no quiero, pero al indicado no le pongo un pero.

Carlota y Temo aún algo somnolientos veían aquella escena con un poco de gracia, se arrepentían de no tener un celular a la mano. Los dos chicos seguían cantando, hasta que notaron la presencia de ellos, se acercaron a ellos, Diego "sacó" a bailar a Temo y Ari a Lota, a pesar de que quisieron resistirse al final terminaron los 4 cantando e intentando bailarla.

—Así sí, si lo quiero para mi, mi, cuando me lo encuentre yo, no, no, no lo dejo, mira que no, yo no lo suelto —terminaron de cantar.

Los 4 terminaron en poses extrañas, Diego casi haciendo un split, Carlota haciendo intento del paso de "La Rosalia", Temo en el piso y Aris parándose en puntillas*

La siguiente canción fue "Born This Way", ellos seguían riendo por como habían bailado y cantando, habían iniciado muy bien el día. Aquel momento se vio interrumpido por el sonido del timbre, Temo fue el elegido para abrir la puerta y se sorprendió al ver que se trataba del padre de su amigo.

—Ubaldo, buenos días —saludó

—Buenos días, Temo ¿puedo pasar? —dijo con su típica voz firme.

—Si, si adelante —se hizo a un lado y el mayor entró

—¡Buenos días! —saludó muy sonriente a los jóvenes

—Don't be a drag, just be... a queen... —Diego dejó de cantar 

—Buenos días —contestó Ari y Lota

—Papá... Buenos días

—Que bueno que estás aquí Aristóteles —Lota le bajó a la música— Quiero hablar contigo

—¿Ah si? ¿Para que soy bueno?

—Seré breve, tengo un evento el domingo, mi artista de nuevo no puede asistir, así que como me gustó el trabajo que hiciste en la fiesta, quiero pedirte que vuelvas a hacerlo, no habrá una gran paga como esa vez, pero tendrás algo, ¿qué dices? ¿Aceptas?

—¿Neta? Digo, ¿de verdad?

—Neta y de verdad, creo que eres el indicado y es una forma de cumplir con mi promesa a Pancho, cuidar de ustedes

—Gracias, Ubaldo —habló Temo

—¡Wow! Sí, cuente conmigo, acepto

—Perfecto, más tarde le informo a Temo la hora para que llegues a hacer el soundcheck. No olvides invitar a tus fans—sonrió— Los veo ese día —miró a Diego

—Ahí estaremos —habló su hijo

El señor dio media vuelta y salió de la casa, se quedaron callados sólo se escuchaba la voz de Britney Spears cantando "Toxic"

—¡¿Qué voy a cantar?! —cuestiono casi gritando el Córcega. 

—Pues definitivamente Toxic no, porque no sabes ingles —contestó Diego moviéndose al ritmo de la música

—¿Lo puedo patear? —preguntó Ari a su novio y su amiga

—¡Pues cómo preguntas que vas a cantar! Se supone que eres un artista y ya tienes unas canciones, ¿no?

—Pues si, pero no sé si son acordes al evento —dijo con obviedad.

—A mi papá no le importan las canciones, quiere que vean que tiene a influencers apoyándolo y que sus fans mayores de edad voten por él, así que no te alteres.

—Diego lo dijo de una manera muy cruda, pero tiene razón —habló Lota

Temo afirmó lo que los 2 habían dicho, así que sólo se limitó a darle ánimos de que lo haría muy bien.

Los días pasaron muy rápidos y el domingo llegó, la familia elegida se levantó temprano, a comparación de otros fines de semana, estaban desayunando, Diego estaba con una libreta y con audífonos puestos, en ocasiones escribía algo, Temo y Lota no sabían que hacía, en un momento se quitó los audífonos, desprendió la hoja

—Ok, abres con "Labios de Miel", al terminar te presentas, le haces de animador, después la canción que me dijiste o "Juego de Amor", como quieras, otro pausa, animas, "Amor Valiente" te despides y terminas con "Bronceador de Amor" —dijo Diego a lado de Ari dándole una hoja— Te apunte lo que normalmente dicen todos.

—¿Qué está pasando? —cuestionó López

—Me pidió ayuda para el evento, gracias a Lota que graba todos los eventos de mi papá vi las presentaciones de los artistas que han estado y le hice una especie de guión —sonrió— De nada

—¿En que momento te convertiste en su manager? —preguntó Cervantes, pero decidió ignorar esa pregunta

—Gracias, espero no regarla —habló Ari mientras leía lo que escribió

—Más te vale que no, recuerda que si lo haces bien puedes correr con suerte para que mi papá te siga dejando presentarte en sus eventos

—¿Por qué no empiezas mejor con Bronceados de amor y terminas con Labios de miel?

—Opino lo mismo que Temo —dijo Carlota mirando su celular

—Bueno ahí haces el cambio —concluyó Diego.

Temo le agradeció por ayudar a su novio. Le agradaba que se llevarán cada vez mejor. Terminaron de desayunar, checaron que llevaran todo lo necesario para cada uno y salieron en dirección a donde el evento se llevaría acabo. Aristóteles hizo la prueba de sonido y subió un vídeo a sus redes sociales para recordarles donde estaría. 

Estaba muy nervioso, su mamá y familia le habían estado mandando mensajes para desearle suerte, no sabía si eso lo tranquilizaba o lo ponía peor, por lo que optó darle el celular a Temo, quien al final se lo dio a Diego para que grabara un poco, ya que él tenía que estar con Elsa.

Su presentación comenzó, como se había dicho comenzó con "Bronceados de Amor". al comenzar a cantar sólo se dejó llevar y se relajó, hasta comenzó a bailar, siguió las indicaciones tal y como lo dijo Diego, se presentó, pidió "porras" para el político. Siguió "Juegos de Amor". En ese momento, el amigo de Ubaldo, Santiago, había llegado.

Analizaba cada acción del rizado, desde como cantaba, hasta como caminaba. Pudo observar un pequeño grupo de fans, quienes cantaban con él. Cada vez se interesaba en el chico. Hacía muy bien su trabajo, la presentación de Aristóteles terminó y Santiago de nuevo había quedado fascinado, considero que era una señal, así que se dirigió a la parte de atrás donde el político estaba

—¡Amigo! —saludó al estar cerca de Ubaldo

—Santiago, que gusto tenerte aquí, pensé que no vendrías y estarías con tu hijo —se dieron un abrazo

—No, prefiero darle espacio y yo darme un descanso, así que, aquí me tienes... —sonrió

—Me alegro que hayas venido y no solamente por trabajo —arregló su saco y su corbata

—Ya sabes que aunque sea por trabajo soy feliz de estar apoyándote. Llegue hace rato, ¿el chico que se presentó es el mismo de la fiesta mexicana? —asintió— Ya decía que ya había escuchado esa voz, ¿cómo se llama?

—Aristóteles... Aristóteles Córcega, canta bien el muchacho, bueno tu sabes más de eso

—Si lo he notado, ¿Cómo lo conociste? —paso su mano por su cabello

—Por Diego, es amigo de la pareja de Aristóteles ¿por qué?

—La disquera necesita un nuevo artista y creo que él es el indicado ¿Podrías darme su número o algo? Me gustaría hablar con él

—Sí claro —fue interrumpido por Mateo

—Señor, disculpe... Pero ya es hora

—Gracias, Mateo. Carlota lo conoce, habla con ella —dijo antes de salir a "escena"

Santiago asintió, le deseo suerte. A él no le caía Carlota, pero sabía de alguien que sí, ademas que no se podía negar.

El día había terminado, ese mismo día Ubaldo le dio su pago al Córcega, así que quisieron festejar, por decisión de Diego compraron tacos y un par de cervezas, no planeaban emborracharse, ni nada parecido, pues al día siguiente tenían clases. Sólo que Diego alegaba que se lo "merecían". Al terminar de cenar, Aristemo quisieron darse un baño y, Carlota y Diego se fueron a dormir.

Al siguiente día todo transcurrió muy normal, hicieron la rutina de siempre. Al volver a casa mientras preparaban de comer, Aristóteles hablaba con su familia quienes lo felicitaban por el show en la campaña de Ubaldo. Todos demostraban lo orgulloso que estaban del chico. 

La videollamada finalizo ya que tenían que apurarse a comer, pues ese día el rizado entraría a trabajar con Diego. La comida fue tranquila, habían puesto un vídeo de una Youtuber sobre un caso misterioso en la televisión. Terminaron de comer, Temo se levantó y fue a arreglarse, los demás terminaban de hablar sobre teorías del vídeo

—¿Oigan ya no tenemos pasta dental? —llegó Temo a ellos.

—No, les avise antes de irnos a la uni —respondió Lota parándose de su silla—. ¿Vas a comprar una, por fi?

—Pues ya que, voy rápido —caminó hacia la puerta

—Espérame —pidió Diego y revisó cu cartera— Te acompaño

—¿Por qué? —cuestionó Aristóteles.

—Quiero comprar unas cosas para una mascarilla —sonrió— Relájate Celostóteles

—¿La del jitomate y pepino? —preguntó Carlota y él asintió

—No nos tardamos —dijo Diego antes de salir de casa

Aristóteles terminó de juntar los trastes de la mesa y pasarlas al fregadero, mientras Carlota los lavaba. Escucharon unos toquidos en la puerta

—¿Quién será?

—Tal vez olvidaron las llaves —contestó enjuagando un plato— No vi las que llevaran 

—Lo dudo, Temo siempre carga con ellas

Aristóteles se dirigió a la puerta con una sonrisa pensando que se trataba de su novio y amigo, pero estaba equivocado, quien estaba parado frente a la puerta era Thiago, quien al igual que el rizado tenía una sonrisa que se le borró al ver al otro chico..

—¿Tú qué haces aquí? —cuestionó confundido

—Pues, aquí vivo, ¿qué mas voy a hacer aquí? —contestó con obviedad.

—¿Cómo qué vives aquí? 

—¿Quién er... —iba preguntar Lota— ¡Thiago! —exclamó muy emocionada.

—¿Por qué no me dijiste que Aristóteles vive contigo? —cuestionó dándole un beso en la mejilla

—Te dije que necesitaba cubrir gastos, por lo tanto iba a compartir el departamento

—Si, pero no me dijiste que era con él

—¿Y cómo por qué te tiene que decir? —inquirió Ari

—Pues... Porqué... Porque cuido de ella y

—No tienes que preocuparte, Diego lo conoce, ademas nos llevamos muy bien, pero bueno ¿a qué se debe tu visita? —sonrió

—Ah si... De hecho venía por cierta información, pero esa información está aquí. Mi manager quiere conocerte —dijo muy serio y miró a Aristóteles

n/a

¡Hola, hola!

Ya mucho tiempo sin actualización, una disculpa.

¿Qué creen que pase con Lota? ¿Qué tan bueno creen que será que Santiago quiere conocer a Aristóteles? 

¡Nos leemos en el próximo capítulo, bye!

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