Capitulo IX

Aristóteles estaba sentado en una de las sillas del comedor, frente a él estaba su celular recargado a un vaso con jugo, estaba en una videollamada con todos los Córcega, su madre le había dicho que estaba desayunando con ellos y decidió hablarles, pues tenía mucho que no lo hacia.

—Ari, cantaste increíble —habló Julieta

—Que bueno que les gustó y que ya vieron el vídeo —sonrió

—La abuela nos citó a todos para verte —dijo Robert antes de meterse un pedazo de sandía a la boca

—En cuanto le dije que me habías mandado el vídeo comenzó a llamar a toda la familia para verte —explicó Polita— hasta los Rey y López estuvieron aquí

—¿Por qué no me sorprende? —dejó salir una pequeña risa— ¿Cuál fue su canción favorita?

Todos empezaron a hablar, diciendo los nombres de las canciones

—¡Silencio! —gritó Imelda a lo que hicieron caso— Amor Eterno, la canción es muy bonita y en tu voz sonó mejor

—Nos hubieses visto, estábamos a moco tendido —expresó Frida provocando las risas de los demás 

—Para mi, la última canción fue la mejor —habló Linda— Y el traje te quedaba muy bien

—Oye hijo ¿y cómo lo conseguiste? —cuestionó Blanca

—Ah, pues fue gracias a Diego, el amigo de Temo

—Mira, quien lo diría, el que menos te cae es el que te ayudó —habló Dave

—Ya intentamos llevarnos mejor

—Hola, buenos días —saludó Daniela llegando con uno de sus hijos en brazos, se percató del chico en la pantalla de la laptop— ¡Ay! Ari, ¿cómo estás?

—Bien muy bien, ¿y tú? ¿Y los trillizos? —sonrió

—Un poco enfermitos pero ya van saliendo, oye que buena presentación

—Dani —habló Eugenio— hija ¿y Gabriel?

Todos se quedaron callados, Daniela le explicó que su esposo ya había muerto. Linda decidió que era momento de terminar la videollamada, se despidieron y se dio por terminada, Aristóteles se quedó un poco triste, se dispuso a desayunar solo, mientras se mensajeaba con alguien

—¿Cómo estamos de tiempo? —cuestionó Temo

—Muy bien, podemos salir a buena hora —seguía mensajeando

—¿Con quién hablas? —se sentó a su lado

—Con Yolo, me está hablando del evento —intento sonreír

—¿Todo bien? —se sirvió agua caliente en una taza

—Sí, bueno no... Es que mientras hablaba con mi familia mi tío Eugenio preguntó por Gabo y pues si nos removió sentimientos, no sé, me gustaría ayudar un poco más a mi familia en momento así, pero ni sé como —lo abrazó y Temo correspondió al abrazo.

—¿Por qué no vamos a Oaxaca un fin de semana? Tal vez te sientes así porque ya llevamos casi 3 meses sin verlos

—Estaría bien, hay que checar nuestros tiempos para poder ir de visita, la verdad si los extraño mucho —hizo una mueca.

—Vamos a ir, te lo prometo

Carlota y Diego salieron de su habitación, el chico tomó asiento y sirvió café, mientras Lota se dirigió a la entrada para ver si ya habían dejado el sobre referente a la renta y así fue, ya había un sobre ahí, lo tomó, abrió y comenzó a leer lo que venía

—¡¿Qué?! —dijo casi en un grito

—¿Qué pasa? —los 3 chicos se levantaron y fueron hacia ella

—¡Nos subieron la renta! —expresó muy sorprendida

—¿Es mucho? —cuestionó Diego. Cervantes les mostró la hoja— ¿Qué es esto?

—¿Pero, por qué tanto? —preguntó Aristóteles

—No nos avisaron que subirían la renta —Temo tomó la hoja

—Si lo hicieron, ó sea, la señora Dora me lo dijo a mi, pero no pensé que fuese tanto

—Lota, nos hubieses dicho para organizarnos mejor —dijo Ari

—Lo sé, perdón fue un gran error mío

—Bueno, hoy nos pagan a nosotros —expresó Temo— vamos a ver que podemos hacer con eso, porque también hay surtir la despensa

—Y tenemos otro problema —habló Diego ganándose las miradas de sus amigos— El auto se descompuso

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Ari.

—No sé, ayer con trabajos llegué a la entrada de la privada y ya no quiso prender —expresó con preocupación.

—¿Lo dejaste afuera? —siguió Lota.

—¡No, no! El vigilante y uno de los vecinos me ayudo a empujarlo y meterlo, creo que fue un milagro que haya podido llegar

—¿Y ahora qué haremos?

—Pues tenemos que apurarnos para no llegar tarde a clases —contestó el López

Se sentaron a desayunar mientras platicaban de como solucionarían esa mala racha, descartaron el pedir dinero a sus papás, empezando por Aristóteles.

Al terminar de desayunar tomaron sus cosas y salieron de la privada para dirigirse a la universidad, otro gasto que tenían que contemplar eran los pasajes tanto a la universidad como a sus empleos.

Mientras iban en el transporte, Lota y Ari iban sentados y Temo junto a Diego iban parados (en ocasiones se turnaban para sentarse) el ambiente era amenizado por las canciones nada actuales por el chófer. Cada uno de la familia elegida iban sumidos en sus pensamientos, hasta que el de ojos verdes reaccionó, quiso hacer reír a sus amigos y de paso pelear un poco con Ari, espero el momento de la canción y tocó el hombro del rizado quien lo miró

—¿Quién como tú que día a día puedes tenerle? —pasó su brazo por los hombros de su amigo— ¿Quién como tú que sólo entre tus brazos se duerme? —fingió llorar— ¿Quién como tú? —recargo su cabeza en el hombro de Temo

—Te voy a patear, idiota —susurró. Mientras sus amigos, novio y algunos pasajeros chismosos reían.

—Todavía que básicamente te estoy diciendo que te envidio, te pones agresivo, que feo que seas así —entrecerró los ojos y negó

—Ya te conozco

—Anormales —dijo en voz alta un señor que estaba sentado atrás de Lota

—Chismoso —contestó Diego

El señor prefirió ignorarlo y agradecieron eso, no querían tener un problema, mucho menos que alguien expusiera eso y llegará a Ubaldo.

Después de varios minutos legaron a la universidad, Temo estaba a tiempo de llegar a su clase, así que se despidió de su novio y amigos para después irse corriendo, mientras que los demás se fueron a la biblioteca.

...

Dora y Nora llegaron muy apuradas para abrir la farmacia, ya eran casi las 12 de la tarde, Ubaldo les pidió que estuvieran con él en un evento, por lo que no se podían negar.

—Sigo considerando lo que te dije hace semanas —dijo al ya estar adentro del local.

—¿Qué cosa? —dejó sus cosas detrás de el mostrador

—Contratar a alguien para que abra o se quede a cerrar cuando tengamos compromisos, perdemos mucho dinero y no nos podemos dar esos lujos

—Estás diciendo que no tenemos dinero pero piensas pagarle a alguien

—Después veremos eso

—¿Y cómo que persona te gustaría que trabajara acá?

—Los jóvenes no me dan confianza, así que me gustaría que fuese alguien de nuestra edad.

La puerta fue abierta y un niño que Nora podía reconocer entró muy sonriente, la mencionada se puso nerviosa, el niño tomó un chocolate de un estante y se dirigió con ella para pagar. Dora dejo salir una pequeña sonrisa que se convirtió en una mueca de tristeza y dio media vuelta para ponerse una bata color azul.

—¿Sería todo?

— Sí, volveré más tarde por otro —sonrió mostrando sus dientes y dejando ver un hueco entre ellos, lo que hizo sonreír a Nora y a la vez sentir ternura.

—Te esperaré —le entregó el chocolate

—Hasta luego, señora Nora —tomó la barra y salió corriendo

—¿Entonces estás de acuerdo en contratar a alguien?

—Lo esté o no, harás lo que quieras —alzó sus hombros y tomó su bata para colocársela. 

Dora sonrió, sin imaginarse quien llegaría a esa tienda.

...

La clase de Temo había terminado estaba por salir hasta que alguien se lo impidió

—Temo, Temo, espera —lo llamó Perla

—Hey, ¿qué pasa? —la miró con una sonrisa

—Me da un poquito de pena, pero —le dio una bolsa de regalo— ¿Se lo podrías entregar a Ari? —Temo la miró— Es un regalo de parte del club de fans del que soy parte, es una forma de felicitarlo por la presentación que tuvo.

—¡Oh! —tomó la bolsa sonriendo— Claro, pero ¿por qué no se lo das tú?

—Es que ya me tengo que ir, no me puedo quedar más tiempo, sino encantada, ojala le guste, son unas cartas y una revista en la que salió no sabemos si ya la teng —la interrumpió

—¡¿Salió en una revista?! —dijo casi en un grito

—Sí, pensamos que lo sabían, es una nota muy corta, pero creemos que es algo importante

—¡Wow! Si yo me acabo de emocionar, él se me va a desmayar —ambos rieron

—Bueno, aparte de eso, también hay dulces, ojala le... Les gusten

—Muchas gracias Perla, le va a encantar —le dio un abrazo— agradéceles al club

—No es nada, yo les digo, nos vemos mañana —le dio un beso en la mejilla y salieron del salón para después cada uno tomar su camino.

Temo no espero mucho, aprovecho para retomar la canción que escribía, la había dejado por el trabajo y estudios, sacó la libreta donde la estaba escribiendo, la leyó muchas veces e intentaba escribir hasta que un grito los saco de su pensamientos.

—¡Temo! —gritó Diego mientras corría hacia él, detrás del chico iba Aristóteles— ¡Ayúdame!

—¿Qué pasa? —se levantó para interponerse entre ellos

—Amor, hazte a un lad —vio la bolsa de regalo— ¿Y eso? ¿De quién es?

—¿Acaso Temo tiene un admirador secreto? —cuestionó Lota y Aristóteles frunció el ceño

—Pues eso creo, cuando llegue a mi salón estaba en mi lugar con una nota

—¿Qué decía la nota? —dijo Diego casi riendo por la cara del Córcega.

—Sólo me deseaba un buen día y palabras más, palabras menos 

—Ah, pues que bien, ¿y como se llama el supuesto admirador?

—Gonzalo

—Ah mira... Así se llama uno que va a amanecer golpeado —lo abrazó. Lota y Diego comenzaron a reírse más fuerte.

—Agresivostóteles al ataque —dijo Diego

—Es broma, mi amor, es para ti, de tus fans —le dio el obsequio con una pequeña risa.

—¿Para mi? —se separo del abrazo

—Sí, Perla me lo dio, ábrelo —el chico tomó la bolsa y estaba casi por romperla—¡Espera! Te voy a grabar para mostrárselo

Sacó su celular, abrió la aplicación de cámara y pulsó el botón de grabar, Ari abrió la bolsa y lo primero que vio fueron las cartas

—Ay, son muchas, las voy a leer al rato, gracias... ¡Uy, son dulces! —tomó una picafresa— ¡Me encantan, muchas gracias!

—Que nos va a compartir, dice —habló Diego

—A ti no... ¿Una revista? —la sacó de la bolsa y leyó un post-it que venía pegado— Ve a la pagina 23 —abrió la revista y buscó aquella pagina al encontrarla le dio una rápida leida— ¿Y a mi qué me importa lo que hizo Julián Gil por su hijo Mati... —calló, abrió su boca en "o", miró a Temo y él sonrió

—¿Qué dice?

—¿Fue muy sorprendente lo que hizo Julián? —preguntó Diego metiéndose un dulce a la boca.

—¡Escuchen esto! ¡Tenemos un nuevo artista, se llama Aristóteles! El joven se presento en un evento político, haciendo una presentación increíble, esperamos saber más de él ¡¿Escucharon eso?! Véanme, salgo aquí —expresó con mucha emoción 

—¡Vivo con un famoso! —gritó Ortega

Ari abrazó a Temo, agradeció por el regalo y terminó de grabar. El rizado no podía su alegría, volvieron a casa, donde de inmediato sacó su celular y llamó a su mamá contándole de lo sucedido quien se emocionó con él. 

Más tarde cada uno de la familia elegida ya se encontraban en sus trabajos.
Diego era muy feliz con los perros que sacaba a pasear, se desestresaba bastante que consideraba en adoptar a un perro, pero no sabía si su tía se lo iba a permitir.

Aristóteles le iba bien, aunque Benito seguía siendo muy grosero con él intentaba prestarle la menor atención posible, le funcionaba. 

Mientras que con Lota no había algún cambio, pero el trabajo aumentaba y al menos Victor ayudaba un poco más y ya había aprendido varias cosas de la chica. Por el lado de Temo, Elsa seguía siendo dura con él, pero lo sabía sobrellevar, al igual que la frialdad de Mateo, quien en su primera oportunidad lo atacaba, pero Temo prefería no pelear, así que sólo lo ignoraba.

La noche había llegado y con ella la hora de salida de los chicos, Temo guardó sus cosas y salió de ahí no sin antes despedirse de Elsa, se dirigió al piso donde estaba Carlota, al llegar se dio cuenta que ya guardaba sus cosas

—¿Ya nos vamos? —preguntó Temo a su amiga

—Sí, espérame —colgó su mochila tras su espalda— Sólo voy por mi pago 

—Vale, te espero

Sacó su celular y mandó unos mensajes a su novio avisándole que ya iba a salir, guardó el movil, mientras cantaba bajito parte de su canción

—No haré ni una pregunta, no veré ni el camino —comenzó a cantar en voz baja— Tú me dices que puerta es la que lleva a la luna y yo me escapo contigo

—Cuauhtémoc, aun no te vas —escuchó a Mateo

—Hey, no, estoy esperando a Carlota

—¿Fue por su pago? —Temo asintió— ¿Y que tal va el intento de independizarse?

—Va... Va bien

—Debe ser difícil para ti, ¿no?

—No y no sé porque lo dices

—Fácil, no debes estar acostumbrado a las carencias, viviendo con tu papá sólo estirabas la mano y solucionabas tus problemas

—Tal vez a ti te acostumbraron a eso, no es mi caso, mi papá nos hizo entender que no podemos despilfarrar el dinero en cualquier tontería y

—No cree que hayas pensado en eso cuando gastaste tanto dinero en un anillo para Aristóteles, porque sabemos que 3 pesos no costó, tal vez por eso él sigue contigo —López lo miró intentando entender lo que el judío decía—Teniendo tanta escasez, de pronto llega quien le solucione sus problemas

—No sé que tanto sepas de nuestra vida y tampoco sé porqué, pero no estás bien informado, el dinero no es algo que nos una a mi novio y a mi

—Eso dices, pero el tiempo me dará la razón, como dicen coloquialmente... Con dinero baila el perro

Temo iba a contestar, pero Lota llegó —Vamonos, Temo —dijo muy seria su amiga y paso de largo

Temo no se despidió del judío y siguió a la chica, le cuestionó si todo estaba bien, pero ella lo ignoró, todo el camino a casa fue silencioso, el toluqueño estaba muy confundido, al llegar a su hogar, entraron no sin antes saludar al vigilante.  Entraron a su casa, prendieron las luces, abrieron un par de ventanas pues hacia un poco de calor.

Se sentaron en uno de los sofás, Lota tenía en sus manos una calculadora, Temo tenía una libreta y una pluma

—¿Tu pago está completo? —por fin habló Cervantes.

—Creo... Me descontaron el día que falte, pero creo que un poquito más, ¿por?

—Es que yo no falte y sin embargo me descontaron mucho —le mostró

—¿Y preguntaste el por qué? —cuestionó confundido

—Sí, obvio, pero sólo me contestaron que era todo

—Deberías hablar con Ubaldo, eso está muy raro y no está bien, tú siempre haces el trabajo y no te dan lo que mereces

—Pero por lo mientras ya nos fregó —suspiró y comenzaron a hacer las cuentas— No creo que nos alcance para pagar la renta

—Debemos esperar para el sueldo de Ari y Diego

Dejó el dinero en la mesa, mientras hacían una estrategia para poder ahorrar dinero, pero les era casi imposible. 

—Hola, hola —entró Diego a la casa y dejó sus llaves un cajón de uno de los muebles— ¿Cómo están?

—¿Dónde estabas? —cuestionó Cervantes

—Fui a pasear perritos —contestó con una sonrisa

—¿Te pagaron? —preguntó su amigo

—Sííí —dejó un par de billetes en la mesa y Temo apuntó en su libreta— También estoy bien, gracias por preguntar —los chicos se disculparon— ¿Cómo vamos?

—Ya casi completamos la renta, falta la despensa, sólo esperamos el pago de Ari, tal vez con eso salgamos

—Y también falta tu auto —miró al ojiverde

—Podemos sobrevivir un par de días sin el, ya veremos como le haremos, tranquilos, ya se me ocurrirá algo

—¡Ay, Diego! Tú no tienes necesidad de sufrir por estas cosas

—Tú tampoco, amigo. 

—Pero querían independizarse, ¿no? —habló Lota riendo un poco

—A mi me dijeron que podía tener más libertad para conocer gente sin remordimiento alguno y ni me dejan meter a nadie

—A mi también me dijeron que iba a tener más libertad e iba poder disfrutar más mi relación y sólo nos vemos un par de horas al día por andar trabajando y estudiando —hizo un leve puchero y después miró a su amigo

—Esos bastardos nos mintieron —dijeron al mismo tiempo Tiego.

—Son unos tontos —negó la chica, se levantó del sofá y caminó a la cocina— ¿Qué vamos a cenar?

—Interesante pregunta —habló Diego

Temo se sentó frente a la mesa y mientras sus amigos comían él se dedicó a terminar su tarea y de paso podía esperar a Ari para cenar juntos. Aunque no se podía concentrar del todo por su "plática" con Mateo. Carlota se fue a su habitación a tomarse una de las pastillas que Diego había comprado, para ella pues la tos la volvía a atacar, Diego se quedó en la sala buscando algo para ver en televisión.

—Diego —lo miró

—¿Qué pasa? —dijo sin verlo

—¿Le llegaste a contar algo a alguien del anillo que le di a Ari?

—¿Cómo? —pausó lo que miraba.

—Quiero decir que si le dijiste a alguien de cuanto costaba el anillo que le regale a Aristóteles en su cumpleaños

—No, ¿por qué? —lo miró confundido

—Simple duda, sigue en lo tuyo

Temo volvió su mirada a su libreta y Diego a la televisión, después volvió Lota ya con su pijama puesta, se sentó a lado del ojiverde, recargando su cabeza en su hombro.

Temo estaba por terminar su tarea cuando la puerta fue abierta y por esta entró Aristóteles que además de su mochila llevaba con él una bolsa

—¿A qué se debe que los encuentre aquí? Eso casi nunca pasa —cerró la puerta

—Tenía tarea por terminar y aproveche para esperarte —Ari caminó hacia él y le dio un beso en los labios, no sin antes darle un zape a Diego. Después dejó la bolsa en la mesa

—Vuelve a pegarme y a ver quién te lleva a tu trabajo —dijo sobándose su cabeza— Yo quise hacerle compañía a Temo, supongo que Lota igual

—¿Y esa bolsa? —le cuestionó su novio guardando sus cuadernos en su mochila.

—Les tengo una noticia, entre mala y buena —suspiró y se sentó en una de las sillas

—¿Te corrieron? —preguntó Diego casi en un grito y pausó su serie.

—¿Qué? —la chica despertó muy asustada— ¿Cómo que te corrieron? ¿Quién y por qué?

—¡No! No me corrieron, tranquila —habló muy rápido— Aunque, tal vez este en riesgo, pero eso es otra tema... Me pagaron, pero no completo

—¿Por qué? —López caminó a la cocina para servirse de cenar.

—Lo que pasa es que no se vendieron los platillos correspondientes, ejemplo se piden ciertos cortes de carne para que se venda el fin de semana, sino se venden tenemos otros 2 días para que salgan y si eso no pasa, ya es comida que no se puede vender, por lo que es perdida para el restaurante y nos lo cobran, así que básicamente nos pagaron con comida. No sé si pueda pagar mi parte correspondiente de la renta .

—Mas salados no creo que podamos estar —Lota echó su cabeza hacia atrás

—No hay que retar a la vida —habló el de ojos verdes.

—¿Por qué? —preguntó Ari

—Pues a Lota y a mi nos descontaron un poco más de lo debido —Temo dejó un plato con cereal frente a su novio quien le agradeció.

—Al menos por comida no nos debemos preocupar —señaló la bolsa— y tranquilos, yo puedo dar lo que falta para la renta

—Tenemos que arreglar tu auto, Diego, los pasajes hacen que gastemos más

—Lo sé, pero como se lo dije a Carlota y Temo ya me se ocurrirá algo. Sólo es una mala racha, no sabíamos que nos iban a subir tanto la renta, hay que saber organizarnos y saldremos.

Aristóteles les entregó el dinero para la renta y Diego completó lo que faltaba. Al terminar se fueron a sus habitaciones, Aristemo se pusieron sus pijamas y al acostarse se acurrucaron al momento, tal vez esa era su parte favorita, terminar un día pesado con la persona que uno ama y sentirse protegido estando en sus brazos, eso era la gloria para ellos.

—Oye, ¿por qué dijiste que te podían correr? ¿Benito está molestando de nuevo?

—Ese wey nunca deja de molestar, pero no es por él... Tal vez Leticia sea movida a otro restaurante y dicen que la persona que ocupara su lugar, no es muy amable como lo es Lety y tal vez los que estudiamos seamos los primeros que despidan. No sé que haré si eso pase

—Tranquilo Tahi, hay que confiar que eso no va a suceder y si pasa, te ayudo a buscar otro trabajo, que crezcas como influencer, no sé, pero no será algo grave, como lo hemos dicho, vamos avanzar, pero juntos.

—Eres increíble, Cuauhtémoc López, en momentos así me pregunto qué hice para merecerte—dejó un beso sobre su mano.

Temo comenzó a pasar su dedo indice al rededor del anillo que le había regalado, las palabras de Mateo ya no seguían en su mente, tenía algo claro no se arrepentía de habérselo dado

—¿Qué pasa?

—Nada —sonrió— Sólo recordaba lo que te prometí cuando te lo entregue

Eso de inmediato hizo sonreír al de rizos 

—A mi no se me olvida y mucho menos lo que te dije... Algún día yo te voy a dar uno y va a significar otra cosa

Se dieron un corto beso y en la famosa pose de "cucharita" se quedaron dormidos.

Los días pasaron, con ello un poco de las carencias que tenían iban terminando, aunque no podían cubrirlas por completo, pero era un avance.

Era miércoles por la tarde, Temo había llegado a trabajar y en las escaleras se encontró con Ubaldo

—Buenas tardes, señor

—Hola Temo, ¿que tal la universidad?

—Todo va muy bien

—Que bueno, ya sabes que cualquier cosa estoy para ayudarte

—Muchas gracias — sonrió.

—¿Crees que pueda ver a Aristóteles en una hora o está trabajando?

—Es su día de descanso, pero no sé si esté ocupado, si me da un minuto le puedo llamar

—Adelante, mientra iré a ver que pendientes tengo

Temo sacó su celular, buscó entre sus contactos a su novio y al encontrarlo lo llamó.

Minutos antes Aristóteles se encontraba con Diego estaban sentados en un extremo del otro de uno de los sofás, cada uno estaba en el celular, pero tenían la televisión encendida para que les "hiciera compañía"

—Oye —Diego bloqueó su celular

—¿Qué quieres? —no le prestó atención.

—¿Y si empezamos con lo de mi canal?

—¿Neta? —bajó su celular y Diego asintió— Sí, si quieres

—Ok, ¿con qué empezamos?

—Pues pensando en tu saludo inicial y en alguna idea para grabar tu vídeo de presentación, creo que seria una buena opción

—¿Cuál vídeo?

—La mayoría tenemos un vídeo que habla del contenido que tenemos en el canal de no más de 2 minutos, por ejemplo, en el mío, yo me presento y les explico que es lo que encontraran, como música, covers, vlogs, retos. Les doy mis redes sociales y les pido que se suscriban, pero se tiene que ver muy llamativo, ¿me explico? ¿Qué es lo que quieres hacer ?

—Ok... Pues como te había dicho, tengo en mente como un noticiero, en ocasiones tags o retos, algún vlog

—¿Y tu saludo?

—"Hola, ¿cómo están?"

—¿Neta? Algo más poderoso

Su platica se vio interrumpida por una llamada al celular de Diego, se trataba de Marcos, un mecánico al que había contactado para que revisara el auto, por ordenes de su tía Dora,tenían que estar afuera mientras aquel "extraño" estuviese ahí, pero eso no impidió que siguieran ensayando el saludo.

—¡Ya sé! Espérame —entró a la casa, se dirigió a su habitación y tomó una corona, después volvió con el rizado

—¿De dónde sacaste eso? —preguntó curioso.

—Es de Lota, de sus XV años, sólo es para mostrarte como podría ser el primer vídeo

—Ok

—Imaginemos, tú eres la cámara, dos segundos después yo volteo y digo un  "The bitch is here...¡Hola yo soy Diego y bienvenidos a mi primer vídeo!" Algo así, no es lo definitivo y debo buscar una corona que sea muy a mi estilo, pero es como la idea —habló muy rápido y con mucha emoción

—Mmmm me gusta, pero —se vio interrumpido— Espera, es Temo —aceptó la llamada y se alejo del chico— Hola guapo

—Tahi, ¿dónde estás?

—Aquí en casa, ¿por qué?

—Ubaldo te quiere ver

—¿Para qué?

—Excelente pregunta —ambos rieron— No, no sé, pero te quiere ver en una hora

—Es que acaba de llegar un mecánico a checar el auto, no se podrá mejor a la hora de tu salida y así ya regresamos juntos y con Lota, obvio 

—Déjame preguntar —Ubaldo aceptó, pues había olvidado una reunión— Dice que te espera a las ocho, así que te veo más tarde

—Alla nos vemos, te amo

—Y yo a ti —terminó la llamada, caminó hacia el mayor— Aquí estará en unas horas

—Perfecto, hijo, muchas gracias... Por favor llévale esto a Elsa —le extendió un par de hojas— Y dile a Mateo que quiero preguntarle unas cosas, lo veo en mi oficina

Temo tomó los documentos y salió de la oficina, llegó con Elsa donde se encontraba Mateo le comunicó que Ubaldo lo quería ver, así que no lo espero mucho para ir a la oficina del político, tocó la puerta y entro al escuchar "Adelante"

—Me dijo Cuauhtémoc que me quería ver, señor —se paró frente al escritorio.

—Sí, sólo quiero informarte que hoy viene Aristóteles, a la hora de su salida, te lo informo porque no veo que avances en tu misión

—Hago lo que está en mis manos

—Pues es casi nada

—Yo no lo veo así... ¿Para que viene?

—Olvide pagarle su presentación de la fiesta mexicana —giró su silla dándole la espalda al judío.

—Pero señor eso les ayudara en sus problemas, no los hará más grande y

—¿Perdón? —giró para mirarlo— ¿Te pedí tu opinión?

—No, una disculpa. Pronto tendrá avances —dijo muy serio.

—Eso espero, ahora vete

Mateo obedeció y salió de la oficina, tenía que pensar en que haría, por lo menos hacer enojar a Aristóteles.

El tiempo paso rápido, cuando menos se dieron cuenta el reloj ya marcaba las 8 de la noche, no había mucho trabajo, así que Elsa dejó que se retiraran. Temo guardó sus cosas y se quedó esperando a su novio, quien ya le había mandado mensaje para decirle que se encontraba con Ubaldo. Un par de minutos después su novio salió de la oficina muy sonriente.

—¡Tahi! — se dieron un abrazo.

—Hola, ¿qué pasó? ¿para que te quería ver?

—Me dio mi pago por mi presentación en la fiesta, no sé cuánto sea, pero espero que nos ayude con los gastos

—¡Amor, que bueno! —sonrió

—¿Ves? No tuvimos que pedirle prestado a tu papá o hermanos, Ubaldo cayo como del cielo con este dinero

—Vaya... —Mateo llegó trás de Ari— ¿Acaso ya tuviste que recurrir al ex suegro para poder cubrir los gatos que Aristóteles no puede cubrir, Temo?

—Mateo, por favor —tomó la mano de Aristóteles

—¿Perdón? —el rizado dio me dia vuelta para poder mirarlo.

—Que difícil debe ser para Temo vivir contigo, de tenerlo todo a tener casi nada, porque no puedes ofrecerle más

Mateo lo había logrado, hizo enojar a Aristóteles, no pensó que le fuese tan fácil.

—¿Y a ti que te importa lo que yo pueda o no ofrecerle a mi novio?

—Ari, no, cálmate —habló Temo y se paró frente a él.

—Tranquilo Aristóteles —miró como el oaxaqueño cerró sus puños— Escucha a tu novio. Es una lástima que sólo le puedas ofrecer violencia, ¿así son todos los provincianos? ¿Todo lo arreglan a golpes? ¿A donde fuiste a caer, Cuauhtémoc? Teniendo todo con Diego

—Ari, veme, no le hagas caso

—Si deberías —guiño su ojo y se fue 

Si Temo no estuviese estado frente al rizado este se le hubiese ido a los golpes a Mateo.

—Me hubieses dejado que le diera un buen golpe

—No, eso era lo que él quería, provocarte —se masajeo los hombros

—Aunque admito que tuvo un poco de razón... —guardó el sobre en la mochila de su novio e hizo una mueca

—¿Perdón? —lo miró confundido

—Pues sí, no tendrías porque estar sufriendo de este tipo de escasez 

—Escúchame bien Aristóteles Córcega Castañeda —habló muy enojado— Yo elegí, según tú, sufrir esto, porque quedamos que íbamos a salir adelante juntos y para tu información, no, no estoy sufriendo, soy muy feliz y sin duda alguna lo haría las veces que sean necesarias para estar junto a ti y he vivido peores cosas, que creo que no es necesario que te las vuelva a contar, ¿verdad? —tomó su mochila, dio media vuelta y comenzó a caminar en busca de su amiga

—Perdón... Temo... —caminaba detrás de él— Oye, perdóname 

—Ay, perdón por hacerlos esperar —dijo Carlota al encontrárselos de frente— ¿Qué pasa?

—Nada, que Aristóteles es un idiota, vamonos

—¡Oye!

—¿Qué le hiciste? —cuestionó la chica viendo de manera amenazante.

—Dije una estupidez, ya me disculpe, pero no me perdona

—Y si no vienes a abrazarme mucho menos lo voy a hacer —siguió caminando 

—Eres un dramático —Temo iba a alegar, pero corrió y lo calló de un beso.

—Son unos cursis —dijo Lota, con una sonrisa— Y bipolares

Salieron de ahí, pidieron un uber, en menos de una hora ya estaban entrando a la casa.

—... Besame una y otra vez, labios de mieeeel —entraron cantando, mientras Ari sostenía su celular enfrente de ellos, grabando para su instagram. 

—¿Que necesidad de despertar a uno de esa manera? —dijo Diego con los ojos entrecerrados— Y con una canción tan fea

—Cállate, que vi que la tenías en una playlist —se defendió el oaxaqueño.

—Sueñaaas... —rodó los ojos— ¿Para que te quería mi papá? 

—Me pago por lo de la fiesta, ahorita vere cuánto es

—¿Qué te dijeron del auto? —cuestionó la chica a Diego, mientras se dirigía a la cocina

Aristóteles abrió el sobre, mientras los demás platicaban sobre lo que el mecánico le había dicho a Diego, hasta que interrumpió la plática.

—Diego —llamó Ari

—¿Qué?

—¿Cuánto nos está cobrando por arreglarlo?

—3200 pesos

—¿Por qué tanto? —cuestionó Temo

—Pues ya te dije, le salieron más desperfectos y como lo usamos todos los días, dijo que es mejor arreglarlo de una vez

—¡Lo tenemos! —habló el rizado muy emocionado.

—¿Qué tenemos? —preguntó la chica

—Mi pago fue de 4500, podemos arreglar el auto y comprar un par de cosas que ya hacen falta —dijo muy sonriente

—No Aristóteles, ese es tu dinero y tenemos que pagarlo entre todos —habló Carlota

—¿Somos una familia, no? Y como lo has dicho, es mi dinero y yo decido que hacer con el —abrazó a Temo

—Mejor, sólo paga lo del auto, quédate con lo demás —dijo su novio

—O guárdalo, por si tenemos una urgencia —habló Diego

—¡Eso, lo que dijo Diego! —se sentó en uno de los sofás— ¿Qué hace mi corona aquí?

—¡Ah! Perdón, yo lo saque —sonrió anagelicalmente.

—¿Para?

—Estaba ensayando algo con Aristóteles

—¿Qué cosa? —miró a su novio y amigo.

—Voy a ser YouTuber —expresó con una sonrisa.

—¡¿Qué?! —expresaron Cervantes y López muy impresionados.

n/a

¡Holaaaaaaaa! ¿Cómo están pasando esta cuarentena?

Lávense sus manitas al terminar de leer este capitulo, usen gel antibacterial y quédense en sus casas, como se quedaron esperando los besos Aristemo en MMT+F. Les amamos.

¡Nos leemos en el próximo capítulo, bye!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top