08. Only you
2 meses del accidente.
Yolo estaba en el edificio Córcega, veía como Audifaz hablaba con alguien, veía muy borrosa la cara de la otra persona, pero supo que era su papá, de pronto escuchaba un "Mi hija puede acompañar a Ari", eso le dolía a la chica.
Ahora Yolo estaba en un antro con Ari, ambos bailaban, después veían a 2 personas, se decían unas cosas y al momento de acercarse todo se desvaneció.
Se encontraba sentada junto a otras 3 personas que no podía reconocer, veían la televisión, era su mamá dándoles un mensaje, decía que los abandonaba.
Le gritaba a su papá que se quería quedar en Estados Unidos y que él tenía la culpa de lo sucedido.
Risas.
Llantos.
Gritos.
Alguien diciendo que se pusieran el cinturón de seguridad, de pronto un gran estruendo, no podía ver nada, estaba todo negro, sólo podía escuchar que alguien pedía que no le hicieran nada, un gran golpe en su abdomen.
De nuevo gritos.
"—Sólo cumplo mi venganza, Blue"
Escuchaba como la llamaban.
—Hey, Yolo, Yolo reacciona, despierta—abrió los ojos encontrándose con Aris muy asustado— ¿Estás bien?—ella negó y lo abrazó.— Tranquila, estoy aquí, todo está bien, sólo fue un sueño
—No estoy segura de que fue todo lo que soñé—dijo llorando— No quiero decir que fueron recuerdos, porque no lo sé, pero todo lo sentí muy real
—¿Me quieres contar?
—No sé si tenga un orden o que, pero...
Yolo le contó todo lo que soñó, de verdad estaba muy asustada. Aristóteles sabía que tenían que buscar a un especialista, no podía esperar a que sus padres lo hicieran, estaban perdiendo mucho tiempo. Yolo se quedó dormida en los brazos de él, sacó su celular y en nota de voz grabó casi todo lo que ella le había contado, tal vez podía ser importante y no simples sueños. Poco a poco él también se quedó dormido.
Fueron despertados por Ariana quien les decía que pasaría por ellos para ir a desayunar y comenzar a entregar las invitaciones, se levantaron con mucho pesadez y Yolo seguía muy confundida con todo lo que había soñado, se alistaron, 30 minutos después estaban en la cafetería de una plaza desayunando y escuchando todo los planes de la madre de Yolotl, fingían ponerle atención, a ninguno les importaba.
Tenían que admitir que se estaban tomando un poco de cariño, pero no para casarse.
—Vi una blusa muy bonita en la tienda de enfrente, voy a comprarla, mientras ustedes pueden ir a caminar, o si quieren pueden esperar aquí
—No, prefiero caminar—se puso de pie Ari
—Yo... Voy con él
—Me parece perfecto—dijo con una gran sonrisa.
Los chicos salieron de esa cafetería, iban en silencio, observando todos los lugares e intentando leer todo lo que podían, pues también se vieron afectadas en el aprendizaje, caminaban mientras veían un atuendo que le gustó a Yolo, terminaron chocando con alguien
—¡Ay, perdón!—se disculpó Rey
—¡Ari, Yolo! ¿Cómo están?—preguntó una señora de cabello castaño claro y rizado.
—Bien, bien, ¿y tú que tal...?—preguntó la ojiazul con una sonrisa y dando una pausa para que la otra persona contestará
—Grecia... ¿Ya se te olvido mi nombre?—dijo riendo
—¡Grecia!
—Se nos olvidaron muchas cosas—susurró el rizado
—¿Cómo?
—Nada —sonrió
—¿Están bien?
—Odio tener que aclararle esto a toda persona que nos saluda —suspiró enojado— Seré breve, perdimos la memoria, tuvimos un accidente, nos queremos morir y sigo sin saber nada de mi mamá, ok, tal vez lo último no te importa, pero lo quería decir.
—No lo puedo creer ¿cuándo pasó todo eso?—estaba muy sorprendida
—Año Nuevo—respondió la ojiazul
—¿Cómo van con las terapias?
—Es exactamente lo que nosotros queremos saber—Grecia los miró— No nos han llevado con nadie
—Eso es muy grave, tienen que hacer ejercicios, para que su cerebro siga trabajando, miren no son especialista en eso, pero les puedo ayudar un poco, si gustan podemos agendar una cita y tratar de ayudarlos e intentare contactar a un amigo que si es especialista y que los puede ayudar... Claro si ustedes quieren
—Pero, por supuesto, muchas gracias
—¿De dónde te conocemos?—cuestionó el chico.
—Fui maestra de ambos en la secundaria, les di psicología—sonrió y les entregó una tarjeta con su nombre y número— Y le ayude un poco a tu tío Eugenio—miró a Ari, el sólo se quedo callado— Hermano de tu papá, padeció de alzheimer
—Ah ya, bueno, gracias de nuevo —contestó Aristóteles guardando la tarjeta
—Supongo que eres amiga de la familia—habló Yolo
—Algo así
—Bueno, pues—abrió su bolsa y sacó una invitación— Te invitamos a nuestra boda
—¿De quién?—la tomó
—De nosotros—respondió Ari intentando sonreír
—¿Qué? Pero si ustedes son...
—¿Nosotros somos...?
—Hablamos después, ¿si? Ustedes llámenme y quedamos de vernos un día. —se despidió con un beso en la mejilla y después miró a Rey—Por cierto, no le digas tu mamá que me vieron, no tengo buena relación con ella, cuídense.
—Que raro fue eso—dijo Yolo viendo como se alejaba.
Siguieron caminando, después de unos minutos Ariana los llamó era momento de irse, se dirigieron al estacionamiento, la señora guardaba las bolsas de lo que había comprado sin darse cuenta que un carro llegaba a su lado y mucho menos se dio cuenta de quienes venían abordo.
Un Cuauhtémoc algo desanimado y una Paloma intentando distraerse habían llegado a la plaza, estacionaron el auto y bajaron, Temo iba metido en su mundo hasta que escuchó una risa, una risa que le era muy difícil de olvidar y que la podía reconocer a kilómetros.
Al voltear su rostro se iluminó, era su novio. Aristóteles junto a Yolo riendo, su corazón comenzó a latir.
Paloma por su parte estaba en shock, no podía reaccionar, claro que estaba emocionada de ver a Yolo, sus manos comenzaron a sudar, no podía dejar de verla, por lo que Rey la miró y le dio una sonrisa
—Ari—fue lo único que salió de la boca de López, el aludido lo miró y le sonrió
Ariana al darse cuenta de aquellas personas, abrió la puerta y les exigió casi a gritos que entrarán al auto, ellos no entendían nada, pero le hicieron caso.
Temo corrió hacia el auto. Ariana se puso frente a este
—A ti y tu amiga rarita, los quiero alejados de Aristóteles y mi hija
—Ustedes no es nadie para decirnos que es lo que tenemos que hacer y le exijo que me deje hablar con Ari
—Pues no se va a poder y sino quieres que arme un alboroto y te acuse de ladrón o algo, es mejor que te vayas
—Haga lo que quiera. Ari necesitamos hablar—golpeó el vidrio
Aristóteles no entendía nada, la señora Rey se puso a gritar, los policías no tardaron en acudir al llamado, tomaron a Temo, Ariana aprovecho para subirse al auto e huir de ahí, le pedían explicaciones, pero ella sólo les dijo "Les ocasionaron mucho daño" y dio por cerrado el tema.
Había sido un día de mucha confusión a causa de Grecia y Temo.
n/a
¡Hola! Espero que les haya gustado
¡Nos leemos en el próximo capítulo, bye!
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