Capítulo I
NACIMIENTOS
La noche era lluviosa, el rey cenaba con su esposa y su heredera, ambas con un enorme vientre que delataba el avanzado embarazo de amas mujeres, el año 114 D.C estaba por terminar y con él, también el largo otoño que había durado ya más de 3 años.
La cena fue tranquila, aun y cuando la tensión entre reina y Heredera se podía cortar con un cuchillo si filo, la armonía de la cena fue rota por la hija del rey con un grito de dolor agudo, como si de una competencia se tratara la reina también grito de dolor, ambas mujeres habían entrado en labor de parto como si de una broma pesada de la madre se tratara.
El torreón de Maegor se llenó rápidamente de parteras, la mitad se dispuso a atender el parto de la esposa del rey y el resto el de la heredera.
En los aposentos de la reina si bien se podía escuchar el ajetreo de un parto se sentía la calma, a fin de cuentas, la mujer ya había dado a luz tres veces antes y con 26 años Alicent estaba acostumbrada a los dolores del parto, por el contrario, la asustada princesa Rhaenyra de 17 años les estaba dando un gran dolor de cabeza a las parteras, la joven no se quedaba quieta y el dolor le impedía seguir las instrucciones que las parteras daban.
Aun así, luego de muchas horas al fin ambas mujeres dieron a luz a dos varones, la reina Alicent nombro a su cuarto vástago Daeron mientras la princesa Rhaenyra le dio a su primogénito el nombre de Jacaerys.
Pero la felicidad de la joven reina aumento al sentir nuevos dolores de parto, no uno, si no 2 príncipe en un solo parto, sin duda su esposo ahora le daría lo que más deseaba, nombraría a su Aegon heredero y a la mocosa de Aemma la enviaria a Diftmark con su marido.
Cuando escucho el llanto exigió rápidamente ver a su hijo, pero...su decepción fue enorme al ver a una niña, ella ya tenía una hija, una muchacha, una que sería la reina de Aegon, cuando ella sentara a su hijo en el trono, de que le serviría otra mocosa, con disgusto ordeno a las parteras no decir nada de la niña, una de sus doncellas les entrego oro a las mujeres por su silencio, también ordeno a su dama de más confianza dejarla en un basurero.
Una figura encapuchada salía de los aposentos de la reina, era la mujer con la misión de deshacerse de la recién nacida princesita, tenía cuidado de no llamar la atención, ver los ojos violetas de la pequeña niña la llenaban de culpa, como podía abandonarla a su suerte, si ella tuviera el dinero para mantener a la pequeña niña sin duda la cuidaría como a su propia hija, decidió que no podría dejar morir a tan inocente creatura.
En otro lugar del torreón de Maegor Elinda Massey salía de los aposentos de su señora, para llevarle el caldo de gallina que la más vieja de las parteras había ordenado para que la nueva madre se recuperara rápidamente. Mientras la doncella se encaminaba a las cocinas reales algo le pareció curioso, una mujer con un bulto en brazos cuidaba no ser vista, su curiosidad pudo más que ella y siguió a la misteriosa mujer.
Llena de intriga por lo que la mujer cargaba, Elinda se acercó lo más que pudo a la mujer y entonces los vio, los hermosos ojos violetas del recién nacido que llevaba en brazos.
-¿Como osas sacar a un miembro de la familia real de la fortaleza? ¿Planeas matarlo? Elinda se adelanto a la mujer hasta quedar frente a ella y frenar su paso.
-No, planeo llevarla a un lugar en el que esté segura
-¿Dónde una princesa Targaryen estaría mejor que en su palacio?
-Lejos de la mujer que me envío a matarla
-Es hija de a reina -Al fin comprendió Elinda
-Me temo que sí y para la reina una hija no es útil, no si ya tiene a la princesa Helaena
La más joven de las dos mujeres lo pensó un momento, una princesa Tragareyn lejos, seguramente terminaría en algún burdel, si era la mitad de hermosa que la mujer a quien servía.
-Dame a la niña, la llevare con mi señora-Estiro los brazos y la pequeña bebe que aún permanecía sin nombre le fue entregada- Estoy convencida de que mi señora la cuidara bien.
Elinda se dio la vuelta dispuesta a marcharse de regreso a la fortaleza roja, acuno bien al bebe en sus brazos, pero una voz la detuvo.
-Espera, si la reina se entera de esto me matara.
-No se enterará, la princesa Rhaenyra será discreta, te doy mi palabra- La mujer asintió y siguió caminando en dirección contraria, Elinda volvió a la fortaleza y con cuidado de no ser vista fue hasta los aposentos en los que la heredera se reponía del parto.
-Mi señora- Se inclino al hablar
-Elinda ¿Que llevas en los brazos?
Ante la pregunta la mujer se puso nerviosa, no sabía cómo reaccionaría la heredera ante tal acto, pero si sabía que no podían dejar que esta niña creciera en las calles de King's Landing. A fin de cuentas, la princesa podría pedirle a los Celtigar o a los Dayne que la criaran como un favor personal a la heredera al trono.
-Mi señora...es una hija de la reina, pero... una de las doncellas de su majestad la llevaba lejos por orden de su madrastra, creí que usted podría hace algo para ayudarla -Todo lo que recibió fue un silencio gélido proveniente de la heredera al trono.
Luego de lo que parecieron horas para Elinda la princesa de Dragonstone al fin hablo.
-Llamen a las parteras y preparen una bolsa de oro para cada una.
Todas las doncellas se apresuraron a seguir las ordenes de su señora y en algunos minutos las mujeres que habían asistido el parto de la delicia del reino atravesaron la puerta e hicieron una reverencia ante la heredera al trono.
-Señoras, las he llamado con la intención de saber si ya comunicaron a mi padre o alguien de su concejo del nacimiento de mi hijo
-No, mi princesa, planeábamos hacerlo por la mañana, solo se informó del fin de su parto, el único quien fue informado del nuevo príncipe fue su esposo ser Laenor- La mayor de las parteras fue quien hablo- ¿Desea que le comuniquemos al rey las buenas nuevas?
-No, deseo que hagan algo por mi...El día de hoy di a luz a mellizos un saludable príncipe y una hermosa princesa...Eso es lo que responderán ante el rey- Las damas al servicio de la hija del rey le entregaron a cada partera una bolsa de con varias monedas de oro y piedras preciosas-¿Puedo contar con que harán lo que les pedí?
-Por supuesto que si su alteza
-Entonces retírense
Las mujeres salieron tras una nueva reverencia, el silencio lleno los aposentos hasta que el llanto de la recién nacida princesa rompió el silencio, Rhaenyra pidió tenerla en brazos y Elinda, quien se había negado a soltarla, hasta conocer el destino de la niña, entrego al bebe a los brazos de su nueva madre.
Los ojos violetas de la heredera brillaron con amor puro al sostener a la pequeña entre sus brazos.
-Está bien, Esta bien-Mientras hablaba acerco a la niña a sus labios y dejo un suave beso en su frente- Gīda ilagon, gīda ilagon, aōha muñā iksos kesīr- El alto valyrio fluía con naturalidad de los labios de la princesa y la lengua ancestral logro calmar a la inquieta pequeña -Aōha brōzi jāhor sagon Maenyra...Llamen a mi esposo.
Pocos minutos después la recién nombrada princesa Maenyra cayo rendida, su madre la acomodo junto a su hermano e inmediatamente ambos niños se acercaron, aun estando dormidos, la madre de los pequeños durmientes se inclinó sobre la cuna que sus bebes compartían.
-Tú vas a cuidar de tu hermana Jace, siempre van a estar juntos, mis pequeños dragones, mis mayores tesoros.
La puerta fue abierta y el esposo de Rhaenyra la atravesó, su ceño se frunció al ver a Maenyra, las parteras habían dicho que su esposa había dado a luz a un niño.
-¿Quien es esa niña?
-Nuestra hija
-Rhaenyra...
-Alicent planeaba abandonarla a su suerte, no podía dejarla, ya hablé con las parteras, respaldaran mi historia con mi padre, Laenor, por favor
-¿Cuál es su nombre? Porque mi hija tiene un nombre ¿Cierto?
-Maenyra, su nombre es Maenyra
-Princesa Maenyra Velaryon, suena perfecto para mi
Rhaenyra sonrió ante las palabras de su esposo y lágrimas de agradecimiento rodaron por sus mejillas, Laenor dejo un beso en su frente con cariño.
-Ahora...ustedes tres deben descansar, te vere mañana para que le presentemos nuestros hijos al rey.
-Descansa
-Igualmente princesa.
Mientras todo esto pasaba, en los aposentos de la reina Alicentel príncipe Daeron no dejaba de llorar, las nodrizas habían intentado de todo al igual que la reina.
-¡HAGAN QUE DEJE DE LLORAR! -El grito de la reina hizo temblar los cristales de las ventanas en la habitación.
-Creo mi reina que se siente solo- Una de las doncellas se atrevió a hablar- Tal vez extraña a su hermana
-Cállate-La voz de la reina estaba contaminada por la ira- A cualquiera que vuelva a decir algo sobre ese estorbo le cortare la lengua y la enviare con las hermanas silenciosas.
Las mujeres se quedaron estáticas y siguieron tratando de calmar al pequeño principe.
A la mañana siguiente el rey rompió su ayuno e inmediatamente después llamo a las parteras que atendieron el parto de su querida Rhaenyra.
-¿Y bien? ¿Mi Rhaenyra dio a luz a un príncipe o una princesa?
-Dio a luz a un príncipe y una Princesa, la princesa de Dragonstone fue bendecida por la madre con mellizos mi rey
La felicidad del rey fue palpable, su Rhenyra ahora era madre de dos hermosos y sanos bebés, salió de sus aposentos en dirección a los de su hija, entró sin ser anunciado y se encontró a su primogénita con su esposo cada uno con un pequeño bebe en brazos.
-Mellizos -El rey se acercó a Rhaenyra y beso su frente antes de poner su atención en Jacaerys, quien estaba en brazos de mu madre- Tu mi niño serás rey algún día, después del largo reinado de tu madre tu Jacaerys te sentaras en el trono de hierro
-¿Y esa debe ser la princesa Maenyra? Sin duda heredo la belleza de su madre y abuelas
Rhaenyra sonrió a su padre quien estaba encantado con Jacerys, a quien llevaba en brazos.
-Debemos empezar los preparativos para celebrar el nacimiento de mis nietos inmediatamente
-Mi rey- Viserys fijo su atención en el padre de sus nietos- Me gustaría poder esperar a mi familia antes de presentar a mis hijos en la corte.
-Claro, cuando Rhaenyra de a luz a tu heredero espero recibir la misma cortesía de Lord Corlys.
Antes de que cualquiera de los padres pudiera responder la reina hizo acto de presencia y al ver a Maenyra en brazos de ser Laenor quedo congelada.
-Princesa, felicidades por sus hijos.
-Gracias mi reina e igualmente, escuche que me dio un nuevo hermano.
-Daeron, mi pequeño dragón es sano gracias a la madre.
Las dos mujeres entraron en una fría guerra de miradas, Alicent sabía que Rhenyra conocía su secreto y Rhaenyra estaba decidida a mantener a esa bruja lejos de su hija.
El rey se retiró con ya que su presencia era requerida en el pequeño concejo.
-Engañas al rey de esta manera. ¿Como osas jugar así con el corazón de tu padre?
-Y supongo que usted mi reina me delatara con mi padre.
-Disfruta a esa mocosa mientras puedas, Rhaenyra,
-No amenace a mi hija, Alicent.
La mirada furiosa de la reina cayó sobre su hijastra y se dio la vuelta para marcharse de aquel lugar, pero fue detenida por ser Laenor.
-Si quiere delatarnos a mi esposa y a mí ante el rey y exponer el origen de nuestra hija...Recuerde, quien ordeno abandonar a una hija del rey a su suerte fue usted y pregúntese, ¿Que es más grave ante el rey? ¿Mentir sobre el origen de un bebe inocente para darle la vida a la que estaba destinada u ordenar matar a la hija del rey? No se atreva a acercarse a mi hija Alicent o pagara las consecuencias.
La reina salió de aquel lugar humillada y enojada, tuvo que haber matado a la niña ella misma y así la mimada hija de su esposo no habrá metido las narices en sus planes.
Llego a sus aposentos y su hijo recién nacido lloraba, las nodrizas trataban de calmarlo, pero no lo lograban, no fue hasta que por orden del rey, su hijo fue llevado a conocer a sus sobrinos y como por arte de magia el llanto del Daeron paro cuando estuvo cerca de Maenyra, la hija de la heredera parecía atraída por su tío y al ver esto su mellizo, quien estaba en los brazos de su padre dejo escapar un grito que llamo la atención de Maenyra quien estaba en los brazos de su madre y de Rhaenyra estaba parada cerca de la mujer que llevaba a Daeron en brazos.
Ese día comenzó lo que años después se conociera como "la guerra de los príncipes"
La lucha entre el príncipe Daeron Targaryean y el Príncipe Jacaerys Velaryon por el corazón de la princesa Maenyra Velaryon y todo comenzó la noche en la que Alicent Hightower decido cortar el lazo que unía a Daeron y Maenyra y el buen y bondadoso corazón de Rhaenyra uno a Jacaerys con la pequeña que la reina despreció.
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Traducción
Gīda ilagon, gīda ilagon, aōha muñā iksos kesīr: Calma, calma tu made
esta qui
Aōha brōzi jāhor sagon Maenyra: Tu nombre es Maenyra
Espero que les guste es mi primer fic del universo de canción de hielo y fuego así que ténganme paciencia.
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