CAPITULO 21: "Detalles"
Sábado por la mañana Doris arrastró prácticamente a Victoria a la mesa para desayunar, el señor quiso esperarla al ver que no llegaba al horario de todos los días, puesto que necesitaba hablar con ella.
-Pero Doris, estoy en pijamas... –protestó Victoria mientras Doris la empujaba hasta el comedor
-No me importa, estas vestida, es lo que cuenta
-Pero ni siquiera me lavé la cara, no puedo abrir los ojos, tengo sueño, quiero seguir durmiendo –protestó como una niña
-Buenos días Victoria –dijo la tranquila y masculina voz del señor Rothschild
-Hola... –dijo enojada tomando asiento en su lugar habitual
-¿Mala noche?
-Terrible, no pegué un ojo y la pesada de Doris me arrastró hasta aquí
-No se desquite con Doris, es mi culpa, tengo que hablar con usted
-Primero suprime el señorita y ahora regresa al "usted" ¿que estamos en el siglo XX otra vez? Es muy temprano para formalidades "SEÑOR"
-Veo que su humor no es de los mejores –suspira
-Tiene usted una muy buena "vista" SEÑOR –replicó con sarcasmo
-Esta tarde tiene una lección con Lady Champfleury y luego tiene una cita con la señorita Spencer –le recuerda
-Lo se, Clarise insiste en que me pruebe un millón de vestidos y es agotador –hace una pequeña mueca de disgusto
-También tiene programada una cita con el estilista –le vuelve a recordar
-Señor, con todo respeto, si me hizo salir de la cama cuando al fin estaba conciliando el sueño solo para repasar mi "agenda" entonces esta noche será un desastre y mi mal humor cosa seria –le advirtió
-Vaya... –dijo aguantando la risa que su mal humor y su perspicacia para contestar le provocaban
-¿Que es lo que me tiene que comunicar? –quiso saber de una vez Victoria
-Esta noche, es probable que nos veamos en la fiesta, quiero que me ignore, bueno que pretenda no conocerme, como ya le expliqué en la reunión de hace unos días, ya sabe lo que tiene que decir cuando le pregunten quien es
-Ok, lo ignoro, anotado –sonrió Victoria
-No dije ignorar
-Lo se
-Cuando vaya al estilista no quiero que se quite el color rojo del cabello, y es una orden
-Pero a Lady Champfleury ¡se le caerán los calzones! Desaprueba que dañe mi cabello con toxicas tintas para la cabeza –dijo en tono burlón
-Es usted muy divertida cuando tiene sueño, debo reconocerlo –confesó sonriendole
-No se acostumbre y use el teléfono para la próxima, ¿sabe siquiera lo que es un mensaje de texto?
-Por supuesto, volviendo al cabello, me gusta como está, ¿esta claro?
-Muy claro que quiere fastidiar a los ricachones con mi cabeza
-Astuta
-¡Un cumplido!
-Ya, es todo, supongo que no va a desayunar, así que me despido y que descanse, Victoria –se levanta de la mesa y espera a que ella lo haga también.
-¡Ve que hermoso suena mi nombre sin el "señorita" por delante!
-Hasta esta noche.
Se despide con un asentimiento de cabeza y se marcha en compañía de Miller.
<<Sr. Rothschild: Ese diablito, no puedo creer lo emocionado que estoy por verla preparada para una gala. Es tan adorable cuando esta de malas, creo que ni siquiera lo nota, pero yo claro que lo hago, se que no tengo que preocuparme tanto por ella, con las otras nunca lo hice, pero... por alguna razón Victoria me provoca hacerlo. Tal vez sea por la tensa situación que mantiene con su familia, eso nunca me había ocurrido, las chicas anteriores nunca terminaban odiando a su padre, al contrario les agradecían la oportunidad de estar aquí, tal vez sea por que más de una se habrá encaprichado de mi, era agradable que buscaran hacer las cosas perfectamente solo para satisfacerme, no lo niego, pero al final eran tan persistentes que lo único que deseaba era que acabara su tiempo aquí.
En cuanto a ella, a Victoria... -suspiro- me gustan los retos, ella lo es, testaruda como solo ella puede serlo, pero muy inteligente, ademas de adorable, si hay que admitirlo, le robó el corazón a Doris, incluso a Nikolay, y eso que es don correcto, si, suena algo hipócrita viniendo de mi, pero bueno, todos en la casa están pendientes de ella y eso me agrada, me agrada de maneras que no deberían ser...
-Señor –mierda, ¿que quiere Miller ahora? ¿No puede simplemente mantener su boca cerrada hasta llegar a la oficina?
-¿Que sucede? –Genial, ya estoy de mal humor
-Miles acaba de llamar de la oficina, el señor Lee-Smith exige verlo –¿Es siempre tan amargado este hombre?
-Bien...
Ahora si estoy de mal humor, nada que quiera decir Hank puede ser bueno, sigue creyendo que le quité a su hija, cuando el fue quien aceptó el acuerdo desde un principio, que ella tenga carácter y no apruebe la decisión de el es otra cosa.
Un pie fuera del elevador y ahí estaba la mirada furiosa de Hank, pasé de el y me dirigí a mi oficina, con toda la calma del mundo. Sin importarme que estuviera alguien esperando revisé todo lo que Miles tenía para mi. El informe de Todd ya estaba sobre mi escritorio, no podía esperar, mi curiosidad por saber que hacía esa chica cuando salía de casa era más grande. Todo lo que esperaba que hubiera estaba ahí, hasta que mencionó a Logan, voy a tener que hacer algo con el, ya había olvidado que su periodo en Los Angeles había acabado. Vaya una escena de celos, esta chica llama más la atención de lo que ella cree.
Me tomé un momento antes de anunciarle a Miles que ya podía hacer pasar a Hank.
-No voy a tolerar que sigas alejando a mi hija de su familia –bramó un furioso Hank en el instante en que entró en mi oficina
-Seamos claros, esa es tu consecuencia, ¿que esperabas que pasara con ella? ¿que saltara de alegría al tener que mudarse a la casa de un desconocido? Tu fuiste el que tomó la decisión de no hablarlo con ella antes, te di tiempo, pero fuiste tan egoísta que solo pensaste en ti "¿debo aceptar?" fue lo único importante –le recordé a este tonto
-Se que es mi responsabilidad, pero tu prometiste que podría verla
-Mas respeto, estas hablando con tu jefe Hank –idiota
-Lo siento señor, pero esto ya es mucho, llevo más de dos meses sin ver a mi hija y el próximo domingo es su cumpleaños, necesito verla -¿su cumpleaños? ¿Por que Miles no me lo ha recordado?
-Te lo dije la ultima vez que hablamos, esa decisión es de Victoria, ella es la que no te quiere ver, esta en el contrato que ella firmó
-¡Quiero ver ese contrato! –¿eso es una orden?
-Es confidencial, usted no esta implicado en el
-Señor Rothschild es mi hija, ya hablé con un abogado, demando mi derecho sobre ella, ahora –No es tan ingenuo como pensé
-No me hagas reír Hank, aquí no hay nada ilegal, ella posee la mayoría de edad y toma sus propias decisiones, lo hizo al firmar mi contrato, si quieres verla, bien, Miles te avisará cuando puedes hacerlo, pero te lo advierto, si ella no quiere verte tendrás que marcharte y es una orden, ¿contento ahora?
-Cuando la vea lo estaré –Este hombre es horriblemente persistente, ¿por que no acepta que ella no quiere verlo?
-Ahora que te has desahogado te informo que es la ultima vez que te quiero en mi edificio sin ser llamado, si lo vuelves a hacer considérate despedido. Ahora te quiero fuera de mi vista
Me niego a perder la paciencia frente a este ingenuo, que se vaya, no quiero que ni el ni nadie arruine mi buen humor de hoy.>>
-¡Estas hermosa Victoria! –exclamó una entusiasta Clarise
-Estas loca si piensas que voy a usar este vestido –dijo Victoria con disgusto mientras se miraba al espejo
-¿Pero porque no? Estas de escándalo –le sonrió con cariño
-Mis pechos están tan apretados que creo que van a explotar
-No seas boba, esas son tus curvas, no intentes esconderlas
-Tengo que intimidar millonarios no "seducirlos", así que el siguiente, y que tenga mangas y sea negro
-Muy bien Victoria, pero ese lindo trasero no lo podrás ocultar con nada
-No me mires así, parece que coquetearas conmigo, "una actitud tremendamente inapropiada" como diría la vejeta de lady Champfleury
-Ya regreso.
Fue así como pasaron dos completas horas decidiéndose por un vestido que a ambas les gustara para luego pasar otra hora más en el salón alistando su cabello y maquillaje.
-¿Estas segura que quieres las uñas negras?
-Clarise, estoy segura, ya deja de preguntar eso cada vez que pido algo distinto a lo que tu y tu agenda tienen "programado"
-Esta bien, solo cumplo ordenes
-No te preocupes tanto, además ya me convenciste con ese vestido que no quería
-Clarise 1, Victoria 3 –rió junto a Victoria.
Para las 7 de la tarde ya estaban de regreso en la casa, Clarise se adelantó hasta la habitación para preparar la ropa y accesorios que debe usar en la gala anual de beneficencia para niños sin hogar.
-¡¡Doris!!
Gritó nada más entrar y ver a Doris batiendo algo con entusiasmo. De un salto se detuvo y el batidor saltó por los aires
-VICTORIA, niña me has dado un susto de los mil demonios –dijo una sobresaltada ama de llaves con una de sus manos sobre el pecho.
-Lo siento, no lo pude evitar –le sonríe inocentemente
-Esta bien, solo por que hoy es tu gran noche
-¡Ha! No es para tanto, ricachones fingiendo que ayudan a esas beneficencias por que tienen corazón, solo lo hacen para que les bajen los impuestos –dijo cruzándose de brazos
-Eso es muy cierto, pero algunos lo hacemos por la razón correcta –dijo el señor Rothschild desde el marco de la puerta, donde se encontraba observando a ambas
-Señor, ¿necesita algo? –preguntó Doris alarmada
-Tranquila Doris, toma asiento un minuto, creo que Victoria casi consigue sacar tu corazón por la boca del susto que te dio –sonrió conteniendo la risa
-Señor, que lo trae a la cocina vistiendo tan... "elegante"
-Victoria, nada de sarcasmo esta noche –le recordó
-Lo voy a intentar, pero no prometo nada
-8:30pm debes partir con Todd, el te guiará en el interior
-¿Será mi acompañante?
-Algo así
-Ok, me voy entonces nos vemos "señor"
-Doris, ya ve a descansar y recuerda que este domingo no voy a tolerar que estes en casa, sabes que el fin de semana es tu momento de descanso
-Es aburrido, pero lo voy a intentar señor.
Una hora más tarde Victoria estaba lista para salir, Clarise insistía en los detalles.
Al bajar la escalera se encontró con el señor Rothschild impecable como siempre en un esmoquin negro y perfectamente peinado, como es usual aun que tenía la barba creciente de unos días cosa que le daba ese aire seductor y que no dejaba de ser impactante verlo tan apuesto y perfecto.
Por un momento Victoria notó como recorría todo su cuerpo con esa intensa mirada azul claro, cosa que la puso completamente nerviosa, cuando era así sus labios se secaban y ella automáticamente se los humedecía, esta acción no pasó desapercibida por el señor Rothschild, quien aclarándose la garganta los volvió a ambos al presente y terminó descendiendo la escalera con el hermoso vestido negro con mangas y en su mayoría hecho de encaje.
-¿Le parezco lo suficientemente intimidante? –dijo Victoria para romper el incómodo silencio
-No
Fue todo lo que dijo antes que Todd apareciera en la puerta principal vistiendo un impecable esmoquin, de inmediato se alejó de a incómoda situación y siguió a su chófer hasta el auto que ahora era una reluciente limusina.
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