CAPITULO 13: "El entrenador"
Victoria, finalmente conoció al entrenador. Después de seguir en completo silencio a Todd, hacia el sofisticado, elegante y muy moderno gimnasio al exterior de la casa, lo vio, de pie cerca de un escritorio ubicado en el extremo opuesto a todas las máquinas.
Extrañada lo escrutó con la mirada ya que esperaba encontrarse con el mismo tipo que le hizo la evaluación física el día que conoció a la doctora y a la loquera. Pero no. En su lugar un se encontró con un imponente hombre de cuerpo musculado, no demasiado, pero si lo suficiente para llamar la atención de cualquier mujer, eso y su larga cabellera rubia atada en una perfecta cola de caballo, tez dorada, ojos castaños y una tremenda sonrisa.
-Victoria, al fin nos conocemos.
La saludó con entusiasmo en cuanto la vio entrar. Lo mismo hizo con Todd, pero este se mantuvo unos pasos atrás y en pocos minutos los dejó a solas para que se conocieran.
-¿Ansiosa por iniciar?
-... qué alegría, woo hoo.
Se burló sin entusiasmo, borrándole la sonrisa del rosto de inmediato.
-¡No!
Protestó molesto con esa actitud.
-No ¿qué?
Lo desafió con la mirada, si pensaba que se lo pondría fácil, el entrenadorcito estaba muy equivocado. No necesitaba simpatizar con él.
-Tu equipo se encuentra en el vestidor, ve -señaló la puerta al otro extremo-. Es al fondo, la puerta negra. Necesito que te cambies y me esperes a que regrese contigo.
Ordenó cambiando su entusiasmo por su serio semblante. Necesitaba averiguar lo que ocurría, por lo que no espero a que se dirigiera al vestidor y en cuanto acabó con las instrucciones salió del gimnasio en dirección a la oficina de su jefe.
Malhumorada era decir poco, frustrada por no haber conseguido colmar su paciencia, podría ser. Matt, no iba a correrla, eso estaba claro. Así que resignada se dirigió a cambiarse.
Como no, al cruzar la puerta negra se encontró con un lujoso cuarto de baño, lleno de azulejos oscuros y ventanas que lo iluminaban por completo. Un bolso destacaba sobre una cómoda butaca. Continuando con su cabreo, lo abrió de un tirón y volteó su contenido sobre el piso.
Exactamente 15 minutos más tarde el entrenador regresó al gimnasio. Fue directo a Victoria, ella esperaba junto al gran ventanal que cubría toda una pared y dejaba una gran panorámica al hermoso jardín silvestre de la propiedad.
-Victoria.
La llamó interrumpiendo sus divagaciones.
Al oír su nombre, supo que era momento de continuar con esta locura, así que dejó salir un largo suspiro de resignación y volteó para encontrarlo parado a pocos metros con su muy favorecedora ropa de deporte..., y no podía dejar de pensar en una sola cosa
<<Oh mierda ¿dónde rayos saca tanta gente bonita el antipático dueño de media ciudad? Debería ser un crimen ser tan apuesto, además es rubio... ¡Demonios! deja de mirarlo así, Victoria..., intento no hacerlo, es el encargado de mi "castigo", pero ¿cómo odiarlo cuando parece un príncipe azul en ropa de deporte?
Esto va a ser una completa pesadilla ¡MALDITO ROTHSCHILD! Grito dentro de mi cabeza, si lo tuviera en frente, juro por dios que lo pico en pedacitos, pero no, en su lugar tengo a ese espécimen..., respira Victoria, respira, que no se dé cuenta que estás babeando.
Permanezco en silencio por un par de minutos más antes de seguir siendo una patada en el culo...>>
-¿Comenzamos de una vez con esto?
-¿Qué fue lo que hiciste? El señor Rothschild, lucía bastante molesto.
Preguntó Chris, muy interesado en el tema.
Lo observó, no muy convencida por su interés en saber sobre su discusión con el jefe, sin embargo intentó cambiar el tema lanzado una pesadez.
-¿Te puedo llamar Chris, o tengo que seguir con esa mierda de "Señor Logan"?
-"Chirs" está bien para mí.
Le sonrió intentando que se relajara.
-Solo lo insulté..., un poquito -hizo énfasis en el "poquito" enseñándole sus dedos índice y pulgar casi tocarse-. Es todo.
-¿Es todo?
Repitió conteniendo la risa que esa confesión le provocaba.
-Sí.
Se encogió de hombros restándole importancia.
-Bueno lograste enojarlo verdaderamente
Confesó recordando la pequeña charla que acababa de tener con Matt.
-¿Por qué estás tan..., contento? ¿Disfrutas haciendo sufrir físicamente a la gente? ¿O son órdenes del estirado ese?
-¡Vaya! Calma, chica, no quiero hacerte sufrir. Te admiro, nadie se enfrenta al señor R, y luego no muestra una pisca de arrepentimiento.
Hizo una pausa para tomar algo de aire para calmarse, no tenía derecho a desquitarse con Chris, además, le podría servir llevarse bien con el entrenador para descubrir un poco más acerca de estos "gustos especiales" de don ogro gruñón.
-Dime una cosa, Chris ¿Tú entrenas a todas las..., mmm, no sé cómo llamarlas..., chicas?
-Sí, Victoria.
-¿A ellas les alegra ese acuerdo que..., les alegra estar aquí con todas esas reglas y..., prohibiciones?
Terminó la frase con dudas, a simple vista tartamudeo, la intensa mirada que el entrenador posaba sobre ella, la incomodaba de algún modo.
-¿Qué quieres que te diga? Eres la primera que no quiere disfrutar del lujo y las comodidades que les ofrece el señor Rothschild.
-¿Me ves con cara de lujo? -gruñó en voz baja-. No soy materialista, eso es lo que es.
Suspiró ante su notable enfado, y dedicó su atención al archivo que tenía en la mano.
-Muy bien, Victoria, tengo tus medidas pero, estás pálida ¿has estado enferma?
-Arrg, no ¿y cómo es eso que tienes mis medidas?
Enarca una ceja bastante intrigada.
-Peter, el preparador que se presentó junto con la doctora y tú psicóloga, te realizó varias pruebas ¿lo recuerdas?
-¡Ha! Cómo olvidarlo, el musculito llevaba unos pantalones tan apretados que... -dejó de hablar apenas se dio cuenta de lo que estaba a punto de decir-. Lo siento.
Se disculpó algo ruborizada.
-Vamos, continúa, no te detengas por mí.
La anima sonriente, sabía perfectamente lo que iba a decir.
-¿Podemos comenzar de na vez con esta cosa?
Protestó incómoda.
-No, quiero que termines de darme tu impresión sobre el otro entrenador. Ahora.
Le lanza una gruñona mirada antes de resignarse a tener que hablar del tipo que conoció en la consulta.
-¡Bien! Llevaba los pantalones tan ajustados que no era un gran secreto ver que no le gustaba usar ropa interior, se le notaba todo..., fue asqueroso y pretencioso. Además llevaba demasiado perfume o colonia o desodorante, lo que sea.
Concluye con una mueca de asco.
Al escucharla tan seria y categórica en la descripción de la vestimenta de su colega, no pudo reprimir la risa y soltó una sonora carcajada. Estaba absolutamente de acuerdo con su descripción.
-Bueno, por fortuna para tu vista, Peter, solo es un compañero. No pude asistir a nuestra reunión y fue en mi lugar, espero que no te haya incomodado demasiado.
-Solo espero no volver a verlo, o al menos no en ropa de deporte.
-Hecho.
Le sonríe.
Una vez se apagaron las risas a costa del entrenador sustituto un silencio los rodeó por varios minutos. Se observaron sin reparo y cuando aquel apuesto entrenador comenzó a hacer su "análisis" de cuerpo completo. Era esa típica mirada que te lanza un chico, analizando tu físico y lo que llevas puesto antes de decidirse a acercarse o no a ti. Nerviosa e incómoda quitó la vista e intentó ignorar el hecho que no apartaba los ojos de ella.
-¿Has estado comiendo bien?
-..., no.
Susurra impaciente.
-¿Has estado comiendo?
Se preocupó, eso no era nada bueno.
-Sí...
-Ahora dime la verdad.
Ceñudo dio un par de pasos en busca de su mirada.
-No...
-No puedes hacer eso, es peligroso.
Insistió adoptando un tono mucho más profesional y menos amistoso del que estaba mostrando.
-Estoy en una jaula ¡tengo derecho a estar deprimida!
Sin quererlo levantó la voz, visiblemente irritada, harta del tema. Pero Chris, ni se inmutó, es más, le sonrió una vez más e intentó calmarla.
-Lo siento, tranquila ¿estás bien?
-Como si te importara... -cansada de tanto bla-bla con el desconocido, decidió que ya era hora de iniciar con el dichoso castigo-. ¿Qué tengo que hacer, correr?
Señala la trotadora con amargura.
Borrando de golpe la sonrisa de su rostro, Chris, acortó la poca distancia que los separaba y volvió a preguntar, estaba genuinamente preocupado por ella.
-He preguntado si estás bien.
-... no -suspiró resignada-. Tengo jaqueca hace 4 días y con toda esta mierda se me ha revuelto el estómago.
Dice bajando la vista hasta el suelo.
-¿Has desayunado?
-... un poco.
-Necesito que te tranquilices, sé que es difícil para ti, pero tus malestares se deben a eso, estrés.
-Bien...
Alejándose de ella, fue hasta la trotadora, la encendió y programó antes de volver a hablarle.
-Tengo que volver a la casa por un minuto, vas a calentar durante 20 minutos con una caminata intensa en la trotadora. Ya regreso.
Apenas estuvo sola, subió a la cinta y comenzó con el ejercicio sin protestar. Todo el lugar estaba rodeado de máquinas de última generación, relucientes.
La trotadora estaba ubicada frente al gran ventanal y la vegetación hacía de su caminada algo tranquilizadora, sumergiéndola en sus pensamientos. Todo lo que pasó hace un rato. Sus problemas para aceptar que está encerrada en la casa de un extraño. Su familia. La decepción de su padre, y la inseguridad a la hora de pensar en que uno de sus mejores amigos ya no quería serlo..., todo a la vez estaba volviéndola loca.
-¿Te encuentras bien?
La interrumpió Chris, al verla callada, la trotadora se había detenido y ni cuenta se dio. Definitivamente algo iba mal con ella y le preocupaba.
-Lo siento... ¿qué?
-¿Todo bien?
-Sí, sí...
De pronto no supo que decir. Detestaba tener que llenar silencios incómodos con desconocidos.
-Vamos a mi escritorio un momento.
Acomodados en el área de descanso, donde el escritorio estaba ubicado, Chris, le acercó una carpeta con el logo ROTHSCHILD, en ella.
-¿Qué es esto?
Peguntó antes de abrirla.
-Doris, está muy preocupada por ti.
-¿Fuiste a interrogarla?
Levantó la voz de golpe.
-Solo fui a preguntar por tus comidas.
-¿Conseguiste averiguar cuantas calorías consumo al día?
Espetó molesta ¿qué se creía?
-Victoria... -tomó aire, intentando no molestarse por su constante malhumor-. No hagas eso, no quiero ser tu enemigo, con uno te tiene que bastar.
-¿Qué significa eso?
-Qué si tú quieres puedo ser tu amigo. Escucha, aquí yo solo hago mi trabajo, el cual es ponerte en forma para que estés saludable, no pienses que te voy a preparar para las olimpiadas o algo así. Es solo incluir el ejercicio en tu rutina diaria -la escrutó con la mirada, midiendo su reacción, pero no hizo ni siquiera una mueca indicando alguna reacción-. Me importa una mierda que el señor R, crea que este es un castigo, porque no está entre mis planes sobre exigirte en la trotadora o con el resto de la maquinaria.
-Entonces ¿Cuál es el plan?
-Voy a hacer un programa para ti, uno adecuado ¿está claro?
-Clarísimo...
Tomando una buena bocanada de aire, continuó con su sermón sobre lo importante que era alimentarse debidamente. Pero pese a las protestas de Victoria, con respecto a comer tanto a la hora del desayuno, Chris, fue muy claro y no le dio la razón.
-Vamos a comenzar a cuidar tu salud partiendo por la comida, deben ser 4 al día, no te voy a prohibir nada, solo te pido moderación, aunque creo que no tendrás problemas con eso ¿o sí?
-No soy una traga-traga
Replicó ofendida, o al menos intentaba lucirlo.
-Nadie está diciendo que lo eres, Vicky.
Congelada al escuchar cómo la acababa de llamar "Vicky", solo lo observó y escuchó intentando prestarle la suficiente atención.
-A petición del señor R, tendrás que ejercitarte 2, tal vez 3 veces al día.
-¡¿3?! ¿y si no puedo moverme por el dolor muscular? ¿qué harías, arrastrarme?
Enarca una ceja al sentir que su discurso de "el deporte no es un castigo y bla, bla, bla.
-Eso no va a pasar.
La tranquiliza.
-¿Cómo puedes estar tan seguro?
-Sé lo que hago..., aunque no me molestaría cargarte sobre mi hombro hasta la trotadora.
Roja como un tomate quitó la mirada de su apuesto entrenador y la fijó en lo primero que estuvo en su campo de visión.
-Vamos a hacer que tu cuerpo se acostumbre al ejercicio y luego buscamos algo divertido que hacer juntos ¿sugerencias?
-¿Algo divertido? -repitió burlona, si Rothschild, se enteraba...-. No creo que a tu jefe le agrade que me divierta durante el castigo, es más, estoy segura que ni siquiera conoce el significado de la palabra "diversión". Así que ve olvidándolo si quieres conservar tu trabajo.
-Mi trabajo es entrenarte, y es precisamente lo que voy a hacer.
-Sí, señor.
-No, no vuelvas a llamarme así, que mala eres
Lloriquea divertido.
-Me gusta la bicicleta.
-¡Perfecto!
-¿Ahora qué?
-Voy a tomar tu IMC, "Índice de masa muscular", ya sabes, todo otra vez, y liego voy a estudiar tu resistencia en algunas máquinas con las que comenzaremos a trabajar.
-Bien.
Como un robot hizo toda la rutina que Chris, tenía preparada para ella, le enseñó el uso de cada máquina y cómo usarla debidamente, durante 3 horas. Estaba agotada, pero se negaba a aceptarlo. Y por suerte no tuvo que hacerlo. Doris, apareció en el gimnasio con su sonrisa habitual.
-Hola, hola muchachos.
Saludo con entusiasmo.
-¡Doris! Adelante, por favor
La invitó a pasar señalando la zona de su escritorio.
-Usted es bueno, señor Logan, pero no la haga trabajar tanto, apenas se recupera.
-Estoy bien, Doris.
Protesta Victoria, intentando sonar tranquila y no a punto del infarto.
-Almuerzo. Está listo ¿se queda, señor Logan?
-Doris, puedes llamarme, Chris.
Le recuerda con una media sonrisa.
-De acuerdo, Chris, ¿se queda? Así Victoria, no come sola.
Dirigiendo su mirada a Victoria, que solo le lanzaba cuchillas con la vista a Doris, por estar invitándolo a comer con ella.
-Qué dices Victoria ¿me quedo?
-Eh..., seguro, no seré yo quien te prive de las delicias que cocina Doris.
-¡Muy bien! Me encantaría almorzar aquí, Doris,
Emocionada, Doris, regresó a la casa a prepararlo todo. En cuanto a Victoria, apenas pudo largarse, lo hizo. La presencia de Chris, la ponía nerviosa, más aun cuando se sentía algo "expuesta", en serio, la encargada de comprar la ropa era bastante "liberal" todo con demasiado escote o muy florido y multicolor. Se sentía semidesnuda con las mallas de deporte demasiado ajustadas y la camiseta escotada.
Había sobrevivido a la primera sesión con el entrenador. Ahora solo debía sobrevivir al almuerzo con el apuesto Chris Logan.
Capítulo actualizado
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top