CAPITULO 12: "Desayunando con don exigente"
Repuesta, Victoria, llegó hasta la cocina. Necesitaba ver una cara amigable antes de ir a la mesa y enfrentar un posible interrogatorio de parte del señor Rothschild.
Con una gran sonrisa, Doris, la recibió con los brazos abiertos, le ofreció un vaso de leche fría y terminó de preparar el desayuno mientras hablaba con ella.
-Muy madrugadora esta mañana, me gusta.
-Creo que dormí bien, después de todo...
Murmura para sí misma.
-¿Qué quiere desayunar? Tengo cosas deliciosas.
-Quiero fruta.
-¿Solo eso?
-Y mucho jugo de naranja.
Le sonríe.
-No me gusta que no se alimente bien.
Protestó cruzándose de brazos frente a la mesa.
-Doris, no me vengas tú con un ceño fruncido -pide intentando no sonreír-. Odio comer tanto por la mañana. Te prometo que para el almuerzo me como todo lo que me prepares.
La escrutó con la mirada, estaba diciendo la verdad, lo sabía. Además le gustaba la Victoria, comunicativa. La hacía sentir apreciada.
-¡Promesa!
La señaló con el índice.
-Sí, Doris, yo..., quiero pedirte algo...
-Sí, sí ¿qué puedo hacer por ti, pequeña?
-Yo... ¿me puedes servir el desayuno un par de lugares apartados del "trono del señor"? Quiero espacio.
-Está bien.
Le dedica una comprensiva sonrisa.
10 minutos antes de las 8 de la mañana, Victoria, tomó asiento a dos sillas de distancia de la cabecera, que era el lugar que usa Matt, esperando que no lo notara (aunque eso era poco probable). Intentó ponerse al día con Sue, respondiendo a sus mensajes, pero estaba algo impaciente. Sabía que no sería un desayuno fácil. Pero cuando el señor, llegó al comedor, vistiendo uno de sus muy elegantes trajes hechos a medida supo que definitivamente sería así. Su atractivo era la mayor parte del tiempo "intimidante".
-Vaya, buenos días, señorita Victoria.
Saluda algo sorprendido de verla en la mesa luego de unos días ausente.
-Buenos día...
Murmura intentando ignorar su penetrante mirada azul.
Lo cierto es que a Matt, le alegraba saber y comprobar que ya se encontraba mejor, por lo que luego de dedicarle una larga mirada analizándola, tomó asiento en su lugar habitual, y no fue sino que hasta entonces cuando notó la distancia que los separaba, una sonrisa se dibujó en sus labios al comprender que con esa acción, Victoria, solo estaba marcando la distancia.
-¿Se siente usted mejor?
-Sí, gracias.
Intentó volver al asunto de responder los mensajes de Sue, pero le era imposible con esa mirada azul observándola detenidamente.
-Necesito que se muestre más comunicativa, lo que ocurrió ayer..., usted sintiéndose mal y no yendo con la doctora Bennett, no puede volver a ocurrir.
-No es necesario correr al doctor cada vez que "me duele algo". Es una pérdida de tiempo.
-Para mí, no. Quiero saber que se encuentra absolutamente bien, sana, mientras viva aquí.
-Estoy bien.
Gruñó sin quitar la mirada de la pantalla de su celular.
-¿Hay algo que la esté molestando?
Dejó escapar un sonoro suspiro. Fingir que leía no estaba funcionando para evitar que le hablara. Así que lentamente levantó la vista y lo encontró tal y como imaginaba, con el ceño fruncido.
-Nada.
Soltó cortante, esperando que eso evitara una posible conversación.
-¿A qué debo su hostilidad? Sigo esperando una respuesta apropiada, no sea mal educada.
Espeta con seriedad y con esa mirada intimidante. Provocando que Victoria, se sintiera algo pequeña frente a esa expresión de orden y mando.
-No estoy siendo "hostil", pero no me gusta para nada que se interese tanto en mis asuntos personales, si me siento mal es cosa mía, no suya. Así que no espere un resumen de todo lo que hago en el interior de la habitación.
-Su actitud tiene que cambiar, está siendo irrespetuosa, si hago preguntas, espero que se respondan con la mejor disposición ¿o es que yo estoy siendo descortés al hablarle?
-No.
-¿Y bien? Vamos a intentarlo nuevamente... ¿A qué debo su hostilidad esta mañana?
Bajo la escrutante mirada de Matt, colapsó con ese tono autoritario, no era su papá. No estaba en la escuela. ¿Quién mierda se creía? Así que apartando su desayuno y dejando el celular sobre la mesa bruscamente, le dio su respuesta.
-Bien, si el SEÑOR quiere saber "a qué se debe mi hostilidad" se lo diré... -tomó aire antes de continuar-. ¡ODIO TU MALDITA CASA! ¡Sí! maldigo en la mesa y me importa una MIERDA. No soy una señorita, ASÍ QUE DEJA DE HABLARME CON TANTO DECORO, ME TIENES HARTA CON TUS MODALES.
Soltó levantando la voz y expresando todo su desagrado por tener que vivir allí. Con las pulsaciones a mil por hora y la respiración agitada, aguardó a que la detuviera apelando a su "lenguaje inapropiado", pero en si lugar continuó con su ceño fruncido observándola muy atento, lo que solo provocó que Victoria, no se guardara nada.
-Me quiero ir de esta mierda. NO QUIERO, NO PUEDO Y NO DEBO VIVIR EN ESTE PUTO CASTILLO. ¡Tus jueguitos de niño rico son retorcidos!
-¿Algo más que agregar?
Preguntó en tono neutro, pero su postura fría estaba a la vista, esa por la que era tan conocido. Su desinterés por pelear con ella estaba consiguiendo lo que quería, picarla, incitarla a seguir con su descarga al mostrarse tranquilo.
-¡Sí! DETESTO QUE ME CONTROLEN, NO-ME-GUSTA QUE ME DIGAN LO QUE TENGO QUE HACER.
Irritada se levantó de su silla y se alejó un par de pasos.
-Continúe.
Se cruzó de brazos prestándole toda su atención, como si se encontrara en la presentación del más llamativo proyecto.
-Pero... ¿Qué mierda te pasa? -suelta al notar su actitud-. Como sea... ¿es necesario todo este circo por el que quieres que pase? ¿NECESITAS UN TÍTERE CON EL CUAL ENTRETENERTE Y MANIPULAR A TU JODIDO ANTOJO? ¡DIME! Me gustaría saberlo, así me hago una idea de qué tan enferma es la idea que ronda por tu retorcida cabeza para que te lleve a hacer esto todos los años.
La ira se reflejada, llameaba en los azules ojos de Matt, pero sabía que si la interrumpía en su descarga emocional, no podría conocer todo lo que pensaba realmente.
-Es increíble que otras personas se presten para esto ¿siempre son chicas?
-Sabe que es así, ya lo preguntó.
Una vez más su calma o paciencia, pudieron con el enojo de Victoria, y sin filtro alguno continuó
-Vaya, que putas -lo provocó-. De seguro lo hacen con la esperanza de recibir algo de su preciado tiempo en privado... Es básicamente un criadero de perras ¡qué lindo! Espera, espera ¿les das el mismo trato que a la zorra estirada de la otra noche? –pregunto recordando a la chica altanera que vio el pasado sábado.
Fue suficiente, con su vida privada no iba a jugar.
-¿¡Qué acabas de decir!?
Exigió levantándose lentamente de su silla, con su postura amenazadora.
-Ya sabes, un regalito después de foll...--
-¡Suficiente! A mi oficina, AHORA.
Conteniendo su enfado le señaló el camino, esperando que caminara, pero Victoria, solo quería hartarlo para que la corriera de esa casa de una vez por todas, era absurdo lo que quería, una "alumna" que acatara todas sus órdenes sin rechistar.
-¡NO!
No podía negar que estaba algo asustada, con él, este extraño, no sabía que esperar, así que dio un par de pasos atrás y esperó a ver que hacía.
-No lo voy a volver a repetir.
-¡Maldición!
Dejó escapar un grito de frustración antes de caminar a la dichosa oficina. Estaba decidida a conseguir colmar su paciencia. De un portazo azotó la puerta y se plantó en el centro de la habitación, mirando concentrada el elegante y pretencioso escritorio.
Con una calma aterradora, Matt, entró en la oficina, cerró la puerta, y luego tomó su lugar detrás del escritorio. Observándola seriamente con sus manos metidas en los bolsillos. Su expresión en esos momentos era la que utilizaba para intimidar a sus trabajadores cuando se saltan las reglas o no siguen sus órdenes. Fría y absolutamente calculadora, tanto que prácticamente se podían oír los engranajes en movimiento en el interior de su cabeza.
Dos largos minutos de pie en un silencio incómodo, antes que Matt, decidiera hablar.
-Has sido maleducada, grosera, vulgar, irrespetuosa, desobediente y violenta -enumera con calma-. Ha violado 4 de mis normas y roto una de mis reglas ¿sabe lo que eso significa?
Su tono calmo y amenazante le quitó el habla y las ganas de seguir provocándolo para que la echara de esa casa. Le asustaba realmente lo furioso que se encontraba.
-¡CUANDO HAGOR UNA PREGUNTA ESTA DEBE SER CONTESTADA! ¿QUEDÓ CLARO?
Rugió finalmente, y no era agradable.
Hasta el momento no había tenido que hacerlo, pero Victoria, realmente lo estaba provocando. Consiguió sacarlo de sus casillas y nunca nadie lo había logrado. Bueno solo una persona..., suspiró profundamente, buscando algo de clama para no perder la compostura. Estaba mostrándole al intimidador, frío y calculador Matthew Rothschild, el hombre de hielo de los negocios.
-...si.
Finalmente contestó, aunque fue en un cohibido susurro apenas audible.
-Quiero que me mire a los ojos y responda a mi pregunta, AHORA.
Ordenó cortante.
-Un..una sanción...
Tartamudeó nerviosa ¿no iba a echarla? Ella misma se habría echado a patadas de estar en el lugar de Matt.
-En este caso, como correspondería que hiciera, no le voy a adicionar una semana más a su estancia en esta "MALDITA MANSIÓN". Así que un castigo será.
-Un...--
Comenzó a decir, pero le lanzó una sola advertencia silenciosa y se congeló en el acto.
-Tiene absolutamente prohibido salir de la propiedad. A partir de esta misma tarde comienza el entrenamiento físico, y no tendrá acceso a celular o internet, desde este momento y por las siguientes 3 semanas.
Sentenció satisfecho.
-¿Qué?
-¿Le he dado la palabra? -la reprendió-. SILENCIO, no me haga enojar, Victoria, porque no le gustará verme realmente enfadado.
Provocándolo y siguiendo sus "órdenes" de mantenerse en silencio, hizo lo único que no le podía prohibir, clavar su mirada de odio sobre él.
-Que sea la última, ULTIMA vez que insinúa o especula acerca de MI vida privada ¿está claro?
Un duelo de miradas, eso es lo que tenían en este momento. Victoria, se mantenía firme en su papel de colmarle la paciencia, así que no le respondió.
-He dicho ¿QUEDÓ CLARO?
-...Sí
-Sí ¿qué?
Exigió molesto.
-Sí, señor.
Soltó apretando los dientes, y conteniendo su enojo todo lo posible.
-Bien. Dentro de 5 minutos quiero sus documentos y las pertenencias que le he proporcionado.
Aguardó por protestas, pero no hubo.
-Puede retirarse.
Señaló la puerta con su brazo.
Echando humo y murmurando improperios para ella misma, salió de la oficina y se fue directo a la habitación. Reunió todas las cosas y antes de regresar con el ogro, le envió un mensaje a su amiga, Sue.
Victoria [09:07]:
Problemas en casa, estaré incomunicada hasta nuevo aviso.
En cuanto pulsó enviar, eliminó el mensaje y apagó el aparato. Terminó de recolectar todo se dirigió a la salida, pero en cuanto pasó frente a la puerta del cuarto de baño, una mala idea se hizo presente en su cabeza, y con una torcida sonrisa en el rostro se dirigió hasta uno de los cajones del lavamanos y sacó unas tijeras. Casi riendo cortó en pedacitos la tarjeta de crédito y la chequera, ni loca permitiría que la mantuviera.
No tocó, ni esperó ser invitada, simplemente empujó la puerta de la oficina y fue directo al escritorio, donde lanzó los artículos que le había solicitado.
Ignorando su imprudencia, Matt, terminó como si nada con su conversación con Todd.
-A penas llegue la llevas con él. No quiero amabilidad, solo le comunicas lo necesario. Y te recuerdo que es TÚ absoluta responsabilidad que no salga de esta casa ¿ha quedado claro?
-Sí, señor.
Asintió Todd, intentando no dirigir su mirada hacia Victoria.
-Puedes retirarte.
Siguiendo como si ella no estuviera presente, esta vez Matt, tomó el auricular del teléfono sobre su escritorio y presionando un solo botón, se comunicó con su asistente.
-David, necesito que cancele todas las citas de la señorita Victoria, por las próximas 3 semanas. Y redacta un documento de incumplimiento de normas y reglas, tienes 3 minutos.
Finalmente observando los artículos que Victoria, había dejado caer sobre el escritorio con tanta determinación, le dirigió una furiosa mirada, seguida de una rabia contenida al ver el desastre en que había convertido la chequera y la tarjeta de crédito.
-¿Qué significa esta basura?
Exigió intentando retener su tono y no alzar la voz demasiado.
-Es lo que me entregó el señor BA-SU-RA.
Lo desafió con el mentón en alto.
-Se lo ha ganado. No voy a reemplazar ni la tarjeta ni la chequera. Queda castigada hasta nuevo aviso, no hay dinero para ti
-Oh dios, voy a morir.
Fingió con dramatismo, destacando el sarcasmo en la frase.
-¡Quiere hacer el favor de hablar solo cuando se le pida hacerlo! Y olvide el sarcasmo, que poca clase.
Tuvo que morderse el labio inferior para no responder a ese último comentario tan de niño rico. Lo detestaba a cada minuto más.
Mientras ella permanecía furiosa frente al escritorio, Matt, se encargó de finalizar el documento que le acababa de enviar David, para poder imprimirlo y que así Victoria lo firmara de una vez. Dejando clara constancia del motivo por el cual la estaba sancionando con un castigo.
En silencio y sin esperar a que el señor, le exigiera firmar, lo hizo. Le arrebató la costosa pluma de los dedos y firmó el dichoso documento.
Matt, estaba a punto de hablarle para aclararle que no era de su agrado sancionarla, quería que entendiera que cada acción tiene consecuencias, pero entonces la interrupción de Todd, terminó por agotar su paciencia.
-Todd.
Ladró en dirección a la puerta.
-El señor Logan, está aquí.
-De acuerdo, lleva a la señorita Victoria, directamente al gimnasio. Que le dé instrucciones y luego se presente aquí. Tienes 5 minutos.
-Sí, señor.
Capítulo actualizado.
Chicas, recuerden que si más adelante los capítulos están confusos es porque como dije antes, estoy editando la novela, habían nombres que eran muy similares o repetidos y los he cambiado, no es ningún error. Subo todos los domingos (excepto el pasado) Para asegurarse de estar leyendo un capítulo actualizado, recuerden que siempre les pongo un símbolo verde, confirmando que está listo.
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