CAPITULO 1: "El viaje"


-¡Hank, somos nosotros! ¡Nos vamos al caribe!
Gritó su esposa, Jamie, emocionada por sobre todo el bullicio de la fiesta.
-¡Lo escuché, amor! No lo puedo creer, no lo..., no lo puedo creer...
Balbuceó intentando contener la emoción con su hija de 5 años entre los brazos.
-¿El caribe es dónde estuvo Jack Sparrow, papá?
-Sí, Cami, ese es el caribe.
Sonríe radiante ante la inocente comparación que acababa de hacer su hija menor.
-¡Wow! ¿Y habrá piratas cuando vayamos?
-Camille, ya te he dicho que es solo una película.
Le recordó su madre, acercándose a ellos.
-Lo sé mamá, pero Vic, me dijo que los piratas si existen.
Replicó muy convencida de sus palabras.

Frunciendo el ceño, Jamie, volteó hacia la mesa, en dónde su segunda hija se encontraba sentada, y clavándole la mirada la señaló antes de recordarle acerca de las cosas que habla con su hermana pequeña.

-Victoria, ¿qué te he dicho sobre meter cosas en la cabeza de tu hermana?
-Mamá, yo no...--
-¡No lo vuelvas a hacer!
La cortó antes que pudiera explicarle.
-Jamie, amor, no seas tan estricta -interviene Hank-. Victoria, solo intentaba explicarle a Cami, sobre la película.
-Sí, mamá, yo sé qué hace muchos, muchos años atrás existieron los piratas, solo quería saber si allá todavía existían –defiende a su hermana con ese tierno tono culpable que solo un niño pequeño puede emplear-. No te enojes con Vic.
-Bueno, vamos a dejar el tema de los "piratas", mamá, nos acaban de dar vacaciones, y la fiesta aún no termina.
Interviene Noel, el mayor de los 3 hermanos
-Yo no quiero ir.
Protestó Victoria, malhumorada, irritando deliberadamente a su madre.
-Victoria, basta con tu actitud de ermitaña, vas a ir, y punto.

Ignorando la negativa de su hija, Hank, se acercó al asistente personal de su jefe junto a otros compañeros de trabajo, que al parecer estaban algo más entusiasmados que otros. Podemos culpar a la fiesta por eso.

A cada uno se le fue entregado un sobre con su nombre. En el interior encontrarían todo lo necesario para aclarar todas sus dudas acerca del viaje.
Absolutamente emocionado, Hank, regresó junto a su familia a disfrutar de un increíble show de fuegos artificiales. Cada año el espectáculo pirotécnico marcaba el fin de la gran fiesta anual organizada por ROTHSCHILD'S COMPANY.

Era tradición que todos los años la compañía de Hank, regalara vacaciones a algunos de sus trabajadores, este año, él fue uno de los afortunados. Pero su hija, Victoria, no pensaba a sí. El tono en que su madre había prácticamente sentenciado que iría a aquel viaje le daba a entender que sus planes de las vacaciones perfectas junto a sus amigos peligraban, provocando aún más su malhumor.

Durante todo el trayecto de regreso a casa, Jamie, no dejaba de hablar sobre lo bien que le sentaría a la familia aquel viaje, y lo mucho que necesitaba salir de la ciudad. Sus hijos sabían que cuando comenzaba con ese tipo de conversación, era mejor mantenerse en silencio y no disgustarla o sufrirían las consecuencias.

De regreso en casa, Hank, se sentó en la sala a leer el documento que lo explicaba todo, ansioso por conocer los detalles del viaje, pero se llevó una sorpresa cuando leyó la fecha de salida. Era al día siguiente.

-Familia, sé que es tarde y que ha sido un día largo, pero... ¿dónde está Victoria?
-Subió a su habitación, papá ¿voy por ella?
-Sí, Noel, tenemos que hablar del viaje.
Volviendo a tomar asiento en la sala junto a su esposa e hija pequeña, Hank, aguardó a que Noel, fuera por su hermana.

Subiendo los escalones de dos en dos, Noel, se dirigió a la habitación de su hermana, y tal y cómo lo imaginó, la puerta estaba cerrada. Tocó un par de veces antes que Victoria, apareciera.

-Vamos, papá quiere contarnos sobre el viaje.
-Odio todo esto, yo no quiero ningún viaje.
Refunfuño cruzándose de brazos.
-No hagas esto, solo vamos abajo y escuchemos.
-Bien.

A regañadientes, Victoria, siguió a su hermano hasta la sala, tomando su lugar en el sofá frente a sus padres.

-De acuerdo, ahora que estamos todos, vamos a hablar de este maravilloso obsequio de parte de mi jefe. Sé que es tarde y estamos todos cansados pero ¡tenemos que hacer las maletas!
-¿Qué? Pero ¿ahora?
Preguntó Victoria, alarmada.
-Sí, cariño, mañana nos vamos de vacaciones, así que tenemos que hacer las maletas, vienen por nosotros a las 3 de la tarde.
-Pero... ¿es necesario que yo vaya a ese viaje? Porque me puedo quedar en casa de Sue, o con Dexter.
Insistió, Victoria.
-Hija, no te vamos a dejar sola por 3 semanas mientras nosotros disfrutamos de todas las comodidades que nos brinda este viaje.
-Pero papá...--
-Victoria, fin del tema ¡vas con nosotros y punto!
Cerró el tema su madre sin mucha paciencia.
-Es que yo iba a...--
-¡Las maletas! Todos arriba, a armar las maletas.
Insistió antes que Victoria, pudiera volver a protestar.
-No quiero ir al puto caribe, ¡detesto el sol!
Espetó antes de levantarse del sofá y desaparecer de la sala.

Con el enojo instalado en su cabeza, porque una vez más su mamá no la dejara hablar y explicar el motivo por el que no quería ir a ese "viaje", subió a encerrarse en su habitación. Con impotencia se paseó de aquí para allá, pensando en qué hacer para poder escaparse de pasar 3 semanas bajo un infernal sol, tomó el celular y le marcó a su amiga Sue, pero enseguida cortó a recordar que estaría en una fiesta familiar fuera de la ciudad, así que le marcó a Jax, el único que contesta a todas horas.
Comiéndose las uñas ante la impaciencia de hablar con alguien, buscó en las llamadas recientes y le marcó.

-¡Jackson!
Suspiró al escuchar como su amigo se aclaraba la garganta al otro lado de la línea.
-Vic, hola ¿Qué sucede?
-Nada.
Suspiró con pesar.
-No me vengas con esas, me estas llamando a las... -hace una pausa para mirar la hora-. 12 de la noche, y mañana tengo que trabajar, dime.
Insistió Jax, atento a lo que su amiga tuviera para decirle, ella nunca llamaba y no decía nada.
-Bien -suspiró cansada-. Mañana me voy al caribe por 3 putas semanas. El egocéntrico dueño de la compañía donde trabaja Hank, le ha regalado vacaciones pagadas a cuatro familias y..., ¡me voy al maldito caribe
Gruñó con amargura, necesitaba descargarse.
-¡¿Al caribe?! Pero..., es un hijo de puta trillonario ¿o qué?
Exclamó sorprendido, despertando del todo.
-Sí. Para tener tantos empleados, creo que debe serlo.
-¿No me digas que el viejo ofreció filete y champagne de cristal?
Se burló con sarcasmo.
-De hecho, sí..., -guardó silencio pensando en si era bueno o no aclarar que de viejo ni la corbata-... hu..hubieras visto toda la comida, y los vinos, debió invertir una pequeña fortuna en todo eso, creo que el año pasado no fue tan "extravagante", creo que debí vestir de etiqueta.
-No gruñas, sabes que me excita cuando lo haces.
Ronronea, activando el modo seductor.
-¡Cállate! –pide nerviosa-. No salgas con esas estupideces. El hecho por el cual te llamé es porque MAÑANA me voy por 21 días al puto caribe ¡ni siquiera me gusta el sol!
-Ah, mi blancanieves...
-No te burles –soltó intentando fingir que no había entendido esa insinuación-. Y no estás entendiendo por qué me enoja tanto ir al maldito viaje
-Lo siento, estoy medio dormido.
-No voy a poder ir al festival, idiota.
Le recuerda con un malhumor de los mil demonios.
-¿Qué? Repite eso, Victoria.
-Me voy mañana, son 3 semanas y mi mamá ya dictó la sentencia.
-Maldición, Vic..., pero ya teníamos todo planeado para cuatro ¿qué vamos a hacer?
-Lo sé, Jackson. Llevamos un año planeando el maldito viaje y en un día se estropea todo.
-Calma, Vic, no te alteres ¿podemos hacer algo? ¿Puedes tomar otro vuelo? O quizás puedas regresarte antes de tus vacaciones familiares, yo voy por ti al aeropuerto el día que sea.
-Jax..., he dejado un agujero enorme en el suelo de mi habitación de tanto pensar en qué hacer para zafarme de esta..., de verdad quiero ir a Alemania con ustedes...
Gimoteó bajando el tono de voz. Se estaba lamentando.
-No, no, no, tiene que haber un modo, tienes que ir.
-Jax, el único modo sería escapándome, pero este tipo es tan..., no se "excéntrico" que estoy casi segura que tiene una isla y de eso es imposible escapar y pasar desapercibida.
-¡Mierda, Vic! ¿Qué voy a hacer? ¡¡Tú eras mi compañera de viaje!!
Soltó levantando la voz en tono acusatorio, culpándola.

El enfado de Jax, se hizo evidente en el tono en que le estaba hablando, se sentía tan frustrado por no tenerla a su lado en este viaje que no pensaba con claridad. Es conocido por su mal temperamento, pero con Victoria, nunca ha salido a la luz.

-Jackson..., lo lamento, yo no quería que esto sucediera..., lamento tener que dejar nuestros planes por este viaje "familiar", pero creo que no puedo hacer nada para cambiar la decisión de mi mamá.
Se disculpó una vez más, con voz suave y cargada de culpa al no escuchar una sola palabra al otro lado de la línea, así que de una vez colgó.

Levantándose de la cama de un salto, Jackson, comprendió que estaba siendo injusto al culparla por la decisión de sus padres. Así que tomando un par de respiraciones profundas, se acercó a la ventana y la llamó de vuelta, esperando que contestara.

-¿Qué?
Soltó Victoria, con voz agotada.
-Lo siento, yo..., sabes que soy un imbécil, tú no tienes la culpa de nada, no debí gritarte, sabes cómo me pongo cuando algo no me gusta
Se apresura a explicarle, temiendo que fuera a cortar.
-...Tal vez Lola, quiera tomar mi lugar –soltó luego de una pausa-. Puedo cambiar el nombre de los pasajes, y..., es tu novia, estarás más cómodo con ella...
Susurró con tristeza.
-Victoria.
La interrumpe con tono autoritario.
-¿Qué?
Pregunta temerosa de lo que pudiera decir.
-Sabes que las cosas con ella no funcionan hace mucho, y tú eres la responsable de eso.
Afirma muy seguro de sí mismo. Sonriendo en silencio.
-Te dije que no quiero ser la tercera en este triángulo.
Le advierte molesta.
-Sabes que tú me importas más.
Murmura meloso, pasando por alto su enojo.
-¡Suficiente! Necesito que mañana a las 2 de la tarde, me des los datos de quien va con ustedes para cambiar mi pasaje.
-Ahorraste un año para el viaje, es mejor que regreses el ticket de avión.
Suspiró resignado a nuevamente dejar el tema de lado.
-No, no quiero que quedes solo, esto es mi culpa, ya no me importa el dinero, además son solo los pasajes.
-Vic, yo...
-Jax, basta, ¿puedes hablar con Sue? No tengo ánimos de repetir la historia.
-¿Puedo ir a verte?
Preguntó sabiendo que este "problema" solo los alejaba de lo poco que se habían acercado "íntimamente".
-No. Tienes que trabajar temprano mañana y yo..., realmente no quiero ver a nadie.
-Con tu viaje y el mío, no te voy a ver en más de un mes. Me voy a volver loco si no te veo o si no me despido.
-Jax, suenas desesperado, cómo si después de estas semanas las cosas nunca volvieran a ser igual.
-Lo sé, esperaba que Europa fuera mi oportunidad, Vic.
-¿Mañana?
Sugirió resignada a que si se negaba a verlo en media hora lo tendría tocando a su puerta.
-Sí, por supuesto, te veo al medio día en esa cafetería que tanto te gusta ¿bueno?
-De acuerdo, pero no quiero entrar, te veo en frente.
-Perfecto, ahora date una ducha y a la cama, no pienses en culpables, sé que lo haces... Duerme bien.
Esta vez el tono de Jax, era dulce y cargado de ternura. Sabía que su amiga se ponía nerviosa cuando le hablaba de ese modo tan "personal".
-Gra..., gracias. Buenas noches, Jax.

Pensativa, se sentó al borde de la cama, mirando las puertas de su armario. ¿Qué estaba pasando con Jax? ¿En qué momento llegaron a aquel punto de no retorno?
Decidió culpar a su madre por obligarla a ir a ese maldito viaje, y con el malhumor de vuelta, se levantó de la cama, abrió las puertas del armario, tomó su maleta de la parte inferior acomodándola en el piso, lista para lanzar toda la ropa que pudiera llegar a necesitar. Camisetas pantalones, zapatillas, ropa interior, todo lo que se le cruzó por la mente cayó en el interior de la maleta.

Mientras Victoria, descargaba su ira contra su pobre maleta, sus padres estaban sentados a la barra del desayuno en la cocina, con una copa de vino entre las manos.

-¿Estás emocionada, cariño?
Preguntó Hank, antes de llevarse la copa de vino tinto a la boca.
-Mucho, Hank, no puedo creer que vayamos al caribe, sabes que siempre ha sido mi sueño ir a una de esas islas paradisiacas
-Lo recuerdo, por supuesto.
Intentó sonreír, pero no podía sacar de su cabeza la negativa de Victoria.
-¿Qué tienes? ¿No me digas que le das vueltas a la actitud de Victoria?
-Claro que lo hago, no la entiendo, está extraña.
-Ignora su mal humor, va con la familia ¡y punto! No se manda sola, Hank, deja de ser tan blando con ella.
Replica con amargura y una pisca de desagrado.
-Jamie, es una buena hija, algo debe tener.
-¡Bien! Está molesta porque se iba de viaje con esos amigos suyos.
Suelta a regañadientes, sintiéndose obligada a explicar el motivo por el que su hija no quiere ir con la familia.
-¿Qué? ¿El viaje a Europa es tan pronto?
Pregunta alarmado al no haberlo recordado antes.
-Sí, pero nosotros somos sus padres, si decimos que va con nosotros, es porque va.
-Ahora entiendo su enfado, dios, me siento mal por olvidarlo. Mi pequeña estuvo ahorrando todo un año para ese viaje, Jamie ¿Por qué no me lo dijiste antes?
-Es una pérdida de dinero lo que quiere hacer con sus amiguitos esos, además, no viene al caso.
Espeta recelosa.

Indignado por la actitud tan frívola que Jamie, estaba mostrando hacia su hija, Hank, se alejó de su esposa, y a la distancia la observó en silencio.

-¿Y todo su esfuerzo trabajando y ahorrando, gastando lo mínimo para poder ir por su cuenta, qué?
La encara bastante cabreado.i
-No me hagas quedar como la mala.
Le advierte con su seria y controladora mirada, pero sin perder la compostura.
-Jamie, cariño, no es eso, es que ese viaje es importante para ella y..., yo soy el que se siente mal ¿estará desierta?
Pregunta acercándose a la barra para terminar el contenido de su copa.
-No oí ruido cuando dejé a Cami, en su habitación.
-Quiero hablar con ella.
Informa dejando la copa de golpe sobre la barra.
-Mañana, cariño, mañana tendrá la cabeza más tranquila, ahora todos estamos cansados luego de este magnífico día.
-Eso es cierto, la fiesta estuvo perfecta.
Rodeando la cintura de su esposa, apagaron las luces de la casa y se fueron a la cama a descansar. Los esperaba un largo viaje al Caribe, al día siguiente.

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