CAPÍTULO 36; "Preliminares"
Descubriendo emociones.
Un pequeño rayo de luz se filtraba por las grandes cortinas, directo en el rostro de Matt. Intentó ignorarlo, estaba tan a gusto, ahí, acurrucado contra la espalda de Victoria, rodeando su cintura con delicadez, que odiaba pensar en tener que moverse. Al cabo de unos minutos un "dah" lo puso en alerta, "tha", ahora definitivamente había oído bien, con cautela levantó la cabeza desde su escondite en el cuello de Victoria, y entonces la vio. Ali estaba frente a ellos toqueteando la mano de su mamá, mientras lo observaba todo con sus grandes ojos curiosos.
-¿Porqué tienes que ser tan linda?
Susurró Matt anonadado con la pequeña. Con cautela estiró su brazo y la acarició con delicadeza, no se cansaba de admirarla.
Aquella mañana en especial, sentía una paz inexplicable, se sentía feliz, acompañado. No dejaba de sonreírle a Ali. Y de observar a Victoria dormir. El antiguo Matt, consideraba estar en la cama despierto sin hacer nada, una completa pérdida de tiempo. El nuevo Matt, ansiaba las próximas mañanas de "hacer nada", para disfrutar de sus chicas...
-¿Cuánto llevas despierto? -preguntó la adormilada voz de Victoria
-Un rato... ella me ha despertado -dice pegando su mejilla contra la de Victoria
-Ella no hace ruido, ¿estás bien? -se giró para enfrentar el rostro de Matt, estaba preocupada por él
-Ahora, gracias a ti, estoy muy...bien ¿qué le pasó a tu carita? -susurró horrorizado al ver su rostro marcado
-Nada. ¿Seguro que estás bien? ¿Necesitas algo? -preguntó mientras acariciaba su barba incipiente, ignorando su preocupación
-Sí, necesito un beso de mi increíble mujer
-Aun no lo soy -sonríe alegre de escucharlo bien
-Son solo tecnicismos, no voy a dejarte ir luego de lo que hiciste por mí
-Te quiero feliz y sonriente -susurra con timidez
-Lo soy, contigo lo soy... ¿Quién te hizo esto? -insistió acariciando su mejilla arañada
-¿Te duelen las manos? Intenté no escarbar mucho en tus nudillos, están muy lastimados -ignoró su pregunta, mientras centraba su atención en acariciar los nudillos lastimados de Matt
-Gracias por cuidar de mi anoche -agradeció acariciando su mejilla
-Oye, no eres el único que puede hacerlo -lo regaña con cariño
-Lo sé, pero me gusta ser yo quien cuida de ti
-Lo se
-Aunque... -la mira con complicidad-. La próxima vez que me quites la ropa, quiero estar despierto, y no olvides ninguna prenda. -susurra contra sus labios antes de besarla
-No me beses, tengo mal aliento -gruñe apartando el rostro
-¿Y qué? El mío no debe estar muy lindo
-Apestosos -ríe con suavidad ante su comentario
-Te amo, Victoria
-Ya lo sé -sonríe radiante-. Pero sigo teniendo que cepillar mis dientes
-Yo primero
Robándole otro rápido beso, se levantó de la cama y desapareció tras la puerta del cuarto de baño. Victoria se levantó de la cama, y cargó a la pequeña con mucho cuidado hasta la ventana, necesitaba algo de luz. A los minutos Matt regresó con una radiante sonrisa, había tomado su celular y estaba listo para tomarles una foto, cuando Victoria lo descubrió.
-Vamos preciosa, solo una –pide sonriente, listo para tomar disparar la cámara
-Tengo cabello de bruja -se queja con un puchero
-No es cierto -ignorando su protesta le tomó un par de fotografías
Satisfecho fue por Ali, para que Victoria pudiera usar el baño. Fueron solo minutos, pero el volvía a estar acostado en la cama esperándola para recibir su beso de buenos días como dios manda. Acomodando a la bebe tal y como estaban al despertar, Matt jaló a Victoria sobre su cuerpo, aterrizando torpemente sobre su pecho.
-¡Bruto! -se quejó Victoria dándole un manotazo en el pectoral
-Ya dame ese beso -pide riendo
Y de inmediato dejó de estar enojada y se lanzó a su boca, ella también ansiaba un buen beso, lo necesitaba luego de semejante día.
Dejándose llevar por el apasionado beso, Matt comenzó a presionarla cada vez más fuerte contra su cuerpo, frotándose en las partes adecuadas.
-¡Matt! –chilló al notar el bulto en la ropa interior de él
-No lo puedo evitar –vuelve a presionarse contra ella
-¡Ali está en la cama!
-Es que mi cuerpo acaba de recordar el fin de tu cuarentena –sonríe divertido ante su preocupación
-Ya basta, tengo que alimentar a tu hija -lo empuja intentando ocultar su diversión ante su repentina excitación
-Si mal no recuerdo, me prometiste una noche de pasión, si hacía lo que me pedías -vuelve a atraerla hacia su pecho
-¿Conseguiste los condones? -le recuerda arqueando una ceja
-¿Era enserio?
-Claro que si
-Me niego a usar esa basura contigo
-Matt, no va a suceder si no los tienes -cierra el tema con seriedad
-Puedo seducirte –besa su cuello mientras se contonea contra ella
-Ya basta, búscalos y punto, no quiero otro bebé, es a mí a la que le duele la espalda y a la que tienen que cortar a la mitad -gruñe
-Pero Vic –insiste, Matt
-Nada de peros
-Bien, pero no pienso salir de la habitación, voy a observar todo lo que hagas, no me importa que te de vergüenza -gruñe ofuscado
-Bien, no hay sexo
-Pero Vic... -vuelve a lloriquear
-Tú lo dijiste
-No es cierto –protesta con niño pequeño
-Ya, quédate allí
Ocultando una sonrisa pícara, se alejó de él, asegurándose de restregarle su generoso busto en el rostro al hacerlo, pero sólo provocó que su excitación aumentara, y dándole un azote en el trasero hizo que estos sé mecieran, devorándola con la mirada.
Consciente de lo provocadora y descarada que estaba sintiéndose esa mañana, no dijo nada, simplemente se bajó de la cama y la rodeó hasta llegar a Ali. Con el cuidado que siempre tenía con ella, la cargó para acomodarse en la cama, y bajo la atenta mirada de Matt, colgó una mantita rosa sobre su hombro izquierdo, acomodó a la bebe y lentamente deslizó el delgado tirante del camisón hasta que su pecho quedó expuesto. Sin perderla de vista, Matt la observó con ansias, ella estaba jugando sucio, sabía perfectamente lo que le hacía.
Enloquecido por lo sexy que se veía amamantando alargó el brazo para quitar la manta de su campo visual y así tener una mejor vista de su pecho
-Estoy tan celoso de Ali en este momento –suspiró contemplando el perfecto cuadro
-Pervertido
-Provocadora
Con una picara sonrisa se arrastro hasta el regazo de Victoria y apoyó su cabeza para así poder mirarla a los ojos.
-Sé porqué lo haces -susurró muy serio
-¿A si? -le sonrió con cariño
-Intentas distraerme de la mierda de ayer -soltó en un suspiro
-Señor Rothschild, ese vocabulario es inaceptable en presencia de mi hija
-Futura SEÑORA Rothschild, mis más sinceras disculpas
-Disculpas aceptadas
-Preciosa, ayer la señora Rossi me dijo que necesitaba hablar contigo, lo olvide completamente
-¿Ocurrió algo? -se alarmó
-No dijo nada al respecto
-Vaya...
-No te preocupes, si fuera algo grave hubiera insistido
-Ahora estoy "intrigada"
-Curiosa
-¿Estás bien? -preguntó nuevamente
-Sí, amor... Ahora ¿podemos hablar de los anticonceptivos? -arquea una ceja insinuante
-Oh... supongo que sí -susurra incómoda
-No quiero que absolutamente ningún tema te ponga nerviosa, no conmigo
-Estoy tratando, soy pudorosa, ya lo sabes, lo intento...
-¿Lo fuiste con Max?
-¡Matt! -chillo ruborizada
-¿Lo fuiste? -insiste
-No -confiesa apenada
-¿Porqué?
-No sentía nada por el...
-¿Cuándo te diste cuenta?
-A penas dejé su casa... fui una tonta
-No, no lo fuiste, solo estabas confundida, ¿usaron condón?
-Si...
-¿Solo fue esa vez?
-Si... Me pasé un año, sino más, pensando o estando "enamorada" de él, que tonta
-¿Que te hizo cambiar? -continuó Matt, con el interrogatorio
-Chris... Aunque no dejaba de pensar en ti, eras insoportable, ocupabas todos mis pensamientos
-¿Ya no? -suaviza su expresión
-Ahora son bien recibidos -afirma acariciando su cabello con adoración
-Bien, así me gusta -afirma hinchando el pecho
-No te hagas el listito
-¿Te sentías atraída por el entrenador? -vuelve al interrogatorio
-¿Por ese vikingo atractivo? ¡Por supuesto! Aunque me intimidaba que fuera tan atento –confiesa sin pelos en la lengua
-Ese era su juego -gruñe celoso por aquel comentario
-Nunca sentí que lo fuera... -susurra avergonzada por su estupidez
-No te engañó, con juego me refiero a su modo de seducir a inocentes chicas con sus encantos físicos
-Oh...
-¿Ves como podemos hacer esto sin volvernos locos?
-¿Puedo volver a ver a Chris? -lo provoca divertida, hace un segundo atrás estaba celoso.
-¡¿Qué?! ¡De ninguna manera! -levanta la cabeza de su regazo
-Era un buen entrenador... Necesito estar en forma -comenta en un puchero, ignorando su arrebato
-Yo te pondré en forma
-Eres un pervertido, Matt
-Estas perfecta, ayer cuando te vi en ese vestido negro... Casi olvido que estábamos con más gente, despampanante, esa es la palabra que te describe
-Ni me lo recuerdes, odio atraer miradas inadecuadas
-Solo la mía, señorita
-Siempre –coincide, Victoria
-¿Qué pasa con Sue? Aún no me lo dices
-No me guata lo que pasa -frunce el ceño al pensar en aquella situación
-¿Tiene que ver con Adam?
-Es lo que temía que ocurriera si se enredaban -suspira resignada
-Sigue sin querer una relación -afirma Matt, entendiendo toda la situación
-Adam quería algo serio, pero Sue se ha enamorado de alguien más
-¿No se lo ha dicho?
-No, pero sé que Adam lo sabe –dice Victoria.
-¿De qué lado estas?
-Con Adam, no quiero que sufra, se lo advertí, conozco a mi amiga
-¿Es Eric?
-¡¿Cómo lo sabes?!
-Tengo ojos, amor, no te preocupes, no pienso interferir
-Lo siento...
-Esta tarde tendremos un romántico almuerzo
-¿Cómo una cita?
-Como una cita -sonríe al ver como se ilumina su cara al cambiar de tema
-Entonces... ¿Ya somos novios otra vez?
-¿Novios? No, estamos comprometidos, Victoria
-Oh...
-Creo que Ali ya terminó -señala a la bebe que había dejado de alimentarse y ahora lo observaba curiosa
-¡Rayos! -se ruboriza al sentirse expuesta
-No, no, no tienes porqué cubrirte -dice al tiempo que sujeta su mano para que no se oculte
-Solo quieres espiarme... No te enojes
-Quiero admirarte, ahora enséñame a vestir a esta damita y vayamos a desayunar en pijamas
-Son a penas las 7:20 de la mañana
-¿Y qué?
-Está bien, tu ganas
-Lo sé
-Engreído
Con paciencia aguardó a que Matt se levantara de su regazo y tomara a la bebe en brazos, una vez de pie, se acomodó el camisón y con mucho cuidado y un tanto nerviosa desvistió a Ali, y le cambió el pañal, luego se devanó los sesos buscando ropa para cambiarla, no tenía mucha y no quería ponerle pendas mezcladas.
-Lo haces bien, preciosa, no te pongas nerviosa
-¿Y si el pañal está muy apretado? ¿Y si le limpie mal el trasero? ¿Y si...?
-Basta, mírala -la corta en su arranque de histeria- Esta bien, no llora, a veces me parece que quiere sonreír
-Es muy pequeña para eso
-Lo sé
-Bien, voy por algo que ponerme
-Sí, esos son solo míos –dice señalando los pechos de Victoria
-No, no lo son
-Temporalmente los comparto con nuestra hija, pero son míos
-Yo... creo que no tengo nada que decir ante eso
-Podrías decir lo mucho que te gustan algunas partes de mi cuerpo
-No pienso hablar obscenidades frente a Ali
Nuevos comienzos
Con inmensas sonrisas plantadas en sus rostros, ambos bajaron hasta el comedor principal, en donde ya todo estaba dispuesto en la mesa para que ellos desayunara, Matt había avisado que tomarían su desayuno mientras Victoria buscaba un pijama más adecuado y menos transparente.
-¿Porqué hay tantos puestos? –pregunta Victoria al llegar a la mesa con Ali en los brazos
-George me ha informado que Calvin y Edward vienen, y he avisado a Eric y Adam, es tu turno avisar a tu amiga –le anuncia sonriendo
-De acuerdo –suspira resignada.
Con sumo cuidado le entrega a Ali, y se dirige a la habitación de su amiga. Tocando a la puerta, entró sin esperar respuesta, Sue se encontraba sentada en el medio de la cama, con la mirada perdida y hecha un manojo de nervios, ahora que Eric también estaba en la propiedad.
-No has dormido mucho ¿no es así? –susurra Victoria al ver a su amiga
-No... esto me supera, siempre rechace posibles relaciones ¡porque son la mierda más complicada del mundo! Por eso prefiero las matemáticas
-Entonces no pregunto si hablaste con Adam, está claro que no
-Me odio por ser tan putaza, su mirada me mata, sabe que la cagué, sabe que no estoy en la misma página, pero sigue tratándome con cortesía y respeto, no sé qué hacer, lo quiero, de verdad que lo hago, pero no como él desea que lo quiera, me preocupa, no quiero ser la responsable de borrar esa preciosa sonrisa de su rostro... -solloza antes de lanzarse a los brazos de su amiga
-No llores... -pide acariciando su rubia melena.
Pasaron un par de minutos en silencio, Victoria intentaba acallar el llanto de su amiga, antes de unirse a ella en las lágrimas, cuando unos suaves golpecitos las sobresaltan, la puerta no estaba del todo cerrada, así que una mano la empujó con suavidad, para dejar ver a su dueño. Se trataba de Adam.
Con la tristeza reflejada en sus hermosos y alegres ojos azules, Adam las observaba desde el umbral, por un lado estaba aliviado de haber escuchado su conversación, pero por otro, derrotado. Finalmente era un hecho que lo suyo con Sue había acabado.
-Sue... -susurra Victoria
-... no puedo –dice lo suficientemente bajo, para que solo su amiga la oyera.
-Si puedes, se lo debes... te voy a dejar con él, todos vamos a estar desayunando, vendrá Edward...
-¿Estás bien? –pregunta levantando su cabeza del hombro de Victoria
-Sí, sabes que se me hace difícil estar enojada por mucho tiempo
-Y el finalmente hizo algo decente, bien, si tu puedes yo también
-Así me gusta
-¿Algún consejo? –pregunta con mirada suplicante
-No le digas nada de Eric –le sonríe con cariño
-...ok
A regañadientes deshizo el abrazo de su amiga, y la dejó alejarse, solo para observar cómo se acercaba a un triste Adam y lo abrazaba con fuerza y cariño mutuo.
Respirando profundo, Adam dejó ir a Victoria y sin esperar ser invitado, entró en la habitación, cerrando a puerta tras de sí. La observó y observó, la conocía, no mucho, pero sabía lo mal que se estaba sintiendo en esos momentos, así que para aligerar la carga sobre sus hombros, habló primero.
-Escuché tu conversación con Vic, estaba a punto de venir a hablar contigo, cuando la vi entrar, te pido disculpas
-No seas tonto... no me pidas disculpas, me hacen sentir terrible
-Nunca esperé sentirme tan atraído por ti, Suzzette
-Nunca esperé que fueras tan linda persona... -confiesa angustiada
-Alguien se ganó el corazón de la provocadora Sue... finalmente
-No hagas eso...
-Me alegra saberlo, me alegra que esto esté pasando ahora, cuando estaba a medio camino de enamorarme de ti, duele, no lo voy a negar, pero soy la persona menos egoísta que existe, quiero que seas feliz, no te restrinjas por mí, ve por el afortunado
-Él también es considerado y linda persona... como tú
-Me gustaría saber quién es, no ahora, esto... no ahora
-Adam... me estas matando, grítame, ódiame, soy una zorra –chilla con lagrimas rodando por sus mejillas
-No vuelvas a decir eso –le advierte levantando la voz dos tonos, y sonando tal y como su hermano
-Es la verdad, no seas tan considerado conmigo, no lo merezco
-Todos cometemos errores, lo nuestro nunca tuvo nombre, simplemente disfrutábamos de la intimidad, sabía que no ibas a cambiar tu forma de ser, "sin ataduras, Adam", si me encuentro en esta situación, es porque yo me lo busqué, deseaba desesperadamente encontrar a "mi Victoria", estoy celoso, Matt es mi hermano pequeño, y tiene a la mujer perfecta y a la hija más preciosa que pudiera merecer, yo también quiero eso, y no lo supe hasta que los vi, lo feliz que esa provocadora con carácter lo hace es lo que yo también quiero para mí
-Y la vas a encontrar, eres un encanto, no busques, disfruta de tu reciente libertad, cuando menos lo esperes vas a encontrar a tu chica ideal
-¿Hablas desde la experiencia? –le sonríe para que deje de llorar
-¡Adam! –gruñe con una sonrisa
-Responde -le insiste con cariño
-Algo así, solo quiero que sepas que no he tenido una doble relación ni nada
-No te detengas
-Me di cuenta cuando ya estaba al tope de excusas para evitarte, la mierda me explotó en la cara
-Suficiente señorita, deja de llorar, no quiero ver esa linda carita triste
Termina de aproximarse y decidido la abraza, la aprieta contra su pecho, si bien estaba triste, a la vez estaba feliz, no quería perderla, quería que siguiera siendo un constante en su vida, y no se movió de esa habitación hasta convencerla de ello.
Tras dejar que su amiga resolviera sus problemas, Victoria se dirigió al comedor, en donde se encontró con Matt muy sonriente mientras hablaba con Eric.
-Es hermosa -susurra Eric, cuando encuentra a su amigo cargando a su hija
-Lo es -suspira encantado
-¿Estás bien, amigo?
-Si, estoy... tranquilo, ya no te preocupes, Victoria se preocupa por mí lo suficiente
-¿Dónde está esa loca? No puedo creer lo que hizo
-Fue por Sue –contesta con cuidado
-¿Todavía no...? –pregunta ignorando la punzada de dolor que le provocaba la sola mención de Sue.
-Esta tarde, vamos a tener una cita
-¿Almuerzo?
-Así es, estoy ansioso
-¡Eric! -alza la voz, Victoria, al momento que llega a la sala y se encuentra con su amigo
-¿Qué pasa, preciosa? -pregunta un preocupado Matt, su rostro refleja problemas
-Matt... La señora Rossi tiene que regresar a California -lloriquea mientras se acerca a abrazar a su prometido, bien fuerte por la cintura
-¿Qué? Pero... Tranquila, ya nos la arreglaremos –promete nervioso
-Vic, ¿qué le ocurrió a tu rostro? -pregunta Eric, al notar los rasguños y el golpe en el mentón
-Agatha me golpeó, pero no es nada –suelta sin pensarlo
-¡¿QUE?! –grita Matt, sobresaltando a la bebé
-¡No grites! –grita de vuelta, Victoria
-Chicos, calma, harán llorar a Ali –interviene Eric
-Lo siento, gracias por venir, Eric –susurra Victoria
-No podía quedarme tranquilo luego que me contaras ese descabellado plan para hacer confesar a esa... gente
-¿Le dijiste a Edward?
-Sí, pero él ha estado haciendo preguntas, mucho antes de todo esto, estaba decidido a ayudarte, el quiere tu perdón a como dé lugar
-Lo sé... creo que ya no tengo excusa para rechazarlo, después de todo me defendió
-¿Te duele mucho? –interviene Matt, atrayendo su rostro hacia él con cuidado
-Solo cuando lo toco –dice para tranquilizarlo
-Esa... bruja te dejó las garras marcadas, necesitas algo, tienen que borrarse de tu rostro... ¿Eric?
-Tranquilo, luego puedo desinfectarlo
-Matt, deja de ser tan exagerado, estas asustando a Ali
-Lo lamento...
-¿Qué vamos a hacer sin la señora Rossi?
-¿Cuándo te lo ha dicho?
-Cuando venía desde la habitación de Sue, se va en unas horas
-Tranquila, ya veremos cómo solucionarlo
-No suenas para nada convincente, Matt
-Señor, lamento la interrupción, pero El señor Acton y el señor Powell ya están aquí –anunció George
-Gracias, que sirvan el desayuno de inmediato
-Por supuesto, señor Rothschild
-Bien, vamos a desayunar, ¿Vic?
-Si... creo que debimos habernos vestido...
-Están bien, vamos gruñona, camina –dijo Eric
A regañadientes, Victoria tomó la mano de Matt, y dejó que la guiara hasta la mesa.
Cuando estuvieron todos a la mesa, Victoria acomodó a Ali, en una mecedora que Elizabeth le había pedido a George que consiguiera, antes de tomar asiento junto a Matt.
Asuntos pendientes
-Bueno, Matt, creo que no hemos sido oficialmente presentados. Mi nombre es Calvin Powell, soy jefe del departamento de homicidios en Londres, conocí a tu madre en la escuela, fue mi primer amor, nunca pude olvidar su terrible final, por años intenté hallar un modo de hacer justicia, sabía que Michael había tenido algo que ver, pero no tenía el apoyo de nadie, tu abuela estaba devastada, tú te fuiste lejos, y las pruebas eran nulas, por ese entonces era un simple aprendiz en la escuela policial.
-¿Fuiste novio de mi madre? –susurra Matt, conmocionado
-Así es, fuimos felices, pero ella no me tomaba muy enserio, era bastante... despreocupada, no quería compromisos... pero era una buena novia, aunque fuimos muy amigos... hasta que apareció Michael en medio, con su seguridad y petulancia, consiguió cautivar a la bella Alice, se metió en nuestra relación, ella me dejó pero me prometió que seguiríamos siendo los mejores amigos. Duró 3 meses, solo eso, a él no le gustaba que habláramos y como estaba enamorada, hizo lo que le pidió. El resto creo que lo sabes, no vale la pena recordarlo.
-Gracias por no olvidarla –susurró emocionado, aferrado a la mano de Victoria.
-Ella es de esas personas a las que siempre recuerdas
-Lo es... -coincide con los ojos húmedos y llenos de aprecio hacia ese desconocido que hablaba con tanto cariño de su madre.
-Elizabeth me contactó hace una semana, al comienzo fue solo para saber sobre la investigación que se cerró hace tantos años. Pero hace unos días me habló sobre Victoria, y su descabellada idea para hacerlos confesar, entonces tuve el placer de conocer a tu novia, hablamos en una ocasión, y pude comprender por qué confiaba tanto en ella, se parece mucho a la Alice que yo conocí, decidida y preocupada.
-Mi Victoria –afirma con orgullo
-Así es... y este hombre apareció en el momento adecuado, gracias a Edward pudimos saltarnos un juicio y fuimos directo al veredicto. Es por eso mi visita esta mañana, quería darles la noticia personalmente. No van a salir, la confesión que consiguió Victoria y las amenazas que le hizo tanto a ella como a Elizabeth, no fueron pasadas por alto. Esta tarde serán trasladados a sus nuevos hogares.
-Eso es lo que necesitábamos escuchar, ¿verdad hermanito? -comenta Adam, con alivio
-Si... lo es... -aliviado por haber acabado con su gran pena en la vida, no tenía palabras que describieran lo... libre que se sentía en ese momento.
-Yo... ¿cómo fue que lo conseguiste... Edward? –preguntó Victoria
-Te prometí hacer lo que fuera necesario para que seas feliz. No fue fácil contactar con toda la gente que alguna vez trabajó para Agatha y para tu madre, Matt, pero ya habían pasado tantos años que no les importó contarme su verdad, esa repulsiva mujer fue quien le ordenó a una de sus empleadas comprar el veneno, no quiero entrar en detalles, estuve meses tras las pistas, me alegra haber llegado a tiempo
-Gracias, Edward –sonrió Victoria, con verdadero agradecimiento.
-Es un placer, bueno, espero que podamos tener una cena, tu hermano también está en la ciudad
-Dalo por hecho, Edward –aseguró Matt, sabiendo que Victoria estaba enojada con su hermano
-Grandioso, entonces creo que es momento que me retire, tengo un par de asuntos que atender en la ciudad.
-Yo también me retiro
Anuncia Calvin, poniéndose de pie junto con Edward.
Una vez que ambos dejaron la casa, Adam fue el primero en romper el extraño silencio que perduró una vez que aquellos hombres dejaron la casa.
-Entonces... ¿ya puedo regresar a Nueva York?
-Claro, sabes que eres siempre bienvenido en nuestra casa, hermano
-¡Genial! Porque no pienso alejarme de aquella damita
-¿Qué hay de tus "negocios"? –pregunta Victoria
-Están bajo control, en Nueva York me esperan nuevos negocios, y tú, señorita, me vas a ayudar
-¿A si? –arqueó una ceja con curiosidad
-Sí, bueno, no quería hablar de esto hasta que estuviera firmado el contrato, pero estoy comprando un nuevo club... y
-¿Y lo conocemos? ¿Porqué tanto misterio?
-Que impaciente, querida Vic, si, le estoy comprando el club a Ray
-¿Qué? ¿El Nightmare?
-Sí, hace un par de meses me llamó, y como nos conocemos hace un tiempo, ahora estamos nuevamente haciendo negocios
-Entonces, ¿Ray se va de la ciudad?
-Sí, se va con toda la familia, ya sabes que Ray es un hombre de negocios, y le surgió algo en Las Vegas, así que me ofreció el club y como ya no hay nada que me mantenga en Los Ángeles, he decidido regresar con mi familia
-Son buenas noticias –dice Matt
-Bueno... creo que podría cuidar a Ali, esta tarde –ofrece Eric, interrumpiendo la conversación
-Perfecto, gracias, Eric
-¿Porqué Eric se está ofreciendo de niñero? –preguntó Adam
-La señora Rossi debe regresar a California –susurra una pensativa Victoria
-Yo puedo quedarme con ella todo el día, solo tienes que dejarle leche, Vic –ofrece Sue
-...Si, yo... claro
Apenas terminaron de desayunar, Victoria, tomó a Ali, y subió directo a la habitación de la señora Rossi, comenzaba a entrar en pánico, y necesitaba saber cómo atenderla.
-Entonces... ¿ya se lo vas a decir? –pregunta Sue
Todos continuaban a la mesa, aguardando el momento para tocar el tema.
-Sí, voy a llevarla a recorrer algunos lugares turísticos de la ciudad y se lo voy a decir
-Entonces yo voy a contactar a Clarise, no puedo esperar a comenzar con los preparativos finales
-Yo tampoco, Sue
-Bueno, ya que mi damita tiene niñera, yo voy a salir, tengo un par de cosas pendientes –dijo Adam, levantándose de la mesa y dejando el comedor.
-¿Eric? ¿Todo bien?
-Claro, Matt, si me disculpas, iré a ver a tu abuela
-Gracias
En silencio, Matt aguardó hasta que Eric también abandonó la sala.
-Así que... ¿ya lo sabes?
-Sue, esto es realmente incómodo, Eric es mi amigo y quiero lo mejor para él, ha pasado por mucho los últimos 6 años, y lo que él necesita es a una mujer a su lado, una compañera, alguien que lo haga olvidar, no una aventura ni mucho menos un polvo de una noche, necesita amor... desde que Alex se presentó en su vida con sus problemas y adicciones que el dejó de lado todos sus intereses
-Matt, solo dilo
-Si no quieres estar con él como su compañera... te pido que te hagas a un lado, no es algo personal, no me veas como el malo, solo...
-Te preocupas por él, lo entiendo, está bien, Matt, yo realmente no sé que siento, y hasta no averiguarlo no voy a intentar meterlo en mi cama, no te preocupes –suelta con amargura
-No es lo que quise decir, Sue
-Lo sé, solo... vamos a pasar ese tema, le voy a pedir a Clarise que organice una selección de vestidos para que Vic pueda probárselos
-Gracias.
Preparando el gran día
Para las 9 de la mañana, Victoria finalmente fue capaz de dejar la casa, tras sacarse leche con una bomba para extraer leche materna, que Eric había salido a comprar personalmente, y de asegurarse de dejar más de 4 medidas, consiguió calmar sus nervios, hace una hora que la señora Rossi se había marchado y sentía que no iba a conseguirlo, estaba asustada, aterrada. No era la primera vez que salía, anteriormente no pasaba más de 4 horas fuera, y Matt siempre estaba cerca, ahora la niñera no estaba y ambos saldrían, su inseguridad estaba aflorando por todos sus poros.
Por suerte el plan de Matt, de sacarla a dar un paseo, despreocupados de todo, había dado resultado. En un comienzo le escribía a Sue, cada 20 minutos, pero luego consiguió distraerla.
-Vic, sé que es difícil distraerse cuando hemos dejado a Ali sola, pero tienes que pensar que esta será la primera de muchas veces que tendremos que hacerlo, cuando tenga asuntos de trabajo no podremos llevarla
-Lo sé, esas malditas cenas de ricachones –sonríe burlona
-"Esas malditas cenas de ricachones", yo confío en Sue, se que la cuidará y se preocupará por ella como nosotros mismos lo haríamos, así que... deja la histeria y disfrutemos de nuestra cita, hace tanto que no te tengo solo para mi
-Gracias por ser el mejor –susurra contra su pecho, mientras lo rodea en un gran abrazo de agradecimiento.
-No me tientes con lindas palabras, conozco muchos lugares en la ciudad a los que podría llevarte y cobrarme esa noche de pasión que me debes
-No lo dudo –sonríe insinuante
-¿Estas lista para ver el museo británico?
-Sí, pero también quiero ver el Big Ben
-Ya veremos si conseguimos verlo en un solo día, recuerda que tenemos una cita
-No lo he olvidado.
Y para las 3 de la tarde ya habían visto El Museo Británico, el Big Ben y EL Palacio de Westminster. Exactamente 6 horas de pasear por la ciudad, sin ninguna preocupación ni distracción, una cita absolutamente normal.
Una vez en el restaurante al que Matt la llevó, cerca del popular "Hyde Park", ordenó por ella, y aguardó impaciente a que todo estuviera sobre la mesa, desde ese punto no quería distracciones.
-¿Qué pasa? ¿De pronto tú eres el histérico? –sonríe Victoria, al ver lo impaciente que se muestra de pronto
-Lo siento, estoy ansioso por que nos dejen solos y podamos hablar
-¿Hablar? Lo hemos hecho durante horas, creo que ha sido el día en que más hemos hablado desde que nos conocimos, Rothschild –ríe divertida
-Creo que es cierto...
-¿Qué pasa? Ya dímelo, sabes que de paciencia, no tengo mucha, aunque comparada con la tuya la mía es milenaria
-Ahora te burlas de mi –dramatiza llevándose una mano al corazón
-¿Va todo bien? –pregunta seria
-¡Aquí viene la comida! –anuncia emocionado.
Dejando que el camarero haga toda la ceremonia del servicio de vinos y de la presentación del plato principal, apenas se marcha, Matt adopta su postura seria y decidida.
-Victoria, se que últimamente nuestras vidas están hechas un caos, y que ayer... todo acabó
-Ya no más mierda en nuestras vidas –sonríe con cariño
-No aguanto las ganas de convertirte en mi esposa y que comencemos desde cero, y dejemos todo atrás
-Me gusta cómo suena eso, así que ya dime lo que te tiene tan impaciente
-Vaya, SEÑORA Rothschild, me conoce bien
-Eso espero...
-Pronto remediaremos eso –afirma con un guiño
-Vaya... -susurra ruborizada
-Quiero que nos casemos lo antes posible, aquí en Londres, en la casa de la abuela.
-Oh...
-Quiero cumplir con la voluntad de la abuela, quiere que nos casemos en su casa, pronto, estoy de acuerdo...
-¿Está mal?
-No puede viajar, está delicada, Vic, he hablado con sus doctores, ya no saben cuánto tiempo le queda... pero no quiero presionarte con eso, deseo que nos casemos
-¿Ya tienes todo planeado, no es así?
-Sí, todos están más que ansiosos por comenzar los preparativos finales
-Me da igual donde nos casemos, Matt... vamos, quiero oírte hablar de ello –sonríe con cariño
-Ya está todo planeado, el personal está contratado, la banda, la comida, el mobiliario, solo falta decidir sobre la decoración, flores... una lista que tendrás que repasar con la planeadora, Clarise ya está trabajando en tu vestido, ella y Sue han estado viendo todo lo que te podría gustar... –se detiene al verla sonreír
-Ya tienes todo planeado, haz que suceda, no me importa la maldita decoración, Matt
-Me vuelves loco –susurra maravillado
-Entonces... ¿de qué sabor es el pastel? –sonríe radiante
-Del que tú desees, sabes que te daré lo que desees, siempre
-Entonces quiero un cachorro
-¿Qué? –pregunta incrédulo
-Quiero un perrito –vuelve a decir
-¿Una mascota?
-Un amigo para Ali –sonríe divertida ante su reacción
-Esta... bien, cuando regresemos de nuestra luna de miel
-¿Luna de Miel? –eso no lo esperaba
-Por supuesto, ya lo estoy deseando
-¿Qué más has planeado, y que tenga que saber?
-Nuestra noche de bodas, nuestra mañana de bodas, nuestra... ducha de bodas... -insinúa con una gigantesca sonrisa
-Me vas a... follar, manosear y toda esa mierda –susurra aterrada, ha pasado mucho tiempo desde que estuvieron juntos
-Sí, y más... te voy a hacer el amor –afirma decidido
-¿Qué quiere decir "más? –pregunta nerviosa
Adoptando su postura más seria, se acercó a ella, lo suficiente para que sus rodillas se tocaran por debajo de la mesa, mientras sostenía sus manos sobre la mesa
-Quiere decir que no habrá centímetro de tu piel que yo no haya tocado o besado... o saboreado –susurra acariciando sus muñecas con ambos pulgares
-¡¿Todo?! –chilla roja como un tomate
-Sí, TODO
-Ay dios... -susurra agitada
-Vic, eres toda mía, TODA.
***************
¡Hola Chicas!
Uff, cada vez se está volviendo más difícil terminar esta novela. Ya me ha pasado tres veces, cuando digo "si, ya tengo mi final", mi mente recibe una nueva idea y un detalle más que añadir, o cómo me ha pasado esta última semana, que estoy terminandola y pum, una nueva idea para una nueva historia aparece en mi camino.
Ya no las quiero hacer esperar, así nuevamente tuve que dividirlo en dos partes. Espero que les guste, ahora si que si, el final en el siguiente capítulo.
Millones de gracias por su paciencia y palabras de motivación. Me han hecho varias preguntas y por temas de tiempo no he podido responderlas, pero les propongo algo. Comentenme todas sus preguntas y cuando publique el ansiado final, se las respondo todas y cada una de ellas :)
Cariños
Verónica.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top