CAPÍTULO 34; "La voluntad de Elizabeth"

                 

Una vez que Victoria consiguió calmar a su amiga, y el guardia las dejara solas, la llevó a una de las habitaciones de invitados. La dejó para que se refrescara y fue con Matt.

  Nada más entrar, lo encontró de pie junto a la cuna de la pequeña Alice, estaba muy serio

-Hola... -susurró muy despacio

-Cariño, ¿va todo bien? ¿Te sientes bien? –se apresuró a preguntar al tiempo que se acercaba a ella a grandes zancadas

-Sí, estoy bien ¿Por qué estás despierto? –se inquieta

-No te sentí regresar, no has pegado un ojo desde que vine a la cama, ¿Qué te tiene inquieta? –inquiere con preocupación

-Es Sue... me preocupa. Desde que hablé con Adam, esta tarde, que no estoy tranquila

-Puedo hablar con David para que la traiga –sugirió Matt

-No será necesario, ella ya está aquí –suspira aliviada de tener a su amiga cerca, aunque no esté pasando un buen momento

-¿Acaba de llegar? ¿Ya lo sabías? –pregunta sorprendido

-No, solo bajé por un poco de agua y... ella acababa de llegar –se encoge de hombros

-Entonces te quedarás con ella ¿no es así?

-Sí, ¿vas a estar bien con Alice?

-Ya veremos cómo resulta –susurra algo nervioso

-Estoy en el segundo nivel, en la habitación de huéspedes individual, ve si me necesitas

-Ya veré como me las arreglo, no te desveles mucho

  Y con un beso se despiden.

   Decidida a averiguar qué es lo que está sucediendo con su amiga, Victoria regresa a la habitación en la que la dejó.

  Sue, está sentada en el centro de la gran cama, esperándola. Tomando una larga respiración, se quita la chaqueta y toma asiento junto a su amiga.

-La he cagado, Vic –susurra nada más sentirla cerca

-No funcionan los lamentos, Sue, no conmigo, estas aquí, en Londres, quiero saber la historia completa

-Soy un desastre en cuanto a mi vida amorosa, eso lo tienes más que claro –aclara con amargura

-Sí, bastante claro, como cuando te dije que Adam es diferente

-Lo sé, Vic, no me mires así, voy a contártelo todo

-Es lo que pido, así que comienza a hablar –insistió Victoria, con paciencia, sabía que si ella misma era complicada, entonces su amiga era un caso aparte.

-Todo comenzó cuando conocí al sexy Adam, fue en casa del bombón ricachón con el que te vas a casar -le dedica una sonrisa de aprobación a su amiga-. Tú estabas en la clínica, creo que Eric fue quien lo llamó, fue cuando Matt estaba hecho un desastre, todo golpeado y desesperado porque te despertaras, hablamos y me encantó enseguida, el es un caballero, no dijo nada, pero sentía como me miraba, ya sabes, cuando repasan todo de ti, la primera mirada es física, escanean tu cuerpo, y la segunda es cuando analizan lo que traes y tratan de armarse una imagen de "quien podrías ser".

  Todos estuvimos muy preocupados, Matt desaparecido, Eric hecho un manojo de nervios al no ver que mejorabas, y Adam comenzó a pasar, al comienzo el era ese sexy y atento macho que trata de hacerte sentir mejor, que te coquetea con cortesía para hacerte sentir linda... hasta que comenzamos a tocarnos, no de manera sexual, tontamente, lo cual me fastidiaba hasta que él lo comenzó a hacer.       

  Me excitaban las largas sesiones de besos, y las insinuaciones a pasar al siguiente nivel. Intentaba no pensar en nada que no fuera ese jueguito que habíamos iniciado, pero estabas tú, un desesperado Eric, quien no daba abasto con las exigencias del ausente novio y con Edward presionando a cada momento, no podía dejar solo a "Kent", así que Adam encaró a Acton, fue realmente lindo verlo en su glorioso momento de superioridad, estos hermanos saben cómo ser ardientes en los peores momentos.

Era imposible negar esa declaración, Victoria lo sabía perfectamente, así que cómplices compartieron unas risitas adolescentes.

-Adam es increíble, en la cama... uf, el amante más fogoso que he tenido, fuera de ella, el caballero bromista y despreocupado que tu tanto adoras, es tierno, preocupado dentro de su despreocupación, lo recuerda todo... es perfecto –suspira.

-Estas enamorada Sue, ¿Qué pasa? ¿Cuál es el problema? –pregunta con cariño a su aproblemada amiga

-Pasa que estoy enamorada, tonta –suelta con un pesado suspiro

-¿Cuál es el problema con eso? Adam quiere algo serio, ¿por qué no te arriesgas? –sugiere Victoria, algo confundida

-Porque no estoy enamorada de él... es perfecto para mí, es todo lo que podría haber deseado en un hombre, sumado a su atractivo... pero no lo amo –confiesa desesperada y deseando estar equivocada

-No estoy entendiendo esto... estás enamorada, Adam es perfecto para ti, son iguales, pero no lo amas... ¿qué quieres decir?

-Vic... se que suena tonto... no quiero hacerle daño –confiesa con lagrimas a punto de brotar de sus ojos

  Lo intentó con todas sus fuerzas, Sue intentó contener las lágrimas todo lo posible, pero estas escapan de todas formas, ruedan a toda velocidad por sus mejillas, mientras no hace absolutamente ninguna expresión facial, sobrepasada por sus emociones, el hecho de decirlo en voz alta lo vuelve real, ya no puede seguir engañándose, negándolo.

  Ante el silencio de Victoria, solo le queda observarla con ojos temerosos, parece desconcertada y concentrada en intentar unir el rompecabezas que son los sentimientos de Sue, en ese preciso momento.

-¿Quién es? ¿Quién te tiene así, Sue? Estás llorando por un hombre, estas siendo una chica común –suelta impresionada por la vulnerabilidad que su fuerte amiga está demostrando en esos momentos.
-Supongo que lo soy después de todo -ríe con tristeza
-¿Lo has estado viendo? –pregunta Victoria de golpe
-No, no me habla, no me responde las llamadas, estoy siendo una arrastrada, he ido muchas veces a su apartamento, incluso a buscarlo a su trabajo, pero él no me quiere ver, creo que la cague
-Suena a un completo imbécil -gruñe Victoria
-No lo es, entiendo porque lo hace, tengo una especie de relación con Adam y él lo sabe
-Ay mierda Sue, no puede ser él, dime que estás confundida -el pánico en su voz  al darse cuenta de quién estaba hablando era difícil de negar
-No lo estoy, tengo la cabeza hecha mierda, no quiero herir a Adam
-Tienes que decirle la verdad, deja de ilusionarlo -pide con pesar
-Eric no me va a querer, es la persona más amable que puede existir, se aleja de mi por respeto a Matt, Adam es su hermano
-¿Cómo fue que sucedió? -intentó sonar tranquila, pero no le gustaba lo que su amiga estaba confesando, estaba en medio de dos de las personas más importantes en su nueva vida
-Hace tiempo que me gusta, soy una cabezona, soy tu amiga, se pega -se burla sin mucha convicción
-Ya lo sé -sonríe con cariño, mientras le da un apretón a su mano, para que continuara
-Es una persona maravillosa, el modo en que siempre se preocupa por ti... me da envidia... celos, no me mira como mujer, solo era alguien, disfrutaba burlándome de él, era el único momento en que realmente me miraba a los ojos –confiesa melancólica

-Eres una tonta ¿te acostaste con él? –pregunta Victoria

-Si

-¿Cómo es eso posible? Eric nunca hubiera accedido, el sabe que estas con Adam, o al menos que lo estabas

-Después de la lectura del veredicto, Eric accedió a hablar con su hermano, el lo quería ver antes que lo trasladaran, estaba mal, lo encontré en un bar, Eric medio borracho, estaba adorable -suspira-.  No dejaba de observarlo, en un comienzo no quería interrumpirlo, pero cuando vi su mirada triste, ya no me pude contener, me senté y le hice compañía mientas me contaba lo que ocurrió con Alex... Vic, el engendro del demonio lo llamó para pedirle perdón, estaba destrozado, su tristeza me partió el alma, verlo tan dolido... -se detuvo para contener un sollozo

-¿Qué quería Alex con él? –susurró temerosa de la respuesta

-Despedirse, le dijo que sería la última vez que se verían, le pidió perdón por haberlo metido en medio y se lo agradeció –confesó Sue afectada.

-Eric... -susurra Victoria, preocupada por su amigo

-Solo deje que bebiera, que se desahogara, cuando ya no pudo seguir llenando el vaso, fue el momento de llevarlo a casa...

  Tardamos una hora en llegar a su apartamento, siendo que a pie estaba a 20 minutos de aquel bar. En fin una vez que el conserje lo reconoció y me ayudó a subirlo al elevador, lo llevé hasta su casa, insistió en necesitar otra copa, así que se la serví, nos sentamos en el sofá, me observó con esos perfectos ojos azules, con ese cabello rubio completamente alborotado, pero su corbata seguía perfectamente posicionada... comenzó a divagar sobre lo fría que era con los hombres, intenté no decir nada, pero cuando dijo; "para ser tan hermosa, eres una completa bruja", fue el extraño cumplido más sincero que me hayan dado, y luego tuvo que preguntar; "¿porqué nunca pudiste decirme nada lindo?", entonces le dije la verdad... que me sentía abrumada por él, que actuaba a la defensiva o como si no existiera solo para que me notara... para llamar su atención. Confesó que siempre quiso besarme, y yo fui y lo besé. Mi intención no era aprovecharme, pero al sentir como dejaba el vaso a un lado para sostener mi rostro... me derretí, me volví loca, lo besé desesperadamente, el era como un muñeco, ahí, atento, tierno, cuidadoso a pesar de estar borracho... pero cuando quise tocarlo más íntimamente... -se detuvo, absorta en su recuerdo de aquella noche.

-¿Qué quiere decir eso? –preguntó de inmediato ante el silencio repentino de su amiga

-Ay Victoria, cuando metí mi mano dentro de su pantalón y comencé a acariciarlo... soltó el más erótico de los jadeos, seguido de una cortés suplica, quería que me detuviera, la tenía dura, pero quería que me detuviera, me pidió que no cometiera un error, lo decía por Adam, así es el, siempre consciente de los demás, a pesar de su estado.

  Fue frustrante, quité mi mano y comencé a quitarme la ropa, toda, es tan tontito -suspira-. No quería mirarme, terminé de derretirme, lo agarré de la mano y lo jalé por los pasillos hasta que encontré una habitación y tuvimos mucho sexo... hace años que un revolcón no me dejaba con dolores musculares, fue increíble

-¿Qué pasó cuando se despertaron? ¿Qué te dijo? –Victoria seguía preocupada, a pesar de la ardiente confesión de su amiga.

-Vic, el no estaba cuando desperté, mi ropa se encontraba perfectamente doblada junto a mí en la cama, se había ido, lo llamé un millón de veces, pero no me contestó... han sido los peores días de mi vida, merodeo por la clínica, solo para verlo, ni siquiera con la intención de recriminarle nada, no tengo derecho a hacerlo, pero no está, y necesito desesperadamente hablarle

-Adam sabe que algo pasa –suspira con pesar

-Hace semanas que lo evito, intenté hacer que perdiera su interés en mí al ver que yo no lo buscaba

-No lo evites, dile las cosas en la cara, lo merece

-Lo sé, lo sé...

-Estas hecha una niña llorona –intenta distraerla

-Necesito tu ayuda, no sé qué hacer
-Creo que no soy la persona indicada para dar consejos amorosos, Sue
-Si lo eres, es tu amigo, se que quieres lo mejor para él
-Si, y en este momento esa no eres tú –replica muy seria
-Lo sé, estoy desesperada, ¡qué vergüenza! –chilla indignada
-Tonta –suelta con cariño, Victoria
-¡Lo sé! –coincide
-Lo primero que tienes que hacer es arreglar las cosas, Eric es correcto, jamás te vería con otros ojos si estas con alguien, iniciaste mal.
-Odio todo esto –gruñe
-No llores, no me gusta verte así, Sue
-Estás muy linda, se nota que ahora que eres mamá, has cambiado
-Sue, tenemos que dormir, mañana vas a conocer a Alice
-Es lo único lindo que hay en mi cabeza en estos momentos
-No digas eso, ya arreglaremos las cosas –promete Victoria a su amiga
-Tu siendo optimista, me encanta –bromea
-Tonta, métete a la cama

Y con un suspiro de cansancio Sue le hizo caso a su amiga y ambas se metieron a la cama a descansar.

    La mañana siguiente, a eso de las 8 de la mañana, Victoria se rindió ante los intentos por dormir una hora más, quería ver a su bebé, y a Matt, intentó no hacerlo, no quería dejar a su amiga sola. Afortunadamente unos suaves golpes terminaron decidiendo por ella, en un silencioso salto, salió de la cama y se dirigió a la puerta. Se trataba de Matt, descalzo, y vistiendo solo un pantalón de pijamas.

-Hola -susurra sonriente
-Hola... ¿va todo bien? –pregunta Victoria algo asustada
-Si, Ali sigue dormida, ¿te parece bien que la llamemos "Ali"?

-"Ali" es perfecto –le sonríe con adoración

-Le pedí a la señora Rossi que fuera a desayunar –le informa
-Perfecto, voy a avisarle a Sue que estaremos arriba –anuncia con la intención de regresar al interior de la habitación
-No la despiertes, quiero que estemos un momento a solas, ella sabrá dónde estamos

   Con una pícara sonrisa, Victoria tomó la mano de Matt, y dejó que la jalara hasta la habitación contigua, en donde no se hizo esperar y se lanzó a besarla apasionadamente, mientras retrocedían con urgencia, pasos cortos pero apresurados, hasta chocar con el borde de la cama y caer escandalosamente. Entre risas Matt la soltó lo justo para sujetarse de ambas manos, y evitar aplastarla.

-Adoro tu risa
-Ya bésame, no te pongas cursi, no tenemos mucho tiempo -pidió Victoria mordiendo su perfecto mentón.

-Actuamos como adolescentes, como si tus padres fueran a llegar en cualquier momento –sonríe Matt
-Lástima que no te puedas bajar los pantalones
-Señora Rothschild, es mi trabajo hablar sucio -la provoca besando su cuello con ansias.

-Futura, señora Rothschild -lo corrige con placer
-¿Cuánto tenemos que esperar? -pregunta mientras desciende por su cuello, siguiendo el camino del escote de su camisón.

-Estoy en cuarentena -ríe ante el roce de su barba de dos días contra el rose de su piel.

-En cuarentena vamos a estar cuando te den el alta médica -le advierte haciendo el camino de regreso a sus labios.

Muy risueños tuvieron sus 40 minutos de absoluta intimidad. Matt quería seguir, pero Victoria lo tuvo que frenar, sus pechos comenzaban a botar leche, ya era hora de amamantar.

-¿Sabes lo excitante que es ver tus pechos húmedos?
-¡Matt! -ríe ante sus ocurrencias-. Quien iba a decir que el señor correcto y respetuoso que conocí hace un millón de años resultaría tan depravado –lo provoca con placer.
-Es un lado que desconocía de mí mismo –confiesa sincero.
-Y ahora me culpas –alega con sorna
-¿Ya nos vamos a duchar juntos? –la ignora
-No –contesta de inmediato
-¿Cuándo? Comienza a desesperarme –inquiere con impaciencia
-¿Solías hacerlo a menudo? –arquea una ceja acusatoria.
-¿Porqué lo preguntas? –inquiere serio al notar su tono
-Porque estas algo obsesionado con ello... -susurra ruborizada
-Nunca lo he hecho... Debo confesar que eres la mujer más sensual con la que he estado, se que no te gusta tú cuerpo, pero es... exuberante, tus curvas me matan desde la primera vez que te vi con un vestido de gala –confiesa maravillado ante su nerviosismo por el tema
-Clarise es una exhibicionista –gruñe haciendo un puchero
-Comienzo a creer que lo hacía a propósito, para restregarme en la cara lo que me estaba perdiendo

-¿A si? –insiste curiosa

-La conozco hace años, es hija de uno de los jefes de finanzas de una de mis empresas, no somos amigos, si es eso en lo que estas pensando, solo llevamos un tiempo de conocernos

-Lleva un tiempo observándote con las zorritas adineradas –destaca Victoria, con desagrado

-Vic... si, no hay otro modo de decirlo, es muy observadora, debe haber notado de inmediato que a ti siempre te traté de un modo especial

-Aparentemente estábamos siendo unos idiotas al intentar ignorarnos

-Una mujer como tu... es difícil de ignorar –le sonríe enamorado

-Era todo lo que ansiaba, que no me notaran –suspira melancólica

-¿Con ese cuerpo? Aunque llevaras un saco de papas querida Victoria
-¿Vamos? –pregunta nerviosa
-Un beso más

Pide con un puchero, muy impropio en el antiguo señor Rothschild. Y con eso Victoria no tiene nada que hacer, lo atrae hacia sus labios para besarse una vez más.
   Cuando por fin regresaron a la habitación, Alice ya estaba despierta, tan tranquila en su cuna, como ya era habitual.

-Voy a darme una ducha, no quiero asustar a la señora Rossi con esta dolorosa erección que provocaste –anuncia mientras la abraza con fuerza para hacer notar su estado
-Calumnias

Media hora más tarde, ya vestido de modo informal, Matt se quedó junto a la bebé, quien era aseada por su niñera. Relevando a Victoria para que tomara una ducha y se vistiera para bajar a desayunar.

Terminaba de vestirse cuando Matt entra en el baño sin llamar antes, acto reflejo se cubrió con la camiseta que todavía no se ponía. Con una sonrisa seductora, Matt fue por ella y la besó apasionadamente antes de anunciarle

-Tengo que salir a ver unos asuntos con el abogado, por lo del testamento, quiero que distraigas a tu amiga con nuestra pequeña, ya me contarás lo que está pasando, almorzamos juntos

-Sí, señor

-Me dijiste señor... Victoria, eres una provocadora

-Eres un caliente de mierda, fuera de mi vista –suelta con fingida indignación, la sonrisa en su rostro no conseguía borrarse con nada

-Te voy a extrañar...

   Una vez que Matt se despidió, Victoria fue en busca de su amiga. Sue seguía en la cama contemplando el blanco e inmaculado techo.

-Vamos a desayunar –anuncia nada más entrar en la habitación
-No tengo hambre
-Eso no es cierto, hasta aquí escucho rugir tu estómago, Sue
-¿Crees que a Elizabeth le importe que me quede aquí para siempre?
-Tonta, vamos a comer algo, quiero que conozcas a Ali
-¡Ay, sí! –se sienta de golpe en la cama
-Ve a la ducha, te espero abajo
-No tardo, lo prometo

Antes de bajar, Victoria fue a darle los buenos días a Elizabeth, le contó acerca de su amiga y ella se mostró encantada con que se quedara cuánto quisiera.

-Tenemos un tema pendiente, querida Victoria
-¿Estás segura? –pregunta refiriéndose a su "tema pendiente"
-No puedo descansar en paz dejando esto inconcluso, por favor, es mi voluntad
-Sabes que lo haré, solo necesito estar segura que no has cambiado de parecer
-Jamás –sentencia con rotundidad
-Bien doña, descanse mucho que después de almuerzo vendré a tomar el té –le sonríe
-Graciosita –sonríe aliviada al asegurarse que continúa queriendo ayudarla.
-Estoy aterrada, Adam me dijo que su padre recibió una "invitación" para la lectura del testamento, ¿qué motivo tendrían ellos para venir? ¿Y si saben que intentaras algo? ¡Soy un fiasco mintiendo, Liz!
-Esta vieja inválida no puede hacer nada
-No digas eso –la regaña
-Solo solicité que estuviera Matt y toda su familia -explica
-Bien, no quiero saber nada aún, te veo por la tarde.

   Despidiéndose de Elizabeth, fue a buscar a su amiga, juntas bajaron a desayunar y continuaron con la conversación de la noche anterior.

-¿Te sientes mejor?
-Como una mierda, Vic –suspira
-¿Qué vas a hacer?
-Voy a llamar a Adam –decide que no permitirá pasar más tiempo
-Por favor, ni siquiera pienses en decírselo por teléfono -le advirtió Victoria
-No soy tan estúpida -gruñe
-No quise decir eso
-Claro que no amiga -la tranquiliza
-Bien, voy a enviarle un mensaje diciéndole que estoy aquí y que tenemos que hablar, ¿funciona así?
-Supongo... No sé las reglas a seguir cuando vas a terminar con alguien –se encoge de hombros
-Ya, quiero saber de tu hija, maldición, estas grande
-Alice -suspira- Todavía me cuesta cargarla y ni hablar de cambiarle el pañal, me aterra pensar que pueda apretarlo demasiado, o herirla con mis uñas, aunque ya las corté –comenta enseñando sus dedos
-Amiga, poco a poco irás acostumbrándote, ya te dije que no te iba a dejar sola
-Gracias
-Háblame de ella, ¿es una lloroncita?
-No, es una curiosa, cada vez que despierta, abre sus ojotes y lo observa todo, muy tranquila, ansiosa por conocer todo lo que la rodea
-Que linda prince... lo siento -deja la frase en el aire, al recordar que su amiga odia ese apelativo
-Adam, la llama "damita", me gusta
-Suena a preciosura, y con esos ojos que tiene, uf ya creo que lo es
-Cada día se vuelven más azules, Liz dice que son como los de su hija, pero grandes y "curiosos" como los míos
-Y te llevas bien con tu "suegra", ya era hora
-Aunque las circunstancias podrían ser mejor
-¿Cómo lo lleva Matt?
-Lo veía venir, creo que solo quiere que descanse, que haga lo que sienta que debe hacer
-Tu "señorito" es un amor, me tranquiliza saber que ya no hay una amenaza por ahí
-No hables así de el –salta refiriéndose a Alex
-¡No lo defiendas! –grita Sue, molesta
-No lo hago, de verdad que no, pero quiero pasar del tema sin tener que caer en un agujero negro
-Bien, no se menciona al tarado –concluye con el tema
-Sue, no tengo mucha hambre, ¿lista para conocer a tu ahijada?
-¡¿Hablas enserio?! –chilla
-¿A quién creías que se lo pediría? Tengo una sola amiga
-La mejor amiga del planeta

La mejor -repite Victoria con cariño
-¿Has hablado con tus hermanos?
-No, solo con mi papá
-¿Todavía no le hablas a Evan?
-No lo ignoro, pero no es mi persona favorita en este momento
-Es un estúpido
-Ustedes nunca se llevaron muy bien -comenta Victoria
-Y ahora entiendo la razón
-Siempre creí que terminarían enredados
-¡No! Es como la regla primordial entre amigas, jamás mires a sus hermanos
-Me alegro
-Además, el ñoño de Noel es más atractivo, es misterioso, Evan no esconde nada, es algo aburrido
-Ya te sientes mejor, de eso no hay duda

Riendo pasaron el resto de la mañana junto a "Ali" .Sue resultó ser muy buena con ella. Le atribuyó su "experiencia" a sus hermanos menores, su madre la tuvo muy joven, y cuando se volvió a casar y tener hijos, ella ya tenía 13 años, así que era la niñera oficial

-¿Dónde está tu prometido?
-No lo sé, dijo que hablando con los abogados de Liz
-¿Han hablado de la boda?
-La verdad es que no, solo se que tiene todo planeado
-Así que nunca perdió las esperanzas, me gusta ese hombre, persistente
-A mí también me gusta
-Tu lo amas -la corrige su amiga
-Si, lo hago
-Estás grande, me siento orgullosa
-Cierra la boca –ríe Victoria
-¿Y ya se duchan juntos? –la provoca sabiendo que esos temas la ponen nerviosa.
-¿Que mierda tienen las duchas? Matt insiste en eso cada vez que se presenta la oportunidad
-Niñita -se burla-. Es lo más erótico y excitante que puedes hacer con tu pareja
-Pero también es muy íntimo, además no me siento preparada para eso, ya no quedaría nada privado, me gusta tener algo que ocultar
-¡Uy! Estas en plan misteriosa, pobre, lo tienes sin sexo
-Se llama cuarentena –gruñe ante su acusación
-Dios, ¿al menos lo tocas? Ya sabes ¿lo masturbas?
-¡¿QUE?! ¡Claro que no!
-Eres tan graciosa, mira como te ruborizas, es algo común, a los hombres les encanta que los toqueteen, vas a tener que aplicarte, Victoria
-Sue, llevamos algo así como 2 días reconciliados. Tuve un bebé hace 21 días. Y no soy como tu, mi vida no gira en torno al sexo
-La mía ahora tampoco
-Si claro, se cuando estas pensando cosas sucias, se que ahora mismo estas pensando en cómo volver a acostarte con Eric
-¡Si, lo admito! –levanta las manos dramáticamente
-Dios, qué bueno que Alice no sabe ni cómo se llama, a penas crezca un poco más, vas a tener que hablar como una señorita, Suzzette
-Lo sé
-Bien, ya tengo que alimentarla
-De acuerdo, te dejo para que no me restriegues en la cara que tus tetas grandes, las mías son... pequeñas, pero dejan satisfechos a los hombres
-Deja de mirarme los pechos y vete de una vez
-Si, si.

Y dejando sola a Victoria, Sue vagó por los pasillos de la gigantesca propiedad de Elizabeth, hasta que dio con su habitación, por alguna razón sentía la necesidad de hablar con ella.
   Al comienzo fue incómodo, pero la abuela de Matt, necesitaba esa distracción y terminaron hablando por más de una hora, Sue le contó sus problemas amorosos y Elizabeth acabó aconsejándola y prácticamente obligándola a hacer todo lo posible por conseguir esa oportunidad con Eric.

Cerca de las dos de la tarde, un sonriente Matt regresó a la casa, cargando una pila de documentos.

-Buenas tardes, Sue -saludó al encontrarla junto a su abuela
-¡Matt! Hola, ¿qué tal tu mañana?
-Productiva -sonríe divertido
-Espero que no te importe que este con la abuela Rothschild
-Para nada, luces divertida, "abuela"
-No, no, solo esta encantadora señorita puede llamarme "abuela"
-¿Ahora son amigas?
-Por supuesto-asegura Sue, con diversión
-Hijo, cierra la puerta, habla delante de Sue, estoy segura que guardará nuestro secreto
-Esta bien

Con aire misterioso, Matt cerró la puerta de la habitación y se sentó junto a Sue, en la cama de la abuela

-¿Están planeando algo?
-Si, convencí a mi nieto para qué traslade la boda hasta aquí, no puedo viajar y me encantaría estar presente –explica Elizabeth ilusionada.
-¡Sí! Quiero ayudar, prometo no decir nada -saltó emocionada ante la noticia
-Me pasé la mañana haciendo los preparativos para trasladar a todos hasta aquí, Eric y Adam están contactando a todos los de la lista
-Vaya... ¿Qué más? -preguntó ignorando la punzada de dolor que la mención de aquellos hombres le provocaba
-Ya he contratado a una planificadora y se ha puesto en contacto con la que ya tenía en Nueva York, he firmado todos estos contratos -señala los documentos que sostiene-. Servicio de banquetes, mobiliario, una gran carpa, personal adicional, una banda, incluso puse a mi asistente a buscar al mejor doble de Elvis Presley, se que Vic lo adora en secreto
-Su lado romántico sale con "El Rey" -sonríe Sue, con aprobación
-Continúa, hijo -insiste Elizabeth, quiere saber cada detalle
-Clarise es la asesora de compras que ha estado trabajando en los trajes, llega a Londres mañana por la tarde, junto a mi asistente personal, necesitará ayuda
-¡Que emoción! ¿En qué puedo ayudar? Ya la conozco, es divertida
-Por ahora tengo que esperar que lleguen, Vic te va a necesitar para encontrar el vestido y tomar algunas decisiones con respecto a la decoración o al banquete
-¿Cuándo sabrá de todo esto?
-Me gustaría que lo habláramos esta noche, pero quiero tener todo en marcha antes, para que no se preocupe por nada
-Eres un puto impaciente... ¡hay perdón abuela! -salta Sue ante su grosería
-No te disculpes -ríe con alegría- Está ansioso, no seas mala con mi Matt.
-Lo estoy –asiente divertido
-Yo también, mi amiga es algo complicada
-Y así me encanta
-Entonces ve a despertarla, debe estar en la habitación, muero de hambre, no pienso esperar más
-De acuerdo, te veo en 20 minutos en el comedor

Le anunció antes de dirigirse a la oficina de su abuela a a guardar todos los documentos. Ahora que todo se estaba volviendo real, la emoción y nerviosismo por que llegara ese día incrementaba cada vez que conseguía tachar una de las cuantas cosas por hacer de la gran lista que se requiere para planificar una boda.

-Jovencita, cambie la carita, no estés nerviosa
-Pero vendrán, ambos, pronto... Me va a dar algo
-No hay razón para alarmarse, el joven Eric es muy discreto, no intentará nada, además me has dicho que no quiere hablarte
-Bueno, sí, pero...
-Entonces solo te queda hablar con el joven Brown, lo antes posible, nada de seguir aplazando las cosas, cometiste el error de dejarlo ilusionarse, no es justo para nadie
-Lo sé, prometo que lo haré, Liz
-Muy bien, tienes que buscar el vestido perfecto para seducir a Eric
-¡Liz! Acabamos de aclarar que soy una zorra por ilusionar a Adam, y ya estas aconsejándome sobre cómo dar el primer paso con Eric
-Nada de zorra, elimina ese apelativo de tu diccionario, una mujer hace lo que su cuerpo le permita
-Hablas desde la experiencia, no lo puedo creer -sonríe con malicia
-Estamos hablando de ti Suzzette, no desvíes la conversación
-¿Que quieres que haga?
-Que busques un hermoso vestido, pero tiene que ser algo que no sea tu tipo de vestido, ¿me entiendes? Algo completamente diferente, elegante, seductor, misterioso
-No muestro piel, anotado
-No, no, dale esas indicaciones a la asesora de compras y veras que tengo razón
-Bien Liz, voy s dejar que descanses, pero que sepas desde ya, que apenas esos hombres lleguen a esta casa, este será mi templo
-Tu escondite
-Algo así
-Puedes venir cuantas veces quieras, me alegras la tarde, gracias
-Es que pasaste demasiado tiempo siendo una estirada

-Eso no lo debato
-¿No tienes a ningún hombre oculto por ahí?
-No –responde al instante.
-Respondiste demasiado rápido, eres una boba, ¿dónde está?
-No era nada serio, cuando le dije que me quedaba poco tiempo, decidió alejarse, para que no le afectara "tanto".
-¡Ese tarado!, dime quien es y se la corto ya mismo
-Tranquila Sue, no era nadie importante para mí, no pasa nada
-¡Malditos hombres!

Mientras Sue seguía gruñendo, Matt se encontraba desatado sobre Victoria, tal y como dijo Sue, estaba dormida, intentó contenerse, pero no pudo, estaba emocionado por los preparativos, intentó solo acercarse a despertarla con un beso, pero entonces Victoria soltó un gemido involuntario, provocando un placer que cada vez era más difícil controlar. Esos ojos oscuros, cálidos y adormilados lo llamaban, con cuidado se montó sobre ella besándola apasionadamente.

-Matt -intenta detenerlo, sin mucho esfuerzo
-Un poco más -pide sin dejar de besarla
-No es sano -insiste
-Quiero tocarte –jadea ansioso
-17 días más... -le recuerda
-Casi 3 semanas
-Tengo que conseguir un médico aquí, tal vez la semana que viene
-Estoy perdiendo la cordura, me provocas todo el tiempo
-No hago nada –se queja
-¡Exacto! –gime al tiempo que se separa lo justo para mirarla a los ojos.
-Tal vez ya... ¡para! No puedo concentrarme
-No me importa -ríe contra su cuello mientras continúa su asalto
-Matt... -gime
-Vic... -gime de vuelta
-Tengo hambre
-Yo también
-...de comida
-Tu ganas...

A regañadientes se levanta y la ayuda a hacer lo mismo.

-Eres cruel -gruñe agitada
-Tu lo eres, ¿sabes lo linda que te veías ahí dormida?
-Ya, no hagas ruido, Ali duerme –le advierte evitando su pregunta
-Vamos a almorzar, Sue nos espera
-Vamos

Dos días más tarde, Matt seguía sin decirle a Victoria lo de la boda, su abuela no había estado muy bien, y todo el asunto de la lectura del testamento se había adelantado. Esa misma tarde el abogado de Elizabeth, quien también lo fue de Matt "Samuel Anderson", comenzó con los preparativos, partiendo por enviar a cada uno de los involucrados en las peticiones de su clienta, los pasajes para el viaje hasta Londres, también hizo las reservas y preparó una de las salas de reuniones que tenía en su inmensa propiedad.

-¡Rothschild! –grita Sue divertida al verlo babear por su amiga

-¿Ocurre algo, Suzzette? –la provoca divertido

-Deja de pensar cochinadas en mi presencia, se que le crecieron las tetas, pero disimula frente a mi –lo riñe divertida

-No quiero –contestó con toda la tranquilidad del mundo

-Matt, por favor, no le sigas el juego, es una tonta –interviene Victoria

-Bien, Matt, Vic necesita ropa que le cubra las tetas, ¿Dónde podemos conseguir ropa para la lectura del testamento?

-¿Cuándo quieren salir?

-Ahora, estoy aburridísima, se un buen papito y cuida de Ali, mientras la mamá y la tía salen de compras

-Por supuesto, voy a pedirle a George un auto que las lleve a las mejores tiendas

-Vamos a necesitar una tarjeta –pide Sue con una radiante sonrisa

-Por supuesto

-¡Sue!

Ignorando la advertencia de Victoria, Sue se acerca a Matt, quien de inmediato buscó su cartera y le entregó una tarjeta de crédito.

-¡Vaya! ¿Vic, desde cuando tienes una American Express? –pregunta divertida, al ver el nombre que aparecía en la tarjeta

-Hace mucho, amor, esta vez me voy a enojar si no la usas, Sue, encárgate que compre todo lo que desee –le pide Matt

-¡Por supuesto!

-Matt... -se queja Victoria, odia que haga ese tipo de cosas

-Amor, ni una sola palabra

Besándola la empuja fuera de la sala, para que vaya a buscar sus cosas. En menos de media hora, Sue ya la arrastraba hasta el auto que las esperaba, ansiosa por usar aquella tarjeta que tanto acomplejaba a su amiga.

4 horas más tarde, regresaron cargadas de bolsas con muchísima ropa, Sue la había convencido para que probara un estilo más refinado y serio a la hora de la lectura del testamento. Sabía que su amiga y Liz se traían algo ante manos, pero no había querido hacer demasiadas preguntas, sabe que mientras menos personas lo sepan, mucho más nerviosa se pondrá Victoria.

Esa misma noche, el primero en llegar a la residencia de Elizabeth, fue Adam, quien intentó ignorar el pánico en el rostro de Sue, y se centró en Victoria y en su sobrinita.

-Estoy enamorado, ¿me la puedo quedar? –preguntó mientras sostenía a Alice entre sus brazos

-Claro que no, pero puedes venirte con nosotros a Nueva York y pasar una temporada en casa –ofrece Matt, algo nervioso, seguían sin hablar sobre el altercado que tuvieron cuando le contó que Victoria estaba embarazada

-Disculpas aceptadas, hermanito, aunque quiero la historia completa

-Desde luego, Adam –suspira aliviado

Fue un día bastante extraño, Adam no intentó hablar con Sue en ningún momento, estaba demasiado ocupado adorando a Alice, eso y el hecho de haber notado desde que lo miró a los ojos que algo había cambiado. Decidió que si quería aclarar las cosas, ella era quien lo tenía que buscar, no lo opuesto.

La mañana del lunes, a exactamente 8 días de haber llegado, la hora de enfrentar la lectura del testamento había llegado. Una formal y sofisticada Victoria ingresó a la sala, en compañía de su amiga. Ya todos se encontraban en la sala, esperando a que Elizabeth hiciera su ingreso.

El tenso ambiente no le permitía a Matt hacer otra cosa que buscar la mirada de Victoria, quien parecía un tempano de hielo, tan seria como nerviosa, no conseguía sostenerle la mirada, intentaba organizar todo el plan de Elizabeth dentro de su cabeza.

El desprecio que sentía por el padre de Matt, la hacía infundirse valor a sí misma para conseguir lo que Liz tanto ansiaba, justicia para su Alice.

                 


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Domingo por la noche espero estar subiendo el último capítulo ;)

Comenten, quiero saber que les pareció el capítulo, que les gustó, lo que no, que le falta al final, sus opiniones me importan, me ayudan a guiarme para terminar todo bien.

Verónica. <3


Si habrá epílogo. No hay tercera parte, son solo dos, con esta acaba la historia. No quiero arruinarla alargándola innecesariamente.
:)

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