CAPÍTULO 28; "California"
Victoria
Pensé qué este día nunca llegaría, aún estoy dolorida, el abrazo de Matt me mató, tanto física como emocionalmente, lo necesitaba tanto. Está distinto, diferente, se ve decidido, pero yo en este momento no me siento capaz de nada, estoy aterrada por lo que pueda ocurrir en ese tribunal.
Por un mes y medio conseguí olvidar lo que era estar en esta constante tensión. Lo mejor que pude hacer fue irme con Evan, me hizo olvidar por un rato que esto existe, que ese loco invade mi vida.
Hace exactamente 7 semanas, Edward me llevó a californiana personalmente, el viaje hubiera sido un infierno si Todd no hubiera venido conmigo, es tan atento, que cuando lo miras no puedes hacer otra cosa más que sonreírle.
En el aeropuerto nos esperaba un chofer, yo esperaba poder tomar algo de aire luego de más de 5 horas encerrada en un avión, pero Edward tenía todo un itinerario que cumplir, así que nos llevó directamente al complejo de apartamentos donde estaba viviendo Evan. Por lo que conseguí escuchar durante el trayecto en auto, el solo se había mudado hace unas semanas... estoy tan distraída por el paisaje... el sol me relaja, no hace calor y la vista es tan distinta a nueva york, todos parecen tranquilos, sin apuro de llegar a donde sea que se dirijan. Después de un rato Edward deja de hablar y concentra su atención en su celular, si dicen que las chicas teclean rápido, entonces Edward no es hombre, porque sus dedos vuelan sobre el teclado touch de su reluciente iphone 6 plus. Desvío la mirada hacia Todd, y está dormido, según mi reloj son las 6 de la tarde, ni idea de la diferencia horaria.
Para cuando llegamos, Edward está al teléfono hablando de trabajo, al parecer algo sucedió, creo que tiene que ver conmigo, porque evita decir nombres y me observa constantemente, supongo que para medir mi reacción, "No te preocupes, no me interesa escucharte", me hubiera gustado decir, pero no era muy cortés de mi parte, sobre todo cuando estaba ayudándome tanto. Así que con Todd lo seguimos en silencio hasta la recepción, el encargado lo reconoce y le da las buenas tardes, sin quitar el teléfono de su oído, Edward da su nombre y enseguida un guardia aparece a ayudarnos con el equipaje. Es un guardia joven, probablemente tenga 20, el señor Acton lo intimida, es divertido, recuerdo cómo odiaba que Matt intimidara a la gente, cuando salía con él, lo obligaba a sonreír, el protestaba pero de todos modos lo hacía, es lindo, y lo extraño...
Piso 20, el último piso, no me gustan mucho los ascensores, me dan una sensación de vértigo terriblemente desagradable, tenía la idea de poder subir por las escaleras, pero ahora en mi nueva forma de pelota, no conseguiría más que rebotar, la panza me crece cada día más, me pregunto si será normal, es como si subiera 2 kilos diarios, dios, ¿cuánto tiene que crecer un bebe?.
Y de pronto estábamos frente a Evan en el apartamento, sostenía la puerta y me miraba, demonios, el no lo sabe, y tengo la panza a la vista, aquí un abrigo sería ridículo
-Hola, Evan.
Hablo primero, no sé leer su expresión, tal vez esté molesto.
-Vic, estas... embarazada -susurra impresionado
-Si, yo... –intento explicarle, pero me interrumpe
-Necesito un abrazo ahora mismo.
Escuchar su petición me llenó de alivio, y casi lo tiro al suelo cuando me lancé a su cuello, Evan siempre ha conseguido calmarme, desde que nos conocimos en la escuela a los 10 años, aunque en ese entonces me parecía bastante entrometido, llenándome de preguntas demasiado personales y elaboradas para solo tener 10, después comprendí que sólo quería confirmar que éramos hermanos, desde entonces que es mi incondicional.
-Estoy... no lo sé, rayos, no me lo esperaba, al menos no tan pronto
-Yo no lo esperaba en absoluto
-Evan, enséñale al chico donde dejar las cosas de Victoria -nos interrumpió Edward, quien seguía al teléfono
-Seguro
Evan se acercó a Todd, lo saludó con su entusiasmo habitual y luego le indicó al guardia que lo siguiera.
-Victoria, mañana por la mañana tienes hora con el mejor doctor de la ciudad, mi chofer vendrá a buscarte –me informa Edward
-¿Doctor? ¿Para qué?
-Estás embarazada, y no tuvo un comienzo muy tranquilo, le haré llegar tu informe médico, no quiero malos entendidos
-Ok... tengo boca, puedo hablar, señor Acton
-Lo sé, ahora yo soy responsable de ti
Y así nada más regresó a su conversación telefónica. Le hice señas a Todd para que nos alejáramos un poco de Edward, ya me tiene algo nerviosa, y apenas acabamos de llegar
-¿Todo bien, Victoria?
-Si, Todd, gracias por venir
-No tengo nada mejor que hacer, además recuerda que mañana me voy a visitar a mis abuelos, ¿crees poder mantenerte lejos de los problemas tú sola?
-¡Claro que sí!
-Sólo bromeo -y sonríe
-Tengo mucho sueño, así que creo que me iré a dormir hasta mañana
-Nada de eso, tienes que cenar antes
-Maldito Eric, apuesto que te ha estado mandando mensajitos
-Prefiero no apostar nada
-Lo sabía, no tengo hambre, aún, quiero ver este lugar y conocer mi cama, donde pienso pasar la mayoría del tiempo
-Me parece un plan razonable, esa sandía debe estar partiendo tu espalda
-Graciosito, voy a buscar a Evan
Lo dejo riendo y voy hasta la puerta principal, ahí Evan despide al guardia y cierra. Le pido un tour completo, y se lo toma muy a pecho, recorremos el gran apartamento de esquina a esquina, de baño a baño, y tiene 4, para cuando acabamos ya tengo hambre y mucha sed, olvidaba que mi hermano es bastante hablador y consume tu energía con facilidad y entusiasmo
-Voy a ordenar comida cacera a uno de los delivery que contrató mi papá
-¿Contrató un delivery?
-Si, 3, aparentemente no confía en nuestros dotes culinarios
-Yo sé cocinar
-Lo sé, trabajaste en banquetes de súper lujo, y desde entonces que lo dejaste claro, "No voy a cocinar a menos que me paguen" y creo haberlo comentado con papá, así que no te ensucies tu manitos
-Podrías cocinar tu –sugiero sabiendo que no tendría la suficiente paciencia, mi hermano es un hiperactivo
-¡Claro que no!
-Pide comida de una vez, voy a mi habitación a deshacer las maletas
-No te molestes, la señora de la limpieza vendrá en cualquier momento, y no, no te atrevas a protestar, porque viene solo a eso y a conocerte
-¿Cómo se llama? –se que no lo sabe
-No tengo puta idea -¡lo sabía!
-No puedo creer que estés estudiando leyes, es solo memoria y tú tienes una bastante vaga
-Hermanita, no sabes nada –levanta sus cejas, es una clara insinuación
-Hombres -este cree que no conozco su mirada pervertida, acaba de tener malos pensamientos en mi presencia
-Hay Vic, tengo tantos planes, aunque hubieran salido mejor si no estuvieras panzona
-No molestes
-Vamos a divertirnos mucho
Con esa gran sonrisa me tomó de la mano y me jaló hasta la gigantesca cocina, en la barra de desayuno tenía su mac encendido, me ayudó a sentarme, como si tuviera 70 años, solo estoy embarazada, ignorando mi ceño fruncido acerca su computador para que pudiéramos ver el menú. Me gusta tener cerca a Evan, creo que esto será divertido.
Y si, lo está siendo, cuatro semanas más tarde ya he conocido a sus amigos y a la chica que alguna vez mencionó, aunque solo me la señalo, no hablan, es bastante anti-Evan, pero algo en ella me agrada.
-¡Evan! –lo llamo desde mi habitación
-¿Qué pasa? –llega corriendo a medio vestir
-¿Porqué traes los pantalones a medio culo? –se ve divertido
-Bueno, mi hermana embarazada me acaba de llamar con un grito que debe haber escuchado hasta el conserje, acabo de salir de la ducha, Victoria
-Lo siento
-No, tu no sientes nada, eres una malvada, ya no intentes contener la risa que si lo haces mi sobrinito saldrá un poco amargado y con ese ceño fruncido de don estirado
-Evan
-Lo siento, ya sé que me pediste que no hiciera bromas con él
-Mueve tu culo, tengo hambre y la reserva es en 40 minutos
-Bien, bien, pero ¿para qué me llamabas?
-¡Cierto! No puedo subir el cierre de esta ropa de embarazada que me hiciste comprar
-Nunca imaginé que llegara el día en que te viera con vestido Vic, tengo que sacar una foto y enviársela a Noel, se va a morir
-Si te vas a comenzar a burlar me voy a poner mi pijama y vas a la puta fiestecita tu solo
Este tonto sí que sabe cómo ponerme de mal humor con rapidez, detesto vestirme como una "señorita" como decía mi inservible madre, pero es que los pantalones ya no me entran, y Evan no me deja comprar unos que si suban por mi culo gordo, se la empeña en llevarme de compras todos los jueves, la señora de la tienda debe creer que es mi novio o algo, porque las miradas de aprobación que le lanza a Evan no son nada discretas, y al él como le encanta tomarle el pelo a la gente, simplemente le sigue la corriente.
-Hermanita linda, no se enoje, recuerda que mientras más gruñas, más posibilidades hay de que te salga un pitufo gruñón
-¡Evan!
-Ven aquí, yo te ayudo
Y sonriente se acerca a mí y sube el maldito cierre del vestido, regresa a su habitación a terminar de vestirse, mientras yo consigo hacer que mi cabello luzca decente, sería mucho más fácil si no me hubiera dormido con la toalla en la cabeza, soy un oso, solo pienso en dormir.
Tras una deliciosa cena en ese restaurante finolis, nos vamos a la fiesta de alguien llamado... en realidad solo recuerdo su apellido "Parker" por lo que comencé a decirle "Spiderman".
Es la casa más pretenciosa que he visto desde que llegué a California, es hermosa y extravagante.
-Entonces si no conoces a Spiderman, ¿Qué hacemos en su fiesta?
-Vic, cuando estás en la universidad, las fiestas son algo así como una clase adicional, van los que quieren, no importa que no conozcas al dueño de casa, mis amigos están aquí, mi hermanita sonríe, ¿Qué más puedo pedir?
-Sentido común, comienzas a hablar como abuelo
-Ouch
-Bobo, tengo sed ¿vas a conseguir algo que no tenga alcohol o gas en un lugar así?
-Pff, puedo conseguirte lo que quieras, solo ve al último salón, los chicos dijeron que están junto a la mesa de billar
-Ok, y quiero hielo en mi refresco
Me gusta esto, todos están alegres y sonrientes, extraño la época en que yo podía salir con mis amigos y emborracharme, lo pasábamos tan bien, no había Alex, y Max era simplemente mi amigo, ahora eso se siente tan lejano como la última vez que vi a Matt, como lo extraño, me envió una carta hace unos días, una carta, se porqué lo hizo, un correo hubiera sido muy impersonal, quería que supiera que es importante, lo sé Matt, lo sé... ahora solo tengo que encontrar el valor para abrirla y leer lo que quiera que sepa.
No sé donde estoy, creo que me desvié de mi destino, de pronto estoy en el patio trasero, junto a un montón de gente que se divierte en la piscina, veo a la chica que le quita el sueño a Evan, esta con su grupo en el otro extremo, se visten de negro, hay un chico lindo rodeando sus hombros, vaya, es sexy, siempre he sabido apreciar a un chico que sabe llevar pantalones ajustados sin sentirse o verse afeminado, este misterioso hombre quita alientos...
Como no tengo nada mejor que hacer camino en su dirección, sigo observándolos y me doy cuenta que no andan juntos, el chico solo la abraza para poder hablarle al oído, esta serio, tal vez molesto, quien sabe, en California la gente es extremista, o muy alegres o muy serios...
-Hola tú
Creo que alguien me habla, no tengo ganas de hablar, así que sigo caminando
-¡Chica embarazada!
Rayos, con eso mis modales me impiden ignorarla y automáticamente me detengo y doy media vuelta. Una rubia hermosa, de ojos azules, piel bronceada, y con bastante rosado en su atuendo me mira, me mira, quiere algo
-Hola ¿qué puedo hacer por ti? –pregunto para acabar pronto con esto
-¿Estas con Evan?
-¿Que quiere decir eso? ¿Si vengo con él? ¿Si me revuelco con él? ¿Si somos familiares? Tienes que ser más específica
-Agg, son familia, tu respuesta te delata
-¿Quién eres tú?
-Soy Lucy, necesito hablar con él, ¿dónde está?
-Lo siento, Lucy, lo perdí hace una media hora
-No es justo, una cosa, si ves a una chica rubia, no natural, por supuesto, no le digas nada de Evan, finge que tienen algo, por muy asqueroso que suene, es la zorrita del campus y quiere los huesos de tu hermano, ¡nos vemos, linda!
Y con una perfecta sonrisa se aleja de mí, eso fue de lo más extraño, y aunque luce cómo una princesita, me dio la sensación que no lo es.
Un chico borracho choca conmigo y casi me tira a la piscina, tengo el corazón en la boca, me asustó
-¡Muévete tarado! ¿Estás bien?
Me pregunta una agresiva y a la vez amable voz, levanto la cabeza para mirarla, es ella, la chica que le gusta a Evan.
-Si, gracias
-No hay problema, ese idiota vive borracho y chocando con la gente
-Entonces en California también hay de esos
-Son una raza inextinguible, lo siento
-Soy Victoria -extiendo mi mano a modo de saludo
-Charlotte -acepta mi saludo con cariño
-Ya puedes volver con tus amigos, estoy bien
-Y ellos también, vamos a buscar a los tuyos, no estás apta para rondar una piscina rodeada de borrachitos
-Gracias Charlotte
-Suelo escuchar eso a menudo –comenta con una mueca
-Oh vaya, eso no sonó como algo que te agrade
-Confesión de extraña a extraña, sólo vine a esta fiesta para confirmar que el chico que creo me gusta, no es para mí
-¿Estas auto-desilusionándote? ¿Por qué?
-Soy lo que los descerebrados me llaman "el ratón de biblioteca" aunque no tiene nada que ver con libros, más bien con computadores y matemáticas
-Estamos hablando de hijitos de papá
-¡Exacto! Soy extraña, me gusta la música gritona, salgo de noche, tengo tatuajes, no soy popular, tengo buenas calificaciones, amigos leales y el chico que "me gusta" es totalmente opuesto, es despreocupado, su familia tiene dinero, es muy apuesto y tiene una larga lista de chicas interesadas en el, y yo soy la persona más tímida que puedas conocer, no hablo cuando no conozco a alguien o en este tipo de fiestas, no pertenezco aquí
-Vaya, Charlotte, suena como que tu descripción es la mía, a excepción de las matemáticas y los computadores y la música que escucho es un poco más depresiva, y no soy tímida, creo que soy algo bocona
-Victoria, no lo digas para agradarme –me sonríe
-Charlotte, sé que no lo parece, llevo un puto vestido, pero creo que nos parecemos, y debo decir que ese chico que te gusta, el que es opuesto a ti, es perfecto. Créeme, te lo dice la extraña embarazada y estúpidamente enamorada de un estirado
-Con eso ¿Qué es exactamente lo que quieres decir?
-Su nombre es Matt, y cuando lo conocí era el ser más desesperante del planeta, don correcto, don buenos modales, no decía palabrotas y se refería a mí como "Señorita Victoria" usa traje todo el tiempo y yo... no soy de ese tipo
-¿Tu banda favorita?
-Nirvana
-Ahora entiendo, bueno no es que yo tenga alguna oportunidad con el chico, pero gracias por intentar animarme, Victoria
-Que puedo decir, las hormonas me juegan malas y buenas pasadas
-¿Dónde iban a estar tus amigos?
-Justo aquí, junto a la mesa de billar
Vaya, ni siquiera me di cuenta de todo lo que avanzábamos mientras me hablaba. Reconozco a los amigos de Evan, y de pronto aparece el, con cara de preocupado, pero entonces ve a mi acompañante y el color abandona su rostro, dejo de observarlo y miro a Charlotte, está como un tomate, aunque creo que tenemos el mismo tono pálido de piel, no lo ve a los ojos, la intimida, es tierna
-Evan, ¡Aquí estas! –rayos le brillan los ojitos, de verdad le gusta Charlotte
-Si... donde te dije que estaría
-Lo siento, me distraje recorriendo la casa
-...Ya me voy –me susurra Charlotte
-No, ¿no quieres quedarte un rato? Me encantó hablar contigo
-No yo... ya me voy, cuídate Victoria –se aleja a toda velocidad
-Gracias... ¡extraña!
Vaya, ahora sí que no estoy entendiendo nada, ambos se gustan, pero no hacen nada al respecto.
-¿Qué estabas haciendo con Charlotte?
-Me salvó la vida, un borracho casi me tira a la piscina
-¡¿Qué?! ¿Quién fue el imbécil?
-Ay no te pongas en ese plan ahora, ¿Dónde está la zorrita a la que quieres que espante?
-¿Ya te quieres ir?
-Sí, me duelen los pies
-Ven a sentarte.
Dos horas más tarde finalmente deja que me marche, esta borracho, no tanto pero lo suficiente como para darme un respiro, despachamos a la chica que lo acosaba, cree que tendremos un bebe, es asqueroso, pero dejó de fastidiar, era la rubia no-natural, de la que habló la tal Lucy. Camino tranquilamente a la salida, el agradable viento es bien recibido, en esa casa hay tanta gente, que el calor era insoportable. Solo unos metros más allá de la gran reja de acero, hay una parada de taxis, hay un par de chicos antes que yo, estoy bien con esperar.
-Chica embarazada
¿Otra vez? ¿Qué le pasa a esta gente?, observo a los chicos que están en la parada, pero no son ellos, se van subiendo al taxi que acaba de llegar y ya no hay nadie más
-Hey...
Vuelven a llamar, doy media vuelta y entonces una sombra sale hasta la luz del farol que ilumina la parada, lo reconozco como el sexy chico que hablaba con una incómoda Charlotte.
-¿Si? –digo confundida
-¿Ya te hartaste de la fiestecita?
-No estoy en condiciones de fiesta, ¿no te parece?
-Todos tenemos derecho a divertirnos –se encoge de hombros
-Te ves molesto
-Lo estoy, ¿te llevo?
-¿Qué? No, claro que no
-Te voy a llevar, estabas en mi fiesta, es mi deber asegurarme que la invitada más tierna y hermosa llegue a casa a salvo
-¿Eres el tal Parker?
-Reid Parker –me sonríe y casi me meo
-Oh, hola
-¿La extraña tiene nombre?
-Victoria... -creo que me ruboricé
-Vamos a llevarte a tu casa
-Está bien.
Spiderman resultó ser un considerado caballero, en la esquina estaba estacionado su auto, me abrió la puerta para ayudarme a subir a mí y mi sandía y se puso en marcha, habló nada, solo para averiguar donde vivo. El extraño estaba triste, derrotado, me hubiera gustado preguntarle que le ocurría, pero no estaba apta para drama, tengo sueño y las medias comienzan a darme comezón, así que cuando llegamos a mi edificio, Reid me acompaña hasta el elevador y se despide con un beso desinteresado en la mejilla, llenándome de su masculino aroma y su costos perfume. Lo observo dirigirse hasta la salida antes que las puertas del maldito elevador se cierren e inicien el infernal asenso eterno.
La cama me parece en estos momentos un lugar celestial, brilla en la oscuridad, sus suaves almohadas me abren los brazos, que vergüenza, son a penas las 2 de la madrugada y yo ya no doy más, antes a esta hora a penas y comenzaba a divertirme. Quien iba a imaginar que un embarazo me hiciera ser tan responsable.
Horas más tarde lo siento, siento sus ojos sobre mí, es aterrador, desde que vivimos juntos que ha tenido esa loca manía de llegar borracho y dirigirse a mi habitación, se recuesta a mi lado y me observa y observa hasta que despierto, siempre tiene una sonrisa en el rostro
-Perturbador, vete a dormir, apestas
-Desayuno, hay que alimentar al monstruo
-¡Evan! –gruño por que sé que voy a hacer lo que me dice
-Son las 7 de la mañana, vamos a desayunar, yo cocino
-Más te vale
Y gruñendo me saca de la cama, como si fuese a escapar, me lleva de la mano hasta la cocina, me siento a la barra de desayuno y lo observo prepara huevos, tostadas, tocino para él, leche y fruta para mí, es lindo ver que a pesar de su borrachera quiera cuidarme.
Todo el mundo quiere saber que será el bebe, Sue no deja de insistir en que pregunte, Dexter dice que no podrá comprarle un regalo si no le digo, Doris dice que es mejor estar preparada, Adam... el fue al control conmigo, Evan no podía, solo se lo comenté y en un par de horas estaba en mi puerta. Fue divertido, el doctor midió mi panza y el no dejaba de bromear sobre lo gigante que estaba y si, directamente le pidió al doctor que se lo dijera, no me opuse, me gustó su respuesta...
Tenerlo cerca me recuerda a Matt, cuanto lo extraño. Adam solo se quedó dos días y regresó a casa. Evan estaba de viaje, llegaba esa noche y ahí estaba yo, a solas con la carta de Matt, creo que ya había pasado el tiempo suficiente, estaba lista para leer lo que sea que quiera decirme. Con manos temblorosas abrí el sobre, desdoble la carta y ahí estaba, escrita de su puño y letra...
Querida Victoria:
Sé que prometí darte tu espacio, pero te extraño, no pasa día, o minuto sin que te vengas a mi mente, te añoro, no lo olvides.
Quería contarte personalmente el motivo que detonó todo este problema entre nosotros, se que nada justificará mi reacción, ni mi bocota, pero si hay una razón.
Durante los años que pasé en la relación con Katie, ella siempre manifestó querer un futuro conmigo, cuando tuvo la idea de tener un hijo, cuando se obsesionó con la idea de quedar embarazada, yo me mantuve al margen. Al cabo de unos meses ella comenzó a notar que algo no iba bien, por lo que me pidió que me hiciera unos exámenes... no voy a alargar esto de un modo innecesario, así que voy a saltarme el drama e ir directo al grano.
Durante todo este tiempo me ha hecho creer que soy estéril, hace años ambos nos hicimos exámenes, a ella le salieron completamente normales, no así los míos. Falsificó mis resultados, y los suyos, ella es la del problema, no yo.
Sé que desde que comenzamos a tener una relación sexual que nunca me preocupé por los condones, o por averiguar si estabas tomando anticonceptivos, la verdad es que sabía que no los tomabas, y respecto a la seguridad... siempre usé condón.
Te pido me perdones desde el fondo de mi corazón, pero espero me comprendas, que entiendas porqué estaba tan enojado, tan convencido que no era mío, ahora solo ansío poder abrazarte y prometer que siempre voy a estar para ambos, quiero ser el padre de tu bebe, lo quiero, de verdad... no importa cuánto tiempo tenga que pasar, voy a respetar tu decisión siempre.
Con Amor
Matt.
Como una magdalena me deshice en llanto, lloré toda la tarde y parte de la noche, me dormí sobre la cama memorizando aquella carta.
Desperté por la madrugada, con unas horribles punzadas de dolor, la verdad es que todo el día las sentí, pero decidí ignorarlo, hasta ahora, son una tortura y me arrancan grititos de dolor, tengo miedo, grito el nombre de Evan, espero no esté muy dormido, lo necesito...
-¡Victoria!
Entra corriendo, me ve encogida de dolor sosteniendo mi vientre y de inmediato sabe qué hacer, no le digo nada, toma el teléfono y le marca a mi doctor, tienen una breve conversación y enseguida cuelga, me mira a los ojos, tengo miedo, descalzo me carga hasta el ascensor y me lleva hasta su auto.
Me voy a negro, tengo lagunas, creo que me desmayo y vuelvo en si justo a la hora de la siguiente... contracción, creo que el bebe ya quiere salir y no quiero tener que enfrentarme a ello.
7 horas más tarde despierto agotada, débil, deshidratada, me siento extraña, estoy en la clínica, tengo una ruidosa máquina conectada y mi panza ya no está tan abultada, estoy aterrada, a punto de tener un ataque de pánico cuando Evan entra en mi campo de visión.
-Tranquila, tranquila
Se acerca y toma mi rostro entre sus manos
-No pasa nada, está todo bien, más que bien, lo hiciste increíble, estoy orgulloso hermanita
No estoy entendiendo nada, creo que nota mi confusión y se apresura a explicarme
-Vic, tu bebe ha nacido, tus contracciones eran demasiado seguidas y, el doctor me explicó que debido al comienzo tan complicado de tu embarazo fue imposible que dieras a luz de modo natural... te han hecho una cesárea
-¿El bebe está bien?
-Sí, bueno tan delicado como un bebé prematuro puede estarlo, lo tienen en una incubadora, tendrá que permanecer ahí dentro mínimo 4 días, y tú no te puedes mover de este lugar por una semana, hasta que se aseguren que tu herida está sanando debidamente
-¿Es normal?
-Absolutamente normal
-Estoy cansada
-Duerme hermanita, mañana te sentirás mejor...
Estuve dos semanas en la clínica, mi bebe estaba bien, aunque aún era pronto para detectar alguna enfermedad, pero físicamente estaba perfecto.
Dos semanas después del alta médica recibí la llamada de Edward, debíamos viajar a Nueva York, el juicio finalmente se llevaría a cabo, el esperado día en que todo acabaría finalmente llegó.
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¡Hola chicas!
Nuevo capítulo, narrado por Victoria, se que todas esperaban saber que ocurrirá en el juicio, pero para que vean que las escucho, pausamos el sufrimiento y angustia por algo de paz.
Espero que les guste, quiero saber que opinan, si les gustó si no, también un pequeño spoiler... aparecen un par de personajes nuevos, bueno no tienen nada de relevante aquí, pero sí son unos potenciales protagonistas de una nueva historia que tengo en mente :p
Lamento el retraso, pero no me gusta forzar la historia, cuando llega la inspiración, llega. Aquí son las 4:01 am, y aquí estoy yo, subiendo el nuevo capítulo y no revelé el sexo del bebe
Cariños
Verónica.
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