Capítulo 9: La Fiesta de Solsticio
Sonic caminó sin un rumbo fijo, pensando en quedarse tal vez en una de las habitaciones de huéspedes de aquella enorme mansión, pero cuando intentó acceder a alguna, todas yacían bajo llave. Era obvio que si quería quedarse en algún otro lugar que no fuera su recámara debería de pedir permiso a su majestad.
–Tal vez en un sillón...– pensó en voz alta.
–¿Sonic?– escuchó a sus espaldas para ver a la felina caminar con un vaso de leche en mano y un camisón largo de seda blanca. –¿Algún problema?– inquirió.
–¡Ah!, pues verás, yo...
–¿Necesitas un lugar diferente para dormir?– interrumpió Blaze de pronto.
–Eh... sí– asintió con la cabeza, asombrado por su actitud indiferente a lo que él asumía sería un tema conflictivo –¿Quería ver si era posible usar una de las habitaciones de huéspedes?– pidió con amabilidad.
–Eso no será posible– negó la felina –Ninguna está en condiciones de recibir visitas– explicó estoica.
–No te preocupes por eso, yo...
–Ve con Silver– interrumpió Blaze cual orden –Él te recibirá gustoso esta noche– dijo formando una media sonrisa a penas visible en la oscuridad –Su habitación está al final del pasillo a mano derecha– indicó –Feliz noche, Sonic– se despidió para seguir su camino en la oscuridad del pasillo.
Sonic no tuvo la oportunidad de debatirle, era más que obvio que ella no le daría un habitación diferente y que esto tenía algún tipo de propósito para ella. Parecía que de nuevo debería obedecerla quisiera o no. Sonic soltó un pesado suspiro para caminar en la dirección previamente indicada. Era obvio que su aventura con Silver estaba lejos de terminar.
Así terminó enfrente de la habitación del erizo plateado; tocó febrilmente la puerta sintiéndose incómodo por lo que estaría a punto de pedirle al guardián de la reina. Sonic vio sobre su hombro, tentado en regresar, o eso pensó hasta que la imagen de Amy regresó de golpe provocando que fijara su vista al frente sonrojándose intensamente nuevamente. Regresar no era una opción.
Sonic tocó nuevamente para así esperar un tanto ansioso frente a la puerta hasta que por fin Silver abrió la misma y al hacerlo verlo extrañado.
–¿Sonic?– logró Silver a penas decir, arqueando una ceja en señal de confusión.
–¿Tendrás espacio para uno más?– preguntó con una sonrisa incómoda.
–Amm...– balbuceó Silver confundido –¿Qué?– soltó sin entender.
–Necesito un lugar para pasar la noche– explicó rascando la parte trasera de su cabeza, nervioso –Y Blaze me mando para acá, parece que no hay habitaciones de huéspedes disponibles– soltó con pesar.
–¿Blaze te mando para...– acalló entendiendo ahora la inoportuna visita. Era otro de los maravillosos planes de la gata para sacarle más información al erizo sobre su relación con Amy. Silver soltó un pesado suspiro rodando sus ojos en señal de molestia y así asentir con la cabeza. –Pasa– dijo al fin para hacerse a un lado y darle paso al erizo azul –Repíteme otra vez, ¿Por qué es que no puedes dormir en tu habitación?
–Es... bueno...– silenció desviándole la mirada.
–¿Algún problema con Amy?
–Podría decirse– respondió el erizo azul sonrojándose intensamente sin poder sostenerle la mirada –Digamos que preferí irme para no hacer algo de lo que podría arrepentirme– concluyó con una sonrisa forzada.
–Supongo que eso tiene sentido– concordó Silver cerrando la puerta –¿Ustedes tienen muchos problemas de este tipo?
–Nop– negó Sonic para caminar por la habitación restándole importancia a sus palabras –Es el primero y con suerte, el último.
–¿Y exactamente qué fue lo que...
–¿Qué es esto?– cortó velozmente Sonic para tomar el libro que Silver había dejando descuidadamente sobre su cama –"Caballeros y princesas a través de la historia"– leyó el título para voltearlo a ver pícaramente.
–¡E-Eso es...– intentó arrebatar de sus manos para que Sonic lo esquivara con una sonrisa juguetona.
–Tranquilízate– dijo Sonic divertido para evadir cualquier intento de Silver por arrebatar aquel libro de sus manos –No te imagine como alguien que leyera este tipo de cosas, o que leyera de ser el caso– bromeó divertido.
–¡Es parte de los deberes de un caballero!– habló Silver para arrebatarle el libro al fin y verlo con molestia.
–Las historias de princesas y caballeros son muy interesantes– habló Sonic sin interés –De hecho, conozco una muy interesante– continuó Sonic para captar la atención del erizo plateado –Sí, una donde el plebeyo termina con la princesa– dijo con una sonrisa.
–¿En serio crees que eso logre pasar?– preguntó con cierto desánimo el erizo plateado.
Sonic vio con detenimiento la expresión de desánimo del erizo plateado; parecía que no había dimensionado los sentimientos de Silver hacia la princesa. En aquella historia aunque el plebeyo había logrado conquistar a la princesa, ella al final había perecido tras combatir una larga enfermedad; no era una historia con un final feliz, después de todo, ¿qué sabía él de finales felices?
–Claro– asintió Sonic en un intento de animarlo –Ustedes están metidos en la historia de amor más cliché de todos, ¿si tú no puedes tener un "felices para siempre" qué esperanza hay para nosotros?– indicó con una sonrisa.
–¿Tú conseguiste tu final feliz?– cuestionó Silver para verlo expectante.
–Tú dímelo– dijo para así lanzarse sobre aquel colchón –¿Te parece que ella es feliz conmigo?– inquirió Sonic para perder su mirada al techo, borrando poco a poco aquella sonrisa que antes lo había acompañado.
–A mí parecer es una mujer que espera por tu siguiente movimiento– respondió Silver para sentarse a su lado. Sonic lo volteó a ver intrigado, para que él le sonriera amenamente.
Sonic le devolvió la sonrisa asintiendo con la cabeza. Ninguno de los dos pronunció palabra alguna, parecía que no había necesidad de hacerlo; era una ventaja de hablar con un hombre, ellos entendían con pocas palabras.
–Bueno, supongo que será mejor ir a descansar– terminó Sonic con el embarazoso tema, ampliando su sonrisa.
–Claro, si no te molesta compartir la cama– dijo Silver un tanto incómodo.
–¡Bromeas!– soltó Sonic animado –¡Llevaba tiempo sin descansar sobre una cama!– habló sintiendo el suave colchón a sus espaldas.
–¿De qué hablas?– inquirió Silver para verlo confundido –¿Hay algún problema con la cama de su habitación?
Sonic borró su sonrisa, percatándose que había hablado demás, otra vez. Se sentó de golpe para que el erizo plateado lo viera suspicaz.
–¡No, ninguno!– corrigió velozmente –E-Es sólo que... es, bueno... no hemos dormido mucho...– murmuró sonrojándose intensamente por lo que diría a continuación –Si sabes de lo que hablo, Amy no es de las que me deja descansar por las noches, ella...
–¡Entiendo!– cortó Silver avergonzado por lo que sus palabras pretendían –Bien, bien, será mejor descansar– dijo el erizo plateado apresurado. No necesitaba más información.
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Amaneció para así empezar a empacar lo que llevarían a la actividad que la princesa Blaze los había invitado. Amy miraba de tanto en tanto a la puerta en espera de Sonic, aún no había podido hablar con él y realmente no sabía donde había pasado la noche. Había salido más tarde de su habitación en su búsqueda, pero no lo había podido encontrar en ningún lado; aunque si lo hacía no estaba muy segura qué se suponía que ella hiciera después, aún dudaba de cuál había sido la razón por la cual había decidido dormir lejos de ella... aunque podía darse una idea.
Amy se sonrojó sutilmente recordando el incidente de la noche mordiendo su labio inferior ante la idea del deseo de Sonic hacia ella, algo que siempre había sido muy tentador, incluso ahora que yacían separados.
–¡Deja de pensar en tonterías!– se regañó sintiendo una extraña sensación en la boca de su estómago, mordiendo su labio inferior con fuerza, sin entender del todo esas emociones que la abrumaban –Todo pasará– se dijo a sí misma.
–¿Qué pasará?– escuchó Amy decir para voltearse de golpe y ver a Sonic en el marco de la puerta de la habitación. Había regresado.
–¡Ah, nada!– soltó sonrojándose al ver al erizo llegar –Es decir... esto, el solsticio– corrigió con una risilla nerviosa –Ya sabes, todo esto me tiene algo nerviosa.
–Sí, lo sé– asintió el erizo para adentrarse a la habitación y ver que ella ya había empezado a empacar, recordándole que partirían en poco tiempo –No eres la única– continuó soltando un suspiro de frustración –Eggman tendrá sus ojos sobre nosotros en todo momento.
–Sí, lo sé– dijo Amy asintiendo pesadamente para así quedar en silencio, en uno incómodo.
Cientos de palabras sin pronunciar los rodearon en los más perpetuos de los silencios. A diferencias de otras ocasiones, no existía un ambiente de tensión o de un odio no dicho, parecía ser lo contrario. Amy sentía su corazón latir apresuradamente y no encontraba razón para dicho sentimiento, mientras que Sonic, por su lado, intentaba mantener su mente ocupada en todo menos el indeseado recuerdo de la noche anterior.
–Será mejor que me ponga a empacar también– habló Sonic intentando aliviar el silencio ensordecedor que estaba a punto de volverlo loco.
–Sí, yo ya empecé...– murmuró la eriza para verlo ir por su maleta, la cual a diferencia de ella se encontraba en perfecto orden –Por cierto– habló con cierto entusiasmo –Te compre algo ayer– dijo esbozando una amplía sonrisa.
–¿En serio?– preguntó Sonic intrigado.
–Pues ya que iremos a la playa...– dijo para sacar de una bolsa un traje de baño color verde turquesa –Supuse que te serviría algo como esto– enseñó Amy con una sonrisa divertida –Además, estoy casi segura que no tienes ninguno.
–Tenlo por seguro– afirmó Sonic con una expresión disconforme –Gracias– completó con una dulce sonrisa para tomar la prenda delicadamente de sus manos.
Amy se sonrojó al sentir la punta de sus dedos rozar los suyos para soltarla velozmente; sin entender porqué se sentía repentinamente tan nerviosa.
–No fue nada– respondió la eriza rosa con un dejo de nerviosismo –Es decir, yo también tuve que comprarme uno– continuó alegremente, intentando obviar aquellos extraños sentimientos que ahora la aturdían. –Ves– dijo Amy para enseñarle un bikini rojo –Blaze me obligó a comprarlo– refunfuñó recordando como le había negado comprar el traje de una sola pieza más conservador que ella había querido originalmente.
Sonic observó el pequeño traje de baño y sin poderlo evitar sonrojarse con intensidad al traer a su mente el recuerdo de la noche anterior. Había trabajado muy duro para evitar pensar en lo sucedido, y ahora una nueva fantasía tomaba su lugar; sin lugar a dudas el color rojo se miraba aún más seductor que el blanco que ella vestía ayer.
Clavó sus ojos en la eriza, quien en ese momento se quejaba sobre su agotador día de compras con Blaze, sin percatarse de la intensa mirada que tenía el erizo azul sobre ella, una que ahora recorría su cuerpo lentamente trayendo aquella imagen vívidamente de ella usando lencería, para que cientos de pregunta recorriera su mente: ¿la tendría puesta ahora? ¿sería igual a la que vio ayer o sería algo totalmente diferente?
–... por eso no me gustan las tiendas de este lado de la ciudad– concluyó Amy su diálogo sin sentido. –Aún así– continuó cerrando por fin aquella maleta –Ayer que salí con Blaze, ella realmente no se ve convencida de...– Amy silenció al percatarse de que Sonic la miraba de manera extraña –¿Todo bien?– preguntó.
–¡A-Ah, sí!– soltó Sonic desviándole la mirada, sonrojándose con intensidad, ¡¿en qué demonios estaba pensando?! Amy seguramente no sentía ni la mitad de sentimientos lascivos que él ahora presentaba; y entonces la voz de Silver vino a su mente –"... es una mujer que espera por tu siguiente movimiento"– recordó, para verla de reojo nuevamente, quien ahora se acercaba a él para verla con cierta preocupación.
–Te ves sonrosado– indicó ella y así tocar suavemente su frente –No pareces estar enfermo– explicó Amy sintiendo la temperatura de su cuerpo –¿Tienes calor o...– calló al sentir como Sonic tomaba su muñeca, para lentamente alejar su mano de su rostro, viéndolo confusa. La mirada de Sonic se clavó sobre ella, provocando que un escalofrío recorriera su cuerpo cual rayo sobre su medula, tragando pesado –S-Sonic...– tartamudeó ruborizándose. Sonic la sujetó de la cintura para atraerla hacia él con cierta fuerza pegando su cuerpo contra le de ella.
–Dime algo...– habló el erizo azul con una voz ronca –La lencería de ayer... ¿era para mí?
–¡¿E-Eh?!– exclamó Amy para que sus mejillas adoptaran un tono rojo incandescente. –¡E-Eso... no...– balbuceó sintiendo como el agarre de él se intensificaba. Una ola de calor la cubrió por completo.
–¿Lo era?– insistió Sonic con un dejo de desesperación. Su respuesta le daría la pauta de qué hacer a continuación.
–Eso...
Escucharon tocar la puerta para terminar con el momento. Sonic despertó su embelesamiento para abrir sus ojos de par en par y percatándose de lo que estaba haciendo; la puerta se abrió y sin pensarlo, empujó tan lejos de él como pudo a la eriza haciéndola tambalear.
–Partiremos dentro de...– Silver acalló al ver a la eriza retroceder torpemente de Sonic para que éste lo volteara a ver con un intenso sonroje en sus mejillas, confundido por la escena. –Amm... dentro de 15 min...
–¡Perfecto, bajaré las maletas!– exclamó Sonic para buscar apresuradamente las maletas y llevarlas en sus manos.
–Eso no será necesario– dijo Silver mientras lo miraba tomar las cosas torpemente –Alguien del personal vendrá por...
–No, no– cortó para empezar a andar –Lo haré yo– dijo por último para salir aprisa de la habitación, dejándolo atrás.
Silver volteó a ver a la eriza, quien permaneció en silencio con su mirada en sus pies; era obvio que algo había pasado, aunque no estaba seguro que fuese una pelea o algo similar.
–Entonces los veré enfrente de la mansión, dos autos esperan por nosotros– dijo Silver a modo de despedida, cerrando la puerta y así dejar la incómoda situación detrás de él.
Silver dejó la habitación para seguir su camino, y así, ver la princesa quien caminaba a su dirección del otro lado del pasillo. Blaze le sonrió complacida al notar su presencia acelerando su caminar, provocando que él detuviera su caminar, viéndola extrañado por el extraño entusiasmo.
–¡Por fin te encuentro!– dijo Blaze animada.
–¿Pasa algo?– inquirió Silver desconfiado de su buen estado de ánimo.
–Acabo de tener una maravillosa idea– respondió la felina con una sonrisa conspiradora para que Silver frunció sutilmente el ceño; estaba cansado de los extraños planes de su majestad –Estaba pensado que si al momento de llegar, tú vas con...
–No– le cortó Silver autoritario, para que ella lo viera con asombro. Silver aún recordaba las palabras que Sonic le había dicho en su pequeña excursión: "En primer lugar, no estés disponible todo el tiempo". Apretó sus puños con fuerza y como pudo, tomó valor para desobedecer a su majestad –Es suficiente, no pienso seguir participando en estos planes tuyos– se rehúso –Si quieres tramar algo, no será con mi ayuda.
Blaze le dio una intensa mirada, provocando que tragara pesado. Nunca la había desobedecido desde que lo consignaron como guardia, y nunca había tenido más miedo en su vida, sabía lo que sus palabras podría costarle.
–Estamos listos– escuchó decir a sus espaldas, para voltear a ver a la ama de llaves con una sonrisa apenada, seguramente por la interrupción.
–Iremos en un mome...
–¡Perfecto, partiremos ahora!– interrumpió Silver a la felina, para huir velozmente del lugar.
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Amy observó el mar asomarse por la ventana para abrir sus ojos de par en par, llevaba años sin ver el mar. Esbozó una amplia sonrisa para voltear a ver a su acompañante, quien a diferencia de ella no se miraba entusiasmada por el cuerpo de agua que se mostraba en la ventana.
–¿No le gusta el mar su majestad?– inquirió Amy, para posar su mirada en la felina quien mantenía su vista sobre un libro.
–Soy un gato, ¿tú que crees?– respondió sin quitar su mirada de aquel libro.
–Creo que sería mejor compañía para Sonic– habló Amy soltando un suspiro y así ver el vehículo delante de ellas, en donde Sonic yacía junto al guardián de la felina.
Blaze apretó aquel libro con fuerza sin que su compañera se percatara en un intento de ahogar su enojo. No había sido su idea viajar a solas con la eriza rosa, pero ese día al llegar en donde las dos limusinas los esperaban, Silver al verla dijo velozmente que iría en un vehículo con Sonic, a lo cuál el erizo azul accedió con gran entusiasmo y antes de que ella pudiera oponerse ambos yacían en el interior del transporte, dejándola a solas con una eriza tan confundida como ella.
–¿Qué será lo adecuado de vestir para la fiesta de apertura?– preguntó Amy de pronto, provocando que ella levantara su mirada de aquel libro, regresándola al vehículo junto a ella –Es sólo que Sonic y yo jamás hemos ido a algo como esto– explicó con una expresión nerviosa. Amy ya no sabía cómo terminar con el insufrible silencio de la notablemente molesta felina púrpura. El recorrido parecía durar días cuando realmente a penas habían viajado un par de horas.
–Ropa holgada está bien, es una playa después de todo– indicó cortante.
–Oh...– exclamó Amy con desánimo al ver que ella regresaba su mirada a su libro –¿Su majestad irá con...
–Dime Blaze– interrumpió la felina volteando una página de su libro –No me gustan tantas formalidades.
–Oh... De acuerdo– asintió la eriza para acercarse un poco más a ella en un intento de armar una conversación. Si pasaba un minuto más en ese insufrible silencio perdería la poca cordura que aún tenía. –¿Te acompañará Silver a la fiesta?– preguntó con una amena sonrisa.
–Claro, es mi guardián– espetó.
–¿Cómo pareja?– rectificó Amy.
–¿Eh?– soltó Blaze despegando la mirada de su libro y así verla con intriga. Nunca había visto a Silver como algo parecido y no entendía cómo ella podría imaginar tan absurda escena –Es mi guardián, él nunca...
–Es sólo que...– interrumpió Amy anticipando las palabras de la felina –Ustedes pasan tanto tiempo juntos– murmuró Amy con una pequeña sonrisa –Y se ven tan bien juntos... como de esas parejas de cuentos de hadas– indicó con ensoñación.
–¿Hablas de esas donde la princesa es secuestrada y luego es recatada por un caballero de galante armadura y...
–¡Sí esas!– interrumpió Amy con entusiasmo.
–...Y luego mueren para dejar su reinado a un hombre?– concluyó la felina con una mirada de reproche.
–Bueno... no debe de morir la princesa– murmuró apenada la eriza. No quería insinuar que ella iba a morir o peor aún, que deseaba su muerte.
–Tampoco debe de terminar con nadie– aclaró la felina para cerrar su libro y verla intensamente –No necesito a nadie a mi lado, estoy bien sola.
–¿Y si alguien estuviera interesado en usted, majestad?
–Te dije que me llamarás Blaze– regañó, frunciendo el ceño –Y no veo por qué alguien estaría interesado en alguien como yo...– indicó con un dejo de dolor en su voz, desviando la mirada al cristal a su lado para así ver su reflejo.
Blaze se consideraba fría, inalcanzable y sin lugar a dudas nada atractiva a comparación de su energética compañera. Amy era el tipo de mujer que podría conseguir a cualquier hombre si se lo proponía; era dulce, carismática y abierta en cuanto sentía y pensaba; ella por su parte era diferente... y eso estaba bien.
–Es todo lo que una mujer anhela ser– habló Amy de pronto, provocando que Blaze la viera con asombro –Los hombres quedan deslumbrados con tu elegancia y belleza, eres pulcra, educada y por si fuera poco ¡una verdadera princesa!
–No son cosas que los hombres busquen– respondió Blaze al recordar como durante su vida ella siempre había sido excluida de cualquier grupo social por su sangre real y por, como ella dijo, su educación y estatus. –Buscan a mujeres como tú.
–Sí claro...– dijo Amy para recostar su cabeza sobre el sillón y ver hacia el techo del vehículo soltando un suspiro en señal de frustración –No puedo retener ni a una mosca a mi lado... al final... ellos siempre buscan a las chicas correctas y bien educadas...–murmuró para que la imagen de Sonic y Sally golpeara su mente fuertemente.
–¿Qué hay de Sonic?– inquirió la princesa.
–¿No has visto como te mira?– devolvió Amy entristeciendo su mirada –Estoy segura que si pudiera elegirte en mi lugar para este juego llamado matrimonio yo no estaría aquí.
Blaze la vio con asombro, nunca una mujer le había dicho tan directamente que estaba celosa de ella; era un sentimiento un tanto agridulce, pues se sentía halagada y a su vez incómoda por que ella pudiera pensar que Sonic tendría cualquier tipo de relación aparte de la que ya poseían. Parecía que, como Silver le había dicho, ella estaba enamorada del erizo azul.
Blaze no supo cómo responderle, después de todo ella no se percataría de algo así, aún si lo tuviera frente a sus narices, y ella lo sabía.
–¡Mira!– soltó Amy de pronto, alarmándola –¡Puedo ver la fiesta!– dijo la eriza con una actitud divertida, borrando cualquier indicio de inseguridad. Blaze se acercó a ella para ver como ya habían empezado a llegar los invitados. La felina vio de reojo a la eriza, quien sonría ampliamente. Sin lugar a duda, era igual que Sonic. –Se ve muy divertido, ¿no lo crees?
–Estoy segura que tú y Sonic tendrán mucha diversión– respondió Blaze con una sonrisa sincera, la primera desde que los había visto entrar por sus puertas.
–Tú y Silver también– dijo Amy fijando su mirada a la ventana nuevamente –Ya puedo verlos bailar por aquí y por allá, con la hermosa música de fondo mientras él te ve fijamente y...
–Ya te dije que él es sólo mi guardián– interrumpió Blaze su bochornosa fantasía –Sólo está para asegurarse que nada malo me suceda– le recordó ruborizándose sutilmente por la idea que ella había puesto sobre su cabeza.
–Sonic era sólo mi amigo antes de todo esto– devolvió Amy con una sonrisa juguetona –Además, una noche de diversión entre amigos no le cae mal a nadie ¿cierto?
Blaze la vio intrigada, ella nunca pensaba en divertirse mucho realmente, menos con Silver. Dirigió su mirada a la fiesta en la playa mientras el sonido de la música de orquesta se escuchaba según se acercaban, así como la risa y murmullo de los presentes. Una imagen de Silver y ella bailando amenamente al compás de la melodía vino a ella para sonrojarse ante el atrevimiento de su mente.
–¡A-Así está bien!– exclamó la felina para sentarse correctamente y dirigir su mirada a su regazo, sintiendo su corazón acelerarse. –Además... yo debo de encargarme de que todo salga acorde– murmuró, recordándose que ella no estaba ahí para divertirse.
La gentil mano de Amy tocó la suya para que Blaze la volteara a ver al acto, extrañada por el inadecuado acto de confianza. Amy le sonrió ampliamente, como asumía lo haría un amigo cercano y así decirle: –Si necesitas un descanso, yo puedo revisar que todo salga bien mientras tú bailas una pieza– habló Amy amigablemente –Después de todo yo soy la encargada de todos los grandes eventos en Green Hill– dijo con orgullo. Blaze no supo cómo reaccionar al dulce gesto, así que sólo asintió con la cabeza ante su oferta para que así el vehículo se detuviera de pronto.
–Su majestad, llegamos– dijo el chofer en el asiento de adelante.
–¡Por fin!– soltó Amy entusiasmada para así abrir la puerta de su vehículo y al hacerlo un rostro familiar la recibió, borrando su sonrisa previa.
–Amy Rose– saludó para extender su mano en un intento de ayudarla a bajar.
–Dr. Eggman– saludó Blaze con una cordial sonrisa.
–Bienvenidas a la fiesta de solsticio– dijo ampliando su sonrisa –Llevaba tiempo esperando...
¡Gracias a todos por sus comentarios de esta historia! En este capítulo fue muy poco Sonamy, pero no se preocupen, el siguiente prometo que tendrá mucho más y como ven, el Silblaze empieza a florecer poco a poco. Lamento mucho la tardanza pero realmente el trabajo me absorbió este mes, sin embargo, ya estoy de regreso.
Sin mucho que decir en este capítulo los veo al capítulo 10. ¡Kat fuera!
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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