Capítulo 7: ¿Amigos?


Miraba fijamente el techo de la recámara, inquieta. Amy llevaba intentando conciliar el sueño las últimas horas, pero le era imposible; la idea de estar a solas con la princesa el día de mañana no le agradaba en lo absoluto. Eso significaría que deberían de hablar, y estaba segura que haría preguntas profundas sobre su relación, una que no tenían. Amy dio otra vuelta en las sabanas, intentado acallar su mente inquieta, pero le era imposible. No sabía qué se suponía debería de decirle, ¿qué pasaba si decía algo que no estaba bien y condenaba al mundo por ello? Estaban tan cerca de terminar todo y si hacía algo incorrecto podría echar todo a perder. Amy se sentó de golpe para así dirigir su mirada al diván en donde el erizo parecía estar plácidamente dormido, envidiando su calma.

–¿Qué sucede?– escuchó Amy de pronto, alarmándose. Lo vio dar media vuelta para verla fijamente. Parecía que Sonic tampoco había conciliado el sueño.

–¿Cómo sabías que estaba despierta?– preguntó curiosa.

–Te conozco más de lo que me gustaría– soltó él en un suspiro –¿Y bien?

–Es...– silenció fijando su vista hacia su regazo –Es sólo que me preocupa estar a solas con la princesa mañana.

–¿Por qué?– inquirió Sonic para tomar asiento finalmente, sacudiendo el cansancio.

–¿Qué pasa si digo algo que no debo? ¿Qué pasa si estando tan cerca arruino todo el plan y entonces Eggman...

–Hey, hey– detuvo el erizo al ver la crisis de pánico de la eriza –¿Por qué crees que harías algo como...

–¿En cuántas misiones te he fallado?– respondió Amy a su pregunta entristecida ahogándose en sus recuerdos –¿En cuántas misiones hubieras estado mejor sin mí? ¿Cuántas veces...

–Ames, tranquilízate– cortó el erizo azul para así ponerse en pie y caminar hacia ella para así tomar asintiendo en el otro extremo de la cama, un tanto dudoso –No niego que en ciertas misiones complicaste las cosas un poco más de lo debido.

–¡Ves a lo que me refiero!– exclamó la eriza sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas –¡Y si...

–¡Pero!– cortó Sonic para acercarse a ella y así con gentileza colocar sus manos sobre sus hombros y verla directamente a los ojos –De no ser por ti estoy seguro que muchas de ellas jamás hubieran tenido éxito– consoló con un amago de sonrisa –Al final del día siempre sabes cómo arreglártelas en las peores situaciones.

–¿En serio lo crees?

–Claro– soltó animado para así recostarse a su lado con una expresión divertida –Después de todo eres la esposa del gran Sonic the Hedgehog– alardeó juguetón.

Amy rió por lo bajo y sin poderlo evitar ver aquel anillo en forma de rosa sobre su mano; aunque realmente ninguno de los dos había elegido ese camino por voluntad propia, de alguna manera pensar que la esposa de alguien como él seguramente sabría lidiar con ese tipo de situaciones o aún peores, le daba un poco más de confianza... después de todo, durante muchos años lo único que ella había anhelado era ser su esposa.

–La esposa del gran Sonic...– repitió la eriza a suave voz pintando una pequeña sonrisa en su cara, para que Sonic la viera de reojo imitándola en la oscuridad. –Bien, lo haré– dijo Amy decidida –Primero debemos aclarar ¿cómo pasó todo?

–¿Cómo pasó todo?– repitió Sonic confuso.

–¡Claro! Nuestras historias deben ser iguales, es la única forma– explicó Amy –Debemos de ponernos de acuerdo en los detalles más pequeño para que no nos atrapen.

–Supongo que tienes razón– concordó el erizo azul.

–Imagino una hermosa boda frente al mar– imaginó Amy maravillada con una expresión de ensueño en su rostro –¡Con el atardecer a nuestras espaldas y una bella orquesta cantando durante la ceremonia!

–No funcionara– le cortó Sonic negando con la cabeza –Odio el agua, cualquiera que me conozca sabrá que jamás haría una boda en el mar– puntualizó inconforme.

–Tal vez por tu adorada prometida cederías en algo como eso– dijo Amy con un dejo de reclamo en su voz.

–No– se negó firmemente.

–Bien, bien, no habrá agua– se resignó la eriza –¡¿Qué tal en The Angel Island?!– dijo de pronto –¡Entre los enormes robles y con vista sobre todo Green Hill!

–Mmm... esa idea me gusta– accedió el erizo sonriéndole.

–¡Tikal oficiaría la ceremonia y Shadow podría llevarme al altar!

–Dudo mucho que ese erizo antisocial llegará a una festividad donde no tuviera que destruir algo– dijo Sonic burlesco –¿Qué tal Knuckles? Después de todo es su isla.

–Supongo que es más creíble.

Era la primera vez que Amy se sentía cómoda con el erizo azul y verlo discutir seriamente los detalles de su gran boda falsa le recordaba la buena amistad que hacía muchos años ellos dos había llevado; realmente había extrañado a su amigo. Un cálido sentimiento recorrió su pecho mientras observaba a Sonic hablar seriamente sobre el papel de sus amigos en la "boda" que se había llevado a cabo.

Así pasaron el resto de la noche hablando de cada pequeño detalle que podría ser una pregunta por parte de la princesa o cualquiera otro que no supiese la verdad; entre risas y miradas disconformes según tejían aquella falsa historia, la noche los acogió por primera vez, benevolente.

0-0-0-0-0

Sintió los primeros rayos de sol tocar su rostro para así empezar a despertar. Se habían quedado hablando toda la noche hasta que en algún punto ambos cedieron al sueño. Sonic entreabrió los ojos para ver una mata de cabello rosa bajo sus narices, sintió el dulce aroma de rosas acurrucándose aún más sobre las suaves sabanas de algodón, y sentir como unos pequeños brazos la rodeaban su cuerpo, y así, mientras su conciencia despertaba notó que yacía en la cama con Amy, quien lo abrazaba plácidamente.

Sonic se tensó por completo al verla dormir pacíficamente sobre su pecho, incapaz de moverse por medio a despertarla, sonrojándose por completo. Había olvidado levantarse e ir a su diván cuando la vio caer sobre él en medio de una oración sin sentido sobre el tipo de flores que habrían elegido para la fiesta. Recordaba haberla contemplado mientras caía en los brazos de Morfeo y en algún momento relajarse tanto con su presencia que el sueño lo había vencido a él también.

Sonic intentó moverla a un lado para así poder tomar distancia, pero al intentarlo ella se aferró aún más fuerte a él; imposibilitándole de alejarse de ella.

¿Señorita Amy?– se escuchó Sonic decir del otro lado de la puerta, alertándolo. Dirigió su mirada a la eriza provocando que sus mejillas se pintaran de un rojo incandescente, y así, ver cómo ella empezaba a despertar –La princesa estará esperándola en la limusina en 10 minutos– habló la empleada.

Amy entreabrió sus ojos, exhausta por la falta de sueño, y a pesar de eso, sintiéndose más cómoda que nunca, podría fácilmente pasar el resto del día en cama hasta que notó que lo que abrazaba con fuerza no era una almohada, sino a un erizo que la miraba con nerviosismo y su rostro enrojecido por la vergüenza.

–... ¿Sonic?– murmuró Amy apenas, para notar que habían dormido en la misma cama –¡¿EH?!– gritó al notar la cercanía para así empujarlo tan lejos de ella como fue posible, lanzándolo fuera de la cama, mientras un grito ahogado se escuchaba por parte del erizo azul.

¡¿Está todo bien señorita?!– escucharon decir del otro lado de la puerta.

–¡Sí, sí!– respondió Amy velozmente, por fin despierta –¡Bajaré en un momento!

Perfecto, le avisaré a la princesa– dijo la empleada por último.

Amy se apresuró a llegar a la orilla de la cama para ver al erizo azul quitándose las sabanas de en encima que se habían enredado junto a su caída, para verla con el ceño fruncido por su reacción.

–¡L-Lo lamento!– exclamó Amy nerviosamente –E-Es sólo que no esperaba verte aquí... conmigo– susurró ruborizada.

–No es como que me dieras opción– dijo el erizo poniéndose de pie.

–¿De qué hablas?

–Es imposible soltarse de un abrazo de Amy Rose– explicó –Créeme lo intente por años.

–¡Y-Yo no te estaba abrazando!– se defendió Amy velozmente, ruborizándose intensamente –¡Tú fuiste el que se quedó conmigo!

–¿Insinúas que yo buscaba estar durmiendo a tu lado?– inquirió Sonic alzando una ceja –Me parece que era todo lo contrario– habló con un dejo de arrogancia en la voz.

Desvió su mirada a su regazo sin poderle sostener la mirada. No sabía por qué lo había hecho, pero sabía que antes de despertar se sentía muy cómoda y segura, por eso se había aferrado a la "almohada" a su lado.

–Andando– habló Sonic para hurgar entre su maleta y lanzarle una toalla a la cara, lo cual la hizo verlo al fin –Hora de bañarnos.

–¿Eh?– soltó Amy para verlo intensamente mientras su rostro se ruborizaba intensamente –¡¿De qué hablas?!– exclamó abrazando su pecho fuertemente.

–¡No me refiero a eso!– se quejó Sonic, sonrojándose por la reacción de la eriza –¡Me refería por separado!– se explicó avergonzado –¡I-Iré a un baño diferente!– dijo aprisa para así caminar a toda velocidad a la puerta para salir de la habitación y cerrar la puerta detrás de él.

Sonic sintió su corazón latir a gran velocidad por alguna razón que no podía evitar. Aún yacía en pijamas, usando únicamente un pantalón azul y una playera blanca; sin calzado alguno. No quería que la princesa o su lacayo lo vieran así, pero no quería seguir adentro de la habitación, al menos no hasta que ella se fuera. ¿Por qué de repente se sentía tan nervioso?

–¿Sonic?– escuchó de pronto, sobresaltándose para ver al erizo plateado caminar por el pasillo –¿Está todo bien?

–¡Ah, sí!– asintió fuertemente con la cabeza.

–¿Qué haces fuera de la habitación?– preguntó el erizo plateado curioso para ver que aún yacía en pijamas.

–¡Ah, yo... yo...– se atragantó con sus palabras. No podía responderle que esperaba que Amy se terminara de arreglar, se suponía que eran marido y mujer; darle privacidad no era algo propio de las parejas casadas. –¡Desayuno!– ideó de pronto –¡Quería traerle desayuno!

–¿No es un poco tarde para eso?– cuestionó Silver para ver su reloj de pulsera –Además, la princesa la espera en el auto en diez minutos.

–¿Tan tarde es ya?– cuestionó Sonic con una risa forzada –Creo que dormimos de más je, je...

El erizo plateado lo vio extrañado por su actitud. Sonic sabía que debía de verse como un completo lunático, o al menos se sentía de esa manera.

–¿Tú no piensas cambiarte?– preguntó Silver, sacándolo de sus pensamientos.

–¿Cambiarme?– repitió Sonic extrañado –¿Para qué?

–Saldremos, iremos por una aventura– respondió Silver indiferente para continuar su camino –Espero verte listo en 10 minutos.

Silver se alejó para ver a un anonadado erizo azul verlo marchar a lo que sin lugar a dudas sería uno de los días más largos de su vida.

0-0-0-0-0

Llegaron a las antiguas ruinas de Babylon, así como le había dicho a Blaze que lo harían, para ver al erizo azul admirarlas por un breve instante. El camino había sido más largo e incómodo de lo que pudo imaginar y estaba seguro que Sonic se sentía tan incómodo como él; después de todo apenas habían cruzado palabras desde la primera vez que se habían visto y aquella visita a la universidad no había sido exactamente una reunión social.

Habían conducido por todo el desierto; se bajaron del auto tan pronto como éste se detuvo, casi buscando una bocanada de aire después de un silencio tan prolongado. Ambos admiraron la imponencia de las ruinas, sin decirse nada mutuamente.

–Es un lugar impresionante debo de admitir– rompió el hielo Sonic al fin.

–Me parecieron fascinantes– concordó Silver deteniéndose a su lado para admirar las ruinas de lo que antes fue un gran imperio.

–La primera vez que vine me pareció algo que...

–¿Ya conocías este lugar?– interrumpió Silver para verlo con asombro.

–Claro– respondió Sonic con una sonrisa –No creo que haya muchos lugares sobre la tierra que no conozca, claro, siempre y cuando no haya agua de por medio– rió el erizo divertido.

–Era de esperarse– soltó con una sonrisa un tanto forzada –Supongo que esto no califica como una aventura.

–¿Una aventura?– repitió Sonic para verlo extrañado.

–Sí... Blaze me pidió, ya sabes, buscar algo que hacer en lo que ellas tienes un "día de chicas"– dijo Silver con un dejo de cansancio en su voz –, pero me parece que esto ha sido un fiasco total, ¿no lo crees?

Silver recostó sobre el Jeep que Blaze le había prestado para recorrer por el desierto, manteniendo así su mirada en las ruinas flotantes, para que Sonic lo imitará.

–He tenido peores aventuras– replicó Sonic indiferente.

–¿Alguna con alcohol?– inquirió Silver divertido para así buscar del baúl un par de cerveza; a lo que Sonic le sonrió.

–Eso sin dudar a dudas mejora toda esta situación– habló el erizo azul divertido para recibir la botella de vidrió de Silver y así tomar un trago.

–Esto es algo que no puedes hacer con chicas alrededor– dijo Silver imitándolo –Imagino que con tu esposa en cada misión esto debe ser algo raro de hacer– indagó para verlo de reojo.

–Se podría decir que es casi como sino estuviera ahí– murmuró Sonic con un esbozo de sonrisa para dar un buen sorbo –Ya sabes, Amy es bastante independiente.

–Eso veo– asintió el erizo plateado, sintiendo nuevamente la evasión del erizo azul. Le respondía lo suficiente como para satisfacer su curiosidad, pero no demasiado como para tener información real sobre él, o en dado caso, sobre la relación que compartía con su esposa – "Inventa un problema y ábrete con él"– recordó las palabras de Blaze, y de nuevo aquel problema que había salido de sus labios lo golpeó con fuerza "Amor no correspondido"; ese pensamiento lo hizo desviar la mirada. No tenía intenciones de hablar de eso con un perfecto extraño, pero sabía que tampoco Sonic hablaría de los suyos a menos que él tocará algo muy personal. –Así que dime...– retomó –¿Fue difícil conquistar a una mujer como Amy?

–Bueno...– murmuró Sonic rascando la parte trasera de su cabeza –Podríamos decir que todo el mundo complotó para que termináramos juntos, je, je– rió forzadamente.

–"¡¿Por qué demonios esquivas todo?!"– pensó Silver irritado. Tendría que hacerlo, debería de abrirse como el hombre sensitivo que no era –Eres tan afortunado– dijo Silver soltando un fingido suspiro, para que Sonic lo viera con intriga –Yo no sé cómo conquistar a las chicas, ¿sabes?

Sonic lo vio perplejo por lo que acaba de decirle arqueando una ceja, y así lograr decir: –Amm... ¿Chicas?

–Bueno... más bien a una chica– corrigió Silver tomando otro trago del liquido ámbar –Es una mujer independiente y fría a la mirada– explicó –Se parece mucho a Amy– retomó el erizo plateado con una amago de sonrisa –Por eso quería conejos de alguien como tú, ¿cómo comenzaste tu relación Amy?

–¡Hablas de Blaze!– exclamó Sonic con asombro.

Silver se sonrojó con intensidad ante las palabras del erizo para así responderle: –¡N-No, es alguien totalmente diferente!– balbuceó para que Sonic le sonriera incrédulo con una mirada divertida –¡Dije que no es ella!– insistió ante la obvia cara de incredulidad del erizo azul.

–Bien, bien, como digas– habló Sonic divertido –¿Así que quieres conejos?

Silver lanzó su mirada a sus pies, con su rostro enrojecido por la vergüenza; esto había sido lo más humillante que había que tenido que hacer en los años que llevaba trabajando con Blaze.

–En primer lugar, no estés disponible todo el tiempo– dijo Sonic, para que Silver lo volteara a ver al fin –Cuando Amy y yo empezamos a salir, ella...– Sonic calló para recordar aquellos sentimiento que habían florecido con el tiempo y cómo estos habían empezado a incrementarse cuando Amy había empezado a estar menos disponible y por alguna razón eso había empezado a llamar su atención.

–Pero quisiera saber, ya sabes, la historia de cómo se enamoraron, creo que jamás la he escuchado– pidió Silver un tanto impaciente.

Sonic rememoró la primera vez que le había pedido a Amy una cita y cómo el nerviosismo le había hecho casi imposible poder completar la pregunta, a la cual, después siguió una larga pausa seguida de una amplía sonrisa por parte de la eriza y lágrimas en sus ojos, con lo cual asintió con la cabeza llorando de la felicidad; un sentimiento tan cálido lo invadió y ahí supo que lo querría hacer de ahí en adelante es verla sonreír por él.

–"¡Si lo que deseas es casarte elegiste al erizo equivocado porque jamás me casaré con alguien como tú!"– el recuerdo de sus duras palabras chocaron en su cabeza. Sonic desvió la mirada recordando ver cómo el corazón de Amy se quebraba en mil pedazos por aquellas palabras que había dicho en un momento de enojo, unas que lo perseguirían años después.

–¿Y bien?– insistió Silver.

–No creo que nuestra historia te ayude a conquistar a esta chica– respondió Sonic cabizbaja –Cometí muchos errores antes de poder terminar aquí con ella...– soltó pensativo –Pero debes saber que si crees que ella es la chica indica deberás de hacer todo lo que esté en tus manos para tenerle a tu lado.

–¿Por errores hablas de esa ardilla?– preguntó Silver sin reparo. Sabía que era equivocado hacerlo, pero quería que esta fuera su primera y última salida con el erizo, en especial si se trataba de hablar algo tan personal.

–Me gustaría decirte que fue lo peor que hice en la relación, pero no es así– murmuró con Sonic un dejo de tristeza –Amy quería hacer muchas cosas con su vida y yo...– silenció al recordar las peleas constante que él creaba debido a eso –Digamos que no la apoye tanto como debí... tenía miedo que si ella se aventuraba al mundo se diera cuenta que yo no eran tan increíble como ella pensaba– confesó, provocando que los sentimientos de culpa que durante años logró mantener en el fondo de su mente salieran con fuerza. Sonic sintió de pronto la mirada suspicaz del erizo plateado sobre él, recordando su papel en esa misión –¡Pero me di cuenta a tiempo!– soltó de pronto con una sonrisa forzada –Y le dije lo que sentía y ella logró entenderme y...– un nudo en su garganta se atravesó, sabiendo que hablaba de una fantasía que jamás había logrado cumplir, nada de eso había pasado realmente, esa era la razón por la cual se habían dejado de hablar durante tantos años.

–¿Y realmente la amas?– soltó Silver de pronto para que Sonic se sonrojara con intensidad –No lo tomes a mal; es que a veces ustedes parecen como completos extraños– indicó –Tú siempre eres tan distante y correcto.

–¿Q-Qué tiene eso de malo?– balbuceó el erizo esbozando una sonrisa forzada.

–Tal vez demasiado correcto... casi como si fuera un engaño ¿Sabes?– insistió Silver viéndolo con desconfianza –¿Podrá ser que ocultas algo? ¿Tal vez un amorío?

Sonic lo observó con asombro por la osadía de las palabras del erizo plateado, era obvio que ni él ni la felina se tragaban su acto de amor. Silver tenía razón ambos actuaban como una pareja perfecta, y a la vez más distantes que dos completos desconocidos. ¿Cómo lo convencería que ellos realmente eran un matrimonio? Nada de lo que habían practicado con Amy en la noche podría sacarlo de este verdadero embrollo.

El celular de Sonic empezó a sonar de pronto, interrumpiendo la conversación. Sacó su teléfono de su bolsillo para ver el nombre de Amy en la pantalla, sintiéndose inmensamente aliviado. Al menos tendría tiempo para pensar en una buena respuesta

–Lo lamento, debo de contestar– se excusó el erizo azul y así con alivió responder la llamada –Hola cariño– saludó para ver a Silver sonreír y así tomar distancia, soltando un pesado suspiro –Gracias por llamar– le dijo con alivio.

Cariño, ¡Hola!– escuchó decir del otro lado sonrojándose por las palabras, que aunque sabían que eran falsas, aún así movían extraños sentimientos dentro de él –Yo... – silenció Amy de pronto, para que él escuchara atentamente al otro lado del auricular –Q-Quería saber si quisieras... que yo...– acalló de nuevo, arqueando una ceja extrañado.

–¿Qué tú qué?– insistió el erizo azul. ¿Blaze la habría pedido que lo llamara por algo particular?

Si deseas que compre lencería nueva...– susurró avergonzada.


¡Gracias a todos por sus comentarios! Como verán Amy y Sonic deberán mejorar su actuación de falso romance si quieren convencer a sus anfitriones y esto se pondrá a prueba en el siguiente capítulo cuando deban enfrentarse a su mayor enemigo. Capítulo 8: Fiesta de Solsticio. Hasta entonces, su autora se despide.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top