Capítulo 15: Tú y yo


Iba camino al hospital con aquel ramo de flores en su mano para colocarlas en su habitación y remplazar las últimas que había dejado hace apenas dos días. Sonic soltó un pesado suspiro admirando el ramo de rosas blancas, aún recordaba cuando había abierto los ojos aquella mañana para no verla a su lado. Recordó la explosión que el loco invento de Eggman había causado y cómo estuvo a punto de dejarlo con tal de encontrarla, al menos hasta que Silver le dijo que Blaze se encargaría.

Recordó que al la batalla terminar corrió para ir a su encuentro, sorprendiéndose al verla. Amy yacía inconsciente en los brazos de Blaze mientras ella ordenaba una ambulancia con urgencia. Sonic se la arrebató de las manos para verla con desespere gritando su nombre para que ella entreabriera los ojos y sin más, sonreírle dulcemente para luego desvanecerse. Si hubiera podido hacer pagar a Eggman y Scourge por el incidente lo hubiera hecho, pero las autoridades ya se encargaban de ellos.

Para ese momento Amy llevaba una semana en el hospital y durante todo ese tiempo él se había quedado a su lado hablando durante las cortas horas de visita, esperando que despertara pronto, a lo cual los doctores le dijeron que sería en cualquier momento.

–¿Pero cuándo?– murmuró Sonic para alzar su vista al cielo con preocupación, deteniendo su marcha.

–¿Sonic?– escuchó decir de pronto para así regresar su vista y ver a un rostro familiar.

–¿Sally?– llamó con asombro al verla llegar al hospital al mismo tiempo –¿Qué haces aquí?– inquirió alzando una ceja.

–Supe lo de Amy– murmuró la ardilla con un dejo de genuina preocupación en su voz –Yo...– murmuró desviando la mirada un tanto incómoda –Quise venir antes, pero no sabía cómo.

–Estoy seguro que le gustara verte por aquí– habló el erizo azul con una amplia sonrisa.

–Sí– murmuró con cierto desánimo para así darle una mirada febril mientras un mohín de curiosidad se plasmaba en su rostro –Y dime...– continuó –Tú y ella aún...

–Sí– respondió tan rápido que no le permitió terminar la pregunta. Sally acalló viéndolo con asombro.

Sonic le desvió la mirada, no sabía por qué había dicho eso, si la verdad era que ahora que la misión estaba concluida y no tenían por qué seguir juntos.

–Entiendo– continuó la ardilla soltando un suspiro pesado –De alguna manera siempre supe que terminarían juntos– murmuró Sally con una sombra de sonrisa –Aunque me convencí muchas veces que no sería así– explicó para pintar una triste sonrisa sobre sus labios y verlo con tristeza –Espero que todo salga bien esta vez.

Sonic abrió sus ojos de par en par al notar el mohín de tristeza cubierto por una falsa sonrisa; después de todo Sally lo único que había querido era una oportunidad para estar juntos, una que jamás le concedió, posiblemente porque nunca había superado a Amy del todo.

–Escucha– habló Sonic a suave voz –Lamento mucho todo esto Sally, nunca quise lastimarte, yo no...

–No te preocupes– cortó ella con calidez –Estaré bien, como siempre– le dijo con una mirada dulce y un tono decidido de voz. Sonic le esbozó una pequeña sonrisa, sintiéndose aliviado por sus palabras –Ahora me preocupa un poco más mi amiga... si es que aún me considera así– río nerviosamente; después de todo ella se había involucrado con su ex pareja.

–Es Amy, si alguien tiene una sorprendente capacidad de perdonar es ella– explicó Sonic –Créeme lo sé.

–Aún así– murmuró para ver el gran edificio blanco, soltando un pesado suspiro –Me siento mal de no traerle nada... ya es bastante malo no haber venido antes.

–Oh...– murmuró Sonic para ver el ramo de flores en su mano –Entonces entrégale estas– dijo para dárselo –Yo creo que he traído demasiadas– explicó con una amplía sonrisa.

–¡Muchas gracias!– habló Sally para recibirlo con entusiasmo.

–Sonic...– escucharon captando la atención de ambos y ver a Amy parada a la distancia.

–¿Amy?– inquirió Sonic arqueando una ceja –¡¿Amy?!– llamó para correr hacia ella, mientras ella lo observaba con desánimo. –¡¿Qué haces afuera?!– inquirió para inspeccionarla con la mirada y revisar que estuviera bien.

–Yo...– murmuró la eriza rosa para ver a Sally detrás del erizo, observándola con el mismo asombro que él tenía, para luego dirigir su mirada al ramo de rosas que ella sostenía, mirada que Sally le siguió.

–¡N-No es lo que crees!– aclaró la ardilla velozmente, para que Sonic la volteara a ver confundido por sus palabras –¡Estás son para ti!– dijo Sally para estirar el ramo –Bueno, realmente de parte de Sonic, pero me las dio para dártelas– explicó un tanto apenada –Aunque no pensé que te las daría en estas circunstancias.

–¿Eh?– exclamó Amy para ver las rosas frente a ellas y dirigir su vista al erizo que le desvió la mirada, sonrojándose.

–Sally, tengo una idea– habló Sonic de pronto, captando la atención de ambas –Por qué no vas a poner las flores en agua, nosotros te alcanzaremos– comandó para que el erizo con una mirada de suplica.

–Ah... claro– asintió la ardilla, entendiendo que Sonic deseaba hablar a solas con la eriza.

Sally se despidió con una sonrisa para así empezar la caminata hacia el centro de salud. Sonic soltó un suave suspiro y luego dirigir su mirada a la eriza, frunciendo el ceño en forma de desaprobación.

–¿Qué haces acá afuera en ese estado?– preguntó intentando contener su enojo.

–¿Esto?– dijo Amy para tocar la venda que vendaba parcialmente su cabeza –No es tan grave como...

–¡Estuviste en coma durante una semana, no me digas que no es nada grave!– explotó al fin.

–Supongo que he perdido la costumbre de las pelas con Eggman– habló juguetona para que él endureciera su mirada, dándole a entender que a él no le parecía divertido. –¡Pero ya me siento mejor!– soltó apresuradamente con una risa nerviosa, para observar el semblante serio del erizo azul –No tienes porque preocuparte, yo...–. Amy silenció al sentir como él la abraza de pronto hundiendo su cabeza en su cuello. Sus brazos rodearon su pequeño cuerpo lentamente, sintiendo su cálida respiración rosar su piel, estremeciéndose ante su tacto.

–¿Tienes una idea de lo preocupado que estaba?– murmuró Sonic en suave voz, con miedo a que ésta se rompiera en cualquier momento.

Amy esbozó una dulce sonrisa para abrazarlo de regreso cerrando sus ojos lentamente, sintiendo como la presencia de él la envolvía completamente.

–Lo lamento– musitó Amy con una sonrisa pintada en sus labios –No quería hacerte preocupar– dijo para que él intensificara su abrazo. Amy sintió su corazón palpitar velozmente sintiéndose en casa nuevamente. Era el momento, debía de decirle lo que sentía. –Sonic...– habló nuevamente para aspirar profundamente, armándose de valor –Yo quiero...

–¡Amy!– escucharon decir de pronto a sus espaldas, rompiendo el abrazo entre ambos. Sonic tomó distancia de ella velozmente, dirigiendo su mirada a la causante de su interrupción –¡¿Amy qué crees que haces?!– regañó la felina llegando hacia ella.

–¿Blaze?– dijo arqueando una ceja al verla llegar.

–Sonic, ¿esta fue idea tuya?– reprochó la felina para ver al erizo azul.

–¡No, claro que no!– negó velozmente –De hecho estaba diciéndole a Amy que era momento de regresar, ¿no es cierto?– indicó con aquella sonrisa divertida.

–Sí, pero...

–Entonces andando– ordenó Blaze frunciendo el ceño en señal de molestia.

–¿Podrías darnos un minuto para...

–¡No deberías de estar fuera de la cama!– retomó la princesa viéndola sulfurosa –¡¿Tienes una idea de lo peligroso que esto puede ser si vuelves a sobre esforzarte?!– regañó.

–Andando Amy– consintió Sonic –Blaze tiene razón.

–Lo sé, pero yo nece...

–Lo harás adentro– comandó Blaze tomando su muñeca obligándola a caminar. Amy volteó a ver al erizo quien le sonrió divertido alzando los hombros indicándole que no había nada que pudiese hacerse.

Amy caminó casi en contra de su voluntad mientras Blaze le hablaba sobre lo imprudente que había sido al irse de esa forma del hospital, a lo cual ella no le quiso prestar mucha atención, no es como que quisiera escaparse del hospital, sólo quería hablar con Sonic y ahora no podía hacerlo.

Llegaron a su habitación donde Silver parecía darles una reprimenda a Rouge y Shadow por haberla dejado salir sin hablar con un doctor primero. Shadow alzó los hombros en señal de desinterés mientras Rouge bromea con él divertida, restándole importancia a sus palabras.

–¡Esto es serio!– exclamó Silver sin percatarse de la presencia de ellas –¡Si algo le pasara Sonic...– Blaze carraspeó su garganta provocando que Silver acallara para voltearlas a ver, borrando cualquier señal de molestia –¡Blaze, Amy!– llamó.

–La encontré– dijo para adentrarla a la habitación.

–¡¿En qué estabas pensando?!– exclamó Silver para verla con reproche.

–Sólo necesitaba hablar con Sonic– contestó con un dejo de obvia molestia en su voz por los constantes regaños.

–Aún así– se involucró Blaze –Todos estaban realmente preocupados por tu condición.

–En especial Blaze– habló Silver con una media sonrisa para que la felina abriera los ojos de golpe volteándolo a ver con un intenso sonroje –Ella fue quien costeó todo el tratamiento médico que recibiste– explicó el erizo plateado.

–¡E-Era lo menos que podía hacer por toda su ayuda!– se excusó con su rostro rojo cual esmeralda para dirigir su mirada a sus pies.

Amy la vio con asombro para borrar su expresión molesta y sonreírle cálidamente. No había pensando en las consecuencias en otros de su pequeña aventura; ella sabía que para Rouge o Shadow hacer algo como eso no estaría fuera de la norma, después de todo terminar heridos en una batalla con Eggman no era algo anormal, mucho menos salir convaleciente para continuar con el día a día. Aunque no esperaba que alguien de la realeza pudiera entenderlo.

Silver llegó junto a la felina para colocar su brazo alrededor de su hombros y abrazarla suavemente hacia él, para que ella se tensara al acto.

–No hay nada de que avergonzarse, después de todo tienes un corazón más grande de lo que aparentas– halagó con una amplía sonrisa para que ella se sonrojara con más fuerza e intentara soltarse de su agarre con una falsa molestia por sus dulces palabras.

–Están juntos...– murmuró Amy ampliando su sonrisa con emoción.

Blaze la vio abochornada, desviándole la mirada al acto sin podérsela sostener; por su parte Silver río un tanto nervioso para que ella ampliara su sonrisa.

–La hora de visita está a punto de terminar– escucharon decir, interrumpiendo la charla entre ellos dejando ver a una enfermera. –La paciente necesita descansar.

–Es cierto– asintió Blaze todavía con gran sonroje –Andando­– ordenó tomando la mano de Silver y sacándola casi arrastras de la habitación, huyendo de las miradas curiosas.

–P-Pero Blaze...– intentó hablar el erizo plateado para voltear a ver a Amy, quien le sonrió divertida.

Silver se despidió con silencioso ademan de mano saliendo por completo de la habitación.

–Nosotros también nos iremos, le diremos a los otros que te encuentras bien– habló Rouge, seguida por Shadow.

–No te exijas de más– aconsejó el erizo negro para salir de la habitación.

–Hasta pronto– se despidió Amy soltando un pesado suspiro. Había sido un despertar con bastante movimiento, incluso para ella.

–Hey, Ames– escuchó para ver a Sonic en la entrada de su habitación con un aura algo desanimada. Por fin estaban solos.

–¡Sonic!– exclamó con gran alegría.

–Quería darte algo antes de irme– habló esbozándole una sonrisa un tanto apagada.

–¿Algo?– repitió Amy curiosa –¿Un regalo?– preguntó sin reparo.

–Podría decirse– asintió divertido para caminar hasta ella y entregarle un folder con diversas hojas.

–¿Qué es esto?– preguntó Amy sin entender para abrir el folder y así leer el encabezado de aquellas hojas: "Papeles de Divorcio". Una opresión en su pecho se hizo sentir, sin saber por qué.

–Yo ya los firme– habló el erizo con un mohín gentil, uno que parecía encubrir sus verdaderos sentimientos –Sólo es que tú los firmes y será todo, podrás regresar a tu vida en la universidad.

–Mi vida en la...– silenció sintiendo como un nudo en su garganta se empezaba a formar, impidiéndole completar su enunciado. Por alguna razón no podía visualizar su antigua vida, una donde él no pertenecía.

Amy estrujó los papeles suavemente. Era lo que ambos tanto habían esperado, algo por lo cual habían luchado implacablemente y ahora que por fin lo tenía en sus manos, la sensación de una perdida más que de una ganancia se hacía sentir. Elevó su mirada para verlo con unos sumidos en tristeza.

–¿Es esto lo que tú quieres?– se atrevió a pregunta la eriza rosa. La preguntó pareció tomarlo por sorpresa, un el mohín de asombro se dejo ver a clara luz, sin emitir palabra alguna. Amy mordió suavemente su labio inferior, tenía que hablar con él ahora más que nunca –Sonic, quiero decirte...– empezó para que el erizo azul lo viera expectante. Sintió su corazón latir velozmente mientras una honda de calor envolvía su cuerpo –Quiero que sepas que...

–El tiempo de visita ha terminado– interrumpieron para ver a la enfermera entrar a la habitación. Sonic le sonrió cortésmente, dándole a entender que su conversación había terminado caminando hacia la salida.

–¡E-Espera!– llamó ella para que el erizo parara en seco –Es sobre esto, los papeles– habló de nuevo. Sonic la observó expectante, mientras ella sentía que sus corazón saldría por su boca –Yo no... yo no...– silenció para verlo a los ojos, mientras los suyo parecían a empezar a inundarse. No quería perderlo.

–¿Lapicero?– habló Sonic de pronto provocando que ella lo viera con sorpresa –No tienes uno, lo lamento– se explicó para sacar uno del bolsillo de su pantalón –Lo había olvidado– habló con una sombra de sonrisa para entregarle el bolígrafo.

–Bien, es hora de retirarse– insistió la enfermera sacándolo de la habitación.

–Hasta pronto...– se despidió cabizbaja.

–Pero...– musitó Amy observando la puerta cerrarse frente a ella sin poder retenerlo un momento más a su lado.

Lanzó su mirada a los papeles sintiendo un dolor en su pecho, uno que parecía acrecentar a cada momento de su ausencia.

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Los días pasaron lentamente, y empezó a extrañar el despertar con él a su lado. Ya había pasado una semana desde su crudo despertar y no había tenido la oportunidad de hablar con él durante ese tiempo, aún recordaba su última conversación:

–"Lo lamento Ames, los Babylon Rouges están tramando algo y debemos salir de inmediato... ya sabes como es esto"– le dijo en una llamada.

Luego de esa llamada no había podido contactarse con él o con nadie más de ser el caso. Seguramente en ese momento viajaban en alguna excitante aventura por mar o tal vez en un desierto distante.

–Tal vez en medio del amazona...– soñó Amy despierta para fantasear en lo que alguna vez fue su vida.

Mientras ellos vivían las más exóticas de las aventuras ellas estaba ahí, con cientos de tareas pendientes y libros polvorientos que leer. Amy sacó su celular para ver nuevamente la pantalla de su teléfono, en la espera de tener algún contacto con él, pero aún no había respuestas a sus múltiples llamadas perdidas.

Amy cerró sus ojos con pesadez para así dejarse caer sobre aquella banca de madera. Ya iba tarde a clases y aún no encontraba la energía para levantarse de su lugar y entrar a aquel edificio de ladrillos antiguos. Todo aquello ahora parecía sin propósito alguno.

–Hey Ames...– escuchó decir en suave susurro, alarmándose. Amy abrió sus ojos para ver a Sally parada a unos cuantos pasos de ella con una sonrisa apenada pintada sobre sus labios.

–Sally, hola– dijo un tanto sorprendida. La última vez que la había visto había sido en esa misma universidad, pero con un corazón roto y una impresión equivocada de su relación con Sonic –Tiempo sin vernos.

–Sí– asintió Sally tomar asiento a su lado, procurando mantener cierta distancia –Pensé que estarías con Sonic.

Amy le desvió la mirada, con una expresión dura e indescifrable. Ahora que ellos por fin podían divorciarse ella podría volver a intentar estar con él. Ya no tenía nada que se interpusiera entre ambos.

–Sé sobre su falso compromiso– murmuró Sally en suave voz, captando la mirada perdida de la eriza en un sobresalto –Una vez lo supe de repente todo cobró sentido– explicó con una triste sonrisa –Después de todo, nunca he visto a Sonic como alguien que fuese a estar con más de una mujer a la vez– dijo con un obvio dejo de dolor en voz.

–¡Lo lamento, no podía decirte!– se excusó la eriza velozmente –Tuvimos que hacerlo para...

–Una misión, lo sé– interrumpió Sally –También sé que él te dio los papeles de divorcio aquel día en el hospital.

La eriza rosa la vio anonadada por la información que ella ahora le confesaba. Aquella tarde en el hospital Sally no pudo entrar, no pudo animarse a hablarle nuevamente. Así que sólo se sentó en una sala de espera no muy lejos de la habitación de la eriza, pensando en qué le diría o si deseaba verla, al menos así era cuando de pronto vio a Sonic caminar por el pasillo. Ella esbozó una sonrisa para levantarse de su lugar con la intención de hablar hasta que un joven zorro de dos colas llegó a este él aprisa. Sally retrocedió un par de pasos, volviéndose invisible y observar entre las sombras. Observó como el zorro le entregaba unos papeles en su mano indicándole que era tiempo de terminar con todo, sin entender ella a qué se refería.

–Y que él ya los ha firmado– continuó la ardilla, provocando que Amy le desviara la mirada.

Sally recordaba vívidamente como el mohín de felicidad de Sonic se quebraba en dos al ver aquellos papeles, para que el zorro le dijera: –"No puedes mantener una relación de esta forma Sonic, debes de dejarla ir"– le dijo cual orden. Sonic asintió forzadamente y con velocidad tomar un lapicero y firmar sin pensarlo.

–Sí...– murmuró Amy sintiendo un nudo formarse en su garganta apretando sus puños con fuerza –Yo tengo que...– silenció para ver de reojo su mochila, en la cual yacían aquellos papeles que ahora no parecían más que atormentarla –Yo debo de...– mordió su labio inferior sintiendo como éste se ponía tembloroso, no podía ni completar aquella oración sin tener la necesidad de romperse a llorar.

–Pero no quieres, ¿no es cierto?– soltó Sally para dirigir su mirada al cielo. Amy la observó con sorpresa mientras ella mantenía aquella expresión apacible. –Porque tienes miedo de que si lo firmas ya no tendrás ninguna razón para seguir en contacto con él, y de nuevo quedaras en el olvido en la intrépida vida de Sonic, ¿verdad?– completó para voltearla a ver.

–¿Cómo sabes...

–No he sido tu mejor amiga en estos últimos años por nada– anticipó su pregunta –Además, sería algo que yo también pensaría– confesó con un dejo de vergüenza en su voz –Pero dime, ¿eso es lo que quieres?

–¿A qué te refieres?– inquirió Amy arqueando una ceja.

–Estar unidos por un ridículo contrato– se explicó –¿No preferirías que él te eligiera libremente?– preguntó provocando que la eriza abriera sus ojos de par en par –¿No es lo que todas queremos? Encontrar a alguien que no se vea forzado a estar con nosotras porque tiene que hacerlo, sino porque quiera hacerlo– murmuró con una triste sonrisa –Alguien que nos elija cada día... en los buenos y los peores...

Amy vio aquella triste sonrisa pintada sobre un mohín de nostalgia. Por un momento había olvidado el daño que ella había sufrido gracias a las decisiones que ambos habían tomado. Amy colocó su mano sobre la de ella, para que la ardilla la volteara a ver al acto, borrando cualquier rastro de desconsuelo en su mirada. Amy le sonrió sueltamente para apretar su mano un poco más fuerte

–Sí– asintió con la cabeza –Es lo que todos merecemos ¿no?– dijo la eriza con calidez –Un amor que no esté contractual, sino que sea libre de regresar a nosotros porque así lo decide.

Sally asintió con una sonrisa forzada mientras lágrimas traicioneras se asomaban sobre sus ojos, cubriéndolos en un manto de nostalgia y tristeza.

–Gracias– dijo Amy para abrazarla suavemente, tomándola por sorpresa –Ahora sé que hacer– habló para consolar el llanto de aquel corazón roto.

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Luego de dos semanas de buscar por montañas y desiertos, habían logrado desmantelar el último atentando de los Babylon Rouges para así regresar nuevamente a Green Hill, un regreso agridulce, después de todo no estaba listo para verla todavía.

Sonic vio nuevamente la pantalla de su teléfono para ver las constantes llamadas de la eriza, la cual ninguna tuvo el valor de responder. No quería escuchar las palabras: "Ya está listo, te haré llegar los papeles". Lanzó el teléfono a un lado ante la idea, siendo consumido por una mezcla entre ansiedad y tristeza ¿por qué era tan difícil dejarla ir?

–¿Por qué no puedo hacerlo?– murmuró desganado. Sonic soltó un pesado suspiro para ponerse en pie y dirigirse a la salida, tal vez un poco de aire fresco le caería bien a su atribulada mente.

Sonic abrió la puerta para toparse con la eriza rosa frente a ésta con su mano en el aire, parecía que había abierto la puerta antes de darle la oportunidad de tocar en la misma.

–Hola Sonic– saludó con aquella dulzura que sólo ella podía poseer –Tiempo sin vernos ¿verdad?

–Amy– murmuró dejándose embelesar por su presencia. Sonic esbozó un amago de sonrisa, asintiendo con la cabeza –Sí, bastante tiempo.

Ambos permanecieron en silencio, con aquella sonrisa que pretendía decir más de lo que lograba transmitir.

–Llame antes de venir pero no recibí respuesta– habló Amy, explicando su presencia inoportuna.

–¡Ah, eso!– dijo Sonic alarmándose –Yo... perdí mi teléfono, es decir, no sé donde lo deje– explicó un tanto apenado para que ella le sonriera a modo de respuesta –Dime, ¿quieres pasar o...

–Vengo a darte esto– interrumpió para de bolso buscar el mismo folder manila que él le había entregado semanas atrás, provocando que él borrara cualquier mueca de felicidad.

–Oh...– soltó el erizo azul apretando sus puños con fuerza sin poderlo controlar.

–Sí, pensé que sería lo mejor– asintió Amy tímidamente. Sonic tomó el folder para abrir el mismo y ver la firma de ella sobre los documento. –Es sólo que...– retomó para que el erizo azul apartara la mirada de las hojas y así verla de manera estoica –Es sólo que quiero una boda real ¿sabes?

–Claro– asintió Sonic con pesadez, cerrando el documento –Espero que puedas encontrarlo con alguien que...

–Quiero que me pidas matrimonio de verdad– cortó ella para que Sonic la viera con sorpresa ante sus palabras –Quiero que seamos novios de verdad, amantes de verdad, no de una noche o por despecho– explicó sonrojándose intensamente –¡Quiero estar a tu lado de verdad!– exclamó Amy intensamente desbordando todos aquellos sentimientos que había tenido que suprimir durante tanto tiempo –¡Quiero saber que me elijes todos los días como yo te elijo a ti!– expresó sintiendo como un par de lágrimas fugitivas corrían libres por sus mejillas –¡Porque yo jamás te deje de amar Sonic the Hedgehog!

Sonic la observó silencioso, sintiendo como una ola de felicidad lo invadía. Jamás espero que ella volviera a pronunciar dichas palabras de sus labios o que volviera a sentir lo que ahora sentía. Aún recordaba las últimas palabras que Tails le había dicho aquel día en el hospital: "No puedes mantener una relación de esta forma Sonic, debes de dejarla ir... Si ella regresa será porque así lo decidió, no por una estúpida hoja de papel". Esbozó una sonrisa silenciosa para ver a la eriza derramar aquellas lágrimas mientras los sollozos empezaban a brotar.

–Quiero que este anillo sea de verdad– sollozó ella para tocar suavemente el anillo en forma de rosa que aún adornaba su mano, pues era lo único que no había podido desprenderse por mucho que quiso hacerlo.

–Es de verdad– dijo Sonic de repente. Amy detuvo su sollozar para verlo estupefacta. Sonic le sonrió sueltamente para tomar su mano con delicadeza y dirigir su mirada a aquel anillo en forma de rosa –Lo compre para ti– confesó sonrojándose suavemente ante el enunciado –De hecho, era el que planeaba darte– completo.

–¿Eh?– soltó la eriza para lanzar su mirada al anillo en su mano –¡P-Pero tu dijiste...– balbuceó recordando las crueles palabras que del erizo azul aquel día: –"Veo que lograste conseguir un buen anillo en la tienda de segunda mano"– rememoró lo que él mismo le había dicho a Tails –Dijiste que Tails lo había...

–Tails me lo pidió un semana antes de mi encuentro contigo– intentó explicar un tanto avergonzado –Aunque nunca pensé...– Sonic acalló al ver a la eriza soltarse de su agarre y quitarse aquel anillo suavemente para así entregárselo en las manos, provocando que la observara confundido.

–Entonces– empezó Amy para cerrar la mano de él con anillo en éste suavemente –Entrégamelo nuevamente, el día que lo hagas porque quieres tenerme el resto de tu vida como tu compañera, hasta entonces– musitó sintiendo nuevamente sus ojos de lágrimas nuevamente –Yo esperare...

Sonic chasqueó los labios para así abrazarla con fuerza, tomándola por sorpresa. –¡Es que aún no te das cuenta!– exclamó con molestia para que ella lo viera confusa –¡Yo jamás he dejado de amarte Amy Rose!– confesó intensificando su abrazo –En todo este tiempo siempre aposte por ti... siempre lo haré...

Amy se separó de él suavemente para verlo a los ojos, unos que al igual de ella parecían estar desbordados de felicidad y a su vez de nostalgia. Se acercó a él lentamente para así robarle un suave beso. Sonic la envolvió en sus brazos y correspondió al mismo, sintiendo en sus labios la bocanada de aire que le hacía falta para continuar.

–Lamento haberme tardado tanto tiempo en darme cuenta– murmuró la eriza esbozando una genuina sonrisa separándose de él.

–Ahora estás aquí– respondió Sonic para colocar su frente suavemente sobre la de ella –Y esta vez...– murmuró tomando el anillo que ella le había entregado y con suavidad colocarlo en su dedo anular para que ella lo viera con asombro –No pienso dejarte ir...


Fin


Lamento muchísimo la tardanza, pero rehice el capítulo unas 7 veces ya que terminaba sin encantarte, pero fin creo que logre lo que quería. ¡Gracias a todos los que han llegado hasta este último capítulo conmigo! Ha sido un viaje largo en especial para nuestros protagonistas, pero por fin el viaje a llegado a su fin y es momento de concluir otra historia más!!! Para aquellos que me han estado pedido la continuación de Shadow of the Heart por fin saldré de mi hiatus para continuar esta historia. (Yeiiii!) Una vez complete esa historia (que me faltan los últimos dos capítulos según mis cálculos) iniciaré con la segunda historia en la votación que hice: Bloody Rose, un nuevo Shadamy!!! Hasta entonces, su autora se despide. Kat fuera.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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