Víctimas de los humores

La adolescencia es un proceso natural por el que todo niño o niña debe pasar para convertirse en adulto. El interesante juego con el verbo "adolecer" era algo perverso, pero no menos divertido. Y gran parte de los que se encontraban en esa sala eran y adolecían la adolescencia.

-¿Qué le pasa a Sasha? -preguntó Armin a Mikasa en voz baja, al verla apartada de todos mientras su amiga pensaba en la próxima movida en el tablero de ajedrez.

Mikasa se alzó de hombros. Todas las actividades al aire libre habían sido suspendidas por el mal tiempo, excepto para aquellos que tenían guardia. Lo anterior terminó con muchos en el comedor mirándose las caras o viendo el temporal.

-Está algo sensible -respondió sin querer entrar en detalles.

-Sí, eso ya lo noté -le sonrió su amigo -Desde que, por la mañana, se levantó de su lugar para tomar el desayuno sola… y nadie más la movió de ahí.

Lo que comenzó como una aversión hacia la pelirroja nueva adquisición del grupo de reclutas 104, terminó con una taciturna Sasha. Mikasa trataba, a su manera, de apoyar a la castaña escuchando sus alegatos y la lista de defectos de Milly. Al principio le molestaba el cacareo de Sasha, ahora estaba… preocupada, tal vez.

-Está… muy sensible -insistió Mikasa. Armin soltó una suave carcajada al notar el tono de jugarreta de su amiga -Le molesta Milly -confesó.

-Y cómo no iba a molestarle si Connie parece embobado con ella -comentó de buen humor. Mikasa lo miró con curiosidad -No creíste que era por Jean, ¿verdad?

Caviló.

-Pasó por mi cabeza, lo reconozco. Se lo pregunté, a Sasha. Dijo que era algo en general… -miró a la castaña -Que sea por Connie tiene más sentido. Mucho más sentido. Se debe sentir desplazada… ella y Connie son inseparables.

Armin sonrió leve.

-Sasha está enamorada de Connie, Mikasa -aclaró viendo como el rostro de su amiga cobraba un dejo de intriga -¿No lo habías notado?

-No… -dijo investigando a Sasha con la mirada tratando de entender cómo se le pasó esa información -¿Qué rayos está pasando, Armin? De pronto todos salen con cosas como que a tal le gusta tal otro. Primero eso que le gusto a Jean, ahora que a Sasha le gusta Connie y que a él le gusta Milly -bufó y Armin le sonrió -¿En qué momento pasamos a convertirnos en unos pueblerinos comunes? Podrían atacarnos los titanes en masa a ver si terminan con esta estupidez -movió la torre al otro extremo del tablero.

-Adolescencia -destacó Armin con tono catedrático -Insoportable, pero ineludible. Aunque tienes razón -movió un peón en respuesta -Quizás deberían venir a atacarnos -sonrió malicioso -La vagancia solo trae la bacteria de la emocionalidad.

-¡Tropa de vagos! -exclamó Mikasa con un dejo de risa, Armin le sonrió -¿Acaso tú también..?

-¿Problemas de faldas? -preguntó y Mikasa saltó con el caballo sobre el alfil de su amigo -Me temo que la adolescencia no me ha atacado así. Siempre los hay más susceptibles. Supongo que es el mantener en algo la humanidad… o la normalidad. Todos somos víctimas de nuestros humores, en mayor o menor medida. Dicen que siempre hay un impulso que mantiene al ser humano. Por un lado, el miedo a la muerte propia o del ser querido…

-¿Y por el otro?

-El amor… erótico o no.

Mikasa se lo quedó mirando pensativa. Movió el caballo nuevamente dejándolo lejos del peón de Armin.

-Pero, ¿no es el amor hacia los propios lo que hace querer evitar su muerte?

Armin caviló.

-Depende… ¿quieres su sobrevida porque quieres que vivan felices sin importar si tú vives o mueres o porque te sentirías solo sin ellos?

Mikasa lo vio mover la torre hacia su caballo.

-¿Ambas?

-Siempre hay una que prima -respondió Armin -Personalmente, lo mío es el miedo. No me refiero a la cobardía… o tal vez sí. Pero no es una cobardía de no enfrentarme a las dificultades, es la cobardía de no saber qué hacer si me hallo solo. ¿Podría, por mí mismo, encontrar una razón de sobrevivir en ausencia de quienes me entregan valor de hacerlo? El valor de valía… no de coraje.

-Muy filosófico -movió el alfil para enfrentar a la torre -No sé si soy la mejor persona para estos temas.

-Lo sé -sonrió amable -Pero Jean está en el muro -derribó al caballo de Mikasa.

-¿En el muro? Pero si no tiene guardia hasta después de almuerzo… -movió el alfil dejando el rey despejado. Cayó en su error demasiado tarde, Armin lo asechó con su torre -Tenía guardia conmigo y Eren.

-Jaque -miró triunfante a su amiga -Cambió su turno -informó al tiempo que Mikasa movía a la reina. Armin la tumbó con el alfil -Está tomando la guardia con Milly.

-Le debe agradar mucho -murmuró.

-¿Y qué me dices de ti? -inquirió el rubio viendo a Mikasa llevar sus dedos a un alfil, ella lo miró extrañada -¿Qué opinas de Milly?

La chica se alzó de hombros.

-Si a Jean le agrada supongo que a mí también, somos amigos y los amigos de los amigos son bienvenidos… supongo. No tengo nada en contra de ella. Aunque prefiero no hacerlo notar mucho -bajó la voz -Sasha la odia y quiere que yo también la odie. Códigos femeninos, no sé si me entiendes.

-Perfectamente.

Mikasa retiró sus dedos del alfil indecisa y movió al rey.

-Jaque Mate -exclamó Armin. Mikasa bufó al tiempo que Armin le entregaba el rey -Me diste batalla, te estás volviendo buena en esto.

Mikasa le sonrió y volvió a mirar a Sasha.

-Nos entrenaron para matar, nos enseñaron desde niños a combatir… Pero nadie nos enseñó como lidiar con la naturalidad de la vida -murmuró Armin tomando el antebrazo de Mikasa -Necesita una amiga, alguien que la escuche y que también odie a Milly -agregó risueño -Ya se le pasará.

-¿Y cuándo será eso? Porque me tiene agotada con el tema…

-Pues cuando Jean tenga los cojones de pedirle a Milly que sea su novia y deje de ser una "enemiga".

-¿Qué? -exclamó Mikasa logrando que medio comedor se volteara, se volvió roja y ocultó su rostro tras la bufanda -¿Acaso a Jean le gusta? -preguntó en voz baja -Yo… yo creía que eran amigos…

-Nunca te das cuenta de nada, ¿verdad? -rió Armin suave. Mikasa no salía de su sorpresa -¿Qué? Tu cara da miedo…

-Nada, es que no entiendo nada… -comenzó a empujar suavemente un peón con un dedo -No… no se suponía que yo… bueno… que…

Armin se sonrió enternecido.

-Bueno, no pensabas que Jean seguiría tras de ti toda la vida, ¿o sí? -comentó de buen humor.

-No -negó ligero -Es que recién me hacía a la idea que le gustaba a alguien. Sasha siempre se queja que nadie nos ve como más que un par de compañeras. Por eso está tan molesta con Milly… No creas que eso me afecta, porque no lo hace. Creo que es tonto, superficial y totalmente innecesario -Armin la miraba aun con ese gesto sonriente -Frente a los tiempos que estamos, ¿quién está para pensar en a quién le gustas?

-Te contradices, pero está bien -se cruzó de brazos -Siempre es agradable saber que alguien te admira, que significas más que un número o un uniforme en este lugar.

-Puede ser… -caviló Mikasa -Sasha dice que no tiene miedo de querer a alguien, aun cuando pueda perderlo en batalla. Dice que al menos habría querido a alguien y alguien la hubiese querido.

-Tiene razón, es un pensamiento muy romántico. No hay que olvidar que, ante todo, somos humanos. Los sentimientos son parte de nuestra esencia.

Mikasa asintió pensativa.

-Con que a Jean le gusta Milly -murmuró -Y parece que a ella también le gusta, ¿verdad? -Armin asintió -Entonces… supongo que está bien -sonrió leve -Entonces… si Milly muere al menos Jean habrá querido a Milly y Milly a él.

-Eso en el caso que sea Milly quien muera, Jean también puede morir…

-¡Sobre mi cadáver! -exclamó Mikasa.

Eren ingresó por la puerta sacudiendo su abrigo. Caminó hacia sus amigos y se dejó caer junto a Armin sacudiendo su gorra sobre la cabeza del rubio. El muchacho se pasó la mano por el pelo y Mikasa se rió bajito.

-¿Cómo estuvo tu entrenamiento? -preguntó Mikasa.

-Nada fuera de lo corriente -comentó Eren desganado -Al menos me libré del turno. ¿No es genial?

-Pero… -interrumpió Mikasa -Pensaba que tomaríamos el turno juntos…

Eren se alzó de hombros despreocupado.

-No esperarás que tome un turno después de un entrenamiento, Mikasa. ¡Qué ideas tienes a veces! -se rió divertido y le jaló la bufanda juguetón -Además Jean toma el mismo turno. No estarás sola.

-Lo cambió -informó Armin -Está de guardia ahora… con Milly -agregó burlón.

Mikasa se volvió hacia Sasha y la vio suspirar. Sasha necesitaba una amiga que también odiara a Milly. Ella no la odiaba, no podía odiarla, menos ahora que sabía que a Jean le gustaba.

Se puso de pie y caminó hasta ella, sorprendiéndola tanto a ella como a sus amigos quienes la miraban desde la distancia.

-¿Quieres jugar ajedrez conmigo, Sasha? -le preguntó con voz suave. Sasha la miró sorprendida, pero negó. -Entonces… ¿quieres que me siente contigo y… hablemos? -Sasha seguía sin decir nada -Odio a Milly -dijo finalmente y vio sonreír a la castaña.

-¿Quieres un té? -preguntó Sasha y Mikasa asintió -Iré por un par de tazones.

-De acuerdo.

A la distancia Eren miraba la escena con sorpresa mientras que Armin parecía satisfecho. Sasha regresaba a la mesa con dos tazones y los muchachos veían a la castaña comenzar a hablar haciendo muchos gestos, Mikasa solo la miraba con atención.

-¿Qué está pasando ahí? -preguntó Eren extrañado.

-Sasha está celosa de Milly.

-Ya sabía que esa tipa solo iba a traer problemas. Le advertí a Connie que no fuese tan obvio en que le atrae.

-Además que a Jean le gusta… -agregó Armin.

Eren soltó una carcajada.

-¿De qué te ríes? -ahora Armin era el sorprendido.

-A Jean no le gusta Milly. Quiere que le guste Milly, que es muy diferente. Se supone que tú eres su amigo, deberías haberte dado cuenta -se acercó al rubio en actitud confidencial -No te puede gustar alguien de verdad si estás enamorado de alguien más. Simple lógica.

Armin no salía de su sorpresa.

-No sé qué me tiene más sorprendido, que no te importe que Jean ande tras Mikasa o que te sea tan fácil leerlo.

Del otro lado del comedor, Sasha seguía expeliendo el odio que sentía por Milly. Que Milly esto, que Milly aquello. Mikasa simplemente escuchaba.

-¿Puedes creer que Jean haya cambiado su turno para acompañarla? -exclamó la castaña.

-Bueno, le gusta -respondió Mikasa con tranquilidad.

-Pero si siempre busca tomar sus turnos contigo y ahora resulta que aparece esa tonta y se le olvida que existes. ¿Acaso no te molesta?

Mikasa la miró un segundo antes de responder. Realmente no le importaba, si eso hacía que su amigo viviera ese "querer" del que tanto hablaba Sasha. Pero si quería seguir apoyando a su amiga tenía que acompañarla en su molestia.

-Claro que me molesta -respondió y notó un brillo en el rostro de Sasha -Ahora tendré que tomar el turno sola, Eren se libró de él. Al menos antes Jean hubiese estado conmigo. Milly me está quitando a un amigo.

-Tomemos el turno juntas, amiga -Sasha la tomó de las manos -Esa Milly no nos va a destruir. Nos tenemos la una a la otra. Puede que nos quite a nuestros amigos, pero no puede contra nosotras.

Mikasa asintió.

-Gracias, Sasha.

Eran unas "gracias" honestas. Se sintió muy apoyada por la castaña, pero no sabía que la más apoyada realmente era Sasha. Sin quererlo Milly había despertado el instinto más básico en ambas chicas: la solidaridad de género.

-Si quiere arrebatarnos a Connie y Jean tendrá que vérselas primero con nosotras -determinó Sasha.

Mikasa hizo un gesto reticente. Así como arrebatárselos era algo extremo. A ella no le importaba si Jean encontraba a esa persona especial en Milly. Ella solo quería que él fuera feliz, era lo mínimo que podía desearle después de saber de ese afecto que él sentía por ella. No, de ese afecto que él sintió por ella. Ante ese pensamiento algo le molestó en el pecho.

Quizás sí le molestaba que Milly estuviera metiéndose en su grupo de amigos y rompiendo el equilibrio que tanto les costó obtener.

.

Si había algo que a Jean le gustaba de la cuarta muralla era la vista hacia el océano. Aquello sumado a la tormenta daba una vista…

-Impresionante

Escuchó a su lado y se volteó, Mikasa se acomodó la capa que el viento había logrado correr de su cabeza.

-¿Cambio de turno? -preguntó Jean al ver a Sasha prácticamente corretear a Milly, quien se encontraba a unos metros de él -Se me pasó muy rápido.

-¿Con este clima? -exclamó Mikasa.

-Créeme que esta vista te distrae -respondió volviendo la mirada al océano -No me canso de mirar el mar. Cuando Armin hablaba de él me parecía ya conocerlo. Mi primera impresión fue… wow -exclamó y Mikasa sonrió -Pero no deja de sorprenderme.

-Armin y tú hablan mucho… -murmuró -Los escucho, cuando hablan. Es… como si hablaran el mismo idioma.

Jean se sonrió.

-Todos lo hacemos.

-Sabes a lo que me refiero -insistió Mikasa -Hoy estuvimos hablando con Armin… Me dijo que, ya que tú no estabas, podría filosofar conmigo.

-¿Y qué tal estuvo eso? -preguntó girándose y revisando el arnés antes de emprender la marcha -Sumergirse en el mundo de Armin es toda una aventura.

-Sí… te hace pensar.

-Eso está bien.

Mikasa lo vio buscar a Milly con la mirada, la chica caminaba hacia ellos.

-Armin -se apresuró en decir -Dijo algo sobre las razones de mantenerse con vida… o algo así entendí -Jean asintió -Dijo que habían dos… y me preguntó cuál me movía.

-Ese Armin y sus preguntas capciosas. No le prestes demasiada atención.

-Sí, pero… no supe qué responder.

-Eso pasa -dejó escapar una carcajada.

-¿C-cuál te mueve a ti?

Milly llegó hasta ellos impidiendo que Jean pudiese darle una respuesta a Mikasa.

-Vamos, Jean -exclamó rodeándose con los brazos y frotándolos -Hace frío -su labio hizo un puchero -Necesito un té bien caliente.

-Entonces, un té para la señorita -fue la respuesta de Jean. Inmediata, sin siquiera tener que pedir más que con ese puchero y sus ojos grandes.

Milly dejó escapar una risita cantarina y se le colgó al muchacho del brazo.

-Nos vemos luego, Mikasa -se despidió ella -Vamos, Jean -dijo con ese tonito meloso.

Mikasa los vio caminar hasta el borde interno del muro, Jean le hizo una seña de despedida. El viento arremetió con gran fuerza, logrando descubrirles la cabeza a ambos muchachos. Jean acomodó la capucha de Milly y, paso seguido, le atrapó la nariz de manera juguetona. La pelirroja se rió. Mikasa se cubrió el rostro con la bufanda afirmando la capucha con una mano. Los vio perderse de un salto.

-Mírenlos, nada más -gruñó Sasha a su lado -Los tortolitos -suspiró pesado -Nunca hubiese pensado que Jean podía ser tan… dulce -miró a Mikasa con malicia.

La morena se quedó mirando a su compañera. Sasha cambió su gesto pícaro a uno melancólico y se volteó hacia el mar. Mikasa la imitó.

-Se supone que yo le gustaba, ¿verdad? -murmuró logrando que Sasha le prestara atención -Entonces… ¿por qué nunca me trató como a Milly?

-No le diste chance de hacerlo -fue sincera -Tu mundo gira en torno a Eren y Armin, Jean no es tonto. Frente a Eren no podía competir.

Mikasa se sonrojó violento, pero el frío que azoraba sus mejillas lo ocultó bien.

-Te equivocas, Eren no…

Sasha asintió. No quiso insistirle en que nadie le creía.

-¿Sabes algo, Mikasa? Como que siento culpa -la miró fijo -Eras más tú cuando eras solo una soldado -la tomó del brazo -Pero me agrada más cuando somos amigas, no solo compañeras de trabajo -dijo en tono cómplice, pero su rostro se volvía severo -Voy a destruirte, Milly Koch. Por quitarme a mi mejor amigo y por quitarle el admirador a mi mejor amiga…

Se volvió hacia el interior de la isla y al cuartel. Lo apuntó con el dedo.

-Eres zorra muerta -gritó bien fuerte, pero el viento impidió que se le escuchara más allá del muro -¡Bien muerta!

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