Cuestión de prioridades

La tranquilidad que se respiraba últimamente no era lo mejor para la concentración en la batalla. Tal como había ocurrido hace poco más de un año, cuando llegaron a la costa, no había un solo titán a la vista. Ni uno solo. Aquello los había llevado a investigar cada rincón de, lo que habían descubierto, donde vivían era una isla y estaban completamente rodeados de mar. Justo después de una cuarta muralla. Precisamente tras de ella establecieron un nuevo cuartel.

Cuidaban la costa con atención, contando con aquellos refuerzos de la guardia estacionaria y los nuevos miembros de la legión. Sin duda los últimos éxitos habían vuelto a los exploradores muy populares entre los reclutas, engrosando sus filas.

-¿Crees que ya se hayan besado? -preguntó Sasha mirando a Jean y Milly a la distancia -Ya ni pasa tiempo con nosotros…

-¿Celosa? -bromeó Connie a su lado.

-¡Qué va! -exclamó -Solo que es raro verlo en ese plan -comentó dejando a un lado su equipo tridimensional.

-Es un maldito suertudo -volvió a bromear Connie -Es lo mejor que hemos visto después de Historia. Es tan… linda.

Sasha lo miró de reojo y soltó un bufido. Ya se estaba hartando de que la nueva se volviera el centro de atención de todos. No era por Jean, ni por Connie, ni por ninguno en específico. Y es que cuando se tiene tiempo libre, la naturalidad de la adolescencia comienza a surgir, porque a pesar de entregar sus corazones a la batalla, habían cosas que eran inevitables. Sí, el compararse con el resto.

Sasha desvió su mirada a Mikasa, quien escuchaba hablar a Eren y Armin. ¿Tendría ella sus mismos cuestionamientos? Y es que ella era lo más cercano a una amiga que tenía. Mal que mal eran las dos únicas chicas en la legión, sin contar a la comandante Hanji. Soltó un suspiro.

De reojo vio a Jean ponerse de pie y recoger su bandeja y la de Milly para dejarlas ordenadas en el sector de recepción. Con que su compañero era todo un caballero. Caballo caballero… se rió suave. Sinceramente, no sabía lo que esa chica le veía a Jean. Estaba bien feíto. Pero, para gustos, colores, ¿verdad?

A su lado, Mikasa también vio el movimiento de Jean y siguió a la pareja hasta que salieron del comedor. ¿A dónde irían a esta hora? Después de la cena solían irse a dormir. En fin, no era de su incumbencia, ¿verdad? Soltó un suspiro. Jean había sido muy gentil con Milly y no era la primera vez que lo veía actuar así con ella.

-Muy bien -dijo Eren poniéndose de pie del otro lado de Mikasa -A la cama.

-¿Vamos? -preguntó a sus amigos, a lo que Armin se puso de pie.

Mikasa se lo quedó mirando y luego a su bandeja. Esperaba que Eren pudiese leer la sutileza de su mirada, pero su amigo simplemente tomó la propia para dirigirse a dejarla en la mesa de lo sucio. Mikasa se puso de pie tomando su bandeja y caminó tras Armin, quien hablaba con Eren algo sobre un nuevo equipamiento que había llegado desde los muros.

.

Sasha se sentó en el borde de su cama para retirarse las botas. Mikasa se ponía el pijama en completo silencio, lo usual.

-Estoy harta -bufó Sasha finalmente. Mikasa la miró bajando la parte superior de su pijama -¿Tú no? -Mikasa solo la observó -Milly esto, Milly aquello -gruñó -No sé cual es la obsesión de todos por esa chica.

-Bueno -respondió corriendo las frazadas de su cama -Es linda y supongo que…

-¡Es como si no existiese otra chica que no sea ella!

Mikasa se metió en la cama. Sí, Sasha tenía razón. Últimamente todos parecían obnubilados con la chica nueva. Pero eso no era un problema, ¿verdad? Quizás Sasha estaba molesta por la cercanía con Jean.

-¿No te harta? -insistió Sasha.

Mikasa caviló.

-¿Es por Jean? -preguntó dudando si debía preguntar.

-¡No! -exclamó asustada que pudiese malinterpretarlo -Bueno… no específicamente por él. Si no por todos. Acaso… Por qué… ¿Por qué nunca han sido así conmigo? ¿Con nosotras?

Mikasa nunca se lo había cuestionado, porque ella no estaba para esas tonterías. Ella era una soldado, no era una tonta chica a la que los muchachos le importaran. Bueno, solo uno: Eren. Su atención estaba volcada solo en él, pero no de esa manera. Solo quería su seguridad y en esa necesidad de protegerlo, cualquier elemento que desviara su atención era eliminado.

-No deberías pensar en eso -dijo Mikasa algo severa -Somos soldados y hemos entregado nuestro corazón a la legión. El resto no es importante.

Sasha suspiró.

-Sí, tal vez tengas razón -se metió en la cama y cruzó sus manos tras la nuca -Cuando era pequeña me gustaba ver a las parejas… No espiarlas -aclaró -Si no verlas interactuar. Siempre me llamó la atención eso de gustarse y quererse. De querer formar una familia en un mundo tan duro. A veces, quisiera que alguien se fijara en mí de esa manera.

-¿Por qué?

-Porque sería lindo -volvió a suspirar -Como Hanna y Franz -recordó ensoñada.

Mikasa simplemente calló. Sintió a Sasha rodar en la cama y apagar la lámpara de la mesita de noche. Sin quererlo sus pensamientos volaron hacia sus antiguos compañeros. Sí, había notado cuanto se querían y cuidaban el uno del otro. Y así también había visto el sufrimiento de Hanna. No, ella no estaba dispuesta a ver morir a alguien a quien amara. Ella tenía a sus dos personas a quienes guardaba en su corazón y no podía permitirse alguien más en él.

Pero, inevitablemente, sus pensamientos fueron a parar a Jean. Si a él ella le gustaba, ¿significaba que él sufriría si a ella llegaba a pasarle algo? Seguro que sí. Soltó una espiración pesada. Ella también sentiría pesar si a él llegase a pasarle algo, pero dudaba que fuese a romperle el corazón como si fuese Armin o Eren. Eren… si Eren llegaba a faltarle, su vida se haría pedazos. Solo podría vivir o existir en vida asiéndose a su recuerdo.

Y aquello la hizo sentir mal. ¿Cómo no sentirse mal sabiendo que para alguien era importante, alguien que para ella no lo era tanto? Volvió a espirar pesado.

-Sasha…

Un 'hum' se escuchó en la oscuridad.

-Cualquier día, cualquiera de nosotros puede morir. ¿Acaso no temes perder a alguien a quien quieras?

-Al menos habré querido a alguien -murmuró -Y esa persona me habrá querido a mí… -suspiró.

Mikasa asintió aun cuando Sasha no podía verla. Y nuevamente pensó en Jean. ¿Acaso él no tenía miedo de perderla y por eso le gustaba? Digamos, algo seguro. Ella no era alguien fácil de derribar. Momento… Hace un par de años, cuando Berthold y Reiner capturaron a Eren, ella fue atrapada por ese titán. Repasó esa escena. Jean había ido contra el titán de una manera impulsiva, no a acabar con él, sino dispuesto a que simplemente la soltara. Un movimiento arriesgado y muy tonto. Ese titán pudo matarlo y él no pensó en eso, claramente.

Sin quererlo, el corazón se le hizo chiquito. Ella estaba tan concentrada en rescatar a Eren, que era lo que correspondía en ese momento. No solo movida por la misión, sino por mantenerlo con vida, a su lado como era su mayor deseo. Estaba tan concentrada en ella que no vio que un compañero había arriesgado su vida por ella.

No era como que otros no la hubiesen ayudado antes. Eren, Levi… y otros. Pero era diferente. A Jean ella le gustaba. No había sido por camaradería. Ciertamente Eren tampoco había sido movido por ello, pero Eren era su familia, eran lazos diferentes. Ella haría eso por él y lo había hecho tantas veces ya. Lo haría sin dudarlo.

Ciertamente ella había acudido en ayuda de sus compañeros varias veces, dentro de esos también de Jean. Pero no como él, porque si tuviese que elegir entre Eren y Jean ella no dudaría en ir por su mejor amigo, por su familia… y dejar a Jean a su suerte… a su muerte, sin remordimientos.

Y no supo porqué, pero los ojos se le llenaron de lágrimas. Él la quería… y ella era capaz de dejarlo morir. Trataba de consolarse diciéndose que había acudido en su ayuda, que sí se preocupaba por él, que habían luchado juntos confiándose sus vidas… pero si eso significaba interponerse en su camino no dudaría en… dejarlo morir.

Y se sintió la peor persona del mundo. Pero, tal vez había una solución para ello. No podía prometer que pondría a Jean por sobre Eren, eso era imposible, pero sí podía ponerlo tras Armin, ¿verdad? Era una buena manera de corresponder a su preocupación y su afecto. Sí, desde ahora serían Eren, Armin y Jean. Era lo justo y lo correcto.

-Ay, cómo la detesto -escuchó a Sasha mascullar contra la almohada.

Mikasa se sonrió maliciosa como solo se permitía en soledad y cuando nadie pudiese verla. Sasha tenía esas cosas que le hacían gracia, claro que nunca lo admitiría frente a ella o los otros.

.

Para desgracia de Sasha, a la mañana siguiente Milly se apareció en su mesa con su respectiva bandeja. Fue Jean -obvio- quien la invitó a sentarse junto a ellos.

-¿Acaso no se calla? -le susurró a Mikasa, quien estaba sentada a su lado.

-Supongo que tiene mucho que comunicar -respondió por lo bajo revolviendo su café.

-Es una odiosa -masculló Sasha arrancando un trozo de su pan con los dientes denotando su molestia.

Frente a las chicas, la pelirroja reía de algo que había dicho Connie, haciendo gala de su cantarina carcajada y logrando que el muchacho la mirara con cara de baboso. Mikasa vio la molestia reflejada en el rostro de su amiga.

-Eren -la escuchó llamar a su mejor amigo -¿Cómo fue enfrentarte a los titanes cambiantes? Debió ser muy difícil… no es que dude de tus capacidades, claro.

Eren le respondía no de muy buena manera, ya sabía cómo le molestaba que le sacaran el tema, pero bastó un comentario dulce de Milly para que cambiara su actitud. Sin darse cuenta derramó parte de su café sobre su uniforme.

-¿Qué diablos? -exclamó Mikasa logrando que todos se voltearan hacia ella con curiosidad -Me manché -se disculpó secándose con una servilleta. Jean le alcanzó la propia -Gracias.

-Toma -le ofreció Milly la suya.

Mikasa se puso de pie.

-No, gracias. Iré a cambiarme.

Se alejó de la mesa y tomó un par de servilletas del mesón de servicio para secarse la camisa. Sasha la siguió con la mirada. Claro, Mikasa no había reaccionado hasta que vio a Eren prestarle atención a la odiosa de Milly. Volvió a prestar atención a sus compañeros y notó que la pelirroja parecía prestarle demasiada atención a Eren. Frunció el ceño. ¿No se suponía que le gustaba Jean?

-Milly -alzó la voz, la chica la miró -¿Tienes alguna intención en cambiarte a la legión?

-No, ¿por qué lo preguntas? -respondió con una sonrisa.

-Porque parece que te gusta demasiado relacionarte con los chicos de exploración -tomó su bandeja -Voy a ver en qué está Mikasa.

Se puso de pie de malas pulgas y dando pasos pesados dejó sus cosas antes de salir del comedor. Milly miró a los muchachos y ellos se alzaron de hombros.

-Parece que no le agrado… -murmuró Milly apenada bajando la vista a su desayuno.

-No les prestes atención -dijo Connie restándole importancia -¿Por qué no nos cuentas qué hay de nuevo en los muros?

Mientras la nueva acaparaba la atención con su relato, Sasha ingresaba a la habitación dando un portazo que logró que Mikasa diera un respingo mientras abotonaba su blusa.

-¿Ahora entiendes? -exclamó a su compañera.

-Solo es una chica agradable y alegre -respondió Mikasa poniéndose la bufanda cuando notó que estaba húmeda -Genial -bufó sacándosela.

-No, no lo es. A mí no me parece ni agradable ni alegre. ¡Solo quiere que todos le presten atención! ¡Te aseguro que ahora se nos pegará como la peste!

-Es amiga de Jean, deberíamos…

-¡No es amiga de Jean! -volvió a exclamar -Ella solo se le acercó para meterse en nuestro grupo -apuntó a Mikasa con un dedo.

-Bueno… quizás no tenga muchos amigos en la guardia y solo…

-¿Desde cuándo eres tan comprensiva? -insistió Sasha. Mikasa iba a responder pero balbuceó -Deberías estar molesta.

Mikasa se cruzó de brazos.

-¿Y por qué debería estarlo según tú?

-Porque mira a Eren como si fuera comestible -respondió Sasha, Mikasa bufó -Verás que tengo razón -volvió a apuntarla con el dedo y Mikasa lo apartó de un manotón -Ya lo verás.

Salió de la habitación con la misma frustración con la que había ingresado, incluso peor, porque Mikasa no la había entendido. Bueno, qué iba a entenderla ella, si era una máquina de matar y poco parecía una chica. Volvió a abrir la puerta sorprendiendo a Mikasa.

-No deberías ser una soldado todo el tiempo -le dijo severa -¡Sé una chica alguna vez!

Volvió a cerrar. Mikasa alzó la vista implorando paciencia para soportar el arranque de su amiga. ¿Ser una chica? Si ella era una chica, una chica soldado que estaba muy por sobre las superficialidades de Sasha. Aunque, por un segundo, hubiera querido tener la atención que tenía Milly… ¿En qué diablos estaba pensando? Sasha le estaba pegando lo boba.

Y tuvo que tolerar las boberías de Sasha toda la semana que Milly se integró al grupo como una más.

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