Capitulo 99 - Los ojos que no ven.

La noche cayó, y los pequeños se quedaron a dormir en el árbol, ya que su seguridad aún no estaba garantizada. Kiuiko vendó cuidadosamente la mano de Toshiki. La pequeña Aka, preguntó por su culpable hermano mayor, pero se quedó más tranquila al saber que Kai estaba con él, al igual que los demás, ya que estaría vigilado.

Pusieron un montón de futones y mantas por el gran salón, y encendieron el fuego, ya que la temperatura descendía mucho al caer el sol. Por el cansancio del día no tardaron mucho en caer en los brazos del sueño, y relajar sus cuerpos.

La noche era tranquila y apaciguada, se podía escuchar entre el silencio a algún grillo, que mecía la armonía. Todos dormían, o casi todos. El pequeño Tsuyoshi mantenía sus ojos abiertos, sentado en el suelo del balcón, e intentando mirar a un cielo que era tan solo de rocas.

Himeko se levantó, viendo a su pequeño hermanito, con un deje de tristeza. Intentó ir hacia él, y abrazarlo, pero este, antes de que la princesa llamara su atención, subió a la barandilla, extendiendo sus oscuras alas y se tiró. Himeko corrió hacia el balcón intentando en un mero intento llegar a cogerle. Al ver como planeaba, la princesa también se tiró, yendo de rama en rama y con cuidado, hasta alcanzar también el suelo.

El pequeño se dirigía hacia la salida de la cueva y esta lo persiguió, temerosa de que le pudiera suceder algo. Después de corres por aquel largo pasillo de roca, alcanzó a ver como su pequeño hermano habría la entrada, saliendo al exterior. Consiguió alcanzarlo, y lo abrazó con fuerza, pero ya era tarde, los dos estaban fuera.

Tsuyoshi: Luna.

Himeko alzó la vista al igual que el pelinegro, pero solo consiguió apreciar un poco a una luna que no estaba, que era nueva.

Himeko: ¿No está?

Tsuyoshi: (asiente)

Himeko: Solo querías salir a fuera ¿verdad?

Tsuyoshi: (asiente)

Himeko: (Regaña) Sabes, me asustaste mucho.

Tsuyoshi: (ojitos de cachorro triste)

Himeko besa dulcemente su mejilla, poniendo el pequeño una cara de enfado poco perceptible.

Himeko: Pero tienes razón, es hermoso.

Los dos miraban al oscuro cielo, iluminado las centelleantes estrellas y gobernado por una luna ahora imperceptible. Una suave brisa acariciaba sus cabellos. De repente notaban como el sueño les invadía.

Himeko: (Bostezo) Deberíamos volver Tsuyoshi.

Tsuyoshi: (Bostezo) (asiente)

Pero sin darles tiempo, cayeron en un profundo sueño, quedándose dormidos encima de la hierba del bosque, uno al lado del otro.

La mañana llegó, y los rayos de luz empezaron a entrar por la cueva. Incluso en las oscuras mazmorras. Kai miraba el lindo rostro dormido de Hiroto, que lucía con una gran tranquilidad e inocencia. Hiroto se movió un poco, y medio dormido buscó el calor proveniente del cuerpo del pelinegro, acurrucándose a su lado.

Hiroto: "Mmm, es cálido, se siente bien. Espera, ¿¡por qué tengo esta sensación!?

Hiroto abrió enormemente sus ojos esmeralda, vio un cuerpo, y subió la cabeza hasta encontrarse con el rostro de Kai.

Hiroto: Oh, eres tú Kai.

Muchas imágenes vinieron de una a su cabeza rojiza, poniéndose su cara del mismo color.

Kai: "A pesar de todo sigue siendo lindo" Qué, ¿ya recordaste?

Hiroto: ¿Co-como lo puedo olvidar? ¡Imbécil!

Kai: Que arisco, con lo sumiso que estabas ayer.

Hiroto lo iba a insultar, pero al girar la cabeza y ver los ojos de Kai, sus palabras se acallaron, y se volvió a quedar hipnotizado por ellos, y por el trozo de su ancho pecho que quedaba al descubierto.

Kai: "Parece que es débil a mi mirada"

Kai se acercó a él volviéndolo a besar y entrelazar sus lenguas, mientras que sus miradas intercambiaban pensamientos.

Ryuta apareció colgándose de la puerta de barrotes y asustando a ambos.

Ryuta: ¿Habéis visto a mi hermana la rubia o al pequeño con alas?

Kai: No.

Ryuta: Oh, bueno gracias.

Los dos se quedaron con una gotita en la cabeza, aquel zorrito había entrado como si nada y había salido igual, a pesar de haberlos visto así. Kai se levantó, abrochándose los pantalones y poniéndose la camiseta ya la cinta roja que ataba a su frente. Miró como Hiroto lo veía ensimismado y le tiró la ropa para que se vistiera. Al intentarse poner en pie sus piernas fallaron y volvió a quedar sentado en la cama.

Kai: ¿Estás bien?

Hiroto: ¡Sí, estoy bien!

Intentó retomar otra vez el equilibrio, pero sus piernas temblaban un poco.

Kai: No seas obstinado, ¿te duele algo?

Hiroto: (mirando para otro lado) Un poco la parte de debajo de la espalda.

Kai le ayudó a ponerse la ropa interior y los pantalones.

Kai: Túmbate boca abajo.

Hiroto: Pero aun me falta la camiseta.

Kai: Ahora te la pones.

Hiroto obedeció un tanto desconfiado. Las manos de Kai empezaron a tocarlo, poniéndole nervioso, pero al rato se dio cuenta que este solo le masajeaba la parte que le había dicho donde sentía molestias. Ante su agradable tacto, su cuerpo se relajó y se dejó hacer, durante unos diez minutos.

Hiroto: (Estirándose) Se sintió realmente bien, ya no me duele.

Kai le acercó la camiseta.

Kai: Vamos a la casa del árbol a desayunar, seguramente dictaran tu sentencia de muerte.

Hiroto: (Gotita) Y lo dices tan tranquilo.

Kai le revolvió el pelo. Subieron hasta la casa del árbol, donde todo estaba muy revolucionado.

Kai: ¿Qué sucede?

Taigaken: No podemos encontrar ni a Himeko ni a Tsuyoshi, cuando nos despertamos ya no estaban.

Soun: ¡Hay que buscarlos fuera!

Toshiki: Tenemos que ir.

Aiko: (A punto de llorar) ¿Y si Himeko one-chan y Tsuyoshi-chan están en problemas?

Haruka se puso delante de la pequeña, poniéndose a su altura y abrazándola.

Haruka: Tranquila Ai-chan, sabes que Himeko es muy fuerte y lista, por eso es la princesa de hielo, seguro que está bien, a demás el pequeño ángel tiene alas y no lo cogerán.

Aiko: (Llorosa) Sí.

Kai: Te ayudaremos en lo que sea.

Kasai: Nos tenemos que dar prisa.

Taigaken: "Ag, maldita sea" Inutai, Toshiki, Ryuta, os necesitamos para el rastreo, Kasai, Soun, Kenji, vosotros sois la fuerza, trillizos de la arena, estrategia, Nonomi, Buki, equipo de inteligencia, Etsu, tu las respaldaras. Los demás quiero que esperen aquí sin moverse ¡entendido!

Todos: ¡Sí!

Kai: Taigaken, te acompañaremos, tenemos mucha más experiencia en batalla.

Taigaken: Está bien, pero no hagas nada mala Hiroto.

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Himeko: ¿Dónde estamos? "He, tengo una venda en mis ojos, no puedo ver nada. ¿Qué es esto? ¿Al-alguien me está tocando?"

Tsuyoshi: Ta-taa.

Himeko: ¡Tsuyoshi! ¡Menos mal que estás bien!

-Veo que ya despertaste.

Himeko: Sería una tontería preguntaros quienes sois.

-Eres aguda niñita, parece que los rumores no mienten.

Himeko: Arriesgáis demasiado al tenerme aquí.

-Puede que tu familia sea fuerte, pero no deben subestimar a los demás.

Himeko: "Sí, si lo que tu digas" Al menos dime por qué estoy aquí.

-Bueno (sonrisa malvada) tú y tu hermano son especímenes muy raros.

Himeko: "Kyu, Kyu ¿Qué está pasando?"

Kurama: No lo sé, os debieron drogar y dejaros a ambos dormidos, tus hermanos y amigos te están buscando, y tus padres también lo saben. El problema es que no sé donde nos encontramos, tus ojos están vendados. El demonio aun es muy pequeño, y no puedo establecer una conexión con él.

Himeko: "Kyu, sinceramente tengo miedo, no sé que harán con nosotros, y lo de especímenes no suena del todo bien, no quiero que experimenten con nosotros"

Kurama: ¡No dejaré que eso ocurra, si se sobrepasan haré lo que sea para protegerlos!

Himeko: Muchas gracias.

-¿A quién agradeces? estás aprisionada.

Himeko: Tu mente es demasiado simple para entenderlo.

Tsuyoshi: (asiente).

-Ya veremos si decís lo mismo cuando empieces con vosotros.

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