Capitulo 94 - Como un paraíso.
Taiki: Hacía tiempo que no veníamos.
Kizuki: Sí, echaba de menos este lugar.
Daiki: La prima Buki se esforzó bastante.
Sora: Así es.
Taigaken: Guiarlos hasta el salón, yo y Toshiki iremos a llamar a los demás.
Los únicos que si conocían el lugar eran los hijos de Gaara y Sai, por supuesto. Tal como les dijo Taigaken fueron al salón, la casa prácticamente no tenía puertas, excepto en algunas habitaciones especificas, como los baños o cosas por el estilo. Todo el espacio era abierto y había pocas paredes, era una casa hecha prácticamente entera de madera, con diferentes formas de esta, era caliente en el invierno y fresca en el verano. Los techos eran algo altos en algunas habitaciones, en las cuales vigas de madera en la parte superior sujetaban la estructura, pero también servían como asiento, al igual que las ramas de los árboles. Todo el lugar tenía varias ventanas y el lugar tenía una gran iluminación natural, a pesar de estar dentro de una gran cueva. El salón era una de las habitaciones más amplias, con varios sofás, sillones, alguna mecedora para dormir a los más pequeños...
Los sofás formaban un gran círculo y en el centro había una gran alfombra de pelo, k era suave y calentita, donde les gustaba tumbarse y alguno que otro se quedaba dormido. Era peligroso tener alguna mesa de cristal, de estas típicas donde se suelen dejar las tazas de té o los pasteles, ya que eran picudas y los niños al correr descuidadamente se podrían hacer daño. En lugar de ello había cómodas al lado de alguno de los sofás, que en realidad solo eran un trozo de tronco, que era redondo e iba bien con el ambiente del lugar.
En la pared del salón había un mueble, estilo armario, donde guardaban cojines, mantas, sacos de dormir, algún juguete, y con doble utilidad, ya que también tenía lugares escondidos donde por si acaso guardaban armas. Al lado de este había una gran chimenea, pero que estaba protegida para que no saltaran chispas, ni algún tronco en llamas se pudiera caer, he incendiara toda la casa. A su lado había dos muebles llenos de libros, con diferente tamaño. El grande tenía algún que otro pergamino y muchos libros de información o literatura, el pequeño en cambio, acorde con la medida de los más pequeños, tenía libros con relieve, para pintar y colorear, con juegos, con animales y literatura infantil.
Todo estaba pensado acorde con los niños y todas sus necesidades y diversión. Ya que los más pequeños no podían saltar de rama en rama o escalar, por eso tenían diferentes métodos para ellos. Todo era muy colorido y con muchas plantas alrededor, era como un pequeño paraíso.
Sora: Sentaos, en seguida vendrán los demás.
Kahina: ¿Cuántos sois en total, contándoos a vosotros?
Sora empezó a calcular en su mente y un poco con los dedos.
Sora: Veamos... somos... 29, pero no ne si contar a Mei, tendrá unos 5 meses, es del clan pero nunca ha venido, con ella seríamos 30.
Kai: Sois demasiados.
Hiroto: No sé cómo pueden convivir tantos críos en un mismo lugar.
Inutai: Muchos años juntos y un buen líder.
Sora: Desde siempre Taigaken ha sido como un hermano mayor para todos nosotros, sabe proteger a la gente, pero también buscarnos utilidad, enseñarnos y no dejarnos atrás.
Inutai: Te quedo un pelín cursi, pero tienes razón.
Mientras Taigaken y Toshiki comunicaron a todos, que estaban algo escondidos aún, que debían reunirse en el salón, a lo que se dirigieron sin dudarlo.
De repente, durante aquella pequeña charla, empezaron a aparecer un montón de niños, la mayoría no se sentaba en los sofás, si no en las vigas del techo o en el suelo. Se sorprendieron tanto los unos como los otros. Los pequeños, al ver a aquellas personas desconocidas, ya que no podía entrar nadie a ese lugar. Los otros, por la gran cantidad de niños en un pequeño instante.
Kasai: (amenazante) ¿Qué hacéis aquí?
Inutai: Calma, ahora Taigaken os lo explicará todo.
Buki: ¡Primos!
Nonomi: (Sonrisa calmada) Me alegra verles.
Los trillizos abrazaron a sus dos primas, un año menores que ellos. Sora los veía feliz, y al separarse los trillizos, acarició la mejilla de sus primas.
Sora: Me alegra verlas bien.
Ellas también lo abrazaron con cariño. Al separarse volvieron a sus asientos, viendo como no quedaba ya nadie por acudir, y como Taigaken y Toshiki entraban en la habitación. Toshiki se sentó al lado de su hermano Ryu y de Inutai, esperando que su hermano comenzara.
Taigaken se quedó de pie, observando a todos, viendo que estaban en silencio, esperando a que hablase.
Taigaken: Ante todo tengo que disculparme con vosotros, no debí traer a unos extraños, pero era un caso de emergencia. Ellos son los hijos de los Kages, con los que alguna vez nos hemos reunido recientemente. Tengo que deciros malas noticias, por desgracia. Varios ninjas venían detrás nuestro, aproximadamente 50, no nos quisimos arriesgar a pelear, ya que llevábamos demasiados niños pequeños, a los cuales en un descuido podían haberlos secuestrado. Me temo que aquello no era una coincidencia, estaba planeado con anterioridad, venían a por nosotros.
Kasai: Taigaken, sabes que estamos dispuestos a pelear.
Taigaken: Sí, lo sé. Pero quiero saber qué es lo que pretenden, por eso por el momento, debemos permanecer aquí. Es el mejor lugar para mantenernos a salvo. Kahina, se lo que vas a decir y la respuesta es no.
Kahina: Pero en un momento podríamos derrocarlos.
Taigaken: Es mejor saber primero sus intenciones.
Kahina: Entonces lo único que debes de hacer es capturarlos e interrogarlos.
Taigaken: Ahora mismo ellos podrían estar ahí fuera, y no quiero arriesgar a que averigüen el único lugar seguro por el momento.
En voz baja:
Kenji: Con que ella es la chica que joroba a Taigaken.
Himeko: Así es.
Kahina: Pero...
Taigaken: Ag, te he dicho que no seas cabezota.
Kahina: Mandamás.
Kai: No seas así Kahina, obedece.
Himeko: Tranquilízate Taigaken oni-chan.
La princesita sopló una pequeña brisa de aire frío, refrescando el ambiente, que relajó bastante las cosas.
Taigaken: En fin nos quedaremos unos días aquí.
Ryuta: Kurama ya lo sabe, a si que todo estará bien.
Taigaken: Entonces no habrá ningún problema con los mayores. Ya podéis hacer lo que queráis.
Inutai: ¿A dónde vas?
Taigaken: A la sala de meditación.
Tsuyoshi voló y se agarró como de costumbre a la espalda de su hermano, yendo con él.
Hiroto: ¿Y qué tenéis por aquí?
Inutai: Hay un poco de todo, lo interesante es descubrir lo que tiene.
Taisei: Ellos son, Yasmin, Yuki y Ria.
Aiko: No os quedaréis con los nombres, pero ellas son Shiroko, Tsuchiko y Akako, y ellos Murasaki y Kaoru.
Yasmin: Es un poco lío.
Taisei: Da igual luego os los aprenderéis, lo importante ahora es...
Aiko: ¡Enseñaros la habitación de las almohadas!
Todos se quedaron con cada rara.
Shiroko: Es una pequeña habitación llena de almohadas, puedes tirarte desde lo alto y solo notar que estas en una nube de algodón, es muy divertido.
Ria: ¡Quiero ir!
Los pequeños se fueron corriendo sin dudarlo. Asami, Tsurik y Hana se fueron directos a una habitación para ellos, que era de juguetes, piscina de bolas, toboganes...
Toshiki: En fin, ellos son Kai, Hiroto, Kahina Ilanah y Aka.
Hiroto se sentó al lado de Kiuiko y de Suiko.
Himeko: Ni se te ocurra.
Hiroto: ¿He? "Mierda estoy pillado"
Himeko: (seria) Sé lo que pretendes y es mejor que estés quietecito.
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