Capitulo 79 - Itachi y Deidara.
Era principios del mes de Agosto, y el calor seguía siendo insoportable y bochornoso. Por desgracia Naruto, Sasuke y los niños tenían que ir a una de esas reuniones de los 5 Kages, y esta vez sería en el país de la arena. Sasuke dejo de encargado a su hermano Itachi, para que cuando ellos no estuvieran no se pusieran los akatsuki a hacer locuras por Konoha. Toda la casa era ahora de ellos durante un tiempo.
Kisame: Esta un poco aburrido.
Konan: (sonríe) Se echa de menos a esos revoltosos niños.
Sasori: La casa se siente muy silenciosa.
Orochimaru: (Gotita) Se os ha quitado el espíritu de destrucción.
Itachi: Esta quieto Orochimaru, no empieces a hacer locuras ahora que mi ototo se ha ido.
Kakuzu: Oye Itachi, le podrías decir a tu hermanito que se frenara un poco por las noches, no hay quien duerma.
Itachi: Pero ahora va estar todo tranquilo.
Tobi: Es raro oír aquel chiquillo rubio, al que nos enfrentamos, gemir por las noches.
Sasori: Por favor Orochimaru quita esa cara de "quiero violarlo"
Kabuto: Pero nunca los he visto de una manera tan vulnerable como hasta ahora.
Itachi: Aquello que para ti parece hacerlos débiles son lo que los hace mucho más fuertes.
Fue un día realmente aburrido para ellos, la casa estaba muy silenciosa. Poco a poco iba cayendo la noche, antes todos estaban sentados en los sofás del salón, pero conforme iba anocheciendo se iban yendo a dormir. Al final solo quedaron Itachi y Deidara en el salón, ya era bastante tarde y todos se habían ido a dormir.
Deidara: La noche esta mucho más silenciosa que normalmente.
Itachi: Sí.
Deidara: (¬///¬) "Jo Itachi, ¿estamos los dos solos y no vas a hacer nada?" Al final nos hemos quedado solos.
Itachi: Así es.
Deidara: "Y luego dicen que es un genio" Voy a picar algo.
Deidara se levantó del sofá, pero se le enredaron los pies, cayéndose al suelo de boca, y sin darle tiempo a reaccionar.
Itachi: ¡Estas bien!
Deidara: Me duele mucho la cara y la frente.
Unas gotitas de sangre empezaron a salir de su frente. Itachi lo jaló de una mano atrayéndolo hacia él y sentándolo encima de sus rodillas. Se acercó a su rostro lentamente.
Deidara: (O///O) (cierra los ojos fuertemente) "¿¡Que vas a hacer Itachi!?"
Itachi empieza a lamer la herida de su frente.
Itachi: Así se te curara más rápido y te dolerá menos.
Deidara: (irritado) ¡Es más fácil poner una tirita!
Itachi: Pero no te la puedo poner por toda la cara.
Deidara: ¡Solo son rasguños!
Itachi: No te comportes como un niño.
Itachi empezó a lamer cuidadosamente sus arañadas mejillas. El pelinegro empezó a notar el nerviosismo de Deidara y su corazón que latía a una fuerte intensidad. Itachi cada vez lamía más cerca de los labios de Deidara, siendo una pequeño tortura para el artista.
Deidara: ¡Ya estoy bien!
Itachi: Aún queda un poco en esta zona.
Itachi cogió con sus manos la cara de Deidara y fue atrayéndola, acercándose él también. Sus labios empezaron a sentir la suavidad y el calor de los otros, envolviéndolos poco a poco a ambos. Itachi puso enfrente de él a Deidara, sentado encima de sus piernas, con sus manos en la cintura y nuca del rubio, lo acercó fugazmente a él, sin separar sus labios. Al acercarlo Itachi quiso probar el interior de la boca de Deidara.
Con su lengua rozó delineando sus labios, para que abriera su boca. Nerviosamente y temblando, Deidara abrió mínimamente su boca, pero solo con eso bastó para que Itachi entrará salvajemente a ella. Itachi movía su lengua con gran destreza, dentro de la boca de Deidara, enredando sus lenguas, saboreándose el uno al otro, la falta de aire llevó a separar a sus labios. Las mejillas de Deidara estaban en sonrojadas, su cuerpo se había excitado con aquel apasionado beso.
Itachi había metido poco a poco y de manera furtiva, su mano debajo de la camiseta de Deidara, con lo que ahora fue fácil quitársela. Deidara debido a la vergüenza esquivaba la mirada del Uchiha. El pelinegro empezó a besar el cuello de Deidara, lamiéndolo de manera sensual, haciendo que aquel pequeño rubio gimiera de placer, bajó de manera lenta hasta sus pezones, repitiendo la misma acción.
Konan bajo para coger un vaso de agua, después de hacerlo oyó desde el pasillo unos gemidos, que provenían del salón, se asomo ligeramente por el marco de la puerta, y al ver lo que pasaba se escondió rápidamente.
Konan: (O///O) "¡¡Itachi y Deidara lo están haciendo en el salón!!"
Subió otra vez a la habitación de manera vertiginosa, y sin hacer ningún ruido.
Pain: (bostezo) ¿Ocurre algo Konan?
Konan: (¬///¬) No es nada, vamos a dormir.
Pain: "Que raro, en fin"
Itachi empezó a notar como de manera inconsciente Deidara movía sexymente sus caderas, pidiendo más. Él tampoco quería estar esperando eternamente, de manera pausada metía su mano en el calzoncillo del rubio, que tan solo al notar el roce gemía con más fuerza. Deidara con sus brazos tenía rodeado el cuello de Itachi, dejándose llevar por aquel dulce placer que le proporcionaban y que había deseado desde hacía mucho tiempo.
Itachi: Te has puesto duro en seguida.
Deidara: ¡Cállate pervertido!
Itachi: No hagas tanto ruido, no podrían descubrir.
Deidara: ¡Es-es tu culpa!
Itachi se quitó la camiseta, mostrando su moldeado y bien formado cuerpo, el pequeño Deidara lo contemplaba con gran admiración y embobamiento. El rubio se excitaba cada vez más sin poder evitarlo, en uno de sus movimientos de caderas notó la erección de Itachi, haciendo que su cara se tiñera de rojo carmín. Se relajo aturdido en el pecho de Itachi, este le acarició la cabeza y le quito la cinta, haciéndolo ver aún más lindo.
Itachi: ¿Qué te pasa Deidara?
Deidara: No puedo soportarlo más, tu cuerpo entero es arte.
Itachi: Entonces me puedo dejar de contener.
Deidara: (-///-) Sí.
Itachi acostaba lentamente a Deidara sobre el sofá, poniéndose encima de él, el rubio también le quitó la coleta, al ver su pelo suelto, acarició el fino azabache. Itachi se dejaba hacer viendo la fascinación del rubio. El pelinegro desnudó completamente a Deidara, admirando su cuerpo.
Deidara: ¡No mires!
El rubio se dio la vuelta, poniéndose boca abajo, algo que, al fin y al cabo no le ayudo mucho. Itachi bajó un poco, besando sus muslos y masajeando aquel redondito trasero. Los gemidos se escapaban poco a poco de su boca, si sus otras bocas pudieran hablar lo acompañarían en aquel son. Itachi mordía y dejaba chupetones en el traserito del rubio, su mano se adentró debajo de su cuerpo, estimulando el miembro de Deidara. De la excitación el rubio tenía los ojos llorosos, los dos no podían aguantar más.
Itachi le dio la vuelta a Deidara, poniéndolo boca arriba y abriendo sus piernas, el pelinegro activo su Sharingan, ya que sabía que esa era una de las cosas que más excitaban al rubio. Deidara acarició su rostro.
Deidara: Estos ojos no son de este mundo.
Aprovechando la fascinación que tenía con sus ojos, lo embistió fuertemente metiéndola, entera de una sola estocada. Antes que un sonoro gemido saliera de la boca del rubio, Itachi tapó su boca con sus labios, acallándola y entreteniéndola, jugando con su lengua, intentando que se olvidara de aquel dolor que sabía que sentía.
Después de un rato consolándole con besos, acariciando su miembro y rozando sus pezones, Deidara comenzó a mover de nuevo las caderas. Eso fue suficiente señal para Itachi, que empezó moverse de forma lenta y rítmica.
Deidara no podía evitar gemir, las embestidas de Itachi eran cada vez más placenteras, su manera de moverse lo hacía llegar hasta el cielo. Con sus piernas rodeaba las escurridas caderas del pelinegro. Sus nombres eran pronunciados por el otro, en el silencio de la oscura noche, mezclándose con sus agitadas respiraciones y sus innumerables gemidos de placer.
Más de la mitad noche llegó, siendo las 4 y media, algo que a ellos se les había hecho en un tiempo muy corto, sus cuerpos cayeron rendidos ante el cansancio de aquellas infinitas olas de placer. Itachi cogió una manta, arropándolos a los dos, para no coger frío.
Deidara se abrazaba al cálido cuerpo de Itachi, siendo rodeado por sus brazos. La noche volvió a ser silenciosa.
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