Capitulo 159 - El reencuentro de los Hyuga.

Karin: Eso de que los dos salgáis con chicos rubios de ojos azules ¿es una preferencia?

Itachi: (serio) Esta totalmente claro, Sasuke me copio.

Sasuke: ¡Seras cabrón! ¡Tu fuiste el que me copio a mi!

Temari: Entonces es por eso que Deidara copio el peinado de Ino.

Deidara: Yo nací antes, así que soy el original.

Las discusiones no paraban y Ryuta quería termina cuanto antes su labor. Para él era demasiado aburrido estar allí quieto sin hacer nada, solo esperar ordenes de su padre hasta que quisieran traer al próximo resucitado.

Taigaken dejó a su hermana pequeña Hana, y a su amigo Tsurik en la orilla del lago. Él salió del agua, secándose con una toalla su tonificado cuerpo, y sus sedosos cabellos negros. Himeko entró a las cristalinas aguas, con Tsuyoshi en su espalda, y Soun que la vigilaba de cerca.

Taigaken: ¿Os ocupáis vosotros de los niños?

Himeko sonreía cálidamente, sabía perfectamente porque su hermano mayor salía del agua y le hacía inmensamente feliz.

Himeko: ¡Claro! One-chan te esta esperando, no la hagas impacientarse.

Taigaken regalo a su pequeña hermana otra sonrisa, sabiendo que ella dentro de su mente se divertía con la situación de verlo otra vez enamorado, justo de la misma persona que le robo el corazón por primera vez. Fue junto con su lindo hermano pequeño Ryu, riéndose un poco al ver su dramática expresión de aburrimiento. Estaba tirado en el césped, con la cabeza apoyada en su mano, mientras miraba con el ceño algo fruncido a la nada. Cuando lo percibió a su lado enseguida cambio su cara a una de radiante de felicidad.

Ryuta: ¿¡Ya le toca a one-chan!?

Taigaken: Si, no quiero hacerla esperar más, o seguro se enojara conmigo.

Ryuta: (X3) "Wiiiiiii".

Ryuta hizo el mismo proceso anterior que cuando trajo a sus tios. Todos volvieron a mirar debido a la intensidad lumínica que emitía el circulo de transportación. De él apareció una figura suspendida en el aire, como si de un ángel se tratase. Taigaken agarró la cintura de Sara, para que esta no cállese a manos de la gravedad y su grácil figura se precipitase en el suelo. Al dispersarse la neblina, de inmediato casi todos reconocieron a aquella niña de largos cabellos marrones claros, y sus ojos blanquecinos como la nieve. Taigaken la abrazaba con sumo cariño, dándole un suave beso en su cabello.

Taigaken: Ve con ellos.

Dijo con simpleza mientras sonreía cálidamente. La separo de sus brazos, guiándola hasta los de sus padres. Tanto Neji como Hinata creían que su increíble vista les estaba fallando esta vez, y que el cruel destino había hecho aparecer al fantasma de su hija. Pero aquello no era un engaño, aquel cuerpo no se traspasaba al igual que el aire, no era transparente cual cristal brillante, era nítido. No les importo nada más, solo alcanzar la viva figura de su hija, que antraño, fría, se perdía entre sus dedos mientras la sangre aun teñía su persona. Hinata agarró la muñeca de su hija, arrastrando su cuerpo hasta el de ella, fundiéndola en un abrazo inseparable, del que jamás la dejaría escapar. Neji abrazo a su hija por la espalda, rodeando a su mayor tesoro y su querida mujer. Las lagrimas salian con desesperación de los ojos perlinos de Hinata.

Hinata: (llorando) Sara, Sara, Sara, mi niña...

Sara: Estoy aquí mama, estoy aquí.

Decía con una voz suave intentando relajar los sollozos de su madre, afirmando ante ella su existencia.

Hinata: (llorando) Quería verte...te llamaba...pero nunca me volviste a contestar...la casa estaba vacía y aunque te llamara, ese mal sueño no terminaba.

Sara sentía en la piel de su cuello como caían suavemente las gotas de su padre.

Neji: No nos vuelvas a dejar Sara... p-por favor..

La voz de su padre se escuchaba tan vulnerable, quebrándose poco a poco, nunca había visto debilidad en él, nunca había percibido que aquel firme y fuerte pilar se derrumbase o temblara como lo estaba haciendo ahora.

Sara: Mi papa, mi mama, estoy aquí, soy real, no me separare de vosotros.

Muchos querían abrazarla, pero sabían que ese momento les pertenecía solo a ellos tres, y por nada debían separarlos, 3 años sin su Sara había sido demasiado para hacer algo tan cruel. Algunas niñas y niños lloraban desconsolados, no fueron a su funeral porque sus padres se los impidieron por ser demasiado pequeños, no se habían despedido de ella y creyeron que no la verían nunca más y que quedaría todo en el recuerdo de sus mentes, como aquella hermana mayor que no se podía remplazar con nada, por muchos años que pasasen.

Mirai corrió hacia el Hokage Naruto y agarró sus ropas, con las manos temblorosas, mirándolo con ojos suplicantes por una respuesta.

Mirai: ¡M-mi padre! ¿¡Puedo ver a mi padre Hokage-sama!?

Naruto se sorprendió, para después mirarla tiernamente, mientras depositaba una dulce caricia en la mejilla de aquella muchacha adulta, que ahora parecía una niña.

Naruto: Todo esta bien Mirai, pronto podrás abrazar por fin a tu padre, él esta deseando verte con todo su corazón.

Mirai se abrazó a Naruto fuertemente, mientras sus ojos sollozaban anhelantes por ver a su padre.

Mirai: Gracias....gra-gracias...gracias....

Naruto: "Ryuta, trae a Asuma-sensei por favor, su hija quiere verlo"

Ryuta: "Sí papi".

Naruto: Mirai, ve con mi hijo Ryuta, él traerá a tu padre.

Ryuta le tendió la mano a Mirai, quien la agarró sin dudarlo, el pequeño dragón sonrió angelicalmente.

Ryuta: Lo traeremos juntos ¿ne?

Mirai: ¡Sí!

Shikamaru rozo con su mano el hombro de Naruto, el rubio volteó a mirarlo, observando que junto a él estaba el equipo 10 al completo y Kurenai-sensei.


Holaaaa quería deciros que a partir de ahora todos los que me leeís sois gatitos, xk? xk los gatitos dominaran el mundo y todos los aman.

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