Capitulo 153 - El apetitoso pecado.

  

Aquellos dos cuerpos no podían evitar la dulce sensación de sucumbir al placer. Sus corazones latían con un son acelerado, provocando que su sangre ardiera. Sus cuerpos se enlazaban por las manos del otro. Mientras, la cascada al caer, ensordecía sus voces gemidoras, con la estruendosa melodía de todas las gotas chocar contra el lago.

Ante las peligrosas rogatorias de Ryuta por más placer, el lobo sentía la contradicción de su cuerpo, que quería morder aquella tierna y suave piel, clavando sus dientes para marcarlo como su propiedad, producir que sus grandes ojos negros llorasen y su voz se quedase ronca, al sentir sus embestidas en su interior, dándole una y otra vez a aquel delicioso culito; y luego estaba la voz sensata en su mente, a quien tediosamente hacia caso la mayoría de las veces, que le decía que no era el momento adecuado, la fiesta de cumpleaños del súper poderoso y temible padre de su novio, ni el lugar, detrás de una cascada al lado de mis padres, con todos sus y mis amigos, que debía aliviar a su zorrito y no aprovecharse de su estado.

Inutai: "Por lo menos disfrutare un poco de lo dócil que estas hoy".

Inutai se quitó la camiseta, que por el agua ya la tenía demasiado pegada al cuerpo y se le hacía molesta. Ryuta se quedo quieto mirando fijamente, embobado con aquella sensual vista.

Inutai: ¿Porqué me observas con tanto detenimiento?

Le dijo mientras lo cogía de la barbilla, obligándole a verle a los ojos. Unos ojos azules que le penetraban dentro del alma y no le dejaban escapar ni la más mínima milésima de segundo.

Ryuta: Yo...

Inutai: Es hora de tomar un pequeño aperitivo.

Ryuta: ¿?

Inutai: Agarra tus piernas a mi cintura. "Si no puede que te ahogues".

El zorrito obedeció sin entender el sentido de las frases que decía Inutai. El lobo con una mano sujetó su espalda y con la otra agarró su rojiza melena, tirando de ella hacia atrás, procurando no causarle daño. Sus labios empezaron a rozar la sedosa piel entre aquellas dos pequeñas colinas, casi llanas. A su hocico llegaba un relajante aroma que caracterizaba a Ryu, y que a la vez lo volvía loco, el olor de la arboleda y de los frutos del bosque. Inutai delineaba con su lengua los rosados pezones, color durazno, del zorrito, probándolos por primera vez como un dulce manjar, succionaba fuertemente, intentando robarles su sabor, mordiéndolos, catándolos de todas las formas posibles habidas y por haber.

Ryuta: ¡Kyaaa...! ¿¡Qué haces inu!? Mmm...

Inutai: Solo relájate Ryu, haré que te sientas muy bien. "Te devorare todo lo que pueda".

En un ágil movimiento el lobo giro el reducido cuerpo de Ryu, dejando que la espalda de él se apoyara en su amplio pecho. Su delicioso cuello se hallaba tan cerca de sus caninos, y aun así no podía marcarlo como de su propiedad, debido a que solo llevaba aquel bañador rojo, y se darían cuenta enseguida, no quería que la ira de los Uchihas cayese sobre su pellejo.

Ryuta notaba la agitada respiración de Inutai en el sentido más sensible que poseía, sus oídos. No sabía como reaccionar, aquel cálido aliento lo ponía nervioso y su instinto animal le decía que aquella situación era un tanto peligrosa, pero que merecía la pena comprobar hasta que grado lo era. 



Se que es corto, pero no quería haceros esperar demasiado, ademas que es dificil hacer los capítulos tan apetitosos y no quiero decepcionarlos, x lo que me intento esmerar mucho.  

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