Capítulo 7
Una suave brisa alborotó el pelaje de Zarpa de Fuego.
Los árboles cubiertos de nieve, se mecían por el viento.
Estrella Moteada avanzaba tranquilamente al lado de él. El suave pelaje de la líder, rozaba el suyo provocandole un escalofrío por lo frío que estaba.
La profecía de los cuatro seguía rondando por su cabeza. No sabía a qué se refería todo aquello, pero sabía que estaba involucrado.
Mientras tanto su amiga, Zarpa Enlodada, no lo estaba pasando tan bien. Sus padres le hacían más caso a Zarpa de Nieve, lo cual provocaba que estos ignorasen por completo a la pobre aprendiza marrón. Ésta se había vuelto un poco callada y fría, había cambiado mucho desde su nombramiento, y la entendía. Incluso ella solía ignorar a sus padres constantemente, y el único que consideraba su familia era su hermano Soleado.
Oreja Parda había intentado hacer todo lo posible por salvar la vista del joven rojizo, sin embargo había fallado. El aprendiz había quedado ciego…
Con la única esperanza de Zarpa Enlodada, el joven aún seguía luchando por intentar superar lo que era ahora.
No podría ser guerrero, ni mucho menos algo útil en el Clan. Aunque con dos días que habían pasado desde su accidente, el aprendiz solía jugar con Pequeño Trigueño y Pequeña Albina, los cuales se divertían mucho con éste.
Había visto el cariño que Zarpa Enlodada le tenía a Soleado. Todas las mañanas lo visitaba, trayendo consigo la mejor captura del montón, incluso solía contarle cosas.
Él también lo visitaba, le gustaba ver a Soleado, y quería sumar su granito de arena que Viento Volador, Vuelo Raudo, Zarpa Enlodada, Oreja Parda y Zarpa Tormenta habían formado para hacer que el joven siguiese luchando, y viendo algo por lo que vivir.
Le gustaba la idea de que algún día tal vez él pudiese ayudar a Soleado a recuperar la vista, sin embargo sabía que eso no pasaría.
Zarpa Enlodada solía decir cuando estaban solos "De qué me sirve ser elegida si no puedo ayudar a otros"
Él la entendía a la perfección, de hecho seguía buscando la manera de saber más acerca de la profecía.
Con el tiempo había descubierto un poco de sus habilidades. Cosas que parecían sorprendentes y que seguramente ningún gato poseía.
Podía ver las debilidades de otros gatos; pensamientos que hacían un martirio en la vida de éstos.
Zarpa Enlodada también había descubierto cierto tipo de poderes. Ella podía colarse en los sueños de otros, aunque todo tenía limitaciones. Solamente podía si conocía bien al gato y éste le tenía confianza.
– Parece que el río está creciendo demasiado –. La preocupada voz de Estrella Moteada lo sacó de sus pensamientos. Ni siquiera se había dado cuenta de que habían llegado al límite del Clan del Río.
Observó el río. Estrella Moteada tenía razón, estaba demasiado grande y crecido, y no se había dado cuenta de que las rocas donde solía haber marcas y símbolos de sus antepasados habían desaparecido.
– El deshielo aún no ha llegado, y aún así el río está demasiado crecido, esto no es normal –. Volvió a decir Estrella Moteada.
Él asintió preocupado. – ¿Qué probabilidades hay de que el río inunde el bosque? –.
– Muchas. De hecho haces muchas pero muchas estaciones, el río de la montaña se desbordó juntándose con los demás ríos. Muchos gatos murieron ahogados, y los cuatro campamentos y territorios quedaron destruidos –. Le respondió preocupada.
– ¿Por qué crece el río? –. Volvió a preguntar.
– Normalmente es por el deshielo, aunque ni siquiera estamos a la mitad de la estación como para que se empiece a derretir. El río que está en las montañas suele ser una concentración de animales que van a beber agua de ahí –. Murmuró.
– ¿Qué tipo de animales? –. Ronroneó con curiosidad.
– Zorros, Lobos, Liebres, enormes Alces… –. Maulló la líder.
– ¡Wow! No conozco algunos de esos animales… –. Dijo dubitativo.
Estrella Moteada le pasó la cola por el costado. – Sigamos, tienes mucho que aprender –.
Él asintió y salió disparado adelantando a Estrella Moteada.
Llegaron al centro de un pequeño claro cubierto de nieve, con algunas matas de hojas, de las cuales sobresalían bayas.
– Hoy te mostraré técnicas de combate –. Maulló con firmeza Estrella Moteada.
Él asintió con entusiasmo, siempre había soñado con poder entrenar técnicas en el combate.
– Observa –. Maulló la líder.
Ésta se puso en posición de ataque.
– Este es el ataque frontal. Lleva tu pata delantera hacia abajo con fuerza sobre la cabeza de tu oponente –. Le dijo la gata lanzando rápidos movimientos al aire.
Zarpa de Fuego asintió. Poniéndose e intentando imitar lo más parecido a sus movimientos, saltó veloz imaginándose a su enemigo luchando contra él. Azotó su zarpa delantera con fuerza sobre la cabeza imaginaria de su enemigo.
– ¿Así? –. Preguntó él.
– Perfecto, lo has hecho muy bien incluso para tu primera vez –. Ronroneó Estrella Moteada. – Esta técnica te servirá para descontrolar a tu enemigo. Probaremos más técnicas que te fortalecerán.
La emoción estalló en Zarpa de Fuego. Se sentía deseoso de aprender más y más.
– Este movimiento se llama Salto y Agarre. Es muy funcional para gatos pequeños o aprendices que se enfrentan a oponentes más grandes –. Explicó la líder.
– ¿Crees que con esta pueda derrotar al líder del Clan Oscuro? –. Maulló emocionado.
La líder hizo una pequeña mueca. – Tal vez no, pero al menos te servirá para conocer y poder defenderte por tu propia cuenta –. La líder sacudió la cola determinada.
– ¡Si! –. Ronroneó.
– Salta sobre la espalda del tu oponente y agárralo con las garras desenvainadas. Ahora que estás fuera del alcance de las garras del oponente, puedes dejarle uno que otro zarpazo. Sin embargo ten cuidado, ya que intentarán librarse de ti, aplastandote –. Dijo la líder. – Prueba intentar conmigo –. Lo retó ésta.
– ¡Vale! –. Dijo decidido.
Tomando una bocanada de aire fresco para relajarse, observó determinado a su oponente. La líder era esbelta, pero eso la hacia aún más veloz y dinámica, lo cual la convertía en una poderosa guerrera diestra en combate.
Sin más saltó velozmente en dirección a la líder. La sensación de adrenalina se le hizo gustosa al sentir la energía.
Se aferró esquivando a Estrella Moteada y derrapando para girar sobre si mismo e intentar aferrarse a su lomo.
Aprovechando que la líder había quedado de espaldas a él, saltó sobre su lomo aferrándose con todas sus fuerzas pero asegurandose de que sus garras no la lastimaran.
Haciendo acopio de todas sus fuerzas, se encaramó como una ardilla a un árbol. Sin embargo no recordó la última advertencia de su mentora "Intentarán librarse de ti, aplastandote" Se dió cuenta demasiado tarde, la líder cayó sin aplastarlo.
Solto un jadeo respirando entrecortadamente para recuperar el oxígeno.
– ¿Pensaste que te iba a aplastar? –. Preguntó su mentora risueña.
– Si –. El asintió aún nervioso.
– Por eso debes de tener sumo cuidado, cada técnica conlleva a una consecuencia. Imagínate si hubiese sido un combate real, hubieses sido aplastado con toda la fuerza de un guerrero, al menos te hubiese asfixiado –. Maulló Estrella Moteada.
– ¿Seguiremos entrenando? –. Murmuró Zarpa de Fuego.
La líder sacudió la cabeza con asentimiento. – Aún falta mucho por aprender, cada técnica es útil y puede salvarte la vida, y aún más si la batalla se acerca… –. Dijo lo último preocupada.
– ¿Por qué dices que se acerca una batalla? –. Le dijo dubitativo.
– No sabemos que trama exactamente el Clan Oscuro, ni tampoco como será esta estación. Sin eso estamos desprotegidos –. Maulló ésta con decepción.
– Pudimos combatir al Clan del Río, ¿no? ¿Por qué no podríamos con el Clan Oscuro? –. Preguntó confundido.
– Porque el Clan Oscuro nos supera en número, además… tienen técnicas que nadie conoce exactamente. Estrategias bien planeadas y habilidades sorprendentes… –. Respondió Estrella Moteada a su confusa pregunta.
Zarpa de Fuego comprendió todo. No solamente era un atroz enemigo, también era por lo visto un guerrero diestro en combate y en estrategias.
– Y… ¿Cómo es Acecho de Ratón? –. Murmuró. – Creo que sería bueno saberlo, por si algún día pasa algo…
Su mentora ladeó la cabeza un poco nerviosa. – Él… tiene una particularidad… –. Fue lo único que dijo.
Aquella respuesta ni siquiera le había respondido la mitad de las dudas, cómo iba a saber quién era y con quién tendría que combatir si nada más le decían que poseía una "particularidad"
Sacudió la cabeza un poco molesto, no era justo que aquél gato les causase tanto miedo e incomodidad. No lo conocía, y no sabía cómo era, tampoco podía decir si era imponente o no, lo poco que sabía era que era un guerrero demasiado joven, buscaba venganza, y sería un gran problema para el Clan del Trueno.
Deseaba con todas las fuerzas del mundo conocer a su enemigo, le provocaba una curiosidad que no era normal. Algo le decía que tal vez lo había visto ya, pero que de alguna forma no lo recordaba.
Apretó las garras contra el suelo nevado. Se sentía impotente al pensar en que tal vez él era uno de los elegidos y no podía hacer nada por su Clan.
Cada uno de los elegidos, o supuestamente, no estaban del todo seguros de si lo eran. Tenían diversos problemas día con día, o al menos la única que no tenía preocupaciones era Zarpa de Nieve.
Zarpa Tormenta tenía que lidiar constantemente con las labores de sanar a sus compañeros. Su mentora, Oreja Parda se estaba volviendo vieja y le costaba realizar algunas tareas, así que eso ajetreaba demasiado a su hermana.
Mientras tanto Zarpa Enlodada soportaba los desprecios de sus padres, la envidia de su hermana, y constantemente su falta de reconocimiento en el Clan del Trueno.
No reparó en que Estrella Moteada miraba hacia al cielo con preocupación. Su mirada azul delataba la preocupación que fluía de su mente.
No sabía porque, pero sabía que algo malo estaba a punto de pasar…
Continuará…
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