Capítulo 24

Se había quedado atónita por la batalla como para moverse siquiera.
Acecho de Ratón era un guerrero del cual había que tenerle cuidado.
Tener la capacidad de luchar contra dos gatos a la vez era algo sorprendente, pero sus movimientos coordinados y perfectos dejaban en claro que era diestro en combate. Además sus técnicas de lucha eran únicas y jamás las había visto, era obvio que había empleado movimientos secretos del Clan Oscuro que ni siquiera el Bosque Oscuro conocía o sabía ejecutar.
Ya no estaba segura de si podía confiar en aquel gato tanto como confiaba antes en él.
Se imaginó al pobre de Viento Volador siendo atacado repentinamente por el cruel líder, y a éste despedazando su pecho como si intentara sacarle el corazón.
Toda la imagen de sangre hizo que se le revolviera el estómago y le dieran ganas de vomitar. Tuvo que taparse la boca para no revolver el estómago.

Acecho de Ratón se había quedado sentado en el claro, tenía los ojos cerrados como si estuviera meditando.

- ¿Vas a salir o piensas quedarte toda la noche ahí? -. Le dijo aún con los ojos cerrados.

Ella salió con torpeza del arbusto.
- ¿Cómo sabías que estaba ahí?.

- Lo sabía desde que llegaste, tu aroma me lo dijo -. Ronroneó abriendo los ojos y mirándola fijamente.

- ¿Mi aroma? -. Dijo confundida.

- Si... es particularmente distinto al de otras hembras -. Dijo tranquilo.

Aquello provocó que se le erizara el pelaje. Siempre le habían dicho que sus ojos eran diferentes a los de otros, que su actitud era muy particular, pero no que su aroma era diferente.
Aunque si sabía que guerreros y guerreras tenían aromas distintos, los que servían para reconocer en combate y en las patrullas.

- Supongo que tal vez sea porque soy del Clan del Trueno -. Maulló ella.

- Tal vez... -. Acecho de Ratón se incorporó y se dió la vuelta de nuevo a su territorio.

Ella se apresuró a seguirlo. Una brisa cálida la recibió al traspasar la frontera. Sabía que provenía de las tierras de exilio. Un lugar cercano donde hacia un calor sofocante incluso durante las noches.
La vegetación nevada se acumulaba haciendo agradable el territorio. Un pequeño riachuelo se abrió paso entre dos rocas medianas.
La luz de la luna apenas despejada se reflejaba haciendo cristalina el agua. Era tan hermoso...

Advirtió que estaban siguiendo el riachuelo, este se internaba por una senda de maleza clara y cálida.
Muchas luciérnagas revoloteaban a su paso. Iluminando el camino como pequeños fragmentos amarillos.
El riachuelo desembocó en un lago claro que centelleaba agua azul cristalina.
El aroma a vegetación y nieve se le coló por la nariz agradablemente.

Acecho de Ratón se metió al agua sumergiendose hasta que desapareció por completo.
Ella no sabía que hacer ahora, así que se sentó a esperar hasta que el guerrero volviera a salir y le diera órdenes.
Pasó un rato que se le antojaron lunas, incluso estuvo tentada a ver si estaba bien, pero se contuvo.
Al cabo emergió con el agua chorreandole de la cabeza.
Se veía gracioso todo mojado, pero ahora su pelaje volvía a relucir blanco, sin ningún rastro de sangre.
Este salió del lago y se sacudió de forma elegante salpicando gotitas.
Al cabo su pelaje se secó de una manera sorprendentemente rápida.

- No sabía que ibas a hacer eso -. Murmuró risueña.

- ¿Acaso pensabas que me gustaba tener sangre en el pelo? -. Le respondió relajado.

- Bueno... como parecías disfrutarla... -. Ronroneó.

- Tal vez me gusta el sabor, pero también me gusta estar presentable -. Maulló mientras acomodaba su pelaje.

- Pensé que te iban a matar... y tenía miedo -. Confesó. Aunque la verdad es que no tenía miedo por sus propios compañeros sino por Acecho de Ratón, y ni siquiera sabía el por qué si no lo conocía tan bien.

- ¿Matarme? ¡Ja! Quisieran -. Ronroneó risueño. - ¿Y por qué tenías miedo? -. Su mirada se volvió curiosa.

- No sé... es que igual si te hubiera pasado algo... sé que te acabo de conocer, pero hay algo que me hace creer que me entiendes mejor que otros... -. Murmuró.

El líder le pasó la zarpa por la cabeza con un repentino afecto.
- Parece que ambos opinamos lo mismo.

Ella sonrió.
Pero de repente los recuerdos de Viento Volador la azotaron provocando que se apartara repentinamente hostil.

- ¡¿Por qué rompiste el trato que hicimos?! -. Le espetó agresiva.

- Disculpame, pero claramente se vió quien empezó la batalla -. Le replicó Acecho de Ratón.

- No me refería a esa batalla -. Gruñó.
- ¡Asesinaste a Viento Volador!.

- ¿Viento Volador? Creo que me resulta familiar... ¡Ah! Era un guerrero del Clan del Trueno, ¿no? -. Dijo.

- ¡No vengas a decir que no lo hiciste! -. Le bufó. - ¡Tú lo asesinaste!.

- ¿De dónde sacas que yo lo hice? -. Le replicó desafiante.

- ¡Porque había pelaje marrón en sus garras! -. Gruñó con ira.

- ¡Ja! ¿Acaso tienes problemas de la vista? ¡Mi pelaje es BLANCO! -. Le bufó erizando el pelo del cuello.

- ¿Y? Pudiste haber mandado a otro de tus guerreros, apuesto mil patrullas a que en el Clan Oscuro hay muchos guerreros con el pelaje marrón -. Soltó iracunda.

- ¡¿Cómo te atreves a decirme eso?! -. Le dijo furibundo.

- Solamente digo la verdad. Además fue encontrado muerto en la frontera entre el Clan del Trueno y el Clan de la Sombra, por no mencionar que fue justamente cuando hicimos el trato -. Bufó con rabia.

- ¡¿Entonces de dónde sacas que yo lo hice?!, la frontera con el Clan de la Sombra queda muy lejos de la del Clan Oscuro, además estuve aquí, ¡contigo! -. El guerrero parecía estar a punto de estallar de rabia.

- Como ya dije pudiste haberle ordenado eso a tus guerreros, que ellos hicieran el trabajo sucio mientras tú me distraías por acá para que no sospechara nada -. Lo acusó enérgicamente.

Acecho de Ratón tenía el pelaje crispado de furia. Sus ojos se habían comenzado a volver rojizos de una forma un poco diabólica. Sin embargo no se inmutó.
Al final éste tomó una bocanada de aire cerrando los ojos y dejó que el pelaje se le alisara por completo. Al volver a abrirlos el destello rojizo se había difuminado volviendo a recuperar su tono amarillo.

- Dame tres buenas razones para acusarme -. Le dijo.

Ella se puso a pensar un poco.
- Bueno, la primera es que el único que asesina eres tú, además que casualidad que tu principal venganza es con el Clan del Trueno y mágicamente un guerrero de ese Clan aparece muerto. La segunda es que fue poco después de que hiciste el trato conmigo. Y la tercera es que... bueno, tal vez no haya tercera, pero los hechos hablan -. Finalizó.

Acecho de Ratón le sostuvo la mirada dubitativo.
- ¿Acaso había algún rastro del Clan Oscuro ahí?.

- No... más bien era un olor algo extraño... creo que me recordaba al aroma del Bosque Oscuro -. Murmuró pensativa.

- Tal vez eso lo explica... -. Murmuró el líder.

- Espera... ¡¿El Bosque Oscuro te puede matar cuando estás despierto?! -. Aulló horrorizada y a la vez incrédula.

- Si... pero no suelen hacerlo muy a menudo. La última vez que asesinaron a alguien fue hace muchas lunas. Yo era aprendiz -. Dijo en recuerdos.

- ¿A quién asesinaron? -. Preguntó curiosa.

- Al hermano de tu padre -. Le respondió.

- ¿Enserio? -. Exclamó sorprendida.
- ¿Y por qué lo hicieron? -. Preguntó.

- Yo qué sé, a veces los guerreros del Bosque Oscuro hacen cosas sin sentido -. Murmuró.

Ella soltó un largo suspiro.
- ¿Crees que ellos hayan asesinado a Viento Volador?.

- Dices que había pelaje marrón, ¿no? Y bueno... Paso de Alce es gris... y Reflejo Solar es rojizo... y ellos dos fueron los únicos que asesinaron a ese guerrero. Además el único con pelaje marrón ahí es Enebro -. Dijo pensativo.

- ¿Enebro? -. Murmuró dudosa.

- Tal vez, aunque él no se dedica a combatir... solamente entrena, pero que yo sepa nunca ha usado las garras para asesinar -. Acecho de Ratón parecía algo inseguro con su respuesta, como si ya no creyese en sus propias palabras.

Ella sentía que debía de ver a los guerreros y preguntarles por qué lo habían hecho, pero estaba demasiado alborotada como para centrar sus pensamientos.
Sin decir nada más estaba a punto de salir disparada, disponiéndose a dormir en el campamento para ver si podría ir al Bosque Oscuro. Pero Acecho de Ratón la frenó pisándole la cola.

- ¿A dónde crees que vas? -. Le dijo seriamente.

Ella soltó un gruñido de protesta.
- Déjame de pisar la cola -. Le espetó.
- Y voy a ver si aún puedo dormir para poder encontrarme con el Bosque Oscuro.

- Para nada, no pienso perder una noche de entrenamiento. Además no arreglarás nada de todos modos, mejor deja que yo hable con Paso de Alce, y haré que te convoquen también en un sueño para que puedas saber qué pasó -. Ronroneó firme.

Zarpa Enlodada suspiró y al cabo asintió, después de todo tenía razón, no arreglaría nada, y sería mejor que un guerrero mucho más cercano a Paso de Alce se lo preguntara.
- Está bien... ¡Pero ya suéltame!

El guerrero le soltó la cola y ella estuvo a punto de caer.

Se giró y se sentó esperando órdenes del líder.

– ¿Sabes movimientos del Bosque Oscuro? –. Acecho de Ratón le dijo en tono pensativo.

– Solamente los básicos. Luminosa dijo que si sabía esos sabría cualquier cosa –. Ronroneó orgullosa.

– Sí, hablé con ella, y me dijo que eras buena aprendiendo –. Le dijo con un brillo en su mirada.

– Sí, supongo que lo soy. Creo que el simple hecho de imaginar la cara de mi hermana cuando entreno me da la fuerza suficiente para partir un tronco a la mitad –. Maulló risueña.

– Mientras más me cuentas más empiezo a creer que nos parecemos –. Dijo Acecho de Ratón con una sonrisa.

Ella asintió risueña.
– ¿Tienes familia? –. Le preguntó ella repentinamente. Aún tenía curiosidad de ver si Vuelo Raudo decía la verdad con respecto a que Acecho de Ratón era su hermano.

El líder se quedó algo estupefacto como si la pregunta lo hubiera pillado por sorpresa.
– Se puede decir que no… –. Le respondió en un tono que no supo descifrar.

– Pero debes de tener padres –. Señaló curiosa.

– Sí… tuve alguna vez. Destello Soleado y Salpicadura Dorada. Ellos eran mis padres –. Suspiró con pesadez.

– ¿Y qué les pasó? –. Volvió a preguntar con curiosidad.

– ¿No conoces mi historia? –. Le preguntó éste incrédulo.

– No, los Clanes jamás le cuentan nada a los más jóvenes… es más, ni siquiera sabría cómo eres si no te hubiera conocido en el Bosque Oscuro. Zarpa de Fuego no te vió completamente cuando casi se mata por subir una rama quebradiza –. No pudo evitar reírse de lo último al recordarlo.

– ¿Zarpa de Fuego? Ah, así que ese es el hijo del lugarteniente del Clan del Trueno, ¿no? –. Murmuró Acecho de Ratón con tono sorpresivo.

– Sip, y a parte es mi mejor amigo –. Ronroneó ella.

– Pues debo de decir que estoy impresionado, parece que no heredó el estúpido carácter de su padre –. Dijo secamente.

– ¡Hey! No hables así de Tormenta de Fuego –. Le espetó.

– Tal vez lo defiendes porque no lo conoces, créeme que me odia más que cualquier cosa, y yo igual a él –. Gruñó.

– Tal vez no he convivido tanto con él… pero eso no es mi culpa, es culpa de sus obligaciones, sino hubiera sido por el Bosque Oscuro me hubiera quedado sin entrenamiento –. Dijo lo último con un suspiro.

– Espera, ¡¿Tormenta de Fuego era tu mentor?! –. Acecho de Ratón la miró incrédulo.

– Sí… pero dejó de entrenarme desde hace lunas… –. Dijo molesta.

– Al menos te libraste de él, créeme, no te iba a enseñar mucho, es el peor –. Masculló el guerrero con el ceño fruncido.

– Supongo… pero nos desviamos del tema –. Señaló. – Me estabas contando tu historia.

– Yo no te la estaba contando –. Replicó éste. – Ya llegará el momento en el que estarás lista para escucharla.

Ella quiso protestar, pues tenía curiosidad, pero sabía que no lograría mover de su desición a Acecho de Ratón.

– ¿Y tienes hermanos? –. Preguntó con muchísima curiosidad.

– Ya no… mi hermano murió hace mucho tiempo… –. Dijo éste con amargura.

– ¡Entonces Vuelo Raudo me estaba mintiendo! –. Dijo sus pensamientos en voz alta y al instante se calló.

– ¿Qué dijiste? –. Acecho de Ratón la miró con un brillo de repentino interés.

No sabía si decirle la verdad, si Vuelo Raudo era el verdadero hermano de Acecho de Ratón, pero éste lo negaba… entonces estaba más que claro que no se llevaban bien.
Tenía que conseguir más información, y tal vez podría ayudarlos…

Continuará…






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