Capítulo 55
Con el pasar de los días, Terry y su equipo llevó a cabo la búsqueda mientras realizaban sus actividades diarias para no llamar la atención de nadie.
-Vamos, Dan -dijo Ur -. Tom tiene una abertura evidente en el lado derecho. Tom, no te distraigas.
No había pasado mucho tiempo desde que Ur se reunió por primera vez con sus dos hermanos para conocerlos. Al principio todo era incómodo y extraño, pero luego se relajaron cuando Tom tomó la iniciativa en la conversación.
Los hermanos Yanik comenzaron a pasar tiempo juntos para seguir conociéndose. Los gemelos iniciaron un entrenamiento de combate bajo la tutela de Ur, quien no demostró de ninguna forma el estar buscando a algún sospechoso.
-Vamos chicos, apenas vamos a la mitad.
-¿Qué clase de entrenamiento es este? -preguntó Dan, completamente agotado al igual que su hermano.
-Creo que llevamos dos horas sin parar.
-Están perdiendo la costumbre. Dejaron de entrenar como corresponde.
-Podrías darnos algo de crédito por salir vivos de aquí y regresar -reclamó Dam.
-Esa es una victoria. Pero nunca se está a salvo.
Tom notó una pequeña expresión de Ur, justo antes de que Dan lo tirara al suelo de un golpe.
-Mierda, perdón hermano -Dan estiró su mano para ayudarlo.
-Te distrajiste -comentó Ur -. De haber estado en algo real estarías muerto.
-Sí... que bueno que no lo era -dijo sin dejar de mirarlo -¿Estás bien? Pareces preocupado.
-No es nada. Solo pensaba en algo.
Y lo hacía, pensaba en la persona que fue capaz de traicionar a una ciudad entera sin ser visto. Pensaba en el paradero más probable. Pensaba en que no podía estar en Eruka porque sería muy arriesgado, no podía estar en Salamina porque entonces no le sería de mucha utilidad al Lord. Los más probable era que estuviera en Riverton y que aparentara ser un civil más que decidió quedarse atrás.
Al menos tenía la tranquilidad de que sus hermanos estaban a salvo. Al menos era de lo que quería convencerse.
-Bueno, supongo que ya es todo por hoy. Nos vemos ma...
-Dijiste que irías en la tarde -Interrumpió Dan -. Es importante que vayas. Ya sabes, por lo de Darius y yo...
-Estaré ahí. No te preocupes -Dan se sonrojó y Ur se acercó para apoyar ambas manos en sus hombros y mirarlo a los ojos -. No te avergüences de amar a alguien, Dan. Tener a alguien especial en tu vida es lo más maravilloso que alguien pueda tener. Y si es correspondido, es igual que si tuvieras un tesoro.
-Entiendo -las palabras de su hermano mayor lo hicieron sonrojarse aun más.
-Ahora vayan a descansar. Nos vemos en la tarde.
-Nos vemos -dijeron los gemelos.
Al quedar a solar, Ur deshizo su sonrisa por completo. Aquellas palabras estaban dirigidas a una única persona. A la mujer de la cual se había enamorado infinitamente y con la cual se había casado.
-No importa cuánto me lleve llegar hasta ustedes. Volveremos a estar juntos -dijo observando el anillo que llevaba oculto en su ropa.
***
En el interior de la casa, mientras todos estaban fuera buscando una pista, Fura permanecía sentado junto a Luard y Sasha, que no dejaban de hacer preguntas sobre la milicia y el entrenamiento general.
-Ya les dije que no van a entrenar aquí.
-Fura, ya no tengo 8 años, y Sasha ya no es una bebé. Sabemos lo que hacemos.
-Bien, y ¿qué es lo que saben hacer estonces?
-Queremos hablarlo con Lady Katica para que nos deje ser de utilidad en la ciudad -respondió Sasha con voz suave.
-¿Y eso sería...?
-Podríamos ayudar a encontrar al traidor -respondió Luard -, recabar información, vigilar a alguien en particular...
-O atrapar a esa persona sin alarmar a nadie -finalizó Sasha.
-Claro que no van a hacer eso.
-Diez años, hermano -dijo Luard, enseñando el número con sus dedos -. Diez malditos años en los que he tenido que tomar decisiones sin tu aprobación por creer que estabas muerto.
-¿Por qué escogieron este camino? Habían mejores opciones.
-¿Esperabas que creciera siendo un mocoso inútil? ¿Un campesino tal vez?
-¿Crees que escogí esta vida? Ustedes podían escoger. Si hubiera tenido la oportunidad de elegir, hubiera elegido vivir fuera de toda esta mierda. Preferiría mil veces estar tranquilo en una casa, sentado junto a la chimenea leyendo un libro, con un maldito perro durmiendo a mi lado.
-Bueno, si bien teníamos opción, tenía que ser inteligente. Y Rick...
-¿Rick? ¿El Lord de Riverton?
-El ofreció entrenarme y yo acepté. Tenía que ser más fuerte. Quería serlo para igualar a mi hermano que creía muerto y para proteger a Sasha -Fura la miró.
-¿Tú porqué...?
-Los demás niños me molestaban mucho -respondió levantando sus hombros -. Quería que dejaran de hacerlo. Además, era más divertido estar ahí.
-Sabemos lo que hacemos, Fura.
-Pues aquí no harán una mierda -dijo con voz autoritaria -. Estamos en una situación peligrosa y no me arriesgaré a perderlos otra vez.
-Pues, no creo que estés en posición de prohibir nada. Prácticamente podría patearte el trasero en este momento.
-Mocoso irrespetuoso -le lanzó lo primero que vio al alcance de su mano. Una cuchara -¡Mierda!
-Eres un idiota.
-Ya verás la paliza que te daré cuando esté mejor -dijo apretando los dientes del dolor.
-Pues, si sigues haciendo cosas como estas, no creo que sea pronto -dijo en tono burlón.
-No me tientes mocoso.
-Es lindo poder estar juntos otra vez -comentó Sasha con una suave sonrisa, haciendo que ambos dejaran de discutir.
Fura también sonrió.
-Sí, es grato volver a tenerlos conmigo.
Luard se levantó y colocó su capa sobre sus hombros, llamando la atención de Fura.
-¿A dónde crees que vas?
-Voy a dar una vuelta. Volveré en un rato.
-Voy contigo -Sasha se levantó y colocó su capa.
-¡Vuelvan aquí ahora mismo! ¡Luard! ¡Sasha! -la puerta se cerró -. Espero que no se metan en problemas.
***
Afuera, Terry caminaba aparentando normalidad frente a los demás. La sola idea de que hubiera un traidor entre los habitantes era suficiente como para ponerlo en alerta y desconfiar de todo el mundo.
-¿Por dónde empezar...? -preguntó Alec -. Este lugar no es exactamente pequeño y tenemos casi la mitad de la población.
-Dudo mucho que sea un civil común y corriente. El traidor debe de estar dentro de la milicia. Y hasta donde tengo entendido, todos los soldados nos siguieron.
-Dirás, la siguieron a ella.
-Exacto.
-Supongo que deberíamos descartarnos a nosotros, Tom y Dan, ¿no?
-Supongo -se detuvo -. ¿Puedo preguntar algo? -Alec lo miró algo confundido -. ¿Por qué no dijiste nada sobre los soldados muertos? ¿Por qué nadie más dijo nada?
-Nos estaban atacando, Terry.
-Nos hubieramos dado cuenta antes de que algo andaba mal.
-Cometí un grave error, Terry. No puedes culparme por...
-¿Estar asustado?
-Todos creímos que íbamos a morir, Terry.
-Lo sé.
Fue lo único que respondió antes de seguir caminando.
-¿Vas a desconfiar de mí ahora?
-Claro que no. Te conozco bastante bien como para saber que no eres un traidor.
Aquello era completamente cierto. Habían sido amigos por tanto tiempo, que le era imposible el que Alec o cualquiera de sus amigo hiciera tal cosa en ese momento.
¿Qué ganarían con ello?
Por otro lado, la respuesta de Terry no fue suficiente para Alec. Era bien sabido que Terry era el amo de las mentiras.
¿Qué posibilidad había de que realmente dudara de él?
Si Terry se convencía de ello, era muy probable de que todos comenzaran a desconfiar y de que eventualmente lo culparan.
La semilla de la desconfianza ya estaba sembrada en su mente. Solo era cuestión de tiempo para que comenzara a germinar.
***
Por su parte, Katica y Tom disfrutaban de la creciente tranquilidad en Eruka. La nieve cubriendo todas las superficies posibles de blanco, hacían de la ciudad un lugar simplemente hermoso. Como si la acumulación de cada copo de hielo cubriera el rastro de todas las tragedias ocurridas.
No era la primera vez que nevaba, pero por alguna razón, así se sentía aquel día.
Katica respiró profundamente el aire frío que hacía que sus mejillas y la punta de su nariz se enrojecieran. Sentir la frescura en sus pulmones le generaba alivio.
-A papá le gustaba esta época. Decía que lo llenaba de paz ver todo cubierto de nieve, limpia y blanca. Creo que, ahora lo entiendo mejor.
Recordó su infancia cuando jugaba con sus padres, lanzándose bolas de nieve sin dejar de reír.
Todos eran felices en ese momento.
-Suéltame -aquella voz llegó a oídos de Katica y Tom.
-Llevo días tratando de hablar contigo, pero siempre estabas en la cruz roja -la voz de Rick.
Katica los vio en un callejón.
-Rick, ya déjalo -insistió Sasha
-Cállate -ordenó -. Les enseñé todo lo que saben por una maldita razón. Ni se les ocurra traicionarme.
-Nos vamos a quedar aquí, te guste o no -desafió Luard -. Nos quedaremos con nuestro hermano y ayudaremos a Lady Katica en lo que podamos.
-Servirás a una persona que no sabe lo que hace. Con ella al mando, Eruka caerá una y otra vez hasta que no quede nada más que solo escombros y huesos regados por todas partes.
-La odias porque sabes que es mejor que tú -Rick no dudó en darle una sonora bofetada -. La odias, porque sabes que nunca podrás hacer que Riverton te quiera tanto como Eruka la quiere a ella -otra bofetada.
-Rick...
-¿Quieres que siga contigo? -Sasha guardó silencio.
-Tocas a mi hermana y no respondo por la paliza que te daré, Rick. No tengo miedo de ensuciarme las manos contigo -Rick rio ante la amenaza.
-Solo espera a que llegue la primavera. Si no cambian de parecer y no regresan conmigo para entonces. Les va a ir muy mal a los dos.
Rick derribó a Luard haciéndolo caer de espaldas al suelo. Luego se acercó a Sasha y la sujetó de la barbilla con los dedos.
-No quiero terminar haciéndote lo mismo que a él, Sasha. Más les vale que sepan responderme para cuando llegue la primavera o habrán serios problemas con ustedes.
Katica se mantuvo oculta junto a Tom. Dada la situación, era riesgoso que el Lord de Riverton supiera que ella estaba ahí y que había oído parte de la conversación, de la amenaza. Así que esperó a que se retirara y se perdiera en alguno de los callejones que conocía bien.
-¿Quieres que lo vigile?
-No, no tratemos con él hasta la primavera. Eso nos ahorrará muchos problemas.
-¿Qué propones?
-Lleva a Luard y a Sasha a la casa durante la tarde. Hablaremos con ellos ahí para no levantar sospechas.
-De acuerdo.
-Ahora vámonos.
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