Capítulo 39
Durante toda la noche, Katica lloró en los brazos de Terry, quien a pesar de no simpatizar mucho con el hombre, sintió la pena de su muerte.
—Ahora estoy sola —Escuchó murmurar a Katica —Ya mo tengo a nadie conmigo.
—Eso no es cierto, Colmillo. Aun tienes a Tom, a Dan. Me tienes a mí. Yo siempre voy a estar para ti.
Katica guardó silencio y dejó que el calor de Terry la reconfortara.
A pesar de como se sentía, sabía que Terry tenía razón y que no estaba realmente sola. Tenía a Tom, a Dan, a Terry, a Eruka.
—¿Donde está Rick?
—Dijo que tenía algo importante qué atender.
—Entiendo. —Katica se separó un poco de Terry —¿Qué haces aquí? Creí que ibas con Tom a Eruka.
—Tom me envió de vuelta, Colmillo. Me envió para avisarle al Lord que regresamos a Eruka.
—Regresamos a casa. —Murmuró sorprendida al oírlo.
—Colmillo. Hay sobrevivientes que intentaron levantar lo que quedó de Eruka. Salamina...
—Salamina solo buscaba eliminar a mi papá. El objetivo del Lord no era la gente, era mi padre.
—Katica...
—Terry, quiero irme a casa cuanto antes. De verdad quiero salir de este lugar. —Katica lo miró con lágrimas en los ojos —Terry, sacame de aquí.
—De inmediato. Pero... ¿Qué planeas hacer con...?
—Quiero dejarlo junto a mi padre. No lo dejaré aquí.
—¿Qué fue lo que pasó?
—Hablemos de eso cuando ya estemos lejos de aquí.
No tardaron mucho en hacer que los habitantes de Eruka se reunieran para oír lo que Terry les anunciaría.
—Escúchenme, por favor. Tengo un aviso importante que hacerles.
—¡¿Qué está pasando?!
—¡¿En dónde está el Lord?!
Katica miró a Terry. Realmente no sabía si era la mejor opción decirles lo ocurrido; pero antes de siquiera preguntarle, Terry respondió:
—Lord Henry acaba de fallecer —Las voces nerviosas y llenas de dudas no se hicieron esperar.
—¡¿Ahora qué vamos a hacer?!
—¡¿Quién sera el Lord?!
—¡¿Siquiera volveremos a Eruka alguna vez?!
—¡No es seguro volver!
—¡Silencio! —Todos miraron con sorpresa a la joven junto a Terry —¡Por favor les pido que guarden la calma y escuchen! —Todos guardaron silencio —Es hora de regresar a casa. Terry ha vuelto para decirnos que todo está bien. Hay sobrevivientes y ahora nos están esperando...
—¡Muchos murieron ese día! ¡¿Cómo sabremos que es seguro?!
—¡¿Cómo sabremos que ellos no regresarán?!
—Mi padre perdió la vida intentando defender Eruka —Los ojos de Katica se inundaron —Si no desean regresar a Eruka, no los obligaré a hacerlo; pero yo volveré a mi hogar, y me iré con todos los que quieran regresar.
Los murmullos comenzaron a hacerse notar. Era esperable que las personas se dividieran en dos grupos.
Al cabo de unas horas, las personas que decidieron regresar a Eruka, se prepararon con lo poco que tenían y esperaron las órdenes. Mientras, quienes decidieron quedarse, se dirigieron al despacho del Lord para pedir asilo permanente en Riverton.
—¿Entonces los demás volverán a Eruka?
—Sí señor. La señorita Katica y otro chico están casi listos para irse.
—Ya veo —Erick meditó un momento antes de hablar —Sean bienvenidos a Riverton. Cuenten conmigo para lo que necesiten.
—Se lo agradecemos, Lord Erick.
—Ahora, si me disculpan, debo atender un asunto de suma importancia.
Cuando ya todo estaba listo, Katica y Terry terminaban de hablar con Rick hasta que este desvió su mirada y cambió su suave expresion por una de desagrado.
—Lord Erick —Dijo Katica al verlo.
—Supe que estaba por irse. ¿Puedo preguntar por qué no me notificó esto antes? Por cierto, ¿y Lord Henry? No lo he visto.
—Eres un... —Katica detuvo a Rick.
—Mi abuelo murió hace unas horas, Lord Erick.
—Una verdadera lástima oírlo. Si necesita algo, no dude en pedírmelo.
—Gracias, señor.
—Señorita, ¿puedo hablar con usted a solas en mi despacho? —Miró fugazmente a Rick.
—Está bien —Contestó antes de que Terry y Rick dijeran algo.
—La espero en mi despacho.
Luego de que el hombre se marchara, Rick llamó la atención de Katica.
—¿Qué estás haciendo?
—Sé lo que hago. No te preocupes.
—Sabes bien que él...
—Rick... No sigas. No tenemos pruebas de ello. Pero también lo creo.
—Déjame ir contigo y...
—Puedo manejarlo. Terry, por mientras saca a la gente de aquí.
—Los ayudaré con transporte.
—Te lo agradezco —Dijo Terry a Rick.
***
En el despacho de Lord Erick, Katica permaneció en silencio, a la espera de que el hombre dejara de mirarla y decidiera hablar.
—Es usted simplemente hermosa, mi Lady.
—Le agradezco el cumplido, Lord Erick. Pero, le agradecería que no lo hiciera.
—Me sorprende que a pesar de la perdida de su abuelo, aun se mantenga fuerte y no esté llorándolo.
—Aun lo lloro. Pero en este momento debo ver por mi gente —Sonrió con tristeza —Como mi abuelo dijo luego de la muerte de mi padre, no puedo llorarlo, porque tengo un deber que cumplir.
—Es una mujer muy fuerte. Su abuelo no se equivocó con todo lo que me decía de usted. Ciertamente es digna de llevar el apellido Fenrirsson.
—Lord Erick, no quiero ser grosera, pero quiero saber qué es lo que quiere de mí.
En el rostro del hombre se dibujó una extraña sonrisa.
—Si le soy sincero, señorita. Esperaba que pudieramos tener un acuerdo mucho más formal que el que hice con su padre. Yo quisiera que se casara con Rick para tener una unión más fuerte.
—¿Seguro que me quiere con su hijo? —Erick guardo silencio —¿Y no con usted? —Katica dio un paso hacia adelante.
—M-Mi Lady... —Erick comenzó a perderse en la belleza de la chica.
—Mi abuelo y yo sabíamos perfectamente su plan, señor. Usted no me quiere con su hijo. Me quiere cerca de usted.
Erick se permitió sujetar a Katica con un poco de rudeza. Cosa que no agrado a la joven.
—Tiene dos segundos para soltarme, Lord Erick.
—Creí que...
—No me mal entienda. Yo no soy de ese tipo, y nunca lo seré. Ahora con su permiso, tengo que llevar a mi gente de vuelta a sus hogares.
—Lady Katica —Habló con autoridad —Si usted abandona esta ciudad, el trato que hice con su padre será deshecho.
—No se preocupe, Lord Erick. Yo en este preciso momento doy por terminado el trato que mi padre, Lord William, hizo con usted hace dos años. —Erick la sujetó del brazo con fuerza y la hizo voltear.
—Tú no tienes la autoridad para... —Katica le propinó una bofetada antes de que pudiera terminar de hablar.
—Mucho cuidado, Lord Erick. Recuerde que soy hija del Lord Lobo y nieta de un soldado. No soy ninguna dama en peligro como usted cree —Se zafó del agarre del hombre —Me retiro. Espero no volver a verlo.
Dicho eso, Katica se retiró con una diplomacia digna de un Lord. Su comportamiento fue tal, que por un momento, Erick pudo ver el enorme parecido que la joven tenía con el difunto Lord William.
Al quedar completamente solo, el Lord de Riverton se dejó caer sobre su silla y guardó silencio por unos minutos hasta que simplemente dijo:
—Tarde o temprano caerá en mis brazos. No por nada soy el Lord de esta ciudad —Se asomó a la ventana —Mi Lady Katica, aunque usted no quiera, nos volveremos a ver. Y cuando eso pase, será completamente mía ahora que no hay nadie que la proteja.
***
Al regresar, Terry y Rick se acercaron a Katica para preguntarle sobre su bienestar.
—Estoy bien —Contestó un tanto incómoda —¿Podemos irnos ya?
—Mi Lady —La detuvo Rick —¿Acaso mi padre...?
—Estoy bien. De verdad, Rick.
—Quiero que sepa que no romperé la promesa que le hice a su abuelo. Estaré ahí para protegerla y apoyarla en su camino.
Katica miró a Rick con cierta confusión hasta que Terry interrumpió el momento.
—Colmillo, debemos irnos para alcanzar a la gente.
—Claro —Terry la guió a un caballo. Rolf —Estoy seguro de que se dejará montar por ti.
—Rolf... —Posó su frente sobre la del caballo —Volvamos a casa.
—Que tengan buen viaje. Espero verla pronto.
—Nos vemos, Rick. Gracias por todo.
Mientras Terry y Katica se alejaban, Rick los observó y escuchó a la joven regañar al chico por no seguir su orden de ir con la gente.
—Sin duda alguna, es una chica bastante peculiar. —Sonrió —Pero tampoco hay duda de que tiene madera para serlo...
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