Capítulo 21
Katica y Tom cabalgaron hasta que los alcanzó la noche.
-Los demás son mucho más rápidos que nosotros. -Comentó Tom.
-Deberíamos seguir.
-Es muy arriesgado. Y más cuando no sabemos hacia dónde vamos...
Katica sacó el mapa que había sacado del despacho y lo vio aprovechando la luz de la luna llena.
-Nosotros estamos aquí. -Apuntó con el dedo -Y mi padre debería estar por acá. Llevamos más de la mitad del camino.
-Si partimos al amanecer, llegaremos dentro de la mañana. -Dijo recogiendo ramas del camino.
- ¿Qué haces?
-Bueno, salimos sin prepararnos totalmente. No creo que quieras que muramos de frío.
-Está bien.
***
Pasada la media noche, Henry y el grupo de soldados consiguieron llegar al campamento de William. Allí, tres hombres con heridas de pelea estaban atados a un poste.
- ¡El Perro está aquí! -Advirtió un soldado.
- ¡¿En dónde está?! -Dijo bajando del caballo y bajando Terry haciéndolo caer.
-En su tienda. Los soldados que lo acompañaban están junto a él con heridas menos graves.
- ¿Menos graves?
-El Lord no despierta. Cuando los emboscaron, usaron una ballesta. La flecha entró y salió por el lado izquierdo cerca de su corazón.
-Hay que llevarlo de regreso.
-Su estado es muy delicado como para un viaje tan largo. Además, no contamos con carretas para transportarlo.
-Iré con ellos. Deja a este tipo con esos otros.
-Hay algo más... -Dijo el soldado -Uno de ellos logró escapar hacia Salamina.
-Sin el Lord que comande la defensa, estamos en problemas...
***
Al amanecer, Katica y Tom retomaron su camino siguiendo el mapa.
- ¿Cuándo aprendiste a leer mapas? No logro comprender lo que ves ahí.
-Le rogué a papá que me enseñara cuando tenía 7 años. -Continuó mirando el mapa.
- ¿En serio lo convenciste?
-Claro que no. Mamá me apoyó y lo convenció para que lo hiciera. Mamá siempre me apoyó en todo... -Revisó con su mano que la carta siguiera en su bolso.
-Es extraño como el camino se hace cada vez más desértico.
-Estamos en tierra de nadie. Cuando estaba en la enfermería, uno de los soldados me habló de este lugar mientras atendía su herida.
-Se puede ver casi todo hacia adelante.
- ¡Allá! -Encontraron el campamento de William.
***
En el campamento, Terry fue atado junto a los otros prisioneros a la espera de una decisión.
En la tienda, Henry se movía de un lado hacia otro mientras William yacía tendido en una camilla, con el cabello cubriendo sus ojos, el torso descubierto, y un vendaje que cubría su herida.
-Los cuidados médicos aquí no son para este tipo de herida -Dijo el soldado a cargo -Solo contamos con vendajes y nada de antibióticos u otros medicamentos. Si la herida se infecta, el Lord estará condenado...
-Quiero a esos infelices en una fila para interrogarlos.
-Ya intentamos hacer que hablen pero no lo conseguimos.
-Inútiles mocosos que siguen el protocolo. Tardé días en sacarle la verdad a esa basura de allá y fui piadoso. Les sacaré la verdad en minutos. Ahora muévete. -El soldado obedeció. Al salir de la tienda, volvió a llamar a Henry -Señor, un par de caballos se acercan.
Al llegar, Henry estaba de brazos cruzados en el camino de ambos caballos, los soldados colocaron a los prisioneros como él lo había ordenado y esperaron.
-Lo que faltaba... ¡¿Qué mierda haces aquí?!
- ¿Dónde está? - Preguntó Katica acercándose.
- ¡¿Por qué estás aquí?!
- ¿Dónde está? - Ya casi llegaba.
- ¡¿En qué estabas pensando?! ¡Esto no es una maldita guardería!
- ¡¿En dónde está?! -Gritó en su cara.
Nadie se esperaba que la amable hija del Lord reaccionara de esa forma.
Henry la miró sin moverse o cambiar su expresión. Ver la expresión de Katica le recordaba a la de William cuando tenía su edad.
-En la tienda -La detuvo cuando se dirigía allá -Está muy mal... -Katica puso su mano sobre la suya y le dedicó una sonrisa seria -Anda. Suerte la tuya que ya no golpeo mujeres. Me desquitaré con ese de ahí -Apuntó a Tom con la mirada.
-Sí, claro... -Corrió a la tienda.
El ver a William en aquel estado le rompió el corazón; pero se obligó a no estallar en llanto.
-Padre... -Murmuró tomando su mano -Oye, estoy aquí... -Unas cuantas lágrimas salieron de sus ojos -Papá despierta... -Llevó la mano de William a su rostro y notó que su temperatura era algo más alta de lo normal. Katica descubrió la herida. Estaba infectada. -Debo limpiarla... -Miró a los soldados que estaban dentro - ¡Ustedes! ¡Traigan todo lo que tienen para primeros auxilios! -Ellos se quedaron mirando - ¡Rápido! ¡No hay tiempo que perder! -Ambos hombres salieron rápidamente de la tienda. Henry los vio salir y continuó con su interrogación.
-No soy un hombre muy paciente que digamos. Hirieron a mi hijo, mi nieta apareció de la nada en este lugar. ¡Y no tengo nada para beber! ¡Así que será mejor que hablen si no quieren que los envíe directo al infierno! -Tiró de espaldas a uno de los prisioneros con su pie.
-Señor.
- ¡Qué! -Intimidó al hombre.
-Tiene que ver esto... -Lo guió a la tienda de William. Allí, Katica estaba prácticamente desnudando a su padre; ya había quitado las botas, y sólo le faltaban los pantalones.
- ¡¿Se puede saber qué estás haciendo?! -Preguntó desconcertado mientras la observaba.
-Su herida se infectó... -Tiró de los pantalones -... Y su temperatura comenzó a subir. Si le quito la ropa puedo hacer que se regule su temperatura.
-Y eso de qué servirá si la herida está infectada. No tenemos lo necesario para tratarlo.
-Envié a los soldados que estaban aquí por todo lo que tenían -Abrió su bolso y sacó dos botellas pequeñas de vidrio.
- ¿De dónde sacaste eso?
-Yo... Las robé de la cruz roja cuando traté a Terry... Pensé que podía necesitarlas en algún momento... -Sintió vergüenza al confesar.
-Señor... Tenemos una oportunidad para que el Lord se salve.
-Bien... Tú -Señaló a Katica -Te encargarás de tu padre. Y no saldrás de aquí.
-Entiendo.
El resto del día, Katica se dedicó cuidar de William sin despegarse de él por ningún motivo.
-Deberías dormir un poco -Dijo Tom -Hiciste todo lo que estaba al alcance de tus manos, ahora solo hay que esperar.
- ¿Qué sucede ahí afuera?
-Bueno... Tu abuelo les sacó la verdad a los prisioneros y... Por ahora no corremos peligro de que Salamina venga para atacarnos ya que el que escapó debió pensar que tu padre murió debido a que lo vieron caer de inmediato. Además, Salamina está a varias semanas de aquí así que no creo que haya mucho de qué preocuparse. Anda, ya es tarde. -Le entregó un cuenco con algo parecido a té -Es vino caliente, hará que no tengas frío -Le entregó una hogaza de pan -Ve junto al fuego. Yo me quedaré con él hasta que regreses.
-Está bien -Miró a William por un momento antes de salir.
Durante largo rato, Katica se mantuvo perdida en sus pensamientos con el cuenco en las manos mientras miraba fijamente hacia el fuego, y a través de él, a Terry entre los prisioneros; pero intentó fingir tranquilidad cuando Henry se sentó junto a ella mirando en la misma dirección.
***
Aquella noche de luna llena junto a la fogata, era algo completamente nuevo para Katica; pero no estaba asustada. Su preocupación por William era mucho más fuerte que cualquier otra cosa dentro del campamento. Y con Henry a su lado, aunque no era algo común, la hacía sentir un poco más segura.
- ¿Crees que papá despierte? -Preguntó mirando su reflejo en el vino.
-Es un hombre fuerte. Y hay muchas cosas que debe hacer antes de pensar en morir.
-Se pondrá furioso cuando despierte y me vea aquí -Sonrió a su reflejo; pero luego deshizo la sonrisa -Lo único que hago es causarle problemas...
-No soy quien para juzgar tu relación con William. Él y yo nunca fuimos tan unidos como lo es contigo. Recuerdo que cuando nació, me fui a celebrar a la ciudad con una botella de Ron y un par de mujeres. Pero él se quedó con su mujer y contigo. -Katica volteó a mirarlo -Eres igual a él en muchos aspectos.
-Sé que papá nunca lo dirá... -Volvió a bajar la mirada - ¿Podrías decirme lo que pasó ese día...?
-Nunca es bueno hablar de esas cosas fuera de casa. Lo que pasó ese día, solo tu padre conoce los detalles. Yo solo lo vi caer en la desesperación por primera vez.
-Gracias por sacarme de ahí. Tenía mucho miedo.
-No era algo que yo... Sólo le estaba haciendo un favor y...
-Descuida, no tienes que ser afectivo -Le sonrió -Nana Zera decía que no dejabas salir tus emociones porque eres muy orgulloso y porque piensas que las emociones te hacen débil.
-Mi vida se resume en matar o morir. Estos últimos años han sido muy calmos a pesar de que siempre debemos estar alerta; pero todos sabíamos que tarde o temprano los problemas volverían. -Notó que Katica miraba al chico a través del fuego. -A veces la gente no es lo que parece. Pero ellos ya no pueden volver allá.
- ¿Por qué?
-Su misión se basaba en tener éxito o fallar. Y lo que estaba en juego, eran sus vidas.
- ¿Qué harán con ellos?
-Por mí podríamos matarlos y dejárselos a los cuervos; pero debemos esperar a que el Lord decida. -La miró - ¿Tú qué harías?
-Yo... Les daría otra oportunidad. Después de todo, estaban atados de pies y manos. No tenían opción. -Lo miró - Sé que tú y papá han tenido que pasar por eso muchas veces...
-Eres buena chica, niña. -Puso su mano sobre la cabeza de Katica -Nadie creería que eres una Fenrirsson.
-Nunca me ha importado lo que los demás crean de mí. Y gracias a eso tengo buenos amigos. -Volteó a mirar la tienda -A pesar de saber quién soy, son mis amigos y me entienden. -Le ofreció el cuenco -Ten, es demasiado amargo para mi gusto.
-Tonterías -Lo bebió de un sorbo -Será mejor que te vayas a dormir.
-Claro. En un rato... -Se inclinó hacia un lado y apoyó la cabeza en el hombro de Henry.
Toda la noche, Katica durmió junto a la camilla tomando la mano de William. Al despertar, comprobó que su temperatura había vuelto a la normalidad, su herida se veía mejor; pero no mostraba señales de querer despertar.
-Colmillo... -Lo miró sin levantarse -Tu abuelo quiere decirte algo.
Al salir de la tienda, Henry organizaba un grupo de 15 jinetes, y junto a ellos 1 caballo ensillado.
- ¿Que sucede?
-Entrégamelo -Estiró su mano -El mapa.
- ¿A dónde vas?
-A ver si esos cuatro dicen la verdad.
- ¿Verdad? ¿Qué verdad?
-Dicen que hay un campamento hacia el Noroeste, a medio día de aquí. Y si es así, me encargaré de eliminarlo.
- ¿Noroeste? No puedes solo ir y esperar encontrar un campamento que destruir. -Henry la miró en silencio. Katica le arrebató el mapa -Mira, hacia el noroeste de donde estamos solo hay bosque frondoso, no hay forma de hacer un campamento... Sólo trampas.
- ¿Por qué tan segura?
-Pasé parte de mi infancia jugando en el bosque del Oeste. Conozco ese bosque lo bastante bien como para asegurar que las partes que no conozco son exactamente iguales.
- ¿Entonces...?
-Es posible que te hayan mentido. -Henry miró a Katica por un momento mientras pensaba en qué hacer.
-Vamos adentro. Ustedes -Se refirió a los jinetes -Dejen todo, no vamos a ningún lado. Y quiero a esos 4 aquí para cuando salga.
Ambos entraron a la tienda para discutir sobre lo sucedido.
-Explícate. -Katica puso el mapa sobre la mesa.
-No hay nada que explicar. Es solo imaginar que estoy en ese lugar, porque sé en donde he estado.
-No puedo creer que le esté haciendo caso a una niña.
-No puedo creer que le hicieras caso a tus prisioneros. -Sonrió con el ceño fruncido. -Además... -Un par de quejidos interrumpieron a Katica, y la hicieron voltear.
William comenzaba a moverse un poco, y balbuceaba cosas inentendibles.
-Oye... -Se arrodilló junto a la camilla tomando su mano -Tranquilo... Estoy aquí... -Parecía tener una pesadilla. -Tranquilo, no pasa nada.
-Este es el precio de tener una vida al borde de la muerte. O matamos o nos matan. Salvamos o perdemos -Los balbuceos de William comenzaron a ser más entendibles.
-A... Sa... Sara... -Apretó la mano de Katica -Sara no...
-No Sara... -Murmuró - Katica...
-Ka...tica...
-Sí, estoy aquí. -Vio a William abrir los ojos por un breve momento. -Papá...
-Oye, no seas un holgazán y levántate -Dijo Henry.
-Ya cállate... Perro viejo.
-En este momento el Perro está haciendo tu trabajo. Y de no ser por tu Colmillo, estarías muerto.
-Dónde... Dónde está Sara...
Henry y Katica se miraron preocupados un momento; pero sabían que era normal que William se sintiera desorientado.
-Vuelve a dormir.
-Katica...
- ¿Sí?
-Lo siento mucho...
-Hablaremos cuando te recuperes -Besó su mano -Ahora descansa.
Dicho eso, William volteó la mirada y volvió a dormirse inmediatamente.
-Buen trabajo -Dijo Henry, colocando su mano sobre el hombro de Katica.
-Eres tan agradable cuando estás sobrio.
-Sí, espera a que regresemos. -Soltó una risa nunca antes oída por nadie; y salió de la tienda.
-El abuelo parece haber cambiado este último tiempo... -Dijo mirando a William dormir.
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