Primer Problema
¿Alguien querría que su personaje saliera en esta historia como un ".exe"? Necesito algunos personajes extra y alguien que quiera ser el personaje misterioso del capítulo anterior ^_^
Espero que les guste~
Mickey debió volver a su trabajo en el mundo real, Cup y Mug fue a su mundo a pasar tiempo con su abuelo, Felix fue convencido para cuidar a sus traviesos sobrinos, Bendy decidió que molestar a a Devil era su nuevo pasatiempo temporal e Ink tuvo que volver a su propio mundo para hace algo importante. Así que el castillo estaba tranquilo...tan tranquilo como puede estar teniendo 420 pequeños que querían jugar. Oswald salió del castillo para cumplir con algunas de sus tareas pero al ver a la coneja parada frente a su propio proyector, no pudo evitar acercarse con curiosidad.
-¿Ink?- ella se volteo a verlo.
-Holis- sonrió ligeramente.
-¿Todo bien?- en arco una ceja.
-No puedo irme- rio con nerviosismo.
-¿Por?- pregunto, sin entender del todo.
-No puedo, simplemente no me deja cruzar- como para probar lo que decía, extendió las manos y se acercó al proyector pero en vez de atravesar lo como debería, no paso nada. -¿Ves?- empujó un poco pero no funcionó, parecía como si hubiera tocado alguna pared que no la dejaba irse.
-Eso es raro...- se acercó para aprobar, frunciendo el ceño cuando su mano si atravesó el proyector. Oswald retrocedió y miro a la coneja, cerrando la boca al verla: tenía los puños muy apretados y miraba con gran furia el proyector pero lo que más llamó su atención fue el pequeño destello azulado que brillo en sus ojos. Metió una de sus manos a su bolsillo y sacó ligeramente su fiel control, apuntando hacia ella y apretando el botón. Ink chilló ante la descarga eléctrica, bufando cuando su pelaje se erizo por la electricidad.
-¿Por qué?- miró al rey con los ojos bien abiertos.
-Lo siento, fue un accidente- mintió rápidamente, sonriendo hacia ella y suspiro mentalmente al ver el brillo azulado había desaparecido por completo.
-Está bien-sonrió y pasó sus manos por su pelaje para peinarse un poco.
-¿Crees que es por ese collar raro que te dieron?- preguntó después de pensarlo unos segundos.
-Quizás- miró el dije del collar y frunció el ceño por unos segundos. -Ha, bueno...- sonrió, luciendo animada. -...de todos modos, no quería hacer mis cosas- miro al rey. -¿Puedo quedarme unos días más?-
-Claro, eres bienvenida cuando quieras- el sonrió, encogiendose de hombros.
-¡Gracias~!- empezó a dar saltitos hacia el castillo. Oswald la vio irse, frunciendo el ceño. Tenía un muy mal presentimiento sobre ese tonto accesorio.
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