Capitulo 7

Comenzó a acercarse tranquilamente hacia el cuarto en donde se guardaban los materiales para educación física. Para ser sincera, no estuvo tan activa como las otras clases. Incluso sus compañeras lo notaron. Le habían preguntado y era por Heiji y eso, lo había negado.

Pero para ser sincera... Si era por eso. Era porque no se acostumbraba a la distancia que puso entre ellos dos. Aunque doliera, algo dentro de ella decía que hizo bien, y el otro no. Tenia miedo de acercarse a Heiji y decirle "Lo que te dije fue por el momento. Olvida todo lo que te dije y seamos como antes".

Era tentador, pero claramente no haría eso.

Ella, Kazuha hizo eso porque sabía que saldría más dañada...

¿Como le explicaría a Heiji que se había enamorado de él? Que le duele que prefiera a los casos antes que ella, que la deje plantadas por horas y sea un maldito pervertido que ve los pechos de las chicas para ver quien tiene más.

Dio un suspiro para luego negar con la cabeza. No se podía decaer. Ella era fuerte.

Con más desicion sonrio con orgullo y se dio cuenta que estaba a unos pasos. Al llegar iba a sacar la llave, pero se dio cuenta que el candado estaba abierto. Se extraño ante esto.

(...)

- No te preocupes viejo, de seguro te perdonará por lo que sea que hayas hecho -le hablo su compañero mientras se secaba el cabello con la toalla.- Las mujeres son tan bipolares.

- ¡Ni que lo digas! -grito uno del fondo. Los demás se empezaron a reír.

- Deja de ser tan tonto -el moreno lo miró mal.- No he hecho nada. Además, ¿Por qué dices que lo hice?

- Eres Heiji Hattori, no me sorprendería -levanto los ojos.-  Ya todos conocemos a Kazuha-Chan y su carácter... -el nombrado fruncio el ceño.- Habras hecho de todo menos darle rosas -se empezó a cambiar. Los demás hicieron ruido de sorpresa con el fin de molestar al Moreno.

Heiji tan solo suspiro y también se dispuso a cambiarse.

(...)

- Has estado muy pensativa Ran -dijo Sonoko mientras caminaban hacia el patio del colegio.- ¿Paso algo con tu querido esposo?

- ¡Claro que no! -dijo roja.- Es solo que... -Sonoko la miró con curiosidad.- Kazuha-chan rompió la amistad con Hattori-Kun... Porque ya no podía soportar lo que estaba pasando... -aparto la mirada.- ¿Y si pasa lo mismo con Shinichi?

- ¡Que cosas dices! -le regaño con enojo.- ¡Eres el Alma gemela de Shinichi, estoy más que segura! ¡Lo amas! ¡No te tienes que llevar por lo que pasa a tu alrededor, eres tú quien tiene la última palabra! -la señalo.- ¡Y si ese estupido detective no ve lo que tiene, sabes que no puedes seguir sufriendo!

- Sonoko... -se sorprendió por sus palabras.

- Eres mi amiga, Ran. Y lo que más quiero es tu felicidad...

Ran sonrió ante esto.- Y yo también, claramente con Makoto -le codeo divertida.

- ¡Por supuesto que si! -se agarró las mejillas mientras su rostro se volvía soñador.- ¡Tendremos tantos hijos!

(...)

Con cuidado, dejo los objetos en el piso mientras se disponía a abrir la puerta. Un fuerte olor inundo sus sentidos. Fruncio la nariz por el olor. Era como algo disecado. No sabía como explicarlo.

Sin más entro e intento apretar para que se prenda la luz. Se extraño, así que abrió más la puerta.

Su rostro se volvió de espanto, dando pasos para atrás.

El grito de Kazuha se escuchó por toda la escuela.

Las chicas que estaban en el baño se asustaron a la vez que se alertaron. Corrieron para donde venía el grito.

- Vamos, anímate un poco Hattori -lo alento su compañero.- Tu cara de perro que necesita cariño ya es deprimente. Deprimes al mundo.

- Deja de molestarme -le pidió con enojo.- Y no tengo cara de perro y eso -dijo sin más mientras salían por el patio.

- Ahora entiendo porque Kazuha-chan te dejó -murmuro.

- Dilo de vuelta -lo agarro del cuello del uniforme. Se mostraba enojado.

- E-era broma -dijo nervioso.

Antes de decir algo las, un grito agudo se escuchó. La sangre de Heiji se heló al reconocer ese grito. Sus compañeros empezaron a murmurar asustados y preocupado.

- "Kazuha..." -fue lo primero que le vino en mente. Soltó de forma brusca a su compañero y fue corriendo a donde provino el grito. Su corazón latía a gran velocidad. Si algo le llegaba a pasar...

- ¡KAZUHA!

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Próximamente...

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