Capitulo 3
Caminaba por los pasillos de la escuela sola, pensando en los últimos sucesos de las chicas desaparecidas. Esto le estaba preocupando de sobremanera, si iba por las chicas de Beika y Osaka...Tranquilamente podría ir por sus compañeras y sus amigas.
Negó con la cabeza, no podía pensar eso, tenía que ser positiva. No iba a permitir que algo le pase a sus amigas, primero pasaría sobre ella.
- Ahora que me pongo a pensar... -susurró doblando por la derecha, encontrándose con varias puertas.- Le puedo pedir ayuda a Shinichi... -sacó su celular rosa y buscó su contacto dispuesta a llamarlo, parando su caminar.
Posó el aparato en su oreja, escuchando la espera. Dio un suspiro de alivio cuando escuchó que contestaba.- Shi... -no termino de hablar, porque escuchó su contestador.
Negó la cabeza decepcionada y lo guardo de vuelta.
Un golpe en seco resono en todo el lugar, alarmado a la karateca. Se puso en pose de defensa.- ¿Sonoko,
Sera-chan? -preguntó al aire, esperando una contestación.
Nada.
Trago saliva y dio un paso.
Otro golpe se escuchó detrás de ella, haciendo que se sobresale y de un pequeño gritó. Se dió la vuelta rápidamente, preparando por si acaso una patada. Se sorprendió al ver que se cayó la escoba.
Camino lentamente hasta el objeto de limpieza, mirando atentamente su alrededor. Se agachó para agarrarlo, pero paró en seco al darse cuenta de algo.
Había una gota de sangre.
Sus ojos se abrieron lentamente por la sorpresa, al ver que habia un rastro de sangre hasta la puerta que estaba al frente de ella. Su corazón paró un momento de latir.
Se enderezo espantada, sin separar su mirada de esas gotas de sangre.
Que le pertenecía a alguien.
También se dio cuenta que eran frescas, no estaban secas todavía.
Miró al frente, encontrando la puerta que gracias a esas gotas la guiaba.
Dio dos pasos, insegura. No sabía lo que se podía encontrar ahí, a lo mejor alguien se había lastimado y se estaba desinfectando la herida, ¿No?
Con unos pasos más, estaba a unos centímetros de la puerta.
Agarro la manija de la puerta, dando una bocanada de aire y suspiro. Su corazón latía a mil por hora, su nerviosismo la consumía, al igual que el miedo. Le temblaba la mano, corrección, el cuerpo.
Giró la perilla de la puerta, abriendola y adentrando la puerta para adentro.
El cuarto estaba oscuro, no se podía ver mucho. Pero eso no impidió que con la ponga luz que estaba adentrando, encontrando con la imagen más espantosa de toda su vida.
Su pecho subía y bajaba rápidamente, provocando que respire con dificultad. Soltó la manija de la puerta y dio unos torpes pasos para atrás. Su cuerpo temblaba de pies a cabeza, su cara estaba pálida y su cara estaba llena de espanto. Dió un pequeño grito ahogado, que murió en su garganta. Ante todo esto, piso mal y se cayó.
Y cuando al fin pudo reaccionar, pegó un gritó, provocando que la puerta que estaba detrás de ella se cierre.
(...)
- ¡¿QUEE?! ¡¿DÓNDE ESTÁ RAN?! ¡RAAAN! -gritó fuera de si, provocando que la pequeña que estaba a su lado se sorprenda por todo que que estaba pensando.
Por alguna extraña razón, el comunicador se cortó, haciendo que el temor se apodere de su diminuto cuerpo. Guardo el pequeño aparato, maldiciendose de no tener su skate. Miró a Ai, que lo miraba con seguridad.
- Iré rápidamente para lo de Agase, así llamo a la policía. Mientras vé -el ojiazul asintió y ella empezó a correr.
El de gafas también hizo lo mismo, sabiendo perfectamente a donde tenía que ir.
Siguió todo recto, empujando a cada persona que estaba en su camino sin importarle nada, sólo Ran...
Mientras doblaba para la izquierda, sacó el celular de Shinichi y vio que tenía una llamada perdida de Ran, provocando que ese sentimiento de temor se haga más grande. La empezó a llamar, recibiendo que conteste el contestador de la joven. Gruñio frustrado, llamandola varias veces teniendo los mismos resultados.
Empezó a pensar en muchas cosas que ahora mismo le estaría pasando a Ran. Si algo le llegará a pasar, nunca se lo perdonaría, NUNCA.
"¡Vamos Ran responde, por favor!" -pensó desesperado al ver que sus llamadas no eran contestadas.
Sintió un gran alivio al ver que la escuela Teitan estaba al frente de el. Sin pensarlo, corrió como alma lleva el diablo hasta ahí, llegando a las puertas -que por suerte estaba abiertas- adentrándose.
Miró de un lugar a otro, buscando por donde podía estar. Para su suerte escuchó los gritos de Sera y Sonoko llamandola. Corrió por las escalera, subiendo, encontrándose con las dos adolescentes y tres niños.
- ¡Conan-k...!
- ¡¿Dónde está Ran-neechan?!
- ¡Esta por acá! -Sera empezó a correr, haciendo que los demás hagan lo mismo.
Encontraron una puerta cerrada, que no dudaron en abrirla. La detective le dio una patada, provocando que la puerta se choque violentamente con la pared. Una joven castaña dio un pequeño gritó al escuchar el golpe. Aún estaba en el piso y giro su cabeza para atrás.
- ¡Ran! -gritaron aliviadas las chicas yendo directamente para ella.
- ¡Ran-neechan! -los tres niños también fueron por ella.
- ¡¿Estas bien, Ran-neechan?! -Conan empujó un poco a Genta para que le de un espacio. Se sorprendió a ver que su cara estaba muy pálida, y en sus ojos violetas había temor.- ¡¿Qué te paso?! ¡¿Te hicieron algo?!
- C-Conan-kun... -susurró un poco aliviada y estiró los brazos para abrazarlo, cosa que no dudo en aceptar el niño.- "S-se parece tanto a Shinichi..."
- Ran-neechan...
- ¡¿Qué a pasado Ran?! -Sonoko separó bruscamente el abrazo de ambos, recibiendo una mirada fulminante del pequeño.- ¡Nos tenías preocupadas! ¡Casi me da un INFARTO!
- ¡Es verdad Ran-chan, nos preocupamos! -Sera y Sonoko se agacharon para quedar a su altura.
- E-en e-esa puerta... -señaló la puerta que estaba al frente de ella, mostrando pavor en su rostro.
- ¿Qué hay en esa puerta
Ran-neechan? -preguntó Mitsuhiko.
- Esperen aquí... -la detective se levantó, caminando firmemente al frente. Atrás de ella también iba Conan. Ambos se acercaron, metiendo la cabeza, recibiendo un horrible olor. Al visualizar mejor, por la poca luz que se adentraba, sus caras se transformó de espanto y dieron unos pasos para atrás.
Masumi se tapó la boca con las manos, teniendo unas ganas terribles de vomitar. El horrible olor que provenía de ese pequeño cuarto, se quedó en sus fosas nasales.
Edogawa aún estaba un poco abrumado por lo recién visto. Su pecho subía y bajaba de una manera descontrolada, todavía teniendo la horrible imagen en su cabeza.
- ¿Qué hay ahí Conan-kun? -preguntó con inocencia Ayumi, que atrás de ella estaban los dos niños.
En nombrado alzó su brazo, impidiendo que avancen. No quería que vean esto.- Es mejor que no vean...
- ¡Oye! ¿Por qué? -se quejó Genta.
- ¡Nosotros también queremos ver, siempre te llevas todo el crédito Conan-kun! -reclamó Mitsuhiko.
- No lo harán -Edogawa los miró desde su hombro.- Es demasiado fuerte...Incluso para mi....
Cuando los tres iban a reclamar, la pelinegra los detuvo.- Conan-kun tiene razón, es muy...Fuerte -los miró con seguridad.- Es mejor que vallan a casa, esto no es un lugar para niños.
- ¡Entonces que Conan-kun venga con nosotros!
- No lo hará. Se quedará acá para acompañar a Ran-chan, es su hermana.
Los de la Liga juvenil de detectives suspiraron derrotados. Se dieron la vuelta y despidieron a los demás.
- Sonoko-chan, llama a la policía -pidió Sera, dando la espalda al cuarto.
- Hai -dejo de acariciar la espalda de Ran y agarró su celular.
- Matte -la rubia miró al niño extrañada.- Haibara ya los llamo, eh de estar viniendo -explicó.
- ¿Cuándo fue eso?
- Al momento de haber escuchado el grito de Ran-neechan -miró a la nombrada.
- Mocoso...
Los cuatro se callaron al escuchar el ruido de la sirena de policía. Sonoko ayudó a levantar a su amiga, mientras Sera con un pañuelo blanco que tenía en su bolsillo, agarró la manija de la puerta y lo cerró.- Voy a bajar para avisarles de esto -informó saliendo del pasillo.
Al poco de unos minutos, los policías llegaron. La primera en entrar fue la oficial Sato, atrás de esta Takagi y después Megure. Después de unos segundos entró los de la autopsia.
- ¿Dónde está la víctima? -preguntó Megure dando una paso al frente.
- Esta adentro de ese cuarto -señaló Sera la famosa puerta.
- Bien -Sato se puso los guantes, al igual que los otros dos. Avanzaron hasta la puerta, percibiendo un horrible olor. Sato hizo una mueca de asco, cosa que extraño a Takagi y se acercó un poco más, estirando su cabeza hasta la puerta ofaltrando. Después de eso, se arrepintió de haberlo echo.
Sato abrió la puerta despacio, entrecerrando los ojos para visualizar mejor, junto a Megure y Takagi. Sus ojos se abrieron en par en par, para luego aparecer una mueca de espanto. El joven oficial se dio la vuelta rápidamente y se tapó la boca, apoyando su mano libre en la pared. El Inspector miró para el otro lado lado, recordando inevitablemente la vez que no pudo salvar la vida de aquella joven en el pasado.
En cambio la oficial de pelo corto frunció el ceño y se adentro en el lugar.
Abrió más la puerta, adentrando toda la luz en aquel cuarto, mostrando lo que no habían visto antes.
Una joven de al rededor de diesiciete o dieciseis años estaba tirada en el piso, con un vestido rojo ajustando todo su cuerpo. Sus labios estaban pintados de rojo, y había una venda tapando sus ojos. Al costado de su cabeza, se podía ver lo que parecía una cola de pelo cortado, afirmando que tal vez sea de ella, ya que tenía el pelo corto. En su estómago había un corazón dibujado, y un cuchillo estaba clavado en su garganta. En sus brazos estaban clavadas varias jeringas, y sus piernas estaban juntas, porque estaban cosidas con hilo rosa.
- Dios mío... -Sato se agachó ante la joven, mirandola con pena. Giró su cabeza encontrándose con el interruptor. Con sus dedos lo alcanzó, prendiendo la luz del lugar.- Pueden entrar -les dijo a los encargados de la autopsia y salió del cuarto.
El Inspector recuperó la cordura y miró a los chicos de menor de edad.- ¿Quién encontró el cadáver?
- Yo -Ran levantó la mano y camino directo a Megure.
- ¿Te puedo hacer algunas preguntas?
- Si...
- Es primer lugar, ¿Para qué venías por acá?
- Bueno, iba a buscar una espátula para sacar los chicles de los bancos, ya que hoy a Sera-chan, Sonoko y yo nos tocó día de limpieza -explicó para luego mirar a sus amigas. Ellas asintieron ante lo dicho por Ran.
- ¿Noto algo raro mientras venías?
- Si...Pero no se si va a servir... -bajó la mirada y se rasco el brazo nerviosa. No sabía si lo que había experimentado hace unos minutos serviría, tal vez la trataría como loca o algo así.
- Ran-neechan -Conan tiró de su pollera para llamar su atención.- Todo sirve, no te preocupes, ¿Ne?
Esta asintió y sonrió confiada.- Yo pare de caminar para hacer una llamada, justo aquí -se camino hasta donde estaba hace unos minutos cuando llamo a Shinichi.- Cuando finalice el llamado, un ruido de escuchó detrás de mi.
- ¿Y te acuerdas como era el ruido? -preguntó Conan.
- A ver... -posó su dedo en el mentón, en signo de pensar.- Era como si algo de cerradaba o un objeto se cayera.
Mientras que Ran contaba, Takagi anotaba todo en su pequeño cuaderno.- ¿Y que pasó después?
- Cuando me di vuelta para ver que era el causante de ese ruido, escuche en una fracción de segundos como otro ruido, comprobando que la escoba se había caído.
"Interesante...parece que los dos fueron para poder distraer a Ran-chan..." -pensó Sera mirando cuidadosamente la escoba, para después mirar a Conan. Una sonrisa apareció en sus labios.- "Pareces que piensas lo mismo, Kudo..." -observo como miraba fijamente la escoba.
"¿Cómo la escoba se cayó sola? Digo, estoy seguro que Ran no estaría mintiendo. Pero... ¿Como?" -entrecerró sus ojos y se acercó hasta la escoba que estaba ya al frente de el. Vio unas gotas de sangre alrededor de ella y como conducía a la puerta.- Oye
Ran-neechan -la llamo.- Y después fuiste para recoger la escoba. Pero viste que había gotas de sangre fresca que llegaba hasta la puerta, ¿No?
- Si, exactamente.
"Entonces...¿Todo esto era planeado?" -miró atentamente la escoba, dándose cuenta de un gran detalle.- ¡Ah-le-le! -exclamó fingiendo sorpresa, provocando que todos lo vean.- ¡Hay un hilo alrededor de la escoba!
- ¿Un hilo? -Sato se agachó ante el niño y lo agarró.- Es verdad...
El oficial, el inspector y las tres jóvenes se acercaron para comprobarlo.
- Y no sólo eso -dijo Sera con una sonrisa.- El hilo sigue hasta el agujero de la puerta -señalo un pequeño hueco en la puerta. Agarró la manija y la empujó para ver si abría.- Ensima está cerrada...
- Si no me equivoco, al otro lado del pasillo hay una ventana -recordó Ran, tal vez serviría de algo.
- ¡Exacto! -Conan junto a Sera salieron del pasillo, dando para el otro que lo enfrentaba.- Como pensaba, la escoba sostenía el hilo por el cual el criminal se bajaba por la ventana.
- Claro, por eso en la puerta hay un hueco que lo adentra y también sale por esta de acá -señalo la puerta que enfrentaba a la ventana.- Para así salir sin ninguna sospecha, por eso la escoba se cayó -concluyo la detective.
- No sólo eso, el primer ruido que escuchó Ran-neechan fue por el golpe de la ventana.
Los dos se inclinaron sobre la ventana, comprobando que arriba de los arbustos había unas telas que las unia con unos nudos.- Eso ya explica cómo el hilo y las telas resistieron su peso.
- Si, pero... -Edogawa dejo de hacer puntintas y se dio la vuelta apoyándose en la ventana.- ¿Quién era su segunda víctima...?
- Buena pregunta Conan-kun -sonrió descaradamente.- Creo que tal vez sea una joven de Osaka...
- ¿Por qué lo crees?
- ¿Cómo sabes si es una segunda víctima?
- ¡A-ah, Bueno! -se rasco la nuca nervioso y uso su voz infantil.- ¡El tío Kogoro me lo estuvo contando, además ya salió en las noticias!
- Ya veo... -miró devuelta la ventana.
"Si está chica llega a ser de Osaka, ya habrá muchas conexiones..." -pensó Conan.- "Además, esto es muy peligroso para las chicas de Beika y Osaka...¿qué Esta pasando?"
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