8

Si soy honesta, jamás pensé que llegaría a volver a sentirme bien con mis padres luego de lo que me enteré, pero ahora que he escuchado la verdad, todo aquello que alguna vez me cuestionaba, comienza a tener un poco más de sentido.

El resentimiento que guardaba muy en mi interior ante su constante falta de atención; las preguntas acerca de su relación como pareja y el sentimiento de traición tras haberme ocultado mi pasado todo este tiempo han desaparecido casi por completo.

En realidad, ellos no querían lastimarme, no fue su intención que me enterará de la manera en lo que lo hice, ellos simplemente seguían instrucciones de sus superiores.

He adquirido una nueva percepción de mi madre que ahora me hace verla como una mujer admirable. Ha hecho más cosas por mí en toda mi vida de lo que jamás hubiera logrado imaginar, empezando por el hecho de que arriesgó todo por salvarme y que sacrificó la felicidad que tenía con el hombre de sus sueños con tal de mantenerme a salvo, cosa que supongo jamás podría esperar de mi verdadera madre, que, a cambio de una muy buena cantidad de dólares, no se tentó el corazón para abandonarme a mi suerte en manos de esos terribles científicos.

-Puede que haya abierto la boca... -confieso luego de que recuerdo como rompí la promesa que le hice cuando me mostró a la niña. Ella levanta las cejas en respuesta.

-Le conté todo a Levy -arrugo la nariz al darme cuenta de que quizás haya arruinado todo, pero su respuesta es todo menos lo que esperaba, pues para mi sorpresa, ella sonríe y sacude la cabeza como si en realidad no estuviera para nada preocupada por ello-. ¿No te importa? -intento descifrarla.

-Claro que me importa -se ríe-, pero es tu mejor amigo y no podía esperar que no le dijeras nada.

-No creo que me estés entendiendo -sacudo la cabeza-, la madre de Levy representa a una asociación...

-Que podría terminar con los experimentos, lo sé -anuncia dejándome con la quijada en el suelo.

-No pareces sorprendida -señalo dándole una buena mordida a la hamburguesa que he pedido para cenar y que me sabe deliciosa luego de no haber comido nada por casi un día.

-Es porque no lo estoy -contesta quitada de la pena-. El C.G.I. está al tanto de quien es la madre de Levy y saben todo acerca de la asociación para la que trabaja. Todos los laboratorios están al tanto del trabajo que realiza y son totalmente conscientes de que corren el riesgo de caer si llegan a ser descubiertos. ¿Te parece una coincidencia que terminaras siendo una intima amiga del hijo de Clarisse Blanchard? -ríe.

-¿Lo planearon? -titubeo.

-Wen lo hizo -contesta-. Vio una oportunidad y la tomo. Ya sabes lo que dicen: mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos...

Más cerca.

Mi estómago se hace un nudo cuando caigo en cuenta de que verdaderamente cada pequeño aspecto de mi vida ha girado en torno a la existencia de ese hombre y que he tomado todos los papeles que él me ha impuesto sin fallar en nada. Realmente que me enterara de su trabajo antes de tiempo ha sido lo único que se ha salido de su control y eso resulta completamente escalofriante. Yo apenas conozco lo básico que hay que saber de ese hombre, mientras él, al parecer, me conoce mejor que yo a mí misma.

Pero nuevamente, he ahí la preocupación de mi padre porque dijera algo de esto hoy en la escuela. No le importaba que confesara a los cuatro vientos que era un experimento, le importaba proteger la supervivencia del laboratorio.

-Eres... ¿parte de la Asociación? -pregunto intentando entender.

-No aún -contesta.

-¿Aún?

Ella deja a un lado su hamburguesa, que ya está helada luego de que no le he permitido que deje de hablar, pero a pesar de ello, eso no parece molestarle.

- Trabajar contigo en el laboratorio me hizo darme cuenta de lo inútil que es todo lo que se prueba dentro de ellos desde que se encontró La Cura y de lo terrible que es hacer pasar a los niños por todo eso, a pesar de que no tengan ningún otro propósito en la vida -reconoce-. Llegué a discutirlo varias veces con tu padre, incluso antes de tu liberación, pero él es tan necio que se niega a abrir los ojos ante la crueldad que todo lo que hacemos conlleva.

-Leí que muchos científicos llegan a tomar a la ciencia como toda una ideología -comento.

-Más bien una religión, en dónde lo único que los rige es la necesidad por saber más sin importar el precio -contesta-. Gracias a eso, mi amor por Sean desapareció y él perdió toda la confianza que por años depositaba en mí -agrega-. Nunca logré cambiar su opinión y dudo mucho que algún día lo haga.

-¿Por qué nunca lo dejaste? -pregunto-. Es decir, si te hace tan infeliz...

-Por ti -me interrumpe antes de forzarme una sonrisa-. Para abandonarlo, tenía que primero renunciar a la investigación y eso conllevaba dejarte sola con él, así que no quise hacerlo -confiesa-, luego de liberarte Sean estaba furioso por lo que hice y temía que fueran a reprimirlo a él como científico por mis acciones. La verdad es que discutimos casi todo el tiempo salvo cuando regresas a casa y a veces es agotador, pero... pronto te irás a la universidad y entonces supongo que al fin podré divorciarme y ayudar a Clarisse a ponerle fin a todo esto -suspira.

-¿Qué planeas decirle? -inquiero.

-Voy a darle la localización de todos los laboratorios del país para que acabe con ellos de uno por uno hasta que desaparezcan de aquí -anuncia y me muerdo el labio pensando en que será lo correcto para preguntar ahora, pero en cambio, es ella quien hace la pregunta esta vez-. Tú... ¿quieres involucrarte?

Casi me atraganto ante su inesperada proposición.

-¿De qué manera podría hacer algo yo? -bufo.

-Para poder atacar a los laboratorios, necesitamos recaudar la mayor evidencia posible de que esto existe en el país y para ello... -se inclina para susurrar lo que ya veo venir.

«Te necesitamos como prueba viviente», mi mente completa, pero algo completamente diferente deja su boca.

-Tenemos que sacar a la niña -me dice contra todo pronóstico y tan pronto como la escucho, toda clase de preguntas atacan mi mente hasta que ella decide optar por explicarme todo su plan-. Llevo pensando esto por años -anuncia-, podría hacerlo yo. Sacarla del laboratorio y llevármela lejos hasta que consiga hablar con la madre de Levy con la niña a mi lado como prueba de mis palabras, pero la verdad es que no creo que vaya a tener el tiempo suficiente para hacerlo yo sola.

-¿Por qué no?

-Por que el C.G.I conoce todo acerca de las personas que trabajan para ellos -contesta-. Saben de las tierras que poseemos, los lugares que frecuentamos, ubican a nuestros conocidos y amigos, todo -enfatiza-. Si yo desapareciera, el doctor Hoffman sospecharía de inmediato que algo anda mal y si encima me llevara conmigo a la niña, sólo estaría confirmándoles que planeo atacarlos con todo lo que tengo.

Cada palabra que deja su boca, solo consigue empeorar mi confusión.

-En cambio, si tu lo hicieras, ellos no sospecharían que hay algo más salvo un inocente intento por enfrentarte a Wen tras todo lo que acabas de descubrir -sugiere.

-P-pe... pero yo no... puedo llevarme a nadie -tartamudeo de tan nerviosa que todo esto me pone-, no hay manera. No sé manejar, no tengo ni idea de cómo cuidar a una niña, dudo que siquiera sepa cuidarme a mí misma. ¿A dónde me iría? ¿Qué le diría a la niña? ¿Qué sucedería si nos encuentran? -para cuando termino de hablar me falta el aliento y mi respiración está completamente agitada.

-Madison, cálmate -se ríe-. ¿No dije que pensé esto por bastante tiempo?

La miro completamente insegura mientras la única cosa en que logro pensar es en las cien mil posibilidades en que esto podría terminar y todo apunta en una sola dirección: mal.

-¿Confías en mí? -su mano apretando la mía es lo que finalmente me ayuda a reaccionar.

«Sí confío en ti», pienso. «Pero en ellos...»

-¿Recuerdas esto?

Coloca una llave plateada sobre la mesa. La misma que utilizó para abrir la sala de pruebas cuando me la mostró.

-Es una copia de la mía -explica-. Entrarás de noche, sacarás a la niña lo más rápido que puedas y luego se irán tan rápido como sea posible a otro lado, a donde tú decidas.

-¿Cómo? -la cuestiono-. No llegaré a ningún lado caminando.

-Necesitarás la ayuda de Levy -sugiere y sacudo la cabeza tan pronto escucho su nombre-. Lo necesitamos.

-No -me rehúso de inmediato-. Saben que nos conocemos, lo buscarán y nos encontrarán. Tú lo dijiste, conocen todo sobre nosotros y no lo arriesgaré de ese modo.... Levy no es una opción.

-Escúchame -me interrumpe-, todos saben que Clarisse es madre de Levy y si no quieren levantar sospechas, no cuestionarán a su hijo. Eso los pondría en evidencia.

Debo admitir que sus palabras tienen sentido, pero no podría soportar que algo le pasara por mi culpa. Sé que él haría cualquier cosa por mí y es precisamente por eso que arriesgarlo de esa manera sabiendo las consecuencias que puede traerle si nos atrapan, sería injusto de mi parte.

-Solo necesita llevarlas lo más lejos que se pueda para ganarnos tiempo -insiste mi madre y al no encontrar una mejor opción para el trabajo, me fuerzo a asentir-. Bien -exhala-, cuando estén fuera yo comenzaré a trabajar con Clarisse y así, para el momento que las encuentren, estaremos listas.

-¿Para el momento en que nos encuentren? ¿Planeas que eso pase?

-Bueno, espero que tarden un buen rato en hacerlo -balbucea y hago una mueca ante su repentina inseguridad.

-¿Y qué pasará cuando lo hagan? ¿Qué sucederá con la niña?

-La protegeremos -me dice y no sé por qué me cuesta tanto trabajo creerle esta vez-. No vamos a dejar que nada le pase.

-¿Estás segura de que funcionará? -titubeo.

-No lo estaría proponiendo si no lo estuviera.

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