~Lunes~
Siempre intenté adaptarme a estas fechas. Nunca fui muy fan de San Valentín, pienso que hay cosas mejores, como jugar algún videojuego, ver alguna película o pasar el rato navegando en internet. Pero por lo visto, sólo el 14 de Febrero está bien el ser detallista con tu pareja...que cosa tan más rara.
¿Y qué hago yo si no tengo pareja? ¿Me jodí?
Como sea, tuve que ignorar todo eso e ir a la escuela. No tenía muchas ganas la verdad, estoy jugando un videojuego y me gustaría completarlo; de resolver juicios y encontrar al culpable, el protagonista es un abogado.
Pero tuve que arrastrar mi cuerpo a la escuela, por lo menos puedo jugar en la escuela con mi consola portátil, eso aliviará el aburrimiento.
Entré al salón y me senté en mi butaca al fondo. Había llegado temprano y poco a poco veía a mis compañeros entrar. A Ibuki, a Saionji, a Owari, a Nidai, a Teruteru etcétera. Era un buen ambiente para ser lunes.
–Nanami, buenos días.–Me saluda Komaeda quién tiene moretones y raspadas por toda la cara, también tiene la ropa sucia y un poco rasgada.
–¿Qué te pasó?–Es algo habitual de Komaeda el meterse en líos, pero esos golpes se veían como algo serio.
–Nada ¿Porqué lo preguntas?
–Estas... manchado de sangre.
–No tuve suerte esta mañana, eso es todo.
–¿Un atropello? ¿O un gato te cayó en la cara?
–No, unos tipos me asaltaron por la calle.
–¿Qué?
–No parecían muy amable...
–¿Te golpearon? Necesitas ir a la enfermería.
–No es eso, unos tipos me quisieron asaltar pero no pudieron.
–¿Porqué?
–Porque un camión se volteó, era un camión de Fanta y toda la calle se inundó.
–¿Y terminaste así?
–No, llegue a un parque, me cayó una ardilla rabiosa y me atacó.
–Y terminaste lastimado.
–No, la ardilla se asustó porque un perro se acercó y comenzó a morderme.
–Y...¿Ya?
–Si pero viniendo para acá un camión pasó por un charco de lodo y me salpicó, eso y que pise mierda de perro por accidente.–Komaeda finaliza su historia con una sonrisa.
–Pues...sí que no tuviste mucha suerte.
–La verdad es que fue un poco humillante, casi llegó tarde por culpa de todo eso.
–Komaeda, no entiendo como tu propia suerte no te ha matado hasta ahora.
–Jajaja eso me preguntó yo todos los días.
–Sera mejor que vayas a la enfermería, y al baño a lavarte, ya sabes... hueles a lodo y a mierda.
–Vaya, no pensé que pudiera verme más asqueroso de lo que ya lo soy, una basura como yo cubierto de más basura...
–Komaeda, tienes que trabajar en esa autoestima, no es sano.
–No hace falta que te preocupes, nadie debería preocuparse por una porquería humana como yo.–La sonrisa de Komaeda no desaparecía, se dió la vuelta y dispuso a marcharse–Ire a lavarme antes de que llegue la maestra Yukizome.
°~°~°
Komaeda caminaba con tranquilidad, algunos alumnos lo miraban extraño por su estado tan lamentable. Eso a Nagito no le importó, ya estaba acostumbrado a que lo mirarán extraño y susurren "¿Qué carajos le pasa a este chico?", Nagito entendió que los símbolos de la esperanza miren con desprecio a alguien tan inútil y desechable como Nagito.
Entra al baño más cercano, una vez ahí, se limpió la cara y el cabello, tiró al bote de basura su chaleco, la camisa blanca de abajo se había salvado. Komaeda se miró al espejo, no pudo evitar sentirse mal, no porque estaba cubierto de lodo, sino porque...es él, y cada vez que se ve le hace sentir inútil.
–Debo mantenerme positivo...¡Debo mantener mi esperanza!
La puerta se abrió, otro alumno había entrado, un castaño pelopincho con traje negro y corbata, se acercó a los lavamanos, también tenía algunos rasguños en la cara y la ropa llena de basura y tierra, por su cara se le veía enfadado.
Ambos jóvenes se quedaron callados, se limpiaba cada quién por su cuenta. Nagito miró de reojo al chico de a lado, tenía un buen moretón en la cara, quizás era un puñetazo. El castaño también voltea a ver a Komaeda y se percata de su estado lamentable.
–Oye ¿Estás bien?–Pregunto el castaño, su semblante cambia de enfado a preocupado.
–Si, creas o no esto es muy normal para mí.–Komaeda le sonríe–Tu tampoco te ves bien,a enfermería está al fondo del pasillo.
–Pero sólo la clase principal puede ir ahí...–Susurra Hinata con enojo en sus palabras.
–¿Qué?
–No nada, que me pasaré ahí más tarde.–El castaño vuelve a sonreír, pero es una nueva claramente falsa.
–Bueno...–Komaeda no le da más importancia–Sera mejor que me vaya, no quiero que la maestra se enfade por llegar tarde.
Nagito se va. El castaño vuelve a estar enfadado, ni siquiera debería estar en este edificio, esto es para la clase principal, para los símbolos de la esperanza y sus talentos; no para un jodido estudiante del curso preparatorio. Varios alumnos le tiraron basura nada más verlo entrar, incluso uno se atrevió a darle un puñetazo. Es un chico sin talento ¿Porqué creyó que esto sería buena idea?
Una vez ya limpio, precedió a irse, pero se topó con un pequeño rectángulo de plástico en el suelo. Era una credencial. El castaño lo tomó, decía con letras bien claras "Nagito Komaeda, Clase 77", quizás al albino se le había caído mientras se sacudia, pero estaba llegando tarde a clases, se lo devolvería más tarde por lo que se limitó a guardarlo en el bolsillo.
~°~°~
–El proyecto para la evaluación final ¡Será hacer una carta de San Valentín!–Exclamo Yukizome con suma energía.
Varios alumnos se quejaron. A mí no me importó tanto, preferiría jugar con mi consola antes que hacer una carta pero si es el proyecto no hay problema. La puerta se abrió y pude ver a Nagito quién ya parecía un poco más presentable.
Los lunes son muy aburridos y estresantes. Sentí mucho sueño durante las clases, hasta que llegó el timbre para almorzar. Me fuí con mi consola portátil en las manos hasta que Komaeda me detuvo.
–¡Nanami! ¡Mi mala suerte me ha atacado de la peor manera!
–¿Qué?
–Mi credencial...¡No la encuentro!¡Kibougamine va a estar decepcionada de mí!
–No es para tanto, quizás la olvidaste en casa.
–No creo... quizás la haya dejado en el baño, debí distraerme mientras hablaba con ese chico...
–¿Chico? ¿Conociste un chico en los baños?
–Algo así, no se de qué clase era pero...
Komaeda se fue corriendo a los baños, yo lo seguí (Obvio no me metí al baño de hombres, lo esperé afuera). Komaeda salió con tristeza en su rostro, no lo había encontrado.
–¡Y si ese chico se lo llevó!–Komaeda era bueno sobreactuando–¿Qué voy a hacer?
–Solo es una credencial, ni nos sirve de nada.
–Es una credencial otorgada por la Academia Kibougamine...es mi identificación cómo símbolo de esperanza...perderla, es cómo perder mi identidad.
–Busquemos en otra parte, no nos sirve quedarnos aquí.
–Debo buscar ese chico, si tengo suerte lo tendrá él.
–¿Y si no la tienes?
–Jaja Nanami, yo siempre tengo suerte.
°~°~°
El castaño caminaba de nuevo al edificio de la clase principal. Tenía intención de devolver la credencial pero se arriesgaba a que lo golpearan de nuevo. A lo lejos, pudo apreciar al albino, acompañado por una chica. Se acercó con la credencial en la mano.
–¡Oye tú! ¡Puto curso preparatorio vete de aquí!–Le gritaron algunos a lo lejos.
Hinata sentía ganas de correr, no otra vez.
–Solo... déjenme en paz...
–¡¿Vienes a manchar el nombre de Kibougamine?!–Le gritaron otros.
–Yo sólo quiero... confiar en mí mismo...
°~°~°
–Algo está pasando por allá–Le dije a Komaeda, había oído algunos gritos.
–¡Es él!–Komaeda se fue corriendo, directo hacia el chico, yo lo seguí, quería saber porque tanto escándalo.
Los dos se acercaron al castaño. La situación se había vuelto incómoda.
–Hola otra vez.–Dijo Komaeda con su clásica sonrisa.–Veo que tú moretón ya se mejoró.
–Si...toma.–El castaño le entrega la credencial–Lo dejaste en el baño.
–Gracias, te estaré agradecido para siempre.
–¡¿Porqué le hablas a ellos maldito curso preparatorio?!–Una persona a los lejos gritó con notorio enfado.
–¿Curso preparatorio?–Creo que ya sabía que estaba pasando.
–¿Qué es eso?–Se pregunta Nagito.
–Nada, olvídalo.
El castaño se da la vuelta y se va. Los insultos siguen, Komaeda lo ve alejarse, parece que quiere seguirlo pero se queda de pie, con la credencial en las manos.
–Bueno, será mejor que nos vayamos.–Le digo a Nagito.
–Si...ni siquiera me dijo su nombre, que lastima, parecía buen sujeto.
–Es del curso preparatorio, quizás si buscas en su edificio, lo puedes encontrar.
–¿Y qué es eso?
–No estoy segura... pregúntale a Yukizome.
–Si...okey, confiaré en mi esperanza de volverme a topar con él, aunque no sepa ni su nombre.
Nagito se despide y se va de ahí. Quizás, tener un amigo del curso preparatorio le vendría bien a Komaeda. Decidido, le ayudaré a encontrar ese castaño.
Continuará...
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