~Domingo (FINALE)~

Último capítulo.

Contiene escenas de sexo explícito.

Estuve dándole vueltas al asunto todo el día, mis manos sudan un poco y mis piernas no paran de temblar. Estoy a diez pasos de la mansión de Sonia y no encuentro el valor para tocar el timbre y pedirle que salgamos a dar una vuelta. Y no es porque sea alguien debidamente tímida, ella es una princesa a fin de cuentas, y no consigo ahorrar el coraje para invitarla a salir.

Vamos a salir como amigas, ni más ni menos. Eso es lo máximo que puedo anhelar.

Una vez ya tranquilizada mi respiración, me dirijo hacia la puerta mientras pienso en que voy a decir. Intentó recoger las últimas piezas de valor esparcidas por mi mente antes de hacer el suave sonido de que están llamando a la puerta.

No voy a mostrarme nerviosa, no hay razón para estarlo. Es una amiga, nada más. Nada más.

Me repito eso último a mí misma una y otra vez hasta que la puerta se abre y una mujer vestida de sirvienta me da la bienvenida con una sonrisa.

—Buenos días señorita ¿Le puedo ayudar en algo?—Su tono es más de una recepcionista en un enorme edificio que la de una sirvienta atendiendo un invitado.

—Si...quería saber si Sonia se encuentra en casa.-Siento mi voz temblar un poco pero doy mi mayor esfuerzo, no recuerdo cuando fue la última vez que estuve tan nerviosa.

—Si claro, puede esperar en la sala si gusta.

Nunca había visto una residencia tan grande pero a la vez tan modesta. Me imagino a una pequeña Sonia paseando por los largos pasillos de la mansión, despertando, cenando, haciendo la tarea, en si, siendo una estudiante, una jovencita. Era inevitable que me robara el corazón.

—¡Nanami!—Escucho su voz, levanto la mirada y la veo ahí, toda serena acompañada de su encantadora sonrisa.—Que agradable sorpresa el verte aquí.

—Hola, siento no haber avisado.

—Eres bienvenida ¿Qué te trae por aquí?

—Hay un festival...hay un festival del 14 de Febrero, no tengo nada que hacer y estaba pensando en...si quieres ir conmigo.

—Claro, sería la primera vez que festejaré San Valentín ¿Y qué mejor que celebrarlo con Nanami?

Termina su frase con una sonrisa. Eso fue demasiado para mí, mis mejillas se sonrojan y estoy segura que ella lo nota, pero es tan amable que no me lo hechara en cara. Solo espero que no se de ideas acerca del porque me estoy sonrojando. Me da igual, estoy feliz de que aceptara venir conmigo.

°~°~°~°

Creo que la regla°1 a la hora de tener una cita es ser puntual para que no quedes como un total estúpido.

Bueno, pues Komaeda no parece conocer esa regla. Ya que en vez de llegar a la 1:00 PM como habían acordado, llegó a la 1:45 PM. No estamos hablando de un pequeño retraso, sino de casi una hora. Cualquier persona se había ido furiosa por haber sido casi plantado, pero si hay algo que aprendió Hinata en el curso preparatorio es que las mejores oportunidades llegan tarde y algunas merecen esperar. Komaeda es de esas oportunidades por lo que Hajime no se quejó acerca de su tardanza.

—Lo lamento muchísimo Hajime, no volverá a pasar.

—Okay, no te preocupes.

—En serio, trataré de compensarlo, perdóname Hajime.

—Ya te dije que no hay problema.

—Pero...

—Con un carajo Nagito, te dije que no pasa nada—Hinata le sonríe con amabilidad—No tienes porqué disculparte por todo.

—Ya... jeje supongo que en verdad no pasa nada.

Komaeda había llegado tarde ya que por su colonia hubo un choque, seguido de un atraco, más aparte un intento de suicidio, unos cuantos derrumbes por negligencia y por último que el camión no pasaba. En fin, nada que no se haya visto antes.

En punto de encuentro para verse fue en un parque cerca del festival. Komaeda venío hecho un destrozo pero no dejaba de verse lindo, en cambio, Hinata había tratado de escoger su mejor ropa, se había duchado como cuatro veces y traía una caja de regalo en las manos.

—Lo bueno es que ya estás aquí—Hajime le entrega la caja de regalo—Toma...feliz San Valentín.

—Oh Hajime...—Komaeda sintió un flechazo, nadie le había dado un regalo antes, fue como volverse a enamorar de Hinata—G-Gracias...

—Adelante ábrelo, quiero ver si te queda.

Con cierta torpeza, Nagito abre el regalo poco a poco mientras que el castaño lo mira con emoción. Es un abrigo verde, un poco largo pero bastante chula. Komaeda lo levanta de la caja, le encanta.

—Gracias Hajime, acerca de tu regalo...te lo daré más tarde.

—Vale, esperaré pacientemente—Hinata se acerca y le da un pequeño pero dulce beso en los labios, al parecer Nagito lo acepta—Ahora vámonos, tenemos todo un día por delante.

Caminan para el festival, Komaeda sigue llegando el regalo con una sola mano. Mira de reojo a Hinata, y con algo de nerviosismo pero a la vez confianza, entrelaza sus dedos con los de Hinata tomándolo de la mano y caminando al mismo ritmo.

Es la primera vez que caminan juntos tomados de la mano. Algunas miradas de desconocidos de dirigen hacia ellos pero ya están acostumbrados a que los miren raro. Algunos los miran con indiferencia, otros con una sonrisa (quizás admirando lo apuesto de alguno de ellos) y otra hacen una mueca de asco, claramente desaprobando que dos hombres se tomen de la mano, y peor aún, que sean pareja.

Hinata empezó a apartar su mano de la de Nagito pero este lo mantiene con fuerza. Es como que si suelta a Hajime, lo perderá para siempre.

—No tienes porqué estar al pendiente de lo que digan los demás—Le dice Komaeda con firmeza, lo mira como si fuese un niño pequeño al que darle indicaciones.

—Eso lo sé pero...no quiero que nos vean de esa forma—Hinata ya había pasado buena parte de su vida ignorado e infravalorado, ahora es el centro de atención pero no de la mejor manera.

—Que se jodan—Las palabras de Nagito están cargadas con seguridad, hace mucho que no se sentía tan confiado—Hinata, cree en ti mismo, tienes todas las cualidades para ser una persona importante algún día.

—... Gracias Nagito—Desvia la mirada del albino, quizás por la vergüenza—Mira, ya llegamos.

Todo el festival está decorado con corazones, rosas y dulces. Muy empalagoso, quizás más de la cuenta. Pero el ambiente es agradable, ambos saben que hoy iba ser un gran día.

°~°~°~°

Me sorprendió saber que Sonia es de esas personas que prefieren caminar que ir en algún vehículo.

Hablamos durante todo el recorrido. Incluso me soltó unas cuantas carcajadas. Sonia es muy divertida, me hizo decenas de preguntas acerca a de San Valentín, a lo que yo pude responder unos cuantos ya que, como dije antes, no me suelen interesar mucho estas fechas.
Sonia lo entendió, me dedico otra sonrisa.

Es la primera vez que no la veo con el uniforme puesto, lleva un clásico vestido rosa con zapatillas de tacón, yo en cambio, voy en blusa y falda, algo sencillo. Llegamos, las dos nos percatamos de que el sitio está a rebosar de parejas, me sentí un poco nerviosa, no quería que Sonia pensara que esto es una cita, pero por lo visto no le importó.

—Vaya, todo esto es nuevo para mí—Me dice Sonia con un entusiasmo parecido a como un niño dentro de una dulceria—Vamos Chiaki, hay que explorarlo todo.

Mi corazón se emocionó un poco, era la primera vez que me llamaba por mi nombre y no por mí apellido ¿Eso quiere decir que somos amigas? Por supuesto que sí, y eso me pone contenta.

°~°~°~°

—¡El número 21 se lleva el premio doble!—Anuncia el señor mientras agita una campana.

Los participantes rápidamente voltean a ver el número en sus sillas para saber si son el afortunado número 21, entre ellos, Nagito se levanta con su clásica sonrisa. La suerte se había puesto una vez más de su lado.

—Yo soy el número 21, así que creo que el premio doble es para mí.

—¡Felicidades jovencito! Dime ¿Qué regalo quieres?

—Ufff la verdad es que hay mucho para elegir—Komaeda posa su mirada en las hileras de peluches llenos de colores, formas y tamaños—¿Tú qué opinas Hajime?

—No tengo ni idea sobre peluches ¿No vale con cualquiera?

—¿Qué? Hajime, que insensible eres a veces, debe ser uno que combine con mi habitación.

—¿Eh? Qué femenino resultaste ser.

—Mmmmm, quiero ese—Komaeda apunta al peluche elegido, el señor se lo entrega.

Es un pequeño conejito rosa con un moño rojo en las orejas, tiene una paleta multicolor en la boca. Komaeda admira el peluche, es muy suave que podrías dormir con el. No sé arrepiente de su decisión.

—Si, definitivamente este combinará con la alfombra—Bromea Nagito.

—Jaja ¿No es esta la parte dónde me lo regalas como en las películas?

—¿Porqué? Lo gane yo—Komaeda abraza con fuerza el peluche como si quisiera protegerlo.

—Se supone que tú siendo mi pareja, al conseguir un peluche me lo tienes que dar para que yo lo guarde y lo abraze pensando en tí.

—Que femenino resultaste ser—Komaeda le toma del mentón y lo besa—Pero este es mío, si consigo otro te lo llevas a casa.

De todas formas, Hinata es el que está cargando el peluche ya que Komaeda lleva el regalo y sería demasiado. Siguen recorriendo el festival como si fuesen un par de niños pequeños que se han escapado de sus padres. Hay varios puestos con distintos juegos, Komaeda resultó ser bueno en todos (hace trampa, se llama suerte) varias chicas intentaron sacarle plática pero todas fueron rechazadas. Detalle que a Hinata no se le escapaba por alto.

—Perdón, vengo acompañado—Era lo único que les decía Komaeda antes de alejarse y seguir caminando a un lado de Hinata.

El castaño hacia todo lo posible por no sonreír triunfante al ver que las jovencitas no sonsacaban nada del albino. Viene acompañado por su pareja, punto final.

°~°~°~°

—A las 9:00 empieza la pirotecnia, debemos empezar a buscar un buen lugar para verlas.—Dice Sonia mientras se come unos bollos de carne con arroz.

—Aún es muy temprano, todavía no hemos terminado de ver los juegos—Le respondo antes de llevarme un bollo a la boca, están deliciosos.

Estamos sentadas en la banqueta a un lado del festival. La tarde se fue de sorpresa y el cielo empezaba a oscurecer. Sonia parecía muy feliz cuando llegamos a la sección de comida, descubrí que no sabe utilizar los palillos.
No nos hemos topado con Hinata y Nagito, algo raro ya que estaba segura que les gustaría venir. En fin, estén donde estén, se que la están pasando bien. Confío en ambos, y por lo visto su relación está marchando bien. Me alegra que ni Komaeda ni yo nos la pasamos solos en San Valentín como normalmente pasa.

—¿En que tanto piensas Chiaki?—Su dulce voz me saca de mis pensamientos, la miro como si no hubiera nada más que nosotras dos, sus brillantes ojos azules se notan con fuerza en la oscuridad, me mira curiosa.

—Nada es solo...que me estoy divirtiendo mucho.

—Yo igual, está semana he estado muy ocupada, incluso un poco estresada... necesitaba salir.

—Si... pienso lo mismo.

—Chiaki, si no te es molestia...¿Podríamos salir otro día?

Si esto fuese un videojuego, me quedaría en pausa para tratar de reflexionar acerca de lo que acaba de decir. Pero no es un videojuego y yo no estoy en pausa, sino que la estoy haciendo esperar en darle una respuesta.

—Me...me parece bien.

—Muy bien, salir contigo es divertido Nanami.

—Me alegro...—Estoy a un paso de arrodillarme y pedirle que se case conmigo—Sera mejor que empecemos a buscar un sitio para ver los fuegos artificiales.

—Estoy de acuerdo.

°~°~°~°

En cuanto el reloj marcó las 9:00, el cielo se adornó con explosiones multicolor, reventando y abriéndose como si fuesen flores mostrando sus pétalos ante un silencioso jardín. La gente los miraba con asombro, algunos los grababan con el celular para captar el momento.

En un sitio más apartado del festival, Komaeda y Hajime miran el cielo iluminado. Están sentados en el pasto, tomados de las manos y admirando el espectáculo en silencio. Ninguno dice nada pues sería quebrar el romántico ambiente. Una vez terminado, se miran fijamente.

—Sera mejor que volvamos a casa, ya es un poco tarde—Comenta Hinata.

—Solo un rato más, esto es agradable—Komaeda recarga su cabeza en el hombro del castaño cerrando los ojos.

Se quedan un rato quietos, disfrutando de la presencia del otro. Komaeda levanta la cabeza y besa a Hinata con pasión, este corresponde. Se quedan abrazados y compartiendo sus labios con dulzura, pensando que este es el día más feliz de su vida. Pero solo es uno de los muchos que van a tener ahora que están juntos.

Komaeda abre despacio su boca para darle acceso a Hinata. Este entra y recorre esa suave boca, saboreando su lengua y haciendo que Komaeda gima un poco. Se separan y se miran, creo que se sobrepasaron.

—Hajime... realmente me gustas muchísimo—Nagito vuelve a besarlo—Por eso...y-yo... quiero...

—Nagito...

—Pero tú no estás listo, por lo que seré paciente—Komaeda desvía la mirada con vergüenza pero con una pequeña sonrisa.

Hinata le toma del mentón y lo besa una vez más, entrelaza sus dedos con los de Nagito, sintiendo la calidez, el mundo parece detenerse para ellos; lejos de todo el mundo. Ocultos en una oscuridad dónde solo existen ellos dos.

Con las manos aún entrelazadas, ambos se ponen de pie y vuelven al festival. Todavía hay mucho movimiento; risas, comida, juegos. Todavía hay mucho que hacer.

Pero pese a eso, la pareja decide ir a la casa de Nagito para seguir disfrutando de la noche.

Una vez ya estando ahí, ambos caminan a la habitación de Komaeda, una habitación sencilla, con muchos libros y fotos en las paredes. Ambos se sientan en la cama, con vergüenza en las mejillas y temblor en las manos.

—Si quieres que me detenga solo dilo—Dice Hinata.

—Hajime, ¿estás seguro? Ayer...

—Ayer estaba un poco sorprendido, pero ahora estoy seguro—El castaño vuelve a tomar la mano de Komaeda—Quiero... experimentar esto contigo.

—B-Bien...—Komaeda intenta relajarse, Hajime debe estar igual o más nervioso que él pero intenta mostrarse seguro.

Si Nagito necesita seguridad, Hajime se lo dará, si Nagito necesita que alguien más lleve el control, Hajime es el indicado. Así funciona esto, se dan lo que el otro necesita. Se complementan para mejor.

Hinata coloca una mano sobre la entrepierna de Komaeda. Es apenas el primer roce y Komaeda ya siente escalofríos, la vergüenza recorre cada una de sus venas, pero quiere continuar.

Hinata, una vez más, muestra confianza para tratar de calmar la tensión.

—¿Quieres que me detenga?

—No...no...sigue, por favor...

La mano del castaño se mueve en círculos, estimulando el miembro de Komaeda hasta ponerse efecto. Los nervios de Nagito se calman un poco, dando paso al placer, por otra parte, Hinata sigue estimulando con cierta rapidez al mismo tiempo en que besa con lujuria a su novio.

—Hajime...-Susurra Nagito entre besos.

Mientras el cuerpo de Nagito sufre de los nervios, el de Hinata sufre de la emoción. Hinata recuesta a Nagito en la cama y se le posiciona encima, besa su cuello y le levanta la camisa; está haciendo un poco de frío por lo que los rosados pezones de Komaeda se van poniendo duros y firmes, Hinata va mordiendo uno mientras pellizca el otro. Komaeda se muerde el puño de su propia mano por mera reacción, su cuerpo se está excitando con mucha facilidad.

—Te vez tan lindo—Dice Hinata en voz baja—Podremos hacer tu sueño realidad Nagito.

Se besan, Hajime le baja los pantalones a Komaeda, mostrando sus delgadas piernas pálidas y su ropa interior, dónde en el centro se aprecia un bulto. Hinata está sudando frío, trata de ignorar su nerviosismo ahora le corresponde terminar lo ya empezado. Solos en aquella cama, compartiendo su intimidad.

Le baja la ropa interior y aprecia el latente miembro de Nagito, pidiendo a gritos algo de atención. Hajime lo toma y mueve su mano de arriba hacia abajo con lentitud, provocando que Nagito diga su nombre con un tono de voz más agudo.

—Aaah...Aaah...Hajime...

Hinata sigue masturbando a Nagito con cierta fiereza al mismo tiempo en que él mismo se va excitando hasta que los pantalones empiezan a apretar cada vez más.
Si sigue así, Nagito se correrá pronto y eso sería terminar las cosas demasiado rápido.

—Hajime... tú también quítate la ropa...

—Claro, no sería justo para tí.

Hinata se quita la camiseta y los pantalones. Komaeda admira el cuerpo desnudo de su pareja incluso en la oscuridad de la habitación, se ve tan atractivo que quiere empujarlo al suelo para hacerlo suyo una y mil veces. Pero debe ser paciente, aunque ahora mismo le es imposible.

Hajime toma las piernas de Komaeda para abrirlas un poco. Agacha la cabeza y va lamiendo su entrada con cierta dificultad y torpeza, dejando más que claro que es la primera vez que hace esto.

—Mmm...¡Ah!—El cuerpo de Komaeda es muy sensible y delicado, sus piernas tiemblan y hace todo lo posible para no venirse.

—Nagito, eres un poco impaciente.

—Es que...te deseo mucho...

—Yo igual...—Se acomoda entre sus piernas—Te deseo Nagito.

Komaeda se sintió la persona más amada del mundo. Hajime va entrando en él poco a poco, llenando su interior, abriendo su intimidad. Komaeda arquea la espalda y abraza a Hinata por la espalda, arañando un poco.

Los vaivenes hacen enloquecer a Komaeda, no teniendo tiempo ni para reaccionar. Quiere más, quiere más de Hajime Hinata. Mueve sus caderas y abre sus piernas lo máximo posible, indicándole a Hinata que lo quiere más profundo.
El castaño pilla su indirecta y toma a Komaeda de las caderas para que el placer se mueva con mayor fuerza y derrumbe el cuerpo de ambos.

Están en pleno éxtasis, los ojos de Komaeda muestran un placer total, ni siquiera está mirando a Hinata, está tan desorientado por las fuertes sensaciones que todo lo demás parece secundario.
Hinata no deja de mirar a su novio, le besa, le muerde el cuello hasta dejarle marcas que mañana seguirán ahí. Quiere dejar huella en el cuerpo de Komaeda.

Continúan por otro rato. Suspiros, caricias, mordidas,nombres dichos en la oscuridad y embestidas que van aumentando su fuerza. Todo ello oculto en esas cuatro paredes.

—Aaah...N-Nagito...

Las embestidas han llegado al punto de comerse todo a su paso. De llenar tanto hasta tocar en más de una ocasión el punto débil de Komaeda quién súplica por más. Son jóvenes, su energía y confianza les hace embestir con más fuerza. El orgasmo está cerca.

Una desconocida calidez escala por sus estómagos, indicando que van a correrse. Sus manos siguen entrelazadas, esperando el desenlace.

—¡Hajime!

Komaeda es el primero en venirse, es normal pues el pobre se lo estaba aguantando ya un rato. Su corrida salpica tanto su abdomen, como el de Hajime.

—Nagito... Aaah...

Tras un par de embestidas más, el castaño se viene dentro de su novio. Komaeda cerró los ojos con fuerza ante tan desconocida sensación. Se quedan un rato recostados, tratando de recuperar el aire.

°~°~°~°

Sonia fue muy amable al acompañarme a casa. Nos despedimos y le dije "Nos vemos mañana". Hace mucho que no llegaba tan contenta a casa. Tomé mi celular para llamar a Nagito.

Que por cierto, ¿dónde está?

°~°~°~°

El celular de Komaeda sonó, ambos se estaban vistiendo.

—Es Nanami—Komaeda respondió a la llamada y lo puso en altavoz.

Hola ¿Cómo te la pasaste el mejor día de tu vida?—Dice Nanami.

—Mejor de lo esperado—Komaeda mira a Hinata vestirse—¿Y tú?

Muy bien, si esto sigue así puede que el próximo año presuma de mi pareja—Se nota que Nanami está de buen humor.

—Yo de mientras voy presumiendo el mío.

Era de esperar, bueno te dejo porque ya es tarde y mañana hay clases.

—Oye Nanami.

¿Si?

—Gracias por ayudarnos mucho a Hinata y a mí, sin ti, no tendríamos esto.

Se lo merecen, sólo intenta no arruinarlo.

—Haré mi mejor esfuerzo, feliz San Valentín Nanami, eres una gran amiga.

Gracias, feliz San Valentín a ti también, igual eres un buen amigo.

Komaeda cuelga. Hinata se acerca y le toma de la mano.

—Esta fecha no está tan mal, puede que le vea su lado bueno.

—A mí me parece excelente, me permitió declararme y a tí corresponderme, le debemos las gracias.

Se dieron un último beso antes de levantarse a darse una ducha. Enamorarse fue sencillo, declararse fue todo un reto. Simplemente...los dos pusieron de su parte para que la cobardía se fuera y diera paso al amor.

°~°~°~°

Fin.

Sé que San Valentín fue hace un par de semanas, o hace algunos meses (esto para los que lo leerán en el futuro) pero nunca es tarde para escribir y leer HinaKoma.

Pero cuéntenme ¿Cómo se la pasaron en San Valentín?

Gracias por leer hasta el final. ¡Vota y comenta si quieres más historias así!

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