Un mes después

Miraba por la ventana del auto; el clima era frío debido a que la navidad ya se estaba acercando, las personas se movían de un lado a otro mientras llevaban bolsas llenas de regalos y comida para los preparativos de la víspera de navidad.

— ¿Acaso me estás escuchando?—Le di una mirada desinteresada a la chica junto a mí—. Ya casi llegamos.

No respondí, solo volví a mirar por la ventana. Cerré mis ojos y en ese momento el auto se detuvo, los abrí y mire el edificio que estaba frente a mí; un montón de recuerdos invadieron mi mente.

La escuela estaba llena de estudiantes que bajaban de sus autos y se adentraban en ella para seguir con sus actividades académicas regulares.

—Yo me iré a casa por mi cuenta—, me giré antes de cruzar la puerta observando su rostro esperando una reacción negativa.

—Está bien, voy a estar esperándote.

Le di una sonrisa.

—Gracias.

Me di la vuelta y me adentre en la escuela. Di la vuelta en una esquina y me quedé frente a la puerta donde todo comenzó, mire el cartel que estaba arriba de la puerta y una sonrisa apareció en mis labios.

EL CLUB DEL PERIÓDICO.