• 8. Operación: Adiós, Mackenzie (1/2)•

El auto se detuvo, no había prestado atención al camino estaba concentrada jugando en mi teléfono como para mirar por la ventana, la puerta se abrió para dejar ver una casa completamente desconocida, baje del auto mirando a Jack con el ceño fruncido.

«Diosito este es el momento donde me dices si debo correr por mi vida porque me van asesinar, ¿No lo crees?»

Jack cerro la puerta del auto detrás de mi y comenzó a caminar hacia la casa.

—¿Dónde estamos?—Dije mientras me quedaba en mi lugar sin moverme.

—En mi casa—, respondió mientras sacaba unas llaves de su bolsillo—, te vas a resfriar si te quedas con esa ropa.

—Podías simplemente dejarme en mi casa—, me abracé a mi misma para dejar de temblar por el frío debido a la ropa mojada.

—¿Y que tú mamá me mirará feo por qué tienes toda la ropa mojada? Gracias por la oferta pero no.

—¿Seguro que es solo por eso?

—Si.

—Entonces, ¿no es la parte en dónde me dices que eres un asesino en serie y que soy tu próxima víctima?

—¿Tengo cara de asesino en serie?

—Tal vez—, caminé hasta donde él estaba—, solo que la de desgraciado se lleva toda la atención.

Jack soltó un suspiro mientras abría la puerta.

—A veces pienso que deberías estar en un psiquiátrico—, abrió la puerta, colocó su mano en mi espalda baja y me dio un empujón hacía el interior de la casa—. Bienvenida a mi casa, loca.

No me dio tiempo de poder mirar la casa con más detalle porque las luces estaban apagadas y no se podían distinguir ni las siluetas de las cosas, Jack me tomo del codo para guiarme por la oscuridad de la casa; comenzamos a subir por unas escaleras—por las que casi me caigo como la pendeja que soy—hasta un pasillo, abrió una de las puertas que estaban allí y encendió la luz. Estábamos en su cuarto, ¿Cómo lo sé? La repisa llena de medallas y trofeos que se dejaba ver a un costado de la habitación lo delataban.

Jack me soltó y se acercó al armario abriéndolo y sacando ropa de el.

—¿Dónde están tus padres y Mara?

—Mamá en el trabajo, papá y Mara fueron a casa de un amigo de la familia—, saco una camisa negra y la puso sobre la cama, se dio la vuelta hacía el armario otra vez—, y bueno ya sabes porque no estoy con ellos.

No dije nada más, mire toda la habitación meticulosamente; la cama en una esquina del cuarto, frente a ella el gran armario, una mesita de noche junto a la cama con una lámpara, la estantería llena de trofeos y debajo de ella otra igual pero está estaba repleta de juegos para PlayStation, y un escritorio con una computadora junto con algunos libro de texto. Me acerque al escritorio para mirar más de cerca una foto que estaba sobre el; eran dos niños pequeños, el niño abrazaba a la niña por los hombros con una sonrisa mientras que ella estaba cruzada de brazos con una sonrisa de boca cerrada.

—¿Éramos tiernos cierto?—Me di la vuelta al escuchar la voz de Jack a mis espaldas.

—Si—, puse la foto sobre el escritorio—, Mara y tu se veían lindos.

Jack sonrió.

—Ponte la ropa que te deje sobre la cama—, se acercó a la puerta y la abrió—. Te espero afuera, loca.

Salió del cuarto dejándome sola, me acerque a la cama y comencé a quitarme la ropa para ponerme la que Jack me dejó. Cuando terminó de ponerme la camisa la puerta se abrió, me di la vuelta rápidamente.

—Deje las llaves aquí—, dijo Jack mientras se cubría los ojos con la mano—, ¿terminaste?

—Puedes dejar de cubrirte los ojos.

Jack abrió un pequeño espacio entre sus dedos para asegurarse de que estaba vestida.

—Te queda muy bien mi ropa—aludió mientras me miraba.

—Ya empezaste.

«Señor sálvame de esta tortura, mejor conocido como Jack Anders»

Jack se acercó a la cama y tomo las llaves del auto que estaban sobre ella, caminé hasta la puerta y lo espere en el pasillo, después de unos minutos él también salió y bajamos las escaleras. Salimos de la casa y entramos al auto, el transcurso del viaje fue silencioso y tranquilo, el auto dejo de moverse al estar frente a la entra de mi casa, me quite el cinturón de seguridad y abrí la puerta.

—¿Tienes alguna idea de que vas hacer con Mackenzie?—Pregunto Jack cuando estaba apunto de cerrar la puerta.

—No—, confesé, no tenía ni una idea de que hacer pero tenía claro que no iba a dejar que Mackenzie seguirá siendo una arpía—, pero ten por seguro que se me ocurrirá algo.

Jack solo asintió.

—Buenas noches, loca.

—Buenas noches, desgraciado.

Cerré la puerta y Jack volvió a conducir devuelta a su casa. Entre a mi casa—de la manera más silenciosa posible—y caminé por la sala para poder llegar a mi hermosa cama para dormir pero en ese momento la luz de la lámpara junto al sofá se encendió.

—Jovencita—, la voz de mamá me hizo parar antes de poder llegar al pasillo—, ¿Qué son estas horas de llegar y porque llevas esa ropa?

—Mami...

—¿Acaso tu novio y tú tuvieron...?

—¡No! Mamá por dios—, negué mientras pasaba una mano por mi pelo.

«¿Qué son esos pensamientos que le implantaste a mi mamá, Todopoderoso? »

—Layla, si lo hicieron...

—Buenas noches, mamá.

Antes de que pudiera decir algo más corrí por el pasillo hasta llegar a mi cuarto encerrándome en el, me tire sobre la cama soltando un suspiro y mientras mis ojos se cerraban poco a poco por el cansancio.

[...]

—Tengo sueño—, me queje mientras me recostaba en mi silla.

El día de clases apenas había comenzado, y tan pronto como llegué a la escuela Grace, Mara y Erika comenzaron a bombardearme con preguntas sobre lo que pasó en la reunión del equipo de Básquet, les conté todo—menos la parte en dónde Jack me veía cambiarme por el retrovisor del auto y que fuimos a su casa—, les conté solo lo más importante. Estábamos en la única clase que compartimos las cuatro— la peor de todas— la cual era química.

—Esa bruja—, Mara estaba sentada a mi lado y detrás de nosotras estaban Grace y Erika—, yo siendo tu la arrastro a la piscina también.

—Cayo demasiado bajo—, Erika jugaba con un mechón de mi cabello—. Lo bueno es que Jack estaba ahí y no sufriste una humillación.

—Estoy apunto de arrancarle esa uñas postizas—, Grace se cruzo de brazos.

El golpe sordo que se escuchó en la mesa que compartía con Mara nos hizo acomodarnos en nuestras sillas y mirar al frente; la profesora nos observaba irritada por nuestras falta de atención por el tema que estaba explicando, nadie le estaba prestando atención pero nosotras fuimos demasiado obvias—como siempre—y nos descubrieron.

—Por favor, continúen hablando pero está vez que toda la clase escuché—, la profesora nos mira a todas con una sonrisa.

Ninguna se atrevió a responder, porque responder significaba: Cinco puntos menos en el examen de la próxima semana.

Sin esperar respuesta se dio la vuelta dándonos la espalda para volver a la pizarra, la clase siguió con su habitual método para hacernos sufrir, hasta que por fin el timbre sonó y salimos del salón, caminábamos por los pasillos mientras hablamos de que podríamos hacer con Mackenzie. Llegamos al club y entramos mientras acomodábamos nuestras cosas.

—¿Cómo acabas con la abeja reina de este lugar?— Pregunté mientras me dejaba caer sobre una silla.

—La golpeas dónde más le duele—, dijo Erika sentándose sobre la mesa a mi lado.

—¿Qué es lo que más me duele a esa bruja andante?—Mara comenzó a sacar unas mini libretas de su bolso.

—La única cosa que puede controlar a su manera pero si se la quitas ya no es nada—, expuso Grace apoyándose de la mesa.

—Las porristas—, dijimos todas al mismo tiempo.

Una sonrisa apareció en nuestros rostros, mientras nos mirábamos.

«Las grandes mentes piensan igual»

Tome una de las libretas que Mara había traído para entrevistar al equipo de básquet porque en unos días tendríamos el primer juego del año escolar, lo bueno de esto es que voy a poder devolverle la ropa al desgraciado y lo malo las porristas también van a estar ahí. Solo pensar en que voy a tener que verle la cara a Mackenzie por una hora hace que quiera tirarme por la ventana.

—Grace, tu formabas parte del equipo de porristas—, la mire mientras me enderezaba en la silla—. ¿Hacía algo que no está permitido?

—Nada de lo que hace dentro del equipo está permitido—, Grace se masajeo la sien—, ella es una mala persona, literalmente abusa de manera psicológica a las integrantes del equipo.

—¿Y nadie se atreve acusarla con él director?—Mara mira sorprendida a Grace—, ¿es por eso que hay menos porristas?

—Si, Mackenzie las amenaza y por eso se mantienen calladas pero las que ya no aguantaban se retiraban del equipo.

—Esa víbora—, Erika se cruzó de brazos.

—Debemos hacer que caiga en su propio juego—, dije llamando la atención de todas—, y la mejor forma de hacer es con ayuda de alguien interno.

Mire a Grace, ella entendió rápidamente todo y me sonrió.

—Eres malvada—, comentó burlona.

—Lo sé—dije mientras me levantaba de la silla—, vamos, es hora de que la operación adiós Mackenzie comience.

Tomamos las libretas y salimos del club para ir a la cancha de básquet, los pasillos estaban llenos de estudiantes, llegamos a las puertas de la pista de básquet. Las abrimos y lo primero en lo que se posicionó mi mirada fue en él desgraciado, ¿Por qué? Bueno adivinen quién estaba sobre el cómo un chicle, muy bien adivinaron, Mackenzie.

El desgraciado trataba de quitársela de encima pero la mujer es persistente, su mirada cayó en mi, ella me sonrió con esa maldad con la que siempre lo hacía mientras se acercaba más a Jack, le dio un beso en la mejilla y eso detonó un bomba.

—¡Y está quien se cree para andar besando a mi hermano!—Mara se acomodo unos mechones sueltos de su cabello—. ¡Ahora sí la mato!

Antes de que pudiera hacer algo contra Mackenzie, Erika, Grace y yo la sostuvimos evitando que fuera arrancarle la cabeza solo porque le dio un beso en la mejilla a el desgraciado.

—¡Suéltenme!—Mara forcejeaba para soltarse de nosotras pero la sosteníamos con más fuerzas—. ¡ Tu debes estar de mi lado Layla, es tu novio!

«Por tres semanas»

—Mara, recuerda: operación adiós, Mackenzie—, le mencioné para que se calmara.

Dejo de moverse como si fuera un pez fuera del agua y se calmo.

—Pero sino sale bien la operación, yo mismo le arrancó los pelos.

—Trato hecho, Mara—, dije con una sonrisa.

Mire a Jack irse a los vestidores, mira a las chicas y les hice una seña con la cabeza para darles a entender que el plan ya había comenzado, caminé hasta los vestidores para devolverle la ropa al desgraciado. Caminé entre los casilleros hasta que vi al desgraciado.

«Por. La. Madre. De. Todos. Los. Desgraciados»

Me di la vuelta rápidamente cubriéndome los ojos.

—¿Qué haces aquí?—Pregunto mientras yo le daba la espalda.

—Vengo a devolverte la ropa que me diste anoche.

—¿Y por qué estás de espaldas?

—Estas prácticamente desnudo de la cadera para arriba—, dije obvia.

—Que exagerada.

—Cállate, desgraciado.

Jack comenzó a reírse, yo solo me límite a dar pasos inseguros en su dirección sin quitarme la mano de los ojos. El desgraciado siguió riendo pero se detuvo abruptamente de la nada, me jalo del brazo y me pegó a los casilleros quitándome la mano de los ojos.

—No te asustes y sígueme el juego—, mascullo en mi oído.

—¿Qué juego?

No respondió solo metió su cabeza en el espacio que estaba entre mi hombro y mi cuello, mi piel se erizo al sentir su aliento, trate de empujarlo pero tomo mis manos y las puso sobre mi cabeza. Comenzó a dar pequeños besos en esa zona, mi cuerpo se estremecía por cada uno hasta que escuche la puerta cerrase.

Jack se separó de mí.

—Nos estaban viendo—, dijo con simpleza mientras se ponía la camisa.

Me recompuse y aclaré mi garganta para poder hablar.

—Podrías haber avisado antes de hacer eso.

Jack me sonrió.

—¿Por qué temblabas tanto, loca?

—Adiós, desgraciado—, digo rápidamente para evitar que este momento se tornará más incómodo de lo que fue.

Deja la ropa en la banca que en dónde estaba su bolso.

« Todopoderoso, explícame porque me haces esto, es que te quiero entender»

Salí de los vestidores y mi mirada se detuvo en Grace que estaba hablando muy animadamente con Mackenzie, esto fue todo lo que necesite para saber que la operación estaba en marcha.

[...]

Nota de la autora:

¡Hola!

Espero que te gustará este capítulo del Club Del Periódico.

Estoy muy agradecida por el 1k de lecturas, muchas gracias a todas las personas que apoyan la historia de Layla y Jack ❤️.

Espero que sigan apoyando está historia y a sus personajes, al igual que sus aventuras antes de graduarse.

Díganme:

¿Quisieron que Mara medio matará a Mackenzie?

¿Les gustaría más acercamientos de Layla y Jack?

Te agradezco por leer.

Deja tu voto si te gusto.

Besos Gea <3























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