• 29. Cita y... ¿Espionaje?

La luz mañanera se colaba por la ventana de mi cuarto dándole la bienvenida a un nuevo día. Estaba tendida boca arriba sobre mi cama, recordando la noche de películas que tuve con el desgraciado y como se había ido devuelta a su casa en plena madrugada porque Valery y mamá iban a regresar a casa y no sería lo ideal que nos encontrarán juntos, en una casa, solos y de noche.

Solté un suspiro mientras frotaba mis ojos para luego parpadear un par de veces, intentando hacer desaparecer el sueño. Me levanté lentamente, sintiendo el frío del suelo bajo mis pies descalzos. Caminé hacia la ventana y corrí las cortinas, dejando que la luz del sol inundara la habitación.

Mientras cambia mi pijama, mi mente seguía divagando sobre la noche anterior. Había algo en su mirada, algo en lo cual no me había enfocado en ese precio momento, una mezcla de arrepentimiento y deseo, que no podía sacarme de la cabeza. ¿Qué significaba todo eso? ¿Qué significaba esa mirada?

Decidí que necesitaba despejar mi mente, así que salí de mi habitación a la cocina para prepararme un café con leche. Mientras el aroma del café recién hecho llenaba la casa, escuché pasos a mis espaldas. Mamá y Valery ya se habían levantado.

—Buenos días—dije, tratando de sonar despreocupada.

—Buenos días, cariño —respondió mamá, dejándose caer en una silla con un suspiro—. ¿Cómo estuvo tu noche?

—Tranquila —mentí, sonriendo—. ¿Y la de ustedes?

Valery me lanzó una mirada sospechosa, pero no dijo nada. Sabía que ella podía leerme como un libro abierto, y eso me preocupaba. ¿Había notado algo extraño?

—Fue divertida —dijo mamá—. Pero estoy agotada. Creo que me voy a mi cuarto a dormir un rato más.

Asentí y le serví una taza de café a Valery. Mientras mamá desaparecia por el pasillo yendo a su cuarto Valery se acercó a mí con una ceja levantada.

—¿Qué pasó anoche? —preguntó en voz baja.

—Nada —respondí rápidamente, demasiado rápido.

—No me mientas—advirtió.— ¿Qué hiciste anoche?

—Nada, solo ver películas, comer pizza y leer un rato.

—¿Así? ¿Entonces porque cuando llegamos anoche mamá y yo puede oler perfume de hombre?

Sentí que se me baja la tensión, ¿Es que acaso está mujer tenía un olfato súper desarrollado?

—Debes estar alucinando—, repliqué, tratando de desviar el tema.

—O tu estás mintiendo—, objeto en mi contra—. ¿Acaso tu novio estuvo aquí?

Valery me miró fijamente esperando una respuesta. Suspiré en rendición sabiendo que no podía ocultarle nada a mi hermana.

—¿Acaso tienes nariz de sabueso?— pregunté.

—Respondiendo tu pregunta, se distinguir un buen perfume de hombre y el que usa tu novio es muy bueno—, informó mientras tomaba la taza de café que le había preparado, caminamos hasta la sala y nos dejamos caer el el sofá con cuidado de no derramar el café—. Y por lo visto, yo tengo razón, estuvo aquí.

—Si, estuvo aquí—, murmuré en voz baja.

—¿Y bien? ¿Usaron los condones que les di?

—No tuvimos sexo Valery—, le aclaré rodando los ojos.

—En algún momento lo harán—, me informa con una sonrisa —, te acordarás de mis palabras Layla.

—Lo que digas— dije restándole importancia.

Mi teléfono comenzó a vibrar en el bolsillo de mi pantalón, lo saqué mientras le daba un sorbo a mi café, me había llegado la notificación de un mensaje en WhatsApp. Abrí la notificación y vi el mensaje:

Desgraciado:

¿Quieres salir más tarde? En una cita, una de verdad y no una improvisada.

Mientras me quedaba mirando el mensaje en mi teléfono, una oleada de emociones me invadió. Mis sentimientos hacia él eran complicados; una mezcla de atracción y confusión hacían estragos en mí.
Por un lado, había algo en su presencia que me hacía sentir viva. Cada vez que estaba cerca, mi corazón latía más rápido y sentía una conexión que no podía ignorar. Sus ojos, su sonrisa, la manera en que me miraba… todo eso me hacía sentir especial, como si fuera la única persona en el mundo que importaba.

Pero por otro lado, había una parte de mí que estaba en guardia. No se cómo debo tomarme las cosas en cuanto se trata de relaciones amorosas o que él hiciera algo para lastimarme y eso me asustaba. ¿Podía confiar en él? ¿O estaba destinada a salir lastimada?

Recordé la noche anterior, cómo habíamos reído juntos, compartido historias y momentos de silencio cómodo. Había sido perfecto, hasta que tuvo que irse. Esa despedida apresurada me dejó con una sensación de vacío, como si algo importante se hubiera quedado sin decir.

Tomé una respiración profunda y respondí:

Me parece bien, nos vemos a las tres.

Su respuesta no tardó en llegar.

Desgraciado:

Te recogeré a esa hora entonces, nos vemos luego loca.

Volví a apagar mi teléfono para guardarlo y centrarme nuevamente en la taza de café que tenía en mi mano y en Valery que estaba a mi lado observándome en silencio.

—¿Algo importante que comentar, Layla?— Interrogó con una sonrisa traviesa.

—No mucho—respondí para luego tomar de mi café y levantar del sofá—. Iré a mi cuarto, debo pensar en que me voy a poner para más tarde.

—¿Más tarde? ¿Acaso tienes una cita?— Preguntó, con una voz divertida a mis espaldas. Yo solo la mire por sobre mi hombro dándole una sonrisa mientras me dirigía al pasillo—, espera, ¿De verdad vas a una cita?

Valery me alcanzó y entro conmigo a la habitación, por su expresión podía deducir que sería una mañana interesante dentro de las cuatro paredes de mi habitación.

[…]

Me miré al espejo por décima vez, ya casi era hora de que Jack llegara por mi, la mayor parte de la mañana me la pase sentada en una de las esquinas de mi cama mientras observaba como Valery dejaba patas arriba a mi closet, ya que según ella estaba buscando “el atuendo perfecto” para esta ocasión.
No me disgustaba la elección de vestuario que escogió, en realidad, me sentí cómoda con el.

—¡Ya lo encontré!— exclamó Valery triunfante, entrando en la habitación. Había salido en busca de algún accesorio que, según ella, “completara el look”.

Mire lo que estaba sosteniendo; era un collar delicado que hacía juego perfecto con el vestido negro que había elegido para mí. Valery se puso detrás de mi para ponérmelo, agarré mi cabello para que pudiera amarrarlo.

—Estas lista—, dijo, con una sonrisa cómplice—¿Preparada para conquistar?

Deje caer nuevamente mi cabello sobre mis hombros y mi espalda. Asentí, tomando un último respiro profundo antes de que el timbre sonara, anunciando la llegada de Jack. Mi corazón latía con fuerza mientras me dirigía a la puerta, preguntándome qué sorpresas me esperaban en esta “cita real”.

Abrí la puerta y ahí estaba Jack, con una sonrisa que parecía iluminar el día. Llevaba un ramo de flores en la mano, un gesto que me hizo sonreír aún más.

—Para ti —dijo, extendiéndome las flores.

—Gracias, son hermosas —respondí, sintiendo cómo mis mejillas se sonrojaban.

Valery, que había estado espiando desde el pasillo, hizo un gesto de aprobación antes de desaparecer discretamente. Jack y yo nos dirigimos hacia su auto, y mientras conducíamos, me di cuenta de que no había mencionado a dónde íbamos.

—¿A dónde vamos, desgraciado?— Interrogue, curiosa.

—Es sorpresa, loca—, respondió Jack, guiñándome un ojo.

—Dame una pista—, pedí, juntando mis manos en forma de oración.

—No, además, ya falta poco para llegar.

—Por favor—suplique—, dime.

Jack negó con la cabeza mientras sonreía. Me cruce de brazos y mire por la ventana esperando que él tiempo pasará y que llegáramos rápido a nuestro destino. Al cabo de unos minutos llegamos al nuevo cine que había abierto en el pueblo, está hasta el tope de gente o al menos eso dejaba ver el estacionamiento.

—No pensaba que estuviera tan lleno —dije, mirando a mi alrededor—, digo, abrió hace menos de una semana.

—Es un lugar popular —respondió Jack, sonriendo—. Vamos, ya tengo las entradas.

Entramos al cine y nos dirigimos a la fila para comprar palomitas y refrescos. Mientras esperábamos, noté una figura familiar a lo lejos. ¿Era Mara? No podía ser, pero al mirar más de cerca, confirmé que era ella, y no estaba sola. Estaba con Dion, el mejor amigo de Jack.

—¿Todo bien?— Preguntó Jack, notando mi falta de atención a lo hacíamos.

—Si…—, contesté mirando a Mara y Dion—. Jack, ¿esos no son Mara y Dion?

Jack siguió mi mirada y también vio a Mara y Dion. En lugar acercarnos, el muy desgraciado me tomo del brazo y jalo de el para llevarme con él a una distancia segura lejos de la vista de Mara y Dion, dejamos varias palomitas en nuestro camino. Nos escondimos detrás de una columna y observamos cómo Mara y Dion parecían estar disfrutando de su propia cita.

—¿Que estamos haciendo?

—Espiándolos, ¿Qué están haciendo juntos? —susurró Jack, más para sí mismo que para mí.

Jack parecía sorprendido al ver a su hermana y su mejor amigo juntos y solos en el cine, ambos habíamos asomado nuestra cabeza mientras observamos la escena que pasaba frente a nosotros. Mara y Dion parecían divertirse, ambos con una sonrisa en sus caras disfrutando la compañía del otro.

—¿Nos quedaremos detrás de esta columna para siempre, desgraciado?

—No—informó—. ¿Qué te parece una misión?

—¿Una misión?— Arqueé un ceja.

—Seremos espías por una tarde, ¿qué te parece?

—¿Espiaremos a Mara y Dion?—dije divertida.

—Sera divertido, solo por este rato.

—Bien—acepte, sabía que esto era más que solo un juego. Jack quería asegurarse que su hermana esté bien.

La situación era tan absurda pero al mismo tiempo no, que resultaba graciosa. Nos reímos en silencio mientras veíamos a Mara y Dion entrar a la sala de cine. Decidimos seguirlos y, por casualidad, nuestras entradas eran para la misma película.

Nos sentamos unas filas detrás de Mara y Dion, tratando de no ser descubiertos. La sala de cine estaba oscura, iluminada solo por la luz de la pantalla. Jack y yo nos acomodamos en nuestros asientos, con nuestras palomitas y refrescos a mano.
Mientras la película comenzaba, me di cuenta de que Jack y yo estábamos más cerca de lo que habíamos estado desde que salimos de mi casa. Nuestros brazos se rozaban ligeramente y, de vez en cuando, nuestras manos se encontraban en el reposabrazos compartido. Cada vez que nuestras manos se tocaban, sentía una pequeña descarga eléctrica que me hacía sonreír.

Jack se inclinó hacia mí y susurró:

—¿Estás bien?

Asentí, sonriendo. La película era una comedia romántica, llena de momentos divertidos y tiernos. De vez en cuando, miraba hacia adelante para ver a Mara y Dion. Parecían estar disfrutando de la película, riendo y compartiendo palomitas. Jack y yo intercambiamos miradas cómplices cada vez que algo gracioso sucedía en la pantalla. En un momento, me incliné hacia Jack y susurré:

—¿Crees que ellos saben que estamos aquí?

—No lo creo —respondió, tratando de contener la risa por una escena de la película.

A medida que la película avanzaba, me sentí más relajada. Jack y yo compartimos risas y comentarios en voz baja, disfrutando de la experiencia juntos. Sentí que este momento nos estaba acercando aún más.

Al final de la película, cuando las luces se encendieron, Jack y yo nos quedamos sentados por un momento, observando cómo Mara y Dion se levantaban y salían de la sala. Nos miramos y sonreímos, sabiendo que habíamos compartido algo especial.

—Bueno, esto fue inesperado —dije, mientras salíamos del cine.

—Definitivamente. Pero me alegra que hayamos venido —respondió Jack, tomando mi mano.

La cita había tomado un giro inesperado cuando decidimos espiar a Mara y Dion, pero de alguna manera, eso la hacía aún más especial. Después de salir del cine, Jack y yo decidimos caminar un poco por el centro comercial. La tarde estaba llena de risas y conversaciones ligeras, pero no podía dejar de pensar en lo que habíamos visto.

—¿Crees que Mara y Dion están saliendo? —pregunté, rompiendo el silencio.

—No lo sé—respondió Jack, encogiéndose de hombros—. ¿Te parece raro?

—No, solo me sorprende. Mara no me había mencionado nada y por lo visto Dion a ti tampoco—dije, tratando de procesar la información.

—Bueno, viéndolo así, tal vez no estén juntos—objeto Jack, comiendo de su helado de fresa—, si estuvieran juntos Dion me lo hubiera dicho.

—Tal vez tengas razón.

—¿Sabes? —dijo Jack—. Me alegra que hayamos tenido esta cita. Siento que estamos empezando algo especial.

Sentí un calor en mi pecho al escuchar sus palabras. Asentí, sonriendo.

—Yo también lo siento así —respondí, mirándolo a los ojos.

Terminamos nuestros helados y decidimos regresar al coche. Mientras caminábamos hacia el estacionamiento, vi a Mara y Dion salir del cine. Volvimos a escondernos pero está vez detrás de un auto.

—¿Deberíamos acercarnos? —preguntó, puede sentir una mezcla de curiosidad y nerviosismo en su voz.

—No, dejémoslos disfrutar de su tiempo juntos —respondí, sonriendo—. Ya tendremos tiempo para preguntarles después.

Asintió, y juntos nos dirigimos al auto.  La tarde había sido llena de sorpresas, pero también de momentos especiales que atesoraría. Mientras Jack me llevaba de regreso a casa, sentí que habíamos dado un gran paso en nuestra relación.

Al llegar a mi casa, Jack se despidió con un beso en la mejilla, prometiendo que nos veríamos pronto. Entré a mi casa con una sonrisa en el rostro, sintiendo que este era solo el comienzo de algo maravilloso.

[...]

Hola lindas personitas, ¿Cómo están? Yo muy bien.

Bueno por aquí les dejo el capítulo 29 del club del periódico. Espero que hayan disfrutado mucho el lindo momento que compartieron Layla y Jack. Este capítulo se lo quiero dedicar a Nasta4399 muchas gracias por estar pendiente en la historia y comentar.

Por cierto,creo que ya pudieron verlo pero igual lo voy a decir:

¡Tenemos portada nueva del club del periódico!

Está muy linda la verdad.

¿Que les parece a ustedes?

Bueno ahora sí, preguntas:

¿Dion y Mara están saliendo?

¿Layla y Jack para espías profesionales?

Espero que te haya gustado el capítulo.

Deja tu voto y tu comentario.

Gracias por leer.

Nos vemos el sábado.

Besos Gea <3.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top