• 27. La llamada •
Jack
Y díganme, ¿Cómo reaccionarían ustedes si después de una práctica de básquet llega una chica y te dice que es tu cuñada? ¿Se espantan? ¿Se emocionan? ¿O simplemente no sabes cómo tomarlo? Bueno si me lo preguntas a mi—y claro que lo haces—soy una mezcla de las tres opciones en este preciso momento.
No había pasado mucho tiempo de que salimos del gimnasio, habíamos tardado porque una persona —la loca— nos retuvo y también por el echo de que estuve unos minutos en las duchas del gimnasio para cambiarme a mi ropa habitual y justo ahora caminaba a la par de mi cuñada por los pasillos en un silencio tranquilo y sereno, veía a varios estudiantes caminar de un lado a otro cambiando de salones por la tercera hora de clases por mi parte estaba tranquilo no tenía clases hasta después de la hora de descanso en la cafetería.
—¿Algún lugar tranquilo para hablar?— Pregunto rompiendo el silencio entre nosotros.
—La biblioteca—, sugerí—, está por aquí.
Di la vuelta en una de las esquinas del pasillo caminando al frente con total confianza y seguridad en dirección a la biblioteca, escuchaba en sonido de los tacones de Valery a mis espaldas, unas puerta muy parecidas a las del gimnasio pero de madera me hicieron detenerme. Abrí una de las puertas y mire a Valery.
—La cuñada primero—, comenté divertido.
Valery atravesó la puerta sin mucho retraso después de que la abriera, la seguí con la mirada al verla tomar asiento en una de las mesas al final de la biblioteca, me dirigí hacia aquella mesa mientras repasaba mentalmente lo que debía y lo que no debía decir en esta situación, por qué si, era la primera vez que me encontraba en esta situación donde seguramente me interrogarían hasta que ya no hubiera nada más que preguntar. Lo se, con toda la seguridad del mundo lo se, ¿Por qué? Respuesta sencilla, Mara lo ha hecho en diversas ocasiones.
Tome una de las sillas de la mesa y la acerque a mi tomando cierta distancia con Valery, me senté en la silla quedando frente a ella quien me miraba con una mirada escéptica. Valery se inclinó ligeramente hacia adelante, sus ojos brillando con una mezcla de curiosidad y determinación.
—Jack, necesito saber algo importante —dijo, su voz firme pero no agresiva—. ¿Cuáles son tus intenciones con mi hermana menor, Layla?
Sentí un nudo formase en mi estómago, no esperaba que la conversación tomara este giro tan rápido pensé que primero me preguntaría las típicas preguntas de; ¿Hace cuánto salen? ¿De que trabajan tus padres? O algo así, no es que mis intenciones con la loca sean malas al contrario pero ahora veo que está mujer que tengo al frente no se anda con rodeos.
—Antes que nada, espero que la impresión que te haya dado no fuera mala—, comencé a decir para relajarme y olvidarme de aquel nudo en mi estómago—, y sobre mis intenciones con Layla, créeme cuando te digo que no tengo malas intenciones con ella, es una gran persona y aunque no lo parezca quiero lo mejor para ella.
«Aunque eso signifique que no deba estar con ella»
Valery me observó en silencio por un momento, evaluando cada una de sus palabras con sumo cuidado antes de responder.
—Como ya te imaginarás, como hermana mayor Layla es muy importante para mí —replicó ella finalmente—. Y necesito asegurarme de que no la lastimarás, sobre todo porque eres su primera pareja.
Me quedó en silencio, mis pensamientos corrían a mil por hora al igual que mi corazón. Sabía que Valery no se detendría hasta obtener respuestas, y aunque yo mismo tenía muchas preguntas, también sabía que no podía confiar en cualquiera que apareciera de la nada y que fuera el novio de tu hermana pequeña.
—Entiendo tu preocupación —hable finalmente—. Yo también tengo esa preocupación cada vez que veo a alguien interactuando con mi hermana más allá de una amistad. Te prometo que mis intenciones con Layla son sinceras; solo quiero verla feliz.
«¿Enamorado Anders? Tal vez »
Valery asintió, una chispa de alivio iluminando sus ojos.
—Espero que así sea, Jack. Porque si la lastimas, tendrás que responderme a mí—, me miró de forma amenazante que me hizo pasar saliva de forma instantánea—. Y créeme que no soy muy amable cuando alguien le hace daño a mi hermana.
Tomé una respiración profunda y asentí. Sabía que Valery estaba siendo protectora, y eso solo aumentaba mi determinación de mostrar mis intenciones con Layla y no solo a Valery sino también a la misma Layla.
—Muy bien, estaré confiando en ti—, Valery se levantó de la silla y yo también.
—Me alegro saber eso—, dije mientras ambos salíamos de la biblioteca.
Y al momento de poner un pie fuera de la biblioteca ella apareció.
—¿Qué estaban haciendo ustedes dos? —preguntó, mirando a ambos con una ceja levantada—. ¿Qué te dijo?
Valery suspiró y me miro antes de responder.
—Solo estábamos hablando, Layla. Quería asegurarme de que Jack tiene buenas intenciones contigo.
Layla se sonrojó ligeramente, sorprendida por la franqueza de su hermana mientras fruncía el ceño.
—¿En serio, Valery? —dijo, cruzando los brazos—. ¿No confías en mi juicio?
«Ambos sabemos que tenías miedo de que descubriera que está no es una relación como las demás»
Valery se acercó y puso una mano en el hombro de Layla.
—No es eso, Layla. Solo quiero protegerte. Eres mi hermana menor y me preocupo por ti.
Layla me miró, estaba buscando alguna señal de incomodidad en mi rostro pero yo solo le sonreí y me guiñe el ojo.
—Está bien, Layla. Entiendo por qué Valery está preocupada—, trate de que se relajara.
—Si, además ya somos grandes cuñados—; le informo Valery, no se cuando nos volvimos grandes cuñados pero si lo dice por algo es.
Layla suspiró y finalmente sonrió, relajándose un poco.
—Gracias, Jack. Y Valery, aprecio que te preocupes por mí, pero también necesito que confíes en mí.
Valery asintió, sonriendo con alivio.
—Lo haré, Layla. Solo quería asegurarme de que estás en buenas manos—, miro el reloj que tenía en su muñeca—, y hablando de asegurarme de cosas, debo ir a casa, nos vemos luego chicos.
Le dio un abrazo a Layla y luego se acercó a darme una a mi, pude escuchar cada una de las palabras que susurro en mi oído a la perfección, quedé estupefacto ante eso.
«¿Ahora que haré?»
—Casi lo olvidó —, dijo alejándose de mi, comenzó a rebuscar en su bolso algo no pasó mucho tiempo hasta que lo encontró y me lo extendió—. Usen protección niños, no quiero ser tía aún, soy muy joven, adiós.
Valery tomo mi mano para dejar la caja de preservativos sobre ella mientras nos veía a ambos con una sonrisa para luego darse la vuelta y alejarse de nosotros sin esperar respuesta desapareciendo por una de las esquinas al final del pasillo.
—Dime que ella no acaba de hacer eso—, suplico Layla a mi lado.
—Oh si, ella lo hizo—, afirme mientras sostenía la caja de preservativos en mi mano, mire a Layla con una sonrisa burlona—, tu hermana tiene buen gusto en condones.
—Cállate desgraciado—, rechisto.
—Oh vamos, tú lees sobre eso loca—, destaque al recordar sus libros.
—No es lo mismo—, replicó.
—Tienes razón—, acepte dándole una mirada socarrona —. Vivirlo es mejor.
—No te soporto—, comenzó a alejarse.
—Claro que si—, dije siguiéndola.
—Te odio.
—Me amas—, recalque.
«Y aquí vamos a empezar»
[…]
Las clases habían terminado, estaba en el auto esperando a Mara ya perdí la cuenta de cuántas veces marque a su teléfono y siempre terminaba en el buzón, solo me quedaba esperar. Estaba mirando la galería de mi teléfono con total tranquilidad hasta que me llegó una llamada y no era cualquiera.
Conteste.
—¿Qué?— Pregunté en cuanto pegue mi teléfono a mi oído.
—¿Así le hablas a tu prometida?— Rodeé los ojos, su voz melosa y dramática resonó al otro lado de la línea telefónica.
—¿Qué necesitas Lizzie?— Volví a preguntar de forma hostil a pesar de mi intento de sonar amable pero me era muy difícil serlo cuando se trataba de ella y todo lo que conllevaba el solo hablar con ella.
—Lo que necesito es que mi prometido sea responsable con su parte en todo esto, nuestro padres ya están organizando la boda y debo decirte que será después de tu graduación—, informo.
Sentí como el corazón se me encogió en mi pecho. La idea de casarme con Lizzie, una persona con la que no compartía ningún sentimiento verdadero, me llenaba de desesperación y siempre que trataba de buscar alguna salida de la situación solo acaba en un callejón sin salida. Mi mente se llenó de pensamientos sobre Layla, ¿Qué pasará si se entera? ¿Me odiara?.
—Lizzie, ya hemos hablado de esto —dije tratando de mantener la calma—. No creo que este matrimonio sea una buena idea, para ninguno de los dos.
—No tienes opción, Jack —respondió Lizzie con frialdad—. Nuestros padres ya han tomado la decisión. Solo tienes que cumplir con tu parte.
Apreté los dientes, sintiendo la frustración crecer dentro de mi. Sabía que mis padres y los de Lizzie estaban más interesados en los beneficios económicos y sociales de esta unión que en nuestros propios sentimientos.
—Lo siento, Lizzie, pero no puedo seguir con esto — contesté finalmente, con voz firme—. No puedo casarme contigo cuando no siento nada por ti.
Hubo un silencio tenso al otro lado de la línea antes de que Lizzie hablara de nuevo, su tono ahora más suave pero aún determinado y arisco.
—Jack, entiendo que no tengas ningún tipo de sentimientos por mi, te entiendo de verdad, pero esto es más grande que nosotros. Piensa en nuestras familias.
Cerré los ojos, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre mis hombros. Sabía que tenía que tomar una decisión difícil, una que podría cambiar mi vida para siempre, de forma positiva o negativa, la cambiaría y no había vuelta atrás si eso pasaba.
—Lo pensaré —dije al paso de unos segundos sabiendo que necesitaba tiempo para encontrar una solución que no lastimara a nadie.
Colgué la llamada sin esperar respuesta de su parte.
Sentí cómo mi corazón se encogía en mi pecho, cada latido resonando con una mezcla de desesperación y frustración. El aire en el auto se volvió denso, casi sofocante, mientras trataba de procesar las palabras de Lizzie. Mis manos temblaban ligeramente, y tuve que apretar el volante con fuerza para mantenerlas quietas dejando el teléfono sobre una de mis piernas.
El sonido de la voz melosa y dramática de Lizzie aún resonaba en mis oídos, como un eco persistente que no podía sacudirse. Cada palabra que ella había dicho parecía clavarse en mi mente, recordándome la presión y las expectativas que nuestras familias habían puesto sobre mi. Sentía un nudo en la garganta, dificultándome la respiración, y mis pensamientos se arremolinaban en un torbellino de confusión y angustia.
«No tienes opción»
Ese pensamiento me carcomía vivo.
Mire mi teléfono, la pantalla aún iluminada con la llamada finalizada, y sentí una punzada de dolor en el pecho. La imagen de Layla apareció en mi mente, su sonrisa cálida y sus ojos azules llenos de vida. Pensar en ella me daba un pequeño respiro, un rayo de esperanza en medio de la tormenta que se avecinaba. Pero también le recordaba lo complicado que se había vuelto todo.
El aroma a cuero del interior del auto, mezclado con el ligero perfume que Mara siempre dejaba atrás, me resultaba reconfortante y familiar. Sin embargo, en ese momento, todo parecía teñido de una sensación de inevitabilidad y pérdida. Cerré los ojos por un momento recostando mi cabeza del volante, tratando de calmarme, pero solo logré que las imágenes y los sonidos se intensificaran en mi mente.
El zumbido del tráfico afuera del auto, el murmullo distante de los estudiantes que salían de la escuela, todo se mezclaba en un ruido de fondo que apenas registraba. Mi atención estaba completamente absorbida por la conversación que acababa de tener y las implicaciones que traía consigo.
Finalmente, abrí los ojos acomodándome en mi asiento mire hacia el horizonte, tratando de encontrar una solución en medio del caos. Sabía que tenía que hablar con Layla, explicarle la situación y encontrar una manera de salir de este enredo sin lastimar a nadie. Pero en ese momento, todo lo que podía hacer era esperar y tratar de mantener la calma, mientras el peso de mis responsabilidades y mis sentimientos me aplastan lentamente.
Seguía sumido en mis pensamientos cuando escuché el sonido familiar de la puerta del auto abriéndose. Levantó la vista y vi a Mara subirse al asiento del copiloto. Su presencia siempre me traía una sensación de calma, aunque en ese momento, mi pobre mente seguía enredada en la conversación con Lizzie.
—¡Hey! —dijo Mara, con una sonrisa que iluminaba su rostro—. Perdón por la demora, tuve que quedarme un poco más en la biblioteca con las demás.
Intente devolverle la sonrisa, pero sabía que mi preocupación se reflejaba en mi rostro, no importa si trataba de ocultarla Mara se daría cuenta.
—No te preocupes —respondí, tratando de sonar despreocupado—. ¿Cómo te fue?
Mara me observó con atención.
—¿Estás bien, Jack? —preguntó, con su tono lleno de preocupación—. Pareces… preocupado.
—Es Lizzie —le confesé, no había necesidad de mentirle—. Me llamó para decirme que nuestros padres ya están organizando la boda. Será después de la graduación.
Mara frunció el ceño, su expresión cambiando a una mezcla de sorpresa y enojo.
—¿Qué? ¿Cómo pueden hacer eso sin consultarte? —exclamó—. Sabía que nuestros padres eran controladores, pero esto es demasiado tanto para ti como para ellos.
Asentí, me sentía un poco de alivio al compartir mi carga con Mara.
—Lo sé. Y lo peor es que no quiero casarme con Lizzie. Mis sentimientos están en otro lugar… con otra persona.
Mara me miró con comprensión y puso una mano en mi hombro.
—Jack, tienes que hablar con nuestros padres. No pueden obligarte a hacer algo que no quieres. Y si necesitas mi apoyo, sabes que siempre estaré aquí para ti.
—Gracias, Marita—, dije mientras le daba una sonrisa y ponía una de mis manos sobre la que tenia en mi hombro—. Realmente aprecio tu apoyo. Necesito encontrar una manera de salir de esto sin lastimar a nadie.
Mara sonrió y le dio un ligero apretón mi hombro.
—Lo haremos juntos, Jack. No estás solo en esto, no por nada soy tu gemela.
Sentí una oleada de gratitud hacia mi hermana, no importa en que problema estaba metiendo ella siempre estaría ahí. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero con Mara a mi lado, sentía que podría enfrentar cualquier desafío.
[…]
Hola lindas personitas, ¿Cómo están? Yo muy bien.
¿Adivinen quién volvió con las actualizaciones de cada sábado? Así es, yo.
Por aquí les dejo este capítulo que de verdad es uno de los cuales más disfrute escribir desde la perspectiva de Jack para que lo conozcan más de lo que ya lo hemos visto en el trascurso de la historia y también de como es la relación de hermanos entre Jack y Mara.
Ahora sí, preguntas:
¿Que te pareció Valery en este capítulo?
¿De verdad creíste que me había olvidado de Lizzie?
¿Que te pareció la narrativa de Jack en este capítulo?
¿Que crees que le susurro Valery a Jack?
Si este capítulo llega a tener más de 20 comentarios les subo el siguiente capítulo, la decisión queda en sus manos.
Espero que te haya gustado el capítulo.
Deja tu voto y tu comentario.
Gracias por leer.
Feliz sábado.
Besos Gea <3.
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