• 21. ¿Ahora que haremos? •
Mara
—¿Dónde se habrán metido esos dos?
Llevaba medio hora buscando a Layla y a Jack pero no los encontraba por ninguna parte, parece que se los trago la tierra por alguna razón; camine hacia la salida y abrí la puerta para absolutamente nada porque la volvía a cerrar en cuanto me di cuenta de la terrible lluvia que había afuera.
—No están tan locos como para salir ¿verdad?— Me pregunté a mi misma.
Negué con la cabeza ante esa idea absurda y me di la vuelta pero antes de comenzar a caminar en dirección al club mi teléfono comenzó a sonar en el bolsillo trasero de mi pantalón; mire el nombre que aparecía en la pantalla como si fuera el mismísimo infierno. Atendí la llamada y puse el teléfono contra mi oído.
—¿Dónde estás?— Ese tono gélido que escucho desde que tengo uso de razón se escuchó al otro lado de la línea—; ¿Estás en la escuela?
«Ni siquiera estás segura de dónde me encuentro»
—Si, estoy en la escuela—, respondí mientras me aguantaba mis ganas de colgar la llama.
—Excelente, Tom irá por ustedes en unos 10 minutos y si llegan a tener algún retraso prometo que no los dejaré respirar hasta el día que muera.
Siseó para colgar la llama, me quedé quieta en el pasillo con el teléfono aún pegado en mi oído; comencé a bajar lentamente mi mano mientras dejaba escapar un suspiro.
—¿Frustrada?— Me enderece y mire al otro extremo del pasillo para encontrarme con Dion—, por esa cara que tienes creo que ya se que te paso—. Dion llegó hasta a mi y tomo mi cara entre sus manos y giro mi rostro de manera suave de un lado a otro—; tengo razón, es por tu madre.
—Lo mismo de siempre—, comenté guardando mi teléfono mientras quitaba sus manos de mi cara.
—De verdad aún trato de comprender porque sigues viviendo allí.
—No están difícil ¿lo sabes verdad?
—Pero deberían salir ambos de ahí.
Un sabor amargo se instaló en mi boca.
«¿De verdad crees que no lo intentamos?»
—Somos marionetas en ese mundo de los negocios y la gente con dinero.
—Bueno, a veces si te comportas como una niña rica—, comento con burla, Dion comenzó a caminar por el pasillo.
—Eso no es cierto—, dije ofendida ante su suposición dándole un golpe en el hombro.
—¿Ah no? Que tal esa vez que estábamos en la tienda de juguetes, estabas haciendo un berrinche porque querías que tú niñera te comprará la mitad del lugar y cuando te dijo que no comenzaste a llorar.
Infle mis mejillas de aire para luego dejarlo salir instantáneamente.
—Teníamos ocho, ya pasó mucho tiempo de eso—; me excusé ante aquel penoso recuerdo, desvíe mi mirada de Dion para mirar hacia adelante.
—Pero aunque pasarán años, sigues siendo esa pequeña niña—, volví a mirarlo pero él ya no me veía a mi—. Nunca cambiaste, solo supiste como hacer que esa niña que llevas contigo se mantenga al margen y no salga de ese lugar donde la guardaste.
—Dion yo…— Mi teléfono volvió a sonar, maldije en voz baja mientras lo sacaba de mi bolsillo—, lo siento debo contestar.
Dion solo asiento con la cabeza, respondí la llamada y pegue mi teléfono a mi oído.
—¿Por qué tantos mensajes? ¿Quién se murió?
—¿Dónde te metiste? Te estoy buscando desde hace un rato — le reclamé.
—Estaba… ocupándome de algunos asuntos.
—Nos vemos frente al estacionamiento, quieren vernos.
—¿Qué piensas que es ahora?
—¿Quieres la verdad?— Hice una pausa pensando en varios escenarios en dónde está conversación con nuestro padres nos puede llevar y todos son más desastrosos que el anterior—, no lo sé, de ellos podría esperar cualquier cosa.
—Mara, ¿podrías hacerme un pequeño favor?
Ese tono suplicante ya lo conocía.
—¿Qué clase de favor?— Indague mientras por el rabillo del ojo miraba a Dion mirar su teléfono mientras hablaba.
—¿Podrías conseguirme algo de ropa seca? Es que me moje mucho en la lluvia.
—¿Piensas que eres un niño de cinco años? Hasta donde yo tengo entendido tienes diecisiete y ya eres lo suficientemente maduro para saber que cuando está lloviendo tienes que usar una sombrilla o quedarte en un lugar techado—, comencé a regañarlo—; ¿Se puede saber que hacías tú afuera con el clima de hoy?
—Después te explico—, hice una mueca sabiendo que no me lo iba a decir.
—Te veo en los vestidores del gimnasio en cinco minutos, te dejaré la ropa ahí y luego iremos al estacionamiento a esperar el auto.
—Esta b…
Colgué la llamada.
—Dion, ¿Sabes dónde puedo conseguir ropa para Jack?
[…]
—¿Entonces me vas a decir?— Pregunté mientras apoyaba mi espalda de los casilleros mientras miraba a mi hermano colocarse la camiseta de Dion (una que tenía guardada en su casillero junto unos pantalones).
—Tal vez.
—No me funciona un tal vez— dije para despegar mi cuerpo del casillero—. Déjame ver si adivino lo que pasó contigo.
Me acerque a mi hermano y comencé a dar vueltas a su alrededor; observándolo como si fuera una presa y detallando cada cosa que me pareciera extraña ante su comportamiento. Me pare frente a él tomando su cara entre mis manos y lo gire de un lado a otro; Jack arrugó su cara y quitó mis manos de ella.
—¿Ya descubriste algo?
—No—, anuncié al terminar mi “búsqueda”— pero estoy segura de que lo voy a descubrir en cualquier momento.
Aseguré mientras comenzaba a caminar a la salida de los vestidores con Jack detrás de mí; caminamos por el gimnasio luego de salir de los vestidores, al pasar por las puertas del gimnasio el pasillo estaba lleno de estudiantes que iban de un casillero a otro, unos corrían para salir de este pasillo y llegar a otro, pero no muy lejos, estaban Erika, Grace y Layla. Esperaba que está última se alejara—como las últimas veces que Jack aparecía— pero se quedó en su lugar como si nada.
—¿En cuanto tiempo te dijeron que vendrían por nosotros?— Preguntó Jack caminando junto en dirección a las chicas.
—En diez minutos—, comenté—; pero como es de costumbre estamos tardando más de lo previsto, se supone que ya deberíamos estar con ellos.
—A veces siento pena por el pobre de Tom que debe de esperarnos en el auto todo ese tiempo que tardamos—, reconoció Jack.
—¿Dónde han estado?— Pregunto Erika al momento en que estuvimos frente a ellas.
—¿Me crees si te digo que hemos estado corriendo de un lado al otro por toda la escuela?— interrogue mientras me cruzaba de brazos.
—Tal vez—, contesto.
—Yo si te creo—, comentó Grace mientras termina de arreglar su maquillaje.
—¿Vamos al club? Aún tenemos muchas cosas que hacer para el siguiente ejemplar—, le dí una mirada a Layla; su cabello estaba mojado y se había cambiado la ropa que llevaba hace un rato, las piezas del rompecabezas comenzaron a unirse en mi cabeza hasta que hizo clic.—¿Mara estás bien?
La mano de Layla se sacudía frente a mi cara.
—Si —, hice que bajara su mano—; Jack y yo debemos irnos por petición de nuestros padres así que no podremos ayudarlas hoy.
—¿Paso algo malo?— Indagó Erika.
—Nada de lo cuál haya que preocuparse, Erika— replico Jack a mi lado, lo mire esperando captar su mirada pero él miraba a Layla.
—Ya debemos irnos— le informe mientras tomaba del brazo a Jack—, debimos haber llegado con nuestros padres hace más de una hora, nos vemos luego chicas.
—Adiós—, se despidió Jack con la mano y las demás imitaron su acción.
Caminaba hacia la salida sosteniendo a Jack para llegar a la salida de la escuela, atravesamos un pasillo lleno de estudiantes que parecían no querer cederle el paso a nadie pero gracias a los empujones que di ya estábamos frente a la puerta. Salimos al estacionamiento y no muy lejos estaba el auto en dónde estaba Tom esperándonos, cruzamos la calle hacia la salida de la escuela llegando al auto.
—Hola Tom—,lo saludé cuando abrí la puerta trasera para subirme— lamento que esperarás mucho aquí en el auto.
—No debe preocuparse por eso, seguramente estaban ocupados haciendo algo en la escuela—, contestó con su tono amable mirándonos por el retrovisor.
Tom era nuestro chófer desde hace años, así que ya le parecía normal los atrasos de nuestra parte por eso casi ni se inmutaba cuando no estábamos en el auto con él a la hora prevista sino que al contrario le parecía muy extraño que cumpliéramos con el tiempo dado. Casi siempre le decía que debería dedicar todo el tiempo que pasa en este auto esperándonos en otra cosa, ya que, al ser un hombre de sesenta y cinco años podría ocurrir alguna complicación pero no hay forma ni manera para que me haga caso, siempre me responde con lo mismo: No exageres tanto Marita.
—¿Sabes a dónde vamos Tommy?— Pregunto Jack mientras cerraba la puerta.
—Hasta dónde tengo entendido Joven Jack, irán a conocer a unos amigos cercanos de sus padres.
«¿Amigos cercanos? Esto ya no me está gustando»
Solté un suspiro.
—Tengo la leve sospecha de que estos “amigos” tienen algo que ver con cierta castaña que afirma ser tu novia.
—Estoy rezando para que no sea así— comento mi hermano a mi lado—, no estoy de humor para tenerla sobre mi.
—¿Ah no? Pensé que sí.
—¿Por qué lo dices?
—Por lo que pude ver, Layla tenía en cabello mojado igual que tú—, empecé a relatar mientras miraba por la ventana sintiendo su mirada en mí—; comencé a unir las piezas cuando también ví que no llevaba su ropa sino una que seguramente Grace le prestó, y eso me llevo a la conclusión de que estabas con ella en la lluvia y que posiblemente arreglaran las cosas entre ustedes.
—Serias una excelente detective—, me aludió—. Arreglamos las cosas y eso me puso de buen humor pero al recordar que aún debo lidiar con Lizzie hace que todo ese buen humor desaparezca.
—¿No crees que deberías dejarle todo claro a Lizzie?— Aparte mi mirada de la ventana y la centré en Jack—, decirle que no quieres nada con ella.
—Ya lo pensé—, confesó cruzándose de brazos—, pero también pensé en que seguramente se lo comentará a mamá.
—¿Y que haremos ahora?
—Saber que nos espera de esta reunión y luego comenzar a tomar las decisiones finales sobre este asunto—, sentenció Jack con seguridad.
El auto se detuvo frente a nuestra casa justo detrás de un lujoso auto de color negro, me quite el cinturón de seguridad al igual que yo y bajamos del auto quedándonos a unos pasos de distancia de la entrada de la casa.
—¿Estas listo para entrar y ver qué nos depara el destino quiero hermano gemelo?— Le pregunté mirando hacía la entrada.
—Que sea lo que dios quiera—, respondió.
Y dimos los pasos que eran necesarios para entrar a nuestro infierno.
[…]
Hola lindas personitas.
¿Cómo han estado? Yo muy ocupada.
Les vengo dejando por aquí el capítulo 21 del ECDP, aunque si esté capitulo supera los 40 comentarios les subiré la segunda parte.
Ahora sí, preguntas:
¿Que creen que pasará en esta reunión?
¿Jack le dirá a Lizzie que no siente nada de aprecio por ella?
Muchas gracias por leer.
Deja tu voto si te gusto el capítulo.
Besos Gea <3
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