•19. Un escape de amigas •

Recomendación: Colocar la canción al ver (***).

[...]

—Ya no puedo con mi alma, Todopoderoso llévame contigo.

La clase de educación física—o el infierno para mí—había comenzado hace unos veinte minutos, lo cuál conlleva a trotar por todo el campo. Apenas empecé y ya sentía el corazón en la garganta.

Me detuve y apoye mis manos sobre mis rodillas para tratar de recuperar el aire y que tal vez me entrarán las ganas de hacer ejercicio en este momento.

—¿Cómo puedes estar cansada si solo diste una vuelta?— Levanté la mirada al escuchar la voz de Félix.

—Culpemos al Todopoderoso por hacerme una floja.

—Que desgracia la tuya porque debemos correr por unos quince minutos—, solté un quejido ante la información—¿Cómo está Jack?

—No lo sé.

Desde la semana pasada que salí corriendo de su casa lo evito, cada vez que lo veo por los pasillos me escondo, en la hora de receso no entro a la cafetería y me mantengo lo más alejada que puedo del salón del club, pero a veces, de manera inconsciente voy al gimnasio con la intención de entrar pero nunca lo hago y solo me quedo quieta frente a las puertas. Me molesta que me estuviera usando pero me molesta más que yo aún quiera volver hablar con él.

—¡Miller, Weston vuelvan a la fila!— Me enderece de inmediato al escuchar la voz del entrenador.

—Viejo quisquilloso—, bufó Félix para tomarme del brazo y comenzar a trotar de nuevo—. ¿En qué estábamos? ¿Cómo no vas a saber nada de tu novio?

«En realidad ya no se ni que somos »

—No hemos hablado desde hace unos días.

—Eso es raro, hasta donde tengo entendido ustedes no han terminado así que seguramente discutieron.

—Que intuitivo eres, Félix—, alegue mientras seguimos trotando.

—Lo sé, yo no sé porque discutieron pero lo que sí sé es que Jack no está bien, se le nota afectado por algo que seguramente tiene que ver contigo.

—¿Y que puedo hacer? No puedo simplemente ir con él y disculparlo por algo que claramente él causó—, murmuré para luego mirar a Félix—. No sé que hacer en este tipo de situaciones, por qué nunca había estado en ellas y solo me queda escapar; no sé cómo es tener una relación estable con alguien… ni siquiera sé que es estar con alguien, esta es mi primer vez en algo así y no tengo la menor idea de que puedo hacer para resolver mi problema en este momento.

Me detuve para recuperar el aliento cuando sonó el silbato del entrenador para avisar que ya habían pasado los quince minutos, Félix parecía analizar mis palabras.

—¿Quieres un consejo? Ve y habla con él, si de verdad se tienen aprecio podrán resolver el problema que tengan pero si ninguno de los dos toma la iniciativa para arreglarlo pensando de que tal vez se están dando un tiempo para pensar, quizás en el momento en que te decidas hablar con Jack sea muy tarde para solucionar las cosas.

—¿Y como voy a saber que llegue tarde?— Le pregunté con duda.

—Simplemente lo sabrás—, contesto para luego darme una sonrisa—. Además espero que se reconcilien pronto, no quiero que Jayla se acabé.

—Ay por Dios no uses ese apodo— le suplique.

—Pero si es perfecto para ustedes.

—Como digas, Félix.

—Vamos, debemos seguir con la clase de educación física.

«Todopoderoso, dame fuerzas para continuar »

[***]

Termine de vestirme para poder continuar con mi agobiante día de escuela; debo decir que a pesar de mi problema con cierto desgraciado no he tenido ningún encuentro no deseado—con Mackenzie —después de la fiesta. Abrí mi casillero para dejar mi ropa de educación física para ir al salón de química, casi grito del susto al cerrar la puerta y encontrarme cara a cara con Mara.

—Tenemos que hablar—, soltó mientras me tomaba del brazo y me llevaba hacia la salida.

—¡¿Qué?! ¡ Espera, debemos ir a clase de química!— Trate de zafarme de su agarré.

—¡Química puede esperar, el futuro de mi hermano no tanto!

«¿Que bicho la pico ahora?»

Salimos al estacionamiento y no muy lejos pude visualizar el auto de Grace; dentro de el se encontraba la dueña del auto y en puesto de copiloto Erika, llegamos frente al auto y Mara abrió la puerta de los asientos traseros y me empujó dentro del auto para luego tomar asiento a mi lado cerrando la puerta tras ella.

—La tenemos, ya vámonos de aquí—, dijo acercándose al puesto del piloto para hablar con Grace.

—¿Por qué hablas como si fuera un secuestro?— Pregunté cruzándome de brazos—; vamos a reprobar química, ¿lo sabían?

—Primero, esto no es un secuestro; es una salida o escapada como le quieras llamar de la escuela entre muy buenas amigas—, dijo Erika girándose hacia la parte de atrás para verme—. Y segundo, no vamos a reprobar química por solo no ir a una sola clase así que relájate.

—Nos vamos a tomar el resto del día libre y no te preocupes por las clases tenemos todo resuelto, incluso ya le dijimos a tu mamá que no fuera por ti ya que tendríamos una salida de chicas después de la escuela—; comento Grace mientras salíamos del estacionamiento de la escuela mientras que Erika ponía el reproductor de música y comenzó a sonar "Best Day Of My Life".

Abrí la boca para objetar algo en contra de todo esto pero no se me ocurrió nada. Me quedé callada mirando por la ventana, ¿De que quieres hablar Mara? ¿De lo que pasó en su casa para ayudar a Jack? Posiblemente, pero, quizás esto no sea de mucha ayuda porque quienes debemos arreglar nuestra relación en este momento somos el muy desgraciado y yo. Recosté la cabeza de la ventana y cerré los ojos debido al agotamiento que sentía a causa de la clase de educación física.

Sentí que solo habían pasado veinte minutos desde que cerré lo ojos cuando el auto por fin se detuvo; abrí los ojos y detalle el suelo arenoso, el sonido de las gaviotas y el de las olas:  La playa.

—¿Por qué elegir la playa como un lugar para hablar sobre lo que paso?— Dije mientras me colocaba al lado de Mara mientras observábamos las olas.

—Porque en estas épocas del año es un lugar poco concurrido— comento mirándome—, y además de ser mi lugar favorito tienen el mejor puesto de piñas coladas que vas a poder probar en tu vida.

—Vamos no sé queden ahí, vinimos a tener una salida de amigas—, Grace nos tomo a ambas de las manos y nos guío a unos escalones para poder caminar por la arena.

Sentí como mis zapatos de hundían y se llamaban de arena con cada paso que dábamos; seguí a Mara—al igual que las demás—hasta un kiosco de color turquesa con detalles blancos donde venden las piñas coladas. Me senté junto con Erika en una de las mesas que estaban alrededor mientras que Mara y Grace iban a hacer el pedido de nuestras bebidas; Erika apoyo su cara en sus manos y me miró.

—¿Todo bien?

—Si—, mentí—; todo está bien.

—Yo creo que nada está bien—, comento cruzándose de brazo—. Te estás comportando de manera extraña después de la fiesta; casi no hablas con nosotras tampoco con Jack, ya no vas al club y si lo haces no te quedas por más de tres minutos y de verdad me preocupa al igual que a Grace.

Apreté los labios, simplemente me aleje por la necesidad de pensar las cosas y tratar de encontrar algo que pueda explicar mi situación de otra manera; una explicación que no tenga que ver con el engaño y la farsa.

—Solo tuve problemas de pareja—, me costaba poder decir la palabra pareja sin recordar que en realidad no somos nada—. Eso es todo.

—¿Ya hablaste con Jack?

—¿Por qué debo ser yo quien lo busque?

—A veces los hombres son muy tontos como para darse cuenta de que ellos son los que tienen que buscar las maneras de resolver sus problemas sin la ayuda de nadie—, Erika me regaló una sonrisa—, pero, casi siempre prefieren esperar que la otra persona de el primer paso. Al parecer eso los hace sentir más seguros de lo que van a hacer, o así es en el caso de Jack.

—¡Llegaron las piñas coladas!— Anuncio Grace llegando a la mesa dejando mi piña colada frente a mí en el momento en el cual iba a añadir algo a mi pequeña conversación con Erika.

Le di una sonrisa en forma de agradecimiento a Grace y le di un sorbo a mi bebida, me levanté de la mesa y mire a mis amigas.

—Voy a caminar por la playa, ¿alguna va a venir?

—Yo te acompaño—, dijo Mara para luego beber de su cóctel.

Asentí con la cabeza para darme la vuelta y caminar hasta la orilla de la playa; me senté en la arena con las piernas cruzadas observando el mar frente a mí mientras bebía de mi cóctel, a pesar de no estar mirando Mara tomo asiento a mi lado imitando mi acción de ver el mar.

—¿A qué te refieres con el futuro de Jack?— Pregunté rompiendo el silencio entre nosotras.

—Muchas cosas—, Mara soltó un suspiro—. Quiero que trates de comprender que está situación es mucho más complicada de lo que puede parecer, sé que tal vez piensas que mi hermano es un gran desgraciado por haberte “utilizado” cuando tenía novia pero la realidad es que él ni siquiera la conoce.

—Ella parecía que lo conocía hace mucho—, comenté girando mi cabeza para verla.

—Lo sé pero no, Jack la conoce desde hace menos de una semana y créeme cuando te digo que no la soporta…yo tampoco.

Guarde silencio.

—Layla no sabes lo mucho que te aprecia mi hermano; ese día después de que te fuiste Jack volvió a casa y estaba dolido, solo subió a su cuarto y se encerró en el todo el día. Cuando por fin salió de su cueva estaba decidido a hablar contigo pero cada que te buscaba tú simplemente desaparecías y eso de verdad que lo está matando pero no lo demuestra.

Sentí como un nudo se formó en mi garganta, justo en este momento estoy cayendo en cuenta las veces que lo veía acercase a mí en el pasillo o cuando estábamos en el salón y yo solo me alejaba sin mirarlo pero eso es mi muro de defensa contra algo que me hizo daño aunque al hacerlo yo también saliera más herida porque él me importa pero simplemente no puedo soportar que no me dijera la verdad.

—Ya no sé que pensar, quiero hablar con él pero no sé que le podría decir.

—Solo inténtalo— pidió Mara.

Asentí con la cabeza, Mara se levantó y me estiró su mano.

—Arriba, no solo vinimos a hablar sobre mi hermano—, tomé su mano mientras sacudía la arena de mi ropa.

—Muy bien, tengamos una buena salida de amigas—. Me giré hacia Mara con una sonrisa para luego empujarla con fuerza hacia el agua, solté una carcajada al ver cómo una ola la empapaba por completo.

—Me las vas a pagar— advirtió mientras se levantaba.

—Primero vas a tener que atraparme.

Salí corriendo hacia donde estaban Grace y Erika para evitar a Mara entonces un juego que comenzó por una charla entre dos personas se convirtió en la tercera guerra mundial a la orilla de la playa entre risas, empujones y mucha agua.

[...]

¡Hola lindas personitas!

¿Cómo están? Yo recuperándome de diciembre, por cierto feliz año nuevo a aquell@s que no leyeron mi muro de mensajes.

Sé que dije que iba a actualizar el lunes de la otra semana pero no me resistí y decidí subirles este capítulo.

Ahora sí, preguntas:

¿Layla tomará la iniciativa y hablará con Jack?

¿Mara y Félix consejeros en el amor?

¿Layla está teniendo sentimientos más fuertes hacia Jack?

Les quiero comentar que voy a estar dedicando el próximo capítulo a la persona que más comenté este capítulo.

Espero que te gustará este capítulo.

Gracias por leer.

Besos Gea <3

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