• 16. Una fiesta desastrosa (1/2)•
Lo mire anonada.
¿Se le zafó un tornillo de la cabeza? No podía besarlo por más tentador que fuera no iba hacerlo frente a tantas personas.
—¿Quieres que lo haga yo?—Pregunto burlón—, aunque si lo hago igual me seguirás debiendo algo.
—No hace falta, yo puedo hacerlo—, susurré acercándome a sus labios.
Lo ví cerrar lo ojos esperando aquel beso que si llego pero no dónde el había planeado que fuera; deje un beso en su mejilla y me separé de él. Las personas silbaban, otras aplaudían y muchas suspiraban por el desgraciado, Jack abrió los ojos frunciendo los labios.
—No me besaste.
—Si lo hice, solo que tú no especificaste dónde—. Jack soltó un pequeño gruñido.
—¡Viva el amor!—Flash de la cámara de Erika me hizo entrecerrar los ojos—, se ven muy lindos.
—No sabía que cantarías, Jack—, mire a Mara por encima de mi hombro, su sonrisa denotaba alegría pura—; hace mucho que no lo haces.
—Hice una pequeña apuesta y sabes que no me gusta perder—, Jack entorno sus ojos de Mara hacia mi—, era una apuesta muy importante.
Las personas en el gimnasio comenzaron a levantarse de sus asientos para salir del lugar, muchos de los que estaban en nuestra hilera comenzaban a empujarnos hasta las escaleras llegando a la pista dónde Grace estaba junto con el resto del equipo de animadoras pero al vernos se despidió de ellas con la mano para acercarse a nosotros.
—Estoy agotada—, dijo llegando frente a nosotros—, ¿listos para está noche?
—No se que me voy a poner—, comento Erika guardando su cámara.
—¿Me perdí de algo?—Me crucé de brazos sin entender de que hablaban.
—¿No le dijeron?—Interrogo Mara a su hermano y Grace, ambos negaron con la cabeza—. Layla hoy habrá una "reunión" para celebrar que ganamos el partido de hoy.
—¿Nunca se cansan de las fiestas?— Pregunté divertida.
—Eso es imposible, nací para destacar en cada fiesta a la que voy—, Grace puso sus manos en sus caderas—; espero que estés lista a las siete.
—Yo la voy a recoger—, anunció Jack para luego mirar a Mara—. Tú si te vas a ir con Grace.
—Era de esperarse que los tortolos quisieran ir por su lado—, la voz de Félix se escucho detrás de nosotros haciendo que nos diéramos la vuelta pero ni siquiera nos miraba solo miraba a cierta pelirroja a nuestras espaldas—. Estuviste increíble, Grace.
Grace le dio una sonrisa de agradecimiento a Félix.
—Tengo sueño y sino duermo por lo menos unas dos horas pareceré un cadáver en la fiesta de esta noche—, comento Erika mientras comenzaba a caminar hacia la salida.
Salimos del gimnasio rumbo hacia la salida de la escuela, el partido ya había terminado al igual que las horas de clases solo quedaban unos cuantos estudiantes por los pasillos, llegamos a la puerta de salida y traspasamos el umbral para salir de la escuela. Mamá ya estaba afuera en el lugar donde siempre se estacionaba cuando venía por mi para no hacer muy larga la despedida me separé del grupo mientras les decía adiós con la mano para subirme al auto donde mamá ya me estaba esperando.
Cuando estaba apunto de abrir la puerta del auto mi teléfono comenzó a sonar en mi bolsillo, lo saqué y mire el número de la persona que me estaba llamando.
«Desgraciado»
Contesté.
—¿Ya me extrañas?—Pregunte burlona, mire hacía la entrada y lo vi con una sonrisa que enamoraría a cualquiera.
—Vengo a recordarte que debes hacer lo que yo te diga—, respondió al otro lado de la línea, me subí al auto—, así que empezaré desde ahora con mis peticiones.
—Era una sola cosa la que debías pedir—, le recordé mientras me ponía el cinturón de seguridad, mamá no me prestó mucha atención ya que llevaba uno de sus audífonos puestos donde escuchaba su podcast—, y tú ya pediste esa cosa.
—Pero tu no la cumpliste como se debía—, se quejo, mamá comenzó a conducir para salir de la escuela—, aún me debes.
—Claro que no.
—Que si.
—¿Y que quieres?, ¿Otro beso?
—No es una mala idea—, reconoció— pero justo ahora tengo tres cosas que pedirte.
«Todopoderoso protégeme de las ocurrencias de este desgraciado»
—¿Qué tienes en mente, desgraciado?
—Numero uno, que me dejes de llamar así, loca.
—Ambos sabemos que eso nunca va a pasar—, dije mirando por la ventana del auto.
—Debía intentarlo—, suspiro divertido—. Me gustaría que llevarás algo que combinara con mi ropa de está noche, este será mi primer pedido.
—¿Ahora vas a dedicar que debo llevar?
—Solo el color, blanco de preferencia se te ve muy bien casi igual que el negro—contesto, por mi mente paso aquel día donde me vio sin camisa y en brasear, me hundí en mi asiento sintiendo como la sangre subía hasta mi cara—. ¿Sigues ahí?
—Si.
—Perfecto, te estaré avisando sobre mis otras demandas está noche.
—¿Por qué no me lo dices ahora?
—Arruina el suspenso de la situación—comento, el sonido de una puerta cerrándose se escuchó al otro lado—, debo irme, loca.
—Adiós, desgraciado.
colgué la llamada y guarde mi teléfono.
—¿Desgraciado?—Mamá me miró extrañada.
—Es una larga historia, mami.
—¿No sé te ocurrió un apodó mejor?
—No—, confesé—. Ese le queda perfecto aunque no lo parezca.
Mamá solo me dio una sonrisa para luego negar con la cabeza mientras conducía a casa.
[...]
—¿Qué me pongo?—Me pregunté a mi misma, mire indecisa varias prendas sobre la cama.
«Diosito ilumíname»
Por estás simples razones muy pocas veces salgo de mi casa; nunca se que ponerme porque siempre optó por usar pantalones con camisas de colores (la vieja confiable) que —en casi todas las ocasiones—queda bien. Soy como una bebé a la cual su mamá debe vestir cada vez que va a salir algún lado pero en este momento mi hermosa madre no quiere ayudarme porque supuestamente ella yo ya estoy grade, lo cual son puras blasfemias; no por tener dieciséis—próximamente diecisiete—significa que ya estoy grande.
Me asomé mi cabeza por el marco de la puerta.
—¡Mamá!—La llame.
—¿Qué pasó?—Su delgada figura apareció al final del pasillo.
—Mami, tu sabes que yo te amo mucho ¿verdad?
—¿Qué quieres, Layla?—Me corto, mamá ya sabía cada una de mis técnicas al momento de pedirle algo.
—No se que ponerme—, le comenté mientras la dejaba pasar al cuarto—. Debo estar lista en unos minutos y no tengo idea de que usar.
—¿Y por qué solo ropa de color blanco?— Interrogó mientras observaba la ropa.
—Fue un pedido—, musite mientras me acercaba a ella.
—¿Tu novio?
Asentí.
—En serio te gusta—, la miraba agarrar una prenda y luego girarse para mirar el closet.
¿De verdad me gusta o esto es solo parte de mi actuación? No lo sé, no puedo decir que se cómo se siente sentir algo por alguien ya que lo único que se de eso está plasmado en los libros que leo. Nunca me di la oportunidad de salir con alguien, ¿por qué? Respuesta fácil, soy lectora y tengo las expectativas sobre el amor y todo lo que tenga que ver con él en un nivel muy alto y es difícil que un chico de carne y hueso las cumpla.
—Ponte esto, te quedará bien—, mamá palmeo mi hombro sacándome de mis pensamientos.
—Gracias, ma—, musite mientras me acercaba a la ver la ropa que había elegido.
Mamá tenía buen gusto para cuando se trata de escoger un atuendo; había dejado un top de color blanco con tirantes y una falda de cuero negro sobre la cama, comencé a cambiarme ya no faltaba mucho para que Jack llegara a recogerme para poder ir a la reunión, me puse mis botas de tacón—que rara vez usaba—y me di una mirada en el espejo. La falda me llega a la mitad de los muslos dejando al descubierto por completo mis piernas, el top solo dejaba ver cierta parte de mi abdomen y resaltaba el inicio de mis senos, mi cabello caía hasta mi cintura y a ambos lados de mi cara con ondas al final de las puntas junto con un maquillaje sencillo para la ocasión.
«¿Le gustara como me veo?»
Negué con la cabeza, no debe importar si le gusta o no con tal de que a mí me guste todo está bien, tome mi teléfono y salí de mi cuarto hacia la sala, le di una mirada al buzón de mensajes solo había uno.
«Estoy afuera»
Le di un beso de despedida a mamá en la sien y caminé hasta la puerta de entrada mientras revisaba unas cosas en redes sociales mientras caminaba hacia la calle.
—¿Tan poco interesante soy como para que ni siquiera me mires?—Bromeó.
—Tal vez te veas horrible y no quiera dañar mi vista con tanta fealdad frente a mi—, insinuó mientras termino de escribir un mensaje para Grace.
—Ni siquiera sabes cómo me veo y ya soy feo para ti.
—Si—, por fin levanté la mirada.
Chocamos miradas por unos segundos luego la baje para detallarlo lentamente; la camisa estaba arremangada hasta los codos y se pegaba a su pecho con el primer botón de esta desabrochado dejando ver una pequeña parte del inicio de su pecho y clavícula con su pantalón beige y zapatos deportivos. Devolví mi vista a su cara dónde me encontré con aquella sonrisa llena de diversión que siempre me daba.
—¿Dañaste tu vista?— Me miró lleno de diversión.
—¿Dónde estás que no puedo verte?—Moví la cabeza de un lado a otro simulando que no lo veía.
Jack soltó una risa.
—Las locas primero—, abrió la puerta del auto.
Subí al auto y acto seguí la puerta se cerró, me puse el cinturón de seguridad mientras observó como el desgraciado daba la vuelta para tomar su lugar en el puesto de piloto.
—¿Lista para esta reunión?— Pregunto mientras tomaba asiento.
—Si—, respondí segura.
—Perfecto—, encendió el auto—, entonces estas lista para pasar la mayor parte de la fiesta con el equipo de básquet.
—¿Es obligatorio?
—Sabes que si.
Le di una mirada a la ventana para observar cada casa de mi vecindario.
—¿Cuál va a ser tu otra petición?—No despegue la mirada de la ventana.
—Te lo digo en la fiesta.
—¿Por qué no me lo dices ahora?—Lo mire mientras enarque una ceja.
—Ya te lo dije—, una sonrisa se dibujo en su rostro—, arruina el suspenso.
Solté un bufido.
—¿Ni siquiera me darás un adelanto?—Insistí.
—La curiosidad mató al gato, ¿lo sabías?
—Por lo menos sabe de que se murió—, replique cruzando mis piernas.
—¿Siempre eres así de insistente, loca?
—Solo cuando tengo mucha curiosidad, desgraciado—, el auto se detuvo frente a una casa.
Quite mi cinturón y abrí la puerta del auto, la brisa nocturna se azotó con mi cabello desordenándolo un poco, la música se escucha demasiado fuerte incluso estando metros lejos de la puerta de entrada, cerré la puerta y caminé hasta la entrada; podía sentir su mirada sobre mi.
«¿Qué estará mirando tanto?»
Por fin llegó a mi lado deteniéndonos frente la puerta de entrada; estiré mi mano para tocar la puerta pero Jack me detuvo antes de que mis nudillos llegarán a la madera de la puerta, lo mire con el ceño fruncido mientras sacaba unas llaves de su bolsillo.
—Es la casa de Dion, siempre usamos su casa para las fiestas—, dijo mientras metía la llave en la cerradura.
La puerta se abrió dejando ver una gran oscuridad; Jack me tomo de la mano para entrar y comenzar a caminar por el pasillo mientras la música resonaba con fuerza por las paredes a tal punto que parecía que me iba a quedar sorda, varios gritos llenos de euforia se comenzaron a escuchar mientras nos acercábamos al final del pasillo donde había una cortina que cambia de color debido a las luces de colores que estaban al otro lado de ella.
Al abrir la cortina la oscuridad del pasillo fue remplazada por un montón de luces de colores fosforescentes que decoraban todo el lugar; la música se intensificó, la personas bailaban algunas sobrias mientras que otras ni siquiera sabían que estaban haciendo.
—Vamos—, comenzamos a caminar entre el montón de personas que bailaban deteniéndonos en medio del lugar—, bailemos, loca.
—Sabes que soy dos pies izquierdos—, le recordé.
—Solo déjate llevar por la música—, comenzó a bailar dando vueltas a mi alrededor.
—Eso no es lo mío—, busque entre las personas a la demás pero no había rastro de ellas por ninguna parte.
—Baila para eso son estas fiestas—, me estremecí al sentir su cálido aliento en mi cuello mientras sus manos se posaban en mis caderas para moverlas al ritmo de la música pegándome a su cuerpo—. Venimos a beber, divertirnos y bailar un rato.
—No soy alguien que se la pasa en fiestas—confieso, deje mis manos sobre las suyas.
—Se nota—soltó una pequeña risa contra mi cuello—. ¿Lista para saber cuál es mi otra petición?
—Si.
—Quiero más tiempo.
—¿Qué?— Quise girarme para verlo pero me mantuve en mi sitio.
—No quiero que esto que tenemos terminé.
[…]
¡Hola lindas personitas!
¿Cómo están? Yo estoy otra vez estrada.
Aquí les dejo el capítulo 16 y tal vez en la noche les publicaré el 17, no lo publicó ahora porque aún no está terminado.
Bueno primero que nada, muchas gracias por las lecturas y los votos no pensé que está historia llegará a tanto y de verdad me da mucha emoción de que les guste.
Ahora sí las preguntas:
¿Layla está sintiendo cosas por Jack?
¿Cuál crees que será la próxima petición de Jack?
PD: Estoy regalando a un tal Jack Anders, ¿Alguien lo quiere?
Dejen muchos comentarios.
Gracias por leer.
Deja tu voto si te gusto.
Besos Gea <3.
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